1. A través de diversas investigaciones en los últimos tiempos desarrolladas por
diversos organismos alrededor del mundo, se ha logrado demostrar la gran importancia que
tiene la educación de los niños desde sus primeros años de vida en su desarrollo futuro
como persona integral. Según los especialistas es con aquellas intervenciones oportunas que
se sientan las bases de la formación de una personalidad armónica y estable.
En las etapas tempranas de la vida es importantísimo estimular todos los aspectos
del desarrollo humano, sin dejar de lado ninguno ni valorar uno por sobre otro: estabilidad
socio emocional, entorno afectivo inmediato y la forma y calidad de las relaciones que se
establecen. Valores como el respeto, la solidaridad, la autonomía, el sentido estético, la
coordinación de movimientos, el desarrollo cognitivo, su lenguaje, los aspectos espirituales.
Sin embargo, el acelerado ritmo de vida de la actualidad sumado a la lucha permanente por
la satisfacción de necesidades básicas, ha provocado que concretar este desarrollo multi-
dimensional no siempre es posible de manera óptima al interior de cada familia, por lo tanto
considerar un sistema educativo que pueda proporcionar y enriquecer los ambientes
psíquicos y físicos de los niños y niñas se convierte en una verdadera alternativa para las
familias modernas.
Partiendo de esta base, es digno de alta consideración el hecho de que la Educación
Montessori representa hoy en día una oportunidad real de satisfacer los requerimientos de
desarrollo de los niños desde la más temprana infancia, ya que las evidencias científicas
reflejan cada día con mayor certeza que es en este sistema educativo donde se proporciona
de manera eficiente, dosificada y rigurosamente seleccionada, los estímulos necesarios para
cada etapa de desarrollo.
Una manera de dar visibilidad a esta conceptualización es a través de enfatizar
aquellos elementos de la Metodología Montessori que contienen a los otros.
Podemos entonces mencionar que desde el nacimiento es importante dar a
los niños tanta libertad para moverse como sea posible. Por ejemplo, si están
despiertos no dejarlos en cunas, corrales, coches, andadores u objetos que les
impidan moverse y practicar su motricidad por largos períodos. Debemos
2. evitar cubrir sus manos ya que representan puntos de referencia del infante
con su cuerpo y entorno
Otros de los puntos relevantes es el respeto en el trato con ellos y el
desarrollo de la comunicación por medio del lenguaje oral, gestual y
corporal en sus primera etapa. Lo importante es que la estimulación de
todos estos aspectos se haga en cada momento en que se interactúa con el
niño: cuando se los atiende en sus necesidades de alimento, abrigo, limpieza,
afecto, juego, transporte, sueño, etc.
En este sentido es necesario que los menores sean estimulados constantemente,
intencionando la conducta adulta. Por ello, se recomienda a los adultos educadores y a los
padres de familia estimular dando tiempo, conociendo a la infancia por medio de la
observación para descubrir sus necesidades y responder a ellas de manera eficiente y
oportuna. Es importante que los padres estén seguros de que ser padres significa guiar a los
infantes, pero que lo más relevante es tener una actitud de disfrute hacia ellos, de goce,
alegre y lúdica, darles cariño y poner límites apropiados para su edad, reales y coherentes al
desarrollo, pues estos son muestras de amor. Todo adulto cerca de un niño es
potencialmente un educador, y dependerá de su preparación la calidad de educador que
puede representar.
La estimulación oportuna y adecuada requiere considerar como actor fundamental al
infante, protagonista activo de sus propios aprendizajes. Asumir la estimulación en casa
como una práctica habitual. Si bien muchos de los padres que trabajan tienen poco tiempo
para estimular a sus hijos, o recursos económicos limitados, existen prácticas educativas
sencillas y muy fáciles de implementar, que pueden representar una gran diferencia a través
de pequeñas acciones diarias que requieren pocos minutos. Algunos consejos para poner en
práctica son:
Leerles un cuento o parte de un libro por las noches antes de dormir como
parte del ritual de buenas noches. Este ejercicio recurrente mejora el
rendimiento escolar a través de la estimulación del lenguaje,
enriquecimiento del vocabulario, ejercitación de la imaginación, etc.
3. Poner la mesa o preparar la comida juntos. Esta práctica otorga un sentido de
pertenencia y de ser considerado necesario por los padres, con repercusión
inmediata a la autoestima y la confianza en sí mismos
Disponer en el hogar de pequeñas herramientas acorde a tamaño, fuerza y
capacidad de los infantes: escobas, paños de sacudir, toallas, percheros,
traperos. Esto permite la construcción de sí mismo en un entorno con otros y
para otros. ¿Quién no ha visto la insistencia con que un menor disputa uno
de estos elementos con un adulto por hacer ellos el trabajo?, este efecto se
produce ya que les permite perfeccionar sus movimientos y coordinarlos.
Aun cuando la interacción estimulante con el niño en el hogar es un elemento
fundamental e indispensable para el desarrollo, en esta etapa de sus vidas también es
importante que al momento de seleccionar el entorno educativo al que el infante será
incorporado, la sala cuna o jardín infantil contenga los anteriores elementos señalados, es
decir, que represente de alguna manera su casa con desafíos que se asocien a sus intereses
de acuerdo al nivel de desarrollo, y que le permitan estar en movimiento. Pues es de esta
forma en que los infantes aprenden, con la libertad de exploración en un ambiente
científicamente preparado con elementos dispuestos y adultos capacitados para su guía y
protección: observando, analizando y respondiendo a los requerimientos de los niños y
niñas.
Habiendo revisado algunos aspectos específicos respecto a lo que implica el rol de
un adulto preparado para la atención oportuna en casa y visualizando lo que debiera
otorgarse en un centro educativo en donde se espera que este adulto represente el nexo
inteligente entre el ambiente y el desarrollo del infante, se vuelve indiscutible un programa
de capacitación que otorgue herramientas actualizadas con docentes altamente calificados
para acompañar la preparación de un educador sensible, reflexivo y con gran capacidad de
análisis. Solo en la medida que se aúnen los esfuerzos y se avance más allá de solo las
declaraciones y buenas intenciones respecto a la estimulación en la primera infancia,
podremos mirar con mayor optimismo la educación futura ya que como se mencionó al
inicio de este artículo es en esta tierna edad donde sientan los cimientos para el desarrollo
futuro.
4. Es, por lo tanto, que la preparación de un Educador que se orienta a la atención de la
infancia requiere una adecuada selección de contenidos, articulando estrategias de
intervención, con sólidos conocimientos en el desarrollo del ser humano, con didáctica en
diferentes disciplinas y un fortalecimiento en su desarrollo personal que le permitan
identificar las fortalezas y debilidades del menor y en sí mismo, de tal forma de ser capaz
de orientar el entorno y los estímulos asociados a potenciar el más amplio desarrollo
posible de las primeras y trabajar en el mejoramiento y superación constante de las
segundas.
No puedo dejar de señalar que otra característica fundamental en la formación de un
educador debiera sustentarse en el amor al conocimiento traducido en un goce por el
descubrir al otro, y un permanente espíritu investigador del comportamiento y relaciones
con el mismo y su entorno. Este espíritu inquieto, amoroso y observador presente en el
adulto educador a cargo de los menores en un entorno educativo, favorecerá el desarrollo
integral de los niños y niñas en la búsqueda permanente de su máximo potencial.
Por último en el tiempo de trabajo docente y como Educadora de Párvulos de
profesión me es cada día más controvertida la selección y opción de los futuros educadores
por esta forma de vida, ya que cuando se opta, en el caso que así sea y no represente
solamente una alternativa laboral y de obtención de un título profesional, en el trabajo en
aula con la infancia se debiera buscar a los mejores, los más calificados con verdadero
compromiso y vocación, aquí se presenta el gran desafío ¿Cómo identificar aquellas
virtudes? ¿Cómo reconocer la vocación? ¿Cómo encantar a las futuras generaciones en el
trabajo pedagógico de aula? Respuestas nada de fáciles de resolver, si bien estas son
transversales a cualquier currículum de educación, cuando hablamos de Educación
Montessori aquellas revisten desde mi punto de vista mayor relevancia ya que en esta
propuesta pedagógica el adulto educador tiene enormes responsabilidades y requiere estar
en un absoluto compromiso con el camino por el cual ha optado, ya que ha elegido una
forma de vida, una forma de estar consigo mismo y el mundo.
5. Fabiola Mánquez G.
Educadora de Párvulos, Pontificia Universidad Católica de Valparaíso
Guía Montessori 0 a 3 años
Magíster Educación Inicial Mención Montessori
Docente Pre y Posgrado Universidad Nacional Andrés Bello
Directora Academia Montessori Chilena