En múltiples ventas los contratos para el suministro de productos o servicios estarán redactados por el cliente. Este suele ser el caso de la administración pública y las grandes corporaciones. Estos contratos suelen ser muy complicados y más bien aparentan estar hechos para que nadie los firme. Las mil cláusulas nos acusan de delitos que aún no hemos cometido, con un lenguaje indescifrable, más propio de gente que busca pelea que de mantener relaciones económicas. Es precisamente la farragosidad de los documentos los que nos hace huir de su lectura y este es uno de los grandes errores que comete un emprendedor novato. ¡HAY QUE LEER LOS CONTRATOS DE PRINCIPIO A FIN! Coventaria.es te ayuda a detectar algunos puntos para evitar sorpresas.