El documento describe cómo la población mundial ha crecido rápidamente desde 1950, concentrándose cada vez más en países en desarrollo con menos recursos. Esto ha ejercido una gran presión sobre el medio ambiente a través de la deforestación y la expansión agrícola para alimentar a más personas, especialmente en regiones como América Latina y el África subsahariana. A menos que se implementen políticas sociales para mejorar las condiciones de vida, el impacto negativo sobre el medio ambiente seguirá aumentando debido al crecimiento demográfico