Transporte y mezcla de alimentos en el tubo digestivo
Atencion de pcte quirurgico
1. 7
ELENA DEL AMO MUÑOZ
GEMA Mª PÉREZ PRUDENCIO
197
Introducción
El proceso quirúrgico tiene tres partes (preopera-torio,
intraoperatorio y postoperatorio), en las que
las circunstancias del paciente y las actividades de
enfermería son diferentes. Los profesionales de la
enfermería quirúrgica deben conocer con detalle
estas fases.
Para garantizar la correcta asistencia en el proceso
quirúrgico por parte de los/as enfermeros/as dispo-nemos
de dos medios fundamentales: uno es la for-mación
de los profesionales y el otro es la estandari-zación
de los procesos a aplicar.
Se entiende por enfermería perioperatoria: “El papel
que la profesión de enfermería ha desarrollado con
la asistencia del paciente quirúrgico. Esta disciplina
comprende su asistencia total antes, durante y des-pués
de la cirugía. Entre los deberes de la enfermera
perioperatoria se incluye el desarrollo y la implanta-ción
de un plan preoperatorio de asistencia al pa-ciente”.
Se describen a continuación las fases del proceso
quirúrgico:
◆ Preoperatorio: comienza cuando se toma la deci-sión
de someter al paciente a una intervención
quirúrgica. Durante esta fase, la enfermera identi-fica
las necesidades fisiológicas, psicosociales y es-pirituales
del paciente, así como los problemas
potenciales. A continuación, el profesional enfer-mero
lleva a cabo las acciones encaminadas a re-solver
cada uno de los problemas que se hayan
planteado, ofreciendo así una ayuda individuali-zada.
Esta fase termina cuando el paciente se tras-lada
a la mesa quirúrgica.
◆ Intraoperatorio: empieza con el traslado del pa-ciente
a la mesa quirúrgica. Todas las actividades
se enfocan con el único fin de cubrir sus necesi-dades
y de procurar su bienestar durante todo el
proceso; el paciente reconoce a la enfermera que
ha realizado la visita preoperatoria y establece
con ella una relación paciente-enfermera. En esta
fase el profesional enfermero ha de realizar sus
funciones dentro del plan quirúrgico con habili-dad,
seguridad, eficiencia y eficacia. Esta etapa fi-
◆
Atención de enfermería
en el paciente quirúrgico
2. ACTUACIÓN DE ENFERMERÍA EN EL BLOQUE QUIRÚRGICO
naliza cuando se admite al enfermo en la sala de
recuperación.
◆ Postoperatorio: se inicia con la admisión del pa-ciente
en la Unidad de Recuperación Postanesté-sica
(URPA) y finaliza cuando el cirujano suspen-de
la vigilancia. Las enfermeras deben cerciorarse
de que todos los procedimientos y técnicas de en-fermería
se ejecutan de forma correcta; así, los in-dicadores
del buen resultado del proceso periope-ratorio
serían la satisfacción de todas las necesida-des
del paciente y el logro de los resultados
deseados.
Preparación del quirófano
Antes de la llegada del paciente al quirófano para co-menzar
una intervención quirúrgica, la Enfermera
Circulante (EC) y la Enfermera Instrumentista (EI)
deben realizar una serie de preparativos encamina-dos
a asegurar el correcto desarrollo de la actividad
quirúrgica. Estos preparativos varían según el tipo
de cirugía, por lo que se debe conocer de antemano
qué operación se va a llevar a cabo. Consisten en:
Comprobación del aparataje
y del equipo accesorio
◆ Inspeccionar las conexiones de alimentación de
gases para asegurar que no existan fugas.
◆ Verificar la conexión de las tomas de alimentación
con el código de color adecuado (que depende del
fabricante). El código de colores habitual es: blan-co:
O2; azul: protóxido; amarillo: vacío; gris: aire
comprimido.
◆ Comprobar que el flotador de los caudalímetros
(O2, N2O, etc.) quede en la parte inferior del tubo
cuando estén cerrados.
◆ Asegurar la falta de movimientos erráticos de los
flotadores al ajustar el flujo de los gases en los
caudalímetros.
◆ Crear una mezcla de O2/N2O hipóxica y compro-bar
el correcto funcionamiento de la alarma de
seguridad.
◆ Examinar el nivel de anestésico líquido que queda
en cada vaporizador (desfluorano, halotano, fluo-rano,
etc.). Nunca debe llenarse en exceso, ya que
podría ser bombeado al interior del circuito. Ce-rrar
correctamente el tapón de llenado, que es la
fuente más común de fugas.
◆ Demostrar que la válvula de oxígeno rápida libera
instantáneamente flujo al ser accionada (O2 puro
al 100%).
◆ Comprobar que la concertina se mueve libremen-te
durante el ciclo respiratorio.
◆ Dirigir el selector de sistema anestésico hacia la
ventilación espontánea o manual sin encontrar
dificultad alguna.
◆ Verificar que la válvula de escape nos permite gi-rar
el disco obturador para abrirla o cerrarla, per-mitiendo
así liberar posteriormente el exceso de
gases a la atmósfera.
◆ Inspeccionar el nivel del absorbedor de CO2 (cal
sodada). El absorbedor se empieza a agotar desde
la parte inferior cambiando a color violeta. Dicha
parte no debe superar la mitad del depósito.
◆ Comprobar que los tubos anillados (permiten la con-ducción
de la mezcla de gases) estén perfectamente co-locados
en sus respectivas válvulas unidireccionales.
◆ Asegurar la correcta elección de la bolsa reservo-rio
(en adultos es de 2 l).
◆ Controlar que el sistema de depuración que elimina
los gases anestésicos de desecho esté conectado.
◆ Revisar todo el material accesorio que debe en-contrarse
en el respirador:
– Mascarillas faciales de varios tamaños.
– Dos laringoscopios, uno con pala larga y otro
con pala corta (comprobar que funcione la luz).
– Guedell de tamaño adecuado a cada paciente.
– Pinzas de Maguill.
– Fonendoscopio.
– Esparadrapo de tela y papel.
– Venda para sujetar el tubo endotraqueal.
– Fiadores de varios tamaños.
– Tijeras.
– Ambú.
◆ Encender el monitor y comprobar que todas las de-terminaciones
que necesitamos estén configuradas.
198
3. Atención de enfermería en el paciente quirúrgico
◆ Conectar los aspiradores (uno para anestesia y
otro/s para la cirugía) a la toma de vacío y dejar el
de anestesia preparado con una sonda de aspira-ción
(tipo yankauer).
◆ Comprobar que la/s bomba/s de perfusión estén
conectadas a la red.
◆ Verificar que el nivel de agua bidestilada del ca-lentador
de sueros (hot line) sea el adecuado.
◆ Conectar la placa de bisturí eléctrico.
◆ Tener preparado el calentador térmico con una
manta de brazos y otra de piernas para su posi-ble
uso.
◆ Encender las lámparas quirúrgicas, revisar su haz
de luz e intensidad y moverlas en diferentes posi-ciones
para comprobar que todos sus giros son
posibles.
◆ Probar que la mesa quirúrgica realiza todos los
movimientos correctamente.
◆ Encender el negatoscopio y revisar que luce ade-cuadamente.
Disposición de mesas y material accesorio
A la hora de organizar el interior del quirófano, re-tiraremos
todas las mesas y el equipo innecesario
(Ver Imágenes 1 y 2).
◆ Reloj de pared: comprobar la hora y su correcto
funcionamiento.
◆ Mesa de instrumental: sobre ella se colocará ropa
estéril donde se depositará el material necesario
para cada intervención.
◆ Mesa de mayo: se utiliza para ubicar el instru-mental
que será usado con más frecuencia duran-te
la operación. Se cubrirá antes de la cirugía y se
situará directamente sobre el paciente, pero no en
contacto con él.
◆ Mesas accesorias: en ellas se ubican los materiales
e instrumental complementarios para cada opera-ción
y para las distintas técnicas de enfermería y
anestesia (vía central, sondaje vesical, etc.).
199
Imagen 1. Disposición del quirófano antes de la intervención
4. ACTUACIÓN DE ENFERMERÍA EN EL BLOQUE QUIRÚRGICO
Imagen 2. Vista de la organización de los aparatos del quirófano antes de la intervención
◆ Carro con el material indispensable: suturas, ho-jas
de bisturí, compresas, drenajes, etc.
◆ Cubetas: se usan como cubo de basura. Están cu-biertas
por una bolsa de plástico y suelen tener
una base con ruedas.
◆ Cesto para ropa sucia: provisto de la bolsa de co-lor
indicada según cada hospital.
◆ Carro de anestesia: con toda la medicación nece-saria,
sueros, tubos endotraqueales, sistemas arte-riales,
vías centrales y todo el material fungible
esencial para que el anestesista pueda desarrollar
su trabajo.
Reposición de medicamentos
y de material fungible y no fungible
Una vez que se ha comprobado que la disposición
de los materiales del quirófano es la adecuada y se
ha confirmado su perfecto funcionamiento, la EC y
la EI, con la ayuda del auxiliar de enfermería, co-mienzan
la reposición de los medicamentos necesa-rios
para la práctica de la anestesia y el desarrollo de
la cirugía, así como la reposición de todo material
fungible y no fungible que sea necesario en cantida-des
mínimas, para poder renovarlo con frecuencia.
Preparación específica
para la intervención
Según la intervención quirúrgica a realizar, la EC y
la EI se encargarán de traer el equipo textil y la/s ca-ja/
s de instrumental y también de preparar todo el
material fungible y no fungible necesario para po-der
realizar dicha intervención. Solicitarán la ayuda
del auxiliar de enfermería y del personal de servi-cios
generales para el traslado de material pesado,
como consolas de motores, bisturí eléctrico de pie,
equipo de laparoscopia, etc.
200
5. Atención de enfermería en el paciente quirúrgico
Recepción del paciente
Antes de la realización de cualquier procedimiento
quirúrgico, los pacientes deben ser preparados de
forma adecuada para minimizar el impacto y los
riesgos potenciales de la intervención. Esto incluye
una preparación tanto física como emocional. Para
ello se cuenta con herramientas como la consulta
preanestésica y la visita preoperatoria.
Consulta preanestésica, visita
preoperatoria y funciones de la enfermera
La valoración preanestésica es realizada por un mé-dico
especialista en anestesia y reanimación y tiene
como objetivo asegurar que el paciente sea interve-nido
en las mejores condiciones posibles y conse-guir
una mejor calidad asistencial. Se lleva a cabo en
el servicio de anestesiología una vez que el paciente
es programado para un procedimiento quirúrgico.
Los objetivos básicos de dicha valoración son:
◆ Efectuar la anamnesis y la exploración.
◆ Realizar exámenes complementarios.
◆ Valorar el riesgo anestésico-quirúrgico.
◆ Establecer las recomendaciones anestésicas.
◆ Reducir la morbimortalidad perioperatoria.
◆ Obtener el consentimiento informado.
◆ Familiarizar al paciente con la información preo-peratoria.
◆ Valorar la situación social del enfermo.
La visita preoperatoria es un instrumento al servi-cio
de los profesionales de enfermería implicados
en todo el proceso, con especial énfasis en la colabo-ración
entre las enfermeras de la Unidad de Hospi-talización
y las del Bloque Quirúrgico.
Los pacientes que esperan una intervención quirúr-gica
suelen experimentar distintos miedos y espe-ranzas.
El personal de enfermería debe determinar
las percepciones, emociones, conductas y sistemas
de apoyo que pueden ayudar o interferir en la capa-cidad
del paciente para progresar durante el perío-do
quirúrgico. Una enfermera no apresurada y
comprensiva invita a la confidencia del paciente. La
visita ha de realizarse antes del día de la operación.
Los principales objetivos de esta visita son:
◆ Aliviar la ansiedad y los temores del paciente.
◆ Proporcionar información veraz y aclarar malos
entendidos.
◆ Permitir al paciente expresar sus sentimientos y
conocer su punto de vista sobre la operación.
◆ Orientar y preparar al enfermo y a sus familiares
para la cirugía y el período postoperatorio.
◆ Contribuir a la cooperación y participación del
paciente y facilitar la comunicación.
La enfermera de la Unidad de Hospitalización reci-be
al paciente a su ingreso. El paciente puede ser ad-mitido
en el hospital uno o más días antes de una
operación programada. Pueden estar indicados es-tudios
radiológicos, endoscópicos o de otro tipo pa-ra
confirmar el diagnóstico médico.
La enfermera es la encargada de:
◆ Revisar la valoración realizada por el anestesista,
en la que nos indicará si es necesario administrar
alguna medicación antes de la intervención.
◆ Administrar medicamentos orales que el paciente
toma de forma habitual, si el médico así lo prescribe.
◆ Aplicar medidas específicas para la preparación
de cada intervención (tratamiento antibiótico
preventivo, profilaxis antitrombótica, preparación
de colon, extracción de analíticas, etc.).
◆ Comprobar que el preoperatorio y las pruebas
complementarias se hayan realizado y que todos
los consentimientos informados estén debida-mente
cumplimentados.
◆ Informar al paciente de que no debe tomar nada
por vía oral desde 6-8 horas antes de la interven-ción.
En algunas ocasiones será necesaria la cana-lización
de vía periférica para administrar fluidos,
como en el caso de pacientes diabéticos, personas
ancianas propensas a la deshidratación, etc.
◆ Enseñar al paciente cómo realizar un aseo com-pleto
con jabón antimicrobiano la noche anterior
y la misma mañana de la intervención. En el caso
201
6. ACTUACIÓN DE ENFERMERÍA EN EL BLOQUE QUIRÚRGICO
de los pacientes que no puedan asearse solos, el
lavado personal lo realizará la enfermera junto
con el auxiliar de enfermería.
◆ Advertir a los pacientes que deben retirarse todas
las joyas y elementos metálicos que lleven.
◆ Mantener libres de esmalte las uñas del paciente.
◆ Proporcionar apoyo emocional y espiritual. Faci-litará
el contacto con un sacerdote, si así lo solici-ta
el paciente, y ayudará a la enfermera quirúrgica
a preparar al paciente para afrontar positivamente
el proceso quirúrgico hasta el traslado a la zona de
intervenciones.
◆ Cumplimentar el registro preoperatorio de la
Unidad de Hospitalización.
Comprobación de datos
Debe realizarse a la llegada del paciente al antequiró-fano.
La EC es la encargada de verificar la identidad
del paciente, así como su historia clínica, y de com-probar
que la preparación preoperatoria es la ade-cuada.
En este momento es importante que se haya
realizado la visita preoperatoria, ya que el paciente
agradecerá el ver una cara familiar (Ver Imagen 3).
En la historia clínica hay que revisar (Ver Imagen 4):
◆ Exámenes de laboratorio: en general se solicitará
una hematología completa y una bioquímica san-guínea.
También pueden ordenarse un estudio de
coagulación, la determinación general de orina y
pruebas cruzadas para transfusión sanguínea (só-lo
en los casos en los que pueda ser necesaria).
◆ Radiografía de tórax: se aconseja en pacientes ma-yores
de 65 años, obesos, fumadores o en aquellos
en los que la historia clínica y la exploración su-gieran
la existencia de alguna patología específica.
◆ Electrocardiograma: es una prueba inocua, rápida
y de bajo coste. No se requiere de forma rutinaria.
Puede pedirse a pacientes de más de 35 años, así
como a todos los que tengan problemas cardiacos.
◆ Registro preoperatorio de la Unidad de Hospitali-zación:
se comprueba que la administración del
tratamiento indicado ha sido la adecuada y que
las pruebas específicas se han llevado a cabo.
202
Imagen 3. Llegada del paciente al antequirófano
Imagen 4. Comprobación de la historia clínica
7. Atención de enfermería en el paciente quirúrgico
◆ Consentimiento informado: debe comprobar que
esté firmado.
Revisión del paciente
◆ Ayunas: hay que confirmar con el paciente el mo-mento
en que dejó de tomar alimentos sólidos y
líquidos.
◆ Paciente: verificar que no trae consigo ningún ob-jeto
metálico ni prótesis dental móvil y que la
única prenda de vestir que lleva puesta es el cami-són
del hospital.
◆ Alergias: es necesario informarse de si tiene algu-na
alergia; si la tuviera, se comunicará a todo el
equipo quirúrgico dicha alergia para evitar erro-res
en la administración de medicamentos y téc-nicas
intraoperatorias.
Registro intraoperatorio de enfermería
Es un documento en el que se recoge por parte del
personal de enfermería una serie de procedimientos
realizados durante el proceso quirúrgico, los cuales
afectan o pueden afectar a los cuidados posteriores
del paciente.
Con dicho documento se registran, aparte de una
serie de datos administrativos necesarios para el co-rrecto
funcionamiento de la unidad, los cuidados y
acciones a los que se ha sometido al paciente, así co-mo
la situación en la que se encuentra a la salida del
Área Quirúrgica.
Hay que considerar que el paso de los pacientes
por este área dura un tiempo limitado, y a menu-do
corto, en el cual se le deben administrar gran
cantidad de cuidados que en muchos casos pue-den
pasar inadvertidos, pero que se realizan siste-máticamente.
Los objetivos de este documento
son:
◆ Ofrecer una relación escrita de los cuidados de
enfermería aplicados al paciente durante el proce-dimiento
quirúrgico.
◆ Servir como un medio de comunicación útil y
efectivo entre los profesionales enfermeros de las
distintas unidades implicadas.
◆ Favorecer la continuidad de los cuidados de en-fermería.
◆ Proporcionar una base legal y administrativa del
trabajo realizado.
◆ Servir de instrumento escrito para la evaluación e
investigación de los cuidados de enfermería.
El registro intraoperatorio de enfermería consta de
distintos apartados:
◆ Datos administrativos:
– Nombre y número de historia del paciente.
– Número de cama.
– Número de intervención asignado en el parte de
quirófano (en cirugía de urgencias no se cum-plimentará).
– Fecha de intervención (día, mes y año).
– Número de quirófano en el que se realiza la in-tervención.
– Nombre del departamento que efectúa la inter-vención.
◆ Alergias: se anotarán las alergias del paciente; en
caso de no padecer ninguna se anotará: “No cono-cidas”.
Este espacio nunca debe quedar en blanco.
◆ Diagnóstico preoperatorio: se anotará el diagnós-tico
preoperatorio que se suponga.
◆ Personal: se registrará el nombre del cirujano res-ponsable,
ayudantes, anestesiólogo, EI, EC y en-fermera
perfusionista (si la hubiera).
◆ Tipo de anestesia.
◆ Posición del paciente: se señalará la posición del pa-ciente
durante la intervención quirúrgica y las pro-tecciones
necesarias durante su posicionamiento.
◆ Horas: se anotará la hora de los distintos momen-tos
del proceso quirúrgico (se utilizará el horario
de 0-24 horas).
– Llegada a quirófano.
– Comienzo y fin de la anestesia.
– Comienzo y fin de la cirugía.
– Salida de quirófano.
203
8. ACTUACIÓN DE ENFERMERÍA EN EL BLOQUE QUIRÚRGICO
◆ Vías: se anotará el tipo y localización de las vías
sanguíneas que tenga el paciente a su llegada o
que le sean insertadas en quirófano.
◆ Sondajes: se registrará tipo y número de sonda na-sogástrica
y vesical que se le inserte en quirófano.
◆ Preparación de la piel:
– Apuntar si es preciso rasurar al paciente en la
zona quirúrgica.
– Registrar la situación de la placa de bisturí.
– Anotar con qué preparado se realiza la limpieza
de la piel.
◆ Isquemia: se anotará la zona de isquemia, así co-mo
la hora de inicio y fin de la misma.
◆ Pruebas diagnósticas: se apuntarán las pruebas
diagnósticas realizadas y enviadas desde quirófa-no
(anatomía patológica, citología, muestras para
microbiología, analíticas de sangre, etc.). Es im-portante
anotar el número de muestras y el nom-bre
de la pieza remitida.
◆ Administración de hemoderivados: si el paciente
ha recibido transfusión sanguínea, reflejar el tipo
y cantidad administrada (concentrado de hematí-es,
plaquetas, plasma fresco congelado, criopreci-pitados).
◆ Radiología: si durante la intervención el paciente
ha estado expuesto a rayos X se registrará.
◆ Implantes costosos: se anotará si el paciente ha re-cibido
algún tipo de prótesis, ya sea ortopédica,
vascular, malla abdominal o cualquier otro tipo
de implante que sea necesario reflejar. También se
tomará nota de la referencia o código y/o el lote
del producto implantado o utilizado.
◆ Recuentos: se hará un recuento de compresas, ga-sas,
agujas, instrumental y otros objetos añadidos
al campo quirúrgico para verificar que no ha que-dado
ninguno dentro del cuerpo del paciente y se
anotará cualquier incidencia respecto al contaje.
Cuando se haga un packing terapéutico se regis-trará
el número de compresas que se dejan en el
interior.
◆ Tipo de intervención: se señalará el tipo de cirugía
dentro de la clasificación establecida.
◆ Precauciones especiales: se apuntará si el paciente
padece alguna enfermedad (VIH, hepatitis, etc.),
así como las precauciones especiales que se deben
tomar para prevenir cualquier tipo de contagio.
◆ Drenajes: se anotará el tipo y situación de los dre-najes
con los que el paciente termina la interven-ción
quirúrgica.
◆ Apósito: habrá que apuntar el tipo y localización
del apósito con el que el paciente sale de quirófano.
◆ Destino del paciente: se señalará el área donde se
va a trasladar al paciente a su salida de quirófano.
◆ Observaciones: será necesario anotar los cuidados
que han sido necesarios durante la intervención y
los comentarios de enfermería que sean precisos
para el cuidado posterior del paciente.
◆ Firma: se registrará la firma legible de la EC res-ponsable
del paciente durante la intervención
quirúrgica.
Atención psicológica
Los individuos difieren en su habilidad para enfren-tarse
a situaciones de tensión; la enfermedad vuelve
vulnerables a las personas. La cultura, la religión y
los factores socioeconómicos modifican la actitud
del paciente hacia la enfermedad y hacia una opera-ción
inminente.
La aprensión anticipada, a pesar de ser normal en
cierto grado, puede disminuir el pensamiento críti-co
y la habilidad en la toma de decisiones. Los pa-cientes
quirúrgicos están en una situación psicoló-gica
peligrosa.
El temor a perder la vida, el dolor, la inmoviliza-ción,
la dependencia y la alteración de la vida y del
organismo derivados de la cirugía despiertan una
fuerte respuesta emocional que puede desempeñar
un importante papel en la evolución quirúrgica y en
la posterior recuperación (Ver Imagen 5).
Los temores que suelen asociarse a la cirugía y a la
anestesia son:
◆ Temor a lo desconocido: que puede estar relacio-nado
con la incertidumbre ante el resultado qui-rúrgico.
204
9. Atención de enfermería en el paciente quirúrgico
◆ Pérdida del control: los pacientes pueden estar
preocupados por sus acciones o verbalizaciones
mientras están bajo los efectos de fármacos y
anestésicos. Además, durante el proceso quirúr-gico,
el paciente queda en una situación de de-pendencia
casi total en relación con el equipo
asistencial.
◆ Ansiedad por la anestesia: miedo a una inducción
desagradable o a que se produzcan imprevistos
durante la anestesia.
◆ Miedo al dolor: por una analgesia postoperatoria
inadecuada.
◆ Temor a la separación del grupo de apoyo habi-tual:
el paciente queda separado de su familia y
pasa a ser cuidado por extraños.
◆ Pérdida de la intimidad: los pacientes deben res-ponder
a preguntas personales en relación con su
cuerpo y vida privada, ser sometidos a distintas
pruebas y exámenes por parte de personas extra-ñas
y aceptar ayuda para realizar las funciones
corporales.
◆ Dudas por la alteración de los patrones de vida: la
cirugía y la recuperación interfieren de forma va-riable
en las actividades cotidianas, sociales y pro-fesionales
de los pacientes.
◆ Temor a la pérdida de una parte del cuerpo: la ci-rugía
altera la integridad física y amenaza la ima-gen
corporal.
◆ Miedo al procedimiento inminente y al pronósti-co
que se produzca.
◆ Desconfianza a la incompetencia del personal mé-dico.
◆ Temor a la muerte: ya que no existe ninguna in-tervención
ni anestésico que ofrezca una total se-guridad.
Los niños responden a sus miedos de una manera
diferente a la de los adultos. En la mayoría de los ca-sos
no pueden comprender el entorno quirúrgico.
El sentimiento más abrumador es la ansiedad que
provoca la separación de su familia. Además, no en-tienden
el estado de inconsciencia y frecuentemente
asocian el sueño anestésico con la muerte.
Un acercamiento positivo disipará los temores in-fantiles.
Al niño hay que hacerle confiar en que su
205
Imagen 5. Perspectiva del paciente desde la mesa quirúrgica
10. ACTUACIÓN DE ENFERMERÍA EN EL BLOQUE QUIRÚRGICO
operación le hará sentir mejor, pero nunca se le de-be
engañar sobre ningún aspecto de la cirugía, espe-cialmente
sobre el dolor. Es conveniente prepararlo
para cada paso que se va a tomar mientras esté to-davía
despierto.
Los pacientes expresan sus temores con una serie de
reacciones:
◆ Preguntas: los pacientes ansiosos tratan de encon-trar
la razón de sus enfermedades. Se preguntan:
“¿Por qué yo?”.
◆ Suspicacia: carecen de confianza, no aceptan todo
lo que se les dice o sienten que no se les ha dicho
todo. Estos pacientes suelen estar a la defensiva.
También pueden ser suspicaces los enfermos con
problemas de audición.
◆ Culpabilidad, vergüenza, castigo: el paciente puede
sentirse avergonzado por su enfermedad o pensar
que ésta representa una forma de castigo por algún
comportamiento previo o mala acción imaginaria.
◆ Depresión: las enfermedades pueden llegar a de-primir
al paciente que desea escapar de una situa-ción
intolerable. La depresión puede manifestarse
en signos agitados de desesperación, desesperan-za,
falta de interés o desconsuelo.
◆ Retraimiento: puede acompañar a la depresión. Es
una reacción al sentimiento de que se ha violado
su intimidad física y emocional.
◆ Dependencia: la enfermedad obliga al paciente a
depender de los demás.Muchos enfermos se sien-ten
molestos porque otros toman decisiones por
ellos.
◆ Regresión: puede acompañar a la dependencia.
Los pacientes pueden retroceder a niveles de com-portamiento
de menos madurez, llorar de forma
incontrolable, no responder o estar irritables.
◆ Renuncia: para proteger su ego algunos pacientes
pueden negar la realidad y el peligro, con el fin de
reducir su ansiedad, conservar la estabilidad y con-trolar
el pánico. Puede ser una reacción peligrosa si
la persona no reconoce que tiene una enfermedad
grave y no acepta el tratamiento indicado.
◆ Furia, hostilidad: la tensión emocional puede expre-sarse
en forma verbal por medio de críticas a las fi-guras
representativas de autoridad, como médicos y
enfermeras, o en forma no verbal a través de expre-siones
físicas, como manos en puño o labios apreta-dos.
Los pacientes responden a sus sensaciones de
inseguridad y dependencia haciéndose agresivos y
exigentes, en un intento de controlar su ambiente.
◆ Choque: es una reacción frecuente cuando por
primera vez se les revela la existencia de un pade-cimiento
maligno. El paciente puede responder de
forma automática, sin pensar o sentir o ser inca-paz
de responder a preguntas o actuar con cohe-rencia.
En esta situación necesitan comprensión y
apoyo para enfrentarse a la realidad.
◆ Aflicción y congoja: los sentimientos de soledad,
pérdida e infelicidad suelen acompañar a la pérdi-da
de algo valioso o a la desfiguración corporal, ya
sea en caso de quemaduras graves, amputación o
alteración en la estructura corporal. El paciente se
apena por el cambio sufrido o se acongoja por su
muerte inminente, sobre todo en caso de padeci-mientos
malignos avanzados. Las visitas de otras
personas que han pasado por el mismo tipo de
experiencias ayudan a los pacientes en el período
de adaptación.
La comunicación es la base de la continuidad en la
atención del paciente y del trabajo en equipo del
personal. Dicha comunicación sólo es efectiva
cuando paciente, médico y enfermera se entienden
entre sí. La comunicación permite establecer las re-laciones
interpersonales, hacer claras las acciones y
ayudar a los pacientes a adaptarse a los problemas
relacionados con la salud y el ambiente hospitalario.
La comunicación se facilita al poner en práctica:
◆ El contacto visual, mirar a los ojos del que habla.
◆ La atención a quien transmite la información.
◆ La capacidad receptiva, reconocer que el mensaje
que transmite se expresa sin prejuicios.
Los criterios para determinar el éxito de la comuni-cación
son:
◆ Dejar que el paciente repita el mensaje que se le
ha transmitido, para comprobar que lo ha com-prendido
correctamente (retroalimentación).
206
11. Atención de enfermería en el paciente quirúrgico
◆ Conseguir respuestas correctas por parte del pa-ciente.
◆ Lograr cambios en el comportamiento del paciente.
A través de la comunicación verbal la enfermera in-fluye
en el comportamiento individual del paciente
animándolo a expresar sus sentimientos, a la vez
que le proporciona información e intercambio de
ideas.
Por medio de la comunicación no verbal la enferme-ra
consigue indicadores sobre los sentimientos y ac-titudes
sobre la propia interpretación de signos.
Cuando el paciente se siente triste, solo o aislado, el
contacto físico constituye la forma más empática de
comunicación. Michael Argyle identifica las aplica-ciones
del comportamiento no verbal en la comuni-cación
humana:
◆ Expresar emociones.
◆ Transmitir actitudes interpersonales (gusto/dis-gusto,
dominación/sumisión, etc.).
◆ Presentar a otros la propia personalidad.
◆ Acompañando el habla, alimentar las intervencio-nes,
la retroalimentación, la atención, etc.
Las señales no verbales, al igual que las palabras y
las frases, pueden tener múltiples usos y significa-dos.
Por ejemplo, una sonrisa puede ser parte de
una expresión emocional, un mensaje relacionado
con una actitud, parte de una autopresentación o la
respuesta de un interlocutor para controlar la inte-racción.
Así, el comportamiento no verbal tiene las
siguientes funciones:
◆ Repetición: la comunicación no verbal puede mera-mente
repetir lo que se dice verbalmente, por ejem-plo,
indicar a una persona que tiene que ir hacia la
derecha y señalar con la mano en esa dirección.
◆ Contradicción: el comportamiento no verbal pue-de
contradecir la conducta verbal. Si no hay razón
para sospechar que puedan estar presentes señales
de conflicto, es probable que confiemos preferen-temente
en los mensajes verbales. No obstante, se
dice que cuando se reciben mensajes contradicto-rios
entre lo verbal y lo no verbal, se hace mejor
en confiar y creer en el mensaje no verbal. Se afir-ma
que las señales no verbales son más espontá-neas,
más difíciles de simular y menos suscepti-bles
de ser manipuladas.
◆ Sustitución: la conducta no verbal puede sustituir
a los mensajes verbales. A veces, cuando la con-ducta
no verbal sustitutiva fracasa, el comunican-te
recurre a la verbalización.
◆ Complementariedad: la conducta no verbal puede
modificar o elaborar mensajes verbales. Las fun-ciones
complementarias de la comunicación no
verbal sirven como señal de las actitudes e inten-ciones
de una persona respecto a la otra.
◆ Acentuación: el comportamiento no verbal puede
acentuar las partes del mensaje verbal, así como el
subrayado y determinados signos sirven para en-fatizarlas
en el lenguaje escrito. A menudo, los
movimientos de cabeza o de manos se usan para
acentuar el mensaje verbal.
◆ Regulación: las conductas no verbales también se
utilizan para regular los flujos de comunicación.
Cuando una persona interrumpe muy a menudo
o es desatenta, se siente que ello equivale a una
declaración acerca de la relación y, tal vez, a una
muestra de falta de respeto.
El movimiento del cuerpo comprende de un modo
característico los gestos, los movimientos corpora-les,
los de las extremidades, las manos, la cabeza, los
pies y las piernas, las expresiones faciales, la con-ducta
de los ojos (parpadeo, dirección y duración
de la mirada, dilatación de la pupila) y también la
postura.
Hay diferentes tipos de conducta no verbal. Algunas
señales no verbales son muy específicas y otras, más
generales. Unas tienen la intención de comunicar y
otras son meramente expresivas. Otras proporcio-nan
información acerca de las emociones, mientras
que otras dan a conocer rasgos de la personalidad
o actitudes. Las manifestaciones no verbales repe-tidas
con más frecuencia durante el período prea-nestésico
son:
◆ El llanto: puede ser por temor, ira, humillación o
impotencia hacia algo, por depresión, etc.
207
12. ACTUACIÓN DE ENFERMERÍA EN EL BLOQUE QUIRÚRGICO
◆ La autopalpación: algunos pacientes tienden a
cruzarse de brazos y piernas como medida de au-toprotección.
Freedman sugiere que puede existir
una estrecha unión entre el hecho de tocarse el
cuerpo y la preocupación por uno mismo.
◆ La risa: el miedo nos provoca una risa que parece
incongruente en una situación dada, nos hace fin-gir
tomar a broma algo temeroso; lo que Ekman
llama “ocultamiento de una emoción o el sustituir
una emoción que se siente por una que no se
siente” (Ver Imagen 6).
Las actividades enfermeras ante las expectativas y
temores del paciente son:
◆ Conocer las expectativas y temores del paciente.
◆ Reconvertir ideas erróneas.
◆ Mostrar empatía.
◆ Informar sobre su situación.
◆ Tolerar la angustia.
◆ No actuar precipitadamente.
◆ Establecer límites.
◆ Ser asertivos.
◆ Transmitir responsabilidad.
◆ Hacerle partícipe de los cuidados.
◆ Mantener la confidencialidad y el respeto.
Monitorización y anestesia
Una vez que el quirófano está preparado, la historia
clínica comprobada y el paciente debidamente
identificado y revisado, éste puede ser trasladado a
su interior.
Transferencia a mesa quirúrgica
◆ Ayudar al paciente a moverse desde la camilla
hasta la mesa de operaciones. Debe proporcionar-se
la asistencia adecuada para transferir con segu-ridad
al paciente y para prevenir lesiones del per-sonal
durante el traslado.
◆ Prestar especial atención a los catéteres, tubos de
drenaje y aparatos de tracción. No han de des-prenderse.
◆ Evitar la exposición innecesaria del paciente, pre-servando
cuidadosamente su intimidad.
◆ Asegurar la comodidad al aplicar las sujeciones.
Explicar al enfermo que son para su seguridad.
◆ Colocar los brazos del paciente a los lados de la
mesa. El ángulo de abducción del brazo no debe
ser mayor de 90º debido a que el plexo nervioso
braquial puede ser lesionado por una exagerada
abducción prolongada del brazo.
Monitorización
Las técnicas quirúrgicas y anestésicas se han hecho
cada vez más complejas, permitiendo a muchos pa-cientes
en estado crítico someterse a procedimien-tos
quirúrgicos.
Durante la cirugía extensa bajo anestesia, el cuerpo se
ve sometido a mucho estrés. Para medir de forma
continua las reacciones del paciente ante el estrés, la
valoración clínica por auscultación, inspección y pal-
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Imagen 6. El tacto como elemento tranquilizador