Antes de la llegada de Colón a América, varios pueblos originarios habitaban el continente. Algunos de estos pueblos eran nómadas y se trasladaban de un lugar a otro buscando recursos, mientras que otros eran sedentarios y se establecían permanentemente en una ubicación. Los pueblos nómadas vivían en viviendas ligeras y transportables, mientras que los pueblos sedentarios construían viviendas más permanentes en un solo lugar.