Luisa de Marillac y cuidado de las personas ancianas
Santo rosario (misterios de dolor)
1. Vamos a rezar el Santo Rosario…
• Seguiremos a San Ignacio de Loyola
antes de comenzar cada una de las
meditaciones del Santo Rosario:
• 1º Ponerse en la presencia de Dios.
Actualizarla en el Sagrario, en el
Crucifijo, en alguna estampa...El Rosario
mismo puede servir al propósito
• 2º Oración preparatoria fundamentada en
estas ideas de San Ignacio: "Que todas
mis intenciones, acciones y operaciones
sean puramente ordenadas en servicio y
alabanza de su Divina Majestad"
• 3º Composición de lugar: representar
vivamente con la imaginación el misterio
que se va a meditar o contemplar; o algo
sensible a modo de imagen o símbolo si
la idea es más abstracta
• 4º Petición: formular una petición
relacionada con el objetivo que nos
proponemos con la meditación o
contemplación de cada misterio
“Padre, líbranos de todo mal – con tu
Santa Sabiduría, Señor, sálvanos de
todo pecado. En nombre de todos
cuantos te queremos, Señor, llévanos
por el camino del bien. Amén”.
2. El Santo Rosario. La cruz mística de Tierra Santa
Primer misterio de dolor
La oración en el huerto
Quinto misterio de dolor
La crucifixión del Señor
Quinto misterio de luz
La institución de la
eucaristía
Primer misterio de luz
El bautismo del Señor
Quinto misterio de gozo
El niño Jesús perdido y
encontrado en el templo
Primer misterio de gozo
La Encarnación del
Señor
Primer misterio de gloria
La resurrección del Señor
Quinto misterio de gloria
La entronización de la
Virgen María
3. Rezamos el Rosario con Gloria
• When she arrives at Children's
Hospital & Regional Medical Center in
Seattle, they watch an old family video
of a Catholic pilgrimage to Lourdes,
France. Kristen sings a song called
"The Magnificat," a Christian favorite,
near the end of that trip. The parents
smile and reminisce as Gloria sleeps.
• A few minutes past 6 a.m., they fall
asleep. When they awaken, their child
is gone.
• Gloria consiguió con su enfermedad
que muchas personas se volvieran
hacía Dios.
• Su oración favorita era el Rosario.
4. • Humildad de corazón, oración continua,
mortificación universal, abandono en la
Divina Providencia y conformidad con la
voluntad de Dios.
“Que MI ESCAPULARIO me acompañe siempre.
Que en él vea siempre a mi Madre Celestial. Que
al besarlo lo haga con amor de hijo y como
promesa de amarle más y servirle mejor. Que su
recuerdo y su presencia en mi pecho me anime a
serle más fiel a su Hijo y a Ella. Que en él vea
grabadas todas las virtudes de mi celeste Madre
y trate de vivirlas. Que su constante presencia
sobre mi corazón me ayude a evitar el pecado y
a practicar la virtud. Que su recuerdo nunca
permita que me olvide de Ella y así puedo estar
seguro que Ella no me abandonará”.
Oh, Virgen mía, Oh, Madre mía, yo me ofrezco
enteramente a tu Inmaculado Corazón
y te consagro mi cuerpo y mi alma, mis pensamientos
y mis acciones.
Quiero ser como tú quieres que sea, hacer lo que tú
quieres que haga.
No temo, pues siempre estás conmigo.
Ayúdame a amar a tu hijo Jesús, con todo mi corazón y
sobre todas las cosas.
Pon mi mano en la tuya para que esté siempre contigo.
Amén.
5. SANTO ROSARIO
• Misterios de dolor. Martes y viernes, más
los domingos de cuaresma.
“Siguiéndola, no te descaminas; rogándola no te desesperas; pensando en Ella no te equivocas; teniéndote
Ella no caes; protegiéndote Ella no temes; guiándote Ella no te fatigas; siéndote Ella propicia llegas (al puerto
deseado)”.
¡Oh hermosa estrella mía! Yo quiero siempre seguirte, que tú me alegras y aseguras con tus suavísimos
resplandores. No te me ocultes nunca, Señora, porque entonces me perderé. Más todavía: llévame de la mano
como una madre a su pequeñuelo; porque madre mía eres, aunque soy indigno de ser tu esclavo. No te
desdeñarás de tomar esta mano tan sucia; porque aunque tan limpia, eres madre de pecadores.
6. Rezamos un Padrenuestro, un Avemaría y un
Credo
• “Padre Eterno, yo te
ofrezco el Cuerpo y
la Sangre, el Alma y
la Divinidad de tu
amadísimo Hijo,
Nuestro Señor
Jesucristo, como
propiciación por
nuestros pecados y
los del mundo
entero”.
7. Kyrie Eleison (Señor, ten piedad)
• s
Kyrie Eleison. Señor, ten piedad (pido perdón por mis
pecados).
Algunos de estos olivos de Getsemaní conocieron al
Señor. Yo también lo conozco y se de la dulzura de su
amor. Un amor que no merezco. Imploro sinceramente
tu perdón y soy inmensamente feliz por que me has
llamado.
Jesús mío, ¡Te amo sobre todas las cosas!
Por amor a Ti, me arrepiento de todos mis
pecados.
Me duelen también los pecados de todo el
mundo.
¡Oh Amor misericordioso!, en unión con
nuestra Madre Santísima y con su Corazón
Inmaculado, Te suplico a Ti perdón de mis
pecados y de todos los pecados de los
hombres, mis hermanos, hasta el fin del
mundo!
¡Mi amable Jesús!, en unión a los méritos
de tus Sagradas Llagas, ofrezco mi vida al
Eterno Padre, según las intenciones de la
Virgen Santísima Dolorosa.
¡Virgen María, Reina del Universo,
Intercesora de la Humanidad y esperanza
nuestra, ruega por nosotros!
8. Primer Misterio: La oración de Jesús en el
Huerto.
Siento una tristeza mortal quedaos y velad
conmigo (Mc 14, 34).
Velad y orad, para que podáis hacer frente a
la prueba; que el espíritu esta bien dispuesto
pero la carne es débil (Mt 26, 41)
Basílica de la Agonía
9. ¡ Abba, Padre! Todo te es posible.
Aparta de mí esta copa de amargura.
Pero no se haga como yo quiero, sino
como quieres tú (Mc 14, 36).
Señor, lloraste sangre sobre esta roca.
También viste aquí mis pecados. Que
sirva el rezo de este Santo Rosario,
Santísima Virgen María, para que se
fortalezca mi espíritu, para que no me
duerma. Te pido me concedas estar
siempre en vigilia permanente de
oración en tu amor.
10. Rezamos un padrenuestro, diez avemarías
y un gloria.
Habéis salido a prenderme con espadas y
palos como si fuera un bandido. A diario he
estado enseñando en el templo y no me
apresasteis (Mt 26, 55)
Vista del torrente Cedrón y Jerusalén desde el Monte de los Olivos
11. Condujeron a Jesús ante el sumo
sacerdote…(MC 14, 53)
Desde Getsemaní a casa de
Caifás, por este camino la
Escalera de los Macabeos.
Queremos sufrir con el Señor
para llegar al segundo misterio…
12. En seguida cantó el gallo por segunda vez. Pedro se acordó de lo que le había
dicho Jesús: “Antes de que el gallo cante dos veces, tú me habrás negado tres”, y
rompió a llorar
(Mc 14, 72)
Bodegas o mazmorras bajo el suelo de San Pedro in Gallicantu (Palacio de Caifás)
Jesús ante el Sanedrín, San Pedro in Gallicantu
13. Segundo misterio: La
flagelación del Señor
Pilato, entonces, queriendo
complacer a la gente, les soltó a
Barrabás y entregó a Jesús para
que lo azotaran y, después, lo
crucificaran
(Mc 15,15)
Columna de la flagelación. Basílica del
Santo Sepulcro
14. Le pedimos a nuestra madre
del cielo que nos de fuerzas
para no renegar nunca de
Jesús, para compartir si fuera
preciso los golpes,
humillaciones y ultrajes
Rezamos un
padrenuestro, diez
avemarías y un gloría.
Arco del Ecce Homo, Vía Dolorosa.
15. Tercer misterio: La coronación de
espinas.
¡ Gloria al que fue coronado de
espinas! Todo el universo es poca
cosa para dar fe de tu infinita
majestad.
¡ Honor y gloria a ti, único Rey que
reconozco!
Capilla de la coronación de espinas
16. Los soldados del gobernador llevaron a
Jesús al pretorio... Lo desnudaron y le
echaron por encima un manto de color
púrpura, trenzaron una corona de
espinas y se la pusieron en la cabeza, y
una caña en su mano derecha; luego se
arrodillaban ante él y se burlaban,
diciendo:
¡ Salve, rey de los judíos! (Mt 27, 27-29)
Rezamos un padrenuestro, diez
avemarías y el gloria.
Basílica de Santa Ana. Lugar que ocupo
la fortaleza Antonia (Palacio de Pilato).
18. Quien no necesita
ser salvado, acepta
y carga la cruz por
nuestros pecados y
por nuestra
salvación.
¡ Cuantas veces
pienso que alguien
no merece alguna
cosa!
¿Y yo, acaso
merezco lo que el
Señor hizo por mí?
19. Cuando salían, encontraron a un hombre de
Cirene, llamado Simón, y le obligaron a llevar
la cruz de Jesús. Al llegar al lugar llamado
Gólgota, esto es, el lugar de la Calavera ,
dieron a Jesús vino mezclado con hiel para
que lo bebiera, pero, después de probarlo, no
quiso beberlo
Mt 27, 32
Inmediaciones del Gólgota
20. Rezamos un
padrenuestro, diez
avemarías y un
gloria, mientras
vamos hacia el
Calvario.
Capilla del Calvario.
Basílica del Santo Sepulcro
ORACIÓN
Oh amado Jesús, manso Cordero de Dios, a pesar de ser yo una
criatura miserable y pecadora, te adoro y venero la llaga causada por el
peso de vuestra cruz que abriendo vuestras carnes desnudó los
huesos de vuestro hombro sagrado y de la cual vuestra Madre
Dolorosa tanto se compadeció. También yo, oh carísimo Jesús, me
compadezco de Vos y desde el fondo de mi corazón te glorifico y te
agradezco por esta llaga dolorosa de vuestro hombro en la que quisiste
cargar vuestra cruz por mi salvación. Ah! por los sufrimientos que
padeciste y que aumentaron el enorme peso de vuestra cruz, ruégote
con mucha humildad, ten piedad de mí pobre criatura pecadora,
perdonad mis pecados y conducidme al cielo por el camino de la cruz.
REZAMOS SIETE AVEMARÍAS Y DECIMOS Madre santísima
imprime en mi corazón las llagas de Jesucristo crucificado...
21. Quinto misterio: La crucifixión del Señor
Desde el mediodía toda la región quedó sumida en tinieblas
hasta las tres. Hacía las tres gritó Jesús con voz potente:
Elí, Elí. ¿Lemá sabaktani? Que quiere decir: Dios mio, Dios mio,
¿Por qué me has abandonado?
Mt 27,45
Roca del Calvario
22. Y Jesús, dando de nuevo
un fuerte grito, entregó su
espíritu. Entonces, el velo
del templo se rasgo en dos
partes de arriba abajo; la
tierra tembló y las piedras
se resquebrajaron (Mt
27,50)
Efectos del terremoto del siglo I
sobre la roca del Calvario.
23. Verdaderamente éste era
Hijo de Dios (Mt 27,54)
Ante la visión del lugar
donde se emplazó la Santa
Cruz, rezamos un
padrenuestro, diez
avemarías y un gloria.
Santo, santo, santo,
Señor Dios todopoderoso,
El que era, el que es
Y el que esta a punto de llegar
(Ap 4, 8)
24. “Por su dolorosa Pasión, ten Misericordia de nosotros y del
mundo entero” (diez veces).
• “Santo Dios, Santo
Fuerte, Santo
Inmortal, ten
Misericordia de
nosotros y del
mundo entero”
• Rezamos una Salve
25. • "Señor Jesucristo, Hijo
del Padre,
manda ahora tu Espíritu
sobre la tierra.
Haz que el Espíritu
Santo habite en el
corazón de todos los
pueblos,
para que sean
preservados de la
corrupción, de las
calamidades
y de la guerra.
Que la Señora de todos
los Pueblos, María
Santísima,
sea nuestra Abogada.
Amen."
26. Oración de Ofrecimiento de Vida
Mi amable Jesús, delante de las Personas de la Santísima Trinidad,
delante de Nuestra Madre del Cielo y toda la Corte celestial, ofrezco,
según las intenciones de tu Corazón Eucarístico y las del Inmaculado
Corazón de María Santísima, toda mi vida, todas mis santas Misas,
Comuniones, buenas obras, sacrificios y sufrimientos, uniéndolos a los
méritos de tu Santísima Sangre y tu muerte de cruz: para adorar a la
Gloriosa Santísima Trinidad, para ofrecerle reparación por nuestras
ofensas, por la unión de nuestra santa Madre Iglesia, por nuestros
sacerdotes, por las buenas vocaciones sacerdotales y por todas las
almas hasta el fin del mundo.
Recibe, Jesús mío, mi ofrecimiento de vida y concédeme gracia para
perseverar en él fielmente hasta el fin de mi vida. Amén.
27. María, madre de Dios, hija de Dios y esposa
del Espíritu Santo intercede por mí ante Dios
nuestro Señor
28. El Santo Rosario y el Escapulario
• A este propósito, la Hermana Lucía, en una
entrevista concedida el 15 de Agosto de 1950 al
R. P. Howard Rafferty, O.C.D., confirmó esa
visión y que la Virgen quería que el Escapulario
fuera tomado como parte del mensaje,
añadiendo: "ahora el Santo Padre lo ha
afirmado así al mundo entero, diciendo que el
Escapulario es signo de consagración
al Inmaculado Corazón. (...). El Rosario y el
Escapulario son inseparables"
• Al sernos impuesto el Escapulario nos
consagramos a la Virgen y elegimos, así, "el
camino fácil, corto, perfecto y seguro para
llegar a la unión con Nuestro Señor, que es en
lo que consiste la perfección del cristiano".
• Así lo practicaron y enseñaron los santos,
particularmente San Luis María Grignion de
Montfort, y lo expresó Ella misma en Fátima. Y a
través de la voz de sus pastores, la Iglesia lo
reafirma, como lo hizo recientemente Juan
Pablo II recordando a Pío XII: "la forma más
auténtica de devoción a la Virgen Santísima,
expresada mediante el humilde signo del
Escapulario, es la consagración a su Corazón
Inmaculado".