Como iglesia y desde la pastoral social, asumimos el reto de animar una ecología que no se ciña al color verde y que sea multicolor, tan integral como la creación nos lo reclama. Para esto, hemos convocado un Consejo Nacional que nos ayude a crear insumos, promover acciones y animar redes para que todas las personas, creyentes y no creyentes asumamos un estilo de vida protector del medio ambiente, que las comunidades se organicen para suscitar creativamente acciones transformadoras y que las instituciones y las estructuras sociales asuman su papel de formadoras y
vigilantes, empezando por la misma iglesia católica.
1. EL CUIDADO DE LA CREACIÓN, UN DESAFÍO DE LA MISIÓN DE LA IGLESIA
MENSAJE DEL DÍA MUNDIAL DEL MEDIO AMBIENTE
Señor, tú que eres vida, amor y bendición, enséñanos a venerar y respetar tu delicada
creación.
La Creación es un acto de la voluntad de Dios: “Dijo Dios: Produzca la tierra vegetación”…
“Y dijo Dios, hagamos al ser humano” y todo le pareció bien hecho (Gn 1, 1 – 31). Esta
voluntad de crear habla de un proyecto pensado y querido, no es una casualidad que todo
ser vivo exista, hay un proyecto y un plan para cada uno.
El Papa Francisco, en Laudato Sí, deja claro cuál es el plan para toda la creación. “Los
Salmos con frecuencia invitan al ser humano a alabar a Dios creador... Pero también
invitan a las demás criaturas a alabarlo: « ¡Alabadlo, sol y luna, alabadlo, estrellas
lucientes, alabadlo, cielos de los cielos, aguas que estáis sobre los cielos! Alaben ellos el
nombre del Señor, porque él lo ordenó y fueron creados” (LS, 72).
Todo lo creado tiene la misión de alabar a su Creador, cualquiera de estas creaturas al perderse,
morir o desaparecer, pierden también la posibilidad de mirar a Dios y agradecerle por haber
pensado en él, esta es justo la tragedia que estamos viviendo en el deterioro ambiental que
sufrimos hoy. Todo está pensando, nada es casualidad, todo tiene una razón para existir y nada es
anecdótico o prescindible. Se trata de una conclusión que los cristianos de hoy debemos asumir
con gran testimonio.
Este es el reto para nuestra iglesia, es un desafío que nos invita a lanzarnos a cambiar el corazón
de piedra por uno que sea capaz de mirar a la Creación como un Don que la da sentido a nuestra
propia vida. Es urgente una conversión ecológica, como nos insiste el papa Francisco, para
volcarnos a una ciudadanía que se organice para cuidar, proteger y promover la Casa Común, eso
es la ecología integral, cuidar toda la vida, todo lo vivo y las interrelaciones entre todo lo creado.
¿Qué nos toca hacer?
Como iglesia y desde la pastoral social, asumimos el reto de animar una ecología que no se ciña al
color verde y que sea multicolor, tan integral como la creación nos lo reclama. Para esto, hemos
convocado un Consejo Nacional que nos ayude a crear insumos, promover acciones y animar
redes para que todas las personas, creyentes y no creyentes asumamos un estilo de vida protector
del medio ambiente, que las comunidades se organicen para suscitar creativamente acciones
transformadoras y que las instituciones y las estructuras sociales asuman su papel de formadoras y
vigilantes, empezando por la misma iglesia católica.
Para ello, queremos incidir en un decálogo muy concreto:
1. El deterioro ambiental. Todo lo hemos contaminado: Tierra, aire, agua. Vivimos un exceso de
consumo y todo nos parece desechable. Sufrimos de la pérdida de la biodiversidad y el
2. extractivismo en sus diferentes facetas nos lleva a una pobreza medioambiental, cultural y
económica.
2. Los empobrecidos son los más afectados. Ciudades con familias completas en condición de
hacinamiento sin acceso a los bienes naturales, más enfermedades y un incremento en la
desnutrición. Asumimos que todos somos responsables pero señalamos que hay una deuda
diferenciada (a unos les corresponde cambiar más) y no podemos globalizar las deudas
económicas mientras nos obligan a resolver localmente las deudas ecológicas.
3. Reconocemos que no hay soluciones tecnológicas si no hay cambios en los estilos de vida. Una
nueva máquina, compra y venta de bonos de carbón, nos son acciones suficientes si las
comunidades y las grandes empresas no cambiamos la forma de consumir y de usar los bienes
naturales.
4. Los bienes naturales son colectivos, así que tenemos una responsabilidad compartida que no
puede ser privatizada para el aprovechamiento y enriquecimiento de unos cuantos.
5. Necesitamos recuperar nuestros barrios, pueblos y colonias, los espacios comunes son lugares
para rescatar las relaciones humanas, los aprendizajes colectivos y promover la cultura. Esto
también es ecología integral.
6. Deseamos promover una agricultura orgánica que nos permita ser más autosustentables y nos
enseñe a agradecer a la tierra lo que nos da, sin abusar de ella, alabar juntos a Dios.
7. Reconocer en los pueblos indígenas sus prácticas que por cientos de años han cuidado los
bosques, el agua, el territorio, la cultura y la alimentación. Sus prácticas pueden ser las nuestras,
podemos aprender colectivamente y vivir como una familia.
8. Observar, acompañar y transformar para el bien común los conflictos medioambientales y
mapear las mejores prácticas comunitarias que surjan desde una experiencia de fe y de la
organización social.
9. Animar y crear redes para el intercambio científico, de acciones y análisis en las soluciones que
nos ayuden a cambiar el rumbo perdido en la responsabilidad de cuidar nuestra casa común.
10. Fomentar la formación de los agentes de pastoral para que asuman en su compromiso
cristiano un sí sostenido por la vida de todo lo creado.
Recordar en Día Mundial del Medio Ambiente es una gran oportunidad para ponernos en
movimiento. Tenemos un compromiso irrenunciable que nos invita a salir a las periferias donde se
ha contaminado nuestra casa, pero también, donde se ha contaminado el ser humano con
indiferencia e ignorancia.
Celebremos nuestra puesta en marcha, celebremos que cada día hay una nueva acción y un
cristiano que se compromete por el medio ambiente, celebremos que las próximas generaciones
podrán disfrutar del paraíso que Dios nos ha concedido cuidar.
3. +Jorge Alberto Cavazos Arizpe
Obispo de San Juan de los Lagos
Responsable de la Pastoral del Trabajo y Ecología Integral