Este documento describe las características de la pintura y el mosaico romanos. La pintura romana se realizaba principalmente al fresco o encáustica y tenía una función decorativa. Se distinguen cuatro estilos pictóricos que evolucionaron desde composiciones con incrustaciones hasta escenas ilusionistas. Los mosaicos también se usaron ampliamente para decorar suelos, alcanzando su máximo esplendor bajo el emperador Adriano.
1. LA PINTURA Y EL
MOSAICO ROMANOS
Texto:
M.ª Carmen Calonge Moreno
Maquetación y Fotografías:
Roberto Lérida Lafarga
(excepto cuando se indica autor)
A la derecha, detalle de la decoración de un mural con un
cisne entre paneles rojos procedente de las termas de
Bilbilis en el Museo de Calatayud. (Zaragoza, España).
2. 1. CARACTERISTICAS Y ELEMENTOS FORMALES.
Elementos plásticos
1.‐ Reales: a) línea y b) color
2.‐ Irreales:
a) composición: consiste en organizar todo de forma armónica, comprensible o no.
b) volumen: consiste en dar la sensación de tridimensionalidad en un plano. Es posible aclarando,
sombreando u oscureciendo un objeto dibujado.
c) perspectiva: consiste en comunicar la sugestión de espacio en el plano, da la sensación de volumen.
Función de la pintura y el mosaico romanos: decorativa.
A la izquierda, detalle de un
mural procedente de Pompeya
(Italia) (Foto: Javier Boix
Feced) con imagen mitológica,
Narciso en la Fuente.
A la derecha, pintura con
motivo arquitectónico,
representando un jardín con
fuente, procedente de las
Casas Imperiales en el
Palazzo Massimo alle Terme
(Roma, Italia).
3. 1. Técnica:
a) Fresco: consiste en aplicar los colores disueltos
en agua de cal sobre el muro, que deberá estar
previamente humedecido.
b) Encáustica: similar la anterior, pero los
colores se disuelven en cera fundida, debiendo, por
tanto, pintarse en caliente. Da brillo y aviva los
colores.
2. Elementos o medios plásticos:
a) Medios reales: línea suelta, pincelada no
empastada, por lo que será el color el encargado de
la creación de la forma.
b) Medios plásticos ilusorios o irreales:
–Composición: variará según las épocas:
desde composiciones abigarradas a otras más
simples.
–Volumen: se conseguirá técnicamente
mediante el claroscuro (consiste en iluminar
o sombrear determinadas partes de la figura
para dar la sugestión o la ilusión de que el
objeto presenta una tercera dimensión.
–Perspectiva: casi logra la perspectiva
geométrica, la pirámide visual (imaginarnos
una pirámide volcada, siendo el punto donde
confluyen el centro interior, que será el punto
de fuga al que llegaremos a través de las
líneas de fuga). Los romanos no llegaron a
conseguir completamente esta técnica,
utilizarán la llamada “espina de pescado”,
que consiste en que en lugar de haber un
punto de fuga hay una línea de fuga, donde Pintura de Atenea en el Palazzo Massimo alle
darán todas las líneas de fuga del plano. Da Terme de Roma (Italia).
una sensación de profundidad bastante real.
4. 3. Temas:
Mitología
Retratos
Paisajes
Costumbristas o de la vida cotidiana
Arquitectónicos con arquitectura fantástica
4. Marcado realismo. Tendencia a expresar
verismo, personas, objetos, situaciones
reconocibles, y por ello tendencia a
representar rasgos individuales.
Arriba, mural con escena marina (mitológica?) en el Palazzo Massimo alle
Terme de Roma (Italia); a la derecha, mural con decoración mitológica en
Pompeya (Italia); abajo, mural con motivo arquitectónico también en
Pompeya (Italia). (Fotos de Pompeya: Pilar Rivero Gracia).
5. I.‐ LA PINTURA.
La escultura que, por influencia griega ha ocupado un papel preponderante en la
plástica oficial hasta el siglo II, deja paso a la pintura a partir del s. III. Las
decoraciones de interiores que en los palacios y templos eran de carácter escultórico,
pasan a serlo de carácter pictórico.
Esto sucede en edificios públicos ya que en las casas siempre se prefirió la
pintura porque permitía un mayor realismo, pues con ella se representa lejanía,
atmósferas, paisajes y espacios de un modo que jamás alcanzó la escultura. Ya
hemos mencionado cómo estas pinturas se realizan principalmente al fresco y se
protegen con una capa de cera que aviva los colores.
A la izquierda, detalle de un mural procedente de Pompeya (Italia) (Foto: Javier Boix Feced) con imagen mitológica,
Narciso en la Fuente.
A la derecha, reproducción de un mural con la huida de Eneas con su padre Anquises y su hijo Ascanio en el Museo della
Civiltá Romana (Roma, Italia).
6. Suelen establecerse cuatro estilos
pictóricos bien diferenciados que,
aunque se suceden cronológicamente,
a veces coexisten:
1) Primer estilo o de
incrustaciones.
Tiene origen helenístico y se
extiende hasta principios del siglo I a.
C. Imita placas de mármol de
diversos colores o decoración con
poco relieve.
Ej. Casa de Salustio en Pompeya.
Arriba, decoración de un cubiculum de una domus con
paneles imitando placas de mármol con molduras
procedente de Bilbilis en el Museo de Calatayud.
(Zaragoza, España).
A la izquierda, reconstrucción de un triclinium con
parte de la decoración original con paneles imitando
mármol procedente de una domus de Caesar Augusta
en el Museo Provincial de Zaragoza (España).
7. 2) Segundo estilo o
arquitectónico.
Pervive hasta los comienzos del
Imperio. La decoración imita espacios
arquitectónicos con lo que se amplía
ilusoriamente el espacio. Se completa
con paisajes (jardines) o figuras.
Buen ejemplo son las pinturas de
la Casa de Augusto y Livia (Museo de
las Termas, Roma).
Dos murales de la Casa de Augusto y Livia con
decoración vegetal y animal conservados en el Palazzo
Massimo alle Terme de Roma (Italia).
8. 3) Tercer estilo u ornamental.
Coincide aproximadamente con la
primera mitad del siglo I. La
decoración extremadamente fina y
lineal, se desarrolla sobre fondos
oscuros. Desaparecen los efectos
espaciales arquitectónicos, pero la
decoración sigue enmarcando cuadros
con figuras o paisajes, como los de la
villa aparecida bajo la Farnesina en
Roma.
A la derecha, mural con decoración arquitectónica con
edificios de un puerto; arriba, mural con cenefa con
una escena mitológica enmarcada de fondos oscuros a
su vez jalonados de decoración vegetal a modo de
guirnaldas; ambos murales procedentes de las casas
imperiales y expuestos en el Palazzo Massimo alle
Terme de Roma (Italia).
9. 4) Cuarto estilo o del ilusionismo
arquitectónico (o escenográfico y teatral).
Corresponde a la segunda mitad del s.
I a. C. En él se acentuaron de nuevo el
interés por los espacios y la sensación de
profundidad, mediante el ilusionismo
arquitectónico. Por otra parte las figuras
ocupan grandes extensiones e
importancia, comenzando aquí a ocupar
ese lugar que hasta entonces tenía la
escultura en la necesidad que el romano
sentía siempre de imágenes.
El mejor ejemplo es el de la Villa de los
Misterios en Pompeya.
Arriba, bóveda en la Domus Aurea de Nerón con
decoración a base de figuras geométricas rodeadas
de decoración vegetal y con inclusión de escenas
mitológicas o de caza.
A la derecha, Venus saliendo de una concha en
Pompeya (Italia) (Foto: Pilar Rivero Gracia).
10. Al margen de esta clasificación hay que citar
los retratos pintados. En el Egipto romano se
descubrió una excelente colección de retratos
sobre tabla; se realizaron para colocarlos sobre
las momias.
Igualmente en Pompeya, y pintados al
fresco, se descubrieron magníficos retratos como
el del panadero y su esposa, o el de una
muchacha, ambos en el Museo de Nápoles.
Arriba, retrato funerario de Al‐Fayum,
fotografía de una reproducción; a la
izquierda, mural con imagen de Venus
saliendo de una Concha procedente de
Pompeya (Italia) (Foto: Pilar Riverto Gracia).
12. II.‐ EL MOSAICO.
Aunque heredado de Grecia los
romanos utilizaron también la
técnica del mosaico para decorar
sus interiores, alcanzando un
gran desarrollo y perfección
técnica. Llegó a su máximo
apogeo durante el reinado de
Adriano, y se usaba en la
decoración de pavimentos.
Los temas y los colores
principales: proceden de la
pintura helénica (blanco, rojo,
negro y amarillo), aunque a partir
del s. III d. C. se introdujeron
teselas de vidrio y se dio entrada
a toda clase de tonos y semitonos.
Arriba, mosaico de Piazza Armerina en Sicilia (Italia) con
mujeres en ropa interior con ramas y vegetales (Foto: Ana
Isabel Lorenzo Pina); abajo, cabeza de Medusa en el
Museu Nacional Arqueològic de Tarragona (España).
13. Los materiales empleados
fueron (cronológicamente):
1.º.‐ Opus signinum. Los
dados de mármol con
mortero formaban decoración
geométrica.
Mosaicos en opus signinum en la Colonia Lepida Celsa en
Velilla de Ebro (Zaragoza, España).
14. 2.º.‐ Opus sectile.
Las placas de mármol se recortan,
de acuerdo con el dibujo, en
composiciones regulares e
irregulares.
Mosaicos en opus sectile en el Palazzo Massimo alle
Terme de Roma (Italia).
15. 3.º.‐ Opus tessellatum.
Las teselas, pequeños dados
de mármol polícromo de 1
cm de tamaño, posibilitan
un dibujo más preciso.
Mosaicos en opus tessellatum con animales y con
decoración geométrica con cabeza de personaje mitológico
en el British Museum de Londres (Reino Unido).
16. 4.º.‐ Opus vermiculatum.
Las teselas, aún más pequeñas que en el
anterior, se disponen de forma ondulada,
como el cuerpo de un gusano (vermis). Así el
cuadro posee un dibujo más minucioso, con
un gran sentido pictórico, y permite
representar muy bien la luz.
Arriba, mosaico de la Musa Euterpe en el Museu Nacional Arqueològic
de Tarragona (España). A la derecha, mosaico de Orfeo rodeado de
animales en el Museo Provincial de Zaragoza (España).