El documento describe el sistema político de la Restauración en España. Se caracterizó por un turno pacífico entre los partidos Conservador y Liberal encabezados por Cánovas y Sagasta. Sin embargo, en la práctica se basaba en el fraude electoral y el caciquismo, donde líderes locales manipulaban los resultados para mantener el statu quo. Esto hacía que las elecciones fuesen una ficción y que la oligarquía controlase el país, lo que llevó al sistema a entrar en crisis.
1. El régimen de la Restauración y el sistema canovista
2. Los documentos que se nos presentan como referencia para realizar esta composición son: • Un texto consistente en un fragmento de un ensayo de Ricardo Macías Picavea -profesor, periodista y político de finales del siglo XIX, adscrito a la línea regeneracionista y de ideas republicanas-, referente a uno de los fenómenos políticos más característicos de la España del periodo que se denomina de la Restauración (1874-1923): el sistema del turno de partidos y, más concretamente, de su base de funcionamiento, el caciquismo. • Un organigrama de la organización del poder legislativo en la Constitución de 1876
3. ¿Cómo funciona esa singular máquina de la política nacional ? El primer paso de este funcionamiento son las elecciones , que aparecen aquí como una institución de los Estados de Derecho modernos; aunque en el fondo sea un artificio más del caciquismo . Los caciques designan previamente a los candidatos , que salen según los diferentes niveles de las elecciones -generales, provinciales, locales- de sus propias filas caciquiles. Las del bando contrario hacen lo propio y la lucha electoral simula entonces una contienda política de verdad . Pero el planteamiento es , en realidad, diferente: apenas los candidatos saltan a la palestra, la máquina caciquil empieza a moverse con frenesí presionando sobre las diferentes áreas de la red social mencionada para que todos voten por el candidato propuesto. En un país donde las leyes son una burla , todos, quien más, quien menos, tienen algo que perder y solamente el padrinazgo del caciquismo puede ahuyentar ese peligro constante que a todos persigue. Las voluntades se compran y la razón del número acude vertiginosa al favor del candidato propuesto. No hay escape posible en esta presión, sobre todo en los momentos en que el caciquismo se halla en el momento más alto y avasallador Resultado de este camarillaje son los Ayuntamientos, Diputaciones y Cortes, formados por gavillas de individuos que se seleccionaron no por sus preocupaciones y saberes en este o aquel problema, sino por su apego a los Sumos Caciques . Los capítulos que siguen a las elecciones no serán los de una política enraizada en los intereses nacionales, sino una actividad de intrigas y zancadillas. MACÍAS PICAVEA, Ricardo. El problema nacional (Hechos, causas y remedios).
4. Dos elementos en equilibiro: cortes y rey SOBERANÍA COMPARTIDA CORTES BICAMERALES Electiva Oligárquica Participación del rey en el legislativo Rey eje central del sistema
5. En la Historia de España, se denomina “Restauración” al periodo que va desde la restauración de la dinastía borbónica (Diciembre, 1874) hasta el inicio de la dictadura de Primo de Rivera (Septiembre, 1923). Se inicia tras la entronización de Alfonso XII, hijo de Isabel II (mediante un pronunciamiento encabezado por el general Martínez Campos), hecho que ponía fin al inestable periodo del Sexenio Democrático en el que -bajo la democrática Constitución de 1869- se habían intentado sin éxito fórmulas políticas nuevas como la monarquía democrática (Amadeo I de Saboya) y la República. Para entender la crisis de la República y el retorno de la dinastía borbónica hay que tener presente la fragilidad política de la República (con enormes divisiones entre los propios republicanos -cuatro presidentes en un año-), la falta de apoyos sociales (las clases trabajadoras y campesinas nunca se identificaron con ella), la hostilidad de la Iglesia, del ejército y de los grupos sociales dominantes; y, esencialmente, su incapacidad para resolver tres conflictos bélicos simultáneos: la guerra colonial, la carlista y la cantonalista. INTRODUCCIÓN
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7. Se trataba de crear un sistema que tuviese estabilidad y que no propiciase las intervenciones del ejército en forma de pronunciamientos, con el fin de no ofrecer fisuras políticas en al unión de la burguesía frente a las emergentes fuerzas del proletariado.
8. Por ello se necesitaba una Constitución abierta y flexible y capaz de adaptarse a distintas concepciones políticas. Ese papel de base legal del sistema fue jugado por la Constitución de 1876, que suponía la vuelta a los planteamientos esenciales de la Constitución del 45, pero asimilando algunos de las aportaciones de la del 69. DESARROLLO: 2.-La constitución de 1876
9. Sus aspectos fundamentales, algunos de los cuales quedan perfectamente reflejados en el organigrama son los siguientes: 1.- Soberanía compartida por las Cortes con el Rey, frente al principio de la soberanía nacional. Este hecho justifica que el rey tenga una participación importante en el poder legislativo tal y como vemos en el organigrama (veto legislativo, nombramiento de senadores, capacidad para convocar y disolver las Cortes)
10. 2.- Poder Legislativo depositado en unas Cortes bicamerales. Es lo que queda perfectamente reflejado en el organigrama, en el que podemos apreciar que queda integrado por dos cámaras por un lado (“formulación”) y la corona por otro (“sanción con veto y promulgación”) Las dos cámaras son el Congreso de los Diputados elegido como vemos por sistema proporcional (sufragio restringido hasta 1890, universal a partir de esa fecha); y el Senado. Este último integrado, como apreciamos claramente , por tres categorías de miembros (“de derecho propio”, entre los que se encontraban los Grandes de España y las altas jerarquías militares y eclesiásticas; “vitalicios”, nombrados por el rey y los presidentes; y los “elegidos” por sufragio restringido entre las corporaciones del Estado y los mayores contribuyentes).
11. Así pues, el senado quedaba convertido en una cámara oligárquica, controlada por los grupos sociales más poderosos. Por otro lado, como puede apreciarse, la figura del rey resulta esencial en el esquema de organización del legislativo pues, aunque, no formula las leyes, tiene la función de sancionarlas y promulgarlas. El no hacerlo supone derecho de veto . Por otra parte, la potestad para disolver y convocar las Cortes, le permite, prácticamente, controlarlas.
12. 3.- Afirmación de la corona como eje del Estado al concederle, además de la importante intervención en el legislativo, tiene amplias atribuciones: poder ejecutivo y designación de los ministros (en la parte inferior derecha del gráfico) y mando supremo y directo del ejército. 4.- Catolicidad oficial del Estado, pero libertad de cultos. 5.- Larga y pormenorizada declaración de derechos, pero enunciados de forma ambigua
13. El funcionamiento del sistema se basaba en la existencia de dos partidos burgueses que debían turnarse en el poder de manera pactada y exclusiva. Eran el Partido Conservador de Antonio Cánovas del Castillo y el Partido Liberal de Práxedes Mateo Sagasta. Ambos eran monárquicos y burgueses, partidarios del mantenimiento del modelo económico capitalista y liberal; pero mientras el conservador se basa en las ideas del viejo moderantismo doctrinario, el liberal pretender ser continuador del progresismo democrático. Fuera quedaban otros partidos como los carlistas o los republicanos que conseguían un número de escaños muy escaso. Mediante el turno de conservadores y liberales se consiguió que ninguno de los dos grandes partidos se sintiera excluido, renunciando a las tradicionales conspiraciones. Sin duda, esta fue una de las claves de la estabilidad del sistema. DESARROLLO: 3.- Funcionamiento del sistema
14. En la práctica, la articulación del turno de partido se asentó en el fraude electoral y el manejo de las elecciones que, si ya había sido una práctica habitual en todo el periodo isabelino, ahora, se hacía consustancial al sistema y, prácticamente, se institucionalizaba. Es, precisamente, el tema de que se ocupa el documento de referencia.
15. La base del sistema era el caciquismo , es decir el establecimiento de toda una “ red social “ de influyentes dirigentes locales, provinciales y nacionales (dirigida por la oligarquía terrateniente y burguesa denominada en el texto “ sumos caciques” ) que manejan las elecciones, de manera que el mecanismo electoral -“ esa singular máquina de la política nacional” en palabras del documento de referencia- se convierte en una farsa manipuladora, en una pura ficción, cuyo objetivo era impedir que otros partidos accediesen el poder, en especial los partidos republicanos o de izquierdas.
16. En síntesis, la mecánica del proceso era la siguiente: Cuando los máximos dirigentes de los partidos llegaban al acuerdo de un cambio de gobierno, se disolvían las Cortes y se convocaban elecciones (“ un artificio más del caciquismo”, en palabras de Macías Picavea ). Entonces, el ministro de Gobernación realizaba el encasillado , es decir, decidía los diputados que debían ser elegidos por cada distrito (generalmente, en proporción de 1/3 a favor del partido que debía ganar) . Que expresado en el texto cuando dice que “l os caciques designan previamente a los candidatos” El gobernador civil de cada provincia, puesto de acuerdo con los caciques comarcales y municipales, manipulaba las elecciones, bien comprando los votos, haciendo promesas o recurriendo a la coacción. Era lo que el texto denomina la “máquina caciquil”
17. Si esas medidas no daban el resultado previsto se recurría al pucherazo , es decir a contabilizar votos falsos o de personas fallecidas ( lázaros) . Por tanto, “se simula una contienda política de verdad” -en palabras de Macías Picavea- , pero, en realidad se trata de una farsa. Al contrario de como correspondería a un sistema democrático, no son las elecciones quiénes deciden qué partido ha de gobernar, sino los partidos quiénes deciden quién va a ganar las elecciones, fabricando una mayoría cómoda para el partido vencedor y una minoría suficiente para el perdedor.
18. El fenómeno era propio de una sociedad mayoritariamente rural, subdesarrollada y analfabeta, en la que se daba una fuerte dicotomía entre el campo y la ciudad. En esta España, lógicamente, la influencia de los caciques excedía el marco electoral y era palpable continuamente, especialmente en el medio rural, en donde las primeras presiones solían ser suficientes para asegurar los resultados. El caciquismo era, en fin, una forma de vinculación personal y, podíamos decir que casi “feudal”, es lo que el autor del texto denomina como “camarillaje”. En resumen, un mundo plagado de favores y recomendaciones, influencias y prebendas, que convertía a las elecciones en una pura ficción. Las provincias y los municipios no recibían bienes de Madrid a no ser a través del cacique: votos y sumisión a cambio de favores. En las grandes ciudades el control era más difícil, sobre todo tras la implantación del sufragio universal y en ellas, se van consolidando los partidos de oposición al sistema: nacionalistas, republicanos y socialistas.
19. CONCLUSIÓN En conclusión, es preciso reconocer que el sistema de “turno pacífico de los partidos dinásticos” ideado por Antonio Cánovas del Castillo consiguió la deseada estabilidad política y mantener la ficción de un buen funcionamiento del sistema parlamentario, pero el precio fue el caciquismo, sistema mediante el cual, bajo la apariencia de las instituciones parlamentarias, la oligarquía dominante mantenía al país sujeto y controlado y en el que las elecciones y, en general la política, se convierte en una actividad de “intrigas y zancadillas” y, por tanto, un país donde las leyes son una burla” . Esta situación propiciará que el sistema entre en crisis desde principios de siglo y desemboque en la dictadura de Primo de Rivera.