El autor critica la visión de "personalidad" promovida por los medios de comunicación, que fomenta la apariencia superficial y el egoísmo. Argumenta que tener una verdadera personalidad significa desempeñar tu papel en la vida de la mejor manera posible mediante la madurez, la capacidad de amar y afrontar adversidades con entereza. Propone que figuras como Einstein y trabajadores comunes poseen igual personalidad al contribuir de la mejor forma, acorde a sus capacidades.
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Guía de actividades de castellano 3er año: La personalidad y el desarrollo económico
1. GUÍA DE ACTIVIDADES DE CASTELLANO 3ER AÑO
A CONTINUACIÓN LEE LOS SIGUIENTES TEXTOS Y REALIZA LAS ACTIVIDADES QUE SE TE
SEÑALAN.CONTESTA EN UNA HOJA FOLIO
TEXTO 1: LA PERSONALIDAD
ARÍSTIDES BASTIDAS
No sé exactamente, lo que es la personalidad para esos escrutadores del alma, los psicólogos y los
psiquiatras. Deduzco que la posesión de una personalidad implica la conquista de la madurez. De la facultad de
convivir, de la capacidad de amar plenamente y hacerse amar; de la responsabilidad para afrontar las
adversidades con entereza y la sana emoción de disfrutar con intensidad los momentos alegres de existencia.
Cuando estaban en la escuela primaria, en mi aldea, aprendí una noción diferente de la que aquí expongo. Tener
personalidad en mi pueblo era equivalente a sobresalir, alcanzar buena posición social, vestir muy bien y
mostrar un aire solemne, saludar solo a la gente distinguida y desdeñar a los demás. Todo ello en nombre del
éxito. Estos son los parciales efectos de la deplorable educación recibida por el venezolano.
Aquel sujeto frívolo pero armado con una impresionante pinta exterior, florece, está en auge. Pero no es
tan culpable de su papel como quienes se lo asignaron, los medios de comunicación a través de los cuales se
insinúa a la gente que la higiene depende de la marca del detergente que usan; que no es un hombre chévere
quien no fuma tal cigarrillo; que si no usa tales trajes, es un infeliz y así sucesivamente. El tipo con
“personalidad” no es más que un títere de cierta publicidad, huérfano de voluntad y proclive a una vida egoísta
sin las satisfacciones profundas que recibimos cuando ejercemos los dones de solidaridad humana. La
personalidad no es el andamiaje que podamos colocarnos encima de nuestro cuerpo ni es tampoco el ademán
necio de autosuficiente.
Tenía una gran personalidad Albert Eistein, Rolland, Vladimir Ilich Lenin, Franklin Delano Roosevelt,
Robert Oppenheimer (el creador de la bomba atómica que murió arrepentido de ello), Juan Ramón Jiménez y
otras figuras universales quienes jamás tocaron la sencillez en arrogancia. No obstante son paradigmas para el
hombre. La pedantería es hija legítima del subdesarrollo intelectual. Esta a veces es ocultada y se disfraza de
modestia falsa. Suele localizársela en intelectuales, artistas y científicos conscientes de la indigente contribución
que han dado o amargados porque sean otros y no ellos quienes recibieron determinados homenajes y
reconocimientos. No es la primera vez que contamos estos casos en avezados caballeros de la cultura. Ellos
también acusan así de un déficit educativo. Tenemos dos protagonistas de la falsa personalidad. Los primeros
modelados por el poder de la primera maquinaria hipnotizadora de masas que es la televisión; y los segundos
que tienen un cerebro cultivado pero ególatra.
Yo opino que tienen tanta personalidad Einstein creando su teoría de la relatividad, el máximo
patrimonio científico del hombre, como el jornalero que invierte todas sus aptitudes en el cuidado de su
sementera. Tener personalidad es hacer lo óptimo, dentro de las posibilidades congénitas y adquiridas; es
desempeñar con eficiencia la parte que nos toca en el gran escenario de la vida; es instituirse una conducta en
que sea favorable el balance entre el haber de las buenas actitudes y el deber de las malas actitudes; es tener una
conciencia en paz; es tambalearse, caerse y saber levantarte ante las zancadillas del vivir; es como por sobre
todas las cosas, disponer de un espíritu generoso que cuando la quede poco por entregar a los demás, dé
compresión y tolerancia, tan ausentes de esta tierra.
ACTIVIDADES
1. Escriba un sinónimo de las siguientes palabras; determina sus significados por el contexto de la lectura:
i. Escrutadores, entereza
ii. Proclive, andamiaje
2. iii. Paradigma, avezados, acusan
iv. congénitas, adquiridas
2. A continuación menciona tres instituciones que, según el autor, han creado un concepto de lo que es
“tener personalidad”.
3. Redacta lo que para ti significa “tener personalidad”; si lo deseas, puedes dar como referencia algún
ejemplo.
4. Extrae tres ejemplos en los cuales el autor emplea el sentido metafórico.
5. ¿Cuál crees que sea la posición del autor en relación con el tema tratado?
Texto 2
ARTURO ÚSLAR PIETRI
Cuando se considera con algún detenimiento el panorama económico y financiero de Venezuela se hace
angustiosa la noción de la gran parte de economía destructiva que hay en la producción de nuestra riqueza, es
decir, de aquella que consume sin preocuparse de mantener ni de reconstituir las cantidades existentes de
materia y energía. En otras palabras, la economía destructiva es aquella que sacrifica el futuro al presente, la
que llevando las cosas a los términos del fabulista se asemeja a la cigarra y no a la hormiga.
En efecto, en un presupuesto de efectivos ingresos rentísticos de 180 millones, las minas figuran con 58
millones, o sea casi la tercera parte del ingreso total, sin hacer estimación de otras numerosas formas indirectas
e importantes de contribución que pueden imputarse igualmente a las minas. La riqueza pública venezolana
reposa en la actualidad, en más de un tercio, sobre el aprovechamiento destructor de los yacimientos del
subsuelo, cuya vida no es solamente limitada por razones naturales, sino cuya productividad depende por entero
de factores y voluntades ajenos a la economía nacional. Esta gran proporción de riqueza de origen destructivo
crecerá sin duda alguna el día en que los impuestos mineros se hagan más justos y remunerativos, hasta
acercarse al sueño suicida de algunos ingenuos que ven como el ideal de la hacienda venezolana llegar a pagar
la totalidad del Presupuesto con la sola renta de minas, lo que habría de traducir más simplemente así: llegar a
hacer de Venezuela un país improductivo y ocioso, un inmenso parásito del petróleo, nadando en una
abundancia momentánea y corruptora y abocado a una catástrofe inminente e inevitable.
Pero no sólo llega a esta grave proporción el carácter destructivo de nuestra economía, sino que va aún
más lejos alcanzando magnitud trágica. La riqueza del suelo entre nosotros no sólo no aumenta, sino tiende a
desaparecer. Nuestra producción agrícola decae en cantidad y calidad de modo alarmante. Nuestros escasos
frutos de exportación se han visto arrebatar el sitio en los mercados internacionales por competidores más
activos y hábiles. Nuestra ganadería degenera y empobrece con las epizootias, la garrapata y la falta de cruce
adecuado. Se esterilizan las tierras sin abonos, se cultiva con los métodos más anticuados, se destruyen bosques
enormes sin replantarlos para ser convertidos en leña y carbón vegetal. De un libro recién publicado tomamos
este dato ejemplar: “En la región del Cuyuní trabajaban más o menos tres mil hombres que tumbaban por
término medio nueve mil árboles por día, que totalizaban en el mes 270 mil, y en los siete meses, inclusive los
Nortes, un millón ochocientos noventa mil árboles. Multiplicando esta última suma por el número de años que
se trabajó el balatá, se obtendrá una cantidad exorbitante de árboles derribados y se formará una idea de lo lejos
que está el purguo”. Estas frases son el brutal epitafio del balatá, que, bajo otros procedimientos, hubiera podido
ser una de las mayores riquezas venezolanas.
La lección de este cuadro amenazador es simple: urge crear sólidamente en Venezuela una economía
reproductiva y progresiva. Urge aprovechar la riqueza transitoria de la actual economía destructiva para crear
las bases sanas y amplias y coordinadas de esa futura economía progresiva que será nuestra verdadera acta de
independencia. Es menester sacar la mayor renta de las minas para invertirla totalmente en ayudas, facilidades y
estímulos a la agricultura, la cría y las industrias nacionales. Que en lugar de ser el petróleo una maldición que
haya de convertirnos en un pueblo parásito e inútil, sea la afortunada coyuntura que permita con su súbita
riqueza acelerar y fortificar la evolución productora del pueblo venezolano en condiciones excepcionales.
3. La parte que en nuestros presupuestos actuales se dedica a este verdadero fomento y creación de
riquezas es todavía pequeña y acaso no pase de la séptima parte del monto total de los gastos. Es necesario que
estos egresos destinados a crear y garantizar el desarrollo inicial de una economía progresiva alcance por lo
menos hasta concurrencia de la renta minera.
La única política económica sabia y salvadora que debemos practicar, es la de transformar la renta
minera en crédito agrícola, estimular la agricultura científica y moderna, importar sementales y pastos, repoblar
los bosques, construir todas las represas y canalizaciones necesarias para regularizar la irrigación y el
defectuoso régimen de las aguas, mecanizar e industrializar el campo, crear cooperativas para ciertos cultivos y
pequeños propietarios para otros.
Esa sería la verdadera acción de construcción nacional, el verdadero aprovechamiento de la riqueza
patria y tal debe ser el empeño de todos los venezolanos conscientes. Si hubiéramos de proponer una divisa para
nuestra política económica lanzaríamos la siguiente, que nos parece resumir dramáticamente esa necesidad de
invertir la riqueza producida por el sistema destructivo de la mina, en crear riqueza agrícola, reproductiva y
progresiva: sembrar el petróleo.
ACTIVIDADES
1. ¿Crees que los planteamientos de Arturo Úslar Pietri tienen vigencia hoy día? ¿Por qué?
2. ¿Cómo titularías el texto? ¿Por qué?
3. Identifica por el contexto el significado de las siguientes palabras y/o conceptos:
ingresos rentísticos
epizootias
riqueza transitoria
egresos
excepcionales
4. Explica qué quiere decir el autor cuando expresa: “llegar a hacer de Venezuela un país improductivo y
ocioso, un inmenso parásito del petróleo, nadando en una abundancia momentánea y corruptora y
abocado a una catástrofe inminente e inevitable”.