1. Colosenses - Introducción
Amigo oyente, al dar comienzo hoy al estudio de la epístola a los Colosenses,
quisiéramos recordarle que, en primer lugar, esta es otra de las epístolas que el
Apóstol Pablo escribió cuando se encontraba en la prisión en Roma. Usted
recordará que dijimos que el Apóstol Pablo había escrito la carta a los Efesios en
una prisión en Roma y, en ese mismo lugar, él escribió la carta a los Filipenses así
como también la carta a los Colosenses. Y, todavía, nos falta considerar otra
epístola bastante corta y una que es muy personal, es la carta a Filemón.
Colosas era una ciudad pequeña y de poca importancia en los tiempos romanos
(una “pequeña ciudad”, según un escritor contemporáneo, Strabo), aunque disponía
de una próspera producción lanera en los siglos V y IV a. de J.C.a. de J.C. Antes de
Jesucristo Estaba situada en el valle del río Lico, a unos 160 km.km. Kilómetro(s) al
este de Efeso, y junto con Laodicea y Hierápolis pertenecían a la provincia romana
de Asia.
La comunidad de creyentes allí surgió durante un período de vigoroso evangelismo,
ligado al ministerio de Pablo en Efeso (52–55 d. de J.C.d. de J.C. Después de
Jesucristo), como se registra en Hech. 19. Pablo plantó un considerable número de
iglesias (con la ayuda de varios colaboradores) en la provincia de Asia. Entre ellas
estaban las congregaciones de Colosas, Laodiceay Hierápolis, las cuales eran fruto
del esfuerzo evangelístico de Epafras (1:7; 4:12, 13). Epafras, nativo de Colosas
(4:12), y que pudo haberse convertido durante una visita a Efeso, fue un “fiel ministro
de Cristo” y, como representante de Pablo (1:7), había enseñado la verdad del
evangelio a los colosenses.
A menudo Pablo se refiere al pasado pagano de sus lectores, lo que sugiere que
muchos de ellos eran gentiles convertidos. Ellos habían estado anteriormente
alejados por completo de Dios, atrapados en la idolatría y esclavitud del pecado,
siendo hostiles a Dios en su mente y en acciones impías (1:21; cf.cf. Confer (lat.),
compare vv. 12, 27). Habían estado muertos a causa de sus pecados y por “la
incircuncisión de … [su] carne”, una declaración que indica que eran paganos e
impíos (2:13).
Sin embargo, Dios había efectuado un cambio poderoso en sus vidas: los había
reconciliado consigo mismo mediante un evento histórico, a saber, la muerte física
de Cristo sobre la cruz (1:22). Dios los había liberado de la tiranía de las tinieblas y
los transfirió a un reino gobernado por su Hijo amado (1:13). Ahora ellos son
posesión redimida y libre de pecados (1:14; 2:13; 3:13).
Los colosenses tenían una esperanza que les aseguraba un espacio para ellos en
el cielo (1:5; cf.cf. Confer (lat.), compare v. 23) donde estaba sentado Cristo. Es allí
donde tenían centrados sus pensamientos y esperanzas (3:1–4; cf.cf. Confer (lat.),
compare 1:27). Habían estado previamente sin Dios y sin esperanza, ahora ellos
están unidos a Cristo en su muerte, sepultura y resurrección (2:11, 12, 20; 3:1, 3).
2. Es Cristo mismo el exaltado como Señor de la creación y reconciliación en el
magnífico himno de 1:15–20 y es el ungido de Dios colocado en el centro del
misterio (1:27). Como miembros de su cuerpo recibían vida y esperaban el día
cuando la compartirían en la plenitud de su gloria (3:4).
En vista de que la congregación había recibido a Cristo Jesús como Señor (2:6) al
haber aceptado el evangelio de manos de Epafras, deberían conducir sus vidas
como aquellos que se habían unido a Cristo en su muerte y resurrección. Al vivir
bajo su señorío deberían estar llenos de agradecimiento a Dios por sus acciones
poderosas (2:7; 3:15–17; 4:2; cf.cf. Confer (lat.), compare 1:3, 12).
El cuadro que nos llega es el de una congregación obediente al evangelio apostólico
y por quien el Apóstol podía agradecer sinceramente a Dios (1:4–6). Pablo sabía de
su amor en el espíritu (1:8), se gozaba de su disponibilidad para aprender acerca
de la vida cristiana y se gozaba de su estabilidad en Cristo (2:5).
Aparentemente estas cuatro cartas fueron llevadas de Roma por medio de 4
mensajeros. Eso tuvo lugar alrededor del año 62 D.C. Cuatro hombres dejaron la
ciudad de Roma sin ser observados y llevaron consigo estos valiosos documentos.
Tíquico llevó la epístola a los Efesios a la ciudad de Éfeso donde aparentemente él
era el pastor o el líder de la Iglesia. Epafrodito llevó consigo la epístola a los
Filipenses, ya que él era el pastor de la Iglesia de Filipos. Y Epafras transportó la
epístola a los Colosenses, porque aparentemente él era el líder o pastor de esa
Iglesia. Y, luego, Onésimo llevó la carta a Filemón, ya que éste era su dueño y él
estaba regresando a su casa.
Así es que tenemos que estas cuatro epístolas son complementarias entre sí, y
todas ellas, en conjunto, han sido llamadas la anatomía del Cristianismo, o la
anatomía de la Iglesia. Podemos ver que los temas de estas epístolas cubren todos
los aspectos de la fe cristiana.
Según nuestra opinión, en la carta a los Efesios tenemos a la Iglesia misma, el
cuerpo, del cual Cristo es la cabeza.
La carta a los Colosenses dirige nuestra atención hacia la cabeza del cuerpo, que
es Cristo. El cuerpo mismo es secundario, porque el tema es Cristo. El es el centro
alrededor del cual se lleva a cabo toda la vida cristiana. En esta carta que vamos a
estudiar, se enfatiza el "Pleroma"; Cristo es la plenitud de Dios.
Filipenses nos muestra a la iglesia caminando por la tierra. El tema es la vida
cristiana; es la periferia del círculo del cual Cristo es el centro. Filipenses enfatiza,
la "kenosis", término griego relacionado con Cristo convertido en siervo.
Y la epístola a Filemón nos presenta a la cristiandad en acción, en la vida cotidiana,
en la vida práctica de cada día, así como las sandalias que se usaban en aquella
época estaban en contacto con los caminos romanos. Demostró como funcionaba
el Cristianismo en una sociedad pagana.
3. Como hemos ya anticipado, podemos ver entonces como estos documentos han
sido llamados la anatomía de la iglesia. Y se complementan unos con otros para
constituir una unidad.
No podemos imaginar a un vehículo blindado que llevara cuatro documentos más
valiosos. ¿Ha pensado usted alguna vez, amigo oyente, que si usted tuviera en sus
manos hoy estos cuatro documentos, tal como salieron de las manos de su autor,
el apóstol Pablo, probablemente podría obtener el precio que quisiera por ellos?
Entonces usted tendría la riqueza de un rey. Bueno, nosotros los evaluamos, no en
términos humanos, que les darían un valor económico: El valor espiritual de estos
libros no se puede calcular en absoluto en términos humanos.
La iglesia de Colosas
A manera de introducción, queremos decir varias cosas en cuanto al lugar al cual
fue enviada esta carta: Colosas. Colosas se encuentra en la misma zona donde está
Laodicea, y donde también se puede ver a Hierápolis. Si usted tiene oportunidad de
visitar este lugar, puede ver las ruinas de la ciudad, aunque no se ven ruinas de
ninguna iglesia. La iglesia de Colosas se reunía en la casa de Filemón. Dudamos
de que haya habido en esa ciudad un edificio para una iglesia.
En esa zona, existía una gran civilización y también una población numerosa. Era
lo que se podía considerar como una puerta al Oriente, al este. Era conocida como
la puerta de Frigia. Y allí se reunían el este y el oeste. Y, aquí fue donde el imperio
romano trató de dominar al este y colocarlo bajo el dominio de Roma.
Colosas era una ciudad fortificada, lo mismo que Laodicea. Lo mismo que Filadelfia,
Sardis, Tiatira y, también, como Pérgamo. Todas estas ciudades habían sido
centros de defensa contra invasiones provenientes del oriente. Pero en la época del
apóstol Pablo, el peligro ya había sido superado porque para ese entonces el
imperio romano estaba en control de casi todo el mundo. Como resultado, en los
días del apóstol Pablo, las personas se habían entregado al paganismo y a una gran
inmoralidad. Y la ciudad de Colosas era una ciudad típica de aquellos tiempos.
Según los informes disponibles, Pablo nunca visitó la ciudad de Colosas. Ahora,
¿por qué no visitó Pablo ese lugar? Bueno, Pablo entró a la zona por el norte de
Colosas. En su viaje, parece que él no pasó a través de las puertas de Frigia, sino
que llegó al norte de Colosas, por Sardis. Aparentemente siguió por el camino
romano que se encuentra en esa zona hacia Éfeso y evitó entrar en Colosas.
Aunque nunca estuvo en la ciudad de Colosas, Pablo fue el fundador de la iglesia
en esa ciudad. Ahora, este hombre Epafras, aparentemente era el líder de esa
Iglesia y bien puede haber sido el fundador directo de la misma. Pero fue Pablo
realmente quien fundó la Iglesia, de la misma manera en que fue el fundador de la
Iglesia en Roma. Él estuvo en contacto con multitudes de personas en el imperio
romano que más tarde se dirigieron hacia Roma y formaron la iglesia en la capital
del imperio. Ahora, existe la posibilidad de que Pablo haya ido a Laodicea, (aunque
lo dudamos seriamente) y creyentes pueden haber venido desde allí hasta Colosas.
Pero convertidos del ministerio de Pablo en Éfeso, definitivamente sí, pudieron venir
4. a Colosas para formar el núcleo de esa iglesia. Colosas estaba situada a unos 160
Km, al este de Éfeso.
Pablo pasó tres años de ministerio en Éfeso, dos de los cuales estuvo enseñando
en la escuela de Tirano. Había una civilización avanzada en aquella zona; tengamos
en cuenta que la cultura del Imperio Romano estaba centralizada allí. Ya no estaba
centrada en Grecia, que se había deteriorado mucho, junto con su filosofía y cultura.
Pero la cultura griega estaba firmemente vigente en Asia Menor, la zona
actualmente conocida como Turquía. Así es que fue en esa región donde Pablo
realizó su mayor obra junto con sus ayudantes. Conél se encontraban Juan Marcos,
Bernabé, Silas, Timoteo y aparentemente, algunos de los otros apóstoles. Sabemos
que el apóstol Juan se convirtió más tarde en el pastor de Éfeso.
El problema en Colosas
Asia Menor era entonces un gran centro cultural, pero también era un centro para
el paganismo y las religiones de misterios. En otras tierras ya existía el gnosticismo,
que fue la primera herejía de la iglesia. Había muchas formas de gnosticismo, y en
Colosas estaban los Esenios. Podemos citar 3 puntos de identificación en este
grupo:
(1) Tenían un espíritu exclusivo. Eran los aristócratas de la sabiduría. Ellos
pensaban que ellos eran el pueblo. Actuaban como si tuvieran el conocimiento
encerrado en una jarra y tuvieran el tapón en sus manos. Creían tener el monopolio
de todo el conocimiento. En consecuencia se consideraban los máximos
exponentes del conocimiento y el pensamiento, creyendo saber más que cualquiera
de los apóstoles. Pablo les dirigió una advertencia en el primer capítulo, versículo
28, diciéndoles: 28Nosotros anunciamos a Cristo, amonestando a todo hombre y
enseñando a todo hombre en toda sabiduría, a fin de presentar perfecto en Cristo
Jesús a todo hombre. La perfección no se encontraba en ningún culto ni en ninguna
herejía, sino en Cristo Jesús.
(2) Ellos mantenían principios especulativos sobre la creación. Enseñaban que Dios
no había creado el universo directamente, sino que creó a una criatura que, a su
vez, creó a otra criatura, hasta que una, finalmente, creó el universo físico. Cristo
era considerado una criatura en esta larga serie de creaciones. Esta idea era
conocida como la filosofía griega panteísta del demiurgo. Pablo refutó esta creencia
en Colosenses 1:15-19 y en 2:18.
(3) Otra señal de identificación de este grupo era su práctica ética de ascetismo y
libertinaje incontrolado. Ellos asumieron el ascetismo debido a la influencia del
estoicismo griego y el libertinaje incontrolado de la influencia del epicureismo griego.
Pablo refutó estas ideas en Colosenses 2:16, 23 y en 3:5-9.
El mensaje de colosenses
Colosenses contiene el trazado y los límites que capacitan al creyente para vivir
esas situaciones, que siempre están presentes en la experiencia cristiana, de caer
en extremos, o de no poder evitar un peligro sin caer en otro. Por una parte, siempre
existe el peligro de un Cristianismo que se congele en una forma, en un ritual. En
5. muchas áreas ha sucedido esto, de manera que el Cristianismo no implica más que
cumplir un ritual. Por otra parte, existe el peligro de que el Cristianismo se evapore
transformándose en una filosofía. En ese sentido alguien le preguntó una vez al
profesor McGee: "¿Qué teoría de la inspiración tiene usted?" A lo cual el autor de
estos estudios le respondió: "No creo en ninguna teoría. Creo que la Palabra de
Dios es la Revelación de Dios, como alega ser. Y esta no es una teoría". Hasta aquí
la cita. Cuando se llega a hablar tanto de teorías de la inspiración o de la expiación,
por ejemplo, el Cristianismo se convierte en una filosofía más.
Así que hay dos peligros. Uno es congelarse en una mera forma y ser una iglesia
ritualista; y el otro, desvanecerse como un vapor y terminar como una falsa filosofía.
Recordemos que el Señor Jesucristo afirmo ser el agua de vida. No dijo que fuera
el agua de vida transformada en hielo, ni afirmó ser el vapor de la vida. El es el agua
de vida. El es al agua a la temperatura misma de la vida, ni congelándose, ni
hirviendo.
El Agua de Vida es "Cristo en vosotros, la esperanza de gloria" (Col. 1:27). Cristo
ha de vivir en usted. El ha de caminar por la calle en la que usted vive. El
Cristianismo es Cristo allí mismo donde usted se encuentra, en la esencia misma
de las circunstancias y experiencias de la vida.
Siempre existe el peligro de tratar de agregar algo a Cristo, o el de quitar algo de Él.
Por cierto, la herejía más antigua es siempre la herejía más moderna. El cristianismo
no es un problema matemático de sumar y restar. El cristianismo, estimado oyente,
es Cristo. Y esta realidad es lo que Pablo enseñó en esta carta. Como dijo en 2:9,
Porque en Él habita corporalmente toda la plenitud de la deidad. En Él reside o
habita todo el pléroma - es decir, toda la plenitud. Toda la plenitud de Dios es visible
en Cristo. Y todo lo que usted necesita es estar unido a Cristo.
Algunos comentarios generales
Tenemos aquí una cita de William Sanday: "En la carta a los Efesios, la Iglesia es
el objetivo principal, y el pensamiento pasa, o se mueve hacia arriba, a Cristo, como
la cabeza de la Iglesia. En la epístola a los Colosenses, Cristo es el objetivo
principal, y que el pensamiento se dirige hacia abajo, a la Iglesia, como el cuerpo
de Cristo". Hasta aquí, la cita.
El pensamiento que predomina en esta epístola es que Cristo es todo. Él es todo lo
que necesito. ¡Él es todo! Carlos Wesley lo expresó de la siguiente manera en uno
de sus hermosos himnos: "Tú, oh Cristo, eres todo lo que quiero, en Ti hallo más
que todo".
El predicador Carlos Spurgeon dijo: "Mira a tu propia insignificancia; se humilde.
Pero mira a Jesús, tu gran representante, y alégrate por ello. Te evitará dolores y
angustias el aprender a considerarte a ti mismo como unido a El, aceptado en el
Amado, encontrando en El nuestro todo."
Si usted está descansando espiritualmente en El, descubrirá que no necesita pasar
por un ritual. No considerará necesario discutir en cuanto a teorías de inspiración.
6. O usted cree que la Biblia es la Palabra de Dios, o usted no cree que sea la Palabra
de Dios.
Dejemos de lado la aproximación intelectual que, a veces, tratamos de adoptar para
ser teológicamente correctos. Recordemos que al exponer la Palabra de Dios
debemos imitar el ejemplo de Jesucristo, que vino a alimentar ovejas, y no jirafas.
Y así, la sección práctica de esta carta nos señala a la persona de Cristo, la plenitud
de Dios, derramada en las vidas de los creyentes. El frasco de alabastro de perfume
costoso necesita hoy ser roto. El mundo no solo necesita ver algo, sino percibir un
grato aroma. La contaminación del mundo está despidiendo en estos días un mal
olor. Necesitamos algo de la fragancia y el encanto de Jesucristo, y solo a la iglesia
se le permite romper el frasco de alabastro que contiene el valioso perfume, para
dejar salir la fragancia.
Quizá lo mejor sería que observáramos un poco el bosquejo de esta epístola. Esta
epístola se divide, como todas las epístolas de Pablo, en una sección que es
doctrinal y una sección que es práctica.
En la sección DOCTRINAL, se expone a Cristo, como la plenitud de Dios: en Cristo
somos hechos completos. Esta sección abarca los capítulos 1 y 2.
En la sección PRÁCTICA, Cristo, la plenitud de Dios, se derrama en la vida a través
de los creyentes. Esta sección abarca los capítulos 3 y 4.
Llegamos así al
EL TRATAMIENTO QUE DIO PABLO A LA FILOSOFIA COLOSENSE
Pablo pronuncia una fuerte amonestación a los colosenses para que se guarden de
los falsos maestros a fin de evitar que éstos los lleven como cautivos
(lit.“secuestrar”) de la verdad a la esclavitud del error mediante su “filosofía y vanas
sutilezas” (2:8). Aunque ellos habían presentado su enseñanza como “tradición”,
Pablo rechaza toda pretensión de origen divino. Era un invento humano (“la tradición
de los hombres”) y en respuesta a ello lo ubica en contra de la tradición de Cristo,
no meramente la que surge de la enseñanza de Cristo, sino la que encuentra su
encarnación en él (2:6). Jesucristo es la “imagen del Dios invisible” (1:15), en quien
habita la “plenitud de la Deidad” (2:9). En un magnífico pasaje en alabanza a Cristo
como el Señor en creación y reconciliación (1:15–20), Pablo proclama que mediante
Cristo fueron creadas todas las cosas, incluyendo los principados y potestades que
tan prominentemente figuran en la herejía colosense. Todas las cosas han sido
hechas en él. El es el agente de toda creación y su meta final (16).
Aquellos que han sido incorporados a Cristo han alcanzado plenitud de vida en el
único que es Señor sobre todo principado y potestad (2:10). Cristo Jesús es el único
mediador entre Dios y los hombres. Sería una tontería para los colosenses ser
seducidos por los falsos maestros a pensar que era necesario obedecer a los
poderes angélicos que controlaban las líneas de comunicación entre Dios y el
7. hombre. Esta vía estaba controlada ahora por Cristo, quien por su muerte se revela
como conquistador de dichos principados y potestades (2:13–15).
En su respuesta a la falsa enseñanza, Pablo expone la doctrina del Cristo cósmico
más plenamente que en sus primeras cartas. Dicha enseñanza se insinúa
previamente en Rom. (8:19–22) y 1 Cor. (1:24; 2:6–10; 8:6), pero una exposición
más detallada aparece en Col. 1:15–20 y 2:13–15. Las críticas del Apóstol a los que
defendían la filosofía, con sus nociones incorrectas y extrañas conductas, son
penetrantes, aun destructivas (ver comentario sobre 2:16–23).
LUGAR Y FECHA DE ORIGEN
El punto de vista tradicional de que Pablo escribió a los Col. durante su prisión en
Roma es más probable que la opinión de que él lo haya hecho en Efeso o Cesarea.
Ningún otro encarcelamiento en Hech. parece ser una alternativa aceptable (hay
dificultades en suponer que fue durante su prisión en Cesarea, Hech. 24:27). Los
saludos de los colegas en el cap. 4 sugieren que los mismos tenían di recto acceso
a Pablo, y esto está de acuerdo con la prisión en Roma de Hech. 28:30. También la
referencia a Onésimo (lo cual trae a cuenta la carta a Film.) se comprende mejor en
el contexto de la ca pital imperial, aunque algunos argumentan que la distancia entre
Colosas y Roma hace que un origen romano de la carta sea improbable. Cualquier
supuesto progreso en el pensamiento de Pablo no ayuda en fechar Col.
Si se acepta la sugerencia de Roma, entonces la fecha más probable es el primer
encarcelamiento romano de Pablo, p. ej.p. ej. Por ejemplo c. 60, 61 d. de J.C.d. de
J.C. Después de Jesucristo Aque llos que suponen una alternativa en Efeso, la
ubican alrededor del 54–57 o aun más temprano, 52–55 d. de J.C.d. de J.C.
Después de Jesucristo
BOSQUEJO DEL CONTENIDO
1:1, 2 Saludos de Pablo
1:3-8 La gratitud por la fe, el amor, la esperanza y el evangelio
1:9-14 La oración pidiendo conocimiento y conducta piadosa
1:15-20 Jesucristo, el Señor de la creación y la reconciliación
1:21-23 La reconciliación efectuada y su aplicación
1:24—2:5 La misión de Pablo y su interés pastoral
2:6-15 El remedio para el error: Cristo en toda su plenitud
2:16-23 La libertad del legalismo
3:1-4 Buscad las cosas de arriba
3:5-11 Despojaos de los pecados del pasado
3:12-17 Vestíos de la gracia de Cristo
3:18—4:1 La conducta en cuestiones domésticas
4:2-6 Palabras finales de aliento
4:7-18 Saludos personales e instrucciones
Comentario
*Colosas era una ciudad de Frigia en la provincia romana de Asia, situada, al igual
que Hierápolis y Laodicea, en el valle del río Lico. Ya entrada la era del NTNT Nuevo
8. Testamento su primitiva importancia había disminuido, disminución que fue
acentuada por el desastroso terremoto del año 60 d.C.d.C. después de Cristo La
iglesia de Colosas no fue fundada por Pablo, ni la había visitado cuando escribió
esta carta (1.4, 7–9; 2.1). En su segundo viaje misionero paso al NN norte del valle
del Lico (Hch. 16.6–8). En su tercer viaje misionero Éfeso fue durante tres años el
centro de sus actividades (Hch. 19.1–20; 20.31), y lo más probable es que en ese
momento el evangelio haya llegado a Colosas por intermedio de Epafras, que era
oriundo de dicha ciudad (1.7; 4.12). Casi todos los cristianos allí eran gentiles (1.26;
2.13), pero desde los tiempos de Antíoco el Grande había habido numerosas e
influyentes comunidades de judíos en la zona.
IV. Oportunidad y lugar en que fue escrita
Los versículos 4.3, 10 y 18 indican que Colosenses fue escrita desde la prisión. Se
han considerado seriamente tres posibles lugares desde donde pudo haber escrito
Pablo su carta. 1. Éfeso. El argumento más concreto a favor de este parecer lo
constituye la afirmación en el prólogo marcionita a Colosenses del ss.ss. siglo(s) II.
En cambio, si Colosenses y *Efesios fueron escritas al mismo tiempo (como se
indica en 4.7s y Ef. 6.21s), esta posibilidad queda decididamente excluida. 2.
Cesarea. Se han presentado una cantidad de argumentos en favor de Cesarea. Bo
Reicke sostiene este punto de vista basándose en el terremoto mencionando
anteriormente, pero el encarcelamiento de Pablo en Roma probablemente comenzó
antes del año en que dicho terremoto causó tantas víctimas en el valle del Lico. Es
improbable que todos los que se mencionan en el cap(s).cap(s). capítulo(s) 4
estuviesen con el apóstol en la cárcel de Cesarea. 3. Roma. No se ha ofrecido
ninguna oposición al origen romano de la carta que no se haya resuelto
adecuadamente. El mejor lugar hacia el cual podía dirigirse el fugitivo Onésimo era
indudablemente Roma, y el contenido de la carta y las referencias personales en la
misma parecerían estar más en consonancia con la prisión de Pablo en Roma que
en cualquier otro lugar. Por lo tanto, la fecha 60 d.C.d.C. después de Cristo
parecería la más probable.
V. Motivo de la epístola
Dos asuntos demandaban la atención especial de Pablo y le indujeron a escribir
esta carta. En primer lugar, le estaba escribiendo a Filemón en Colosas con motivo
de la devolución de su esclavo fugitivo, Onésimo, que se había convertido (Flm. 7–
21). Podía, a la vez, aprovechar esta circunstancia para escribir a toda la iglesia en
Colosas. En segundo lugar, Epafras le había llevado a Pablo un informe respecto a
dicha iglesia, que incluía muchas cosas alentadoras (1.4–8), pero también,
aparentemente, noticias inquietantes referentes a las falsas enseñanzas que
amenazaban apartar a sus miembros de la verdad de Cristo. Estas noticias llevaron
al apóstol a dirigirse a los colosenses en la forma en que lo hizo.
VI. Las enseñanzas falsas
En su estilo característico Pablo hace frente al peligro que amenazaba a la iglesia
en Colosas, ofreciéndole enseñanzas positivas más bien que refutando los errores
9. punto por punto. Es por ello que no podemos determinar todo lo que comprendían
dichos errores, aunque podemos deducir tres cosas:
1. Daban importancia a los poderes que esgrimía el mundo de los espíritus, en
desmedro del lugar que le correspondía a Cristo. En 2.18 habla del “culto a los
ángeles”, y otras referencias a la relación de la creación espiritual con Cristo (1.16,
20; 2.15) parecen tener un sentido parecido.
2. Se asignaba gran importancia al cumplimiento de cosas externas, tales como
fiestas y ayunos, lunas nuevas y días de reposo (2.16s), y posiblemente, también,
la circuncisión (2.11). El cumplimiento de estas cosas se invocaba con orgullo como
el verdadero camino de la disciplina personal y la sujeción de la carne (2.20ss).
3. Los falsos maestros se jactaban de poseer una filosofía superior, cosa que se
observa claramente leyendo 2.4, 8, 18. Podemos presumir también que Pablo, al
utilizar con frecuencia los términos “conocimiento” (gnoµsis y epignoµsis),
“sabiduría” (sofia), “entendimiento” (synesis y “misterio” (mysteµrion), estaba
combatiendo dicha perspectiva.
Algunos (p. ej.p. ej. por ejemplo Hort y Peake) han sostenido que la enseñanza
judaica podía dar razón adecuadamente de todos estos elementos. Lightfoot
sostuvo que las falsas enseñanzas provenían de los esenios, y en la actualidad
estamos en posesión de bastante información acerca de la secta vinculada con los
rollos del mar Muerto (que se asemejaba a los esenios), aunque desconocemos la
presencia de sectas de este tipo en el valle del Lico en el ss.ss. siglo(s) I d.C.d.C.
después de Cristo Otros han establecido una relación entre la herejía de Colosas y
una de las escuelas gnósticas que han llegado a nuestro conocimiento a través de
escritores del ss.ss. siglo(s) II. No podemos rotularla con precisión. En esos tiempos
prevalecía el sincretismo en la religión y en la filosofía. Quizás estemos cerca de la
verdad si consideramos que esta enseñanza es una forma de gnosticismo judaico.
Pablo se ocupa de sus tres errores de la siguiente manera:
1. Se trata de una humildad equivocada, les dice a los colosenses, que exalta a los
ángeles y destaca las funciones de los poderes espirituales del bien, y el temor a
las potestades del mal. Cristo es creador y Señor de todas las cosas en el cielo y
en la tierra, y vencedor de todos los poderes del mal (1.15ss; 2.9ss). Toda la plenitud
(pleµroµma) de la deidad está en Cristo. (Aquí también Pablo probablemente se
apropia una de las palabras claves de esas falsas doctrinas y le da un uso cristiano.)
2. El camino de la santidad no se alcanza por la vía de un ascetismo que sólo
promueve el orgullo espiritual, ni por los esfuerzos propios de dominar las pasiones,
sino vistiéndonos de Cristo, poniendo nuestros afectos solamente en él, y
eliminando de esta manera todo lo que sea contrario a su voluntad (2.20ss; 3.1ss).
3. La verdadera sabiduría no es una filosofía humana (2.8), sino el *“misterio”
(secreto revelado) de Dios en Cristo, quien mora en aquellos que le reciben (1.27),
sin distinción de personas (3.10s).
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F.F.F.F. F. Foulkes, B.A., B.D., M.A., M.Sc., Profesor de Estudios Bíblicos, St John’s
College, Auckland, y Profesor de Historia y Literatura Bíblicas, Universidad de
Auckland, Nueva Zelanda.
Ed.Certeza
COLOSENSES, EPÍSTOLA A LOS
Una de las cuatro epístolas breves que Pablo escribió desde la prisión. Las otras
tres son Filipenses, Efesios y Filemón. La Epístola a los Colosenses se concentra
en la persona y obra de Jesucristo. Alcanza niveles de expresión sin paralelos en
cuanto a lo que se dice de Cristo en la Biblia. Tiene temas y portadores comunes
con Efesios, y se envía junto con la de Filemón (Col 4.9, 17) y otra carta para
Laodicea (4.16). Pablo no indica desde cuál prisión escribe. Sus compañeros
Marcos (4.10) y Lucas (4.14) estarían con él en Roma entre 61 y 63 d.C.
Contenido
Al igual que la mayoría de las cartas de Pablo, Colosenses pudiera dividirse en una
sección doctrinal (capítulos 1-2) y otra práctica (capítulos 3-4). Después del saludo
inicial (1.1-2), el apóstol da gracias por la fe, amor, esperanza y testimonio de los
colosenses (1.3-8). Luego desarrolla un majestuoso himno a Cristo en el que
enfatiza su papel en la creación y en la redención (1.15-23). Ante el superior valor
de Jesucristo y su obra, Pablo acepta gustoso la obligación de proclamarlo y sufrir
por Él (1.24-2.5). Exhorta a los colosenses a afirmarse en Cristo y no en confusas
especulaciones (2.6-23).
En la segunda sección, manda a los cristianos de Colosas a ajustar su conducta a
sus creencias. Como los cristianos han muerto y resucitado con Cristo (3.1-4), les
pide que vivan para agradar a Dios. Los urge a “hacer morir” lo que desagrada a
Dios y a “vestirse” del carácter de Cristo (3.5-17). El verdadero cristianismo se
manifiesta también en las relaciones de esposo y esposa (3.18-19), hijos y padres
11. (3.20-21) y esclavos y amos (3.22-4.1). Concluye hablando de cómo debemos
actuar ante los incrédulos (4.2-6) y con la habitual despedida (4.7-18).
COLOSENSES:
I. Introducción 1.1-14
A. Saludo paulino a los colosenses 1.1-2
Un bosquejo para el estudio y la enseñanza
B. Agradecimiento paulino por los colosenses 1.3-8
C. Oración de Pablo por los colosenses 1.9-14
II. La preeminencia de Cristo 1.15-2.3
A. Cristo es preeminente en la creación 1.15-18
B. Cristo es preeminente en la redención 1.19-23
C. Cristo es preeminente en la Iglesia 1.24-2.3
Primera parte: Supremacía de Cristo en la Iglesia (1.1-2.23)
III. La libertad en Cristo 2.4-23
A. Libertad de las palabras seductoras 2.4-7
B. Libertad de la vana filosofía 2.8-10
C. Libertad del juicio humano 2.11-17
D. Libertad de la adoración impropia 2.18-19
E. Libertad de la doctrina humana 2.20-23
I. La posición del creyente 3.1-4
Segunda parte: Sumisión a Cristo en la Iglesia (3.1-4.18)
II. La práctica del creyente 3.5-4.6
A. Quitaos la vieja naturaleza 3.5-11
B. Vestíos de la nueva naturaleza 3.12-17
C. Mandamientos personales para la santidad 3.18-4.6
1. Santidad en la vida familiar 3.18-21
2. Santidad en el trabajo 3.22-4.1
3. Santidad en la vida pública 4.2-6
III. Conclusión 4.7-18
A. Recomendación de Tíquico 4.7-9
B. Saludos de las amistades de Pablo 4.10-14
C. Varios asuntos relacionados con la ep