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Teoría y práctica
de la terapia grupal
Gerald Corey
Desclée De Brouwer
Biblioteca de Psicología
TEORÍA Y PRACTICA
DE LA TERAPIA CRUPAL
BIBLIOTECA DE PSICOLOGÍA
(Dirigida por José M. Gondra)
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MOTIVACIÓN Y EMOCIÓN, por Charles N. Cofer.
PERSONALIDAD Y PSICOTERAPIA, por John Dollard v Neal E. Miller.
AUTOCONSISTENCIA: UNA TEORÍA DE LA PERSONALIDAD, por Prescott Leky.
PERSONALIDAD (TEORÍA, DIAGNOSTICO E INVESTIGACIÓN), por Lawrence A. Pervin
RAZÓN Y EMOCIÓN EN PSICOTERAPIA, por Albert Ellis.
GENERALIZACIÓN Y TRANSFER EN PSICOTERAPIA, por Goldstein-Kanfer.
LA PSICOLOGÍA MODERNA. Textos, por José M. Gondra.
MANUAL DE TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA, por A. Ellis y R. Grieger
EL BEHAVIORISMO Y LOS LIMITES DEL MÉTODO CIENTÍFICO, por B. D. Mackenzie.
CONDICIONAMIENTO ENCUBIERTO, por Upper-Cautela.
ENTRENAMIENTO EN RELAJACIÓN PROGRESIVA, por Berstein-Berkovec.
HISTORIA DE LA MODIFICACIÓN DE LA CONDUCTA, por A. E. Kazdin.
TERAPIA COGNITIVA DE LA DEPRESIÓN, por A. T. Beck, A. J. Rush y B. F. Shawn.
LOS MODELOS FACTORIALES-BIOLÓGICOS EN EL ESTUDIO DE LA PERSONALIDAD, por FJ.
Labrador.
EL CAMBIO A TRAVÉS DE LA INTERACCIÓN, por S. R. Strong y Ch. D. Claibom.
EVALUACIÓN NEUROPSICOLOGICA, por M'Jesús Benedet.
TERAPÉUTICA DEL HOMBRE. EL PROCESO RADICAL DE CAMBIO, por J RofCarballo y J. del Amo.
LECCIONES SOBRE PSICOANÁLISIS Y PSICOLOGÍA DINÁMICA, por Enrique Freijo.
COMO AYUDAR AL CAMBIO EN PSICOTERAPIA, por F. Kanfer y A. Goídstein.
FORMAS BREVES DE CONSEJO, por Irving L Janis.
PREVENCIÓN Y REDUCCIÓN DEL ESTRÉS, por Donald Meichenbaum y Matt E. Jaremko.
ENTRENAMIENTO DE LAS HABILIDADES SOCIALES, por Jeffrey A. Kelly.
MANUAL DE TERAPIA DE PAREJA, por R. P. Liberman, E. G. Wheeler. L A. J. M. de Visser
PSICOLOGÍA DE LOS CONSTRUCTOS PERSONALES. Psicoterapia y personalidad, por
Alvin W. Landfield y Larry M. Leitner.
PSICOTERAPIAS CONTEMPORÁNEAS. Modelos y métodos, por S. Lynn y J. P. Garske.
LIBERTAD Y DESTINO EN PSICOTERAPIA, por Rollo May
LA TERAPIA FAMILIAR EN LA PRACTICA CLÍNICA. Vol I. Fundamentos teóricos, por Murray Bowen.
LA TERAPIA FAMILIAR EN LA PRACTICA CLÍNICA. Vol II. Aplicaciones, por Murray Bowen.
MÉTODOS DE INVESTIGACIÓN EN PSICOLOGÍA CLÍNICA, por Bellack y Hersen.
CASOS DE TERAPIA DE CONSTRUCTOS PERSONALES, por R. A. Neimeyery G. J. Neimeyer.
BIOLOGÍA Y PSICOANÁLISIS, por 7. RofCarballo.
PRACTICA DE LA TERAPIA RACIONAL EMOTIVA, por A. Ellis y W. Dryden.
APLICACIONES CLÍNICAS DE LA TERAPIA RACIONAL EMOTIVA, por Albert Ellis y MichaeCE.
Bernard.
ÁMBITOS DE APLICACIÓN DE LA PSICOLOGÍA MOTIVACIONAL, por Luis Mayor y Francisco
Tortosa.
MAS ALLÁ DEL COCIENTE INTELECTUAL, por Roben J. Stemberg.
EXPLORACIÓN DEL DETERIORO ORGÁNICO CEREBRAL, por R. Berg, M. Franzen v
D. Wedding.
MANUAL DE TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA. Volumen II, por Albert Ellis y Russell M. Grieger.
EL COMPORTAMIENTO AGRESIVO. Evaluación e intervención, por Amold P. Goídstein y Harold R,
Keller
COMO FACILITAR EL SEGUIMIENTO DE LOS TRATAMIENTOS TERAPÉUTICOS. Guía práctica
para los profesionales de la salud, por Donald Meichenbaum y Dennis C. Turk.
ENVEJECIMIENTO CEREBRAL, por Gene D. Cohén.
PSICOLOGÍA SOCIAL SOCIOCOGNITIVA, por Agustín Echebarría Echabe.
ENTRENAMIENTO COGNITIVO CONDUCTUAL PARA LA RELAJACIÓN, por J. C. Smith.
EXPLORACIONES EN TERAPIA FAMILIAR Y MATRIMONIAL, por James L. Framo.
TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA CON ALCOHÓLICOS Y TOXICOMANOS, por Mbert Ellis y otros.
LA EMPATIA Y SU DESARROLLO, por N. Eisenberg y J. Strayer.
PSICOSOCIOLOGIA DE LA VIOLENCIA EN EL HOGAR, por S. M. Stith. M. B. Williams y K. Rosen.
PSICOLOGÍA DELDES ARROLLO MORAL, por Lawrence Kohlberg.
TERAPIA DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS, por Thomas J. D'Zurilla.
UNA NUEVA PERSPECTIVA EN PSICOTERAPIA. Guía para la psicoterapia psicodinámica de tiempo
limitado, por Hans H. Strupp y Jeffrey L Binder.
MANUAL DE CASOS DE TERAPIA DE CONDUCTA, por Michel Hersen y Cynthia G. Lasl.
MANUAL DEL TERAPEUTA PARA LA TERAPIA COGNITIVA CONDUCTUAL EN GRUPOS, por
Lawrence /. Sank y Carolyn S. Shaffer.
TRATAMIENTO DEL COMPORTAMIENTO CONTRA EL INSOMNIO PERSISTENTE, por Patrici»
ENTRENAMIENTO EN MANEJO DE ANSIEDAD, por Richard M. Suinn.
MANUAL PRACTICO DE EVALUACIÓN DE CONDUCTA, por Aland S. Bellac y Michael Hersen.
LA SABIDURÍA. Su Naturaleza, orígenes y desarrollo, por Robert J. Stemberg.
CONDUCTISMO Y POSITIVISMO LÓGICO, por Laurence D. Smith
ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS, por William H. Cormier y L. Sherilym
Cormíer.
PSICOLOGÍA APLICADA AL TRABAJO, por Paul M. Muchinsky.
MÉTODOS PSICOLÓGICOS EN LA INVESTIGACIÓN Y PRUEBAS CRIMINALES, por David L Raskin.
TERAPIA COGNITIVA APLICADA A LA CONDUCTA SUICIDA, por A. Freemann y M.A. Reinecke.
MOTIVACIÓN EN EL DEPORTE Y EL EJERCICIO, por Glyn C. Roberts.
TERAPIA COGNITIVA CON PAREJAS, por Frank M. Dattilio y Christine A. Padesky.
DESARROLLO DE LA TEORÍA DEL PENSAMIENTO EN LOS NIÑOS, por Henry M. Wellman.
PSICOLOGÍA PARA EL DESARROLLO DE LA COOPERACIÓN Y DE LA CREATIVIDAD, por MaiM
Garaigordobil.
GERALD COREY
TEORÍA Y PRACTICA DE
LA TERAPIA GRUPAL
BIBLIOTECA DE PSICOLOGÍA
DESCLÉE DE BROUWER
Título de la edición original:
Theory andpractice ofgroup counseling
© 1995,1990,1985,1981 by Wadsworth, Inc. Belmont, California 94002.
Tradwciéo por: Jasone Aldekea
© EDITORIAL DESCLEE DE BROUWER, S.A., 1995
Henao, 6 48009 BILBAO
Printed in Spain ISBN:
84-330-1125-1 Depósito
Legal: BI-2079-95
Fotocomposición Zeta, S.L.
Impresión: Bikaner Gráfica
£1 autor
GERALD COREY, licenciado en psicología, y doctorado en la University
of Southern California, es profesor del departamento de servicios humanos y
de terapia en la California State University en Fullerton. Psicólogo terapeuta
diplomado por American Board of Professional Psichology, miembro de la
American Psichological Association (Psicoterapia) y miembro de la
Associa-tion for Specialists in Group Work. Desde 1983 hasta 1994 (salvo
durante un período de dos años) fue el coordinador del Human Services
Program en la California State University de Fullerton.
En 1991 recibió el título honorífico de profesor del año de la California
State University y en 1992 de doctor honorario de letras humanas en la
National-Louis University. Imparte clases de terapia grupal a estudiantes y a
graduados y otros cursos sobre grupos experienciales, sobre teoría y práctica
de la terapia y sobre ética profesional. Juntamente con sus colaboradores, ha
impartido seminarios en Estados Unidos, Canadá, Alemania, Bélgica, Esco-
cia, México y China, con un interés especial en la formación de la terapia
grupal. A menudo presenta seminarios para organizaciones profesionales en
diferentes universidades. Junto con su esposa, Marianne Schneider Corey, y
otros colaboradores, Gerald dirige grupos residenciales de crecimiento perso-
nal y de formación y todos los veranos supervisa los seminarios de Idyllwild,
California. En su tiempo libre, le gusta viajar, pasear y montar en bicicleta
por las montañas y conducir su coche.
Agradecimientos
A los grupos especiales de mi vida:
* Mi grupo familiar
* Mi grupo de amigos
* Mis colaboradores
* El grupo de estudiantes de servicios humanos
* Los miembros de nuestros grupos residenciales
* El grupo de Brooks/Cole que publica nuestros libros
Prefacio
La terapia de grupo es una forma de intervención terapéutica cada vez
más popular en multitud de entornos. Aunque muchos libros de texto hacen
referencia a este tema, sólo algunos pocos presentan una visión general de
los diversos modelos teóricos y describen la aplicación de estos modelos a la
terapia grupal. La presente obra describe los principales elementos de los
procesos grupales, incluye los aspectos éticos y profesionales específicamen-
te relacionados con la terapia grupal y presenta una visión general de los
conceptos y técnicas fundamentales de diez enfoques terapéuticos. El libro
pretende también integrar todos estos enfoques y anima al lector a elaborar
un marco de trabajo que le conduzca a su propia síntesis.
Teoría y Práctica de la Terapia Grupal está escrito en un estilo claro y sen-
cillo con el fin de facilitar a los lectores la comprensión de los conceptos teó-
ricos y su relación con la práctica grupal. Evidentemente, muchos lectores
estarán familiarizados con el tema y esto les será útil para la comprensión y
aplicación del material que aquí se presenta.
Esta cuarta edición actualizada enfatiza las aplicaciones prácticas de los
modelos teóricos a la terapia grupal. Fundamentalmente se centra en facilitar
a los lectores la elaboración de su propia síntesis de los diversos aspectos de
estos enfoques. Incluye también dos capítulos detallados sobre las fases de la
formación de grupos, aportando una guía para los responsables de la práctica
psicológica.
La Primera Parte presenta una visión general de los distintos tipos de gru-
pos y comenta algunos principios generales aplicables al trabajo con la reali-
12
dad de la diversidad cultural en los grupos. Incluye también las implicaciones
éticas y profesionales de la terapia grupal, las fases de la evolución del grupo,
desde su formación hasta la separación y el seguimiento y algunos aspectos
básicos sobre la participación y liderazgo de los grupos. En esta nueva edi-
ción, los apartados dedicados a la terapia grupal en el contexto multicultural
han sido considerablemente actualizados. Existen materiales recientes sobre
las perspectivas del multiculturalismo, sobre la necesidad de adoptar un enfo-
que multicultural en la terapia grupal, sobre el desafío de una perspectiva
multicultural y sobre las líneas generales de actuación para los terapeutas que
prestan sus servicios a poblaciones multiculturales. En este mismo orden, los
apartados referidos a los aspectos éticos de la terapia en un grupo multicultu-
ral y las habilidades requeridas para llegar a ser un terapeuta efectivo en un
grupo multicultural han sido también ampliados. El apartado de las implica-
ciones éticas y profesionales para la práctica grupal ha sido reelaborado e
incluye ahora las revisiones de las líneas éticas de los terapeutas de grupo y
los principios profesionales para la fase de prácticas de los mismos, ambos
formulados por la Asociación de Especialistas de Terapia en Grupos (AETG).
El contenido de las fases de formación de un grupo ha sido revisado, conden-
sando y reorganizando el material. Por último, las referencias y las lecturas
adicionales han sido actualizadas y ampliadas.
La Segunda Parte examina diez enfoques teóricos de la terapia de grupos.
En esta cuarta edición, algunos de los capítulos han sido notablemente modi-
ficados para reflejar las tendencias más recientes y otros, por el contrario,
sólo han sido revisados. Los capítulos más modificados han sido aquellos
vinculados a la terapia grupal adleriana, el psicodrama, el enfoque existencial
de grupos, la terapia cognitivo conductual de grupo, la terapia racional emoti-
va de la conducta y la terapia realista. Estas revisiones se basan en las suge-
rencias que nos han proporcionado los expertos para actualizar los
comentarios de las diversas teorías en función de las nuevas tendencias, de
nuevos estudios y de las últimas experiencias de cada enfoque que han sido
puestas en práctica.
Los capítulos de la Segunda Parte siguen un modelo organizativo común para que
los estudiantes puedan comparar y contrastar con facilidad los diversos modelos.
Cualquier capítulo incluye una introducción teórica del modelo y sus características
específicas, comenta los conceptos claves del modelo y sus implicaciones para el
proceso grupal así como los procedimientos y técnicas básicas, define el rol y las
funciones del terapeuta del grupo y cuando es aplicable, describe las fases del desa-
rrollo de un proceso grupal particular. Hacia el final de cada uno de estos capítulos
teóricos se introduce una sección de evaluación actualizada destinada fundamen-
talmente a exponer mi valoración personal del enfoque en cuestión. Estos apartados
de evaluación han sido ampliados, reorganizados y reelaborados siguiendo en cada
capítulo el siguiente modelo: contribuciones y pilares básicos del enfoque, limitado-
TEORÍA Y PRACTICA DE LA TERAPIA CRUPAL II
nes y aplicaciones a las poblaciones multiculturales. Esta nueva organización la labor
de comparación de cada teoría. Los comentarios sobre las aplicaciones
muiu-culturales de cada teoría también han sido modificados para reflejar las
tendencias más recientes. En cada capítulo se subraya la necesidad de flexibilidad y
disposicióo para adaptar las técnicas al nivel cultural del cliente. Al final de la obra
se añadaí sugerencias para que ios lectores puedan ampliar sus conocimientos sobre
cada uno de los enfoques teóricos.
En los dos capítulos de la Tercera Parte he aplicado los diez modelos a un
único grupo para ilustrar cómo percibirían los terapeutas de las diferentes
orientaciones un grupo particular y cómo manejarían los temas típicos que
emergen de los grupos. Estas muestras ilustrativas de la terapia grupal preten-
den contextualizar las perspectivas teóricas y subrayar las diferencias y simi-
litudes existentes entre los enfoques. El último capítulo compara y contrasta
los diferentes enfoques grupales con respecto a los objetivos de terapia gru-
pal, el rol y las funciones del terapeuta del grupo, el grado de estructuración y
división de responsabilidad en los grupos, el empleo de técnicas y las contri-
buciones de los distintos enfoques al trabajo grupal en las poblaciones multi-
culturales. El capítulo concluye con una descripción de un "modelo ecléctico
integrado de la terapia grupal", que combina los conceptos y las técnicas de
todos los enfoques que se han examinado y que debería animar a los lectores
a elaborar su propia integración. El modelo I integra perspectivas de "pensa-
miento", "sentimiento" y "conducta", con énfasis variable en cada fase del
desarrollo del grupo. Con ello trato de mostrar los aspectos de cada teoría que
introduzco en las diversas fases del grupo así como de establecer una base
para integrar los diversos enfoques a la práctica de la terapia grupal. Se inclu-
yen algunos consejos para que los lectores puedan elaborar sus propias sínte-
sis de los diversos enfoques grupales. Las revisiones de la Tercera Parte han
sido menos numerosas.
Esta obra está dirigida a estudiantes o profesionales implicados en el área
de servicios sociales. Está indicado especialmente para cualquier estudiante
matriculado en cursos de "Teoría y Práctica de la Terapia Crupal". La obra
también es adecuada para cualquier terapeuta involucrado en el trabajo con
grupos o para cualquier persona interesada en la dirección de diferentes tipos
de grupos como las enfermeras de centros psiquiátricos, curas, asistentes
sociales, consultores, orientadores y profesionales de la salud mental que
dediquen parte de su trabajo a la terapia grupal.
La cuarta edición del Manual del Estudiante sobre la Teoría y Práctica de
la Terapia en Grupo puede ser útil para que los estudiantes obtengan el máxi-
mo beneficio de este libro y experimenten realmente los procesos y técnicas
de grupo. El manual incluye preguntas para reflexionar y comentar, sugiere
actividades que se pueden plantear al grupo clase y a pequeños grupos, ideas
para ser aplicadas en grupos controlados, esquemas resumen, inventarios.
14 PREFACIO
guías de estudio y ejemplos de casos con alternativas abiertas para la práctica
terapéutica en grupo. El manual también ha sido actualizado e incluye mate-
riales suplementarios nuevos para las diez teorías. Se puede obtener también
un Manual de Recursos para el Instructor que también ha sido revisado para
que refleje las modificaciones efectuadas sobre el libro de texto y sobre el
manual del estudiante.
Reconocimientos
Muchas de las revisiones que se han efectuado en esta obra desde su pri-
mera edición en 1981 han surgido en el contexto de los comentarios con estu-
diantes, colegas y profesores que usan el libro. Esos estudiantes y
profesionales a quienes yo imparto cursos siguen aportándome mucha infor-
mación y la mayoría de mis ideas surgen de los comentarios que ellos hacen.
El continuo desafío colaborador de mis amigos y colegas (a quienes ofrezco
clases y seminarios y con quienes co-lidero grupos) mantiene activo mi
aprendizaje y me proporciona la motivación para seguir ejerciendo, impar-
tiendo clases y escribiendo. Estos amigos y colegas son Patrick Callanan,
Mary Moline, J. Michael Russell, Veronika Tracy y George Williams, todos
ellos profesores en la Universidad Estatal de California en Fullerton; deseo
reconocer especialmente la influencia en mi vida y en mi obra de mi esposa y
colega Marianne Schneider Corey con quien trabajo regularmente. Su crítica
y feedback han sido de valor especial al preparar estas revisiones y muchas
de las ideas de este libro son el producto de nuestras largas discusiones sobre
la terapia grupal.
Los comentarios de quienes revisaron la obra antes y después del manus-
crito me han ayudado a modelar el producto final. Las personas que revisaron
el manuscrito completo de la cuarta edición y me ofrecieron su apoyo y feed-
back crítico fueron J. Ezell de la Universidad de Marymount, Peni na Frankel
de la Universidad Nacional-Louis, Barbara Herlihy de la Universidad de
Houston-Clear Lake, Joseph R. Morris de la Universidad de West Virginia y
David G. Zimpfer de la Universidad de Kent State.
Las siguientes personas revisaron los apartados correspondientes a los
aspectos multiculturales y proporcionaron comentarios críticos y sugerencias
útiles sobre formas de incorporar la diversidad cultural a la práctica de la
terapia grupal: Victoria D. Coleman de la Universidad de Purdue, Farah A.
Ibrahim de la Universidad de Connecticut, Frederick T. L. Leong de la Uni-
versidad Estatal de Ohio, Noreen Mokuau de la Universidad de Hawaii,
Zebra Mooman, estudiante de servicios sociales en la Universidad Estatal de
California, Paul B. Pedersen de la Universidad de Syracuse, Ronnie Priest de
la Universidad Estatal de Memphis, Derald Wing Sue de la Universidad Esta-
tal de California, Hayward, Sandra Wathen, doctorante en la Universidad de
TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 13
i
Indiana, Southeast y Julia R.J. Yang de la Universidad Estatal de California.
Fresno.
Valoro los comentarios detallados que recibí de personas que revisaron
capítulos específicos. Muchas personas han contribuido con su experiencia en
un área específica. Agradezco a los siguientes por su ayuda en la actualiza-
ción de varios capítulos teóricos:
* Capítulo 6: William Blau, California School de Psicología Profesional
en Los Angeles y J. Michael Russell de la Universidad Estatal de California,
FuUerton.
*Capítulo 7: James Bitter de la Universidad Estatal de California, FuUer-
ton.
* Capítulo 8: Adam Blatner de la Universidad de Louisville.
* Capítulo 9; J. Michael Russell de la Universidad Estatal de California,
FuUerton y Emmy van Deurzen-Smith de Regent's CoUege de Londres.
* Capítulo 10: David J. Cain fundador de la Asociación Centrada en la
Persona en Carlsbad, California.
* Capítulo 13: Amold A. Lazarus de la Universidad de Rutgers y Sheldon
Rose de la Universidad de Wisconsin-Madison.
* Capítulo 14: Albert Ellis, presidente del Instituto de Terapia Racional
Emotiva en New York.
* Capítulo 15: Robert E. Wubbolding de la Universidad Xavier.
Este libro es el resultado del esfuerzo realizado por un grupo e incluye la
combinación de los talentos de multitud de personas pertenecientes a la fami-
lia Brooks/Cole. Agradezco la oportunidad que me han dado para trabajar
con Claire Verduin, encargada de la sección de psicología y terapia que conti-
núa manteniendo el equilibrio necesario entre el desafío y el apoyo, con Gay
Bond, asociado editorial que siempre ha sido eficiente y colaborador al intro-
ducir la revisiones, con Fiorella Ljunggren, jefe de los servicios de produc-
ción que controla la producción de nuestros libros, con William Waller, el
editor que se encarga de asegurar que nuestros libros dispongan de la conci-
sión y claridad suficientes y con Cecile Joyner de la Compañía Cooper que se
encargó de la producción de nuestro libro con habilidad y eficacia. Aprecio
también el cuidadoso trabajo que ejecutó Glennda Gilmour en la elaboración
del índice. Sus talentos, esfuerzos, dedicación y horas extras han contribuido
obviamente a mejorar la calidad de este texto. Con la ayuda profesional de
estas personas, la continua revisión de este libro ha sido más motivo de dis-
frute que de molestia.
Gerald Corey
índice
- El autor 7 -Agradecimientos 9
- Prefacio 11
PRIMERA PARTE
REVISIÓN DE ELEMENTOS BÁSICOS DE LOS
PROCESOS CRUPALES
1. Introducción del trabajo en grupo 21
2. Factores éticos y profesionales en la práctica con grupos 49
3. Liderazgo en el grupo 81
4. Estadios iniciales en el desarrollo grupal 117
5. Estadios finales en el desarrollo grupal 147
18
SEGUNDA PARTE
ENFOQUES TEÓRICOS DE LA TERAPIA GRUPAL
6. El enfoque Psicoanalítico de Grupos
7. Terapia Grupal Adleriana
8. Psicodrama
9. El enfoque existencial de Grupo
10. El enfoque grupal centrado en la persona
11. Terapia de la Gestalt
12. Análisis Transaccional
13. Terapia conductual de grupo
14. Terapia racional emotiva
15. Terapia realista de grupo
181
235
257
291
321
353
389
413
455
485
TERCERA PARTE
APLICACIÓN E INTEGRACIÓN
16. Ejemplo de un Grupo en Acción: Varias perspectivas
17. Comparaciones, contrastes e integración
519 551
PRIMERA PARTE
Revisión de elementos básicos
de los procesos grupales
1 Introducción del trabajo en grupo
Hoy en día más que nunca, los profesionales de la salud mental deben
afrontar el desafío de elaborar nuevas estrategias tanto para la prevención
como para el tratamiento de problemas psicológicos. Aunque existe la posi-
bilidad de la terapia individual, limitar los servicios a este modelo ha dejado
de ser práctico, especialmente en estos tiempos caracterizados por las dificul-
tades económicas. Desde mi punto de vista, la terapia de grupo proporciona
una alternativa para sobrellevar este desafío. Por una parte los grupos permi-
ten a los terapeutas trabajar con más de un cliente al mismo tiempo y por otra
parte el proceso grupal conlleva ventajas específicas de aprendizaje. La tera-
pia de grupo puede ser el tratamiento seleccionado por muchos sectores de la
población. Sin embargo, si el trabajo en grupo debe ser efectivo, los terapeu-
tas necesitan una base teórica y deberán encontrar formas de aplicar creativa-
mente estas teorías a la práctica.
EL AUMENTO EN EL USO DE GRUPOS
En la medida que mis colegas y yo hemos dirigido talleres y seminarios a
lo largo de todos los Estados Unidos, hemos encontrado un aumento del inte-
rés por el trabajo en grupos. Los terapeutas profesionales están creando una
creciente variedad de grupos para satisfacer las necesidades especiales de su
diversa clientela. De- hecho, los tipos de grupos que pueden diseñarse sólo
están limitados por la imaginación propia. Este amplio desarrollo no ha con-
22 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO
siderado suficientemente la necesidad de la formación y entrenamiento global
en la teoría y práctica de la terapia de grupo. Este libro trata de proporcionarle
una base de conocimiento fundamental aplicable a la mayoría de los tipos de
grupos que usted pueda dirigir.
Se pueden emplear los grupos tanto con propósitos terapéuticos como
educativos o para la combinación de ambos. Algunos grupos tratan de ayudar
a las personas a ejecutar cambios fundamentales en sus formas de pensar,
sentir y comportarse. Otros grupos, con una orientación más educativa, ense-
ñan a sus miembros habilidades específicas de manejo. En este capítulo
encontrará una breve revisión de diversos tipos de grupos y las diferencias
principales entre ellos.
En el área de los servicios humanos o sociales, se esperará que usted se
halle preparado para aplicar enfoques grupales a diversos clientes con multi-
tud de propósitos. En un hospital psiquiátrico, por ejemplo, pueden solicitarle
que diseñe y dirija a grupos de pacientes con diferentes problemas, algunos
que van a ser dados de alta y reinsertados en la comunidad o para los familia-
res de los pacientes. Es frecuente encontrar en estos hospitales grupos de
insight, grupos de readapatación o grupos de terapia vocacional/recreativa.
Si usted trabaja en un centro de salud mental, en un centro terapéutico
educativo o en hospital de día, se espera que usted desempeñe servicios tera-
péuticos en diferentes modalidades grupales. Probablemente sus clientes pro-
cederán de poblaciones diversas respecto a las variables edad, problemática,
nivel socioeconómico, nivel educativo, raza o etnia y medio cultural. Los ser-
vicios sociales hacen cada vez mayor uso de los grupos y no es extraño hallar
agrupaciones de mujeres, grupos de hombres, grupos de hijos de padres alco-
hólicos, grupos de apoyo, grupos educativos de padres, agrupaciones de
pacientes de cáncer, grupos de personas con trastornos de alimentación, gru-
pos de personas en crisis, grupos de ciudadanos mayores, grupos de personas
seropositivas, grupos de apoyo a pacientes con SIDA y grupos dirigidos a
disminuir el abuso de sustancias. El enfoque teórico puede basarse primera-
mente en un sistema simple como es el caso de la terapia realista u otra de las
muchas formas de terapia conductual. Sin embargo, los terapeutas son paula-
tinamente más partidarios de una posición ecléctica en la medida que extraen
técnicas procedentes de distintos enfoques.
En los centros escolares se diseñan grupos especiales para manejar los
problemas de aprendizaje, vocacionales, personales o sociales de los estu-
diantes. Si usted trabaja en una escuela, le pueden pedir que organice un
grupo para reducir la ansiedad a los exámenes, un grupo de orientación pro-
fesional, un grupo de autoestima, un grupo de niños procedentes de familias
monoparentales, un grupo de aprendizaje de habilidades sociales o un grupo
de crecimiento personal. Los consultores de las escuelas primarias están tra-
bajando con grupos terapéuticos y con grupos educativos. Al nivel de la
TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 23
enseñanza secundaria, los grupos van dirigidos a ayudar a los estudiantes con
problemas de readaptación, víctimas de algún abuso o que sufren alguna
crisis.
En resumen, se diseñan enfoques de grupo para satisfacer las necesidades
de cualquier persona. Una de las principales razones del éxito obtenido es
que el enfoque de grupo es a menudo más efectivo que el enfoque individual.
Esta efectividad se debe en parte a que los miembros del grupo pueden prac-
ticar nuevas habilidades dentro del mismo grupo y en sus interacciones dia-
rias fuera del mismo. Además, los miembros del grupo se benefician tanto del
feedback y del insight de los miembros restantes como del terapeuta, los gru-
pos ofrecen también la posibilidad de ejercitar el modelado. Los miembros
aprenden a manejar sus problemas observando a otras personas con preocu-
paciones similares. Existen también otras razones prácticas que justifican el
éxito de los grupos como es un menor coste de los honorarios y una mayor
disponibilidad de los terapeutas y consultores.
Sin embargo se plantea el problema de que incluso los terapeutas con
mucha experiencia en su profesión carecen de la suficiente teoría y técnicas
del trabajo grupal. Muchos de estos profesionales se encuentran a sí mismos
inmersos en el rol de terapeuta de grupo sin la adecuada preparación o prácti-
ca. No es sorprendente pues, que algunos de ellos tengan miedo y no sepan
por dónde empezar. Aunque este libro no pretende ser el método exclusivo
para la preparación de profesionales competentes de grupos, su propósito es
proporcionar alguna base para el manejo de las demandas con que se halla el
terapeuta de un grupo.
SOBRE LA PRESENTE OBRA
Teoría y Práctica de la Terapia Grupal le pondrá en contacto con algunos
aspectos básicos del liderazgo de grupos y de la participación en los mismos y
le mostrará su forma de funcionamiento. Los restantes capítulos de la Primera
Parte tratan sobre los elementos básicos de los procesos y práctica grupales
que usted necesitará conocer independientemente del tipo de grupos que dirija
o de la orientación teórica que pueda mantener En el Capítulo 2 se mencionan
importantes cuestiones éticas y profesionales que inevitablemente hallará
cuando dirija grupos. Se subrayan los derechos de los miembros del grupo y
las responsabilidades de los dirigentes. El Capítulo 3 se refiere a los aspectos
relacionados con el liderazgo de grupos, tales como las características de los
terapeutas efectivos, los problemas que afrontan, los diferentes estilos de lide-
razgo y algunas habilidades específicas necesarias para el liderazgo efectivo.
En el Capítulo 4 y 5 se introducen las principales tareas para afrontar un grupo
en la medida que progresa a través de los diferentes estadios, desde su forma-
ción hasta su finalización, evaluación y seguimiento. Se examinan las caracte-
24 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO
rísticas centrales de los estadios que configuran la historia vital del grupo,
prestando especial atención a las funciones del terapeuta en cada uno de los
estadios. Estos capítulos se centran también en las funciones de los miembros
de un grupo y en los posibles problemas asociados a cada estadio de la evolu-
ción del grupo.
La Segunda Parte del texto está diseñada para proporcionarle una visión
general de los distintos modelos teóricos que subyacen a la terapia de grupo,
de tal forma que usted pueda analizar la conexión existente entre la teoría y la
práctica. Se han seleccionado diez modelos para presentar una perspectiva
equilibrada. Más concretamente, se ha seleccionado el modelo psicoanalítico
porque es la teoría a partir de la que se han derivado la mayoría de los enfo-
ques restantes. Incluso aunque considere limitadas algunas de las técnicas
psi-coanalíticas, puede seguir utilizando conceptos psicoanalíticos en su
trabajo. El enfoque Adleriano de grupos está incluido porque parece haber
resurgido el interés por los conceptos y procedimientos adlerianos en las
terapias de grupo. La inclusión del psicodrama se basa en mi teoría de que los
métodos orientados a la acción del role-playing pueden integrarse en la
mayoría de las formas del trabajo grupal. Las terapias orientadas a la relación -
que incluyen el enfoque existencial , el enfoque centrado en la persona y el
enfoque Gestalt - son importantes porque subrayan la experimentación de
sentimientos y reacciones interpersonales en la práctica grupal. Se ha incluido
el Análisis Transaccional porque proporciona una estructura cognitiva para el
trabajo en grupos y puede integrarse con muchos otros enfoques. Las terapias
conductuales y cognitivo-conductuales - terapia conductual, terapia racional
emotiva y terapia realista -refuerzan los métodos de acción y la modificación
de la conducta.
Para proporcionarle un marco de trabajo que integre los modelos teóricos,
estos diez capítulos siguen un mismo índice. Presentan los conceptos clave de
cada teoría y sus implicaciones para la práctica en grupos, describen el rol y
las funciones del terapeuta del grupo de acuerdo a cada teoría, comentan la
forma de aplicar cada teoría a la práctica en grupos y describen las principa-
les técnicas empleadas en cada teoría. Los ejemplos ilustran el uso de estas
técnicas. Cada capítulo contiene mi evaluación del enfoque descrito - una
evaluación basada en los aspectos que considero más fuertes y más débiles -y
una breve descripción de las posibles aplicaciones de estos enfoques a los
diversos grupos.
De este texto usted aprenderá sólo algunos aspectos esenciales de las tera-
pias examinadas. El libro no está diseñado para hacer de usted un experto en
ninguno de los enfoques de grupo. Su objetivo es proporcionarle una visión
global de las diferencias y similitudes significativas existentes entre estos
modelos teóricos. Espero motivarle suficientemente para que seleccione algu-
nos enfoques y profundice en ellos mediante lecturas adicionales y para que
experimente algunos de estos enfoques como-participante. El fin último es
BAFAEL NüÑEa"
TEORÍA Y PRACTICA DE LA TERAPIA CRUPAL 25
conseguir que el lector logre su propia perspectiva teórica y estilo personal de
liderazgo de grupo.
La Tercera Parte se centra en la aplicación práctica de las teorías y princi-
pios expuestos en la Primera y Segunda Partes. Para aumentar el realismo de
tales aplicaciones, en el Capítulo 16 se sigue a un grupo en acción y se
comenta cómo aplicar los distintos enfoques teóricos al caso. De este modo
observará cómo terapeutas con diferentes orientaciones trabajan con el
mismo grupo y con los mismos temas. Esta perspectiva comparativa demos-
trará también algunas de las técnicas del liderazgo de grupos en acción. El
Capítulo 17 está diseñado para ayudarle a enlazar los distintos métodos y
enfoques y para buscar similitudes y diferencias entre ellos. Este capítulo pre-
senta también mi propia versión de un modelo ecléctico integrado para la
práctica en grupo.
Le incito a mantener la mente abierta y a leer de forma crítica. Siendo un
aprendiz activo y planteando cuestiones logrará los cimientos necesarios para
llegar a ser un terapeuta efectivo. Se ha diseñado un Manual para la Teoría y
Práctica de la Terapia de Grupo como suplemento a este de tal forma que
usted pueda experimentar las técnicas que está estudiando.
REVISIÓN DE LA TERAPIA DE GRUPO
Este libro versa sobre la terapia de grupo. Existen diversos tipos de grupos
terapéuticos y la mayoría de ellos comparten las metas, los procedimientos,
las técnicas y los procesos terapéuticos en los grupos. Sin embargo difieren
con respecto a los objetivos específicos, el rol del terapeuta, el tipo de perso-
nas que integra el grupo y el énfasis que se concede a los aspectos de preven-
ción, resolución, tratamiento y desarrollo. Para esclarecer estas similitudes y
diferencias, la descripción de la terapia de grupo de este apartado va seguido
de breves comentarios sobre la psicoterapia de grupo, los grupos estructura-
dos y los grupos de auto-ayuda. La terapia de grupo persigue objetivos
pre-entivos y curativos. Generalmente el grupo terapéutico tiene un centro
de interés específico que puede ser educativo, vocacional, social o personal.
El grupo implica un proceso interpersonal que potencia los pensamientos,
sentimientos y conductas conscientes. A menudo los grupos terapéuticos
están orientados hacia el problema, su contenido y centro de atención está
determinado por los miembros , quienes normalmente son individuos con
buen funcionamiento, que no requieren una reconstrucción extensiva de la
personalidad y cuyos problemas están relacionados con el desarrollo de tareas
en su espacio vital. La terapia de grupo se orienta hacia el crecimiento siendo
su centro de atención el descubrimiento de los recursos internos de los miem-
bros. Los participantes pueden estar padeciendo una crisis situacional y con-
flictos temporales o pueden estar esforzándose por modificar algunas
26 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO
conductas auto-destructivas. El grupo proporciona la empatia y el apoyo
necesarios para crear una atmósfera de confianza que conduzca a compartir y
explorar dichos problemas. A menudo, la terapia de grupo se desarrolla en
entornos institucionales como escuelas, universidades, centros psicológicos,
centros de salud mental y otros servicios sociales de base.
El terapeuta emplea técnicas verbales y no verbales así como ejercicios
estructurados. Las técnicas más frecuentes son el reflejo (reflejar los mensa-
jes verbales y no verbales de un miembro del grupo),la clarificación (ayudar
a los miembros a entender con más precisión sus mensajes y sentimientos), el
role-playing e interpretación (conectar las conductas presentes con decisiones
adoptadas en el pasado). En el Capítulo 3 se describen con más detalle otras
técnicas frecuentes en las terapia de grupo.
El rol del terapeuta consiste fundamentalmente en facilitar la interacción
de todos los miembros, ayudarles a aprender de los otros, colaborar con ellos
para establecer metas personales y animarles a convertir sus insights en
planes concretos que impliquen la ejecución fuera del grupo. Los terapeutas
interpretan este rol enseñando a los miembros del grupo a centrarse en el
aquí y ahora y a identificar los problemas que desean examinar en el grupo.
Metas
Teóricamente, los miembros deciden por sí mismos las metas específicas
de su experiencia grupal. Algunas metas generales que comparten los miem-
bros de terapias de grupo son:
* Aprender a confiar en sí mismo y en los demás.
* Lograr un auto-conocimiento y desarrollar la sensación de una identidac
propia única.
* Reconocer las similitudes de las necesidades y los problemas de los par
ticipantes y desarrollar una sensación de universalidad.
* Aumentar la auto-aceptación, la auto-confianza y el respeto a une
mismo para lograr una nueva imagen propia.
* Buscar formas alternativas para manejar los aspectos evolutivos norma
les y resolver ciertos conflictos.
* Aumentar la auto-dirección, autonomía y responsabilidad hacia um
mismo y hacia los demás.
* Ser consciente de las posibilidades propias y actuar en consecuencia.
* Elaborar planes específicos para modificar algunas conductas y obligar
se a uno mismo a mantener dichos planes.
* Aprender habilidades sociales más efectivas.
* Sensibilizarse ante las necesidades y sentimientos de los otros.
TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 27
* Aprender a enfrentarse a los otros directamente con cautela, cuidado y
honestidad.
* Superar la mera búsqueda de las expectativas ajenas y aprender a vivir
con expectativas propias.
* Clarificar los valores propios y decidir si se modifican y cómo hacerlo.
Ventajas
La terapia de grupo cuenta con muchas ventajas a su favor como vehículo
para ayudar a las personas a ejecutar modificaciones en sus actitudes, opinio-
nes sobre sí mismos y sobre otros, sentimientos y conductas. Una ventaja es
que los participantes pueden explorar su estilo de relación con los demás y
aprender habilidades sociales más efectivas. Otra consiste en que los miembros
pueden comentar las percepciones que tienen de los otros miembros del grupo
y recibir un valioso feedback sobre cómo están siendo percibidos por ellos.
La terapia de grupo proporciona la reproducción del mundo cotidiano de
los participantes de múltiples formas, especialmente si los miembros son
diversos con respecto a las variables edad, intereses, medio cultural, nivel
socioeconómico y tipo de problema. Como microcosmo de la sociedad, el
grupo proporciona una muestra de la realidad porque los conflictos y proble-
mas de los miembros hallados en el grupo no difieren de los experimentados
fuera de él. La diversidad que caracteriza a la mayoría de los grupos propor-
ciona a los participantes un feedback inusualmente rico pues pueden verse a
sí mismos a través de los ojos de una amplia variedad de personas.
El grupo ofrece comprensión y apoyo lo cual motiva el deseo de los miem-
bros a explorar los problemas con que llegan al grupo. Los participantes gene-
ran la sensación de pertenencia y mediante la cohesión que se produce,
aprenden formas de comportarse íntimamente, atentamente, etc. En esta atmós-
fera protectora los miembros pueden experimentar conductas alternativas. Pue-
den poner en práctica estas conductas en el seno del grupo, donde reciben el
ánimo y las sugerencias para aplicar sus aprendizajes en el mundo exterior.
Finalmente, corresponde a los miembros decidir qué modificaciones dese-
an. Pueden comparar las percepciones de sí mismos con las percepciones de
los otros y decidir qué hacer con esta información. En esencia, los miembros
consiguen una idea del tipo de persona que les gustaría llegar a ser y consi-
guen comprender lo que les está impidiendo conseguirlo.
Valores para Poblaciones Específicas
La terapia de grupo puede diseñarse para satisfacer las necesidades de
poblaciones específicas como niños, adolescentes, estudiantes o ancianos. En
28 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO
la obra Grupos: Proceso y Práctica (M. Corey & Corey, 1992) se describen
ejemplos de estos grupos y se ofrecen sugerencias sobre la organización de
los mismos y las técnicas aplicables para manejar los problemas específicos
de cada uno de ellos. A continuación se presenta un breve comentario sobre
el valor de la terapia de grupos para múltiples poblaciones específicas.
TERAPIA DE GRUPO PARA NIÑOS. La terapia de grupo para niños
puede perseguir objetivos preventivos o curativos. En las escuelas se sugieren
terapias de grupo para los niños que muestran conductas o atributos como la
dificultad para relacionarse con los compañeros, peleas excesivas, explosio-
nes de violencia, cansancio crónico, falta de supervisión en el entorno fami-
liar y apariencia de abandono. Los grupos reducidos pueden proporcionar a
los niños la oportunidad de expresar sus sentimientos sobre los aspectos ante-
riores o los problemas que de ellos se derivan. Es muy importante identificar
a niños que estén desarrollando problemas emocionales o conductuales. Si
estos niños pueden recibir asistencia psicológica en una edad temprana, dis-
ponen de mejores oportunidades para manejar con efectividad las tareas evo-
lutivas con las que deberán enfrentarse posteriormente.
TERAPIA DE GRUPO PARA ADOLESCENTES. Los años adolescentes
pueden ser de extremada soledad y no es extraño que un adolescente sienta
que nadie quiere ayudarle. La adolescencia es también una época de grandes
preocupaciones y de decisiones importantes que pueden afectar al curso de la
propia vida. Son parte de esta época las dudas, la dependencia/independencia,
los conflictos de aceptación/rechazo, las crisis de identidad, la búsqueda de
seguridad, las presiones de conformismo y la necesidad de aceptación.
Muchos adolescentes están presionados para que actúen y obtengan éxitos y
con mucha frecuencia experimentan grandes presiones para satisfacer estas
expectativas ex temas.
La terapia de grupo está especialmente indicada para los adolescentes por-
que les proporciona un lugar donde expresar los sentimientos conflictivos,
explorar sus dudas sobre sí mismos y llegar a comprender que comparten
estas preocupaciones con sus iguales. El grupo permite a los adolescentes
cuestionarse abiertamente sus valores y a modificar los que deben ser cam-
biados. En el grupo, los adolescentes pueden aprender a comunicarse con sus
iguales, pueden beneficiarse del modelo proporcionado por el terapeuta y
pueden experimentar con la realidad sin riesgos y examinar así sus límites.
Otro valor específico de la terapia de grupo para los adolescentes es que les
ofrece la oportunidad de ser instrumentales en el proceso de crecimiento
mutuo. La interacción grupal posibilita a los participantes expresar sus pro-
blemas y ser escuchados y pueden ayudarse mutuamente en el camino hacia
la auto-comprensión y la auto-aceptación.
TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 29
TERAPIAS DE GRUPO PARA ESTUDIANTES. Los grupos de terapia son
un vehículo valioso para satisfacer las necesidades evolutivas de muchos
estudiantes que sienten que el instituto o universidad sólo se preocupa de su
desarrollo intelectual excluyendo su crecimiento emocional o social. Durante
los años que estuve trabajando como consultor en dos universidades me per-
caté de la necesidad de grupos en los campus. En estas universidades los gru-
pos existentes estaban diseñados para estudiantes relativamente sanos que
estuvieran experimentando crisis evolutivas. El principal objetivo de estos
grupos consistió en ofrecer a los participantes una oportunidad para el creci-
miento y una situación donde pudieran manejar sus problemas relacionados
con sus estudios, con las relaciones hombre/mujer, problemas de identidad,
planes educativos, sentimientos de aislamiento en un campus impersonal y
otras preocupaciones vinculadas al hecho de llegar a ser una persona autóno-
ma.
En la actualidad, muchos consultores de universidades y centros de estu-
dios ofrecen diversas modalidades de grupos estructurados para satisfacer las
diferentes necesidades de los estudiantes algunos de los cuales son grupos de
asertividad, grupos para las minorías, grupos de incapacitados físicos, grupos
para reducción del estrés, grupos de adultos que vuelven a ser estudiantes y
que se están cuestionando el cambio de su carrera y de su estilo de vida o
grupos de reducción de la ansiedad a los exámenes. En el siguiente apartado
se examinarán brevemente estos grupos estructurados.
TERAPIA DE GRUPO PARA LOS ANCIANOS. Los grupos terapéuticos
pueden ser muy útiles para los ancianos al igual que para los adolescentes. A
medida que las personas van envejeciendo experimentan soledad y muchos
de ellos careciendo de la esperanza de un futuro significativo, se resignan a
una vida inútil. Como los adolescentes, los ancianos se sienten a menudo
improductivos, innecesarios y no queridos. Otro problema es que muchos
ancianos alimentan mitos sobre el envejecimiento que posteriormente se con-
vierten en profecías auto-cumphdas. Un ejemplo de ellos es la falsa idea de
que los ancianos no pueden cambiar y que una vez jubilados están abocados a
la depresión. Los grupos terapéuticos pueden ayudar a los ancianos a desafiar
estos mitos y a manejar los aspectos evolutivos que ellos, como cualquier
otro grupo de edad, deben encarar de forma tal que mantengan su integridad
y respeto hacia sí mismos. La situación de grupo puede ayudar a las personas
a salir de su aislamiento y a ofrecer a los ancianos el coraje necesario para
encontrar significado en sus vidas, pudiendo disfrutar de una vida completa y
no limitada a la mera existencia.
INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO
OTROS TIPOS DE
GRUPOS Psicoterapia de Grupo
Una diferencia importante existente entre la psicoterapia de grupo y la tera-
pia de grupo reside en las metas de una y otra. Mientras que la terapia de
grupo se centra en el crecimiento, desarrollo, potenciación, prevención,
auto-consciencia y superación de los obstáculos que impiden el crecimiento, la
psicoterapia de grupo se centra normalmente en el tratamiento y la
reconstrucción personal. La psicoterapia de grupo es un proceso de reeduca-
ción que incluye tanto la percepción consciente como la inconsciente y ambas
tanto en el presente como en el pasado. Algunos grupos de psicoterapia se
diseñan originalmente para corregir trastornos emocionales y conductuales
que impiden el buen funcionamiento de la persona. La meta puede ser un cam-
bio mayor o menor de la estructura de la personalidad, dependiendo de la
orientación teórica del terapeuta del grupo. A consecuencia de este tipo de
meta, la duración de estos grupos suele ser prolongada. Las personas que inte-
gran el grupo pueden estar sufriendo problemas emocionales, conflictos neu-
róticos profundos o estados psicóticos y algunos pueden mostrar conductas
socialmente desviadas. Por lo tanto, muchos de estos individuos se hallan más
necesitados de tratamientos terapéuticos que de trabajo evolutivo o preventivo.
Los terapeutas de los grupos de psicoterapia son normalmente psicólogos
clínicos, psiquiatras y asistentes sociales. Emplean multitud de modalidades
verbales (comunes también a los consultores de los grupos) y algunos emple-
an técnicas para inducir la regresión a experiencias tempranas, para hacer sur-
gir dinámicas inconscientes y para ayudar a los miembros a reexperimentar
situaciones traumáticas de tal forma que se produzca una catarsis. En la
medida que se reviven estas experiencias en el grupo, los miembros se hacen
conscientes y logran el insight de las decisiones pasadas que interfieren en su
funcionamiento cotidiano. El terapeuta ayuda a los miembros del grupo a
desarrollar una experiencia emocional correctiva y a adoptar nuevas decisio-
nes sobre el mundo, los otros y sobre uno mismo. Una de las principales
características de la psicoterapia de grupo es el trabajo a través de los asuntos
inconclusos que tienen sus raíces en el pasado inconsciente. Este centro de
interés en el material pasado, la dinámica inconsciente, la reconstrucción de
la personalidad y el desarrollo de nuevos patrones de conducta basados en los
insights requiere también una duración más prolongada que la terapia grupal.
Grupos Estructurados
Los grupos estructurados, o grupos caracterizados por un tema central,
parecen estar adquiriendo mucha popularidad. Cuando mis colegas y yo
30
TEORÍA Y PRACTICA DE LA TERAPIA CRUPAL 31
hemos dirigido seminarios, hemos encontrado profesionales muy creativos
para la organización de grupos de tiempo limitado que versan sobre un tema
concreto o dirigidos a una población en particular. Estos trabajadores de gru-
pos perciben necesidades en la comunidad y dirigen estas necesidades
mediante la creación de grupos. Tales grupos persiguen diversos propósitos:
impartir información, compartir experiencias comunes, enseñar a resolver
problemas, ofrecer apoyo y enseñar a las personas a establecer sus propios
sistemas de apoyo fuera del entorno grupal.
Es obvio que los grupos estructurados, en oposición a la terapia de grupos
o a los grupos de crecimiento personal, están asentándose en multitud de
entornos. Parecen tener una buena acogida en los centros públicos y en los
centros escolares. Muchas universidades y centros de estudios ofrecen una
variedad de grupos especiales dirigidos a una población en particular además
de los grupos no estructurados de crecimiento personal y las terapias de
grupo. Por ejemplo, los grupos estructurados ofertados por el Centro de Ser-
vicios Psicológicos de la Universidad de Texas en Austin incluyen los
siguientes: Transiciones de la mitad de la vida: valores y decisiones vitales;
Control sobre el propio estilo de vida y "estilo de trabajo", manejo del estrés;
Entrenamiento en el manejo de la depresión; Manejo de relaciones/Finaliza-
ción de relaciones; Estrategias para construir la auto-confianza de mujeres
graduadas; Aprender a manejar la ansiedad para hablar en público; Desarrollo
de conductas asertivas; Perfeccionismo: La espada de dos filos; Estudiantes
con un familiar alcohólico y algunos otros.
Otro ejemplo son los programas de terapia de grupo disponibles para los
estudiantes de la Universidad Estatal de Colorado. Hay grupos terapéuticos
para descendientes de un miembro alcohólico e incluso grupos educativos y de
apoyo para estos clientes. Este centro terapéutico ofrece también un grupo para
el manejo de la ansiedad, un grupo para personas con desajustes relacionados
con la alimentación, un grupo para los aspectos familiares, un grupo para estu-
diantes con edad no tradicional, un grupo para los problemas relaciónales, un
grupo de auto-estima, un grupo para mujeres adultas víctimas de algún abuso
sexual durante la niñez y un grupo de identidad personal para mujeres.
La lista anterior le proporciona una idea aproximada del abanico de temas
que se tratan en los grupos estructurados. Estos grupos ayudan a las personas
a desarrollar habilidades específicas, a comprender ciertos temas o a superar
transiciones vitales difíciles. Aunque los temas varían obviamente en razón
de los intereses del terapeuta y de la clientela del grupo, tales grupos compar-
ten el común denominador de aumentar en sus miembros la conciencia de
algunos problemas vitales y proporcionarles los instrumentos para manejarlos
de la forma más adecuada. Normalmente, las sesiones suelen ser de unas dos
horas semanales y los grupos tienden a ser de tiempo limitado. Pueden durar
unas cuatro o cinco semanas o como mucho un semestre.
32 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO
Para la configuración del grupo normalmente se pide a los miembros que
completen un cuestionario relacionado con su capacidad para manejar el área
particular de interés. Se introducen ejercicios estructurados y tareas para casa
como formas para enseñar destrezas nuevas a los miembros del grupo. Al
finalizar las sesiones se emplea a menudo otro cuestionario para evaluar los
progresos de los miembros. Se establecen también contratos como forma de
mostrar a los miembros las metas específicas que guiarán su participación en
el grupo y para motivarles a poner en práctica las nuevas destrezas fuera del
grupo.
Muchos grupos estructurados se basan en el modelo de teoría del aprendi-
zaje y emplean procedimientos conductuales. En el Capítulo 13 encontrará
descripciones detalladas de tales grupos, incluidos los grupos de entrena-
miento en habilidades sociales y entrenamiento en asertividad, grupos de
manejo del estrés, grupos de auto-dirección y grupos de terapia multimodal.
Grupos de Auto-ayuda
En los últimos 20 años se ha producido una gran explosión de grupos de
auto-ayuda que permiten a las personas con un problema o apuro común
crear un sistema de apoyo que les proteja del estrés psicológico y les propor-
cione el incentivo suficiente para iniciar un cambio en sus vidas. Estos gru-
pos satisfacen en ciertas poblaciones una necesidad crítica que no ofrecen los
profesionales de los centros de salud mental. Los miembros comparten expe-
riencias, se dan apoyo emocional y social mutuamente, aprenden unos de
otros, ofrecen sugerencias a los miembros nuevos y proporcionan alguna
dirección a las personas desesperanzadas. Normalmente los grupos de
auto-ayuda se reúnen en el entorno comunitario como las escuelas o las
iglesias. La esencia del proceso de auto-ayuda consiste en que los miembros
se apoyen mutuamente asumiendo responsabilidades personales y actuando
con el propósito de resolver sus problemas en vez de transferir la
responsabilidad o la culpa del problema a otras personas (Borkman, 1991).
Los dos términos grupo de auto-ayuda y grupo de apoyo se emplean indis-
tintamente. Los grupos de auto-ayuda tienden a enfatizar su autonomía y los
recursos internos del grupo (Katz, 1981). En muchos grupos de auto-ayuda la
intención original consintió en emplear un terapeuta como modelo que
demostrara la universalidad de la necesidad de los otros para ayudarse mutua-
mente. Los grupos de apoyo, por el contrario están iniciados a menudo por un
profesional o por una organización. Para facilitar la descripción,
categoriza-ción y comparación de los grupos de auto-ayuda, Schubert y
Borkman (1991) han creado una tipología que facilita el reconocimiento de
las similitudes y diferencias en la estructura organizativa de estos grupos.
Los autores describen los siguientes diez grupos de auto-ayuda:
TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 33
1. En la calle: un grupo de personas afectadas por una encarcelamiento.
2. Familiares que adoptan niños en cualquier lugar: un grupo que reúne a
quienes desean adoptar niños o ya lo han hecho.
3. Problemas coronarios: un grupo de individuos antes o después de
haberse sometido a cirugía coronaria.
4. Trastornos de la alimentación: un grupo guiado por personas con pro-
blemas de control o pérdida de peso.
5. Estaciones: un grupo de personas que han perdido a un ser querido por
suicidio.
6. Asociación de enfermos mentales: un grupo de sujetos afectados por
alguna enfermedad mental que pretenden educar al público.
7. Nuevos comienzos: un grupo de personas separadas o divorciadas de
un cónyuge o amante.
8. Alcanzar la recuperación: un grupo de mujeres que sufren cáncer de
mama.
9. Alcohólicos anónimos: un grupo de personas que tratan de superar sus
problemas por abuso de alcohol.
10. Centro de asesoramiento educacional de padres: un grupo de padres de
niños con necesidades especiales. Esta lista es sólo un ejemplo de la
diversidad de grupos destinados a compartir un problema común.
ACTITUDES HACIA LOS GRUPOS DE AUYO-AYUDA, ¿Cuál es la
acti-nad de los profesionales de la salud mental hacia los grupos de
auto-ayuda?. Riordan y Beggs (1987) estudiaron el crecimiento de los grupos
de auto-ayuda y recomiendan a los profesionales algunas formas para emplear
estos grupos de manera adjunta a sus prácticas. A juzgar por la revisión de la
literatura que han efectuado, es evidente que los grupos de auto-ayuda están
desempeñando un rol importante en este sentido. Según Meissen, Masón y
Gleason (1991), dada la reducción de los servicios tradicionales de salud
mental al mismo tiempo que el crecimiento del movimiento de consumidores,
es probable que los grupos de auto-ayuda llegen a ser tan importantes para el
sistema de salud mental como los Alcohólicos Anónimos lo fueron en el área
del abuso de sustancias.
Meissen y sus colegas (1991) examinaron las actitudes de estudiantes gra-
duados en trabajos sociales y en psicología clínica hacia los grupos de
auto-ayuda. Encontraron que casi el 40% de los estudiantes había tenido
alguna experiencia con estos grupos. Estos mostraban actitudes más positivas
que los estudiantes que carecían de experiencia alguna. Algunas
investigaciones concluyen que los profesionales futuros estarán más
dispuestos a colaborar con los grupos de auto-ayuda. Meissen y sus colegas
mantienen que la práctica profesional es imprescindible en relación a la
auto-ayuda. Añaden que será
34 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO
importante prevenir la influencia profesional no intencionada de los grupos
de auto-ayuda. En su opinión, los estudiantes deberían aprender a respetar el
rasgo distintivo de la auto-ayuda y de la autonomía e independencia de tales
grupos así como los roles profesionales apropiados.
DIFERENCIAS ENTRE GRUPO DE AUTO-AYUDA Y GRUPO
TERAPÉUTICO. Los grupos de auto-ayuda y los grupos terapéuticos tienen
algunas similitudes. Lakin (1985) señala que ambos valoran positivamente la
expresión y puesta en común de emociones. Este énfasis se basa en la presun-
ción de que las personas expresan muy pocos sentimientos y pensamientos y
que las actitudes y conductas maladaptativas se originan a partir de estos sen-
timientos estancados. Ambos tipos de grupos fortalecen el apoyo, subrayan el
valor de la afiliación y persiguen el cambio conductual.
A pesar de estas similitudes entre los grupos de auto-ayuda y los grupos
terapéuticos, existen también algunas diferencias críticas (Riordan & Beggs,
1988). Una de las principales diferencias se refiere a las metas del grupo.
Como se ha señalado anteriormente, los grupos de auto-ayuda tienen por
núcleo un único tema como la adicción, el cáncer o la obesidad mientras que
los grupos terapéuticos tienen metas más globales como mejorar la salud
mental general o mejorar el funcionamiento interpersonal (Riordan & Beggs,
1987). Además, los grupos de auto-ayuda emplean la auto-comprensión, el
refuerzo y el feedback de los miembros (Lakin, 1985).
Otra diferencia entre los grupos de auto-ayuda y los grupos terapéuticos se
refiere a la naturaleza de los problemas que se exploran en los grupos. En el
estudio dirigido por Meissen y sus asociados (1991), los estudiantes gradua-
dos en asistencia social o en psicología clínica percibían los siguientes pro-
blemas como apropiados para los grupos de auto-ayuda: adicción,
dependencia del alcohol, relaciones parentales, control de peso y duelo por
pérdida de un ser querido. Casi la mitad de estos estudiantes pensaba que la
enfermedad mental y los problemas serios relacionados con la salud mental
eran inapropiados para los grupos de auto-ayuda. En menor grado, la depre-
sión crónica y los aspectos relacionados con el suicidio también se considera-
ban inadecuados.
Otra diferencia entre los dos tipos de grupos implica el tipo de liderazgo
aplicado en cada uno de ellos. Los grupos de auto-ayuda están dirigidos nor-
malmente por individuos que luchan por los mismos problemas que los
miembros del grupo. En la mayoría de los grupos de auto-ayuda el liderazgo
emerge y no se designa. En un estudio, se solicitó a los participantes que
identificaran los roles profesionales apropiados para los terapeutas que traba-
jan con los grupos de auto-ayuda (Meissen et al., 1991). Estos roles fueron:
consultor, facilitador, iniciador, investigador, fuente de los miembros, tera-
peuta, miembro y terapeuta del grupo. Hay diferentes opiniones en relación al
TEORÍA Y PRACTICA DE LA TERAPIA CRUPAL 3S
-iodo y grado de participación de los profesionales en los grupos de
auto--;.uda.
Como hemos observado, en los grupos terapéuticos se presupone que el
grupo representa un microcosmos social. Estos grupos tratan de reflejar de
alguna forma todas las dimensiones del entorno social de los miembros. El
íactor terapéutico que favorece el cambio de los participantes es el proceso
grupal como muestra de los conflictos interpersonales que los miembros
deben enfrentar en su acontecer diario. Por contraste, los grupos de
auto-ayuda no son microcosmos sociales. La interacción de los miembros
dentro del grupo no se percibe como el principal catalizador del cambio, y se
hace más hincapié en proporcionar un clima de aceptación y apoyo en el seno
del grupo. El grupo llega a ser un medio para ayudar a las personas a
modificar sus creencias, actitudes y sentimientos sobre sí mismos. Los
grupos de auto-a'uda fortalecen una identidad común basada en una
situación común de la vida ordinaria más que la mayoría del resto de los
grupos.
Otra diferencia entre los grupos de auto-ayuda y los grupos terapéuticos está
vinculada a factores políticos. Los grupos de auto-ayuda han llegado a ser cada
• ez más políticos como se demuestra a través de algunos movimientos organi-
zados por mujeres. Por ejemplo, muchos grupos de auto-estima y
concien-:iación de mujeres luchan por un cambio personal y sociopolítico
(Enns, 1992). Otras poblaciones, como las minorías étnicas y raciales y los
gays y lesbianas que se sienten oprimidos social y políticamente, usan los
grupos con estos fines Lakin, 1985). Así pues, los grupos de auto-ayuda se
centran en las causas extemas de los problemas de sus miembros y en el
desarrollo de estrategias para el manejo de las barreras ambientales. Los
grupos terapéuticos tienden a focalizar su atención en los cambios que pueden
ejecutarse dentro del individuo ncluso aunque algunos factores ambientales no
se modifiquen.
Riordan y Beggs (1987, 1988) mantienen que los terapeutas deben ser
conscientes de las diferencias existentes entre los grupos de auto-ayuda y los
grupos terapéuticos de forma que puedan evaluar las posibles ventajas de
cada tipo para los diferentes clientes. Los autores sugieren que aunque los
grupos de auto-ayuda han sido fuente de valiosa ayuda para miles de perso-
nas, no son los más adecuados para cualquiera. Por lo tanto, al sugerir uno de
estos grupos, es importante examinar las expectativas del cliente y los posi-
bles beneficios y riesgos que pueden derivarse de su participación.
EL FUTURO DE LOS GRUPOS DE AUTO-AYUDA. Parece que las perso-
nas están cada vez más interesadas en reunirse para buscar vías de ayuda
mutua. Aunque los grupos terapéuticos dirigidos por profesionales desempe-
ñan aún un rol vital, quizá es un síntoma saludable que las personas traten de
buscar otros métodos. Muchos grupos de auto-ayuda tienen una función espe-
cífica que no siempre puede satisfacerse en los grupos terapéuticos o psicote-
36 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO
rapéuticos dirigidos por profesionales. El reto consiste en enseñar a los futu-
ros profesionales a colaborar con los grupos de auto-ayuda.
Además de reconocer la necesidad de enseñar a los futuros profesionales
los enfoques de auto-ayuda, los terapeutas están cada vez más interesados en
la investigación del área de la auto-ayuda. Al referirse a los logros en la
investigación de los grupos de auto-ayuda, Borkman (1991) manifiesta que
los instrumentos de medida son más sofisticados y así es posible recoger una
información más valida. Borkman señala también que cada vez es mayor el
número de estudiantes que investigan sobre los grupos de auto-ayuda y que
estas investigaciones se están institucionalizando. Evidentemente, tanto los
grupos de auto-ayuda como los grupos terapéuticos contribuyen de forma
diferente en nuestra sociedad.
TERAPIA DE GRUPO EN UN CONTEXTO MULTICULTURAL
Esta obra asume que para que una terapia de grupo sea efectiya debe
tomar en consideración el ambiente cultural de los miembros y del terapeuta.
El pluralismo como estado ideal donde se reconozce, respeta y potencia la
realidad de la diversidad. En este orden, el trabajo en grupos multiculturales
implica estrategias que cultivan el entendimiento y el aprecio a la diversidad
en las áreas de cultura, etnia, raza, sexo, clase social, religión y estilo de vida.
El grupo, con todas las distintas perspectivas de cada uno de los miembros y
del terapeuta, es un espacio natural para dar a conocer y potenciar el pluralis-
mo.
Los terapeutas, además de comprender las similitudes y diferencias cultu-
rales de los clientes, deben potenciar el reto a la perspectiva tradicional de la
estructura, metas, técnicas y prácticas de grupo. Un paso fundamental de los
terapeutas consiste en reexaminar las presunciones subyacentes a todas las
principales teorías en relación a su adecuación a los contextos multicultura-
les. Es probable que los terapeutas grupales deban revisar sus teorías y técni-
cas si pretenden servir mejor a los individuos de diferentes entornos
culturales. Entre los Capítulos 6 y 15, analizo los puntos fuertes y limitacio-
nes de las diez principales teorías desde una perspectiva multicultural. En las
siguientes páginas se exponen los principios generales para una terapia efectiva
de grupos multiculturales.
Multiculturalismo: Algunas Deñniciones e Implicaciones
En el consejo psicológico multicultural dos o más personas con diferentes
formas de percibir su entorno social tratan de trabajar conjuntamente a través
de una relación de ayuda (Pedersen, 1994). El término multicultural hace
TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 37
referencia a la complejidad cultural en lo que atañe a la prestación de servi-
cios. Otros términos usados en la práctica grupal de los contextos multicultu-
rales incluyen raza, etnia, minorías y cultura. Pedersen define estos términos
como sigue: Etnia implica una herencia sociocultural compartida de religión,
historia o ancestros comunes. Cultura definida en general, incluye raza, etnia.
orientación afectiva, clase, religión, sexo y edad. Minoría identifica a un
grupo que ha recibido un tratamiento desigual por motivos de discriminación
colectiva. El consejo psicológico multicultural trata de integrar los grupos
minoritarios étnicos y raciales (afroamericanos, asiático-americanos,
hispa-nos. americanos nativos y etnias blancas) y a otras poblaciones con
necesidades específicas como mujeres, gays y lesbianas, disminuidos físicos
y ancianos.
Según Pedersen (1991) La perspectiva multicultural pretende proporcionar
en marco de trabajo conceptual que reconozca la compleja diversidad de una
sociedad pluralista y sugiere vías de problemática compartida que unen a todas
bs personas independientemente de sus diferencias. Esta perspectiva incluye la
dimensión tínica de la persona y el modo en que esta persona comparte temas
con otras personas diferentes a ella. Tal punto de vista respeta las necesidades y
puntos fuertes de poblaciones de clientela diversas y reconoce las experiencias
de estos clientes. El mero conocimiento de ciertos grupos culturales no es sufi-
ciente, es importante comprender también la variabilidad intragrupal. Cada
mdividuo debe ser percibido en referencia a su grupo cultural, al grado en que
se haya aculturizado y al nivel de desarrollo de la identidad racial.
Pedersen (1994) subraya la importancia de entender tanto las diferencias
del grupo como las individuales para interpretar la conducta con exactitud.
Independientemente de que los terapeutas presten atención a las variables
culturales o las ignoren, la cultura seguirá influyendo sobre la conducta de los
miembros del grupo y del terapeuta así como sobre el proceso grupal. Los
terapeutas que ignoren la cultura proporcionarán servicios menos efectivos.
Dos Perspectivas sobre el Multiculturalismo
En el área multicultural existen dos enfoques para entender y trabajar con
ia diversidad de las poblaciones de clientes: (1) la perspectiva universal o
transcultural, basada en la premisa de que las dimensiones humanas básicas
son importantes independientemente de la cultura (Fukuyama, 1990), (2) el
enfoque centrado que aboga por la necesidad de profundizar el conocimiento
de las culturas específicas (Locke, 1990).
El enfoque universal del consejo multicultural examina las similitudes de
!a experiencia de personas de color y propone modelos transculturales para
formar terapeutas multiculturales efectivos. Fukuyama (1990) sugiere progra-
mas de formación que incluyan:
38 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO
* la comprensión del concepto de cultura como el todo que afecta al indi-
viduo, la sociedad y el proceso terapéutico.
* una visión general de la cultura que incluye el sexo, el estilo de vida, la
edad, la etnia y la raza.
* información sobre todas las formas de opresión como racismo, sexismc
y homofobia.
* examinar la importancia de los roles sexuales
* facilitar el desarrollo de la identidad individual como miembro de una
cultural.
* facilitar la comprensión de la perspectiva del mundo propio y el modc
en que esto se relaciona con la familia y el propio entorno cultural.
Según Fukuyama, el exceso de énfasis en las diferencias que separan a ur
grupo cultural de otro favorece la creación de estereotipos. Manifiesta que
sus estudiantes han sido capaces de adaptar los conceptos universales inclui-
dos en el curso de la terapia multicultural y aplicar estas nociones a multituc
de situaciones terapéuticas.
Locke (1990), por contraste, defiende una perspectiva provincial como
requisito filosófico adecuado para una terapia multicultural. En sus esfuerzo;
por elaborar un enfoque universal o general, asegura que los terapeutas deber
adquirir una pericia cultural sobre aquellos grupos específicos cuyas pobla
clones van a encontrar. Este enfoque se asienta sobre tres principios:
1. La voluntad de los terapeutas por examinar sus creencias y actitudes;
raciales en la medida que están relacionadas con individuos o grupo;
específicos, culturalmente distintos.
2. La voluntad de comentar los aspectos específicos racialmente relevan
tes a un nivel institucional.
• 3. La voluntad de observar a los clientes como individuos y como miem
bros de un grupo.
La Necesidad de un Enfoque Multicultural en el Trabajo Crupal
Los clientes de los grupos que usted dirige llegarán con sus valores, cre
encías y acciones específicas que están influenciados por su cultura, raza (
etnia, sexo, religión, experiencia histórica con la cultura dominante, nive
socioeconómico, educación, perspectiva política, estilo de vida y región geo
gráfica. D.W. Sue (1992) nos recuerda que la composición de la población d(
los Estados Unidos se está modificando con mucha rapidez y que los tera
peutas se verán enfrentados a la elección de los caminos que han de tomar. E
camino más transitado es el del monoculturalismo y etnocentrismo que ofre
ce cierta seguridad y confort. La otra vía es el multiculturalismo que recono
TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL J9
:e y valora la diversidad. Esta vía proporciona una imagen de la sociedad
como mosaico cultural y no como recipiente de fundición. Proporciona las
bases para que los terapeutas desarrollen las estructuras, paradigmas, políti-
cas y prácticas nuevas que den respuesta a todos los grupos de la sociedad.
La cambiante demografía de norteamérica obliga a los terapeutas a asumir
ana postura proactiva con respecto a la diversidad cultural. Según
Cosma-Diaz (1992), estos cambios demográficos modificarán las realidades
socioló-gicas, políticas y económicas de las personas de color. El pluralismo
se . nvertirá en el cianotipo de la sociedad norteamericana. Esta realidad
con-ducirá a la flexibilidad y al aumento de las posibilidades de la práctica
psico-terapéutica.
No es posible aplicar los principios de una sociedad monocultura! a una
multicultural. Los terapeutas deberán adoptar una perspectiva multicultural
por las siguientes razones: porque nuestras percepciones del mundo se apren-
den dentro de un contexto y una cultura, porque las personas procedentes de
diferentes medios culturales perciben el mundo de forma distinta y porque la
terapia requiere una comprensión exacta y profunda del mundo de cada
clien-le (Pedersen, 1991). Éticamente estamos destinados a adquirir el
conocimiento y las destrezas necesarias para trabajar con efectividad en
situaciones multiculturales (Ibrahim & Arredondo, 1990).
El tópico de la diversidad cultural en la terapia de grupo está recibiendo
progresivamente más atención en la literatura psicológica. Por ejemplo, el
lema central del Journal for Specialists in Group Work del mes de Noviembre
de 1992 se dedica por entero a la terapia de grupo con poblaciones
multicul-airales. Los artículos versan sobre el modo en que los terapeutas
pueden ser sensibles a la diversidad de los clientes y pueden adaptar las
orientaciones teóricas, las técnicas y los estilos para hacerlas coincidir con la
visión del mundo y las necesidades de los clientes. El reto de un grupo
consiste en adaptarse a las necesidades y creencias de cada miembro. El grado
en que se satisfaga este reto determina el grado de efectividad del grupo para
ayudar a la diversidad de los clientes (DeLucia, Coleman & Jenset-Scott,
1992).
En un artículo sobre la terapia de grupo con clientes asiáticos, Yu y Gregg
< 1993) manifiestan que la conciencia y la sensibilidad cultural deberían ser
parte de cualquier experiencia grupal. El contenido que deberán establecer las
personas que trabajen con grupos durante los años 90 y el próximo siglo se
referirá a los problemas específicos transportados por clientes procedentes de
diversos entornos.
Los Desafíos y Recompensas de una Perspectiva Multicultural
La literatura correspondiente a la terapia multicultural señala que los clien-
tes procedentes de minorías y etnias hacen un uso limitado de los servicios de
40 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO
salud mental y los servicios sociales (Atkinson, Morten & Sue, 1993; Chu &
Sue, 1994; Ho, 1984; Lee, Juan & Hom, 1984; Leong, 1992; Mokuau, 1985;
Pedersen, 1994; D.W. Sue, 1992). Existen diversas razones que explican este
uso limitado e inapropiado de los servicios terapéuticos existentes. Una expli-
cación del hecho se refiere al fracaso de los profesionales de la salud mental
para evaluar, observar y encauzar los aspectos culturales. En algunos momen-
tos los consultores pueden pasar por alto realidades culturales. Además, los
valores culturales de los clientes pueden inhibir la utilización de los servicios
porque en algunas culturas se emplean más los procesos terapéuticos informa-
les que los recursos formales. Algunos clientes mantienen valores que les
alientan a resolver por sí mismos sus propios problemas y hacerlo, dicen, es
muestra de mayor madurez que solicitar ayuda de otras personas (Ho, 1984).
Otras explicaciones del fenómeno de la escasa asistencia de las minorías a los
servicios incluyen la falta de conocimientos de los servicios existentes, las
dificultades del lenguaje, la inaccesibilidad geográfica o comunitaria y los
conflictos entre el sistema de valores del cliente y los valores que subyacen a
los enfoques terapéuticos occidentales contemporáneos (Mokuau, 1985).
Como este patrón de escasa utilización no se modificará a corto plazo, parece
importante examinar la naturaleza y efectividad de los mecanismos de ayuda
utilizados por los diversos grupos culturales en Norteamérica.
Los terapeutas que hacen referencia a la terapia multicultural aseguran a
menudo que muchos enfoques no logran satisfacer las complejas necesidades
de los clientes procedentes de diversas minorías y etnias debido a las percep-
ciones esteriotipadas y estrechas de dichas necesidades. Los asiático-america-
nos, afroamericanos, hispanos, americanos nativos y otros miembros de
grupos minoritarios abandonan las terapias significativamente antes que los
clientes euro-americanos. Esta tendencia está ocasionada frecuentemente por
barreras culturales como las dificultades del lenguaje, los valores de clase y
valores culturales que impiden la formación de una buena relación terapéuti-
ca (Atkinson et al., 1993; Mokuau, 1987; Pedersen, 1994; D.W. Sue & Sue,
1990).
Si usted espera acoger diversidad en sus grupos, como es el caso en la
mayoría de los entornos laborales, le será importante aceptar el reto de modi-
ficar sus estrategias para satisfacer las necesidades específicas de las pobla-
ciones especiales. La Asociación Americana de Psicología ha elaborado
Consejos para Profesionales de los Servicios Psicológicos que atienden a
Poblaciones Diversas Étnica, Lingüística y Culturalmente (1993). Estas
reglas subestiman la responsabilidad de los terapeutas por conocer los valores
culturales de sus clientes antes de prestar un servicio de salud mental. Ellos
subrayan la importancia de disponer de un marco de trabajo sociocultural
donde pueden incluirse los diversos valores, estilos interactivos y expectati-
vas culturales. Una práctica multicultural efectiva requiere tanto el conoci-
TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 41
miento como las habilidades necesarias. Este mismo aspecto se profundizara
en el Capítulo 3.
Aunque es irreal esperar que usted adquiera un conocimiento profundo de
todos los medios culturales, es factible disponer de una idea comprensiva de
algunos principios generales para trabajar satisfactoriamente en la diversidad
cultural. Aunque mantenga los principios de sus propios valores debería evi-
tar la presunción de superioridad que le conduce a imponerlos como justifica-
ción para excluir a algunos clientes de sus terapias. Si usted es capaz de
apreciar diferencias culturales y no las asocia con superioridad o inferioridad,
la diversidad puede evidentemente, aumentar las percepciones que los miem-
bros de su grupo adquieren sobre los problemas, incrementar sus recursos
psicológicos y generar la sensación de comunidad.
Pedersen (1994) asegura que la adopción de una perspectiva multicultural
le permite a uno pensar en la diversidad sin establecer categorías de "correc-
to" o "falso". Cuando los argumentos de dos personas se basan en presuncio-
nes culturales diferentes, pueden discrepar sin que uno de ellos tenga la razón
y el otro se halle equivocado. Dependiendo de la perspectiva cultural desde la
que se considera un problema, pueden generarse multitud de soluciones apro-
piadas. La cultura es compleja, es dinámica y no es estática. Sin embargo, el
tapiz cultural que se trama en la tarea de todas las relaciones terapéuticas no
requiere ser percibida como la barrera que usted deba franquear. Como dice
Pedersen, el multiculturalismo puede facilitar y animar su tarea terapéutica,
también puede mejorar la calidad de su propia vida si adopta la perspectiva
de que las diferencias culturales son atributos positivos que enriquecen las
relaciones.
ETIQUETAMIENTO CULTURAL TRANSCENDENTE. El etiquetamiento
cultural o el provincialismo pueden afectar a los miembros del grupo y al tera-
peuta. Como terapeutas de grupo debemos afrontar nuestras propias distorsio-
nes así como las de los miembros del grupo. El conocimiento cultural
específico sobre el entorno del cliente no debería conducir a los terapeutas al
desarrollo de estereotipos. Los terapeutas competentes reconocen tanto las
diferencias existentes entre los diversos grupos como las diferencias manifies-
tas dentro de cada grupo. Es fundamental que usted no perciba a los indivi-
duos simplemente como pertenecientes a un grupo. Las diferencias entre los
individuos de un grupo a menudo son más notorias que las diferencias exis-
tentes entre varios grupos (Pedersen, 1994). No todos los americanos nativos
han disfrutado de las mismas experiencias, como tampoco lo han hecho los
afroamericanos, los asiáticos, las mujeres, los ancianos o las personas con
incapacidad física. Los terapeutas, por lo tanto, deberán estar preparados para
manejar las complejas diferencias existentes entre individuos procedentes de
cualquier grupo cultural. El trabajo grupal efectivo desde una perspectiva muí-
42 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO
ticultural implica renunciar a los estereotipos sobre un individuo en un grupo
determinado y modificarlos para que coincidan con la realidad.
Los profesionales pueden hallarse con la resistencia de algunas personas
de color si emplean valores tradicionales correspondientes a la clase media
blanca para interpretar las experiencias de estos clientes. Los profesionales
que etiquetan no son capaces de percibir el mundo a través de los ojos de
todos sus clientes. Wrenn (1985) define al "terapeuta culturalmente
etiqueta-dor" como aquel que tiene estereotipos que sustituyen al mundo real,
que discrepa sobre la existencia de variaciones culturales entre los clientes y
que dogmatiza las definiciones orientadas en la técnica referentes a la terapia
y al consejo psicológico. Tales individuos que se limitan a operar dentro de
un marco monocultural se mantienen aislados evadiéndose de la realidad y
dependiendo enteramente de sus propios valores sobre lo que es bueno para
la sociedad y para el sujeto. Estas personas etiquetadoras tienden a verse atra-
padas en un modo de pensar, creyendo que su vía es la vía universal. Se
afe-rran a una estructura inflexible que se resiste a la adaptación a otras
formas alternativas de pensamiento.
Los modelos occidentales deberán ser adaptados para ser válidos para
ciertos grupos étnicos, especialmente para aquellos clientes que viven con un
sistema diferente de valores. En la orientación occidental, por ejemplo,
normalmente hay tres valores culturales nucleares - libertad, responsabilidad
y logro - de cada uno de los cuales se derivan implicaciones para la práctica
terapéutica (Sampson, 1988). Como ha señalado Sampson el individualismo
implícito favorece el mantenimiento de los valores nucleares y de las
instituciones que representan a la sociedad norteamericana actual. Lí
libertad, la responsabilidad y el logro están asumidos de tal manera que pan
su realización se requiere dicho individualismo. La libertad, la autonomía )
la independencia son valores fundamentales desde una perspectiva indivi
dualista.
En este sentido, muchos clientes procedentes de culturas no occidentales
miembros de minorías étnicas y mujeres de casi todos los grupos cultúrale;
tienden a valorar más la interdependencia que la independencia, la concien
cia social más que la libertad individual y el bienestar del grupo más que si
propio bienestar. El pensamiento psicológico occidental subraya la auto
suficiencia, la independencia de la familia y el crecimiento personal. La cual
tura asiática sin embargo subraya el bienestar colectivo y sus planes
incluyen a la familia (Chu & Sue, 1984; Leong, 1992). En las culturas asiáti
cas, además, los roles familiares tienden a estar muy estructurados y 1¡
"devoción filial" desempeña una poderosa influencia; es decir, las obligado
nes con los padres se respetan durante toda la vida, especialmente entre lo;
descendientes mascuhnos. Los roles de los miembros familiares son interde
pendientes. La estructura familiar se establece de tal forma que se minimi
TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 43
zan los conflictos y se maximiza la armonía. Los valores asiáticos tradicio-
nales enfatizan la reserva y la formalidad en la mayoría de las situaciones
sociales, la restricción e inhibición de los sentimientos intensos, la obedien-
cia a la autoridad y el alto logro académico y ocupacional. La estructura
familiar es tradicionalmente patriarcal en el sentido de que la comunicación
y la autoridad fluye verticalmente desde la cumbre hasta la base. La inculca-
ción de la culpabilidad y la vergüenza son las principales técnicas empleadas
para el control de la conducta de los sujetos dentro del seno familiar (D. Sue
& Sue, 1993).
Estos valores tradicionales son comunes también a otros grupos cultura-
les. Por ejemplo, los valores de los latinos enfatizan el contexto cultural. El
familismo potencia la interdependencia frente a la independencia, la afilia-
ción frente a la oposición y la cooperación frente a la competición. Los
padres merecen mucho respeto y este respeto gobierna todas las relaciones
interpersonales. La fe es con frecuencia una fuerza persuasiva que gobierna la
conducta. Los hispanos valoran altamente los aspectos espirituales y la reli-
gión (Comas-Diaz, 1990).
Si la experiencia del grupo es en su mayor parte el producto de valores
ajenos para ciertos miembros del grupo, es fácil predecir que tales miembros
no se sentirán vinculados al grupo. Los terapeutas de grupo que sólo trabajan
desde una perspectiva occidental tienden a encontrarse con una proporción
considerable de resistencia procedente de aquellos clientes con una visión del
mundo no occidental. La práctica cultural sensible a la cultura implica que
los terapeutas tienen la voluntad de revelar los valores subyacentes al proceso
grupal y de determinar si estos valores son congruentes con los valores
culturales de los miembros. Los miembros del grupo también pueden ser
motivados a expresar sus valores y necesidades. El mayor desafío de los tera-
peutas de grupo consiste en seleccionar las técnicas culturalmente adecuadas.
En la medida que estudie las diez teorías expuestas en la Segunda Parte de
este libro, considere cuidadosamente los aspectos relacionados con los
valores subyacentes que tienden a producir un impacto claro sobre su prácti-
ca. Es visible que la aplicación directa de muchos modelos terapéuticos con-
temporáneos es inadecuada para algunos clientes. Sin embargo, ciertos
conceptos y técnicas extraídas de varias escuelas terapéuticas tienen relevan-
cia cultural. Como terapeuta de grupo usted empleará diferentes conceptos y
técnicas. Es importante elaborar unos criterios de selección que le capacita-
rán para integrar sistemáticamente los instrumentos que mejor satisfacen las
necesidades de poblaciones diversas. Necesitará también evaluar los atribu-
tos particulares de sus clientes y usted deberá adaptar a esos atributos las
intervenciones particulares que introduce en un grupo. Al trabajar con pobla-
ciones diversas, los terapeutas se verán obligados a elaborar unas estrategias
eclécticas.
44 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO
VENTAJAS DEL TRABAJO CRUPAL CON LAS POBLACIONES MUL-
TICULTURALES. Un factor que revaloriza el trabajo grupal es la universali-
dad transcultural. En los grupos, las personas observan que no están solas con
sus problemas. Cualquier persona padece de dolor psicológico en algún
momento de su vida. Independientemente de las variaciones culturales, las
personas que solicitan ayuda profesional están interesadas en aliviar su sufri-
miento. Debido a estas similitudes humanas es un error crear grupos altamente
homogéneos para neutralizar cualquier mezcla cultural. Aunque la perspectiva
multicultural potencia la conciencia de las diferencias individuales, este inte-
rés no debería ensombrecer los temas humanos universales que unen a todas
las personas (Fukuyama, 1990). En el Capítulo 9, correspondiente al enfoque
existencial, mencionaremos algunos de estos temas humanos.
ALGUNAS LIMITACIONES DEL TRABAJO GRUPAL EN CONTEXTOS
MULTICULTURALES. Junto con las ventajas de la terapia grupal se presen-
tan también algunas desventajas. Algunos individuos pueden ser reacios a
exponer su problemática personal o a compartir los conflictos familiares (Ho,
1984). Pueden considerar vergonzoso sufrir problemas personales y aún más
comentarlos en presencia de extraños. De hecho algunas culturas valoran la
confianza en la propia familia para la petición de ayuda. En vez de solicitar
servicios profesionales, estos individuos pueden tender más a dirigirse a sus
propios grupos de apoyo. Como terapeuta de grupos, usted necesitará encon-
trar las formas de llegar a los clientes que desean ayuda pero desconocen
dónde encontrarla o que son reacios a solicitarla a un profesional. Será
imprescindible aceptar las dificultades que experimentan los clientes a hablar
sobre ellos mismos de forma personal con usted para que pueda establecerse
la base de la relación terapéutica.
Un problema derivado del trabajo grupal con poblaciones diversas puede
estar relacionado con los conflictos que surge entre los valores de los miem-
bros y que afectan al grupo. En algunos grupos, por ejemplo, el contacto físi-
co es frecuente. Algunas culturas sin embargo no consideran el contacto
físico de forma tan ligera, especialmente en los contactos heterosexuales. Los
clientes pueden diferenciar entre el afecto físico ofrecido en privado y en
público (Chu & Sue, 1984). Es fácil comprobar que algunos clientes se senti-
rán ofendidos e intimidados por el contacto espontáneo que a menudo se pro-
duce en los grupos.
Entre los Capítulos 6 y 15 se comentan algunas de estas limitaciones de
los diez marcos teóricos de trabajo. Yo le recomendaría no olvidar el valor
potencial de ninguno de estos enfoques porque creo que todos ellos pueden
serle útiles al trabajar con individuos diversos en un grupo. Es imprescindible
la voluntad de los profesionales para examinar la articulación de los concep-
tos claves de estas teorías con los sistemas de valores de los miembros del
TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 45
grupo. Es también fundamental que los profesionales adeptos a una orienta-
ción teórica sean flexibles al aplicar las técnicas. Muchos de los métodos
gru-pales pueden ser creativamente aplicados si se ejecutan modificaciones
en razón de la población de los clientes a que van dirigidos.
Líneas Generales para los Profesionales de Grupos al Servicio de
Poblaciones Multiculturales
Las minorías étnicas y raciales pueden desplegar conductas que los tera-
peutas del grupo pueden interpretar como resistencia. Es importante diferen-
ciar entre la conducta no cooperativa como manifestación de resistencia y
como duda a participar plenamente en el proceso grupal. A veces estos clien-
tes no se resisten sino que son reacios o en otros casos simple y respetuosa-
mente educados. Solicitar la participación más activa a tales clientes
demostraría la escasa comprensión o aprecio de los valores culturales subya-
centes de dichos clientes. Por ejemplo, el silencio en el grupo no siempre
debe interpretarse como el rechazo a participar. Los clientes tranquilos pue-
den pensar que mantenerse en silencio es mejor que hablar en exceso o
ver-balizar sin haber pensado con anterioridad. Su tranquilidad podría reflejar
el temor a ser percibidos como centro de atención. Pueden estar esperando a
ser impulsados por el terapeuta del grupo, a quien perciben con respeto por
su estatus como figura de autoridad. Algunos clientes pueden dudar a hablar
sobre su familia. Esta duda no debería interpretarse necesariamente como
rechazo obcecado a la apertura y la transparencia. Estos clientes podrían estar
influidos por tabús que les impiden comentar abiertamente los problemas
familiares.
PREPARARALOS CLIENfTESPARALAEXPERIENCIAGRUPAL. La
terapia grupal multicultural requiere la adecuada preparación de los miem-
bros. La selección y la orientación de los miembros para los procedimientos
grupales es un factor crítico al trabajar con clientes procedentes de ciertos
grupos culturales. Esta preparación es muy importante porque muchas de las
conductas esperadas en un grupo son a menudo distintas de las que ejecutan
en sus vidas normales. Por ejemplo, su cultura puede valorar la comunicación
indirecta. Cuando se hallan en un grupo, se les pide que sean directos en sus
intervenciones. En la vida diaria con frecuencia se anima a las personas a
enmascarar sus sentimientos reales para no ofender a las personas. Probable-
mente no se sienten motivados para expresar sus sentimientos abiertamente,
para hablar sobre sus problemas personales con personas que desconocen o
para expresar directamente su opinión sobre los demás. En una situación gru-
pal se espera que se atengan a las normas de apertura, honestidad y claridad y
se espera que sean emocionalmente vulnerables. Dependiendo del entorno
46 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO
cultural de cada uno, algunas de las conductas grupales esperadas pueden ser
muy exigentes y pueden contradecir el principio del condicionamiento cultu-
ral del individuo.
Es importante que los terapeutas de grupos ayuden a los miembros a iden-
tificar con claridad la razón de hallarse en un grupo. Los clientes deberán
identificar los resultados que esperan obtener de este proceso. El terapeuta
puede ayudarles a conocer su estado actual y sus deseos de logro. Es impor-
tante que los miembros se percaten de que la terapia grupal implica un cam-
bio. Deberían ser concienciados de las posibles consecuencias del cambio no
sólo para ellos mismos sino también para los otros significativos. Algunos
clientes pueden verse rechazados por sus familias si llegan a ser muy abiertos
y directos en sus declaraciones o se inclinan hacia el individualismo.
La adecuada preparación de los miembros es una de las mejores formas de
incrementar los cambios de una experiencia grupal exitosa para todos los
clientes. La preparación puede incluir el comentario de los valores de los
miembros y el modo en que el grupo puede favorecer la consecución de las
metas personales. La adecuación de las metas y propósitos del grupo al con-
texto cultural de cada miembro es fundamental, esta es la principal razón para
comentar los objetivos del grupo y la importancia de que sea cada miembro
quien establezce sus propias metas. En algunos momentos, las metas pueden
ser consistentes con los valores culturales de los clientes pero el proceso o los
métodos empleados para obtener tales metas pueden ser antagonistas con
estos valores.
AUTO-APERTURA Y CONFRONTACIÓN EN LOS GRUPOS. Algunos
clientes pueden incrementar su resistencia al sentirse empujados a desvelar
material personal o al esperar que se muestren completamente abiertos desde
el inicio del proceso grupal. Algunos individuos procedentes de diversos
entornos culturales pueden requerir más tiempo para sentir confianza y para
participar con la apertura fruto de la confianza. Los terapeutas que compren-
dan los mundos de sus clientes son más capaces de mostrar paciencia para
ayudar a estos clientes a empezar a hablar. Si dichos clientes se sienten respe-
tados, existen más posibilidades de que se sobrepongan a su duda.
La confrontación es parte del proceso grupal. La confrontación es terapéu-
tica cuando incita a los clientes a examinar en mayor profundidad un aspecto
particular de sus vidas en el momento adecuando y apropiadamente tempora-
lizado. Por otra parte, la confrontación también puede suponer ataque y hosti-
lidad y la falta de tacto no produce un impacto beneficioso. Incluso la
confrontación terapéutica no siempre es adecuada para algunos clientes pro-
cedentes de determinadas culturas, especialmente cuando se realiza con exce-
siva premura. De hecho, confrontar directa y apresuradamente la resistencia
del cliente puede ser contraproducente. Algunos clientes pueden percibirlo
TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA GRUPAL 47
como un ataque personal (Ho, 1984; Leong, 1992). Para determinados indivi-
duos la confrontación generaría una pérdida significativa de su compostura,
dificultando su vuelta al entorno grupal. Si tales individuos se sienten insulta-
dos, es probable que también se sientan rechazados o enfadados y estos senti-
mientos pueden consolidar su resistencia a la implicación en el grupo. Para
estos clientes la confrontación puede ser el factor que determine el abandono
del grupo.
ALGUNOS ASPECTOS A RECORDAR. Reflexionar sobre los siguientes
aspectos puede aumentar su efectividad al servicio de clientes procedentes de
poblaciones diversas:
* Aprenda más sobre la influencia de su propio entorno cultural en su pen-
samiento y su conducta. Familiarícese con algunas formas de
etiqueta-miento cultural. ¿Qué pasos específicos puede dar para ampliar
su base de comprensión de su propia cultura y de otras culturas? .
* Identifique sus propios prejuicios - especialmente las referentes a la
diversidad cultural, etnia, raza, sexo, clase social, religión y estilo de
vida- y reflexione sobre los modos en que tales ideas podrían afectar a
su práctica como terapeuta de grupo.
* Aprenda a prestar atención a los aspectos comunes que existen entre las
personas de diversos entornos. ¿De qué forma compartimos todos los
seres humanos los problemas universales?.
* Reconozca que no es necesario aprender todo sobre el entorno cultural
de sus clientes antes de empezar a trabajar con ellos. Permita que sean
ellos quienes le enseñen la mejor forma de serles útil.
* Dedique tiempo a preparar a los clientes para una experiencia grupal
satisfactoria, especialmente si algunos de sus valores pueden diferir de
los valores mayoritarios del grupo. Enseñe a los clientes a adaptar su
experiencia grupal para enfrentarse a las necesidades cotidianas indivi-
duales.
* Reconozca la importancia de la flexibilidad en la aplicación de los
métodos. No se sienta comprometido con una técnica específica si no es
apropiada para un miembro dado del grupo.
* Recuerde que la práctica desde una perspectiva multicultural puede faci-
litar su trabajo y puede recompensar a usted y a sus clientes.
Teoria_y_practica_de_la_terapia_grupal.pdf
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ÁMBITOS DE APLICACIÓN DE LA PSICOLOGÍA MOTIVACIONAL, por Luis Mayor y Francisco Tortosa. MAS ALLÁ DEL COCIENTE INTELECTUAL, por Roben J. Stemberg. EXPLORACIÓN DEL DETERIORO ORGÁNICO CEREBRAL, por R. Berg, M. Franzen v D. Wedding. MANUAL DE TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA. Volumen II, por Albert Ellis y Russell M. Grieger. EL COMPORTAMIENTO AGRESIVO. Evaluación e intervención, por Amold P. Goídstein y Harold R, Keller COMO FACILITAR EL SEGUIMIENTO DE LOS TRATAMIENTOS TERAPÉUTICOS. Guía práctica para los profesionales de la salud, por Donald Meichenbaum y Dennis C. Turk. ENVEJECIMIENTO CEREBRAL, por Gene D. Cohén. PSICOLOGÍA SOCIAL SOCIOCOGNITIVA, por Agustín Echebarría Echabe. ENTRENAMIENTO COGNITIVO CONDUCTUAL PARA LA RELAJACIÓN, por J. C. Smith. EXPLORACIONES EN TERAPIA FAMILIAR Y MATRIMONIAL, por James L. Framo. TERAPIA RACIONAL-EMOTIVA CON ALCOHÓLICOS Y TOXICOMANOS, por Mbert Ellis y otros. LA EMPATIA Y SU DESARROLLO, por N. Eisenberg y J. Strayer. PSICOSOCIOLOGIA DE LA VIOLENCIA EN EL HOGAR, por S. M. Stith. M. B. Williams y K. Rosen. PSICOLOGÍA DELDES ARROLLO MORAL, por Lawrence Kohlberg. TERAPIA DE RESOLUCIÓN DE CONFLICTOS, por Thomas J. D'Zurilla. UNA NUEVA PERSPECTIVA EN PSICOTERAPIA. Guía para la psicoterapia psicodinámica de tiempo limitado, por Hans H. Strupp y Jeffrey L Binder. MANUAL DE CASOS DE TERAPIA DE CONDUCTA, por Michel Hersen y Cynthia G. Lasl. MANUAL DEL TERAPEUTA PARA LA TERAPIA COGNITIVA CONDUCTUAL EN GRUPOS, por Lawrence /. Sank y Carolyn S. Shaffer. TRATAMIENTO DEL COMPORTAMIENTO CONTRA EL INSOMNIO PERSISTENTE, por Patrici» ENTRENAMIENTO EN MANEJO DE ANSIEDAD, por Richard M. Suinn. MANUAL PRACTICO DE EVALUACIÓN DE CONDUCTA, por Aland S. Bellac y Michael Hersen. LA SABIDURÍA. Su Naturaleza, orígenes y desarrollo, por Robert J. Stemberg. CONDUCTISMO Y POSITIVISMO LÓGICO, por Laurence D. Smith ESTRATEGIAS DE ENTREVISTAS PARA TERAPEUTAS, por William H. Cormier y L. Sherilym Cormíer. PSICOLOGÍA APLICADA AL TRABAJO, por Paul M. Muchinsky. MÉTODOS PSICOLÓGICOS EN LA INVESTIGACIÓN Y PRUEBAS CRIMINALES, por David L Raskin. TERAPIA COGNITIVA APLICADA A LA CONDUCTA SUICIDA, por A. Freemann y M.A. Reinecke. MOTIVACIÓN EN EL DEPORTE Y EL EJERCICIO, por Glyn C. Roberts. TERAPIA COGNITIVA CON PAREJAS, por Frank M. Dattilio y Christine A. Padesky. DESARROLLO DE LA TEORÍA DEL PENSAMIENTO EN LOS NIÑOS, por Henry M. Wellman. PSICOLOGÍA PARA EL DESARROLLO DE LA COOPERACIÓN Y DE LA CREATIVIDAD, por MaiM Garaigordobil.
  • 4. GERALD COREY TEORÍA Y PRACTICA DE LA TERAPIA GRUPAL BIBLIOTECA DE PSICOLOGÍA DESCLÉE DE BROUWER
  • 5. Título de la edición original: Theory andpractice ofgroup counseling © 1995,1990,1985,1981 by Wadsworth, Inc. Belmont, California 94002. Tradwciéo por: Jasone Aldekea © EDITORIAL DESCLEE DE BROUWER, S.A., 1995 Henao, 6 48009 BILBAO Printed in Spain ISBN: 84-330-1125-1 Depósito Legal: BI-2079-95 Fotocomposición Zeta, S.L. Impresión: Bikaner Gráfica
  • 6. £1 autor GERALD COREY, licenciado en psicología, y doctorado en la University of Southern California, es profesor del departamento de servicios humanos y de terapia en la California State University en Fullerton. Psicólogo terapeuta diplomado por American Board of Professional Psichology, miembro de la American Psichological Association (Psicoterapia) y miembro de la Associa-tion for Specialists in Group Work. Desde 1983 hasta 1994 (salvo durante un período de dos años) fue el coordinador del Human Services Program en la California State University de Fullerton. En 1991 recibió el título honorífico de profesor del año de la California State University y en 1992 de doctor honorario de letras humanas en la National-Louis University. Imparte clases de terapia grupal a estudiantes y a graduados y otros cursos sobre grupos experienciales, sobre teoría y práctica de la terapia y sobre ética profesional. Juntamente con sus colaboradores, ha impartido seminarios en Estados Unidos, Canadá, Alemania, Bélgica, Esco- cia, México y China, con un interés especial en la formación de la terapia grupal. A menudo presenta seminarios para organizaciones profesionales en diferentes universidades. Junto con su esposa, Marianne Schneider Corey, y otros colaboradores, Gerald dirige grupos residenciales de crecimiento perso- nal y de formación y todos los veranos supervisa los seminarios de Idyllwild, California. En su tiempo libre, le gusta viajar, pasear y montar en bicicleta por las montañas y conducir su coche.
  • 7. Agradecimientos A los grupos especiales de mi vida: * Mi grupo familiar * Mi grupo de amigos * Mis colaboradores * El grupo de estudiantes de servicios humanos * Los miembros de nuestros grupos residenciales * El grupo de Brooks/Cole que publica nuestros libros
  • 8. Prefacio La terapia de grupo es una forma de intervención terapéutica cada vez más popular en multitud de entornos. Aunque muchos libros de texto hacen referencia a este tema, sólo algunos pocos presentan una visión general de los diversos modelos teóricos y describen la aplicación de estos modelos a la terapia grupal. La presente obra describe los principales elementos de los procesos grupales, incluye los aspectos éticos y profesionales específicamen- te relacionados con la terapia grupal y presenta una visión general de los conceptos y técnicas fundamentales de diez enfoques terapéuticos. El libro pretende también integrar todos estos enfoques y anima al lector a elaborar un marco de trabajo que le conduzca a su propia síntesis. Teoría y Práctica de la Terapia Grupal está escrito en un estilo claro y sen- cillo con el fin de facilitar a los lectores la comprensión de los conceptos teó- ricos y su relación con la práctica grupal. Evidentemente, muchos lectores estarán familiarizados con el tema y esto les será útil para la comprensión y aplicación del material que aquí se presenta. Esta cuarta edición actualizada enfatiza las aplicaciones prácticas de los modelos teóricos a la terapia grupal. Fundamentalmente se centra en facilitar a los lectores la elaboración de su propia síntesis de los diversos aspectos de estos enfoques. Incluye también dos capítulos detallados sobre las fases de la formación de grupos, aportando una guía para los responsables de la práctica psicológica. La Primera Parte presenta una visión general de los distintos tipos de gru- pos y comenta algunos principios generales aplicables al trabajo con la reali-
  • 9. 12 dad de la diversidad cultural en los grupos. Incluye también las implicaciones éticas y profesionales de la terapia grupal, las fases de la evolución del grupo, desde su formación hasta la separación y el seguimiento y algunos aspectos básicos sobre la participación y liderazgo de los grupos. En esta nueva edi- ción, los apartados dedicados a la terapia grupal en el contexto multicultural han sido considerablemente actualizados. Existen materiales recientes sobre las perspectivas del multiculturalismo, sobre la necesidad de adoptar un enfo- que multicultural en la terapia grupal, sobre el desafío de una perspectiva multicultural y sobre las líneas generales de actuación para los terapeutas que prestan sus servicios a poblaciones multiculturales. En este mismo orden, los apartados referidos a los aspectos éticos de la terapia en un grupo multicultu- ral y las habilidades requeridas para llegar a ser un terapeuta efectivo en un grupo multicultural han sido también ampliados. El apartado de las implica- ciones éticas y profesionales para la práctica grupal ha sido reelaborado e incluye ahora las revisiones de las líneas éticas de los terapeutas de grupo y los principios profesionales para la fase de prácticas de los mismos, ambos formulados por la Asociación de Especialistas de Terapia en Grupos (AETG). El contenido de las fases de formación de un grupo ha sido revisado, conden- sando y reorganizando el material. Por último, las referencias y las lecturas adicionales han sido actualizadas y ampliadas. La Segunda Parte examina diez enfoques teóricos de la terapia de grupos. En esta cuarta edición, algunos de los capítulos han sido notablemente modi- ficados para reflejar las tendencias más recientes y otros, por el contrario, sólo han sido revisados. Los capítulos más modificados han sido aquellos vinculados a la terapia grupal adleriana, el psicodrama, el enfoque existencial de grupos, la terapia cognitivo conductual de grupo, la terapia racional emoti- va de la conducta y la terapia realista. Estas revisiones se basan en las suge- rencias que nos han proporcionado los expertos para actualizar los comentarios de las diversas teorías en función de las nuevas tendencias, de nuevos estudios y de las últimas experiencias de cada enfoque que han sido puestas en práctica. Los capítulos de la Segunda Parte siguen un modelo organizativo común para que los estudiantes puedan comparar y contrastar con facilidad los diversos modelos. Cualquier capítulo incluye una introducción teórica del modelo y sus características específicas, comenta los conceptos claves del modelo y sus implicaciones para el proceso grupal así como los procedimientos y técnicas básicas, define el rol y las funciones del terapeuta del grupo y cuando es aplicable, describe las fases del desa- rrollo de un proceso grupal particular. Hacia el final de cada uno de estos capítulos teóricos se introduce una sección de evaluación actualizada destinada fundamen- talmente a exponer mi valoración personal del enfoque en cuestión. Estos apartados de evaluación han sido ampliados, reorganizados y reelaborados siguiendo en cada capítulo el siguiente modelo: contribuciones y pilares básicos del enfoque, limitado-
  • 10. TEORÍA Y PRACTICA DE LA TERAPIA CRUPAL II nes y aplicaciones a las poblaciones multiculturales. Esta nueva organización la labor de comparación de cada teoría. Los comentarios sobre las aplicaciones muiu-culturales de cada teoría también han sido modificados para reflejar las tendencias más recientes. En cada capítulo se subraya la necesidad de flexibilidad y disposicióo para adaptar las técnicas al nivel cultural del cliente. Al final de la obra se añadaí sugerencias para que ios lectores puedan ampliar sus conocimientos sobre cada uno de los enfoques teóricos. En los dos capítulos de la Tercera Parte he aplicado los diez modelos a un único grupo para ilustrar cómo percibirían los terapeutas de las diferentes orientaciones un grupo particular y cómo manejarían los temas típicos que emergen de los grupos. Estas muestras ilustrativas de la terapia grupal preten- den contextualizar las perspectivas teóricas y subrayar las diferencias y simi- litudes existentes entre los enfoques. El último capítulo compara y contrasta los diferentes enfoques grupales con respecto a los objetivos de terapia gru- pal, el rol y las funciones del terapeuta del grupo, el grado de estructuración y división de responsabilidad en los grupos, el empleo de técnicas y las contri- buciones de los distintos enfoques al trabajo grupal en las poblaciones multi- culturales. El capítulo concluye con una descripción de un "modelo ecléctico integrado de la terapia grupal", que combina los conceptos y las técnicas de todos los enfoques que se han examinado y que debería animar a los lectores a elaborar su propia integración. El modelo I integra perspectivas de "pensa- miento", "sentimiento" y "conducta", con énfasis variable en cada fase del desarrollo del grupo. Con ello trato de mostrar los aspectos de cada teoría que introduzco en las diversas fases del grupo así como de establecer una base para integrar los diversos enfoques a la práctica de la terapia grupal. Se inclu- yen algunos consejos para que los lectores puedan elaborar sus propias sínte- sis de los diversos enfoques grupales. Las revisiones de la Tercera Parte han sido menos numerosas. Esta obra está dirigida a estudiantes o profesionales implicados en el área de servicios sociales. Está indicado especialmente para cualquier estudiante matriculado en cursos de "Teoría y Práctica de la Terapia Crupal". La obra también es adecuada para cualquier terapeuta involucrado en el trabajo con grupos o para cualquier persona interesada en la dirección de diferentes tipos de grupos como las enfermeras de centros psiquiátricos, curas, asistentes sociales, consultores, orientadores y profesionales de la salud mental que dediquen parte de su trabajo a la terapia grupal. La cuarta edición del Manual del Estudiante sobre la Teoría y Práctica de la Terapia en Grupo puede ser útil para que los estudiantes obtengan el máxi- mo beneficio de este libro y experimenten realmente los procesos y técnicas de grupo. El manual incluye preguntas para reflexionar y comentar, sugiere actividades que se pueden plantear al grupo clase y a pequeños grupos, ideas para ser aplicadas en grupos controlados, esquemas resumen, inventarios.
  • 11. 14 PREFACIO guías de estudio y ejemplos de casos con alternativas abiertas para la práctica terapéutica en grupo. El manual también ha sido actualizado e incluye mate- riales suplementarios nuevos para las diez teorías. Se puede obtener también un Manual de Recursos para el Instructor que también ha sido revisado para que refleje las modificaciones efectuadas sobre el libro de texto y sobre el manual del estudiante. Reconocimientos Muchas de las revisiones que se han efectuado en esta obra desde su pri- mera edición en 1981 han surgido en el contexto de los comentarios con estu- diantes, colegas y profesores que usan el libro. Esos estudiantes y profesionales a quienes yo imparto cursos siguen aportándome mucha infor- mación y la mayoría de mis ideas surgen de los comentarios que ellos hacen. El continuo desafío colaborador de mis amigos y colegas (a quienes ofrezco clases y seminarios y con quienes co-lidero grupos) mantiene activo mi aprendizaje y me proporciona la motivación para seguir ejerciendo, impar- tiendo clases y escribiendo. Estos amigos y colegas son Patrick Callanan, Mary Moline, J. Michael Russell, Veronika Tracy y George Williams, todos ellos profesores en la Universidad Estatal de California en Fullerton; deseo reconocer especialmente la influencia en mi vida y en mi obra de mi esposa y colega Marianne Schneider Corey con quien trabajo regularmente. Su crítica y feedback han sido de valor especial al preparar estas revisiones y muchas de las ideas de este libro son el producto de nuestras largas discusiones sobre la terapia grupal. Los comentarios de quienes revisaron la obra antes y después del manus- crito me han ayudado a modelar el producto final. Las personas que revisaron el manuscrito completo de la cuarta edición y me ofrecieron su apoyo y feed- back crítico fueron J. Ezell de la Universidad de Marymount, Peni na Frankel de la Universidad Nacional-Louis, Barbara Herlihy de la Universidad de Houston-Clear Lake, Joseph R. Morris de la Universidad de West Virginia y David G. Zimpfer de la Universidad de Kent State. Las siguientes personas revisaron los apartados correspondientes a los aspectos multiculturales y proporcionaron comentarios críticos y sugerencias útiles sobre formas de incorporar la diversidad cultural a la práctica de la terapia grupal: Victoria D. Coleman de la Universidad de Purdue, Farah A. Ibrahim de la Universidad de Connecticut, Frederick T. L. Leong de la Uni- versidad Estatal de Ohio, Noreen Mokuau de la Universidad de Hawaii, Zebra Mooman, estudiante de servicios sociales en la Universidad Estatal de California, Paul B. Pedersen de la Universidad de Syracuse, Ronnie Priest de la Universidad Estatal de Memphis, Derald Wing Sue de la Universidad Esta- tal de California, Hayward, Sandra Wathen, doctorante en la Universidad de
  • 12. TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 13 i Indiana, Southeast y Julia R.J. Yang de la Universidad Estatal de California. Fresno. Valoro los comentarios detallados que recibí de personas que revisaron capítulos específicos. Muchas personas han contribuido con su experiencia en un área específica. Agradezco a los siguientes por su ayuda en la actualiza- ción de varios capítulos teóricos: * Capítulo 6: William Blau, California School de Psicología Profesional en Los Angeles y J. Michael Russell de la Universidad Estatal de California, FuUerton. *Capítulo 7: James Bitter de la Universidad Estatal de California, FuUer- ton. * Capítulo 8: Adam Blatner de la Universidad de Louisville. * Capítulo 9; J. Michael Russell de la Universidad Estatal de California, FuUerton y Emmy van Deurzen-Smith de Regent's CoUege de Londres. * Capítulo 10: David J. Cain fundador de la Asociación Centrada en la Persona en Carlsbad, California. * Capítulo 13: Amold A. Lazarus de la Universidad de Rutgers y Sheldon Rose de la Universidad de Wisconsin-Madison. * Capítulo 14: Albert Ellis, presidente del Instituto de Terapia Racional Emotiva en New York. * Capítulo 15: Robert E. Wubbolding de la Universidad Xavier. Este libro es el resultado del esfuerzo realizado por un grupo e incluye la combinación de los talentos de multitud de personas pertenecientes a la fami- lia Brooks/Cole. Agradezco la oportunidad que me han dado para trabajar con Claire Verduin, encargada de la sección de psicología y terapia que conti- núa manteniendo el equilibrio necesario entre el desafío y el apoyo, con Gay Bond, asociado editorial que siempre ha sido eficiente y colaborador al intro- ducir la revisiones, con Fiorella Ljunggren, jefe de los servicios de produc- ción que controla la producción de nuestros libros, con William Waller, el editor que se encarga de asegurar que nuestros libros dispongan de la conci- sión y claridad suficientes y con Cecile Joyner de la Compañía Cooper que se encargó de la producción de nuestro libro con habilidad y eficacia. Aprecio también el cuidadoso trabajo que ejecutó Glennda Gilmour en la elaboración del índice. Sus talentos, esfuerzos, dedicación y horas extras han contribuido obviamente a mejorar la calidad de este texto. Con la ayuda profesional de estas personas, la continua revisión de este libro ha sido más motivo de dis- frute que de molestia. Gerald Corey
  • 13. índice - El autor 7 -Agradecimientos 9 - Prefacio 11 PRIMERA PARTE REVISIÓN DE ELEMENTOS BÁSICOS DE LOS PROCESOS CRUPALES 1. Introducción del trabajo en grupo 21 2. Factores éticos y profesionales en la práctica con grupos 49 3. Liderazgo en el grupo 81 4. Estadios iniciales en el desarrollo grupal 117 5. Estadios finales en el desarrollo grupal 147
  • 14. 18 SEGUNDA PARTE ENFOQUES TEÓRICOS DE LA TERAPIA GRUPAL 6. El enfoque Psicoanalítico de Grupos 7. Terapia Grupal Adleriana 8. Psicodrama 9. El enfoque existencial de Grupo 10. El enfoque grupal centrado en la persona 11. Terapia de la Gestalt 12. Análisis Transaccional 13. Terapia conductual de grupo 14. Terapia racional emotiva 15. Terapia realista de grupo 181 235 257 291 321 353 389 413 455 485 TERCERA PARTE APLICACIÓN E INTEGRACIÓN 16. Ejemplo de un Grupo en Acción: Varias perspectivas 17. Comparaciones, contrastes e integración 519 551
  • 15. PRIMERA PARTE Revisión de elementos básicos de los procesos grupales
  • 16. 1 Introducción del trabajo en grupo Hoy en día más que nunca, los profesionales de la salud mental deben afrontar el desafío de elaborar nuevas estrategias tanto para la prevención como para el tratamiento de problemas psicológicos. Aunque existe la posi- bilidad de la terapia individual, limitar los servicios a este modelo ha dejado de ser práctico, especialmente en estos tiempos caracterizados por las dificul- tades económicas. Desde mi punto de vista, la terapia de grupo proporciona una alternativa para sobrellevar este desafío. Por una parte los grupos permi- ten a los terapeutas trabajar con más de un cliente al mismo tiempo y por otra parte el proceso grupal conlleva ventajas específicas de aprendizaje. La tera- pia de grupo puede ser el tratamiento seleccionado por muchos sectores de la población. Sin embargo, si el trabajo en grupo debe ser efectivo, los terapeu- tas necesitan una base teórica y deberán encontrar formas de aplicar creativa- mente estas teorías a la práctica. EL AUMENTO EN EL USO DE GRUPOS En la medida que mis colegas y yo hemos dirigido talleres y seminarios a lo largo de todos los Estados Unidos, hemos encontrado un aumento del inte- rés por el trabajo en grupos. Los terapeutas profesionales están creando una creciente variedad de grupos para satisfacer las necesidades especiales de su diversa clientela. De- hecho, los tipos de grupos que pueden diseñarse sólo están limitados por la imaginación propia. Este amplio desarrollo no ha con-
  • 17. 22 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO siderado suficientemente la necesidad de la formación y entrenamiento global en la teoría y práctica de la terapia de grupo. Este libro trata de proporcionarle una base de conocimiento fundamental aplicable a la mayoría de los tipos de grupos que usted pueda dirigir. Se pueden emplear los grupos tanto con propósitos terapéuticos como educativos o para la combinación de ambos. Algunos grupos tratan de ayudar a las personas a ejecutar cambios fundamentales en sus formas de pensar, sentir y comportarse. Otros grupos, con una orientación más educativa, ense- ñan a sus miembros habilidades específicas de manejo. En este capítulo encontrará una breve revisión de diversos tipos de grupos y las diferencias principales entre ellos. En el área de los servicios humanos o sociales, se esperará que usted se halle preparado para aplicar enfoques grupales a diversos clientes con multi- tud de propósitos. En un hospital psiquiátrico, por ejemplo, pueden solicitarle que diseñe y dirija a grupos de pacientes con diferentes problemas, algunos que van a ser dados de alta y reinsertados en la comunidad o para los familia- res de los pacientes. Es frecuente encontrar en estos hospitales grupos de insight, grupos de readapatación o grupos de terapia vocacional/recreativa. Si usted trabaja en un centro de salud mental, en un centro terapéutico educativo o en hospital de día, se espera que usted desempeñe servicios tera- péuticos en diferentes modalidades grupales. Probablemente sus clientes pro- cederán de poblaciones diversas respecto a las variables edad, problemática, nivel socioeconómico, nivel educativo, raza o etnia y medio cultural. Los ser- vicios sociales hacen cada vez mayor uso de los grupos y no es extraño hallar agrupaciones de mujeres, grupos de hombres, grupos de hijos de padres alco- hólicos, grupos de apoyo, grupos educativos de padres, agrupaciones de pacientes de cáncer, grupos de personas con trastornos de alimentación, gru- pos de personas en crisis, grupos de ciudadanos mayores, grupos de personas seropositivas, grupos de apoyo a pacientes con SIDA y grupos dirigidos a disminuir el abuso de sustancias. El enfoque teórico puede basarse primera- mente en un sistema simple como es el caso de la terapia realista u otra de las muchas formas de terapia conductual. Sin embargo, los terapeutas son paula- tinamente más partidarios de una posición ecléctica en la medida que extraen técnicas procedentes de distintos enfoques. En los centros escolares se diseñan grupos especiales para manejar los problemas de aprendizaje, vocacionales, personales o sociales de los estu- diantes. Si usted trabaja en una escuela, le pueden pedir que organice un grupo para reducir la ansiedad a los exámenes, un grupo de orientación pro- fesional, un grupo de autoestima, un grupo de niños procedentes de familias monoparentales, un grupo de aprendizaje de habilidades sociales o un grupo de crecimiento personal. Los consultores de las escuelas primarias están tra- bajando con grupos terapéuticos y con grupos educativos. Al nivel de la
  • 18. TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 23 enseñanza secundaria, los grupos van dirigidos a ayudar a los estudiantes con problemas de readaptación, víctimas de algún abuso o que sufren alguna crisis. En resumen, se diseñan enfoques de grupo para satisfacer las necesidades de cualquier persona. Una de las principales razones del éxito obtenido es que el enfoque de grupo es a menudo más efectivo que el enfoque individual. Esta efectividad se debe en parte a que los miembros del grupo pueden prac- ticar nuevas habilidades dentro del mismo grupo y en sus interacciones dia- rias fuera del mismo. Además, los miembros del grupo se benefician tanto del feedback y del insight de los miembros restantes como del terapeuta, los gru- pos ofrecen también la posibilidad de ejercitar el modelado. Los miembros aprenden a manejar sus problemas observando a otras personas con preocu- paciones similares. Existen también otras razones prácticas que justifican el éxito de los grupos como es un menor coste de los honorarios y una mayor disponibilidad de los terapeutas y consultores. Sin embargo se plantea el problema de que incluso los terapeutas con mucha experiencia en su profesión carecen de la suficiente teoría y técnicas del trabajo grupal. Muchos de estos profesionales se encuentran a sí mismos inmersos en el rol de terapeuta de grupo sin la adecuada preparación o prácti- ca. No es sorprendente pues, que algunos de ellos tengan miedo y no sepan por dónde empezar. Aunque este libro no pretende ser el método exclusivo para la preparación de profesionales competentes de grupos, su propósito es proporcionar alguna base para el manejo de las demandas con que se halla el terapeuta de un grupo. SOBRE LA PRESENTE OBRA Teoría y Práctica de la Terapia Grupal le pondrá en contacto con algunos aspectos básicos del liderazgo de grupos y de la participación en los mismos y le mostrará su forma de funcionamiento. Los restantes capítulos de la Primera Parte tratan sobre los elementos básicos de los procesos y práctica grupales que usted necesitará conocer independientemente del tipo de grupos que dirija o de la orientación teórica que pueda mantener En el Capítulo 2 se mencionan importantes cuestiones éticas y profesionales que inevitablemente hallará cuando dirija grupos. Se subrayan los derechos de los miembros del grupo y las responsabilidades de los dirigentes. El Capítulo 3 se refiere a los aspectos relacionados con el liderazgo de grupos, tales como las características de los terapeutas efectivos, los problemas que afrontan, los diferentes estilos de lide- razgo y algunas habilidades específicas necesarias para el liderazgo efectivo. En el Capítulo 4 y 5 se introducen las principales tareas para afrontar un grupo en la medida que progresa a través de los diferentes estadios, desde su forma- ción hasta su finalización, evaluación y seguimiento. Se examinan las caracte-
  • 19. 24 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO rísticas centrales de los estadios que configuran la historia vital del grupo, prestando especial atención a las funciones del terapeuta en cada uno de los estadios. Estos capítulos se centran también en las funciones de los miembros de un grupo y en los posibles problemas asociados a cada estadio de la evolu- ción del grupo. La Segunda Parte del texto está diseñada para proporcionarle una visión general de los distintos modelos teóricos que subyacen a la terapia de grupo, de tal forma que usted pueda analizar la conexión existente entre la teoría y la práctica. Se han seleccionado diez modelos para presentar una perspectiva equilibrada. Más concretamente, se ha seleccionado el modelo psicoanalítico porque es la teoría a partir de la que se han derivado la mayoría de los enfo- ques restantes. Incluso aunque considere limitadas algunas de las técnicas psi-coanalíticas, puede seguir utilizando conceptos psicoanalíticos en su trabajo. El enfoque Adleriano de grupos está incluido porque parece haber resurgido el interés por los conceptos y procedimientos adlerianos en las terapias de grupo. La inclusión del psicodrama se basa en mi teoría de que los métodos orientados a la acción del role-playing pueden integrarse en la mayoría de las formas del trabajo grupal. Las terapias orientadas a la relación - que incluyen el enfoque existencial , el enfoque centrado en la persona y el enfoque Gestalt - son importantes porque subrayan la experimentación de sentimientos y reacciones interpersonales en la práctica grupal. Se ha incluido el Análisis Transaccional porque proporciona una estructura cognitiva para el trabajo en grupos y puede integrarse con muchos otros enfoques. Las terapias conductuales y cognitivo-conductuales - terapia conductual, terapia racional emotiva y terapia realista -refuerzan los métodos de acción y la modificación de la conducta. Para proporcionarle un marco de trabajo que integre los modelos teóricos, estos diez capítulos siguen un mismo índice. Presentan los conceptos clave de cada teoría y sus implicaciones para la práctica en grupos, describen el rol y las funciones del terapeuta del grupo de acuerdo a cada teoría, comentan la forma de aplicar cada teoría a la práctica en grupos y describen las principa- les técnicas empleadas en cada teoría. Los ejemplos ilustran el uso de estas técnicas. Cada capítulo contiene mi evaluación del enfoque descrito - una evaluación basada en los aspectos que considero más fuertes y más débiles -y una breve descripción de las posibles aplicaciones de estos enfoques a los diversos grupos. De este texto usted aprenderá sólo algunos aspectos esenciales de las tera- pias examinadas. El libro no está diseñado para hacer de usted un experto en ninguno de los enfoques de grupo. Su objetivo es proporcionarle una visión global de las diferencias y similitudes significativas existentes entre estos modelos teóricos. Espero motivarle suficientemente para que seleccione algu- nos enfoques y profundice en ellos mediante lecturas adicionales y para que experimente algunos de estos enfoques como-participante. El fin último es BAFAEL NüÑEa"
  • 20. TEORÍA Y PRACTICA DE LA TERAPIA CRUPAL 25 conseguir que el lector logre su propia perspectiva teórica y estilo personal de liderazgo de grupo. La Tercera Parte se centra en la aplicación práctica de las teorías y princi- pios expuestos en la Primera y Segunda Partes. Para aumentar el realismo de tales aplicaciones, en el Capítulo 16 se sigue a un grupo en acción y se comenta cómo aplicar los distintos enfoques teóricos al caso. De este modo observará cómo terapeutas con diferentes orientaciones trabajan con el mismo grupo y con los mismos temas. Esta perspectiva comparativa demos- trará también algunas de las técnicas del liderazgo de grupos en acción. El Capítulo 17 está diseñado para ayudarle a enlazar los distintos métodos y enfoques y para buscar similitudes y diferencias entre ellos. Este capítulo pre- senta también mi propia versión de un modelo ecléctico integrado para la práctica en grupo. Le incito a mantener la mente abierta y a leer de forma crítica. Siendo un aprendiz activo y planteando cuestiones logrará los cimientos necesarios para llegar a ser un terapeuta efectivo. Se ha diseñado un Manual para la Teoría y Práctica de la Terapia de Grupo como suplemento a este de tal forma que usted pueda experimentar las técnicas que está estudiando. REVISIÓN DE LA TERAPIA DE GRUPO Este libro versa sobre la terapia de grupo. Existen diversos tipos de grupos terapéuticos y la mayoría de ellos comparten las metas, los procedimientos, las técnicas y los procesos terapéuticos en los grupos. Sin embargo difieren con respecto a los objetivos específicos, el rol del terapeuta, el tipo de perso- nas que integra el grupo y el énfasis que se concede a los aspectos de preven- ción, resolución, tratamiento y desarrollo. Para esclarecer estas similitudes y diferencias, la descripción de la terapia de grupo de este apartado va seguido de breves comentarios sobre la psicoterapia de grupo, los grupos estructura- dos y los grupos de auto-ayuda. La terapia de grupo persigue objetivos pre-entivos y curativos. Generalmente el grupo terapéutico tiene un centro de interés específico que puede ser educativo, vocacional, social o personal. El grupo implica un proceso interpersonal que potencia los pensamientos, sentimientos y conductas conscientes. A menudo los grupos terapéuticos están orientados hacia el problema, su contenido y centro de atención está determinado por los miembros , quienes normalmente son individuos con buen funcionamiento, que no requieren una reconstrucción extensiva de la personalidad y cuyos problemas están relacionados con el desarrollo de tareas en su espacio vital. La terapia de grupo se orienta hacia el crecimiento siendo su centro de atención el descubrimiento de los recursos internos de los miem- bros. Los participantes pueden estar padeciendo una crisis situacional y con- flictos temporales o pueden estar esforzándose por modificar algunas
  • 21. 26 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO conductas auto-destructivas. El grupo proporciona la empatia y el apoyo necesarios para crear una atmósfera de confianza que conduzca a compartir y explorar dichos problemas. A menudo, la terapia de grupo se desarrolla en entornos institucionales como escuelas, universidades, centros psicológicos, centros de salud mental y otros servicios sociales de base. El terapeuta emplea técnicas verbales y no verbales así como ejercicios estructurados. Las técnicas más frecuentes son el reflejo (reflejar los mensa- jes verbales y no verbales de un miembro del grupo),la clarificación (ayudar a los miembros a entender con más precisión sus mensajes y sentimientos), el role-playing e interpretación (conectar las conductas presentes con decisiones adoptadas en el pasado). En el Capítulo 3 se describen con más detalle otras técnicas frecuentes en las terapia de grupo. El rol del terapeuta consiste fundamentalmente en facilitar la interacción de todos los miembros, ayudarles a aprender de los otros, colaborar con ellos para establecer metas personales y animarles a convertir sus insights en planes concretos que impliquen la ejecución fuera del grupo. Los terapeutas interpretan este rol enseñando a los miembros del grupo a centrarse en el aquí y ahora y a identificar los problemas que desean examinar en el grupo. Metas Teóricamente, los miembros deciden por sí mismos las metas específicas de su experiencia grupal. Algunas metas generales que comparten los miem- bros de terapias de grupo son: * Aprender a confiar en sí mismo y en los demás. * Lograr un auto-conocimiento y desarrollar la sensación de una identidac propia única. * Reconocer las similitudes de las necesidades y los problemas de los par ticipantes y desarrollar una sensación de universalidad. * Aumentar la auto-aceptación, la auto-confianza y el respeto a une mismo para lograr una nueva imagen propia. * Buscar formas alternativas para manejar los aspectos evolutivos norma les y resolver ciertos conflictos. * Aumentar la auto-dirección, autonomía y responsabilidad hacia um mismo y hacia los demás. * Ser consciente de las posibilidades propias y actuar en consecuencia. * Elaborar planes específicos para modificar algunas conductas y obligar se a uno mismo a mantener dichos planes. * Aprender habilidades sociales más efectivas. * Sensibilizarse ante las necesidades y sentimientos de los otros.
  • 22. TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 27 * Aprender a enfrentarse a los otros directamente con cautela, cuidado y honestidad. * Superar la mera búsqueda de las expectativas ajenas y aprender a vivir con expectativas propias. * Clarificar los valores propios y decidir si se modifican y cómo hacerlo. Ventajas La terapia de grupo cuenta con muchas ventajas a su favor como vehículo para ayudar a las personas a ejecutar modificaciones en sus actitudes, opinio- nes sobre sí mismos y sobre otros, sentimientos y conductas. Una ventaja es que los participantes pueden explorar su estilo de relación con los demás y aprender habilidades sociales más efectivas. Otra consiste en que los miembros pueden comentar las percepciones que tienen de los otros miembros del grupo y recibir un valioso feedback sobre cómo están siendo percibidos por ellos. La terapia de grupo proporciona la reproducción del mundo cotidiano de los participantes de múltiples formas, especialmente si los miembros son diversos con respecto a las variables edad, intereses, medio cultural, nivel socioeconómico y tipo de problema. Como microcosmo de la sociedad, el grupo proporciona una muestra de la realidad porque los conflictos y proble- mas de los miembros hallados en el grupo no difieren de los experimentados fuera de él. La diversidad que caracteriza a la mayoría de los grupos propor- ciona a los participantes un feedback inusualmente rico pues pueden verse a sí mismos a través de los ojos de una amplia variedad de personas. El grupo ofrece comprensión y apoyo lo cual motiva el deseo de los miem- bros a explorar los problemas con que llegan al grupo. Los participantes gene- ran la sensación de pertenencia y mediante la cohesión que se produce, aprenden formas de comportarse íntimamente, atentamente, etc. En esta atmós- fera protectora los miembros pueden experimentar conductas alternativas. Pue- den poner en práctica estas conductas en el seno del grupo, donde reciben el ánimo y las sugerencias para aplicar sus aprendizajes en el mundo exterior. Finalmente, corresponde a los miembros decidir qué modificaciones dese- an. Pueden comparar las percepciones de sí mismos con las percepciones de los otros y decidir qué hacer con esta información. En esencia, los miembros consiguen una idea del tipo de persona que les gustaría llegar a ser y consi- guen comprender lo que les está impidiendo conseguirlo. Valores para Poblaciones Específicas La terapia de grupo puede diseñarse para satisfacer las necesidades de poblaciones específicas como niños, adolescentes, estudiantes o ancianos. En
  • 23. 28 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO la obra Grupos: Proceso y Práctica (M. Corey & Corey, 1992) se describen ejemplos de estos grupos y se ofrecen sugerencias sobre la organización de los mismos y las técnicas aplicables para manejar los problemas específicos de cada uno de ellos. A continuación se presenta un breve comentario sobre el valor de la terapia de grupos para múltiples poblaciones específicas. TERAPIA DE GRUPO PARA NIÑOS. La terapia de grupo para niños puede perseguir objetivos preventivos o curativos. En las escuelas se sugieren terapias de grupo para los niños que muestran conductas o atributos como la dificultad para relacionarse con los compañeros, peleas excesivas, explosio- nes de violencia, cansancio crónico, falta de supervisión en el entorno fami- liar y apariencia de abandono. Los grupos reducidos pueden proporcionar a los niños la oportunidad de expresar sus sentimientos sobre los aspectos ante- riores o los problemas que de ellos se derivan. Es muy importante identificar a niños que estén desarrollando problemas emocionales o conductuales. Si estos niños pueden recibir asistencia psicológica en una edad temprana, dis- ponen de mejores oportunidades para manejar con efectividad las tareas evo- lutivas con las que deberán enfrentarse posteriormente. TERAPIA DE GRUPO PARA ADOLESCENTES. Los años adolescentes pueden ser de extremada soledad y no es extraño que un adolescente sienta que nadie quiere ayudarle. La adolescencia es también una época de grandes preocupaciones y de decisiones importantes que pueden afectar al curso de la propia vida. Son parte de esta época las dudas, la dependencia/independencia, los conflictos de aceptación/rechazo, las crisis de identidad, la búsqueda de seguridad, las presiones de conformismo y la necesidad de aceptación. Muchos adolescentes están presionados para que actúen y obtengan éxitos y con mucha frecuencia experimentan grandes presiones para satisfacer estas expectativas ex temas. La terapia de grupo está especialmente indicada para los adolescentes por- que les proporciona un lugar donde expresar los sentimientos conflictivos, explorar sus dudas sobre sí mismos y llegar a comprender que comparten estas preocupaciones con sus iguales. El grupo permite a los adolescentes cuestionarse abiertamente sus valores y a modificar los que deben ser cam- biados. En el grupo, los adolescentes pueden aprender a comunicarse con sus iguales, pueden beneficiarse del modelo proporcionado por el terapeuta y pueden experimentar con la realidad sin riesgos y examinar así sus límites. Otro valor específico de la terapia de grupo para los adolescentes es que les ofrece la oportunidad de ser instrumentales en el proceso de crecimiento mutuo. La interacción grupal posibilita a los participantes expresar sus pro- blemas y ser escuchados y pueden ayudarse mutuamente en el camino hacia la auto-comprensión y la auto-aceptación.
  • 24. TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 29 TERAPIAS DE GRUPO PARA ESTUDIANTES. Los grupos de terapia son un vehículo valioso para satisfacer las necesidades evolutivas de muchos estudiantes que sienten que el instituto o universidad sólo se preocupa de su desarrollo intelectual excluyendo su crecimiento emocional o social. Durante los años que estuve trabajando como consultor en dos universidades me per- caté de la necesidad de grupos en los campus. En estas universidades los gru- pos existentes estaban diseñados para estudiantes relativamente sanos que estuvieran experimentando crisis evolutivas. El principal objetivo de estos grupos consistió en ofrecer a los participantes una oportunidad para el creci- miento y una situación donde pudieran manejar sus problemas relacionados con sus estudios, con las relaciones hombre/mujer, problemas de identidad, planes educativos, sentimientos de aislamiento en un campus impersonal y otras preocupaciones vinculadas al hecho de llegar a ser una persona autóno- ma. En la actualidad, muchos consultores de universidades y centros de estu- dios ofrecen diversas modalidades de grupos estructurados para satisfacer las diferentes necesidades de los estudiantes algunos de los cuales son grupos de asertividad, grupos para las minorías, grupos de incapacitados físicos, grupos para reducción del estrés, grupos de adultos que vuelven a ser estudiantes y que se están cuestionando el cambio de su carrera y de su estilo de vida o grupos de reducción de la ansiedad a los exámenes. En el siguiente apartado se examinarán brevemente estos grupos estructurados. TERAPIA DE GRUPO PARA LOS ANCIANOS. Los grupos terapéuticos pueden ser muy útiles para los ancianos al igual que para los adolescentes. A medida que las personas van envejeciendo experimentan soledad y muchos de ellos careciendo de la esperanza de un futuro significativo, se resignan a una vida inútil. Como los adolescentes, los ancianos se sienten a menudo improductivos, innecesarios y no queridos. Otro problema es que muchos ancianos alimentan mitos sobre el envejecimiento que posteriormente se con- vierten en profecías auto-cumphdas. Un ejemplo de ellos es la falsa idea de que los ancianos no pueden cambiar y que una vez jubilados están abocados a la depresión. Los grupos terapéuticos pueden ayudar a los ancianos a desafiar estos mitos y a manejar los aspectos evolutivos que ellos, como cualquier otro grupo de edad, deben encarar de forma tal que mantengan su integridad y respeto hacia sí mismos. La situación de grupo puede ayudar a las personas a salir de su aislamiento y a ofrecer a los ancianos el coraje necesario para encontrar significado en sus vidas, pudiendo disfrutar de una vida completa y no limitada a la mera existencia.
  • 25. INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO OTROS TIPOS DE GRUPOS Psicoterapia de Grupo Una diferencia importante existente entre la psicoterapia de grupo y la tera- pia de grupo reside en las metas de una y otra. Mientras que la terapia de grupo se centra en el crecimiento, desarrollo, potenciación, prevención, auto-consciencia y superación de los obstáculos que impiden el crecimiento, la psicoterapia de grupo se centra normalmente en el tratamiento y la reconstrucción personal. La psicoterapia de grupo es un proceso de reeduca- ción que incluye tanto la percepción consciente como la inconsciente y ambas tanto en el presente como en el pasado. Algunos grupos de psicoterapia se diseñan originalmente para corregir trastornos emocionales y conductuales que impiden el buen funcionamiento de la persona. La meta puede ser un cam- bio mayor o menor de la estructura de la personalidad, dependiendo de la orientación teórica del terapeuta del grupo. A consecuencia de este tipo de meta, la duración de estos grupos suele ser prolongada. Las personas que inte- gran el grupo pueden estar sufriendo problemas emocionales, conflictos neu- róticos profundos o estados psicóticos y algunos pueden mostrar conductas socialmente desviadas. Por lo tanto, muchos de estos individuos se hallan más necesitados de tratamientos terapéuticos que de trabajo evolutivo o preventivo. Los terapeutas de los grupos de psicoterapia son normalmente psicólogos clínicos, psiquiatras y asistentes sociales. Emplean multitud de modalidades verbales (comunes también a los consultores de los grupos) y algunos emple- an técnicas para inducir la regresión a experiencias tempranas, para hacer sur- gir dinámicas inconscientes y para ayudar a los miembros a reexperimentar situaciones traumáticas de tal forma que se produzca una catarsis. En la medida que se reviven estas experiencias en el grupo, los miembros se hacen conscientes y logran el insight de las decisiones pasadas que interfieren en su funcionamiento cotidiano. El terapeuta ayuda a los miembros del grupo a desarrollar una experiencia emocional correctiva y a adoptar nuevas decisio- nes sobre el mundo, los otros y sobre uno mismo. Una de las principales características de la psicoterapia de grupo es el trabajo a través de los asuntos inconclusos que tienen sus raíces en el pasado inconsciente. Este centro de interés en el material pasado, la dinámica inconsciente, la reconstrucción de la personalidad y el desarrollo de nuevos patrones de conducta basados en los insights requiere también una duración más prolongada que la terapia grupal. Grupos Estructurados Los grupos estructurados, o grupos caracterizados por un tema central, parecen estar adquiriendo mucha popularidad. Cuando mis colegas y yo 30
  • 26. TEORÍA Y PRACTICA DE LA TERAPIA CRUPAL 31 hemos dirigido seminarios, hemos encontrado profesionales muy creativos para la organización de grupos de tiempo limitado que versan sobre un tema concreto o dirigidos a una población en particular. Estos trabajadores de gru- pos perciben necesidades en la comunidad y dirigen estas necesidades mediante la creación de grupos. Tales grupos persiguen diversos propósitos: impartir información, compartir experiencias comunes, enseñar a resolver problemas, ofrecer apoyo y enseñar a las personas a establecer sus propios sistemas de apoyo fuera del entorno grupal. Es obvio que los grupos estructurados, en oposición a la terapia de grupos o a los grupos de crecimiento personal, están asentándose en multitud de entornos. Parecen tener una buena acogida en los centros públicos y en los centros escolares. Muchas universidades y centros de estudios ofrecen una variedad de grupos especiales dirigidos a una población en particular además de los grupos no estructurados de crecimiento personal y las terapias de grupo. Por ejemplo, los grupos estructurados ofertados por el Centro de Ser- vicios Psicológicos de la Universidad de Texas en Austin incluyen los siguientes: Transiciones de la mitad de la vida: valores y decisiones vitales; Control sobre el propio estilo de vida y "estilo de trabajo", manejo del estrés; Entrenamiento en el manejo de la depresión; Manejo de relaciones/Finaliza- ción de relaciones; Estrategias para construir la auto-confianza de mujeres graduadas; Aprender a manejar la ansiedad para hablar en público; Desarrollo de conductas asertivas; Perfeccionismo: La espada de dos filos; Estudiantes con un familiar alcohólico y algunos otros. Otro ejemplo son los programas de terapia de grupo disponibles para los estudiantes de la Universidad Estatal de Colorado. Hay grupos terapéuticos para descendientes de un miembro alcohólico e incluso grupos educativos y de apoyo para estos clientes. Este centro terapéutico ofrece también un grupo para el manejo de la ansiedad, un grupo para personas con desajustes relacionados con la alimentación, un grupo para los aspectos familiares, un grupo para estu- diantes con edad no tradicional, un grupo para los problemas relaciónales, un grupo de auto-estima, un grupo para mujeres adultas víctimas de algún abuso sexual durante la niñez y un grupo de identidad personal para mujeres. La lista anterior le proporciona una idea aproximada del abanico de temas que se tratan en los grupos estructurados. Estos grupos ayudan a las personas a desarrollar habilidades específicas, a comprender ciertos temas o a superar transiciones vitales difíciles. Aunque los temas varían obviamente en razón de los intereses del terapeuta y de la clientela del grupo, tales grupos compar- ten el común denominador de aumentar en sus miembros la conciencia de algunos problemas vitales y proporcionarles los instrumentos para manejarlos de la forma más adecuada. Normalmente, las sesiones suelen ser de unas dos horas semanales y los grupos tienden a ser de tiempo limitado. Pueden durar unas cuatro o cinco semanas o como mucho un semestre.
  • 27. 32 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO Para la configuración del grupo normalmente se pide a los miembros que completen un cuestionario relacionado con su capacidad para manejar el área particular de interés. Se introducen ejercicios estructurados y tareas para casa como formas para enseñar destrezas nuevas a los miembros del grupo. Al finalizar las sesiones se emplea a menudo otro cuestionario para evaluar los progresos de los miembros. Se establecen también contratos como forma de mostrar a los miembros las metas específicas que guiarán su participación en el grupo y para motivarles a poner en práctica las nuevas destrezas fuera del grupo. Muchos grupos estructurados se basan en el modelo de teoría del aprendi- zaje y emplean procedimientos conductuales. En el Capítulo 13 encontrará descripciones detalladas de tales grupos, incluidos los grupos de entrena- miento en habilidades sociales y entrenamiento en asertividad, grupos de manejo del estrés, grupos de auto-dirección y grupos de terapia multimodal. Grupos de Auto-ayuda En los últimos 20 años se ha producido una gran explosión de grupos de auto-ayuda que permiten a las personas con un problema o apuro común crear un sistema de apoyo que les proteja del estrés psicológico y les propor- cione el incentivo suficiente para iniciar un cambio en sus vidas. Estos gru- pos satisfacen en ciertas poblaciones una necesidad crítica que no ofrecen los profesionales de los centros de salud mental. Los miembros comparten expe- riencias, se dan apoyo emocional y social mutuamente, aprenden unos de otros, ofrecen sugerencias a los miembros nuevos y proporcionan alguna dirección a las personas desesperanzadas. Normalmente los grupos de auto-ayuda se reúnen en el entorno comunitario como las escuelas o las iglesias. La esencia del proceso de auto-ayuda consiste en que los miembros se apoyen mutuamente asumiendo responsabilidades personales y actuando con el propósito de resolver sus problemas en vez de transferir la responsabilidad o la culpa del problema a otras personas (Borkman, 1991). Los dos términos grupo de auto-ayuda y grupo de apoyo se emplean indis- tintamente. Los grupos de auto-ayuda tienden a enfatizar su autonomía y los recursos internos del grupo (Katz, 1981). En muchos grupos de auto-ayuda la intención original consintió en emplear un terapeuta como modelo que demostrara la universalidad de la necesidad de los otros para ayudarse mutua- mente. Los grupos de apoyo, por el contrario están iniciados a menudo por un profesional o por una organización. Para facilitar la descripción, categoriza-ción y comparación de los grupos de auto-ayuda, Schubert y Borkman (1991) han creado una tipología que facilita el reconocimiento de las similitudes y diferencias en la estructura organizativa de estos grupos. Los autores describen los siguientes diez grupos de auto-ayuda:
  • 28. TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 33 1. En la calle: un grupo de personas afectadas por una encarcelamiento. 2. Familiares que adoptan niños en cualquier lugar: un grupo que reúne a quienes desean adoptar niños o ya lo han hecho. 3. Problemas coronarios: un grupo de individuos antes o después de haberse sometido a cirugía coronaria. 4. Trastornos de la alimentación: un grupo guiado por personas con pro- blemas de control o pérdida de peso. 5. Estaciones: un grupo de personas que han perdido a un ser querido por suicidio. 6. Asociación de enfermos mentales: un grupo de sujetos afectados por alguna enfermedad mental que pretenden educar al público. 7. Nuevos comienzos: un grupo de personas separadas o divorciadas de un cónyuge o amante. 8. Alcanzar la recuperación: un grupo de mujeres que sufren cáncer de mama. 9. Alcohólicos anónimos: un grupo de personas que tratan de superar sus problemas por abuso de alcohol. 10. Centro de asesoramiento educacional de padres: un grupo de padres de niños con necesidades especiales. Esta lista es sólo un ejemplo de la diversidad de grupos destinados a compartir un problema común. ACTITUDES HACIA LOS GRUPOS DE AUYO-AYUDA, ¿Cuál es la acti-nad de los profesionales de la salud mental hacia los grupos de auto-ayuda?. Riordan y Beggs (1987) estudiaron el crecimiento de los grupos de auto-ayuda y recomiendan a los profesionales algunas formas para emplear estos grupos de manera adjunta a sus prácticas. A juzgar por la revisión de la literatura que han efectuado, es evidente que los grupos de auto-ayuda están desempeñando un rol importante en este sentido. Según Meissen, Masón y Gleason (1991), dada la reducción de los servicios tradicionales de salud mental al mismo tiempo que el crecimiento del movimiento de consumidores, es probable que los grupos de auto-ayuda llegen a ser tan importantes para el sistema de salud mental como los Alcohólicos Anónimos lo fueron en el área del abuso de sustancias. Meissen y sus colegas (1991) examinaron las actitudes de estudiantes gra- duados en trabajos sociales y en psicología clínica hacia los grupos de auto-ayuda. Encontraron que casi el 40% de los estudiantes había tenido alguna experiencia con estos grupos. Estos mostraban actitudes más positivas que los estudiantes que carecían de experiencia alguna. Algunas investigaciones concluyen que los profesionales futuros estarán más dispuestos a colaborar con los grupos de auto-ayuda. Meissen y sus colegas mantienen que la práctica profesional es imprescindible en relación a la auto-ayuda. Añaden que será
  • 29. 34 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO importante prevenir la influencia profesional no intencionada de los grupos de auto-ayuda. En su opinión, los estudiantes deberían aprender a respetar el rasgo distintivo de la auto-ayuda y de la autonomía e independencia de tales grupos así como los roles profesionales apropiados. DIFERENCIAS ENTRE GRUPO DE AUTO-AYUDA Y GRUPO TERAPÉUTICO. Los grupos de auto-ayuda y los grupos terapéuticos tienen algunas similitudes. Lakin (1985) señala que ambos valoran positivamente la expresión y puesta en común de emociones. Este énfasis se basa en la presun- ción de que las personas expresan muy pocos sentimientos y pensamientos y que las actitudes y conductas maladaptativas se originan a partir de estos sen- timientos estancados. Ambos tipos de grupos fortalecen el apoyo, subrayan el valor de la afiliación y persiguen el cambio conductual. A pesar de estas similitudes entre los grupos de auto-ayuda y los grupos terapéuticos, existen también algunas diferencias críticas (Riordan & Beggs, 1988). Una de las principales diferencias se refiere a las metas del grupo. Como se ha señalado anteriormente, los grupos de auto-ayuda tienen por núcleo un único tema como la adicción, el cáncer o la obesidad mientras que los grupos terapéuticos tienen metas más globales como mejorar la salud mental general o mejorar el funcionamiento interpersonal (Riordan & Beggs, 1987). Además, los grupos de auto-ayuda emplean la auto-comprensión, el refuerzo y el feedback de los miembros (Lakin, 1985). Otra diferencia entre los grupos de auto-ayuda y los grupos terapéuticos se refiere a la naturaleza de los problemas que se exploran en los grupos. En el estudio dirigido por Meissen y sus asociados (1991), los estudiantes gradua- dos en asistencia social o en psicología clínica percibían los siguientes pro- blemas como apropiados para los grupos de auto-ayuda: adicción, dependencia del alcohol, relaciones parentales, control de peso y duelo por pérdida de un ser querido. Casi la mitad de estos estudiantes pensaba que la enfermedad mental y los problemas serios relacionados con la salud mental eran inapropiados para los grupos de auto-ayuda. En menor grado, la depre- sión crónica y los aspectos relacionados con el suicidio también se considera- ban inadecuados. Otra diferencia entre los dos tipos de grupos implica el tipo de liderazgo aplicado en cada uno de ellos. Los grupos de auto-ayuda están dirigidos nor- malmente por individuos que luchan por los mismos problemas que los miembros del grupo. En la mayoría de los grupos de auto-ayuda el liderazgo emerge y no se designa. En un estudio, se solicitó a los participantes que identificaran los roles profesionales apropiados para los terapeutas que traba- jan con los grupos de auto-ayuda (Meissen et al., 1991). Estos roles fueron: consultor, facilitador, iniciador, investigador, fuente de los miembros, tera- peuta, miembro y terapeuta del grupo. Hay diferentes opiniones en relación al
  • 30. TEORÍA Y PRACTICA DE LA TERAPIA CRUPAL 3S -iodo y grado de participación de los profesionales en los grupos de auto--;.uda. Como hemos observado, en los grupos terapéuticos se presupone que el grupo representa un microcosmos social. Estos grupos tratan de reflejar de alguna forma todas las dimensiones del entorno social de los miembros. El íactor terapéutico que favorece el cambio de los participantes es el proceso grupal como muestra de los conflictos interpersonales que los miembros deben enfrentar en su acontecer diario. Por contraste, los grupos de auto-ayuda no son microcosmos sociales. La interacción de los miembros dentro del grupo no se percibe como el principal catalizador del cambio, y se hace más hincapié en proporcionar un clima de aceptación y apoyo en el seno del grupo. El grupo llega a ser un medio para ayudar a las personas a modificar sus creencias, actitudes y sentimientos sobre sí mismos. Los grupos de auto-a'uda fortalecen una identidad común basada en una situación común de la vida ordinaria más que la mayoría del resto de los grupos. Otra diferencia entre los grupos de auto-ayuda y los grupos terapéuticos está vinculada a factores políticos. Los grupos de auto-ayuda han llegado a ser cada • ez más políticos como se demuestra a través de algunos movimientos organi- zados por mujeres. Por ejemplo, muchos grupos de auto-estima y concien-:iación de mujeres luchan por un cambio personal y sociopolítico (Enns, 1992). Otras poblaciones, como las minorías étnicas y raciales y los gays y lesbianas que se sienten oprimidos social y políticamente, usan los grupos con estos fines Lakin, 1985). Así pues, los grupos de auto-ayuda se centran en las causas extemas de los problemas de sus miembros y en el desarrollo de estrategias para el manejo de las barreras ambientales. Los grupos terapéuticos tienden a focalizar su atención en los cambios que pueden ejecutarse dentro del individuo ncluso aunque algunos factores ambientales no se modifiquen. Riordan y Beggs (1987, 1988) mantienen que los terapeutas deben ser conscientes de las diferencias existentes entre los grupos de auto-ayuda y los grupos terapéuticos de forma que puedan evaluar las posibles ventajas de cada tipo para los diferentes clientes. Los autores sugieren que aunque los grupos de auto-ayuda han sido fuente de valiosa ayuda para miles de perso- nas, no son los más adecuados para cualquiera. Por lo tanto, al sugerir uno de estos grupos, es importante examinar las expectativas del cliente y los posi- bles beneficios y riesgos que pueden derivarse de su participación. EL FUTURO DE LOS GRUPOS DE AUTO-AYUDA. Parece que las perso- nas están cada vez más interesadas en reunirse para buscar vías de ayuda mutua. Aunque los grupos terapéuticos dirigidos por profesionales desempe- ñan aún un rol vital, quizá es un síntoma saludable que las personas traten de buscar otros métodos. Muchos grupos de auto-ayuda tienen una función espe- cífica que no siempre puede satisfacerse en los grupos terapéuticos o psicote-
  • 31. 36 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO rapéuticos dirigidos por profesionales. El reto consiste en enseñar a los futu- ros profesionales a colaborar con los grupos de auto-ayuda. Además de reconocer la necesidad de enseñar a los futuros profesionales los enfoques de auto-ayuda, los terapeutas están cada vez más interesados en la investigación del área de la auto-ayuda. Al referirse a los logros en la investigación de los grupos de auto-ayuda, Borkman (1991) manifiesta que los instrumentos de medida son más sofisticados y así es posible recoger una información más valida. Borkman señala también que cada vez es mayor el número de estudiantes que investigan sobre los grupos de auto-ayuda y que estas investigaciones se están institucionalizando. Evidentemente, tanto los grupos de auto-ayuda como los grupos terapéuticos contribuyen de forma diferente en nuestra sociedad. TERAPIA DE GRUPO EN UN CONTEXTO MULTICULTURAL Esta obra asume que para que una terapia de grupo sea efectiya debe tomar en consideración el ambiente cultural de los miembros y del terapeuta. El pluralismo como estado ideal donde se reconozce, respeta y potencia la realidad de la diversidad. En este orden, el trabajo en grupos multiculturales implica estrategias que cultivan el entendimiento y el aprecio a la diversidad en las áreas de cultura, etnia, raza, sexo, clase social, religión y estilo de vida. El grupo, con todas las distintas perspectivas de cada uno de los miembros y del terapeuta, es un espacio natural para dar a conocer y potenciar el pluralis- mo. Los terapeutas, además de comprender las similitudes y diferencias cultu- rales de los clientes, deben potenciar el reto a la perspectiva tradicional de la estructura, metas, técnicas y prácticas de grupo. Un paso fundamental de los terapeutas consiste en reexaminar las presunciones subyacentes a todas las principales teorías en relación a su adecuación a los contextos multicultura- les. Es probable que los terapeutas grupales deban revisar sus teorías y técni- cas si pretenden servir mejor a los individuos de diferentes entornos culturales. Entre los Capítulos 6 y 15, analizo los puntos fuertes y limitacio- nes de las diez principales teorías desde una perspectiva multicultural. En las siguientes páginas se exponen los principios generales para una terapia efectiva de grupos multiculturales. Multiculturalismo: Algunas Deñniciones e Implicaciones En el consejo psicológico multicultural dos o más personas con diferentes formas de percibir su entorno social tratan de trabajar conjuntamente a través de una relación de ayuda (Pedersen, 1994). El término multicultural hace
  • 32. TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 37 referencia a la complejidad cultural en lo que atañe a la prestación de servi- cios. Otros términos usados en la práctica grupal de los contextos multicultu- rales incluyen raza, etnia, minorías y cultura. Pedersen define estos términos como sigue: Etnia implica una herencia sociocultural compartida de religión, historia o ancestros comunes. Cultura definida en general, incluye raza, etnia. orientación afectiva, clase, religión, sexo y edad. Minoría identifica a un grupo que ha recibido un tratamiento desigual por motivos de discriminación colectiva. El consejo psicológico multicultural trata de integrar los grupos minoritarios étnicos y raciales (afroamericanos, asiático-americanos, hispa-nos. americanos nativos y etnias blancas) y a otras poblaciones con necesidades específicas como mujeres, gays y lesbianas, disminuidos físicos y ancianos. Según Pedersen (1991) La perspectiva multicultural pretende proporcionar en marco de trabajo conceptual que reconozca la compleja diversidad de una sociedad pluralista y sugiere vías de problemática compartida que unen a todas bs personas independientemente de sus diferencias. Esta perspectiva incluye la dimensión tínica de la persona y el modo en que esta persona comparte temas con otras personas diferentes a ella. Tal punto de vista respeta las necesidades y puntos fuertes de poblaciones de clientela diversas y reconoce las experiencias de estos clientes. El mero conocimiento de ciertos grupos culturales no es sufi- ciente, es importante comprender también la variabilidad intragrupal. Cada mdividuo debe ser percibido en referencia a su grupo cultural, al grado en que se haya aculturizado y al nivel de desarrollo de la identidad racial. Pedersen (1994) subraya la importancia de entender tanto las diferencias del grupo como las individuales para interpretar la conducta con exactitud. Independientemente de que los terapeutas presten atención a las variables culturales o las ignoren, la cultura seguirá influyendo sobre la conducta de los miembros del grupo y del terapeuta así como sobre el proceso grupal. Los terapeutas que ignoren la cultura proporcionarán servicios menos efectivos. Dos Perspectivas sobre el Multiculturalismo En el área multicultural existen dos enfoques para entender y trabajar con ia diversidad de las poblaciones de clientes: (1) la perspectiva universal o transcultural, basada en la premisa de que las dimensiones humanas básicas son importantes independientemente de la cultura (Fukuyama, 1990), (2) el enfoque centrado que aboga por la necesidad de profundizar el conocimiento de las culturas específicas (Locke, 1990). El enfoque universal del consejo multicultural examina las similitudes de !a experiencia de personas de color y propone modelos transculturales para formar terapeutas multiculturales efectivos. Fukuyama (1990) sugiere progra- mas de formación que incluyan:
  • 33. 38 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO * la comprensión del concepto de cultura como el todo que afecta al indi- viduo, la sociedad y el proceso terapéutico. * una visión general de la cultura que incluye el sexo, el estilo de vida, la edad, la etnia y la raza. * información sobre todas las formas de opresión como racismo, sexismc y homofobia. * examinar la importancia de los roles sexuales * facilitar el desarrollo de la identidad individual como miembro de una cultural. * facilitar la comprensión de la perspectiva del mundo propio y el modc en que esto se relaciona con la familia y el propio entorno cultural. Según Fukuyama, el exceso de énfasis en las diferencias que separan a ur grupo cultural de otro favorece la creación de estereotipos. Manifiesta que sus estudiantes han sido capaces de adaptar los conceptos universales inclui- dos en el curso de la terapia multicultural y aplicar estas nociones a multituc de situaciones terapéuticas. Locke (1990), por contraste, defiende una perspectiva provincial como requisito filosófico adecuado para una terapia multicultural. En sus esfuerzo; por elaborar un enfoque universal o general, asegura que los terapeutas deber adquirir una pericia cultural sobre aquellos grupos específicos cuyas pobla clones van a encontrar. Este enfoque se asienta sobre tres principios: 1. La voluntad de los terapeutas por examinar sus creencias y actitudes; raciales en la medida que están relacionadas con individuos o grupo; específicos, culturalmente distintos. 2. La voluntad de comentar los aspectos específicos racialmente relevan tes a un nivel institucional. • 3. La voluntad de observar a los clientes como individuos y como miem bros de un grupo. La Necesidad de un Enfoque Multicultural en el Trabajo Crupal Los clientes de los grupos que usted dirige llegarán con sus valores, cre encías y acciones específicas que están influenciados por su cultura, raza ( etnia, sexo, religión, experiencia histórica con la cultura dominante, nive socioeconómico, educación, perspectiva política, estilo de vida y región geo gráfica. D.W. Sue (1992) nos recuerda que la composición de la población d( los Estados Unidos se está modificando con mucha rapidez y que los tera peutas se verán enfrentados a la elección de los caminos que han de tomar. E camino más transitado es el del monoculturalismo y etnocentrismo que ofre ce cierta seguridad y confort. La otra vía es el multiculturalismo que recono
  • 34. TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL J9 :e y valora la diversidad. Esta vía proporciona una imagen de la sociedad como mosaico cultural y no como recipiente de fundición. Proporciona las bases para que los terapeutas desarrollen las estructuras, paradigmas, políti- cas y prácticas nuevas que den respuesta a todos los grupos de la sociedad. La cambiante demografía de norteamérica obliga a los terapeutas a asumir ana postura proactiva con respecto a la diversidad cultural. Según Cosma-Diaz (1992), estos cambios demográficos modificarán las realidades socioló-gicas, políticas y económicas de las personas de color. El pluralismo se . nvertirá en el cianotipo de la sociedad norteamericana. Esta realidad con-ducirá a la flexibilidad y al aumento de las posibilidades de la práctica psico-terapéutica. No es posible aplicar los principios de una sociedad monocultura! a una multicultural. Los terapeutas deberán adoptar una perspectiva multicultural por las siguientes razones: porque nuestras percepciones del mundo se apren- den dentro de un contexto y una cultura, porque las personas procedentes de diferentes medios culturales perciben el mundo de forma distinta y porque la terapia requiere una comprensión exacta y profunda del mundo de cada clien-le (Pedersen, 1991). Éticamente estamos destinados a adquirir el conocimiento y las destrezas necesarias para trabajar con efectividad en situaciones multiculturales (Ibrahim & Arredondo, 1990). El tópico de la diversidad cultural en la terapia de grupo está recibiendo progresivamente más atención en la literatura psicológica. Por ejemplo, el lema central del Journal for Specialists in Group Work del mes de Noviembre de 1992 se dedica por entero a la terapia de grupo con poblaciones multicul-airales. Los artículos versan sobre el modo en que los terapeutas pueden ser sensibles a la diversidad de los clientes y pueden adaptar las orientaciones teóricas, las técnicas y los estilos para hacerlas coincidir con la visión del mundo y las necesidades de los clientes. El reto de un grupo consiste en adaptarse a las necesidades y creencias de cada miembro. El grado en que se satisfaga este reto determina el grado de efectividad del grupo para ayudar a la diversidad de los clientes (DeLucia, Coleman & Jenset-Scott, 1992). En un artículo sobre la terapia de grupo con clientes asiáticos, Yu y Gregg < 1993) manifiestan que la conciencia y la sensibilidad cultural deberían ser parte de cualquier experiencia grupal. El contenido que deberán establecer las personas que trabajen con grupos durante los años 90 y el próximo siglo se referirá a los problemas específicos transportados por clientes procedentes de diversos entornos. Los Desafíos y Recompensas de una Perspectiva Multicultural La literatura correspondiente a la terapia multicultural señala que los clien- tes procedentes de minorías y etnias hacen un uso limitado de los servicios de
  • 35. 40 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO salud mental y los servicios sociales (Atkinson, Morten & Sue, 1993; Chu & Sue, 1994; Ho, 1984; Lee, Juan & Hom, 1984; Leong, 1992; Mokuau, 1985; Pedersen, 1994; D.W. Sue, 1992). Existen diversas razones que explican este uso limitado e inapropiado de los servicios terapéuticos existentes. Una expli- cación del hecho se refiere al fracaso de los profesionales de la salud mental para evaluar, observar y encauzar los aspectos culturales. En algunos momen- tos los consultores pueden pasar por alto realidades culturales. Además, los valores culturales de los clientes pueden inhibir la utilización de los servicios porque en algunas culturas se emplean más los procesos terapéuticos informa- les que los recursos formales. Algunos clientes mantienen valores que les alientan a resolver por sí mismos sus propios problemas y hacerlo, dicen, es muestra de mayor madurez que solicitar ayuda de otras personas (Ho, 1984). Otras explicaciones del fenómeno de la escasa asistencia de las minorías a los servicios incluyen la falta de conocimientos de los servicios existentes, las dificultades del lenguaje, la inaccesibilidad geográfica o comunitaria y los conflictos entre el sistema de valores del cliente y los valores que subyacen a los enfoques terapéuticos occidentales contemporáneos (Mokuau, 1985). Como este patrón de escasa utilización no se modificará a corto plazo, parece importante examinar la naturaleza y efectividad de los mecanismos de ayuda utilizados por los diversos grupos culturales en Norteamérica. Los terapeutas que hacen referencia a la terapia multicultural aseguran a menudo que muchos enfoques no logran satisfacer las complejas necesidades de los clientes procedentes de diversas minorías y etnias debido a las percep- ciones esteriotipadas y estrechas de dichas necesidades. Los asiático-america- nos, afroamericanos, hispanos, americanos nativos y otros miembros de grupos minoritarios abandonan las terapias significativamente antes que los clientes euro-americanos. Esta tendencia está ocasionada frecuentemente por barreras culturales como las dificultades del lenguaje, los valores de clase y valores culturales que impiden la formación de una buena relación terapéuti- ca (Atkinson et al., 1993; Mokuau, 1987; Pedersen, 1994; D.W. Sue & Sue, 1990). Si usted espera acoger diversidad en sus grupos, como es el caso en la mayoría de los entornos laborales, le será importante aceptar el reto de modi- ficar sus estrategias para satisfacer las necesidades específicas de las pobla- ciones especiales. La Asociación Americana de Psicología ha elaborado Consejos para Profesionales de los Servicios Psicológicos que atienden a Poblaciones Diversas Étnica, Lingüística y Culturalmente (1993). Estas reglas subestiman la responsabilidad de los terapeutas por conocer los valores culturales de sus clientes antes de prestar un servicio de salud mental. Ellos subrayan la importancia de disponer de un marco de trabajo sociocultural donde pueden incluirse los diversos valores, estilos interactivos y expectati- vas culturales. Una práctica multicultural efectiva requiere tanto el conoci-
  • 36. TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 41 miento como las habilidades necesarias. Este mismo aspecto se profundizara en el Capítulo 3. Aunque es irreal esperar que usted adquiera un conocimiento profundo de todos los medios culturales, es factible disponer de una idea comprensiva de algunos principios generales para trabajar satisfactoriamente en la diversidad cultural. Aunque mantenga los principios de sus propios valores debería evi- tar la presunción de superioridad que le conduce a imponerlos como justifica- ción para excluir a algunos clientes de sus terapias. Si usted es capaz de apreciar diferencias culturales y no las asocia con superioridad o inferioridad, la diversidad puede evidentemente, aumentar las percepciones que los miem- bros de su grupo adquieren sobre los problemas, incrementar sus recursos psicológicos y generar la sensación de comunidad. Pedersen (1994) asegura que la adopción de una perspectiva multicultural le permite a uno pensar en la diversidad sin establecer categorías de "correc- to" o "falso". Cuando los argumentos de dos personas se basan en presuncio- nes culturales diferentes, pueden discrepar sin que uno de ellos tenga la razón y el otro se halle equivocado. Dependiendo de la perspectiva cultural desde la que se considera un problema, pueden generarse multitud de soluciones apro- piadas. La cultura es compleja, es dinámica y no es estática. Sin embargo, el tapiz cultural que se trama en la tarea de todas las relaciones terapéuticas no requiere ser percibida como la barrera que usted deba franquear. Como dice Pedersen, el multiculturalismo puede facilitar y animar su tarea terapéutica, también puede mejorar la calidad de su propia vida si adopta la perspectiva de que las diferencias culturales son atributos positivos que enriquecen las relaciones. ETIQUETAMIENTO CULTURAL TRANSCENDENTE. El etiquetamiento cultural o el provincialismo pueden afectar a los miembros del grupo y al tera- peuta. Como terapeutas de grupo debemos afrontar nuestras propias distorsio- nes así como las de los miembros del grupo. El conocimiento cultural específico sobre el entorno del cliente no debería conducir a los terapeutas al desarrollo de estereotipos. Los terapeutas competentes reconocen tanto las diferencias existentes entre los diversos grupos como las diferencias manifies- tas dentro de cada grupo. Es fundamental que usted no perciba a los indivi- duos simplemente como pertenecientes a un grupo. Las diferencias entre los individuos de un grupo a menudo son más notorias que las diferencias exis- tentes entre varios grupos (Pedersen, 1994). No todos los americanos nativos han disfrutado de las mismas experiencias, como tampoco lo han hecho los afroamericanos, los asiáticos, las mujeres, los ancianos o las personas con incapacidad física. Los terapeutas, por lo tanto, deberán estar preparados para manejar las complejas diferencias existentes entre individuos procedentes de cualquier grupo cultural. El trabajo grupal efectivo desde una perspectiva muí-
  • 37. 42 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO ticultural implica renunciar a los estereotipos sobre un individuo en un grupo determinado y modificarlos para que coincidan con la realidad. Los profesionales pueden hallarse con la resistencia de algunas personas de color si emplean valores tradicionales correspondientes a la clase media blanca para interpretar las experiencias de estos clientes. Los profesionales que etiquetan no son capaces de percibir el mundo a través de los ojos de todos sus clientes. Wrenn (1985) define al "terapeuta culturalmente etiqueta-dor" como aquel que tiene estereotipos que sustituyen al mundo real, que discrepa sobre la existencia de variaciones culturales entre los clientes y que dogmatiza las definiciones orientadas en la técnica referentes a la terapia y al consejo psicológico. Tales individuos que se limitan a operar dentro de un marco monocultural se mantienen aislados evadiéndose de la realidad y dependiendo enteramente de sus propios valores sobre lo que es bueno para la sociedad y para el sujeto. Estas personas etiquetadoras tienden a verse atra- padas en un modo de pensar, creyendo que su vía es la vía universal. Se afe-rran a una estructura inflexible que se resiste a la adaptación a otras formas alternativas de pensamiento. Los modelos occidentales deberán ser adaptados para ser válidos para ciertos grupos étnicos, especialmente para aquellos clientes que viven con un sistema diferente de valores. En la orientación occidental, por ejemplo, normalmente hay tres valores culturales nucleares - libertad, responsabilidad y logro - de cada uno de los cuales se derivan implicaciones para la práctica terapéutica (Sampson, 1988). Como ha señalado Sampson el individualismo implícito favorece el mantenimiento de los valores nucleares y de las instituciones que representan a la sociedad norteamericana actual. Lí libertad, la responsabilidad y el logro están asumidos de tal manera que pan su realización se requiere dicho individualismo. La libertad, la autonomía ) la independencia son valores fundamentales desde una perspectiva indivi dualista. En este sentido, muchos clientes procedentes de culturas no occidentales miembros de minorías étnicas y mujeres de casi todos los grupos cultúrale; tienden a valorar más la interdependencia que la independencia, la concien cia social más que la libertad individual y el bienestar del grupo más que si propio bienestar. El pensamiento psicológico occidental subraya la auto suficiencia, la independencia de la familia y el crecimiento personal. La cual tura asiática sin embargo subraya el bienestar colectivo y sus planes incluyen a la familia (Chu & Sue, 1984; Leong, 1992). En las culturas asiáti cas, además, los roles familiares tienden a estar muy estructurados y 1¡ "devoción filial" desempeña una poderosa influencia; es decir, las obligado nes con los padres se respetan durante toda la vida, especialmente entre lo; descendientes mascuhnos. Los roles de los miembros familiares son interde pendientes. La estructura familiar se establece de tal forma que se minimi
  • 38. TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 43 zan los conflictos y se maximiza la armonía. Los valores asiáticos tradicio- nales enfatizan la reserva y la formalidad en la mayoría de las situaciones sociales, la restricción e inhibición de los sentimientos intensos, la obedien- cia a la autoridad y el alto logro académico y ocupacional. La estructura familiar es tradicionalmente patriarcal en el sentido de que la comunicación y la autoridad fluye verticalmente desde la cumbre hasta la base. La inculca- ción de la culpabilidad y la vergüenza son las principales técnicas empleadas para el control de la conducta de los sujetos dentro del seno familiar (D. Sue & Sue, 1993). Estos valores tradicionales son comunes también a otros grupos cultura- les. Por ejemplo, los valores de los latinos enfatizan el contexto cultural. El familismo potencia la interdependencia frente a la independencia, la afilia- ción frente a la oposición y la cooperación frente a la competición. Los padres merecen mucho respeto y este respeto gobierna todas las relaciones interpersonales. La fe es con frecuencia una fuerza persuasiva que gobierna la conducta. Los hispanos valoran altamente los aspectos espirituales y la reli- gión (Comas-Diaz, 1990). Si la experiencia del grupo es en su mayor parte el producto de valores ajenos para ciertos miembros del grupo, es fácil predecir que tales miembros no se sentirán vinculados al grupo. Los terapeutas de grupo que sólo trabajan desde una perspectiva occidental tienden a encontrarse con una proporción considerable de resistencia procedente de aquellos clientes con una visión del mundo no occidental. La práctica cultural sensible a la cultura implica que los terapeutas tienen la voluntad de revelar los valores subyacentes al proceso grupal y de determinar si estos valores son congruentes con los valores culturales de los miembros. Los miembros del grupo también pueden ser motivados a expresar sus valores y necesidades. El mayor desafío de los tera- peutas de grupo consiste en seleccionar las técnicas culturalmente adecuadas. En la medida que estudie las diez teorías expuestas en la Segunda Parte de este libro, considere cuidadosamente los aspectos relacionados con los valores subyacentes que tienden a producir un impacto claro sobre su prácti- ca. Es visible que la aplicación directa de muchos modelos terapéuticos con- temporáneos es inadecuada para algunos clientes. Sin embargo, ciertos conceptos y técnicas extraídas de varias escuelas terapéuticas tienen relevan- cia cultural. Como terapeuta de grupo usted empleará diferentes conceptos y técnicas. Es importante elaborar unos criterios de selección que le capacita- rán para integrar sistemáticamente los instrumentos que mejor satisfacen las necesidades de poblaciones diversas. Necesitará también evaluar los atribu- tos particulares de sus clientes y usted deberá adaptar a esos atributos las intervenciones particulares que introduce en un grupo. Al trabajar con pobla- ciones diversas, los terapeutas se verán obligados a elaborar unas estrategias eclécticas.
  • 39. 44 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO VENTAJAS DEL TRABAJO CRUPAL CON LAS POBLACIONES MUL- TICULTURALES. Un factor que revaloriza el trabajo grupal es la universali- dad transcultural. En los grupos, las personas observan que no están solas con sus problemas. Cualquier persona padece de dolor psicológico en algún momento de su vida. Independientemente de las variaciones culturales, las personas que solicitan ayuda profesional están interesadas en aliviar su sufri- miento. Debido a estas similitudes humanas es un error crear grupos altamente homogéneos para neutralizar cualquier mezcla cultural. Aunque la perspectiva multicultural potencia la conciencia de las diferencias individuales, este inte- rés no debería ensombrecer los temas humanos universales que unen a todas las personas (Fukuyama, 1990). En el Capítulo 9, correspondiente al enfoque existencial, mencionaremos algunos de estos temas humanos. ALGUNAS LIMITACIONES DEL TRABAJO GRUPAL EN CONTEXTOS MULTICULTURALES. Junto con las ventajas de la terapia grupal se presen- tan también algunas desventajas. Algunos individuos pueden ser reacios a exponer su problemática personal o a compartir los conflictos familiares (Ho, 1984). Pueden considerar vergonzoso sufrir problemas personales y aún más comentarlos en presencia de extraños. De hecho algunas culturas valoran la confianza en la propia familia para la petición de ayuda. En vez de solicitar servicios profesionales, estos individuos pueden tender más a dirigirse a sus propios grupos de apoyo. Como terapeuta de grupos, usted necesitará encon- trar las formas de llegar a los clientes que desean ayuda pero desconocen dónde encontrarla o que son reacios a solicitarla a un profesional. Será imprescindible aceptar las dificultades que experimentan los clientes a hablar sobre ellos mismos de forma personal con usted para que pueda establecerse la base de la relación terapéutica. Un problema derivado del trabajo grupal con poblaciones diversas puede estar relacionado con los conflictos que surge entre los valores de los miem- bros y que afectan al grupo. En algunos grupos, por ejemplo, el contacto físi- co es frecuente. Algunas culturas sin embargo no consideran el contacto físico de forma tan ligera, especialmente en los contactos heterosexuales. Los clientes pueden diferenciar entre el afecto físico ofrecido en privado y en público (Chu & Sue, 1984). Es fácil comprobar que algunos clientes se senti- rán ofendidos e intimidados por el contacto espontáneo que a menudo se pro- duce en los grupos. Entre los Capítulos 6 y 15 se comentan algunas de estas limitaciones de los diez marcos teóricos de trabajo. Yo le recomendaría no olvidar el valor potencial de ninguno de estos enfoques porque creo que todos ellos pueden serle útiles al trabajar con individuos diversos en un grupo. Es imprescindible la voluntad de los profesionales para examinar la articulación de los concep- tos claves de estas teorías con los sistemas de valores de los miembros del
  • 40. TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA CRUPAL 45 grupo. Es también fundamental que los profesionales adeptos a una orienta- ción teórica sean flexibles al aplicar las técnicas. Muchos de los métodos gru-pales pueden ser creativamente aplicados si se ejecutan modificaciones en razón de la población de los clientes a que van dirigidos. Líneas Generales para los Profesionales de Grupos al Servicio de Poblaciones Multiculturales Las minorías étnicas y raciales pueden desplegar conductas que los tera- peutas del grupo pueden interpretar como resistencia. Es importante diferen- ciar entre la conducta no cooperativa como manifestación de resistencia y como duda a participar plenamente en el proceso grupal. A veces estos clien- tes no se resisten sino que son reacios o en otros casos simple y respetuosa- mente educados. Solicitar la participación más activa a tales clientes demostraría la escasa comprensión o aprecio de los valores culturales subya- centes de dichos clientes. Por ejemplo, el silencio en el grupo no siempre debe interpretarse como el rechazo a participar. Los clientes tranquilos pue- den pensar que mantenerse en silencio es mejor que hablar en exceso o ver-balizar sin haber pensado con anterioridad. Su tranquilidad podría reflejar el temor a ser percibidos como centro de atención. Pueden estar esperando a ser impulsados por el terapeuta del grupo, a quien perciben con respeto por su estatus como figura de autoridad. Algunos clientes pueden dudar a hablar sobre su familia. Esta duda no debería interpretarse necesariamente como rechazo obcecado a la apertura y la transparencia. Estos clientes podrían estar influidos por tabús que les impiden comentar abiertamente los problemas familiares. PREPARARALOS CLIENfTESPARALAEXPERIENCIAGRUPAL. La terapia grupal multicultural requiere la adecuada preparación de los miem- bros. La selección y la orientación de los miembros para los procedimientos grupales es un factor crítico al trabajar con clientes procedentes de ciertos grupos culturales. Esta preparación es muy importante porque muchas de las conductas esperadas en un grupo son a menudo distintas de las que ejecutan en sus vidas normales. Por ejemplo, su cultura puede valorar la comunicación indirecta. Cuando se hallan en un grupo, se les pide que sean directos en sus intervenciones. En la vida diaria con frecuencia se anima a las personas a enmascarar sus sentimientos reales para no ofender a las personas. Probable- mente no se sienten motivados para expresar sus sentimientos abiertamente, para hablar sobre sus problemas personales con personas que desconocen o para expresar directamente su opinión sobre los demás. En una situación gru- pal se espera que se atengan a las normas de apertura, honestidad y claridad y se espera que sean emocionalmente vulnerables. Dependiendo del entorno
  • 41. 46 INTRODUCCIÓN AL TRABAJO EN GRUPO cultural de cada uno, algunas de las conductas grupales esperadas pueden ser muy exigentes y pueden contradecir el principio del condicionamiento cultu- ral del individuo. Es importante que los terapeutas de grupos ayuden a los miembros a iden- tificar con claridad la razón de hallarse en un grupo. Los clientes deberán identificar los resultados que esperan obtener de este proceso. El terapeuta puede ayudarles a conocer su estado actual y sus deseos de logro. Es impor- tante que los miembros se percaten de que la terapia grupal implica un cam- bio. Deberían ser concienciados de las posibles consecuencias del cambio no sólo para ellos mismos sino también para los otros significativos. Algunos clientes pueden verse rechazados por sus familias si llegan a ser muy abiertos y directos en sus declaraciones o se inclinan hacia el individualismo. La adecuada preparación de los miembros es una de las mejores formas de incrementar los cambios de una experiencia grupal exitosa para todos los clientes. La preparación puede incluir el comentario de los valores de los miembros y el modo en que el grupo puede favorecer la consecución de las metas personales. La adecuación de las metas y propósitos del grupo al con- texto cultural de cada miembro es fundamental, esta es la principal razón para comentar los objetivos del grupo y la importancia de que sea cada miembro quien establezce sus propias metas. En algunos momentos, las metas pueden ser consistentes con los valores culturales de los clientes pero el proceso o los métodos empleados para obtener tales metas pueden ser antagonistas con estos valores. AUTO-APERTURA Y CONFRONTACIÓN EN LOS GRUPOS. Algunos clientes pueden incrementar su resistencia al sentirse empujados a desvelar material personal o al esperar que se muestren completamente abiertos desde el inicio del proceso grupal. Algunos individuos procedentes de diversos entornos culturales pueden requerir más tiempo para sentir confianza y para participar con la apertura fruto de la confianza. Los terapeutas que compren- dan los mundos de sus clientes son más capaces de mostrar paciencia para ayudar a estos clientes a empezar a hablar. Si dichos clientes se sienten respe- tados, existen más posibilidades de que se sobrepongan a su duda. La confrontación es parte del proceso grupal. La confrontación es terapéu- tica cuando incita a los clientes a examinar en mayor profundidad un aspecto particular de sus vidas en el momento adecuando y apropiadamente tempora- lizado. Por otra parte, la confrontación también puede suponer ataque y hosti- lidad y la falta de tacto no produce un impacto beneficioso. Incluso la confrontación terapéutica no siempre es adecuada para algunos clientes pro- cedentes de determinadas culturas, especialmente cuando se realiza con exce- siva premura. De hecho, confrontar directa y apresuradamente la resistencia del cliente puede ser contraproducente. Algunos clientes pueden percibirlo
  • 42. TEORÍAY PRACTICA DE LATERAPIA GRUPAL 47 como un ataque personal (Ho, 1984; Leong, 1992). Para determinados indivi- duos la confrontación generaría una pérdida significativa de su compostura, dificultando su vuelta al entorno grupal. Si tales individuos se sienten insulta- dos, es probable que también se sientan rechazados o enfadados y estos senti- mientos pueden consolidar su resistencia a la implicación en el grupo. Para estos clientes la confrontación puede ser el factor que determine el abandono del grupo. ALGUNOS ASPECTOS A RECORDAR. Reflexionar sobre los siguientes aspectos puede aumentar su efectividad al servicio de clientes procedentes de poblaciones diversas: * Aprenda más sobre la influencia de su propio entorno cultural en su pen- samiento y su conducta. Familiarícese con algunas formas de etiqueta-miento cultural. ¿Qué pasos específicos puede dar para ampliar su base de comprensión de su propia cultura y de otras culturas? . * Identifique sus propios prejuicios - especialmente las referentes a la diversidad cultural, etnia, raza, sexo, clase social, religión y estilo de vida- y reflexione sobre los modos en que tales ideas podrían afectar a su práctica como terapeuta de grupo. * Aprenda a prestar atención a los aspectos comunes que existen entre las personas de diversos entornos. ¿De qué forma compartimos todos los seres humanos los problemas universales?. * Reconozca que no es necesario aprender todo sobre el entorno cultural de sus clientes antes de empezar a trabajar con ellos. Permita que sean ellos quienes le enseñen la mejor forma de serles útil. * Dedique tiempo a preparar a los clientes para una experiencia grupal satisfactoria, especialmente si algunos de sus valores pueden diferir de los valores mayoritarios del grupo. Enseñe a los clientes a adaptar su experiencia grupal para enfrentarse a las necesidades cotidianas indivi- duales. * Reconozca la importancia de la flexibilidad en la aplicación de los métodos. No se sienta comprometido con una técnica específica si no es apropiada para un miembro dado del grupo. * Recuerde que la práctica desde una perspectiva multicultural puede faci- litar su trabajo y puede recompensar a usted y a sus clientes.