Los pueblos originarios desarrollaron distintos modos de vida: nómade y sedentario, los cuales dependían de las condiciones climáticas y del paisaje que habitaron. Los pueblos originarios nómadas fueron aquéllos que no vivían en un sólo lugar, sino que iban de un lugar a otro ya sea por las condiciones climáticas o en búsqueda de alimentos, el que obtenían cazando, pescando y recolectando frutos.