La evaluación basada en competencias se centra en medir el desempeño de los estudiantes a partir de criterios claros en lugar de su acumulación de conocimiento. Requiere definir competencias en términos operativos e instrumentos válidos y confiables para evaluarlas, como observaciones y proyectos. La evaluación es un proceso continuo que recopila evidencias del aprendizaje para emitir juicios sobre el nivel de dominio de una competencia.
Diseño Curricular Basado en Competencias: Evaluación
1. DISEÑO CURRICULAR BASADO EN COMPETENCIAS: EVALUACIÓN
Fuentes
Ahumada, P. (2010). Evaluación del conocimiento procedimental, en Ahumada, P. (Ed.),
Hacia una evaluación auténtica del aprendizaje. Barcelona: Paidós.
Bogoya, D. (2000). Una prueba de evaluación de competencias académicas como proyecto,
Bogoya, D. et al. Competencias y proyecto pedagógico. Santafé de Bogatá: Unibiblos.
De Miguel D. M. (2006). Modalidades de Enseñanza centradas en el desarrollo de
Competencias: orientaciones para promover el cambio metodológico en el espacio europeo
de Educación Superior. Universidad de Oviedo, España.
Maldonado García, M. (2010). Currículo con enfoque en competencias. Bogotá: ECOE.
Poblete M. y Villa, A. y (2007). Aprendizaje basado en competencias. Una propuesta para la
evaluación de las competencias genéricas. Bilbao: Mensajero.
Verdejo, P., (2008). Modelo para la educación y evaluación por competencias, en: Propuestas
y acciones universitarias para la transformación de la educación superior en América
Latina. Informe final del Proyecto 6 x 4 UEALC.
Desarrollo
El elemento crucial en la Educación Basada en Competencia (EBC) es el uso de métodos de
evaluación que permiten medir el desempeño de los estudiantes a partir de criterios claros y
precisos (De Miguel, 2006). Los criterios de desempeño son juicios de valor. Se trata de una
descripción de los requisitos de calidad para el resultado obtenido en el desempeño; permiten
establecer si el estudiante alcanza o no el resultado descripto en la competencia. El docente a
través de la utilización de distintos instrumentos recoge evidencias de desempeño de los
estudiantes, es decir, recopila signos concretos del aprendizaje (De Miguel, 2006). En
términos pedagógicos, centrar los resultados en el desempeño implica modificar no sólo el
diseño curricular, sino las prácticas de enseñanza y la evaluación, que tradicionalmente se
había centrado en la información que el estudiante acumulaba. Ahora se proponen diferentes
esquemas con una diversificación de las situaciones del aprendizaje y la evaluación, que
permiten al estudiante actuar de manera activa, de tal forma que pueda resolver problemas,
aprender a aprender y ejercer, aplicando en forma práctica sus conocimientos y habilidades, a
diferentes situaciones en diversos escenarios (Ahumada, 2010).
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2. En la EBC la evaluación es multifactorial: diagnóstica, formativa y sumativa. Además, se
lleva a cabo a través de la autoevaluación, la co-evaluación y la heteroevaluación, con
resultados sobre una base individual y no comparativa. A diferencia de la educación
tradicional, la EBC se centra en el nivel de logro de las competencias por parte del estudiante,
lo que permite a éste tener una visión sobre los progresos que va alcanzando durante su
trayectoria de formación y obtener retroalimentación permanente por parte del docente, en su
rol de facilitador, movilizador y mediador (Bogoya, 2000).
En la evaluación por competencias, los indicadores de logro permiten evaluar los contenidos
conceptuales, procedimentales y actitudinales de tal forma que puedan ser verificados y con
esto establecer si el estudiante está alcanzando el desarrollo de una competencia. Al
implementar una determinada estrategia de evaluación, se está valorando el desempeño de un
estudiante. Al respecto, según Maldonado (2010) para la elaboración de los métodos, técnicas
e instrumentos de evaluación es necesario realizar las siguientes acciones:
― Determinar los criterios de la competencia a valorar.
― Elaborar las matrices de valoración o rúbricas de evaluación, a partir de esos criterios
considerando diferentes niveles de desempeño.
― Diseñar instrumentos para la valoración de evidencias en sus diferentes niveles de
dominio de los criterios.
La EBC requiere un sistema de evaluación
variado, pues cada competencia tiene componentes muy distintos que necesitan
procedimientos diversos para ser evaluados correctamente . Lo verdaderamente
importante de la evaluación es la coherencia entre el propósito a evaluar y el
procedimiento seleccionado para ello. Es decir, qué y cómo se va a evaluar son preguntas
fundamentales a la hora de poner en práctica un proceso de evaluación. En este sentido,
evaluar por
competencias significa saber qué se desea evaluar, luego
definir explícitamente cómo se va evaluar y, finalmente, establecer el nivel de
logro que se va evaluar. Este modelo rompe el concepto tradicional lineal del profesor
(contenidos, métodos de enseñanza y sistemas de evaluación). El concepto innovador de este
modelo radica en que los métodos de enseñanza y los sistemas de evaluación se definen
paralela e integradamente en relación a las competencias a alcanzar (Verdejo, 2008).
La evaluación por competencias obliga a reformular completamente los métodos, técnicas e
instrumentos utilizados en la educación tradicional de modo que se garantice el dominio de
los aprendizajes de los estudiantes. Para poder evaluar una competencia debe estar definida en
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3. términos operativos, lo que no es fácil de realizar. Además, hay que construir instrumentos
adecuados, tales como ejercicios de simulación o casos o directamente observación en la
práctica. Al respecto, es necesario asegurar que los instrumentos son validos (miden lo que se
quiere medir) y confiables y consistentes (dan los mismos resultados para poblaciones
diferentes). Ello implica modificar los sistemas de calificación, ya que no se puede utilizar el
sistema de promedios, sino que se debe confeccionar un listado de competencias que el
estudiante debe dominar. El estudiante deberá dar cuenta durante proceso de evaluación de la
adquisición de las competencias, en términos de las aplicaciones concretas que hace de los
conocimientos durante sus desempeños (Verdejo, 2008) Evaluación por competencias
En síntesis, la evaluación basada en competencias se caracteriza por centrarse en las
evidencias de los aprendizajes (definidos en parámetros y en criterios de desempeño) y por ser
integral, individualizada y permanente; por lo tanto, no compara diferentes individuos ni
utiliza necesariamente escalas de puntuación y se realiza, preferentemente, en situaciones
similares a las de la actividad del sujeto que se evalúa (Poblete y Villa, 2007)
Para ello, es importante utilizar las propias tareas de aprendizaje como evidencias, ya que
permiten una evaluación del proceso de aprendizaje y no sólo de los resultados. Si la
evaluación pretende ser integral, habrá de utilizar métodos que permitan demostrar los
conocimientos, las habilidades, las actitudes y los valores en la resolución de problemas.
Requiere además, seleccionar métodos y estrategias acordes para el tipo de desempeño a
evaluar. Por lo anterior, es posible utilizar entrevistas, debates, observación del desempeño a
partir de una lista de cotejo, proyectos, casos, problemas, exámenes y portafolios, entre otros.
Como señalamos anteriormente, un instrumento de evaluación muy utilizado en la evaluación
por competencias es la rúbrica de evaluación (tema desarrollado en una publicación anterior).
Una rúbrica de evaluación se construye a partir de parámetros graduales de desempeño del
estudiante, permite evaluar objetivamente el proceso de cada individuo.
Cierre conceptual
En el enfoque basado en competencias, la evaluación consiste en un proceso de recolección de
evidencias sobre un desempeño del estudiante con la intención de construir y emitir juicios de
valor a partir de su comparación con un marco de referencia constituido por las competencias,
sus unidades o elementos y los criterios de desempeño y en identificar aquellas áreas que
requieren ser fortalecidas para alcanzar el nivel de desarrollo requerido, establecido en el
perfil y en cada uno de los cursos del plan de estudios. Con base en el planteamiento de que
las competencias son expresiones complejas de un individuo, su evaluación se lleva a cabo a
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4. partir del cumplimiento de niveles de desempeño elaborados a tal fin. De esta manera la
evaluación basada en competencias implica, entre otros aspectos, que éstas deben ser
demostradas, por lo que requieren de la definición de evidencias, así como los criterios de
desempeño que permitirán inferir el nivel de logro. Este tipo de evaluación no excluye la
verificación del dominio teórico y conceptual que necesariamente sustenta la competencia. En
ese sentido, se requiere una evaluación integral e integrada de conocimientos, habilidades,
actitudes y valores en la acción.
Desde esta perspectiva, la evaluación cumple con dos funciones básicas, la sumativa de
acreditación/certificación de los aprendizajes establecidos en el plan de estudios y la
formativa, para favorecer el desarrollo y logro de dichos aprendizajes; esto es, el desarrollo de
las competencias y de sus elementos. Dicho de otro modo, la función sumativa puede
caracterizarse como evaluación de competencias y la evaluación formativa como evaluación
para el desarrollo de competencias ya que valora los procesos que permiten retroalimentar al
estudiante.
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