1. 1
Por entorno se entiende lo que rodea al niño, el conjunto de condiciones físicas,
sociales y culturales en que se desenvuelve.
La condiciones físicas remiten, por un lado, al ambiente natural, al paisaje, clima etc, y
por otro al ambiente formado por las calles, edificios, mobiliario, decoración de las
estancias etc.
Las condiciones sociales y culturales abarcan las distintas situaciones personales del
individuo, las condiciones afectivas y las costumbres de la sociedad a la que se
pertenece.
El medio hasta hace poco ha sido considerado como el mero espacio en el que se
desarrolla el proceso de enseñanza –aprendizaje, sin tener en cuenta la importancia de
diversos elementos del entorno en el desarrollo de los niños, en la actualidad ya se le
da mucha más importancia al ambiente en el proceso educativo, y se tiene mucho más
en cuenta como factor determinante del mismo.
2. 2
Es muy importante el medio donde se desarrolla el niño ya que este interactúa con el
medio continuamente, en él se desarrolla y sus aprendizajes están determinados por
las características de éste, a partir de él va construyendo una imagen del mundo que le
rodea.
Las condiciones ambientales facilitan o dificultan las relaciones de los niños, tanto con
las personas como con el propio medio, y determinan el tipo y número de experiencias
que pueden realizar. Así por ejemplo la colocación de las mesas individuales en filas
paralelas hace difícil la comunicación entre los pequeños, mientras que ésta se ve
favorecida si se colocan en círculo o agrupadas, pues permiten las actividades
colectivas. La exposición de los materiales a la altura de los niños provoca en él el
deseo de cogerlos.
De todo esto se puede deducir que el entorno es un recurso educativo que permite
conseguir unos determinados objetivos y que por tanto, ha de ser fruto de un
cuidadoso análisis y una planificación que partirá de las necesidades del niño.
En el mismo entorno educativo se encuentran el niño y el adulto, para este último han
de estar diseñados los diversos espacios, de forma que se facilite su labor. Tenemos
que pensar también en las familias, en los padres ya que van cobrando cada vez más
importancia en los centros educativos.
Las características del niño y del adulto son distintas al igual que sus actividades, por
tanto su percepción del espacio es diferente para cada uno de ellos.
De esto se deduce que el niño y el adulto necesitan un espacio adecuado para cada
uno, y que el educador se debe de poner en el lugar del niño para poder analizar y
diseñar los distintos espacios.
Tenemos que tener en cuenta que la planificación del espacio parte de una
identificación previa de las necesidades de las personas que se van a desenvolver en él,
así como del análisis de las conductas y relaciones que se quieran desarrollar.
BIBLIOGRAFÍA:
Rina Di Benedetto.V Educación .Profesor auxiliar para preescolar
Ángela Torija Vivar
Angela.Torija@alu.uclm.es