1. La comunión
de los santos
20
PRETI, Mattia
Cristo en la Gloria (detalle)
c. 1660
Museo del Prado, Madrid
2. 194. ¿Qué significa la expresión
«comunión de los santos»?
946-953
960
La expresión «comunión de los
santos» indica, ante todo, la
común participación de todos los
miembros de la Iglesia en las
cosas santas (sancta): la fe, los
sacramentos, en particular en la
Eucaristía, los carismas y otros
dones espirituales. En la raíz de la
comunión está la caridad que «no
busca su propio interés» (1 Co 13,
5), sino que impulsa a los fieles a
«poner todo en común» (Hch 4,
32), incluso los propios bienes
materiales, para el servicio de los
más pobres.
3. Introducción
La Iglesia es el cuerpo de
Cristo, en el que se integran los
fieles de la tierra, los que están
en el purgatorio y los santos
del cielo;
entre los tres grupos existe una
comunión de vida, igual que en
la familia los miembros que la
componen se ayudan unos a
otros.
Esta comunión de vida y de
bienes sobrenaturales, que
intercomunica a los miembros
de la Iglesia con la Cabeza y
entre sí, es lo que se llama
Comunión de los Santos.
EYCK, Jan van
El altar de Gantes: Adoración del Cordero (detalle)
1425-29
Cathedral of St Bavo, Gantes
4. 1. Por el bautismo se empieza a formar parte del cuerpo de la
Iglesia
Al recibir el bautismo nos
incorporamos a la Iglesia, que
es Cuerpo Místico de Cristo.
Al recibir la gracia en el
sacramento nos unimos a
Cristo, que es la Cabeza de
ese cuerpo, y empezamos a
ser miembros vivos.
Si perdemos la gracia, nos
separamos de la Cabeza y
somos como miembros
muertos.
POUSSIN, Nicolas
El sacramento del bautismo
1642
National Gallery of Art, Washington
5. 2. Cada miembro está unido a los demás miembros
En el Cuerpo Místico de Cristo,
la gracia es como la sangre en
el cuerpo humano.
La gracia y los dones que Dios
nos da establecen una
comunión de vida sobrenatural
de los miembros con la Cabeza
y de los miembros entre si.
DÜRER, Albrecht
El martirio de los diez mil
1508
Kunsthistorisches Museum, Viena
6. 3. La unión entre los santos del cielo, las almas del purgatorio
y los fieles de la tierra
La Iglesia la formamos:
los que por el bautismo
pertenecemos a ella y estamos
en la tierra (Iglesia militante),
los santos que están en el
cielo (Iglesia triunfante),
y los que están purificando su
alma en el purgatorio antes de
entrar en el cielo (Iglesia
purgante).
Los tres estados de la única
Iglesia están unidos porque la
única Cabeza es Cristo, y la
vida que anima a todos es la
gracia.
CARRACCI, Lodovico
Un ángel libera a las almas del Purgatorio
c. 1610
Pinacoteca, Vaticano
7. 4. La comunicación de bienes en la Iglesia
En la Iglesia sucede algo parecido
a una transfusión de sangre.
La gracia de Cristo, los méritos de
la Santísima Virgen y de los
santos, nos ayudan a nosotros en
la vida del alma, como una
transfusión de sangre ayuda a la
vida del cuerpo.
Nuestras oraciones y las buenas
obras son como sangre buena que
damos a los otros: a nuestros
padres y hermanos, a los amigos,
a los demás hombres, y también a
las benditas ánimas del purgatorio.
Y las buenas obras de los otros
miembros de la Iglesia nos ayudan
y hacen bien a nuestras almas.
MAESTRO DESCONOCIDO, Flamenco
Retrato de un joven en oración
c. 1480
San Diego Museum of Art, San Diego
8. 5. Cómo vivir la comunión de los santos
La mejor manera de vivir la
comunión de los santos es recibir
los sacramentos. Otro modo es
invocar a la Virgen María y a los
santos, porque nos consiguen de
Dios muchas gracias.
Nosotros podemos ayudar a la
Iglesia purgante ofreciendo la
Misa, trabajo y oraciones, por las
almas que están en el purgatorio.
Y de la misma manera podemos
ayudar a la Iglesia militante -los
cristianos que están luchando
todavía en la tierra-, ofreciendo
cosas durante el día para que Dios
les ayude.
RAFFAELLO Sanzio
San Jorge luchando con el dragón
1505
Musée du Louvre, Paris
9. TAREA
Un modo de vivir la comunión
de los santos es encomendar
en la Misa a las benditas almas
del purgatorio.
Cuando un cristiano se porta
mejor, ayuda a los demás
miembros de la Iglesia. Esta
responsabilidad debe
empujarnos a vivir cada día
mejor la propia vida cristiana.
11. Compendio del Catecismo
201. ¿Por qué la Iglesia tiene
el poder de perdonar los
pecados?
981-983
986-987
La Iglesia tiene la misión y el
poder de perdonar los pecados
porque el mismo Cristo se lo ha
dado: «Recibid el Espíritu
Santo, a quienes perdonéis los
pecados, les quedan
perdonados, a quienes se los
retengáis, les quedan
retenidos» (Jn 20, 22-23).
12. Introducción
El perdón de los pecados cifra la
misión de Cristo en el mundo,
pues como dice San Pablo, "se
entregó por nuestros pecados y
resucitó por nuestra justificación"
(Romanos 4,25).
En la aparición de la tarde de la
resurrección dijo a los Apóstoles:
"Recibid el Espíritu Santo: a
quienes perdonéis los pecados, les
quedan perdonados" (Juan 20,23).
En la Iglesia, por tanto, existe el
perdón de los pecados en virtud de
una condescendencia infinita de
Dios con el hombre.
CRESPI, Giuseppe Maria
Confesión
1712
Gemäldegalerie, Dresde
13. 1. Somos pecadores
El hombre nace con el pecado
original, heredado de los
primeros padres, Adán y Eva.
Además, a lo largo de la vida
todos pecamos:
ofendemos a Dios porque no
cumplimos lo que Él nos pide;
ofendemos también a nuestros
hermanos los hombres, y con
ello ofendemos a Dios.
El hombre tiene una gran
necesidad del perdón de Dios.
BOSCH, Hieronymus
Los siete pecados mortales (detalle)
c. 1480
Museo del Prado, Madrid
14. 2. Cristo perdonaba los pecados
Mientras Jesucristo estuvo en
la tierra perdonaba los pecados
a los que se arrepentían. En el
Evangelio se destaca este
poder de Cristo, que podía
ejercerlo por ser verdadero
Dios, además de hombre
verdadero.
"Ten confianza, hijo, tus
pecados te son perdonados"
(Mateo 9,2) dice al paralítico.
Y a la mujer pecadora, que se
presenta en casa de Simón, le
dice: "Tus pecados quedan
perdonados" (Lucas 7,48).
LINT, Pieter van
Cristo y la mujer adúltera
Coleccióin privada
15. 3. Cristo entrega el poder de perdonar los pecados a
la Iglesia
Cuando en la tarde de la
resurrección Cristo da el
Espíritu Santo a sus Apóstoles,
les dio justamente el poder de
perdonar los pecados:
"Recibid el Espíritu Santo. A
quienes perdonéis los
pecados, les quedan
perdonados; a quienes se los
retengáis, les quedan
retenidos" (Juan 20,22-23).
La Iglesia ejerce este poder
sobre todo en el bautismo y la
penitencia.
GIOTTO di Bondone
Escenas de la vida de Cristo: 22. Ascensión
1304-06
Cappella Scrovegni (Arena Chapel), Padua
16. 4. Hay un sólo bautismo para el perdón de los pecados
En el momento de la ascensión
al cielo dijo Jesús a sus
Apóstoles: "Id al mundo entero
y predicad el Evangelio a toda
criatura. El que crea y sea
bautizado, se salvará; pero el
que no crea, se condenará"
(Marcos 16, 15-16).
El bautismo es el primer
sacramento que perdona los
pecados y los borra
completamente, aunque no
libre al hombre de la debilidad
de su naturaleza ni de la
concupiscencia.
CRESPI, Giuseppe Maria
Bautizo
1712
Gemäldegalerie, Dresde
17. 5. El sacramento de la penitencia
Siendo tan radical el efecto del
bautismo, cabría pensar en una
posterior inocencia definitiva;
sin embargo, la libertad del
hombre es frágil, y vuelve a
necesitar el perdón.
Cristo conocía nuestra
condición y dispuso otro medio
de reconciliación para los que
han caído después del
bautismo: El sacramento de la
penitencia que nos reconcilia
con Dios y con la Iglesia.
LONGHI, Pietro
La confesión
Galleria degli Uffizi, Florencia
18. 6. La Iglesia puede perdonar todos los pecados
No hay ningún pecado, por
grave que sea, que la Iglesia
no pueda perdonar.
Cristo quiso que en la Iglesia
estuvieran abiertas las puertas
del perdón a quien se
arrepiente de sus pecados.
El poder de perdonar los
pecados por el sacramento de
la penitencia lo tienen en la
Iglesia únicamente los que han
recibido la potestad sacerdotal
en el sacramento del Orden:
los obispos y los presbíteros.
WEYDEN, Rogier van der
Siete sacramentos (ala izquierda)
1445-50
Koninklijk Museum voor Schone Kunsten, Amberes
19. 7. Hemos de agradecer este don de Cristo a su Iglesia
San Juan Crisóstomo decía: "Los
sacerdotes han recibido un poder
que Dios no ha dado ni a los
ángeles, ni a los arcángeles... Dios
sanciona allá arriba todo lo que los
sacerdotes hagan aquí abajo".
Y San Agustín: "Si en la Iglesia no
hubiese remisión de los pecados,
no habría ninguna esperanza,
ninguna expectativa de una vida
eterna y de una liberación eterna.
Demos gracias a Dios que ha
dado a la Iglesia semejante don".
FETI, Domenico
Santa María Magdalena penitente
1615
Museum of Fine Arts, Boston
20. Un propósito para avanzar
Acude con frecuencia -y bien
arrepentido- al sacramento de
la penitencia.
Da muchas gracias a Dios por
el inmenso don de Cristo a su
Iglesia: la misión y el poder de
perdonar verdaderamente los
pecados.