La propuesta busca entender que la comunicación para el cambio social debe ser participativa, basada en la cultura local y establecer redes. Examina enfoques como la distancia entre el discurso y la realidad, la necesidad de nuevos contenidos académicos para el desarrollo social y la repetición de estudios de caso. Propone un equilibrio entre teoría y práctica en la formación de nuevos comunicadores.