1. Las hojas esparcidas
por Wanda I. Pérez Carcador
31 de enero de 2015
La presente historia se desarrolla en Puerto Rico, una pequeña isla
en el Mar Caribe en donde recientemente las actitudes de insensibilidad
y desprecio al prójimo han proliferado. Cuando como resultado de la
falta de sensibilidad, los ambientes se contaminan y en ellos se entreje
la venenosa presencia de juegos psicológicos, la fantasía y la realidad
producto de las distorsiones del ego y la cruel realidad de la miseria
humana se suscitan.
Los eventos de esta historia se acontecen cuando la animadora de un
conocido programa del mediodía le cuenta a uno de sus técnicos, -el cual
fuera su compañero de estudios en la infancia- que un vecino ex-
maestro de ambos había sido recientemente acusado por tener
conducta impropia hacia una compañera de trabajo. La animadora,
llamada Gugu, quién en su adolescencia desplegó conductas de
insensibilidad extrema hacia sus maestros y todo aquel que no
compartía su peculiar concepto de vida y relaciones, le dijo a su amigo
técnico que dado lo acontecido deseaba usar los eventos para vengarse
de su ex-maestro. Con su carácterístico aire de frivolidad impregnado
de ironía, la Gugu intentó proyectar en la mente de su amigo, la imagen
que ella tenía de su antiguo maestro de español diciendo:
-Almonte, tú sabes que el maestro siempre se las daba de genio y al
menos yo, obtuve D en su clase. Es verdad que siempre lo fastidiaba y
era muy irresponsable en mis tareas, pero ya ves, el destino me dió la
razón. Si bien es cierto, que nunca fui la estudiante modelo de la clase,
mi carácter extrovertido y jovial me ayudó a llegar a la televisión, en
donde gozo de la admiración de toda la fanaticada que vé diariamente
mi programa.
Y continuaba con su argumento:
-Aunque llegué a la televisión de manera sorpresiva e inesperada,
mi gran talento para las comunicaciones justifican dicho ingreso.

2. Mientras su excompañera de estudios comentaba sobres sus
talentos y suerte al poder llegar a uno de los primeros programas de la
televisión puertorriqueña, Almonte su ex-compañero de estudios de
origen dominicano, miraba con lascivia su bien modelado derriere,
mientras la escuchaba hablar con su habitual sinsentido. Una imagen
oscuramente obscena cruzó de manera veloz y alucinante frente a sus
ojos, lo cual trató de ocultar ante su amiga, no pudiendo disimilar un
súbito temblor y escalofrío mientras contestaba a su comentario, aún
vibrante de excitación:
-Sí, tienes razón en lo que dices, aunque yo salí mejor que tú en la
clase, para mí fue un verdadero martirio. Este aconstumbraba a
decirme que me regresara a la república en la misma yola en que vine.
Yo por mi parte reciprocaba su desprecio llamándolo por el apodo que
nos sugirió usáramos para nombrarlo, tratando de evitar que
buscáramos un nombre peor para él. ¿Te acuerdas del apodo que nos
sugirió le pusiéramos?
-¡Sí, como nó! -contestó la Gugu. El Quijote… ¡Es que siempre
parecía tener la mente en el carajo!
A su comentario, Almonte replicó:
-Yo a este apodo le añadí el sufijo de cabrón! Y se lo gritaba por los
cuatro puntos cardinales de la escuela, siempre que lo avistaba por los
pasillos de la escuela. Sin embargo, nunca me habló malo, ni la pegó
conmigo, a pesar de lo mucho que lo molesté. De hecho saqué B en
su clase.
La entrada de la Gugu a la televisión, no era tal cual ella con su ego
distorsionado comentaba. Con aire arrogante y con la usual soberbia
que la caracterizaba, esta se ufanaba de poseer cualidades en total
desproporción con sus talentos y su nivel de educación. La realidad
sobre su alegada buena fortuna procedía de sus buenos atributos físicos
y habilidad para el romance fortuito, fugaz, pero siempre oportuno.
Ello fue resultado de haberse acostado con un conocido productor de
programas locales. Pero aún así, la Gugu presumía de sus talentos,

3. contándole a su amigo sobre su historia de vida en las artes y la
animación en este tono:
-Yo no llegué a la televisión por la suerte, sino producto de una
recomendación basada en mi gran talento para las comunicaciones.
En este punto de la conversación con su amigo, una buena mezcla de
retórica vacua, mezclada con la exacerbación de los sentidos producto
de la belleza desbocada y la insensatez en los propósitos, fueron
suficiente para establecer un pacto con un excompañero de estudios.
-La Gugu insistiendo en sus propósitos de recibir la ayuda de su amigo
para concretar su venganza le dijo a su amigo:
-Pues entonces, ¡Creo que puedes ayudarme a vengarme del maestro!
Yo deseo que lo saquen del sistema de Educación, pues el mismo es un
peligro para todas las futuras generaciones de estudiantes de nuestro
pueblo de Coamo. La nota que obtuve en su clase provocó que los
compañeros de escuela me dijeran morona y desde ese momento todos
querían acostarse conmigo y pasar el rato. Luego me pusieron otro
nombre peor…
Almonte a su vez le brindó a la Gugu alternativas para concretar su
plan macabro diciendo:
-Bien, pues trato hecho. Pues mi plan es el que te voy a explicar…
Ambos jóvenes se alejaron murmurando y riéndose pensando en lo
divertido que sería concretar el plan que tramaban.
Al día siguiente en uno de los ascensores del canal se encontraba el
conocido cómico de la televisión puertorriqueña del programa del
mediodía “Ríete si puedes”. El mismo se dirigía al estudio de grabaciones
del canal. En esos momentos entra al ascensor su compañera de trabajo
del programa, la Gugu. Al toparse con su compañero de trabajo apodado
Cuero de carroña, la animadora le cuenta sobre un pervertido que reside
en su condominio, el cual la estaba acechando desde que realizara un
programa reciente. La animadora, en medio de su teatro le cuenta a su

4. compañero- entre llantos y con muestras de coraje- sus propósitos. De
más está decir que cuando una persona planifica un daño a otro, nunca va
a dar detalles muy específicos relacionados a sus verdaderos motivos.
Cuando Gugu terminó su trágica dramatización, y observando a esta
limpiándose aún las lágrimas, el animador le dijo:
-¡No se preocupe Gugu! Usted sabe que siempre tendrá trato VIP en
nuestro programa y que siempre contará con nuestro apoyo. Mucho
más si se trata de sacar a la luz conductas de delincuentes. Solo le pido
me dé unos cuantos tips específicos sobre el individuo, para yo
encargarme de que cada vez que encienda el programa y la vea a usted
en el set en las transmisiones diarias, asocie mis mensajes con usted.
Así dejará de molestarla y finalmente aprenderá la lección.
Y prosiguió con su exposición, esta vez alabándola, lo cual sabía era su
debilidad mayor.
-Todos sabemos que usted es muy inteligente (pero otras ideas muy
distintas navegaban por su mente sobre-estimulada por la belleza de la
modelo) y hay que proteger a los talentos del medio. ¡Mucho más si
estos trabajan en mi programa!
Al escuchar este comentario, la Gugu interrumpe con brusquedad
argumentando:
¡Cuero de carroña, recuerde que el programa es mío! Yo soy la
estrella del mismo y nadie sobrevive en él, sino se adapta a mis normas.
Nadie puede hacerme sombra, ni hacerse falsas pretensiones sobre la
relevancia de su participación en el mismo.
Cuero de carroña, medio molesto le contestó, entendiendo su
pretensión era dificil en extremo:
No hay discusión m’hijita ¡Usted sabe que usted es grande! Este
sonrió burlón, mientras con disimulo miraba extasiado su derriere. ¡Yo
sé perfectamente que hacer! Usted ya me dijo que la debilidad del tipo
era su madre. Que esta luce un poco senil, además es muy tímida y
jamás se volcaría en contra de una figura de autoridad. Que el tipo vive

5. con su madre. Si al fin y al cabo si la vieja se muere, le haremos un favor
al tipo.
-¡Usted, pronto verá su venganza realizada!
La Gugu, con rostro de satisfacción y burla añadió:
-Sí, y lo más gracioso es que la vieja no se ha dado cuenta de que yo
detesto a su hijo. Cada vez que me vé por los pasillos del edificio me
trata como si yo fuera un angel del cielo.
Al día siguiente, la Gugu llegó al programa como lo hacía a diario,
ejecutando sus acostumbrados comentarios trillados. Sus comentarios
y frases repetitivas, ya formaban parte del teatro y burla local callejera.
Su usual conducta era la acostumbrada entre aquellos que como ella
usaban en su adolescencia del maltrato verbal como medio para
encontrar alivio a sus frustraciones y miedos, volcando su odio y envidia
hacia figuras de autoridad de sus entornos.
Cuando comenzó el programa del día, el maestro se encontraba sólo
en la sala del apartamento de su madre, y como siempre escuchó su
habitual parlamento repetitivo, aburrido y hasta trillado:
-Mis queridos amigos, Papito Dios les bendiga y gracias por
compartir día a día nuestro programa. Especial saludo a mi vecina que a
diario me saluda en el lobby del edificio. Y haciendo su habitual gesto
de enviar un beso con la palma de su mano se escuchó un… ¡Muá!
Pero, al igual que ocurre tanto en nuestra televisión local como en la
extranjera, personalidades tales son usadas para modelar en la juventud
y en la masa ignorante, actitudes no sanas que sólo sirven para
promover faltas de respeto y la desunión familiar. La influencia del
comportamiento de la Gugu en los jóvenes de las comunidades que esta
manifestaba frente a las cámaras comenzó a incitar odio y faltas de
respeto hacia las figuras de autoridad, por su hábito de hacer
comentarios altamente despreciativos y su acostumbrada pedantería.
El ser una figura famosa de la televisión usualmente genera una
admiración alucinante en las masas ignorantes provocando que las

6. mentes débiles y sin formación en valores deseen emular e imitar sus
conductas.
Continuó ella con su parlamento diciendo:
-Ahora pasaremos con el más que sabe en mi programa. Nuestro
cómico de la sección “Defendiendo a todos por igual”: ¡Cuero de carroña!
En su rostro se veía la satisfacción de quién ha planificado un acto
terrible. En eso llega Doña Concha a la sala de la vivienda y muy alegre le
dice a su hijo:
-Mira, m’hijo, la animadora Gugu está hablando de mí en el
programa. Yo siempre la saludo, porque es que la admiro tanto. ¡Ella es
genial y tan bonita!
La madre del maestro a la cual apodaban Doña Concha, tenía una
percepción totalmente diferente a la percepción que tenía el maestro
sobre la animadora, lo cual la llevó a tener conflictos con su hijo.
Mientras hablaban madre e hijo, el comediante hacía su presentación de
la sección:
-¡Buenas tardes! Aquí como siempre defendiendo los derechos de
todos los buenos puertorriqueños. Y como siempre, somos los número
uno de la televisión puertorriqueña. Bla, bla, bla… Ahora vamos a pasar
con los que nos dan las habichuelas en este programa: nuestros
auspiciadores.
Mientras se transmitían los anuncios comerciales, el hijo le increpó a
su madre sobre su afición por la Gugu. Ello, sin entender que existen en la
vida personas sobre las cuales no somos capaces de influir sin importar
cuántos argumentos o autoridad tengamos para emitir nuestros
juicios valorativos.
-Sí claro, es una genial soberbia e irresponsable. En mi clase de
Español nunca obtuvo más de D, y además se iba a unos edificios que
estaban abandonados en la escuela a engancharse con varones. Pero
como en nuestra televisión puertorriqueña, al igual que en el mundo
entero, tales personas son usadas para promover conductas

7. inadecuadas, de manera inconsciente en las masas, luego si las mentes
de ancianos y jóvenes, que son las poblaciones más fácilmente
manipulables para promover audiencia, son presa fácil de ellos y siguen
sus malos ejemplos, nadie se da por enterado.
El maestro, con gesto pensativo sólo podía preguntarse y esperar a ver
lo que su antigua discípula se traería. En su divagar, le contó a su madre
sobre las conductas recientes de la animadora, en ocasiones en la cuales
se encontraba con ella en distintos lugares del edificio:
-Pues por si no lo sabías, ella sigue siendo igual de irrespetuosa que
cuando fue mi estudiante. Cada vez que me vé en el lobby del edificio,
me hostiga sexualmente, haciendo posturas sexy, me lanza un beso y se
relame. A eso le llamo yo, no respetar a los que fueron sus maestros.
-Si nosotros los hombres damos una queja de actos parecidos a la
policía, luego este tipo de mujer monta un teatro diciendo que tu la
acosas. Y claro, como en nuestro país el ciudadano común, que no tiene
palas políticas o dinero, vale menos que un perro, luego es uno quién
sale perdiendo.
Doña Concha, madre del maestro, aún desconociendo sobre la
veracidad de las quejas de su hijo refutó sus comentarios de manera
vehemente:
-Ave María hijo, como dices algo así de esa joven chica. Tu estás mal
m’hijo, busca ayuda. Desde que te quedaste sin trabajo, imaginas cosas.
El maestro a su vez le contestó:
-Claro, parece que no recuerdas el motivo por el cual me quedé sin
trabajo. Fue justo por una infamia de mujeres como la Gugu. Pero,
tarde o temprano se vá a saber la verdad. Es triste ver como en las
comunidades, aún en las cuales hay religiosos, algunos parecen tener
una venda en los ojos. Parece mentira que personas como ella, cuya
reputación moral es bajísima, anden de pie y pata en la iglesia, buscando
privilegios y apoyo que la lleven a la fama. Para colmo, a espaldas de
esos mismos religiosos, hacen fechorías como de la cual fui víctima.

8. La madre insistía en sus reprimendas hacia la conducta del hijo:
-Ay m’hijito. No sigas con eso. Tu sabes que ellos son estrellas de la
televisión. ¡No te busques más problemas! Además, ella siempre ha
sido buena conmigo.
El maestro le contestó a su madre:
-¡Querida madre, usted es muy ignorante y no conoce la maldad de
este mundo!
La madre le volvió a replicar:
-Hijito, ¡Ore, olvide todo, busque la paz y sobretodo busque de Dios!
El maestro volvió a replicarle a su madre reprochándole su ceguera:
¡Lo siento mamaǃ La paz y la injusticia nunca podrán ir juntas, ni
agarradas de la mano. Pero hay cosas que jamás me podrán quitar.
Estas son mi fé en Dios y el amor sincero que siempre tuve por
mi trabajo.
En esos momentos y luego de una pausa comercial, Cuero de carroña
reinició su sección del programa:
-¡Buenas tardes a todos! Comenzaremos nuestro programa enviando
saludos a todos los televidentes. En especial a la vecina de Gugu, a quién
todos los días, ella saluda en el lobby del edificio. Y con gesto grotesco
moviendo su mano muy cercana a la cámara del estudio de televisión se
sonrió, pero de forma agresiva, ofensiva y hasta hostil.
Para cuando el presentador hizo ese comentario, ya el antiguo
maestro de la Gugu se encontraba frente a su televisor, observando todo.
Claramente le resultó sorpresivo tal comentario, sabiendo que su madre
acostumbraba a repetirle que había saludado a la Gugu en los pasillos o
en el lobby de su edificio.
Continuó Carroña diciendo a los televidentes:

9. -¡Este programa está dedicado a ustedǃ
Doña Concha volvió a insistirle a su hijo sobre lo que observaba
ocurría en la television y de cómo el saludo del animador se refería
a ella:
-Mira m’hijo. Me va a dedicar el programa a mí. Si es lo que yo
siempre digo: ¡Ella es tan buena, y me aprecia de corazón!
El maestro le contestó a la madre con molestia, pues esa intromisión a
la privacidad de su hogar con comentarios sobre su madre, y los
comentarios de parte del animador televisivo eran perturbadores.
-¡Sí, vamos a ver que se trae esta ahoraǃ
Cuero de carroña continúó insistiendo a través de la pantalla del
televisor con sus comentarios sobre la vecina de la Gugu:
-¡Hoy le dedicamos el programa a la vecina de Guguǃ
La viejita inocentemente volvió a repetirle a su hijo sobre que el
animador del programa estaba dedicándole el mismo. Y ello apuntando
insistentemente con su dedo en el brazo del hijo:
-Mira, m’hijo me están dedicando el programa a mí –aseguraba la
madre a su hijo, apuntándole con su dedo en el brazo.
El maestro ya se encontraba a la defensiva ante lo que estaba
ocurriendo ante sus ojos y Cuero de carroña prosiguió con sus
comentarios televisivos.
-¡Y ahora nuestra invitada del día!
Aparte del autor.
Cuando personas con planificación y alevosía causan un daño moral a
la mente de inocentes por medio de la murmuración pública y usando la
autoridad de los medios de comunicación a su desposición, con ello causan
en la mente del espectador distorsiones sobre la realidad. Por medios casi

10. imperceptibles a los desconocedores, se trastoca la vida de un ser humano
y hasta de una comunidad. Por otra parte, los maestros de escuela
usualmente no poseen las destrezas ni el conocimiento necesario para
evaluar la problemática interna o familiar de sus alumnos, incluyendo
dinámicas de abuso o maltrato en el entorno familiar o social. Ello en
infinidad de ocasiones convierte a los profesores en víctimas y victimarios
de un despliegue de comentarios viciosos y malintencionados dirigidos a
dañar la reputación de figuras de autoridad en la comunidad. Si bien no
siempre las figuras de autoridad son lo que se espera o se desea, tampoco
ellos tienen por qué ajustarse a los estereotipos creados en las mentes de
ignorantes o personas que disfrutan en manipular la vida de los demás.
Los medios de comunicación se utilizan para abrir canales de
comunicación con los miembros de las comunidades y no para cerrar
puertas a sectores que no comparten una misma idiosincracia o nivel de
cultura. Su función es una primordialmente social, pues los mensajes van
dirigidos al entorno social. Cuando personas inescrupulosas se prestan a
dañar la mente y corazones de los ciudadanos usando tiros de cámara o
usando la retórica o manipulación psicológica en aras de favorecer la
imagen de personas inescrupulosas y que no son buenos modelos a seguir
dentro de la sociedad, el daño no sólo lo recibe la persona a quién va
dirigido un comentario o énfasis excesivo, sino que con ello también se
afecta al colectivo que no entiende los eventos que suscitan los mismos.
Doña Conchita, a pesar de su ignorancia, contaba en su hijo con un
hombre de gran fé, amoroso y conocedor de la conducta humana.
Además de su excelente habilidad para escribir, el maestro conocía
sobre los medios de comunicación y de recursos que en ocasiones son
utilizados para promover agendas de toda índole en las comunidades.
El maestro de escuela es una figura pública, y como tal, está expuesto a
los vaibenes de los intereses creados dentro de las comunidades y la
sociedad civil y al igual que los artistas también sufren el impacto de las
distorsiones sobre sus acciones u omisiones.
Existen otros detalles sobre nuestro personaje cómico, Cuero de
carroña, que deben ser tomados en cuenta al analizar la creación del
personaje por parte del artista:
Cuero de carroña, nombre seleccionado por el comediante, era un
nombre muy sugestivo. Al hablar de cuero, podríamos pensar en la

11. naturaleza de este tipo de piel, la cual es sumamente dura y resistente.
Así era el carácter del comediante. Su pellejo era demasiado duro como
para sentirse afectado por cualquier comentario que viniera del entorno,
fuera este bueno o negativo sobre su persona. Por su parte la carroña,
según el diccionario, es carne descompuesta de un ser humano o un
animal muerto. Los buitres comen carne de carroña. Si unimos el sentido
de ambas palabras, podríamos hacer múltiples interpretaciones sobre el
estilo y motivaciones personales de un personaje tal en la televisión
puertorriqueña. Si el personaje es utilizado para el bien de la sociedad
común, entonces tal tipo de personaje puede generar agendas que
pretendan ayudar a la ciudadanía, o en caso contrario, puede generar una
reacción en cadena en donde muchas mentes pueden salir dañadas. Pero
en esencia si la carne de un animal muerto hiede, entonces no podemos
quejarnos del hedor que esta despide, por tanto la creación del personaje
en esencia no tiene como finalidad ninguna función reconciliadora y de
bien a la sociedad, aún cuando se pretenda, lo cual es necesario en
tiempos de crisis e inestabilidad social en un país. La realidad y el poder
del inconsciente colectivo son cosas que deben ser tomadas en cuenta por
los comunicadores cuando pretenden llevar mensajes a la comunidad a
través de los medios.
Y siguiendo con mi narración, Cuero de carroña invitó a su programa
a una dama candidata a entrar en el ruedo de la política local, que de más
está decir estába muy lejos de serlo. ¿Es esto algo común en nuestro país?
Juzgue usted los comentarios surgidos como parte de la programación de
este programa televisivo y la forma en que fueron usados para seguir una
agenda de hostilidad sobre la sexualidad y su manifestación en la
intimidad y las relaciones interpersonales en las comunidades:
-En el día de hoy nuestra invitada del día lo es la Lcda. Putin. Oiga
Lcda. ¿Dígame si es cierto o no es cierto que las mujeres que se dedican
a la política aullan como lobas durante las noches de luna llena, cuando
hacen el amor?
La Licenciada, aunque sorprendida por la naturaleza del comentario
totalmente indiscreto e irrespetuoso hacia figuras emergentes de la
política en nuestro país, le siguió el juego al animador. Es opción de un
político o de personas que deseen ganar el respeto y confianza del pueblo,
el determinar el tipo de programación al cual dan auspicio o visitarán

12. durante periodos eleccionarios, en la búsqueda de apoyo para posiciones
electivas. Malas selecciones de tal naturaleza sentarán las pautas del
comportamiento social y la dinámica y conducta de los líderes políticos
durante los periodos eleccionarios en momentos de crisis social.
La Lcda. siguiendo el juego del comediante, le contestó al animador
respecto a las indagaciones de este sobre el tema del día, y en adición se
prestó a su juego de palabras sobre el asunto de la vecina de la Gugu, del
desconocía en lo absoluto, comentando al respecto:
-Sí, eso es muy cierto, sobre todo si tienes en tu casa al más perro de
los perros. Sino, pregúntenle a la vecina de Gugu.
Doña Concha comenzó nuevamente a dirigirse a su hijo y a insistir
sobre la realidad que estaba viendo en la television, pero en su rostro ya
no se reflejaba la alegría y orgullo que manifestaba con anterioridad
relacionado a su famosa vecina:
-Mira, m’hijo están hablando de mí nuevamente en la televisión.
¿Será que están hablando de tí? ¿Por qué será que te dicen perro?
Cuero de Carroña, como era su costumbre y sin inmutarse, continuó
con su educativo tema sobre la sexualidad y prácticas sexuales con
la licenciada Putin. Entonces el pobre maestro le dijo a su madre
como sigue:
-Mamá, no haga caso a lo que dicen esos vividores. A lo mejor están
hablando de otra de nuestras vecinas.
Sin embargo, Doña Concha le dijo al hijo, en forma enfática:
No, m’hijo en nuestro edificio hay pocos ancianos y yo soy la única
que saluda a la Gugu.
El maestro y la viejita continuaron viendo el programa, todos los días
como era su uso y costumbre. Ocasionalmente Cuero de carroña lanzaba
comentarios aludiendo al perro más perro de la casa de la vecina de la
Gugu. Cuando terminaba el programa, el comediante repetía

13. el saludo a la vecina de la Gugu, añadiendo que al día siguiente
continuarían con el programa dedicado a la vecina de Gugu.
Poco a poco y luego de las transmisiones del programa, el maestro
fue notando cómo la viejita ya no lucía su alegría usual, y en
contradicción a lo que en un momento dado era su dinámica con
respecto al programa, esta lucía mustia y triste. Un día al tomarle la
presión, esta se encontraba muy por debajo de lo normal para su edad y
estado general de salud. El maestro que observó día tras día todo
cuánto acontecía durante la transmisión, no encontraba palabras que
pudieran expresar el dolor de ver a su madre en tal estado y no sabía
qué hacer para poder ayudarla, pues la viejita muy en el fondo esperaba
que un buen día lo que veía en la televisión cambiaría, pero aún así ello
no dejaba de afectarla. Esta comenzó a rechazar a su hijo, y luego le
tenía miedo. Eventualmente se generaron discusiones entre madre e
hijo, por lo que esta escuchaba en la televisión y pensaba estaba
relacionado con la conducta de su hijo. Los ancianos, adultos y hasta los
niños y jóvenes que no tienen una educación avanzada, ni una
sofisticada manera de ver y procesar la conducta de sus líderes o ídolos,
no deben ser víctimas de sus desvaríos y falta de juicio, pues con ello se
afecta la conducta y hasta la autoestima del espectador con ojos
inocentes, y todo ello en la búsqueda de crear heroes en las
comunidades. Las discusiones generaron malestar en los vecinos, los
cuales dieron parte a la policía.
En una ocasión cuando Doña Concha se dirigía al colmado de la
esquina de su calle, un vecino molesto la increpó diciéndole.
-¡Oiga señora, si siguen habiendo discusiones en su casa, llamaremos
a la policía! Ustedes están dañando nuestro vecindario con sus
costumbres de gente de clase baja. La pobre anciana se marchó
tristemente y sin hacer comentario alguno.
Doña Concha en uno de sus momentos de lucidez mental, le preguntó a
su hijo sobre su problema laboral reflejando en su rostro un dolor
profundo:
-Hijo mío, ¿Crees tú que nuestros vecinos sepan acerca del problema
que tuviste en tu trabajo?

14. El hijo permaneció callado. Eventualmente los comentarios televisivos
por parte de Cuero de carroña se detuvieron, pero la madre aún pensaba
que hablaban de ella y su hijo en la televisión. El hijo desconsolado ante el
deterioro progresivo de la mente de su madre le buscó ayuda de un
psiquiatra, el cual le diagnosticó Alzheimer. El medicamento recetado le
generó anorexia. Tuvo que ser hospitalizada. El maestro no sabía cómo
expresarle a persona alguna lo acontecido, pues pensaba que otras
personas al igual que acontecía con su madre, podrían decir que estaba
loco o alucinando. Sólo pensaba que nadie le iba a creer. Por medio de
tiros de cámara realizados por el técnico, la situación se perpetuó más
allá de lo planificado, incluso por la animadora del programa. Esta vez, a
ciencia cierta no sabemos si la venganza era del técnico o de alguien más.
Como ocurre en países en donde lo morboso, así como el disfrute de pensar
que puedes tener el poder y control sobre los demás, para así establecer
una superioridad sobre el espectador, hay situaciones que se prolongan
en el ánimo de dañar la mente, la salud y los corazones de los tele-
espectadores. Ya no hacían falta los comentarios directos, sobre la vecina
de Gugu. Doña Concha quedó atrapada entre la realidad y la fantasía. El
maestro a pesar del gran dolor que le habían causado, continuó
defendiendo su caso legal, hasta que finalmente consiguió salir airoso
del mismo.
El daño causado a la madre fue irreversible. Hasta que finalmente
muere por el dolor psicológico y los problemas de salud física crónicos que
la llevaron a una catatónica esquizofrenia. A veces las figuras públicas de
los medios de comunicación, en su afán por ganar fama y dinero olvidan la
consideración y respeto que deben al público. El frágil hilo entre la
realidad y la fantasía en la mente del tele-espectador y sobretodo en la
mente de aquellos que idolatran a sus artistas y otras figuras públicas, a
veces se rompe, sin remedio. De más está contar como se afectó la imagen
del maestro en su comunidad, pero este contrario a su madre, contaba con
las herramientas necesarias para superar la incertidumbre, el qué dirán y
las murmuraciones.
Al igual que las hojas secas que se esparcen con el viento, las cuales en
ocasiones no somos capaces de poder recoger en su totalidad, así mismo
un rumor malintencionado puede dañar la vida de un individuo, no siendo
el ser humano capaz de acallar las voces de los envidiosos y

15. malintencionados que a propósito se suman a las murmuraciones, al ver
un arbol caído.
Por favor, no me pregunten que pasó con la Gugu y Cuero de carroña,
pues eso es tema de otro cuento. Sin embargo, hay algo que el ser humano
en su vida no puede evitar. Quién a hierro mata, a hierro muere. En la
anónima vida privada es más fácil subsanar el daño que nos causan.
Aquellos que eligieron para su vida la difusión pública, jamás terminan de
pagar sus errores. Los seres humanos olvidan, pero las almas que
murieron en dolor y angustia siempre se encargan de cuidar y/o vengar
desde el más allá el daño causado a sus seres amados. Una madre nunca
olvida el dolor que causan a sus hijos. El alma de una madre sólo
descansará cuando el daño a su hijo sea resarcido. Nunca en tu vida
busques venganza por un daño del cual no estas seguro haber recibido y
del cual ni siquiera a ciencia cierta conoces de su origen. Dios siempre se
encarga de los que obran actos malvados en contra de sus criaturas. Y
para tu desgracia y la de muchos otros, el dolor o humillación que podrías
recibir por querer tomar la justicia en tus manos, quizás podría ser mayor
al daño que te causaron o creiste haber recibido.