Podría mezclando estos términos decir que la cultura del mendigo rico, significa de aquellos que tienen la costumbre, de pedir para su sobrevivencia a pesar de tener muchos recursos (materiales). Este significado parece calar exactamente con la sentencia de Raimondi: “Perú es un mendigo sentado en un banco de oro”.
1. Página 62 EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
No quiero comenzar revisando los
diversos tratados como suele
hacerse para definir los tres aspectos
que conlleva el tema del título: cultu-
ra, mendigo y rico. No porque no pue-
da ir a las referencias que hoy día son
mucho más sencillos mediante inter-
net. Sino que, quiero expresar mi sen-
tir sobre estos temas que están muy
calados en la conciencia de las perso-
nas, del ciudadano común.
Cuando me refiero a cultura, estoy
entendiéndolo como el modo cómo las
personas actúan, sin mucho razona-
miento, o reflexión, es “lo que le sale a
uno”, frente a un hecho o situación.
Para llegar a este nivel es que ese
comportamiento, ha tenido muchos
años de persistencia, en una secuencia
muy conocida cultura es el último ni-
vel de la secuencia: acciones repetidas,
hábitos, creencias y cultura. De modo
que sea esta buena o mala es la mani-
festación de acciones repetidas que
perduraron mucho tiempo. Es en esta
línea que voy a tratar la cultura en el
artículo.
Cuando nos referimos a mendigo, nos
figuramos a la persona abandonada,
carente, principalmente de recursos
para vivir, de ellos lo más indispensa-
ble son comida y vivienda, es aquel
que solicita colaboración sentado en
las veredas de calles concurridas o en
las puertas de las iglesias. Son los
que no pueden sobrevivir por cuenta
propia.
Mientras que el rico, es aquel que dis-
pone de recursos materiales, terrenos,
dinero, oro. Está relacionado princi-
palmente con su poder adquisitivo.
Podría mezclando estos términos decir
que la cultura del mendigo rico, signi-
fica de aquellos que tienen la costum-
bre, de pedir para su sobrevivencia a
pesar de tener muchos recursos
(materiales). Este significado parece
calar exactamente con la sentencia de
Raimondi: “Perú es un mendigo senta-
do en un banco de oro”.
Eso es precisamente lo que voy a tra-
tar en este artículo, porqué somos así,
y consecuentemente qué deberíamos
hacer para dejarla o modificarla, toda
vez que el sentido común de sobrevi-
vencia natural nos orienta hacia el
auto sostenimiento, principio básica
de la evolución y selección natural.
¿Por qué somos mendigos si so-
mos ricos?
Para resolver la situación que es un
problema, entonces propongamos
identificar sus causas, y aunque sabe-
mos que muchos factores estarán co-
rrelacionados, sin embargo pueden
servir para señalar rutas de solución.
Si hacemos una lluvia de ideas segu-
ramente aparecerán algunas causas:
No se sabe cómo se agrega valor
(EDUCACIÓN)
No sabemos cómo transformar los re-
cursos naturales (EDUCACIÒN)
No le gusta trabajar a la gente
(CULTURAL)
No sabíamos que teníamos riquezas
(CULTURAL- EDUCACIÓN)
No sabemos qué hacer con las rique-
zas que cobijan nuestro territorio
(EDUCACIÓN)
No nos enseñan a transformar
(EDUCACIÓN)
Los países ricos se llevan nuestras
riquezas (POLITICO)
Los países ricos solo explotan
(POLITICO)
El estado y el gobierno son entreguis-
tas (POLITICO)
La ideología mundial neoliberal
(POLITICO)
Es decir:
ASPECTOS EDUCACIONALES
ASPECTOS CULTURALES
ASPECTOS POLÍTICOS – ECONÓ-
MICOS
¿Cómo llegar al desarrollo a pesar
de la abundancia?
Si nos basamos en las estadísticas de
recursos naturales, claramente se de-
muestra que sí tenemos grandes ri-
quezas, mucho más que Israel o Ja-
pón, sin embargo ellos han llegado a
niveles de desarrollo mucho mayor
que el Perú, consecuentemente ten-
dría mucha validez lo expuesto por
Raimondi, “El Perú es un mendigo
sentado en un banco de oro”. Esta sen-
tencia refiere a que el Perú dispone de
recursos naturales en abundancia, sin
embargo es pobre.
Y, si identificamos las causas mucho
de ellas tiene que ver con lo cultural,
tanto que la situación y subdesarrollo,
o país pobre, o no viable, se parece
realimentar con nuestro modo de vida,
y casi sin darnos cuenta lo procreamos
y lo mantenemos. Por tanto se requie-
re revertir esta situación, esta cultu-
ra. Aun cuando esto puede demorar
muchos años, empero debemos plan-
tearla e iniciarla, tomando como ejem-
plo que algunos países en menos de 30
años, han dado un salto dramático
La Cultura del Mendigo Rico
En la era del conocimiento la habilidad
está en compartir lo que sabemos y
construir la Capacidad de Transforma-
ción.
2. hacia el desarrollo como Corea del
Sur, y otros países. Sobre este tema el
premio Nobel de Física de 1975, Profe-
sor Abdus Salam, en su Libro
“Ciencia, Tecnología, Educación Cien-
tífica el Desarrollo del Hemisferio
Sur”, dice:
“Este nuestro globo es habitado por
dos especies distintas de seres huma-
nos. ..... 25% de la población son desa-
rrollados, ocupan 40% de la superficie
terrestre y controlan más del 80% del
PBI, los 75% restantes de la pobla-
ción, ´Los Miserables´ viven en los
60% restantes. Lo que distingue una
especie de la otra es su poder, que re-
sulta fundamentalmente de las dife-
rencias en su dominio y utilización de
la ciencia y tecnología contemporá-
nea”.
Igualmente, un estudioso peruano de
la Universidad Pacífico (J. Schuldt),
ha escrito un libro titulado: “¿Somos
pobres porque somos ricos?”, allí hace
notar los mismo que Raimondi que, en
el Perú tenemos grandes cantidades
de recursos naturales, a diferencia de
los países, como Japón o Israel, que a
pesar de sus escaso recursos naturales
son países denominados ricos y tienen
un ritmo de crecimiento mayor que los
países de economías extractivas pri-
marias. A esta contradicción algunos
autores la denominan, “la maldición
de la abundancia”. Acortando el análi-
sis y frente a estos hechos objetivos,
surgen preguntas como: ¿Qué estamos
haciendo mal, reiterativamente, para
que esto ocurra?, ¿Es posible compati-
bilizar la abundancia de recursos na-
turales con un desarrollo sostenible?,
¿Qué propuestas nos plantean los mo-
vimientos políticos en permanente
pugna electoral?, ¿Cuál es nuestro
papel como ciudadanos de aquellas
localidades donde las riquezas natura-
les son extraídas?.
Sabido es que el Perú ha atravesado
momentos de bonanza basados en la
explotación de nuestros recursos natu-
rales, recordamos el guano, el salitre,
el caucho, la anchoveta, y ahora los
minerales. La economía basada en la
explotación de materias primas, con
descuido de la industrialización del
país, es la que ha provocado que luego
de estos ciclos de vacas gordas, volva-
mos a niveles de pobreza inclusive
peores que los años previos. Durante
los ciclos de bonanza parte de los in-
gresos no se orientaron a construir los
fundamentos para la producción de
manufactura. Para transformar y
agregar valor.
Hoy, nos damos cuenta que ese forta-
lecimiento tiene que comenzar con
inversiones públicas, orientadas a la
construcción de infraestructura de
redes viales, redes de educación, redes
de información, redes de salud, redes
del vigilancia ... que es la base real
para incrementar la productividad de
las localidades y regiones de manera
sostenible, este crecimiento debe
apuntar a la ampliación y diversifica-
ción del mercado, la cual atraerá la
inversión privada, con ella producire-
mos productos con capacidad de com-
petir con éxito en el mercado externo,
este ciclo virtuoso del desarrollo se
sustenta en la mayor productividad y
competitividad y no en la disminución
del salario del trabajador.
Cuando hablamos de desarrollo, nos
referimos a algo integral, que es mu-
cho más que un crecimiento económi-
co, al cual lo consideramos como un
factor importante, una definición pró-
xima es la que propone la UNESCO:
“El desarrollo se define casi exclusiva-
mente en términos de capacidad de
generación autónoma del conocimien-
to, de la capacidad de diseminarla y
de la capacidad de utilizarla. Esta es
la verdadera diferencia entre los paí-
ses cuyos ciudadanos son capaces de
realizar plenamente su potencial como
seres humanos y aquellos que no tie-
nen esa capacidad”.
De lo expuesto, el factor clave es el
conocimiento, pero este no solo es el
tecnológico, mas parece ser el decisivo,
en el escenario de la globalización
donde la competencia es feroz.
De otro lado el término competir no
puede ser visto exclusivamente como
la confrontación entre el débil y el
fuerte, donde siempre sobrevivirá el
más fuerte. Ni en la naturaleza está
tesis se soporta cuando hablamos de
la “selección natural” o “evolución”,
allí se nota la existencia de un sin
número de “trucos” que la eluden (esto
es que pueden sobrevivir los dos, el
débil y el fuerte). Tal es el caso de las
aves que gracias a las muy diversas
formas de sus picos, acceden a distin-
tas fuentes de alimentación, estas
aves escaparon de la dura lucha com-
petitiva creándose un “nicho ecológi-
co”. En este sentido puede decirse, que
de manera natural se han convertido
en la mejor especie en su especialidad.
Otro ejemplo de supervivencia en la
ruda lucha por la vida nos da la sim-
biosis, en la cual, dos especies muy
distintas se ayudan mutuamente; más
aún, sólo la presencia de una de ellas
permite la existencia de la otra. Estos
y otros ejemplos nos proponen la re-
gla:
“el éxito en la naturaleza sin ser el
más fuerte está en hallar su nicho
ecológico”.
Aplicar esta regla al desarrollo de
nuestro país o departamento o provin-
cia o distrito o incluso nuestra propia
familia exige como primera tarea pa-
Volumen 1 Nº 11 Página 63
En cada lugar del país hay riquezas na-
turales , el reto es qué conocimiento
usamos para aumentar valor.
3. Página 64 EL ZAGUÁN DE ORO PUQUIO
sar revista por la diversidad de nues-
tras capacidades y poder rescatar al-
guna ventaja que la naturaleza o la
experiencia nos ha otorgado.
Para que esta ventaja comparativa
tenga éxito en la confrontación con los
competidores que venden similares
productos, tenemos que añadirle ven-
tajas competitivas mediante el uso de
la investigación e innovación es decir
mediante el conocimiento.
Cuando hablamos de desarrollo nos
referimos en primera y última instan-
cia al desarrollo del ser humano, que
significa disfrutar de una vida prolon-
gada y saludable, adquirir conoci-
mientos y tener acceso a los recursos
necesarios para lograr una vida decen-
te entendida como la disponibilidad de
descanso, de atención a actividades
culturales, sociales y políticas.
Contribuir a este reto es la tarea que
debemos asumir en todos los niveles,
tanto en los organismos del estado
como en las organizaciones privadas y
la sociedad civil.
Así, desde la óptica de la ciencia e in-
geniería, las propuestas que se reali-
cen deben sustentarse en las ideas
centrales siguientes:
Reconocer que el conocimiento agrega
valor. (EDUCACIÓN - CULTURAL)
El saber se aproxima al hacer.
(EDUCACIÓN – CULTURAL – POLI-
TICO – ECONÓMICO)
Desde el saber local al saber universal
y viceversa. (POLITICO – CULTU-
RAL)
La visión andina de desarrollo.
(POLITICO – ECONÓMICO – CUL-
TURAL)
Fortalecimiento del ser. (CULTURAL
– ETICO)
En lo primero no podemos desconocer
que la principal diferencia de los paí-
ses desarrollados es que usan el cono-
cimiento para mejorar su productivi-
dad, en nuestro país, necesitamos for-
mar gente, adquirir equipos, imple-
mentar instituciones que provean el
conocimiento necesario para que in-
corpore valor a los procesos prioriza-
dos estratégicamente en las localida-
des y regiones específicas. Es decir
aquellas que sean coherentes con sus
mapas de riquezas. Estos conocimien-
tos se orientarían a mejorar nutrien-
tes, ahorrar agua, cuidar el medio am-
biente, mejorar su calidad genética,
defender la propiedad intelectual,
combatir plagas, incrementar su pro-
ductividad etc.
Con lo segundo se propone reorientar
la educación hacia el hacer. Correla-
cionar el saber con el hacer implica
enseñar lo pertinente a la localidad (a
sus necesidades y mapa de riqueza
local y regional), para ello tenemos
que fomentar el emprendedurismo,
con el fin de poder implementar uni-
dades productivas en su localidad, que
les permita generar riqueza, ampliar
y diversificar el mercado y los saque
de la extrema pobreza. Si la educación
(primaria, secundaria y universidad)
se aproxima al hacer, surgirán ideas
creativas de solución con gran impacto
a la productividad, la cual contribuirá
a evitar migración y el centralismo.
Para mirar con realismo esta propues-
ta basta con observar la experiencia
de muchos de nuestros amigos, veni-
dos desde el interior del país, que en
base a su trabajo supieron salir ade-
lante. Tenemos que modificar nuestra
cultura formativa academicista y ha-
cerla más pragmática y utilitaria.
Cuando nos referimos al utilizar el
saber local y el saber universal, quere-
mos decir con total convencimiento
que el conocimiento que se dispone en
la localidad tiene tanta valía como el
saber obtenido en la mejor universi-
dad de Inglaterra o Alemania. No po-
demos despreciar ningún conocimien-
to, nuestra sabiduría milenaria en
muchos casos supera a lo más avanza-
do del saber occidental moderno. Todo
lo que el hombre crea pertenece a toda
la humanidad. La habilidad está en
poder encontrar los atajos de desarro-
llo utilizando lo mejor del conocimien-
to.
En cuarto lugar cuando nos referimos
a la visión andina de desarrollo quere-
mos reconocer que la geografía del
Perú es de corte vertical, muy distinta
a las que presenta Europa o Norte
América, que son planas, por ello los
planes de desarrollo deben reconocer
nuestra carácter andino, pues la pro-
ductividad de los valles de la costa
dependerá del cuidado que tengamos
de las partes altas en general de las
cuencas. Los incas supieron valorar
esta geografía y tuvieron excedentes
que les valió administrar de manera
exitosa el gran imperio incaico.
En quinto lugar cuando nos referimos
a fortalecer el ser, queremos reconocer
y advertir que frente al gran avance y
desarrollo de la tecnología, exigirán el
uso adecuado de las mismas, y estas
finalmente quedan en mano del ser
humano, por ello afianzar los valores,
es fundamental y urgente. Aun cuan-
do la ética depende del lugar y del
tiempo, ellas se deben actualizar con
los avances de la ciencia y tecnología,
sin embargo notamos que va muy
atrás, eso es un peligro.
Si hacemos un balance final de lo que
está ocurriendo en el Perú, en nuestra
Región o en nuestra Localidad, perci-
bimos que se está dejando pasar, nue-
vamente, la oportunidad de los ciclos
de bonanza. A manera de ejemplo tra-
temos de responder a las preguntas
siguientes: ¿Con la presencia de Anta-
mina que efectos, en las cadenas pro-
ductivas de la región Ancash se ha
tenido?, ¿Qué industria se ha consoli-
Poner todas las esperanzas en la econo-
mía extractiva, provoca desencuentros
con las poblaciones afectadas.
4. dado?, ¿Cuántos especialistas se han
formado?, ¿Cuánto ha crecido sus mer-
cados, a dónde exportan?, ¿Se han
implementado redes de educación, de
información, de salud?. Si el balance
es negativo, pues concluimos que nue-
vamente el Estado, y las instituciones
responsables no están mirando futuro,
estamos repitiendo la maldición de la
abundancia.
Cambiando nuestras circunstan-
cias
Así, para combatir y modificar esta
maldición, tenemos que reconocer que
hay un sustrato cultural, que está pre-
sente en nuestro subconsciente, en
“nuestro modo de ser”, en “nuestro
entorno”, como lo explicaba hace mu-
chos años, Ortega y Gasset, “yo soy yo
y mi circunstancia”. Y que finalmente
estas circunstancias no nos dejan ver
ni ser mejores. Igualmente estudios
neurocientíficos, como J. Fuster, seña-
lan, “Ese entorno está en buena medi-
da dentro de nosotros, pues incluye
las representaciones internas del
mundo que nos rodea. Se componen de
nuestros conocimientos perceptuales,
culturales y éticos; en resumidas
cuentas de nuestra “historia del mun-
do personal”, interiorizada en la corte-
za cerebral”.
Entonces tenemos que aprender a no
quejarnos permanentemente de nues-
tro “mal sino”, y siempre echarle la
culpa de nuestra situación de pobreza
o “mendigos” a terceras personas o
países, cuando realmente no sabemos
aprovechar nuestras riquezas, no te-
nemos capacidad de transformarlas o
agregar valor. Así debemos incorporar
a nuestro cotidiano la proximidad a la
cultura científica, fomentar la ciencia
y tecnología, finalmente fortalecer
nuestra Capacidad de Transformación
endógena, que se refleja en la innova-
ción. Como ejemplo, citamos recientes
estudios de un indicador de la innova-
ción, “el número de patentes a nivel
internacional solicitadas por un país”,
para el año 2013 fue: Estados Unidos,
solicitó, 54000, China 24000, Corea
del Sur 12400, Israel 1600. Y, suman-
do a Sudamérica y Centroamérica,
solo alcanzan 1000. De estos últimos
Brasil ha solicitado 600, luego Chile
140, y, Perú 13. Aquí, con claridad nos
damos cuenta que, Israel sin tener las
riquezas naturales destacables, su-
pera a todos los países latinos, conclu-
yentemente la diferencia radica en el
CONOCIMIENTO en ciencia y tecno-
logía.
Así mientras construimos ese nuevo
entorno cultural, tenemos que efec-
tuar acciones directas para combatir
y cambiar esa maldición en oportuni-
dad, colaborando con las autoridades
locales en la preparación de proyectos
de desarrollo con visión de futuro. Pa-
ra esto tenemos que fortalecer la se-
gunda capacidad, la Capacidad de
Organización, que involucren a las
instituciones de residentes en la capi-
tal de la república o en el extranjero,
ellos pueden ser canales de prepara-
ción de ideas, de aproximación a los
altos niveles de gobierno o ser los me-
dios que acopien cooperación interna-
cional que contribuyan producir más
de lo que consumimos mediante el
empleo remunerado, ser inflexibles en
la igualdad de oportunidades, exten-
der los espacios para la participación
de todos en las decisiones y asegurar
que ese desarrollo permanezca para
nuestros futuras generaciones. La
palabra clave es colaboración no im-
porta el tamaño de la misma, debe
bastar el objetivo superior de encon-
trar soluciones, con esa mira deben
sucumbir las denominaciones de iz-
quierda o derecha, rojos o azules, ideo-
logías o religiones, pues nos unirá los
graves problemas que aquejan a nues-
tros pueblos y no habrá tiempo para
confrontaciones superficiales que no
conduzcan a soluciones concretas, nos
debe importar que “el gato case rato-
nes”.
Referencias:
• Schultz Jurgen, ¿Somos Pobres Porque
somos Ricos? Recursos Naturales, Tecno-
logía y Globalización. Lima: Fondo Edito-
rial del Congreso, 2005
• Fuster Joaquin, Cerebro y Libertad, Ariel,
2014
• Acemoglu Daron, Por qué fracasan los
países, Deusto, Colombia 2013
• Sánchez José, El Poder de la Ciencia, Cri-
tica, Barcelona, 2011
• Hauser Marc, La Mente Moral, Paidos,
Barcelona, 2008
• Punset Eduardo, El Alma está en el Cere-
bro, Destino, Barcelona 2006
Agustín Zúñiga Gamarra
Chiquián, 22 de octubre de 2014
Nota: Artículo presentado en Chi-
quián durante el Congreso de la Aso-
ciación de Escritores y Poetas de An-
cash base Bolognesi.
Volumen 1 Nº 11 Página 65
La extracción desde la tierra tiene un
límite, para evitar la destrucción, obliga
a incorporar el conocimiento.
En Israel casi el 40% de agua que usan
es reciclado, nos demuestran que el co-
nocimiento suple las debilidades naturales