El documento habla sobre el proceso de duelo que experimentan las personas ante la pérdida de un ser querido. Explica que el duelo normalmente involucra varias etapas: inicialmente un choque y rechazo a la realidad, luego una etapa de depresión y tristeza, y finalmente una recuperación donde se aprende a vivir con la ausencia. La Iglesia acompaña a los fieles durante este doloroso proceso.

1. Calendarios Misioneros. Cada año sale al mercado el Calendario Franciscano de Misiones. Con un precio de 2€ sirve para gestionar gastos de nuestras misiones en Huamachuco (Perú). Además de tener señaladas todas las fiestas religiosas importantes. Interesados, pasar a la sacristía.
PARROQUIA DE SAN DIEGO DE ALCALÁ. MADRID Todos los fieles difuntos. Ciclo A. Día 2 de Noviembre del 2014 Domingo 31 del Tiempo Ordinario. Ciclo A.
“¿Acaso Puede olvidar una madre a su hijo cuando muere éste, sin sentir la profunda separación irreparable?
Pues aunque la madre se olvidara de su hijo, yo no te olvidaré. ¡Mira, en la palma de mi mano te tengo tatuado, tú estás ante mí perpetuamente”. (Isaías).
CUANDO LA MUERTE NOS GOLPEA
Perder a tu esposa, a tu esposo, a tu hijo, a tu padre o a tu madre, a un hermano o a una hermana, a un pariente o a un amigo, constituye una prueba temible. Cada situación es diferente, según la naturaleza de la desaparición, de su brutalidad, del apoyo o no de los que le rodean. Aunque siempre supone un camino muy difícil, el duelo es un trabajo necesario para continuar viviendo.
El proceso doloroso de la separación por la persona querido, siempre transcurre en varias etapas, más o menos largas, pero bastante bien identificadas:
 El anonadamiento o el choque: se está literalmente abatido, postrado ante el anuncio de la muerte del otro.
 Un periodo normalmente corto, pero muy doloroso, de rechazo a la realidad, incluso de rebelión.
 Por fin, una etapa final de restauración durante la cual se aprende a vivir a pesar de la ausencia de aquel o aquella a quien se amaba.
COMUNICACIONES:
1. Los martes a las cinco de la tarde tenemos un encuentro las personas mayores. Es un espacio de encuentro, convivencia, diálogo, comunicación y oración.
2. Los Jueves a las seis de la tarde hay exposición del Santísimo y el rezo de la oración litúrgica y comunitaria de las vísperas.
3. Estamos recopilando fotos sobre nuestra Parroquia de San Diego: actividades, celebraciones, convivencias… y todo cuanto haga referencia a nuestra historia parroquial para tener una exposición con motivo de los 75 años de la Parroquia.
4. Peregrinación a Alcalá de Henares para orar ante la urna que contiene los restos de San Diego en la catedral. Los interesados deben apuntarse.
TIERRA SANTA Y JORDANIA
9 DIAS Y 8 NOCHES
DEL DIA 8 AL 17 Y DEL 17 AL 25 DE MARZO DEL 2015
INFORMACIÓN: P. Federico Almenara Ramírez.
Tl. 686612352
Despacho Parroquial: L-X-V, de 19:00 a 20:30

2. REBELIÓN. ¿Cómo vivir sin rechazar el hecho de que nosotros también vamos a morir un día?. ¿Cómo vivir sin aquellos a quien amamos? Por eso estamos deprimidos, abatidos, desconcertados, cuando se produce ese acontecimiento. Ese padre que nunca estará aquí, ¿Qué será de mí? Esa esposa que me hacía tan feliz está muerta, ¿cómo voy a poder vivir? Nuestro hijo nos ha sido arrebatado brutalmente… ¿cómo vamos a poder remontar esta inmensa prueba? El tiempo se paraliza sin que podamos volver atrás.. Más allá de las palabras: “eso no es posible, no lo puedo aceptar”… sobreviene una segunda etapa, por lo general corta, la de la REBELIÓN: “¿Por qué él?, ¿Por qué yo y no otro?, Por qué ahora?” Brota un sentimiento de injusticia: no se aceptan los acontecimientos, las circunstancias, a veces, incluso, Dios: “Si verdaderamente existiera Dios, esto no habría tenido que ocurrir…”
LA DEPRESIÓN. Esa rebelión provoca un estado de agotamiento general. Se pierde el apetito, el sueño, va uno como arrastrándose. Como si se relajasen súbitamente todas las tensiones físicas y psicológicas que, sin embargo, nos han permitido, ante la realidad, aceptar lo inaceptable. Este descenso de presión –algunos hablan de depresión- en realidad es necesaria para acoger progresivamente la realidad y todas sus consecuencias existenciales, afectivas y materiales en la propia existencia. El sufrimiento destruye y la tristeza repliega sobre sí mismo. A menudo, hacen falta meses para aceptar la muerte de aquel a quién estaba apegado: “Era mi amigo, era mi madre”. Está muerto, está muerta y ya no consigo recuperarme, ya no le encuentro gusto a nada.
A veces, se está obsesionado por los últimos momentos del difunto, por las circunstancias, a veces dramáticas, de su desaparición. La superación de esta realidad pasa inevitablemente por el sufrimiento.
LA RECUPERACION. Normalmente, al cabo de un año viene una fase final de reconstrucción. Se recupera la sonrisa, una cierta alegría de vivir natural. De nuevo se siente uno capaz de considerar proyectos: encontrar una persona para los viudas y viudas, vivir apaciblemente la ausencia del padre o de la madre, abrirse de nuevo a la vida recibiendo un hijo, mudarse de casa, organizar la vida de otra manera. Esta etapa de recuperación, a veces, puede estar entrecortada por “recaídas” temporales de ocasión, por ejemplo, del aniversario de la muerte o de una fiesta familiar como Navidad, momento en que se hace más viva la ausencia del ser amado. Así, día tras día, habiendo afrontado la propia muerte a través de la muerte del otro, se aprende a vivir de nuevo.
LA IGLESIA ACOMPAÑA EN EL DUELO. Ya se trate de los últimos sacramentos, de la Eucaristía del cuerpo presente, de la celebración de los funerales o de la inhumación, los signos y oraciones litúrgicas expresan toda la compasión de Dios con los que lloran al difunto.. La Iglesia acompaña, de este modo, a cada uno en su duelo y su recuerdo. También invita a considerar la realidad de la muerte a la luz y la esperanza de la resurrección.
OTROS DUELOS. El duelo puede referirse a otros aspectos de la vida: un país que hay que dejar, un lugar que gustaba, una relación interrumpida, una carrera profesional rota, un revés en la fortuna, la pérdida de una animal de compañía…
También ahí, después del tiempo de negación y rebelión, a veces de depresión, viene el de la reconstrucción personal para poder continuar viviendo.
Lectura del santo Evangelio según San Juan 14, 1-6
En aquel tiempo, dijo Jesús a sus discípulos: «Que no tiemble vuestro corazón; creed en Dios y creed también en mí. En la casa de mi Padre hay muchas estancias; si no fuera así, ¿os habría dicho que voy a prepararos sitio? Cuando vaya y os prepare sitio, volveré y os llevaré conmigo, para que donde estoy yo, estéis también vosotros. Y adonde yo voy, ya sabéis el camino.»
Tomás le dice:
«Señor, no sabemos adónde vas, ¿cómo podemos saber el camino?»
Jesús le responde: «Yo soy el camino, y la verdad, y la vida. Nadie va al Padre, sino por mí.». PALABRA DEL SEÑOR