PLANTAS MEDICINALES EN HONDURAS EN UN HUERTO CASERO
Infusiones
1. El poder curativo de las infusiones
Estas preparaciones a base de hierbas
silvestres proporcionan diversos beneficios
para nuestra salud. La naturaleza pone a
nuestra disposición un gran abanico que, si
se saben usar, pueden aportar más de una
alegría a nuestro organismo.
2. Infusión no es lo mismo que tisanaInfusión no es lo mismo que tisana
Claro que, para que dichos beneficios surtan el efecto deseado y sus principios activos
realicen la función que les corresponde, es importante saber elaborar este tipo de
hierbas. Y en infusión es como mejor se aprovechan sus bondades medicinales,
terapéuticas y aromáticas. Para hacerla, al contrario de lo que muchos creen, hay que
calentar el agua (nunca hervirla) y después agregar la cantidad de planta deseada. Si,
por el contrario, el agua hierve, ya no es una infusión, sino una tisana. Además, con el
proceso de ebullición la planta puede perder alguno de sus principios activos, sobre
todo los aromáticos.
3. Manzanilla: trastornos digestivos
La manzanilla es, con permiso del poleo menta, la reina de las infusiones, omnipresente en las
alacenas patrias. En la Antigüedad esta hierba era utilizada por las mujeres embarazadas para
calmar las náuseas, así como para relajar la tensión muscular durante el parto. Tal uso era un
acierto, pues la manzanilla tiene propiedades calmantes y, además, digestivas. No en vano ayuda a
paliar los trastornos digestivos leves, sobre todo los relacionados con la disminución de las
flatulencias, la reparación de la membrana gástrica o la regulación de los movimientos de la
musculatura intestinal. Incluso es una buena aliada para mitigar los dolores derivados de la
menstruación.
4. Valeriana: descanso nocturno
La valeriana es otro de los clásicos omnipresentes en las boticas. Aunque esta hierba
ha tenido diferentes usos a lo largo de los siglos (se usaba para paliar los dolores
menstruales en la antigua Grecia y para mitigar la gota en el siglo XII), su mayor
poder lo tiene sobre el sistema nervioso central y, por ende, en el cerebro. De hecho,
seda y relaja dichos órganos, lo que conlleva un estado de calma, el cual obviamente
facilita el descanso y, por tanto, evita el insomnio.