Sanidad Interior y Liberacion libro de ayuda espiritual y emocional
Una lección sobre panes y peces
1. Los discípulos se habían olvidado de tomar panes; y no tenían
consigo en la barca sino sólo un pan. Y Jesús les encargaba
diciendo: ¡Tengan cuidado! Cuídense de la levadura de los fariseos
y de la levadura de Herodes. Y ellos discutían entre sí que no
tenían panes.
Dándose cuenta Jesús, les dijo: ¿Por qué discuten de que no
tienen pan? ¿Aún no comprenden ni entienden? ¿Tienen el
corazón endurecido? TENIENDO OJOS, ¿NO VEN? Y TENIENDO
OIDOS, ¿NO OYEN? ¿No recuerdan cuando repartí los cinco panes
entre los cinco mil? ¿Cuántas cestas llenas de pedazos juntaron? Y
ellos le dijeron: Doce. Y cuando repartí los siete panes entre los
cuatro mil, ¿cuántas canastas llenas de los pedazos recogieron? Y
ellos le dijeron: Siete. Y les dijo: ¿Todavía no entienden?
Marcos 8:14-21
2. ¿Cómo reaccionamos…
cuando nos falta algo?
En el pasaje Jesús no les había pedido pan, pero les había hablado
de la levadura, y ellos en vez de asociarla con el pecado, estaban
pensado nuevamente que Jesús se refería a la comida, entonces
empezaron a discutir cuando vieron que no tenían qué comer…
Pensemos que a veces hacemos lo mismo, cuando vemos que nos
falta algo empezamos a discutir entre nosotros acerca de cómo lo
vamos a conseguir, de quién es el responsable de que falte o qué
vamos a hacer si eso no se resuelve!
Y así nos hacemos toda la película.
3. ¿Cómo andamos de …
memoria?
Jesús los reta mostrándoles que son duros de corazón, ciegos y
sordos, porque no recordaban cómo Dios había provisto en el
pasado. Ellos ya habían pasado por una situación similar donde
Jesús había multiplicado la comida para que toda una multitud
pudiera comer.
También nosotros pareciera que olvidamos cómo Dios nos ha
librado del peligro, ayudado en la necesidad, provisto de recursos
o bendecido con favores en el pasado y entonces, con el corazón
endurecido, sólo pensamos en el "hoy" y en el hecho de que no
sabemos qué hacer para resolver nuestro dilema. Jesús nos pide
que abramos los ojos.
4. ¿A qué debemos …
abrir nuestros ojos?
Como explicó en el sermón del monte:
“el Padre celestial SABE que ustedes
necesitan de todas estas cosas” (Mt 6:32).
Si Él sabe y vemos que nuestra “capacidad de autoabastecimiento”
se queda corta, sepamos que Dios sí sabe y pidámosle a quien
puede hacer algo al respecto. Los discípulos no pidieron ayuda a
Jesús, quizá porque estaban avergonzados o ensimismados, pero
dice "Dándose cuenta Jesús". El Padre y el Hijo se dan cuenta
siempre de nuestra condición...
5. El Dios de los detalles…
los grandes y pequeños
El Señor apela a la memoria de sus discípulos, lo interesante es
que no sólo les pide o exige que recuerden la multiplicación de los
panes y peces, sino que además les pregunta concretamente por
la cantidad de cestas y canastas sobrantes. Y al responder ellos los
números de 12 y 7, Jesús dice “¿Todavía no entienden?"
Creo que quiso mostrarles que Dios está hasta en los más mínimos
detalles, y que el Padre tiene control de todas las cosas. Los
números 12 y 7 son símbolos divinos: 12 es el número de las tribus
de Israel, el de los apóstoles de Jesús, el de las puertas de la
Jerusalén celestial, el de los frutos del árbol de la vida. El 7 es el
número de días de la creación, el de las iglesias, trompetas y sellos
en Apocalipsis.
6. No se preocupen…
que hay para todos!
Las 12 cestas y 7 canastas eran solamente del alimento que había
sobrado, no la cantidad total. Había quedado hasta para las
familias de los miles que estuvieron escuchando a Jesús en el
desierto.
“El que da semilla al que siembra y pan al que come, proveerá y
multiplicará la semilla y aumentará los frutos de su justicia, para
que así sean enriquecidos en todo para que puedan ser generosos
en toda ocasión” (2 Co 9:10-11)
“Y a aquel que es poderoso para hacer todo mucho más
abundantemente de lo que pedimos o entendemos, según el
poder que obra en nosotros, a El sea la gloria en la iglesia y en
Cristo Jesús por todas las generaciones" (Ef 3:20-21)
7. Preguntémonos…
• ¿Qué me anda faltando?
• ¿A quién estoy recurriendo para que supla esa necesidad?
• ¿Confío en que Dios, que no escatimó ni a su propio Hijo, nos
dará con él todas las cosas? (Ro 8:32)
• ¿Soy memorioso de las cosas buenas o sólo recuerdo las malas?
• ¿Soy consciente de que un pequeño problema, como la levadura,
si fermenta la masa, puede crear un problemón si no abrimos los
ojos a tiempo?
• ¿Me estoy cuidando de esta levadura farisaica o dejo que una
cantidad de estereotipos, prejuicios, criterios y tradiciones
impuestas por otros condicionen y gobiernen mi forma de pensar
y conducirme?