Prueba libre de Geografía para obtención título Bachillerato - 2024
6. los borbones
1. LA ESPAÑA DEL SIGLO XVIII
El siglo XVIII en España coincide con la llegada al trono de una nueva dinastía, la de los
Borbones que implantó una monarquía absoluta y centralizada. Esto supuso una
reorganización del Estado en múltiples aspectos. Este siglo es también el de la aparición de un
nuevo modo de pensamiento, la Ilustración, que promoverá una política de reformas y será el
origen de la crítica al Antiguo Régimen y el puente hacia una nueva sociedad.
1. LA GUERRA DE SUCESIÓN
En 1700, el último rey de la casa de Austria, Carlos II, murió sin descendencia directa.
Los principales candidatos a ocupar el trono eran Felipe de Anjou, nieto de Luis XIV, rey de
Francia; y el Archiduque Carlos de Austria. En su testamento Carlos II designaba como sucesor
al candidato francés, que tras la muerte de Carlos fue proclamado rey con el nombre de Felipe
V, con él se inicia en España la dinastía de los Borbones. Este nombramiento provocaba recelos
en las potencias europeas, pues pensaban que afianzaba la hegemonía francesa en Europa, por
ello decidieron la creación de la Gran Alianza de La Haya integrada por Inglaterra, Holanda,
Austria y otros pequeños estados como Portugal. El objetivo de los aliados era expulsar a
Felipe de Borbón de España y proclamar como rey al archiduque Carlos de Austria.
Se inició así la Guerra de Sucesión en la que los integrantes de la Gran Alianza de la
Haya se enfrentaron a Francia y España. Se luchó en varios frentes: en los Países Bajos,
Alemania, Italia, España y las colonias. De esta manera la sucesión al trono español pasó a ser
un conflicto internacional.
En España, la cuestión sucesoria produjo una división, que derivó en una guerra civil,
entre Castilla, partidaria de Felipe V, y Aragón, y especialmente Cataluña, que apoyaron al
Archiduque Carlos. Los motivos de este apoyo eran el temor a que Felipe V implantara una
política absolutista y centralista, siguiendo el modelo francés, que acabara con la pervivencia
de sus instituciones y legislación propias.
Las fuerzas de ambos candidatos estaban bastante equilibradas, pero en 1711, al morir
el emperador de Austria José I, el Archiduque pasó a ser proclamado emperador. Entonces la
posición de ingleses y holandeses cambió, pues tampoco querían que se unieran los reinos de
España y Austria. Por ello se iniciaron las negociaciones para reconocer a Felipe V como rey de
España.
La paz se firmó en los Tratados de Utrecht y Rastadt (1713-1714): Felipe V era
reconocido por las potencias europeas como Rey de España pero renunciaba a cualquier
posible derecho a la corona francesa y España perdía las posesiones que aún conservaba en
Europa. Austria se quedó con el Milanesado, Flandes, Nápoles y Cerdeña. Inglaterra
obtuvo Gibraltar, Menorca y el navío de permiso (derecho limitado a comerciar con las Indias
españolas) y el asiento de negros (permiso para comerciar con esclavos en las Indias).
En España, las tropas de Felipe V mostraron una evidente superioridad. La resistencia
de los reinos de la Corona de Aragón fue sofocada en las batallas de Almansa, Brihuega y
Villaviciosa. La mayor resistencia se produjo en Barcelona que decidió luchar contra los
ejércitos borbónicos hasta que estos tomaron la ciudad el 11 de septiembre de 1714. En 1715
ocuparon Mallorca.
2. 2. MONARQUÍA ABSOLUTA Y REFORMAS EN LA ORGANIZACIÓN DEL ESTADO
La llegada de Felipe V al trono de España supuso la implantación de una monarquía
absoluta de derecho divino. En ella el rey, siguiendo el modelo francés, concentra todo el
poder, sin limitaciones. El rey se identifica con el Estado, de él emanan las leyes, es la máxima
autoridad de gobierno e imparte justicia. Es además una monarquía centralizada en la que
todos los territorios que componen el reino son gobernados por el rey con las mismas leyes e
instituciones.
2.1 Decretos de Nueva Planta
El gobierno de Felipe V tenía como primer objetivo la reforma de la administración
española. Su modelo era el existente en Francia, caracterizado por la centralización. Esto
suponía terminar con diversidad de reinos, leyes e instituciones. El apoyo que los reinos y
territorios de la Corona de Aragón habían dado al Archiduque Carlos fue el pretexto utilizado
por Felipe V para suprimir sus fueros, instituciones, derechos y privilegios mediante los
Decretos de Nueva Planta: para Aragón y Valencia en 1707, Mallorca en 1715 y Cataluña en
1716. A partir de ese momento la organización político administrativa de estos territorios
seguirá el modelo castellano e incluso se impone el uso del castellano como lengua oficial.
FELIPE V (1700-1746)
LUIS I (1724)
LU(1724)
FERNANDO VI (1746-1759) CARLOS III (1759-1788)
CARLOS IV (1788-1808)
3. Los Decretos derogaron las instituciones que estos territorios conservaban desde la
Edad Media: Cortes, Generalitat y Diputaciones, Justicia Mayor, así como los sistemas fiscales y
monetarios propios y las aduanas interiores. Sin embargo si conservaron su derecho privado
propio (matrimonio, herencias) y cada territorio adoptó formas propias de contribución fiscal.
Navarra y las provincias vascas si conservaron sus instituciones y fueros como
recompensa a su fidelidad a la causa de Felipe V.
2.2 Reorganización de la Administración
Una vez implantado este nuevo modelo de monarquía fue preciso llevar a cabo todo
un proceso de reorganización de la administración del Estado que se desarrolló
fundamentalmente durante los reinados de Felipe V y su hijo Fernando VI. Con estas reformas,
que se continuaron en los sucesivos reinados, se pretendía también la modernización del
gobierno del reino.
Una primera medida fue la supresión de los Consejos y la creación de las Secretarías
de Estado, antecedente de los actuales Ministerios. Las Secretarías más importantes eran las
de Estado, Hacienda, Guerra, Marina e Indias, Gracia y Justicia. Al frente de cada una de ellas
se encontraba un Secretario de Estado. En 1787 se creó la Junta Suprema de Estado que
reunía a todos los Secretarios de Estado y que será el origen del futuro Consejo de Ministros.
Las Cortes redujeron su papel e influencia, apenas se reunieron, salvo para jurar al
heredero de la Corona.
Un personaje clave en esta política de reformas fue el Marqués de la Ensenada que
impulsó proyectos para mejorar la Hacienda, la marina, etc. Su proyecto más importante fue la
realización del Catastro de Ensenada con el objetivo de hacer un estudio de la riqueza de los
territorios castellanos y establecer una única contribución en la que todos los ciudadanos
pagarían impuestos en función de su riqueza. Sin embargo, la resistencia de los estamentos
privilegiados a este nuevo sistema hizo fracasar el proyecto.
También se hizo imprescindible una reorganización de la Administración Territorial. El
territorio se organizó en una serie de divisiones administrativas que serán el antecedente de
las provincias, al frente de las cuales se situaba una triple estructura: las audiencias se
encargaban de la administración de justicia, los capitanes generales se encargaban de los
asuntos militares y de los relacionados con el orden público, eran los representantes del poder
absoluto del rey en las provincias; y los intendentes que atendían los asuntos económicos y de
recaudación de impuestos.
Otra de las facetas de la política absolutista fue el control político y económico sobre la
Iglesia, lo que conocemos como regalismo, Ya que los reyes consideraban que el poder
absoluto les daba derecho a intervenir en aquellos asuntos religiosos que afectasen a su reino:
nombramiento de cargos eclesiásticos, control sobre las rentas de la Iglesia. Uno de los hechos
relevantes de esta política fue la expulsión de los jesuitas durante el reinado de Carlos III,
acusados de promover conspiraciones políticas.
Por último hay que mencionar los esfuerzos para reorganizar y modernizar el Ejército y
la Armada: sistemas de reclutamiento, renovación del armamento y creación de Academias
para mejorar la formación de los militares. Por lo que se refiere a la marina de guerra para
modernizarla y mejorarla se fomentó la creación de nuevos astilleros y arsenales (Ferrol,
Cartagena, Cádiz)
3. POLÍTICA EXTERIOR
El reinado de los Borbones se inició con una importante pérdida de poder de la corona
española en el contexto internacional (Tratado de Utrecht). Esta situación permitió a los
Borbones concentrar sus esfuerzos en mejorar la situación interna del país.
El signo de la política exterior cambió debido al origen francés de la nueva dinastía. A
partir de 1733 se firmaron una serie de alianzas con Francia conocidas como Pactos de
4. Familia. Hubo tres (1733, 1743 y 1761) en los que ambos países se unieron contra el que
consideraban enemigo común: Inglaterra, sobre todo por su expansión colonial. Los dos
primeros Pactos de Familia permitieron cumplir las aspiraciones de Isabel de Farnesio,
segunda esposa de Felipe V, la de lograr tronos en Italia para sus hijos: así Carlos consiguió el
trono de Nápoles y su hermano Felipe los ducados de Parma y Piacenza.
El hecho más notable de la política exterior tuvo lugar ya en el reinado de Carlos III con
la participación de España en la Guerra a favor de la Independencia de Estados Unidos contra
Inglaterra. Esto permitió la recuperación de Menorca, pero no Gibraltar.
El reinado de los primeros Borbones supone la implantación de la monarquía absoluta
En España a la vez que se impone un modelo de administración centralizada, acabando con la
disparidad de reinos e instituciones. Estas reformas son un anticipo de las que se pondrán en
práctica en el reinado de Carlos III.