El documento resume el pasaje bíblico sobre la llegada del Hijo del Hombre descrito en Marcos 13:24-27. Explica que Jesús usa lenguaje apocalíptico para describir eventos cósmicos que simbolizan el fin de la era actual y el establecimiento de un nuevo orden. Cuando el Hijo del Hombre venga entre las nubes, se iniciará la expansión del evangelio por todo el mundo y la recolección de los elegidos de todas las naciones.
1. La llegada del Hijo del Hombre (13,
24-27)
«Mas por esos días, después de
aquella tribulación, el sol se
oscurecerá, la luna no dará su
resplandor, 25 las estrellas irán
cayendo del cielo, y las fuerzas que
están en los cielos serán sacudidas.
26 Y entonces verán al Hijo del hombre que viene
entre nubes con gran poder y gloria; 27 entonces
enviará a los ángeles y reunirá de los cuatro vientos
a sus elegidos, desde el extremo de la tierra hasta el
extremo del cielo.
2. La fórmula estereotipada: “en aquellos días”38 remite a un
momento singular de la actuación de Dios. Con el inciso: “después
de aquella tribulación” se determina claramente que este momento
está conexionado con el anterior.
Y ahora de nuevo Marcos se sirve de un lenguaje apocalíptico.
Hasta ahora se ha referido a la ciudad de Jerusalén y su templo; pero
ahora la conmoción va a ser universal39. Con estas imágenes los
profetas hablaban de un mundo nuevo.
Marcos ha desmitologizado la apocalíptica clásica para convertirla
en escatología. Esto quiere decir que de igual forma que la ciudad
de Jerusalén representaba la institución judía, los astros significaban
los poderes de la humanidad. El brillo de esos poderes se va a
extinguir: “El sol se oscurecerá y la luna no dará su resplandor”. La
humanidad se quedará sin punto de referencias pues todas sus
potencias se conmoverán. Va a desaparecer ese mundo viejo
3. Es el final del viejo “eón” que dice relación tanto a Israel como a la
humanidad entera. Todo quedará extinguido ante la realidad nueva
que está surgiendo.
Pero como puede suponerse, no se trata del derrumbe material
del cosmos, pues se está utilizando un lenguaje figurado. Por
tanto, en la misma línea hemos de suponer que en la profecía de
Jesús sobre Jerusalén tampoco se estaba refiriendo a la destrucción
de la ciudad como tal o al menos en un primer plano, cuanto a la
caída de su sentido en la historia.
Es entonces cuando verán al Hijo del Hombre. Esta venida del Hijo
del Hombre significa para Marcos la expansión del mensaje de
Jesús, que él conexiona con el tiempo de la parusía41. Se puede
afirmar que con esa manifestación empieza ese tiempo. Marcos
junta ambos planos: el del comienzo y el final.
4. El evangelista sigue con la mirada fija en la profecía de
Daniel que se cumple ahora en Jesús. No olvidemos que
el título que Jesús prefiere para denominarse a sí mismo
es el de Hijo del hombre. Su mesianismo se ha
establecido en la debilidad y sólo desde ésta ha
conquistado el señorío. Apagados el sol y la luna, y
caídas las estrellas, sólo aparece como foco luminoso en
el cielo el Hijo del Hombre.
Ahora nos damos cuenta de que cuando Marcos habla
de fenómenos cósmicos no se está refiriendo a éstos,
entendidos en su sentido material. Son las potencias de
la humanidad opuestas al evangelio a quienes éste ahora
suplanta.
5. En la apocalíptica la presencia de seres celestes es algo
normal. Marcos ha hablado también de ellos cuando
al principio del evangelio hacía la presentación de
Jesús. Jesús está dando cumplimiento a la escatología
bíblica. Ahora cuando nos habla de los ángeles
acontecen cosas similares a las que se pueden leer en
aquélla. Los ángeles son seres celestes, pero que ahora
se expresan en los seguidores de Jesús que están
llamados a recoger del mundo entero a todos los
elegidos dispersos43. La expresión: “Desde el extremo
de la tierra hasta el extremo del cielo” no es fácil de
comprender, aunque se entienda fácilmente lo que
quiere decir. Se trata, sin duda, de una fórmula
oriental con la que se afirma la totalidad44.
6. Nuestra perícopa pone de relieve que la fuerza del evangelio ha
trastocado la realidad de este mundo. El evangelio se irá
imponiendo poco a poco. En la mente del evangelista, que
quiere, como es obvio, transmitirnos el pensamiento de Jesús se
superponen dos planos, que hacen referencia a una doble
escatología, por así decirlo. La primera se refiere a la dinámica
de los evangelios. Aparecerá el Hijo del hombre cuando éstos
hayan alcanzado su plenitud en el mundo. El segundo aspecto
de esta escatología hablará ya de un punto final de la historia.
Más que escatología éste podría ser denominado apocalíptica,
pues supondrá una intervención de Dios fuera del orden normal
del evangelio. Marcos deja este punto final en el misterio.
Muchos cristianos posiblemente entendieron en un principio la
escatología como apocalíptica y de ahí pudieron surgir
determinadas inquietudes que se detectan en los textos bíblicos.
7. En Marcos se trata de algo no inminente. Y que por el
contexto se infiere que los discípulos inmediatos de Jesús
no van a tener la oportunidad de contemplar.
Marcos expresa esto en forma de una dialéctica muy clara,
de modo que ambos se interfieren y tiran uno del otro.
Este planteamiento se puede observar al contemplar cómo
los otros dos sinópticos intentan ampliar la perspectiva,
que habla en un primer plano de la caída de Jerusalén, y
los otros ya la extienden al mundo. Sin duda, Marcos ha
conservado mejor la orientación del discurso de Jesús,
aunque también haya tratado de proyectar en él su propia
teología