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ADAPTACIÓN Y ESTANDARIZACIÓN
EDMUNDO ARÉVALO LUNA
ADAPTACIÓN Y ESTANDARIZACIÓN
DE LA ESCALA DE ACTITUDES
HACIA LA RELACIÓN MADRE-NIÑO
(R. ROTH)
Dr. Edmundo Arévalo Luna
PSICOLOGO COLEGIADO
DOCENTE DE LA ESCUELA DE PSICOLOGÍA
UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO
MANUAL
2005
2
CONTENIDO
Páginas
INTRODUCCIÓN 3
I. DESCRIPCIÓN GENERAL 4
1.1. Ficha Técnica 4
1.2. Descripción de la prueba 5
1.3. Normas de aplicación 5
1.4. Normas de calificación 6
1.5. Normas de interpretación 6
1.6. Utilidad de la ERMN 7
II. MODELO TEÓRICO DE LAS ACTITUDES MATERNAS 9
2.1. Las actitudes maternas 9
2.2. Tipos de actitudes maternas 14
- Aceptación 14
- Sobreprotección 15
- Sobre indulgencia 15
- Rechazo 16
2.3. Intercambios activos en la díada hijo-madre 17
a. Influencia de la madre sobre el bebé 17
b. Influencia del bebé sobre la madre 18
c. La angustia de la separación 18
d. Miedo por separación 20
III. JUSTIFICACIÓN ESTADÍSTICA 21
3.1. Adaptación 21
3.2. Población y muestra 24
3.3. Análisis a nivel de la unidad de medida 25
3.4. Confiabilidad 27
3.5. Error típico de estimación 28
3.6. Validez 28
3.7. Normalización 29
BIBLIOGRAFÍA 32
ANEXOS 33
Cuestionario de la prueba 33
Protocolo del cuestionario 35
3
Al realizar la evaluación de una prueba psicológica, se debe juzgar si el
instrumento a utilizar es apropiado para la situación particular; como son:
la validez, confiabilidad, objetividad y tipificación de la misma (Yela, 1972:
28). En efecto, la medición psicológica como procedimiento que permite
llegar a obtener, objetivamente y con la mayor certeza posible información
acerca de la expresión de los fenómenos que se suceden en la conducta
humana, como personalidad, actitudes, valores, aptitudes entre otros;
debe contar mínimamente con estas cualidades, lo cual reafirman
autores como Brown, 1980, Ebel, 1,987, Aiken 1997, Choen y Swerdlik.,
2001.
No obstante, uno de los principales errores en la evaluación de las
pruebas psicológicas es aquel que se origina en problemas de
estandarización; por esta razón, los procesos de adaptación y
estandarización que culminan con el establecimiento de tablas de normas
y grados de calificación para grupos específicos; deben llevarse a cabo con
la mayor rigurosidad científica; Sin embargo, en la práctica es casi
imposible que una medición sea perfecta. De acuerdo a Hernández y otros
(2000) generalmente se tiene un grado de error; desde luego, se trata de
que el error sea mínimo.
De otro lado, el tema de la relación materno-infantil; es sin lugar a dudas
de gran magnitud, especialmente en el campo de la psicología infantil; en
efecto, existe consenso entre los diversos autores e investigadores de ésta
área; al señalar la importancia vital de la relación madre-hijo pero
debemos enmarcar esta relación, en general, dentro del contexto social en
que se desarrolla el niño y especialmente dentro de la dinámica familiar.
Al considerar a la sociedad como punto de referencia de esta relación
debemos tener en cuenta la adquisición del rol materno de la mujer frente
a su hijo. El rol materno podemos considerarlo como un conjunto de
conductas que asume la mujer al tener el hijo. Dentro de la dinámica
familiar la relación madre-hijo adquiere características peculiares, como
dice Spitz (1960) esta relación es el "germen" del desarrollo ulterior de las
relaciones sociales, donde el papel de la madre es el de "interprete frente
al mundo". Desde el momento que nace el hijo, se establece una relación
reciproca entre la madre y él. La madre con su presencia física y su
asistencia hacia el niño constituye una respuesta frente a sus necesidades
físicas y psicológicas en la que provee seguridad, calor y protección, la
madre adquiere "valor de recompensa" (Mussen, Conger, Kagan, 1987).
Citado por Hurlock 1993.
En este trabajo, al tratarse de la adaptación y estandarización de la Escala
de Actitudes de la Relación Madre-Niño de Roth, hemos observado que el
4
INTRODUCCIÓN
instrumento que hasta la fecha se venía utilizando, presentaba una serie
de dificultades para la comprensión de los examinados en lo referente a
términos, frases é ideas, los mismos que requerían ser adaptados a las
características idiosincrásicas, idiomáticas, culturales y sociales de las
madres de las provincias de Trujillo, Chiclayo y Piura; igualmente, la
dificultad radica en la antigüedad de las Normas y Baremos de la escala;
por ello, nos planteamos desarrollar esta tarea, con el apoyo de nuestros
alumnos internistas del área de Psicología de la Escuela de Psicología de
la Universidad Cesar Vallejo, Chiclayo y Piura; para lo cuál se ha tomado
en cuenta los criterios y procedimientos fundamentales que toda
investigación tecnológica como ésta amerita.
5
1.1. FICHA TECNICA:
Nombre de la Prueba: Cuestionario de la Evaluación de la Relación
Madre- Niño (ERM)
Autor: Robert Roth
Año de Publicación: 1965 (Universidad de Illinois EE.UU.)
Adaptación y estandarización: Edmundo Arévalo Luna, Psicólogo
Profesor de la Escuela de Psicología de la UPAO - Trujillo
Significación: Conocer el tipo de relación que tiene la madre con su niño,
a través de las áreas que evalúa.
Aceptación (A)
Sobreprotección (SP)
Sobre indulgencia (SI)
Rechazo (R)
ón: Madres de familia de niños menores de 7 años.
Individual y Colectiva
n: No hay tiempo límite, pero se estima en un promedio de 25 minutos aproximadamente
: Normas Percentilares.
a un marco de referencia basada en las actitudes que las madres presentan en la
relación con el niño, considerando como actitud positiva la
aceptación y como actitud negativa la sobre protección, sobre
indulgencia y rechazo.
Áreas de Aplicación: Investigación, orientación y asesoría psicológica en
los campos clínicos y educacionales.
1.2. DESCRIPCION DE LA PRUEBA
La ERMN, consiste en cinco escalas que son: aceptación (A),
sobreprotección (SP), sobre indulgencia (SI), Rechazo (R) y confusión-
dominancia (CD); éste último trata de señalar el predominio de una o más
escalas, indicaría característica dominante de las actitudes maternas en
relación a su hijo.
La prueba consta de 48 ítems, correspondiendo 12 ítems a cada una de
las 4 escalas, del siguiente modo:
Aceptación 1, 5, 13, 17, 21 25, 29, 33, 37, 41, 45
Sobreprotección 2, 6, 10, 14, 18, 22, 26, 30, 34, 38, 42, 46
Sobre indulgencia 3, 7, 11, 15, 19, 23, 27, 31, 35, 39, 43, 47
Rechazo 4, 8, 12, 16, 20, 24, 28, 32, 36, 40, 44, 48.
6
I. DESCRIPCION GENERAL
La escala de confusión-dominancia se obtiene por el número de puntajes
en el cuartil más alto, puede tener cuatro posibilidades:
D + (1) Dominancia neta de una actitud
D - (2) Dominancia de dos escalas o actitudes
D - (3) Confusión y dominancia de tres actitudes
D + (4) Acentuada confusión en la relación madre-hijo.
El puntaje directo máximo que puede alcanzar la evaluada es de 60 y un
mínimo de 12.
1.3. NORMAS DE APLICACIÓN
La ERMN, está dirigida a las madres, cuyas edades de los niños sean
menores a los 7 años, de diversos estratos socioculturales y educativos.
La aplicación de la escala puede ser individual o colectiva, o auto
administrada; suele durar un promedio de 25 minutos aproximadamente;
siendo un tiempo prudente para que pueda valorársele correctamente el
cuestionario.
Normas generales de aplicación:
El evaluador de la prueba, sea psicólogo, orientador u otro, deberá
atenerse lo más fielmente posible a las instrucciones que se detallan a
continuación; toda vez que han sido las tenidas en cuenta en la
tipificación de este instrumento:
a. Debe cuidarse que las condiciones del ambiente, mobiliarios y
materiales para la evaluación, sean las más aceptables.
b. Asegurarse que las evaluadas esté motivadas, para ello se precisa
explicárseles las razones de la evaluación.
c. El evaluador deberá responder alas preguntas o dudas, que las
evaluadas le planteen, antes de iniciar a responder.
d. Durante la aplicación, procurará no interrumpir al grupo para hacer
aclaraciones; por ello se debe asegurar que hayan entendido el trabajo
que deben realizar.
e. Cuando la evaluación es colectiva, los sujetos deberán trabajar con
suficiente independencia, distancia y separación para evitar hacer
comentarios sobre lo que responden los demás.
f. Al finalizar, debe verificar que todos los reactivos de la prueba hayan
sido correctamente contestadas, además de haber consignado los datos
correspondientes a la evaluada en la hoja de respuestas.
Normas específicas de aplicación
Las instrucciones para la aplicación se encuentran en la tapa del
cuestionario, para ello se sugiere leer en voz alta y las evaluadas en
silencio; siendo éstas las siguientes:
7
“Lea cuidadosamente, luego marque con un aspa (X) en el recuadro que
considere correcta en su opinión o sentimiento, en la hoja de respuestas,
utilizando los siguientes criterios (alternativas):
• Marque debajo de la CA, cuando usted esté completamente de
acuerdo con la afirmación
• Marque debajo de la A, cuando usted esté de acuerdo con la
afirmación
• Marque debajo de la I, cuando usted este indecisa con la
afirmación.
• Marque debajo de la D, cuando usted esté en desacuerdo con la
afirmación
• Marque debajo de la CD, cuando usted esté completamente en
desacuerdo con la afirmación.
Conteste a todas las afirmaciones, pero marcando solo una de las
alternativas, que considere adecuada. Debe cuidar que su respuesta
coincida con la afirmación, para ello se encuentran enumerados de forma
horizontal, siga el orden de la numeración” NO ESCRIBA NI REALICE
MARCA ALGUNA EN ESTE CUESTIONARIO, SUS RESPUESTAS LO HARÁ EN
LA HOJA DE RESPUESTAS
1.3. NORMAS DE CALIFICACIÓN
Las afirmaciones tienen cinco alternativas de respuesta, a cada alternativa
se le ha asignado un valor o puntaje que varía de 1 a 5, siendo éstas las
siguientes:
ALTERNATIVAS VALOR
Completamente De Acuerdo CA 5
De Acuerdo A 4
Indecisa I 3
En Desacuerdo D 2
Completamente en Desacuerdo 1
En el caso de la escala que evalúa ACEPTACIÓN, existen dos plantillas de
corrección, una es directa (similar a las otras áreas) otra plantilla es de
corrección inversa, (ítems: 17, 21, 25, 29, 33, 41, 45) donde se asigna el
puntaje de acuerdo a los siguientes criterios:
ALTERNATIVAS VALOR
Completamente De Acuerdo CA 1
De Acuerdo A 2
Indecisa I 3
En Desacuerdo D 4
Completamente en Desacuerdo 5
Se puntúa cada ítem y luego se suman los puntajes totales de cada escala,
lográndose un total en A, SP, SI, R. Luego, se convierten estos PD en
8
puntuaciones percentilares, evidenciándose el predominio de una o más
escalas. Posteriormente, por inspección de resultados, según el cuartil se
obtiene el puntaje de la escala confusión-dominancia. El predominio de la
escala de aceptación indicara actitud materna positiva, el predominio de
alguna de las escalas de no aceptación indicaría actitud materna negativa,
dependiendo de la escala dominante o predominante; las características
de la relación madre-niño. Igualmente, el número de escalas
predominantes señalarían el grado de confusión de la relación madre-
niño.
1. 5. NORMAS DE INTERPRETACION
Según el autor de la prueba (Roth 1965), las actitudes típicas de la madre
podrán agruparse como siguen:
Actitud de Rechazo: Sería la negación de amor y expresión de odio hacia
el niño, en término de negligencia, tosquedad y severidad. Entendiendo
por negligencia a la manifestación de desaprobación o repudio aún en
situaciones muy sutiles, como olvidándose de dar de comer al niño o
dejarlo a sus propios recursos, o ante pequeñas faltas mostrar severidad,
negándole placeres, ventajas o privilegios. Igualmente manifestaría
tosquedad mediante desaprobación con maltratos físicos o regaños ante la
menor provocación, humillándolo al niño con sobrenombres, o
comparándolo desfavorablemente con otros.
Frente a estas actitudes de rechazo, el niño trataría de ganar afecto, ya
sea con intentos directos o indirectos; por ejemplo, por medio de robos,
vigilando a sus padres, llorando, pataleando o quejándose continuamente;
como también manifestando comportamientos sumamente inquietos en
búsqueda de elogios o castigos. Ya sea mostrando una completa
desatención a las reglas y normas, con ausencia de los sentimientos de
culpa, lo que sería tipificado como reacciones psicopáticas o negando
sentimientos hostiles hacia la madre, expresando en temores, fuga,
introversión, represión, entre otros.
Actitud de Sobreindulgencia: Sería expresada en gratificación excesiva
junto con la falta de control parental, esto es una carencia en el uso de
recursos disciplinarios, que permitan establecer límites en la conducta del
niño de acuerdo a normas de convivencia.
Igualmente se, manifestará la sobreindulgencia cediendo constantemente
a las demandas “caprichos” del niño o defendiéndole de ataques de otros.
Frente a la sobreindulgencia, el niño respondería según Roth, con
comportamientos rudos y agresivos, con baja tolerancia en la frustración,
demostrando dificultades para adecuarse a la rutina.
Actitud de Sobreprotección: Es considerada por Roth, como una
expresión de ansiedad pre-natal, en términos de cuidados infantiles, lo
que es un impedimento para el desarrollo de un comportamiento
independiente, por el excesivo control.
9
Esta actitud se expresa en la excesiva preocupación de la madre por la
salud de su hijo, por las relaciones con sus compañeros y por el
rendimiento escolar, tratando de ayudarlo en las tareas de la casa, y
observando detalladamente si el niño logra lo que supone debe obtener.
Actitud de Aceptación: Es la expresión de una adecuada relación madre-
hijo, en términos de sinceridad en la expresión de afecto, interés en los
gustos del niño, en sus actividades, desarrollo y en la percepción del niño;
proveyéndole de apropiados contactos sociales fuera de casa y haciendo
demandas razonables de acuerdo a su posibilidades.
Así mismo manifiesta firmeza y control no destructivos, orden en la rutina
de actividades diarias y consistencia en la disciplina. Del mismo modo, la
aceptación permitiría una percepción é interpretación apropiada de las
señales y comunicaciones del niño, pero cooperadora y con mucha
empatía.
Frente a estas actitudes maternas, el niño respondería de acuerdo a lo
señalado por Roth, en forma positiva a la socialización, desarrollando
sentimientos consistentes de amistad, interés, entusiasmo en el mundo y
una clara y real auto percepción.
1.6. UTILIDAD DE LA ERMN
La escala que evalúa actitudes maternas en la relación madre-niño,
indaga el tipo de actitud que presentan las mujeres hacia sus hijos
menores de 7 años, de esta manera se contribuye en la exploración y el
diagnóstico de la actitud materna en la crianza del niño, para cuyo efecto,
se carecen de instrumentos en nuestro medio.
Es de gran utilidad para el psicólogo escolar, clínico y profesionales de la
salud que brindan atención a las madres de familia, quienes pueden
encontrar en este instrumento un apoyo en su labor orientadora.
Es sabido que los instrumentos tienen limitaciones; una de las más
claras, es la tendencia que tiene el sujeto de contestar por lo que cree que
debe ser, que por lo que realmente es su forma de ser, pensar y sentir; por
lo que alguna manera se puede falsear en la interpretación de los
resultados que se de. Para controlar en lo posible esa tendencia, se han
distribuido los elementos de la escala de manera tal que no permita
adivinar o inventar una respuesta, como originalmente estaba distribuida
la prueba.
Los resultados de la ERMN, seguro que van a variar, luego de realizar un
programa de orientación y mejoramiento de las actitudes maternas. Como
es de esperarse, a partir de los resultados de una evaluación y arribar a
un diagnóstico, se precisa plantear estrategias de mejoramiento del
sistema de crianza del niño; y allí justamente radica la importancia y
utilidad que tiene la escala.
10
Como todo instrumento psicológico, a partir de los resultados, busca
mejorar la calidad de vida de las personas; ésta, es sin lugar a dudas una
prueba que no tienen el riesgo de originar mayores perjuicios en los
usuarios, por lo tanto los resultados sirven de apoyo al profesional que lo
utiliza, para planificar sus estrategias de abordaje con el sujeto o sujetos
de estudio
CASOS ILUSTRATIVOS
CASO 1: María Eugenia (32 años)
Antecedentes previos
María Eugenia es una mujer de 32 años, con dos niños: Diego de 8 y Jean
Carlo de 3 años, está dedicada a la venta de productos de belleza, en cuya
actividad parece tener éxito y gozar de un buen prestigio. Está separada
formalmente del padre de sus niños hace 2 años aproximadamente, fecha
en que se entera que él había iniciado una nueva relación en España,
luego de un año y medio de permanencia en el país, al cuál viajó para
mejorar la situación económica de la familia.
El esposo viajó cuando María Eugenia tenía dos meses de gestación, cuyo
embarazo no estaba previsto. Al inicio, la comunicación era frecuente, la
cuál se fue extinguiendo con el tiempo en que se consolida la relación de
él, con otra persona. Aún cuando asume las responsabilidad económica de
los niños que les permite tener cierta tranquilidad; sin embargo, ella
alberga sentimientos de rencor rechazo, hostilidad y desprecio hacia el
padre de sus niños; pareciendo no haber elaborado tal ruptura.
María Eugenia vive con sus niños en el tercer piso de la vivienda de sus
padres de 58 y 60 años, además, de una hermana soltera de 30 años de
edad; quienes ven a los niños con frecuencia, especialmente cuando ella
tiene que salir por su trabajo. Nos comenta María Eugenia que está
saliendo hace seis meses con un hombre divorciado de 45 años, pero no
tiene mayores expectativas, para establecer una relación más seria; se
muestra insegura y parece no involucrarse en mayor medida en dicha
relación.
El pequeño Jean Carlo, conoció a su padre hace un año, a raíz del viaje
que éste hizo a Trujillo por un periodo de dos meses, de lo cuál el niño es
consciente. Asiste a un centro Infantil Privado hace 2 años; denotando ser
inteligente, con sus habilidades básicas desarrolladas a excepción de la
esfera afectiva emocional; ya que revela dificultades para relacionarse con
otros pequeños, es peleandero, revelde, algo hiperactivo y en su
capacidad de autovalimiento aún inmaduro; a decir de la maestra.
Al evaluar a la madre de Jean Carlo a través de la ERMN, apreciamos que
es una mujer ansiosa, algo aprehensiva, ocasionalmente impulsiva
especialmente en el manejo de la conducta de su pequeño quien se
11
muestra algo hiperactivo; con falto de criterios en la crianza del niño,
quien es diametralmente opuesto a su hermano Diego de carácter dócil y
con buenas calificaciones en el colegio, a quienes los compara con harta
frecuencia.
Resultados
Los resultados de la evaluación fueron:
Áreas PD Pc
Aceptación 18 25
Sobreprotección 35 40
Sobreindulgencia 33 40
Rechazo 46 95
Interpretación
Se aprecia un predominio de la actitud materna de rechazo que tiene
hacia el niño. Evidencia severidad y desaprobación constante de la
conducta de Jean; especialmente cuando se trata de conductas que ella
desaprueba con frecuencia y es reprobada por las normas del centro de
educación. Su conducta impulsiva de María Eugenia y la falta de criterios
para relacionarse adecuadamente son su niño, se refleja también en la
permanente comparación que hace respecto a su hermano Diego.
Es evidente que la madre genera en su pequeño hijo, rebeldía y
trasgresión de normas que son desaprobadas pese a su tierna edad:
Además, si tomamos en cuenta su personalidad algo inestable y frágil, no
es el único argumento que explica la actitud negativa; sino también
estaría asociado al hecho de no haberlo deseado, y estaría proyectando en
el niño, los sentimientos de rencor y hostilidad que siente por el padre de
su pequeño.
Finalmente, recomendamos a María Eugenia a acudir a sesiones de
orientación y consejería, para ayudarla a clarificar sus sentimientos y
cogniciones respecto a su pequeño.
2.1. LAS ACTITUDES MATERNAS
12
II. MODELOS TEÓRICOS ACERCA
DE LAS ACTITUDES MATERNAS
A. Relación madre-hijo:
Existe consenso entre los autores en señalar la importancia vital de la
relación madre-hijo pero debemos enmarcar esta relación, en general,
dentro del contexto social en que se desarrolla y específicamente dentro de
la dinámica familiar.
Al considerar a la sociedad como punto de referencia d esta relación
debemos tener en cuenta la adquisición del rol materno de la mujer frente
a su hijo. El rol materno podemos considerarlo como un conjunto de
conductas que asume la mujer al tener el hijo.
Dentro de la dinámica familiar la relación madre-hijo adquiere
características peculiares, como dice Spitz (1960) esta relación es el
"germen" del desarrollo ulterior de las relaciones sociales, en donde el
papel de la madre es el de "interprete frente al mundo".
Desde el momento que nace el hijo, se establece una relación reciproca
entre la madre y el hijo. La madre con su presencia física y su asistencia
hacia el niño constituye una respuesta frente a sus necesidades físicas y
psicológicas en la que provee seguridad, calor y protección, la madre
adquiere "valor de recompensa" (Mussen, Conger, Kagan, 1987). Citado
por Hurlock (1993).
En un estudio realizado por Webber, Winkel, Peterson y Marrison (1985)
en el que se subraya el cambio de conductas indeseables de tres niños
mediante cambios en la conducta de sus madres, se demostró que la
conducta social de la madre puede funcionar como una poderosa clave de
reforzadores para la conducta indeseable y normal de su hijo (Bijou 1982).
En los primeros años de vida del niño, las acciones de la madre adquieren
un valor muy importante, las manipulaciones y caricias maternales se
constituyen en estímulos indispensables para su desarrollo, Spitz, (1996)
Desde el momento en que el niño empieza a diferenciar a la "figura"
materna de las demás, la relación madre hijo pasa a un periodo afectivo-
objetivo, donde la madre representa el universo del niño; este periodo es
de gran importancia por cuanto la identificación del rostro materno facilita
la evolución afectiva.
La madre a través de sus gestos, actitudes, entabla una intima relación
con su hijo, que adquiere cierta unidad durante los primeros años con
una dependencia del niño respecto a la madre, como lo sostienen Gewirtz
(1960) y Sears (1963) citados por Hurlock (1993); el niño llega a ser social
y emocionalmente dependiente de la madre, pero al adquirir el niño
madurez psicomotora esta unidad y dependencia debe dar paso a la
relación mas independiente que se logra cuando el niño encuentra
oportunidades de interacción con objetos y personas a través del
entrenamiento gradual.
13
Algunas madres tienen el hábito de servir al niño constantemente y
tienden a persistir durante largo tiempo, aun después de haber terminado
la etapa de la dependencia absoluta del niño. Algunas veces una madre
continua haciendo las cosas por él, quizás consiga una satisfacción
personal, sintiendo que es "indispensable para el pequeño" (Hurlock,
1993). Con esta actitud la madre priva al niño de adquirir y dominar
ciertas tareas madurativas y la adaptación social se ve perturbada.
Es preciso que la madre sepa guiar la formación psíquica, llevando a su
hijo paulatinamente hacia la madurez y realización como ser humano. Es
evidente que esa especial intimidad entre dos seres vivos, la madre él hijo,
apoya la teoría de que el origen de la familia humana se encuentra en
dicho grupo biológico. Además, en nuestra sociedad, las emociones
sociales y la capacidad social de ajuste se basan sobre la primera relación
del pequeño ser humano con su madre.
B. Interacción madre - hijo como mediador en problemas
conductuales
La efectiva interacción madre-hijo está determinada, en su momento
inicial, por el proceso de desarrollo objetal que el niño pequeño manifiesta
para con su madre. Según Spitz (1996), de la relación de mutuo
conocimiento y dependencia afectiva (y para el niño también fisiológico), se
pueden distinguir principalmente dos factores:
El factor conciente, se manifiesta funcionalmente a partir del logro de la
representación, en particular del lenguaje hablado, por parte del niño en
la etapa preoperacional. Así, por primera vez se pueden representar y
evocar los sentimientos. De este modo las experiencias afectivas llegan a
tener un efecto más duradero que las propias experiencias; la
representación y el lenguaje permiten que los sentimientos adquieran una
estabilidad y duración que antes no poseían. Esta capacidad de conservar
los sentimientos hace posible que éstos sean interpersonales y morales.
El intercambio bipersonal es la reciprocidad de las actitudes y valores
entre el niño y otros; esta forma de intercambio conduce a que cada
individuo valore a la otra persona (respeto mutuo).
El factor inconsciente: está básicamente determinado por las diferentes
actitudes que manifiesta inconscientemente la madre hacia su hijo y su
nivel de reacción afectiva que se refleja hacia las necesidades que éste
manifiesta: En este nivel, puede darse uno de los problemas más
importantes del desarrollo afectivo y moral del niño: LA AMBIVALENCIA
de las reacciones maternas entre el plano conciente e inconsciente.
Si las actitudes afectivas de la madre (o en su carencia quien represente la
figura materna) son positivas en todos los ámbitos; se produce un
conocimiento más profundo de las necesidades del niño lo que
desencadena un aumento de las satisfacciones para él, que le
proporcionan mayor seguridad, comunicación estable y afectiva y un
14
aumento de su autoestima. Si de alguna forma se manifiestan síntomas
de afectividad ambivalentes hacia el niño, éstos son captados e
interiorizados de manera emocional o cognitiva por éste, quedando así
determinada la inseguridad hasta llegar a presentar síntomas somáticos
de déficit socio emocional como por ejemplo; interrupciones en el
desarrollo, ausencia de sonrisa en el niño pequeño, problemas severos de
conducta en el niño más grande incluso en el adolescente.
C. La conducta de apego y su relación con los sistemas de
control.
Bowlby (1976) ha sistematizado Los roles de la madre y el hijo en la
interacción materno filial:
c.1. La interacción como resultante de distintos tipos de
conducta
Quien quiera que observe cómo se comportan una madre y su bebé de
uno o dos años a lo largo de un período de tiempo podrá advertir que cada
uno de ellos pone de manifiesto pautas de conducta muy diferentes. En
tanto que algunas conductas del sujeto contribuyen a aumentar o
mantener la proximidad de ambos, muchas de esas conductas son de un
tipo completamente diferente. Algunas no vienen al caso, en el sentido de
que no tienen relación alguna con la proximidad: la madre cocina o cose;
el niño juega con una pelota o vacía la cartera de la madre. Otras pautas
de conducta son antitéticas al mantenimiento de la proximidad: la madre
va a otra habitación, el niño sube la escalera. También hay conductas
opuestas a la búsqueda de proximidad: en determinadas ocasiones, por lo
general poco frecuentes, la madre o el niño pueden sentirse tan irritados o
coléricos que actúan de tal manera que aumentan la distancia que los
separa. El mantenimiento de la proximidad, por lo tanto, es sólo uno de
los muchos resultados que puede tener la conducta de los participantes
de la interacción.
No obstante, es sumamente improbable que un día cualquiera la distancia
entre ambos exceda un máximo determinado. De ocurrir así, muy pronto
uno o ambos sujetos actuarán de modo que reduzcan esa distancia. En
algunos casos es la madre quien toma la iniciativa, llamando al niño, o
yendo a donde está él; en otras ocasiones es el pequeño quien toma la
iniciativa, al volver corriendo junto a la madre o al romper a llorar.
Existe, en consecuencia, un equilibrio dinámico en la pareja madre-hijo. A
pesar de que buena parte de sus conductas son incoherentes, algunas
compiten entre sí y otras resultan mutuamente incompatibles o se oponen
la una a la- otra, por lo general la distancia entre el pequeño y la madre se
mantiene dentro de determinados límites estables. A los efectos de
comprender de qué manera sucede esto, convendrá considerar la relación
espacial existente entre ambos como resultado de una conducta de uno de
los cuatro. Tipos siguientes:
a. la conducta de apego del niño;
15
b.una conducta del niño antitética del apego (en particular la
conducta exploratoria y el juego);
c. la conducta de atención de la madre;
d. una conducta materna antitética de los cuidados parentales.
Las pautas de conducta descriptas en (a) o en (c) son homogéneas con
respecto a su función; las clasificadas en (b) o (d) son heterogéneas.
Cada una de estas conductas - varia notablemente en su intensidad de un
momento al otro, y durante un tiempo puede no registrarse en absoluto
una conducta de determinado tipo.’ Por añadidura, sobre cada una de
ellas suele influir la presencia o ausencia de terceros, ya que las
consecuencias de cualquier tipo de conducta pueden inducir o inhibir las
conductas de los demás tipos. Por consiguiente, cuando la madre parte
suele inducirse la conducta afectiva del hijo, en tanto que se inhibe su
conducta exploratoria; por el contrario, cuando el niño va demasiado lejos
en sus ensayos exploratorios, la madre suele prestarle atención y. por
consiguiente, posibilitar la inhibición de todas sus otras conductas. En
una pareja armoniosa los cuatro tipos de conducta se ponen de manifiesto
y progresan de manera uniforme; pero siempre se corre el riesgo de que
surjan conflictos.
El análisis precedente indica que la conducta afectiva del niño configura
tan sólo uno de los cuatro tipos de - conducta señalados (dos de ellos
inherentes al pequeño y dos a la madre) , los cuales facilitan la interacción
madre-hijo. Pero antes de proceder al análisis más exhaustivo de la
conducta de apego convendrá .examinar sucintamente los otros tres tipos
de conducta. Comencemos por aquella que, al apartar al niño de- su
madre, constituye la antítesis misma de la conducta afectiva.
c.2. La conducta exploratoria y el juego
Durante la década de los setenta, cobró amplia difusión uno de los
antiguos postulados de Piaget, según el cual la exploración y la
investigación constituyen un tipo de conducta tan diferenciada e
importante como otros tipos de conducta ampliamente reconocidos, como
la alimentación y el apareamiento.
La Conducta exploratoria adopta tres formas principales: en primer lugar,
una respuesta orientadora de la cabeza y el cuerpo que coloca a los
órganos de los sentidos en posición más adecuada Para disminuir el
objeto-estímulo y da la señal a la musculatura y al sistema cardiovascular
para que entren en acción de inmediato; en segundo termino, el
acercamiento del cuerpo al objeto-estímulo, lo cual permite a todos los
órganos de los sentidos obtener una información más abundante y cabal
al respecto; en tercer lugar la investigación del objeto al manipularlo o
experimentar con él por otros medios. Esa conducta es común en todas
las especies de aves y mamíferos y, en particular en determinadas
especies, como los cuervos entre las aves y los primates entre los
16
mamíferos. En los seres pequeños se pone de manifiesto con mayor
frecuencia que entre los adultos.
Los seres humanos en especial los de escasa edad, se comportan de la
misma manera. Todas las madres saben que a los bebés les encanta
observar una escena cambiante y. como lo demostrará experimentalmente
Rheingold (1963), citado por Bowlby (1976) señala que un bebé de apenas
cuatro meses pronto aprende a tocar repetidamente una pequeña pelota
cuando la consecuencia de hacerlo es ver una breve sesión cine-
matográfica. Toda madre sabe, asimismo, que el bebé deja de comer de
inmediato cuando algo o alguien nuevo ingresa a su campo visual. Los
efectos de la novedad sobre los bebés son tales que, logra fácilmente
distraer la absorta concentración del pequeño en determinado elemento
del ambiente.
Por consiguiente, observamos que la conducta exploratoria no es, en
manera alguna, un anexo de la conducta de alimentación o de la sexual.
Por el contrario, se trata de una clase de conducta perfectamente definida
e Independiente, que depende de una serie de sistemas desarrollados con
el fin específico de extraer información del ambiente. A semejanza de otros
sistemas de conducta. También éstos se activan por medio de estímulos
que poseen ciertas propiedades características, y son interrumpidos por
estímulos poseedores de análogas propiedades. En este caso es la novedad
la que produce la activación, y la familiaridad la que determina el fin de la
actividad. La conducta exploratoria se caracteriza específicamente por
transformar lo nuevo en familiar y. mediante este proceso. Convierte al
agente de activación en agente de terminación
Una característica paradójica de la conducta exploratoria es que
prácticamente las mismas propiedades que incitan a la exploración
provocan también alarma e inducen al alejamiento. Por esta razón con
frecuencia los animalitos y los niños ponen de manifiesto de manera
simultánea o en rápida sucesión una conducta de acercamiento lleno de
interés y de retiro provocado por la alarma. Por regla general, el equilibrio
entre ambas se produce cuando el interés despertado supera la sensación
de alarma. Al principio todo elemento extraño induce al alejamiento.
Luego el sujeto lo explora desde cierta distancia, observándolo
atentamente durante un tiempo prolongado. A la larga, empero (y siempre
que el objeto novel permanezca en su lugar y no emita sonidos o visiones
alarmantes), el observador suele acercarse al objeto y explorarlo, primero
con cautela. Luego con mayor confianza. En la mayor parte de las
criaturas el proceso se acelera de manera notable en presencia de un
amigo y. en los pequeños en presencia de la madre.
En apariencia, el juego con el grupo de pares comenzaría como extensión
de la conducta exploratoria y del juego con objetos inanimados. Las
observaciones de Harlow .y Harlow (1965) citados por Bowlby (1976)
sobre los monitos probablemente se aplican de manera análoga a los
niños pequeños:
17
Sin duda, las variables que inducen a la exploración de objetos y a la
exploración social son de índole similar. Los objetos. Físicos móviles dan
al mono la oportunidad de producir respuestas que facilitan la
interacción. Pero ningún objeto móvil puede suministrar al primate de
pocos meses la notoria oportunidad de realimentación estimuladora que
se logra por medio del contacto con uno o vanos congéneres en la
interacción. La etapa del juego probablemente inicia como actividad
individual que involucra el empleo sumamente complejo de objetos físicos.
Estas pautas de juego individuales son, sin duda, las precursoras de las
respuestas múltiples y complejas que aparecen más adelante como
consecuencia de la interacción a que da lugar el juego.
Al apartarlo de la madre, la conducta exploratoria y el juego del niño
resultan antitéticos a su conducta de apego. A la inversa, al acercarla
hacia el niño la conducta maternal de la progenitora refuerza la conducta
afectiva.
c. 3. Los cuidados maternales
En todos los mamíferos (el hombre incluido) se registran varios tipos de
conducta maternal. En algunas especies corresponde distinguir, desde un
principio, las pautas de amamantamiento, construcción del nido y
recuperación tic la prole. Cada una de ellas reviste una importancia vital
para la supervivencia de esta última; empero, para los fines aquí
perseguidos nos interesa fundamentalmente la conducta mencionada en
último término.
La conducta de “recuperación” puede definirse como toda conducta de
uno de los progenitores dirigida a traer al nido la prole, o acercarla a la
madre, o ambas cosas a la vez. A tales efectos; los roedores y los
carnívoros utilizan la boca, en tanto que los primates se valen de pies y
manos. Por añadidura, casi todas las especies de animales -lanzan un
grito característico (a menudo en tono bajo y suave) que, al inducir a la
conducta de acercamiento, tiene como resultado atraer a la prole.
Entre los seres humanos este tipo de conducta recibe distintos nombres;
por ejemplo, “protección”, “cuidados maternos”, “crianza”, etcétera. En
algunos contextos es preferible utilizar la expresión general “cuidado
materno”; en otros, el término “recuperación”. Este último vocablo, en
particular, indicarla que buena parte de la conducta materna contribuye a
reducir la distancia existente entre el pequeño y la madre y a mantener a
aquél en estrecho contacto físico con la progenitora. Estos aspectos
tienden a soslayarse cuando se utilizan otros términos para hacer
referencia a esa conducta.
Entre los primates, la madre recoge al pequeño en brazos y lo sostiene en
esa posición. Como los resultados obtenidos son similares a los de la
conducta de apego de los hijos, cabe interpretar esa conducta en términos
semejantes; vale decir, como una conducta determinada por una serie de
sistemas cuyos resultados previsibles son mantener la proximidad de los
18
pequeños. Es posible estudiar las condiciones que activan e interrumpen
el funcionamiento de los sistemas pertinentes. Entre las variables
orgánicas que afectan la activación, el contenido hormonal de la madre
casi sin lugar a dudas desempeña un papel básico. Entre las variables
ambientales se cuentan las andanzas y conducta del pequeño; por
ejemplo, cuando éste se aleja demasiado, se extravía o rompe a llorar, la
madre suele entrar en acción. Si, por su parte, aquélla tiene algún motivo
de alarma o ve que otros se lo llevan al hijo, de inmediato realiza grandes
esfuerzos por recobrarlo. Este tipo de conducta sólo se interrumpe cuando
el hijo está nuevamente a salvo en sus brazos, En otras ocasiones, en
especial cuando el pequeño juega tranquilamente con otros individuos
conocidos del vecindario, la madre permite que las cosas sigan su curso
natural. No obstante, siempre permanece latente su tendencia a recobrar
al hijo por lo cual suele vigilarlo prestar atención a sus gritos, lista para
actuar ante la más mínima señal de alarma.
2.2. TIPOS DE ACTITUDES MATERNAS
Roth, (1965), citado por Hurlock (1997), ha sistematizado las siguientes
actitudes:
1. Actitud de aceptación
Es la expresión de una adecuada relación madre-hijo, en términos de
sinceridad y expresión de afecto, interés en los gustos del niño, en sus
actividades, desarrollo y en la percepción de su pequeño. Así pues, la
actitud materna de aceptación, según Roth (1965) es expresada por la
sinceridad e identificación con el niño, proveyéndoles de apropiados
contactos sociales fuera de casa y haciendo demandas razonables de
acuerdo a sus posibilidades.
Así mismo, en la actitud de aceptación, se manifiesta firmeza y control no
destructivos, orden en la rutina de las actividades diarias y consistencia
en la disciplina. La aceptación, permitirá una percepción e interpretación
apropiada de las señales y comunicaciones del niño, pero de manera
cooperadora y con mucha empatía. Frente a estas actitudes maternas, el
niño respondería, de acuerdo a lo manifestado, por Roth, en forma
positiva a la socialización, desarrollando sentimientos consistentes de
amistad, interés y entusiasmo en el mundo y una clara y real auto
percepción.
La dedicación al niño debe ser racionalizada teniendo en cuenta no solo
las necesidades y sentimientos de él, sino también la de los demás
miembros de la familia, lo que permitirá alcanzar un adecuado equilibrio
entre lo que el niño necesita de sus padres en general y lo que ellos
necesitan del niño.
2. Actitud de sobreprotección
Es considerada por Roth, como expresión de ansiedad prenatal en
términos de cuidados infantiles, lo que es un impedimento del desarrollo
19
de un comportamiento independiente por su excesivo control. Esta actitud
se expresa en la excesiva preocupación de la madre por la salud del niño,
por las relaciones con sus compañeros y por el rendimiento académico;
tratando de ayudarlo en las tareas de la casa y observando
detalladamente si el niño logra lo que supone que debe obtener.
Frente a la sobreprotección, se afirma que el niño muestra fracaso en
aprender y hacer cosas por si mismo, con sentimientos limitados de
responsabilidad.
Respecto a esta actitud, Bakwin (1974), citado por Hurlock (1997), la
considera como actitud de no aceptación que se caracteriza por la
conducta de la madre que se manifiesta en: un cuidado y contacto
excesivo; así como en variaciones en la actitud acostumbrada hacia la
educación en dirección de la indulgencia excesiva o dominancia.
El cuidado excesivo se manifestaría en: Continuación de actividades como
alimentación, vestido y baño, después de la edad usual en el niño; la
lactancia natural es probable que se prolongue indebidamente; limitan el
juego del niño con otros por temer a que se lastime, o no aprenda malos
hábitos; lo acompañan a la escuela mucho después que niños de su
misma edad lo hacen independientemente.
El niño excesivamente protegido encuentra una serie de dificultades que
disminuye la posibilidad de alcanzar su independencia e integración al
grupo.
El mismo autor, según Hurlock, menciona que en el niño sobreprotegido
podemos encontrar: que encuentra dificultades para hacer ajustes
sociales. En grupo, son exigentes, egoístas, tiránicos, piden atención,
afecto y servicio constante; tienen dificultad en hacer amigos; son
demasiado dominantes y siempre insisten en ser líderes.
Por otro lado la actitud de sobreprotección de la madre puede deberse a
diversos factores entre los que podemos señalar, un largo periodo de
espera de un niño, ya sea por que la madre se caso relativamente tarde,
largo periodo de esterilidad, cuando ha sufrido varios abortos espontáneos
o cuando adopta un niño tras algunos años de intentar un hijo propio.
Una peligrosa enfermedad del hijo y la de un impedimento físico o mental,
Adrados (1973)
Eisemberg, (1988) y Waldfogel, (1987); citados por Hemsing, (1988):
aportaron importante información del papel de la sobreprotección en la
aparición de las fobias a la escuela, ellos concluyeron que “aun una gran
mayoría de casos de los niños y sus madres (en algunos casos sus padres)
han establecido una relación de mutua dependencia, en la que la
separación seria perturbadora para los dos. Entrar en la escuela
representa simplemente la primera vez que se exige una separación
sostenida, aunque exista por lo común previas incidencias aisladas de
intensa angustia o perturbaciones por parte del niño cuando la madre se
ha ausentado por un tiempo. El término de “fobia escolar” induce a error a
estas circunstancias.
20
3. Actitud de sobre indulgencia
Seria expresada en gratificación excesiva junto a la falta de control
parental, esto es, un exagerado cuidado y contacto excesivo. Lo cual se
manifiesta en pasar demasiado tiempo con el niño, haciendo más
actividades de las que debiera, leyéndole, jugando o constantemente con
el; igualmente se manifestaría la sobreindulgencia cediendo
constantemente a las demandas y requerimientos del niño o defendiéndolo
de ataques de otros niños, autoridades y otros.
Frente a la sobreindulgencia el niño respondería según Roth, con
comportamiento rudo y agresivo, con baja tolerancia a la frustración,
demostrando dificultades para adecuarse a la rutina. Por su parte,
Bakwin (1984), citado por Hurlock (1997), plantea que la Actitud de
Sobreindulgencia, es considerada al igual que la de sobreprotección como
una actitud de no aceptación y que impide el desarrollo emocional del
niño manteniéndolo en un estado de dependencia y en el que con el llanto
puede lograr que la madre satisfaga sus peticiones. Acostumbrado a
obtener rápida respuesta a sus demandas y si estas no les son
satisfactorias recurre con frecuencia a las rabietas. “Sus demandas a
menudo son irrazonables por que todas las solicitudes razonables ya han
sido satisfechas.
Frente a una actitud de sobreindulgencia el niño espera ser el primero en
todo, y se lleva generalmente mal con otros niños que no ceden ante él. La
madre constantemente “tapa” las faltas de su hijo, amenazando castigarlo
pero no lo hace. También, ante esta actitud, la conducta del niño es
sumamente exigente, con una baja tolerancia a la frustración y con
dificultades para adaptarse a la rutina.
4. Actitud de rechazo
Es la negación del amor y expresión de odio hacia el niño en términos de
negligencia, tosquedad y severidad. Entendiendo por negligencia a la
manifestación de desaprobación o repudio aun de situaciones muy sutiles,
olvidándose de dar de comer al niño o dejarlo a sus propios recursos; o
ante pequeñas faltas mostrar severidad negándole placeres, ventajas o
privilegios. Igualmente manifestaría tosquedad mediante desaprobación
con maltrato físico o regaños ante la menor provocación, humillando al
niño con sobrenombres o comparándolo desfavorablemente con otros,
Roth, (1965)
Frente a estas actitudes de rechazo, el niño trataría de ganar el afecto, ya
sea con intentos directos o indirectos por medio de robos, vigilando a sus
padres, llorando pataleando o quejándose continuamente. También
manifestaría comportamientos sumamente inquietos en búsqueda de
elogios y castigos. Así mismo, mostraría una completa desatención a las
reglas y normas con ausencia de sentimientos de culpa; lo que indicaría
reacciones psicopáticas o manifestando sentimientos hostiles hacia la
madre expresado en temores, fuga, intromisión, represión, entre otros.
21
Su reacción generalizada es aquella de un niño incapaz de tomar
iniciativa, mostrándose dependiente, esperando que le den indicaciones de
qué y cómo hacer. El comportamiento del niño es dependiente, cuidadoso,
sumiso y dócil desarrollando sentimientos de inseguridad timidez,
ansiedad y suspicacia lo cual le impide integrarse al grupo.
Bakwin (1974) dice que el rechazo es cualquier circunstancia en el que el
niño no es deseado. Puede originarse debido a las características de
personalidad de la madre o de los padres en general, en el tipo de
relaciones entre ellos, a los celos por el hijo o en la conducta de este. Por
su parte Welberg (1985) asuma que la mayoría de las madres que
muestran rechazo hacia el hijo son “inmaduras”, inestables, neuróticas y
en ocasiones realmente psicóticas. Son incapaces de hacer una
adaptación madura de la vida y sus relaciones personales; se caracterizan
por ser hostiles y con expectativas irreales. Es malo el ajuste conyugal con
frecuencia, hay miedo de embarazo y asumir el papel de madre.
Bakwin (1984) enumera las causas que generan esta actitud, se hallan:
Cuando los padres son incompatibles, el hijo es frecuentemente rechazado
porque se le considera un impedimento para una posible separación
conyugal; el rechazo no es poco frecuente cuando el niño tiene un grave
defecto, como parálisis cerebral, retraso mental o un padecimiento
incapacitante; matrimonios precipitados; hijos que no son del sexo
deseado; algunas madres rechazan a sus hijos o hijo por que les impiden
trabajar fuera de casa.
La actitud de rechazo puede manifestarse de diversas maneras; Adrados
(1973), sistematiza las siguientes: Castigo severo, desprecio, indiferencia,
irritación, amenaza de alejar al niño, trato ambivalente y desfavorables
comparaciones con hermanos y amigos. También, se dedica poco tiempo o
se muestra muy poco interés en sus asuntos de alimentación, vestido,
actividades académicas; al respecto, Kanner (1986), citado por Hemsing
(1988), añade que a su vez, existe la evitación del contacto físico.
En efecto, el rechazo también equivale al no reconocimiento de sus logros,
la madre o los padres minimizan sus éxitos; hay una tendencia a resaltar
sus defectos. Hurlock (1980) acota que la madre o los padres se muestran
impacientes, censuran e imponen a sus hijos una disciplina rígida.
Para Bakwin, 1984, la actitud rechazante de la madre genera en el niño
una serie de conductas que imprimen características muy particulares
tales como: Falta de un sentimiento de valor o de un sentimiento de
pertenencia; el niño reacciona con agresividad; se muestra egoísta,
vengativo, desobediente, inquieto; trata de llamar la atención y para
conseguirlo se valdrá de cualquier medio aun de aquellos que pueda
generar más castigo; en muchos niños rechazados es frecuente encontrar
enuresis, dificultades en las comidas, el comerse las uñas, tics nerviosos;
también es frecuente encontrar casos de hurtos, rabietas, fugas.
22
Finalmente, existe un tipo de relación madre-hijo caracterizado por una
plena identificación de los derechos del niño, convirtiéndose en la deseable
y positiva; se manifestará en la firmeza de la madre al imponer la
disciplina, actuará con decisión y consistencia, la comunicación esta
siempre abierta, el niño encuentra en su madre a una colaboradora
dispuesta a acercarse cuando él la reclama o dejarlo solo cuando el niño
lo desea.
El niño frente a esta actitud, responderá positivamente a la socialización,
será capaz de adaptarse e iniciar relaciones estables y duraderas.
Mostrará plena identificación con su medio, será tolerante frente a las
frustraciones, el aprendizaje se halla garantizado por su adecuado
desarrollo.
2.3. INTERCAMBIOS ACTIVOS EN LA DÍADA HIJO Y MADRE
Las conductas y actitudes maternas influyen sobre el infante, pero
también las conductas del bebé influyen sobre su mamá. Veamos
separadamente ambas influencias.
a. Influencia de la madre sobre el bebé
La sola presencia de la madre, y aún cuando sus acciones sean
insignificantes, actúa como un estímulo para el bebé. Durante el primer
año de vida, las experiencias y las acciones intencionales son quizá las
que ejercen aisladamente la influencia más importante en el desarrollo de
la personalidad del infante. Podemos observar cómo el niño siente placer
al interactuar con ella si su conducta tuvo éxito, mientras que abandona
las que llevan al fracaso, con lo cual el niño aprende con el método de
“probar equivocándose”, reforzado por la recompensa y el castigo.
Otro factor de reforzamiento son las preferencias de la madre: el niño
tenderá a comportarse de aquella forma que agrade a su madre, con lo
cual las preferencias de ésta tendrán influencia directa en su desarrollo.
Para Spitz, las acciones maternas más importantes son sus actitudes
inconscientes, actitudes que provienen de dos orígenes distintos: los
controles superyoicos de la madre, que tienden a restringir conductas, y
las aspiraciones del ideal del yo materno, que tienden a estimular y
desarrollar otras. Ambas actitudes son importantes para el desarrollo del
bebé: por ejemplo, los controles luego se internalizan y forman defensas,
lo que convierte al niño en un ser social.
b. Influencias del bebé sobre la madre
El niño da libre expresión a su sexualidad y a su agresión, ya sean
aceptados socialmente o no, frente a lo cual la madre suele regocijarse,
pero al mismo tiempo escandalizarse. La madre se defiende de las
seducciones de su bebé mediante negaciones, desplazamientos,
represiones, entre otros. Frente a la conducta "inocente" del niño, aunque
por otra parte entra también en ese juego de seducción, con lo que
termina diciéndole: "haz lo que yo te digo, pero no lo que yo hago".
23
Una forma efectiva de ejercer este control es expresar preocupación por
los “peligros” que amenazan al infante: le prohibirá, lo sobreprotegerá, le
impedirá chuparse el pulgar y masturbarse, etc., pero siempre “por su
bien”.
En general, Spitz llama "proceso de amoldamiento" a la serie de
intercambios entre madre e hijo, y donde cada uno influye sobre el otro en
forma recíproca y en circuito. Las relaciones de esta “díada” son muy
especiales, por cuanto están en cierta forma aisladas del ambiente y se
mantienen por lazos afectivos extraordinariamente poderosos. Spitz,
añade que sabemos poco lo que acontece dentro de esta díada: por
ejemplo, ¿cómo puede la madre adivinar las necesidades del bebé? ¿Cómo
puede despertarse ante un quejido del infante y no frente a otros ruidos
más fuertes? Pero el bebé es también sumamente perceptivo, al captar los
humores y los deseos conscientes e inconscientes de su madre. Para
empezar a resolver todo esto, debemos averiguar cómo se comunican
madre y niño.
c. La angustia de la separación
Cuando inicia su vida pre escolar el infante tiene conductas que
manifiestan un estado angustioso, de intranquilidad, de crisis; reclama a
la maestra que en ese momento es la figura sustituta y las madres
manifiestan sus preocupaciones a las maestras; es decir manifiestan:
“¿Qué hago?; me siento muy mal de dejarlo así, estoy muy angustiada".
Esta angustia de uno y de otro, no es otra que la angustia de la
separación; la angustia que provoca el crecimiento, el despegarse, la
independencia, el aceptar que ya no es uno sino dos, o mejor dicho, tres
(madre-padre-hijo). Y esta situación pasa y se repite con otros hijos
(algunos niños manifiestan en forma más evidente que otros).
La mayoría no conocemos su explicación y se la asocia con la etapa que
hay que pasar y superar, como el primer diente, la primera comida, los
primeros pasos, dejar la cuna y pasar a la cama, el levantarse de noche y
aparecer en la cama de mamá y papá, dejar los pañales, etc.
En cuanto al centro de educación inicial, las maestras que poseen por su
formación un rol profesional, capacitadas teórica y prácticamente,
conocen las explicaciones de esta situación y puede ayudar y aconsejar a
la madre angustiada y contener al niño que está pasando por esta
experiencia de crecimiento.
Al respecto, autores como Malher, Freud, Klein, Piaget, Winnicot, Kaes,
Moreau, Lapierre, Spitz (este último fue quien la llamó, precisamente la
"angustia de los 8 meses"), asumen lo siguiente: En los primeros meses de
vida, los bebés se encuentran en un estado de indiferenciación, se lo llama
fusión simbiótica. Con el correr de los meses, se irá diferenciando de esa
relación con la madre.
24
Alrededor de los 7, 8, 9 meses aparece en el bebé, la conservación del
objeto desaparecido de su vista, comienza a evocar, aparecen las
representaciones internas de los objetos (al ver el chupete, la mamadera,
la cara de mamá, algún juguete significativo, etc.). También las
sensaciones de placer y displacer en relación con las experiencias vividas
en su entorno. Esto tiene que ver con la satisfacción de lo deseado. Es la
madre que irá separando al bebé y el bebé irá elaborando esta separación,
la capacidad de espera necesaria, la tolerancia de la frustración, al deseo
no satisfecho en lo inmediato (por ejemplo: los bebés alimentados
dormidos que no diferencian la necesidad de alimento, los que al menor
indicio son satisfechos inmediatamente).
Surge entonces, la oposición materna, es necesario que la madre se
oponga y que el bebé tolere un tiempo de espera entre la demanda y la
satisfacción. Aparece aquí, el fenómeno transicional; el objeto transicional
ubicado en un tiempo y un espacio, simboliza la unión entre el niño y su
madre. El objeto transicional puede ser un juguete, un trapito, una
frazadita, un almohadón, el aferrarse a él permite tolerar la separación.
La relación simbiótica del comienzo, el vínculo madre-hijo se apoya en el
tercero; el padre u otra figura que sostiene a la madre. El tercero, el que
hace salir a la madre del estado simbiótico, es el que la hace volver al
mundo de lo cotidiano, al mundo del trabajo, ayudándola a separarse. En
este período conflictivo el bebé reconoce a los otros y se diferencia de su
madre. Esta situación le crea angustia porque teme perderla, fantasea con
la pérdida, llora de noche, llora cuando la mamá se aleja de él, pide estar
siempre en sus brazos. En realidad, se está reconociendo como un ser
diferente, distinto de su madre, el placer de ser uno para ser dos. Esto se
relaciona con la capacidad de espera, con el reconocimiento de los objetos
y su desaparición, con las imágenes internas que empiezan a elaborar en
su pensamiento.
La angustia aparece cuando la madre desaparece de su campo visual, ella
no está para satisfacerlo y llora y reclama atención, no tiene capacidad de
espera y se angustia.
Por todo lo dicho, se comprende que se sufre como algo traumático, pero
necesario. Cuando la madre tiene claro que esto es así y quiere ayudar a
su hijo a crecer e independizarse, no tiene culpa del abandono.
Comprende que su actitud lo va a ayudar a superarlo y separarse
sanamente.
En este tiempo el bebé gatea, se desplaza, puede alejarse y volver, explora
el ambiente físico. Esto le da el placer de la libertad de no depender de
otros para obtener un juguete, por ejemplo. La madre se puede apoyar en
su voz para darle tranquilidad, para hacerle saber que está cerca. A esto lo
llamamos apoyo verbal, éste es un apoyo emocional, ya que aunque no
está en sus brazos, está en presencia.
El primer vínculo es la piel, el segundo es la mirada y el tercero es la voz.
Es la relación vincular que deben establecer la madre y el padre. El medio
25
familiar en la medida que se den momentos de juego favorecerá el
desarrollo emocional del niño. Si el padre, la madre o figuras sustitutas
(tal el caso de la maestra), han desarrollado un vínculo de apoyo y
confianza, le han permitido utilizar su cuerpo y sus capacidades motrices,
le han proporcionado objetos atractivos y adecuados, le han dado
oportunidad de jugar con el otro, le han hablado, lo han contenido, el bebé
podrá tolerar la espera, no sentirá abandono, ni perdida, sabrá que la
espera será retribuida en presencia, en contacto y el juego.
d. Miedo por separación
El miedo por separación es aquel que sufren los niños cuando son
separados, alejados de sus padres, familiares o personas ligadas
afectivamente. Es uno de los temores más consolidados de la especie
humana por su valor de supervivencia, ya que la soledad convierte a los
niños en presas fáciles, con alto riego de perecer o sufrir algún percance.
Prácticamente todos los niños sufren este tipo de ansiedad, es un
fenómeno universal que también ha sido observado en otras especies.
Durante la infancia se presentan diferentes situaciones en las que se
produce la separación involuntaria: Escolarización; Trabajo de los padres;
Hospitalización; Divorcio o separación: Muerte de los progenitores
La actitud de los padres es fundamental para la evolución del miedo a la
separación. Aquellos que muestran ansiedad ante la separación de sus
hijos acaban por contagiarles. Los factores que influirán en el incremento
de este tipo de ansiedad, tanto en su duración, intensidad como
frecuencia son: La edad del niño, cuanta menos edad mayor ansiedad; La
calidad del vínculo entre la madre y el niño; La naturaleza de la situación;
si la situación es impredecible e incontrolable, comporta cambios bruscos
en el funcionamiento cotidiano del niño; Las experiencias previas de
separación.
Sobre los 6 meses comienza la ansiedad por separación manifestada por
los bebés con llantos y gritos cuando los padres se alejan, con objeto de
llamar su atención. En esta etapa, estas reacciones suelen ser menos
específicas y diferenciadas a las figuras paternas produciéndose
reacciones similares ante otras personas cuando se siente abandonado y
solo. Cuando llegan a los dos años de edad el hecho de poder andar les
permite expresar mejor su temor corriendo al lado de su madre en cuanto
ésta se aleja. En este momento, el desarrollo cognitivo es mayor,
permitiéndole ser su comportamiento más especifico y diferenciado
estableciendo una relación estable con las figuras que lo cuidan y
protegen.
El tipo de crianza determinara el inicio y duración de este tipo de
ansiedad. En culturas en las que la relación madre-hijo es estrecha se
manifestará antes y desaparecerá más tarde que en culturas con otras
pautas de crianza. Cuando la separación se prolonga por mucho tiempo se
ha identificado tres fases por las que los niños suelen atravesar: 1 ª Fase
26
de protesta, en la que el niño grita, llora y patalea buscando activamente a
sus padres. 2ª Fase de desesperanza, el niño se muestra triste y retraído
como habiendo perdido la esperanza de reencontrarse con la madre. 3ª
Fase de desinterés o desapego, el niño parece haber olvidado a sus padres.
3.1. ADAPTACION DE LA PRUEBA
La adaptación de un instrumento de esta naturaleza no es una simple
traducción de las cuestiones o elementos que constituyen el instrumento
original (Ugarriza, 1991). La primera versión de la traducción al
castellano; así como posteriores estandarizaciones en nuestro país,
demostraron que el instrumento posee las condiciones básicas para ser
utilizadas, y así conocer las actitudes maternas; sin embargo, con el
transcurrir del tiempo, y los cambios sociales propios de cada población,
exige adaptar los elementos a las características idiosincrásicas y
culturales de la misma.
En efecto, al haber realizado múltiples evaluaciones e investigaciones
exploratorias en ciudades como Lima, Callao, Huanuco, Huancayo,
Huaraz, Trujillo y Piura; se han observado dificultades en la comprensión,
procesamiento y administración de los elementos de la escala, así como
27
III. JUSTIFICACIÓN ESTADÍSTICA
confusión en sus respuestas; También hemos hallado estudios que
demuestran actitudes maternas de confusión o ambivalencia (Neyra,
2003), lo cuál demostraría no solo la falta de comprensión de los reactivos
de la escala, sino también la necesaria adaptación de la misma.
La adaptación de la escala se ha llevado a cabo en un proceso polietápico;
siendo los siguientes:
1ª.Análisis minucioso de los indicadores en relación a cada uno de los
reactivos que miden, para luego establecer los sub indicadores de la
escala. En este proceso de revisaron cada uno de los elementos,
modificándolos a las características de la población.
2º.Evaluación de ensayo de la escala adaptada en una muestra de 20
madres de diferentes estratos sociales, escogidos aleatoriamente en
centros de salud y centros de educación inicial de las ciudades de
Trujillo y Piura.
3º. Revisión de los resultados (análisis de los reactivos modificados;
niveles de respuestas por cada uno de los elementos)
4º: Reestructuración de los elementos de la prueba, distribuyéndolos al
azar; para posteriormente realizar la nueva aplicación a un grupo de 50
sujetos, con su consecuente análisis de los resultados.
5ª Seguidamente el instrumento fue presentado a la opinión de jueces: 04
Psicólogos experimentados con más de 15 años en trabajo con familias;
02 maestras de niveles de inicial y primaria y 02 madres de familia;
quienes nos hicieron llegar sus opiniones y sugerencias.
6ª.Tomando en cuenta la opinión de los jueces y el análisis de los
resultados de la última evaluación, se realizó el ensamblaje de la
prueba final; el mismo que se aplico para determinar la confiabilidad y
validez del instrumento (Ver cuadros de resultados)
Esta adaptación ha significado modificar y reestructurar los elementos,
manteniendo los indicadores y sub-indicadores de cada una de las áreas,
las mismas que detallamos a continuación:
A. En cuanto al tipo de modificación de los elementos
De los 48 reactivos, se llevaron a cabo modificaciones totales en 12
elementos; Igualmente, se han realizado leves modificaciones en 29 ítems,
y quedaron 7 elementos intactos de la versión original. Estos datos se
pueden leer en el siguiente cuadro:
CUADRO Nº 1
Distribución de los elementos de la escala adaptada, según el tipo de
modificación
ITEMS
(*)
TIPO DE
MODIFICACIÓN
ITEMS
(*)
TIPO DE
MODIFICACIÓN
1 Leve 25 Totalmente
28
2
3
4
5
6
7
8
9
10
11
12
13
14
15
16
17
18
19
20
21
22
23
24
Leve
Leve
Totalmente
Sin modificación
Totalmente
Totalmente
Leve
Sin modificación
Totalmente
Totalmente
Leve
Leve
Leve
Totalmente
Leve
Leve
Totalmente
Sin modificación
Leve
LEVE
TOTALMENTE
TOTALMENTE
LEVE
26
27
28
29
30
31
32
33
34
35
36
37
38
39
40
41
42
43
44
45
46
47
48
Totalmente
Leve
Leve
Sin modificación
Leve
Leve
Leve
Leve
Leve
Leve
Leve
Leve
Leve
Sin modificación
Sin modificación
Leve
Totalmente
Leve
Leve
Leve
Leve
Sin modificación
Leve
(*) Los ítems corresponden a la nueva versión adaptada de la escala
Estas modificaciones y consecuentemente la adaptación de la escala a las
características de la población, se llevaron a cabo luego de diversos
estudios, tal como se ha mencionado en los procedimientos. Los nuevos
elementos que se han elaborado para adaptarlos a la escala y que se han
modificado sustancialmente fueron:
El ítem 4, correspondiente al área de rechazo de la nueva versión, se ha
modificado: “La disciplina estricta es muy importante en la crianza de los
niños”
El ítem 6, del área de sobreprotección “Una madre debe estar
permanentemente al cuidado de los alimentos que ingiere su niño”
El ítem Nº 7 del área de sobre indulgencia “La obligación de una madre es
preocuparse por que su niño(a), tenga todo lo que desea”.
Ítem 10: “Un niño(a), hasta los 7 años no debe jugar solito, por tanto la
madre debe acompañarlo”
Ítem 11: “Pienso que no es necesario que una madre discipline a su
niño(a)”
Ítem 15: “No tiene nada de malo que los padres dejen que el niño(a) juegue
en el nintendo o vean TV, el tiempo que desee.
29
Ítem 18: “Una madre debería averiguar sobre el desenvolvimiento de su
niño(a) en la escuela (relaciones con los profesores, y compañeros, sobre
sus tareas), como mínimo tres veces por semana.
Ítem 22: “Una madre debe ayudar a su hijo(a) hacerle la tarea cuando él
no puede”
Ítem 23: “Si al niño no le gustan los alimentos que le sirven, no está mal
que proteste hasta que se los cambien por algo que le agrade”
Ítem 25: “Disciplinar a un niño significa ponerle límites”
Ítem 26: “Una madre nunca debería dejar a su hijo(a) solo(a) expuesto a
sus propios medios (capacidades, habilidades).
Ítem 42: “Prefiero mantener a mi niño(a) cerca de mi por los peligros a los
que se expone cuando juega lejos.
Otros elementos de la escala se han modificado levemente, tal es el caso
del ítem 1 que actualmente dice: “Una madre debería aceptar las
posibilidades que su niño(a) tiene; se ha modificado por el ítem 11 de la
escala anterior que decía “Una madre debe resignarse al alcance de su
niño”, debido a que el lenguaje que se utilizaba no era entendible por las
evaluadas.
Finalmente, los elementos que no se han modificado, se mantienen
invariables, como en el caso del ítem 5 que dice “Cuando la madre tiene
problemas con su hijo, al cual no sabe cómo tratar, ella debe buscar la
ayuda apropiada”.
B. Distribución de los elementos por áreas
La conformación de los 48 reactivos de la escala original, que ha estado
distribuidos en la escala, de manera aleatoria; se han modificado
utilizando el criterio de distribución secuencial por áreas (Adkins, 1973 y
Ebel, 1987); lo cuál se observa en el siguiente cuadro:
CUADRO Nº 2
Distribución de los elementos en cada una de las áreas de la
ERMN de Roth Antes y después de la adaptación
Aceptación Sobreprotección Sobre
indulgencia
Rechazo
Antes Después Antes Después Antes Después Antes Después
11
35
38
40
1
5
9
13
1
3
5
6
2
6
10
14
7
14
15
18
3
7
11
15
2
4
8
10
4
8
12
16
30
41
42
43
44
45
46
47
48
17
21
25
29
33
37
41
45
9
12
16
22
25
26
28
33
18
22
26
30
34
38
42
46
19
24
29
31
34
36
37
39
19
23
27
31
35
39
43
47
13
17
20
21
23
27
30
32
20
24
28
32
36
40
44
48
Se aprecia que la ubicación de los reactivos de la escala, para cada área;
se han distribuido de manera correlacional, con intervalos de 4 rangos en
la distribución de la prueba.
3.2. POBLACIÓN Y MUESTRA
Para la fiabilidad y validez de la escala se determinó el tamaño muestral a
través del muestreo aleatorio simple, en una población de 679 madres de
las ciudades de Trujillo y Piura; siendo el tamaño de la muestra 120
madres, de los cuales 60 pertenecen la Trujillo y 60 a Piura. Las
características de la muestra se presentan a continuación:
CUADRO Nª 3
Distribución de la muestra según la edad
Edades Trujillo Piura TOTAL
N N N %
Menores a los 20 años
21 a 25 años
26 a 30 años
31 a 35 años
36 a 40 años
Mayores de 40 años
5
12
16
11
10
6
7
10
17
13
9
4
12
22
33
24
19
10
10
18.3
27.5
20
15.9
8.3
TOTAL 60 60 120 100
CUADRO Nª 4
Distribución de la muestra según el grado de instrucción
Edades Trujillo Piura TOTAL
Nª Nª Nª %
Primaria
Secundaria
Superior
9
20
31
9
27
24
18
47
55
15
39.2
45.8
TOTAL 60 60 120 100
CUADRO Nª 5
31
Distribución de la muestra según el grado de instrucción
Edades Trujillo Piura TOTAL
Nª Nª Nª %
Solteras
Casadas
Convivientes
12
31
17
19
23
18
31
54
35
25.8
45
29.2
TOTAL 60 60 120 100
3.3. ANÁLISIS A NIVEL DE LA UNIDAD DE MEDIDA
La Escala de Actitudes de la Relación madre – niño está compuesto por 4
escalas (aceptación, sobreprotección, sobre indulgencia y rechazo) con 12
reactivos cada una; a las que el sujeto contesta en una escala tipo Lickert
de 5 posibles puntos; cada uno de estos elementos es un mini
instrumento de medida por unidad más simple.
Las puntuaciones posibles en esta unidad de medida van de 1 a 5 puntos;
en el caso de un elemento redactado en sentido positivo hacia el
constructor a medir se concede 1 punto por la respuesta “Completamente
en desacuerdo para mí” al contenido de la cuestión, y 5 puntos cuando la
respuesta es “Completamente de acuerdo para mí”, tal como lo sugieren
las plantillas de corrección. En el caso de los elementos de Aceptación,
que están redactadas en dirección inversa, se concede 1 punto para la
respuesta Completamente de acuerdo y 5 puntos para la respuesta
Completamente en desacuerdo.
Tal vez el ideal de medida de esta unidad, sería que los sujetos se
repartieron ajustándose a los porcentajes de la “curva normal” y alrededor
del punto central de la escala de medida, el valor 3; tal como se explica en
el siguiente gráfico:
32
30
25
20
15
10
5
0
B _________
A…………..
C __.__. __ .
Pero este ideal de medida puede variar empíricamente de acuerdo con la
actitud implicada y de las características de la muestra; si el rasgo es poco
frecuente, el gráfico se inclina hacia la izquierda (curva A de la gráfica), y
si el rasgo es muy frecuente, el gráfico se inclina hacia la derecha (curva C
del gráfico). Bajo este enfoque; uno de los primeros análisis de la Escala
ERMN, ha sido constatar el comportamiento de estas unidades de medida.
El análisis ha consistido en conocer las frecuencias de respuestas de
todas las alternativas (desde el 1 al 5). Si esa distribución se considera
obtenida en una variable continua, sus estadística básicas (media y
desviación típica) pueden ilustrar sobre la distribución su variabilidad y
su capacidad discriminativa. La media podría ser considerada como un
“índice de atracción”
Si el elemento tiene una distribución simétrica, su medida se situará muy
próxima al valor 3 (el promedio teórico del gráfico); si la medida es
significantemente menor la distribución toma la forma de la curva A, y si
la media es significativamente mayor que 3 la distribución toma la forma
de la curva C.
Por otra parte, si la desviación típica de un elemento es pequeña, esta
unidad de medida tiene poca capacidad discriminativa de las escalas que
pretende media, porque casi no hay variabilidad en los resultados; en el
otro polo, si la desviación típica es grande, esto viene a indicar que la
capacidad discriminativa es buena y los sujetos se dispersan
satisfactoriamente en el continuo de medida del elemento.
3.4. CONFIABILIDAD
La confiabilidad de la prueba se define como la consistencia o estabilidad
de una medida; es decir, es el grado en que una serie de medidas está
libre de varianza de error al azar. Operacionalmente establecemos la
fiabilidad obteniendo la correlación entre dos series equivalente de
medidas de una serie de sujetos. La buena fiabilidad de una prueba exige
controlar lo mejor posible las condiciones externas que influyen en las
puntuaciones y las condiciones internas. No existe una fiabilidad perfecta,
por ser imposible controlar todas las fuentes de error.
Entre los métodos aceptados para establecer la confiabilidad de un
instrumento como el presente, está el de las dos mitades o Splift-half, que
consiste en hallar el coeficiente de correlación de Pearson entre las dos
mitades de cada factor (pares impares) de los elementos; y, luego corregir
los resultados según la fórmula de Spearman-Brown, ya que la verdadera
longitud de la prueba es doble y la fiabilidad aumenta en proporción con
la longitud de la prueba.
Para establecer los coeficientes de confiabilidad; se utilizó la correlación de
producto-momento de Pearson; siendo aplicada el método de las mitades y
33
1 2 3 4 5
corregido con la fórmula de Spearman Brown. Así mismo, debido a que la
posibilidad de volver a aplicar este instrumento a los mismos sujetos,
resultaba imposible; este método es el más adecuado. Los resultados
obtenidos se aprecian en la tabla siguiente:
Tabla Nº 1
Índices de confiabilidad para las 4 áreas de la Escala de actitudes de
la relación madre-niño; utilizando el corrector de Spearman Brown.
AC SP SI RE
R ½ 0.72 0.72 0.75 0.69
Test completo 0.89 0.91 0.81 0.85
Nº de casos 120 120 120 120
Media 29.5 31.3 26.4 21.7
D.S. 6.04 7.03 6.01 6.08
Nº de ítems 12 12 12 12
Se aprecia que los índices de confiabilidad en todas las áreas son bastante
buenos.
Del mismo modo, se llevó a cabo el análisis de la fiabilidad de la escala
general a través del coeficiente Alfa de Crombach. De acuerdo a este
análisis para que la escala sea válida ésta debe ser > 0.70. El resultado
alcanzado podemos visualizarlo en la siguiente tabla.
Tabla Nº 2
Índice de confiabilidad de la ERMN en madres de las ciudades de Trujillo y
Piura (2004)
Instrumento Coeficiente de Confiabilidad
Escala de actitudes de la
Relación Madre-Niño
0, 8976
3.5. ERROR TÍPICO DE ESTIMACIÓN
Para cualquier presentación de un test junto con la confiabilidad, es
necesario evaluar el grado en que el puntaje puede estar afectado por
errores de “tipo casual” que existen en la aplicación de un test de allí que
el ETE proporciona una estimación de las desviaciones típicas de la
prueba, que se obtendrá tras una serie de aplicaciones con el mismo
sujeto.
Los resultados de estos índices de error, se aprecia en la siguiente tabla:
Tabla Nº 3
Índices deL error típico de Estimación de Medida por cada una de
las áreas de ERMN
34
Aceptación Sobrep. Sobrein. Rechazo
Coeficiente de
confiabilidad
0.89 0.91 0.81 0.85
DS 6.04 7.03 6.01 6.08
Error de medida al
68%
2.35 1.49 2.26 2.01
Error de medida al
95%
4.70 2.98 4.52 4.02
3.6 VALIDEZ
La validez de una prueba se refiere al grado en que el instrumento mide
correctamente aquello que pretende medir para el uso correcto a que
desee aplicarse. En tal sentido la validación, es el proceso de recopilación
y valoración de la evidencia de validez (Hernández y otros, 2000: 184)
Dado que la Escala de ERMN, nos proporciona información sobre las
actitudes que tienen las madres respecto a la relación con su niño; el test
será válido si la información que nos brinda, permite conocer la actitud de
la madre frente al hijo, a través de 4 escalas que evalúa.
En el año 2003 se estableció a través del método de contenido, utilizando
la fórmula de persona y comprimido con la de MC Nemar, hallándose
indicios que fluctúa entre 0.54 para sobreindulgencia, 0.58 para rechazo,
0.62 para sobreprotección y 0.68 para la escala de aceptación.
A. VALIDEZ DE CONTENIDO
Para precisar la validez de contenido, de la ERMN, recurrimos a la técnica
del criterio de Jueces. Esta técnica consistió en proporcionar el
cuestionario a la opinión de jueces: 04 Psicólogos experimentados con
más de 15 años en trabajo con familias; 02 maestras de niveles de inicial
y primaria y 02 madres de familia; adjuntándoles las definiciones de cada
una de las áreas de la escala, según lo cuál aprobaron unánimemente los
48 elementos; los mismos que fueron sometidos al procesamiento
estadístico para determinar la validez.
B. VALIDEZ DE CRITERIO
Para determinar la validez de criterio se aplicó la prueba piloto a 120
sujetos de la muestra, para posteriormente analizar los datos a través del
paquete estadístico SPSS versión 10.0, utilizando el método ítem test, a
través de la fórmula Producto Momento de Pearson, cumpliéndose con el
criterio r> 0.21, para que sean aceptados o válidos cada uno de los ítems;
corregida de acuerdo a Mc Nemar, precisando de esta manera la
correlación real entre el ítem y el total del test (r Mc N) r > 0.35.
Tabla Nº 4
35
Índices de validez de los ítems de la ERMN, en madres de las ciudades de
Trujillo y Piura, (2004)
Item Coefic. Item Coefic. Item Coefic. Item Coefic.
1 0,7654 13 0, 6519 25 0, 6503 37 0, 6400
2 0, 6735 14 0, 5901 26 0, 6601 38 0, 6481
3 0, 8571 15 0, 6324 27 0, 5892 39 0, 6319
4 0, 7112 16 0, 7532 28 0, 6900 40 0, 6494
5 0, 1987 17 0, 6725 29 0, 7593 41 0, 5968
6 0, 8208 18 0, 5921 30 0, 6194 42 0, 6197
7 0, 8124 19 0, 8302 31 0, 8467 43 0, 7396
8 0, 7961 20 0, 7333 32 0, 6378 44 0, 8285
9 0, 8291 21 0, 8505 33 0, 6324 45 0, 6902
10 0, 7819 22 0, 6581 34 0, 7698 46 0, 7418
11 0, 7524 23 0, 6287 35 0, 8397 47 0, 8953
12 0, 6912 24 0, 7916 36 0, 8264 48 0, 8476
(*) Ítem válido si Coeficiente de Mc Nemar > 0.35
4.2.6. NORMALIZACIÓN
BAREMACIÓN
En el proceso de baremación se utilizó la normalización o tipificación
mediante, en el cuál las puntuaciones directas o brutas son
transformadas a puntuaciones estándar o escaleras que permiten
interpretaciones uniformes.
El tipo de puntuación que se ha alcanzado corresponde a los Rangos
Percentiles (Rp) llamados también centiles; constituyen quizá una de las
calificaciones más utilizadas en las tablas de normas de pruebas
estandarizadas (Morales, 1993), porque permiten en general una mejor
interpretación de los resultados.
Se han elaborado 2 baremos, cada uno de ellos con sus correspondientes
normas según la edad de los niños, (0 a 3años) y (4 a 7 años). Estos se
han clasificado según el nivel socioeconómico: Medio alto (Instrucción
superior), y Bajo (Instrucción primaria y secundaria).
36
BAREMO Nº 1
NORMAS EN PERCENTILES DE LA ERMN, EN MADRES DE LA
CIUDAD DE TRUJILLO Y PIURA DE NIVEL SOCIO ECONÓMICO MEDIO
ALTO (Instrucción Superior) (E. Arévalo - 2005)
N = 284
0 -3 AÑOS 4 – 7 AÑOS
Rp AC SP SI Re AC SP SI Re Rp
99 49+ 57+ 55+ 47 45+ 56+ 48+ 53+ 99
95 47-48 55-56 54 46 44 55 47 50-52 95
90 44-46 52-54 53 45 42-43 54 44-46 49 90
80 43 51 51-52 43-44 40-41 50-53 40-43 46-48 80
76 42 49-50 49-50 41-42 39 49 39 45 76
75 39-41 45-48 44-48 38-40 38 46-48 38 44 75
70 38 43-44 40-43 37 36-37 45 35-37 40-43 70
60 35-37 40-42 35-39 36 33-35 43-44 34 37-39 60
50 30-34 38-39 34-36 33-35 30-32 40-42 33 34-36 50
40 28-29 35-37 33 32 29- 38-39 29-32 30-33 40
30 25-27 30-34 32 30-31 27-28 36-37 28 27-29 30
26 20-24 28-29 31 26-29 25-26 32-35 25-27 26 26
25 18-19 27 27-30 25 22-24 28-31 24- 25 25
20 17 26 26 21-24 21 24-27 23 24 20
10 16 23-25 25 19-20 20 23 22 20-23 10
5 14-15 20-22 22-24 16-18 19 22 21 19 5
1 13- 19- 21- 15- 18- 21- 20- 18- 1
37
N 139 145 N
X 33.8 36.2 34.2 29.6 31.4 38.4 36.5 34.3 X
DS 6.41 6.80 7.02 5.07 6.12 7.09 6.09 5.06 DS
BAREMO Nº 2
NORMAS EN PERCENTILES DE LA ERMN, EN MADRES DE LA
CIUDAD DE TRUJILLO Y PIURA DE NIVEL SOCIO ECONÓMICO BAJO
(Instrucción Primaria y Secundaria) (E. Arévalo - 2005)
N = 275
NIÑOS DE 4 - 7 AÑOS NIÑOS DE 0 – 3 AÑOS
Rp AC SP SI Re AC SP SI Re Rp
99 43+ 47+ 45+ 46+ 52+ 53+ 55+ 47 99
95 40-42 46 44 45 51 50-52 52-54 45-46 95
90 39 44-45 43 41-44 49-50 48-49 50-51 42-44 90
80 38 43 40-42 39-40 45-48 45-47 49 41 80
76 35-37 42 38-39 36-38 42-44 44 46-48 40 76
75 34 40-41 35-37 34-35 40-41 40-43 42-45 35-39 75
70 30-33 39 32-34 31-33 38-39 38-39 40-41 34 70
60 29 36-38 29-31 30 35-37 35-37 36-39 32-33 60
50 27-28 35 28 28-29 32-34 30-34 33-35 30-31 50
40 25-26 33-34 26-27 27 31 28-29 30-32 29 40
30 23-24 32 24-25 26 28-30 27 28-29 25-28 30
26 22 30-31 22-23 23-25 26-27 26 26-27 23-24 26
25 21 28-29 21 20-22 25 25 24-25 21-22 25
20 20 25-27 20 19 24 24 22-23 20 20
10 19 22-24 18-19 18 23 23 20-21 19 10
5 18 19-21 17 17 22 22 19 18 5
1 17- 18- 16- 16- 21- 21- 18- 17- 1
X 27.8 33.4 31.01 33.4 37.8 34.9 27.4 X
38
DS 6.01 5.07 6.04 7.01 6.03 5.02 5.09 DS
N 143 132 N
39
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• SPITZ RENE (1996), El primer año de vida; Fondo de Cultura Económica: Buenos
Aires.
40
• SEPULVEDA, (1997), Interacción Temprana Madre-Bebé, Universidad Metropolitana;
Cendif: Venezuela
• SUMMERS, G. (1986). Medición de actitudes, (4º edición); Trillas: México.
• UGARRIZA, N. (2001). Actitudes frente a la crianza infantil; Ponencia en el X
Congreso Nacional de Psicología, Lima – Perú (Publicado en la Revista de Psicología:
Memorias del X Congreso)
• WEINER, I. (1992). Métodos en psicología clínica; (1º edición); Limusa: México.
• YELA, Mariano (1972) El test como instrumento científico. Normas. Requisitos
científicos de un test para la redacción de manuales. Psicología aplicada (tema 17)
41
INSTRUCCIONES:
Lea cuidadosamente, luego marque con un aspa (X) en el recuadro que considere
correcta en su opinión o sentimiento, en la hoja de respuestas, utilizando los
siguientes criterios (alternativas):
• Marque debajo de CA, cuando usted esté completamente de acuerdo con la
afirmación
• Marque debajo de A, cuando usted esté de acuerdo con la afirmación
• Marque debajo de I, cuando usted este indecisa con la afirmación.
• Marque debajo de D, cuando usted esté en desacuerdo con la afirmación
• Marque debajo de CD, cuando usted esté completamente en desacuerdo con
la afirmación.
Conteste a todas las afirmaciones, pero marcando solo una de las alternativas,
que considere adecuada. Debe cuidar que su respuesta coincida con la
afirmación, para ello se encuentran enumerados de forma horizontal, siga el
orden de la numeración.
NO ESCRIBA NI REALICE MARCA ALGUNA EN ESTE CUESTIONARIO,
SUS RESPUESTAS LO HARÁ EN LA HOJA DE RESPUESTAS
1. Una madre debería aceptar las posibilidades que su niño tiene.
2. Una madre debería proporcionarle a su hijo (a) todas las cosas que ella no
tuvo cuando niña.
3. Considero que un niño no está en falta cuando hace algo malo.
4. La disciplina estricta es muy importante en la crianza de los niños
5. Cuando la madre tiene problemas con su hijo, al cual no sabe cómo tratar,
ella debe buscar la ayuda apropiada.
6. Una madre debe estar permanentemente al cuidado de los alimentos que
ingiere su niño
7. La obligación de una madre es preocuparse porque su niño(a), tenga todo lo
que desea.
8. Es bueno para el niño (a) ser separado de sus padres por breves temporadas
(1 ó 2 meses)
9. Los niños(as) tienen sus propios derechos.
10. Un niño(a), hasta los 7 años no debe jugar solito por tanto la madre debe
acompañarlo.
11. Pienso que no es necesario que una madre discipline a su niño (a).
12. Cuando una madre desaprueba una conducta de su niño, ella debe
señalarle repetidas veces las consecuencias de esa conducta.
13. Es posible que un niño (a) a veces se moleste con su madre
14. Una madre debe defender a su hijo de las críticas de los demás
15. No tiene nada de malo que los padres dejen que el niño(a) jueguen en el
nintendo o vea TV el tiempo que desee.
16. Mi niño no tiene la gracia ni es tan sociable como la mayoría de los otros
niños de su edad.
17. Los niños(as) pequeños(as) son como los juguetes que sirven para entretener
a sus padres.
42
ESCALA DE ACTITUDES DE LA RELACION MADRE – NIÑO
(R. Roth)
(Adaptación y estandarización: Edmundo Arévalo- 2005)
18. Una madre debería averiguar sobre el desenvolvimiento de su niño (a) en la
escuela (relaciones con profesores y compañeros, sobre sus tareas) como
mínimo tres veces por semana.
19. Yo muchas veces amenazo castigar a mi niño, pero nunca lo hago
20. Para criar a un niño (a), no importa el método que utilice la madre, lo
importante es criarlo como ella piensa.
21. Traer un bebé al mundo no implica para los padres modificar su forma de
vida.
22. Una madre debe ayudar a su hijo (a) y hacerle la tarea cuando él no puede.
23. Si al niño no le gusta los alimentos que le sirven, no está mal que proteste
hasta que se los cambien por algo que le agrade.
24. Con un entrenamiento estricto un niño puede llegar a hacer prácticamente
todo.
25. Disciplinar a un niño significa ponerle límites.
26. Una madre nunca debería dejar a su hijo solo, expuesto a sus propios
medios (capacidades, habilidades).
27. Los padres responsables deben preocuparse porque su niño tenga una
propina fija.
28. Una madre debe dejar que la profesora utilice los métodos disciplinarios que
considere cuando su hijo o hija no cumple las normas.
29. Los niños(as) deben ser vistos pero no oídos.
30. Es responsabilidad de la madre cuidar que su niño (a) no este triste.
31. La madre debe recostarse todas las noches con su niño (a) hasta que éste(a)
logre dormirse, como parte de su rutina diaria.
32. Muchas cosas que mi niño hace me fastidia.
33. No me gusta cuando mi niño(a) manifiesta abiertamente sus emociones
(tristeza, cólera, alegría, miedo, amor)
34. Un niño(a) necesita mas de cuatro controles médicos al año.
35. A un niño no se le debe resondrar, por arrancharle cosas a un adulto
36. El niño es como un adulto en miniatura.
37. Como chuparse el dedo no es hábito higiénico, considero que es necesario
que una madre tome medidas para que no lo siga haciendo.
38. Una madre no debe confiar en su niño (a) para que haga cosas él solo
39. Cuando el niño llora debe tener inmediatamente la atención de la madre.
40. La madre debe dejar la alimentación de pecho lo antes posible.
41. A una madre no le ayuda mucho hablar con su niño (a) de sus proyectos
personales.
42. Prefiero mantener a mi niño (a) cerca de mi por los peligros a los que se
expone cuando juega lejos
43. Por alguna razón, yo nunca puedo negarme a cualquier pedido que mi
niño(a) me hace.
44. A menudo le juego bromas a mi hijo sabiendo que a él le disgustan
45. Un niño(a) debe complacer en todo a sus padres
46. Creo que, aún cuando mi niño (a) tuviera mas de 6 años, es mejor que yo lo
(a) bañe porque no pueden hacerlo solo.
47. Una madre debe ver siempre que las demandas de su niño sean atendidas.
48.A menudo los niños actúan como si estuvieran enfermos cuando en realidad
no lo están.
REVISE TODAS SUS RESPUESTAS
43
PROTOCOLO DE LA ERMN DE Roth
NOMBRES Y APELLIDOS......................................................... EDAD........
ESTADO
CIVIL..............................................INSTRUCCIÓN.......................
OCUPACIÓN................... NOMBRE DEL NIÑO............................ EDAD…..
ESCOLARIDAD............................................ FECHA DE HOY....................
Nº CA A I D CD Nº CA A I D CD
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2 26
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22 46
23 47
24 48
AREAS PD PC
ACEPTACIÓN
SOBREPROTECCIÓN
SOBREINDULGENCIA
RECHAZO
APRECIACIÓN PROFESIONAL:………………………………………………………
44
ACTITUD MATERNA
Positiva Negativa
( ) ( )
………………………………………………………………………………………………
………………………………………………………………………………………………
……………………………………………………………………………………………….
PD DIRECTO: 5, 4, 3, 2, 1
Nº CA A I D CD Nº CA A I D CD
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PD DIRECTO: 5, 4, 3, 2, 1
Nº CA A I D CD Nº CA A I D CD
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PD DIRECTO: 5, 4, 3, 2, 1
Nº CA A I D CD Nº CA A I D CD
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22 46
23 47
24 48
48
PD INVERSA: 1, 2, 3, 4, 5
Nº CA A I D CD Nº CA A I D CD
1 25
2 26
3 27
4 28
5 29
6 30
7 31
8 32
9 33
10 34
11 35
12 36
13 37
14 38
15 39
16 40
17 41
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19 43
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  • 2. ADAPTACIÓN Y ESTANDARIZACIÓN DE LA ESCALA DE ACTITUDES HACIA LA RELACIÓN MADRE-NIÑO (R. ROTH) Dr. Edmundo Arévalo Luna PSICOLOGO COLEGIADO DOCENTE DE LA ESCUELA DE PSICOLOGÍA UNIVERSIDAD PRIVADA ANTENOR ORREGO MANUAL 2005 2
  • 3. CONTENIDO Páginas INTRODUCCIÓN 3 I. DESCRIPCIÓN GENERAL 4 1.1. Ficha Técnica 4 1.2. Descripción de la prueba 5 1.3. Normas de aplicación 5 1.4. Normas de calificación 6 1.5. Normas de interpretación 6 1.6. Utilidad de la ERMN 7 II. MODELO TEÓRICO DE LAS ACTITUDES MATERNAS 9 2.1. Las actitudes maternas 9 2.2. Tipos de actitudes maternas 14 - Aceptación 14 - Sobreprotección 15 - Sobre indulgencia 15 - Rechazo 16 2.3. Intercambios activos en la díada hijo-madre 17 a. Influencia de la madre sobre el bebé 17 b. Influencia del bebé sobre la madre 18 c. La angustia de la separación 18 d. Miedo por separación 20 III. JUSTIFICACIÓN ESTADÍSTICA 21 3.1. Adaptación 21 3.2. Población y muestra 24 3.3. Análisis a nivel de la unidad de medida 25 3.4. Confiabilidad 27 3.5. Error típico de estimación 28 3.6. Validez 28 3.7. Normalización 29 BIBLIOGRAFÍA 32 ANEXOS 33 Cuestionario de la prueba 33 Protocolo del cuestionario 35 3
  • 4. Al realizar la evaluación de una prueba psicológica, se debe juzgar si el instrumento a utilizar es apropiado para la situación particular; como son: la validez, confiabilidad, objetividad y tipificación de la misma (Yela, 1972: 28). En efecto, la medición psicológica como procedimiento que permite llegar a obtener, objetivamente y con la mayor certeza posible información acerca de la expresión de los fenómenos que se suceden en la conducta humana, como personalidad, actitudes, valores, aptitudes entre otros; debe contar mínimamente con estas cualidades, lo cual reafirman autores como Brown, 1980, Ebel, 1,987, Aiken 1997, Choen y Swerdlik., 2001. No obstante, uno de los principales errores en la evaluación de las pruebas psicológicas es aquel que se origina en problemas de estandarización; por esta razón, los procesos de adaptación y estandarización que culminan con el establecimiento de tablas de normas y grados de calificación para grupos específicos; deben llevarse a cabo con la mayor rigurosidad científica; Sin embargo, en la práctica es casi imposible que una medición sea perfecta. De acuerdo a Hernández y otros (2000) generalmente se tiene un grado de error; desde luego, se trata de que el error sea mínimo. De otro lado, el tema de la relación materno-infantil; es sin lugar a dudas de gran magnitud, especialmente en el campo de la psicología infantil; en efecto, existe consenso entre los diversos autores e investigadores de ésta área; al señalar la importancia vital de la relación madre-hijo pero debemos enmarcar esta relación, en general, dentro del contexto social en que se desarrolla el niño y especialmente dentro de la dinámica familiar. Al considerar a la sociedad como punto de referencia de esta relación debemos tener en cuenta la adquisición del rol materno de la mujer frente a su hijo. El rol materno podemos considerarlo como un conjunto de conductas que asume la mujer al tener el hijo. Dentro de la dinámica familiar la relación madre-hijo adquiere características peculiares, como dice Spitz (1960) esta relación es el "germen" del desarrollo ulterior de las relaciones sociales, donde el papel de la madre es el de "interprete frente al mundo". Desde el momento que nace el hijo, se establece una relación reciproca entre la madre y él. La madre con su presencia física y su asistencia hacia el niño constituye una respuesta frente a sus necesidades físicas y psicológicas en la que provee seguridad, calor y protección, la madre adquiere "valor de recompensa" (Mussen, Conger, Kagan, 1987). Citado por Hurlock 1993. En este trabajo, al tratarse de la adaptación y estandarización de la Escala de Actitudes de la Relación Madre-Niño de Roth, hemos observado que el 4 INTRODUCCIÓN
  • 5. instrumento que hasta la fecha se venía utilizando, presentaba una serie de dificultades para la comprensión de los examinados en lo referente a términos, frases é ideas, los mismos que requerían ser adaptados a las características idiosincrásicas, idiomáticas, culturales y sociales de las madres de las provincias de Trujillo, Chiclayo y Piura; igualmente, la dificultad radica en la antigüedad de las Normas y Baremos de la escala; por ello, nos planteamos desarrollar esta tarea, con el apoyo de nuestros alumnos internistas del área de Psicología de la Escuela de Psicología de la Universidad Cesar Vallejo, Chiclayo y Piura; para lo cuál se ha tomado en cuenta los criterios y procedimientos fundamentales que toda investigación tecnológica como ésta amerita. 5
  • 6. 1.1. FICHA TECNICA: Nombre de la Prueba: Cuestionario de la Evaluación de la Relación Madre- Niño (ERM) Autor: Robert Roth Año de Publicación: 1965 (Universidad de Illinois EE.UU.) Adaptación y estandarización: Edmundo Arévalo Luna, Psicólogo Profesor de la Escuela de Psicología de la UPAO - Trujillo Significación: Conocer el tipo de relación que tiene la madre con su niño, a través de las áreas que evalúa. Aceptación (A) Sobreprotección (SP) Sobre indulgencia (SI) Rechazo (R) ón: Madres de familia de niños menores de 7 años. Individual y Colectiva n: No hay tiempo límite, pero se estima en un promedio de 25 minutos aproximadamente : Normas Percentilares. a un marco de referencia basada en las actitudes que las madres presentan en la relación con el niño, considerando como actitud positiva la aceptación y como actitud negativa la sobre protección, sobre indulgencia y rechazo. Áreas de Aplicación: Investigación, orientación y asesoría psicológica en los campos clínicos y educacionales. 1.2. DESCRIPCION DE LA PRUEBA La ERMN, consiste en cinco escalas que son: aceptación (A), sobreprotección (SP), sobre indulgencia (SI), Rechazo (R) y confusión- dominancia (CD); éste último trata de señalar el predominio de una o más escalas, indicaría característica dominante de las actitudes maternas en relación a su hijo. La prueba consta de 48 ítems, correspondiendo 12 ítems a cada una de las 4 escalas, del siguiente modo: Aceptación 1, 5, 13, 17, 21 25, 29, 33, 37, 41, 45 Sobreprotección 2, 6, 10, 14, 18, 22, 26, 30, 34, 38, 42, 46 Sobre indulgencia 3, 7, 11, 15, 19, 23, 27, 31, 35, 39, 43, 47 Rechazo 4, 8, 12, 16, 20, 24, 28, 32, 36, 40, 44, 48. 6 I. DESCRIPCION GENERAL
  • 7. La escala de confusión-dominancia se obtiene por el número de puntajes en el cuartil más alto, puede tener cuatro posibilidades: D + (1) Dominancia neta de una actitud D - (2) Dominancia de dos escalas o actitudes D - (3) Confusión y dominancia de tres actitudes D + (4) Acentuada confusión en la relación madre-hijo. El puntaje directo máximo que puede alcanzar la evaluada es de 60 y un mínimo de 12. 1.3. NORMAS DE APLICACIÓN La ERMN, está dirigida a las madres, cuyas edades de los niños sean menores a los 7 años, de diversos estratos socioculturales y educativos. La aplicación de la escala puede ser individual o colectiva, o auto administrada; suele durar un promedio de 25 minutos aproximadamente; siendo un tiempo prudente para que pueda valorársele correctamente el cuestionario. Normas generales de aplicación: El evaluador de la prueba, sea psicólogo, orientador u otro, deberá atenerse lo más fielmente posible a las instrucciones que se detallan a continuación; toda vez que han sido las tenidas en cuenta en la tipificación de este instrumento: a. Debe cuidarse que las condiciones del ambiente, mobiliarios y materiales para la evaluación, sean las más aceptables. b. Asegurarse que las evaluadas esté motivadas, para ello se precisa explicárseles las razones de la evaluación. c. El evaluador deberá responder alas preguntas o dudas, que las evaluadas le planteen, antes de iniciar a responder. d. Durante la aplicación, procurará no interrumpir al grupo para hacer aclaraciones; por ello se debe asegurar que hayan entendido el trabajo que deben realizar. e. Cuando la evaluación es colectiva, los sujetos deberán trabajar con suficiente independencia, distancia y separación para evitar hacer comentarios sobre lo que responden los demás. f. Al finalizar, debe verificar que todos los reactivos de la prueba hayan sido correctamente contestadas, además de haber consignado los datos correspondientes a la evaluada en la hoja de respuestas. Normas específicas de aplicación Las instrucciones para la aplicación se encuentran en la tapa del cuestionario, para ello se sugiere leer en voz alta y las evaluadas en silencio; siendo éstas las siguientes: 7
  • 8. “Lea cuidadosamente, luego marque con un aspa (X) en el recuadro que considere correcta en su opinión o sentimiento, en la hoja de respuestas, utilizando los siguientes criterios (alternativas): • Marque debajo de la CA, cuando usted esté completamente de acuerdo con la afirmación • Marque debajo de la A, cuando usted esté de acuerdo con la afirmación • Marque debajo de la I, cuando usted este indecisa con la afirmación. • Marque debajo de la D, cuando usted esté en desacuerdo con la afirmación • Marque debajo de la CD, cuando usted esté completamente en desacuerdo con la afirmación. Conteste a todas las afirmaciones, pero marcando solo una de las alternativas, que considere adecuada. Debe cuidar que su respuesta coincida con la afirmación, para ello se encuentran enumerados de forma horizontal, siga el orden de la numeración” NO ESCRIBA NI REALICE MARCA ALGUNA EN ESTE CUESTIONARIO, SUS RESPUESTAS LO HARÁ EN LA HOJA DE RESPUESTAS 1.3. NORMAS DE CALIFICACIÓN Las afirmaciones tienen cinco alternativas de respuesta, a cada alternativa se le ha asignado un valor o puntaje que varía de 1 a 5, siendo éstas las siguientes: ALTERNATIVAS VALOR Completamente De Acuerdo CA 5 De Acuerdo A 4 Indecisa I 3 En Desacuerdo D 2 Completamente en Desacuerdo 1 En el caso de la escala que evalúa ACEPTACIÓN, existen dos plantillas de corrección, una es directa (similar a las otras áreas) otra plantilla es de corrección inversa, (ítems: 17, 21, 25, 29, 33, 41, 45) donde se asigna el puntaje de acuerdo a los siguientes criterios: ALTERNATIVAS VALOR Completamente De Acuerdo CA 1 De Acuerdo A 2 Indecisa I 3 En Desacuerdo D 4 Completamente en Desacuerdo 5 Se puntúa cada ítem y luego se suman los puntajes totales de cada escala, lográndose un total en A, SP, SI, R. Luego, se convierten estos PD en 8
  • 9. puntuaciones percentilares, evidenciándose el predominio de una o más escalas. Posteriormente, por inspección de resultados, según el cuartil se obtiene el puntaje de la escala confusión-dominancia. El predominio de la escala de aceptación indicara actitud materna positiva, el predominio de alguna de las escalas de no aceptación indicaría actitud materna negativa, dependiendo de la escala dominante o predominante; las características de la relación madre-niño. Igualmente, el número de escalas predominantes señalarían el grado de confusión de la relación madre- niño. 1. 5. NORMAS DE INTERPRETACION Según el autor de la prueba (Roth 1965), las actitudes típicas de la madre podrán agruparse como siguen: Actitud de Rechazo: Sería la negación de amor y expresión de odio hacia el niño, en término de negligencia, tosquedad y severidad. Entendiendo por negligencia a la manifestación de desaprobación o repudio aún en situaciones muy sutiles, como olvidándose de dar de comer al niño o dejarlo a sus propios recursos, o ante pequeñas faltas mostrar severidad, negándole placeres, ventajas o privilegios. Igualmente manifestaría tosquedad mediante desaprobación con maltratos físicos o regaños ante la menor provocación, humillándolo al niño con sobrenombres, o comparándolo desfavorablemente con otros. Frente a estas actitudes de rechazo, el niño trataría de ganar afecto, ya sea con intentos directos o indirectos; por ejemplo, por medio de robos, vigilando a sus padres, llorando, pataleando o quejándose continuamente; como también manifestando comportamientos sumamente inquietos en búsqueda de elogios o castigos. Ya sea mostrando una completa desatención a las reglas y normas, con ausencia de los sentimientos de culpa, lo que sería tipificado como reacciones psicopáticas o negando sentimientos hostiles hacia la madre, expresando en temores, fuga, introversión, represión, entre otros. Actitud de Sobreindulgencia: Sería expresada en gratificación excesiva junto con la falta de control parental, esto es una carencia en el uso de recursos disciplinarios, que permitan establecer límites en la conducta del niño de acuerdo a normas de convivencia. Igualmente se, manifestará la sobreindulgencia cediendo constantemente a las demandas “caprichos” del niño o defendiéndole de ataques de otros. Frente a la sobreindulgencia, el niño respondería según Roth, con comportamientos rudos y agresivos, con baja tolerancia en la frustración, demostrando dificultades para adecuarse a la rutina. Actitud de Sobreprotección: Es considerada por Roth, como una expresión de ansiedad pre-natal, en términos de cuidados infantiles, lo que es un impedimento para el desarrollo de un comportamiento independiente, por el excesivo control. 9
  • 10. Esta actitud se expresa en la excesiva preocupación de la madre por la salud de su hijo, por las relaciones con sus compañeros y por el rendimiento escolar, tratando de ayudarlo en las tareas de la casa, y observando detalladamente si el niño logra lo que supone debe obtener. Actitud de Aceptación: Es la expresión de una adecuada relación madre- hijo, en términos de sinceridad en la expresión de afecto, interés en los gustos del niño, en sus actividades, desarrollo y en la percepción del niño; proveyéndole de apropiados contactos sociales fuera de casa y haciendo demandas razonables de acuerdo a su posibilidades. Así mismo manifiesta firmeza y control no destructivos, orden en la rutina de actividades diarias y consistencia en la disciplina. Del mismo modo, la aceptación permitiría una percepción é interpretación apropiada de las señales y comunicaciones del niño, pero cooperadora y con mucha empatía. Frente a estas actitudes maternas, el niño respondería de acuerdo a lo señalado por Roth, en forma positiva a la socialización, desarrollando sentimientos consistentes de amistad, interés, entusiasmo en el mundo y una clara y real auto percepción. 1.6. UTILIDAD DE LA ERMN La escala que evalúa actitudes maternas en la relación madre-niño, indaga el tipo de actitud que presentan las mujeres hacia sus hijos menores de 7 años, de esta manera se contribuye en la exploración y el diagnóstico de la actitud materna en la crianza del niño, para cuyo efecto, se carecen de instrumentos en nuestro medio. Es de gran utilidad para el psicólogo escolar, clínico y profesionales de la salud que brindan atención a las madres de familia, quienes pueden encontrar en este instrumento un apoyo en su labor orientadora. Es sabido que los instrumentos tienen limitaciones; una de las más claras, es la tendencia que tiene el sujeto de contestar por lo que cree que debe ser, que por lo que realmente es su forma de ser, pensar y sentir; por lo que alguna manera se puede falsear en la interpretación de los resultados que se de. Para controlar en lo posible esa tendencia, se han distribuido los elementos de la escala de manera tal que no permita adivinar o inventar una respuesta, como originalmente estaba distribuida la prueba. Los resultados de la ERMN, seguro que van a variar, luego de realizar un programa de orientación y mejoramiento de las actitudes maternas. Como es de esperarse, a partir de los resultados de una evaluación y arribar a un diagnóstico, se precisa plantear estrategias de mejoramiento del sistema de crianza del niño; y allí justamente radica la importancia y utilidad que tiene la escala. 10
  • 11. Como todo instrumento psicológico, a partir de los resultados, busca mejorar la calidad de vida de las personas; ésta, es sin lugar a dudas una prueba que no tienen el riesgo de originar mayores perjuicios en los usuarios, por lo tanto los resultados sirven de apoyo al profesional que lo utiliza, para planificar sus estrategias de abordaje con el sujeto o sujetos de estudio CASOS ILUSTRATIVOS CASO 1: María Eugenia (32 años) Antecedentes previos María Eugenia es una mujer de 32 años, con dos niños: Diego de 8 y Jean Carlo de 3 años, está dedicada a la venta de productos de belleza, en cuya actividad parece tener éxito y gozar de un buen prestigio. Está separada formalmente del padre de sus niños hace 2 años aproximadamente, fecha en que se entera que él había iniciado una nueva relación en España, luego de un año y medio de permanencia en el país, al cuál viajó para mejorar la situación económica de la familia. El esposo viajó cuando María Eugenia tenía dos meses de gestación, cuyo embarazo no estaba previsto. Al inicio, la comunicación era frecuente, la cuál se fue extinguiendo con el tiempo en que se consolida la relación de él, con otra persona. Aún cuando asume las responsabilidad económica de los niños que les permite tener cierta tranquilidad; sin embargo, ella alberga sentimientos de rencor rechazo, hostilidad y desprecio hacia el padre de sus niños; pareciendo no haber elaborado tal ruptura. María Eugenia vive con sus niños en el tercer piso de la vivienda de sus padres de 58 y 60 años, además, de una hermana soltera de 30 años de edad; quienes ven a los niños con frecuencia, especialmente cuando ella tiene que salir por su trabajo. Nos comenta María Eugenia que está saliendo hace seis meses con un hombre divorciado de 45 años, pero no tiene mayores expectativas, para establecer una relación más seria; se muestra insegura y parece no involucrarse en mayor medida en dicha relación. El pequeño Jean Carlo, conoció a su padre hace un año, a raíz del viaje que éste hizo a Trujillo por un periodo de dos meses, de lo cuál el niño es consciente. Asiste a un centro Infantil Privado hace 2 años; denotando ser inteligente, con sus habilidades básicas desarrolladas a excepción de la esfera afectiva emocional; ya que revela dificultades para relacionarse con otros pequeños, es peleandero, revelde, algo hiperactivo y en su capacidad de autovalimiento aún inmaduro; a decir de la maestra. Al evaluar a la madre de Jean Carlo a través de la ERMN, apreciamos que es una mujer ansiosa, algo aprehensiva, ocasionalmente impulsiva especialmente en el manejo de la conducta de su pequeño quien se 11
  • 12. muestra algo hiperactivo; con falto de criterios en la crianza del niño, quien es diametralmente opuesto a su hermano Diego de carácter dócil y con buenas calificaciones en el colegio, a quienes los compara con harta frecuencia. Resultados Los resultados de la evaluación fueron: Áreas PD Pc Aceptación 18 25 Sobreprotección 35 40 Sobreindulgencia 33 40 Rechazo 46 95 Interpretación Se aprecia un predominio de la actitud materna de rechazo que tiene hacia el niño. Evidencia severidad y desaprobación constante de la conducta de Jean; especialmente cuando se trata de conductas que ella desaprueba con frecuencia y es reprobada por las normas del centro de educación. Su conducta impulsiva de María Eugenia y la falta de criterios para relacionarse adecuadamente son su niño, se refleja también en la permanente comparación que hace respecto a su hermano Diego. Es evidente que la madre genera en su pequeño hijo, rebeldía y trasgresión de normas que son desaprobadas pese a su tierna edad: Además, si tomamos en cuenta su personalidad algo inestable y frágil, no es el único argumento que explica la actitud negativa; sino también estaría asociado al hecho de no haberlo deseado, y estaría proyectando en el niño, los sentimientos de rencor y hostilidad que siente por el padre de su pequeño. Finalmente, recomendamos a María Eugenia a acudir a sesiones de orientación y consejería, para ayudarla a clarificar sus sentimientos y cogniciones respecto a su pequeño. 2.1. LAS ACTITUDES MATERNAS 12 II. MODELOS TEÓRICOS ACERCA DE LAS ACTITUDES MATERNAS
  • 13. A. Relación madre-hijo: Existe consenso entre los autores en señalar la importancia vital de la relación madre-hijo pero debemos enmarcar esta relación, en general, dentro del contexto social en que se desarrolla y específicamente dentro de la dinámica familiar. Al considerar a la sociedad como punto de referencia d esta relación debemos tener en cuenta la adquisición del rol materno de la mujer frente a su hijo. El rol materno podemos considerarlo como un conjunto de conductas que asume la mujer al tener el hijo. Dentro de la dinámica familiar la relación madre-hijo adquiere características peculiares, como dice Spitz (1960) esta relación es el "germen" del desarrollo ulterior de las relaciones sociales, en donde el papel de la madre es el de "interprete frente al mundo". Desde el momento que nace el hijo, se establece una relación reciproca entre la madre y el hijo. La madre con su presencia física y su asistencia hacia el niño constituye una respuesta frente a sus necesidades físicas y psicológicas en la que provee seguridad, calor y protección, la madre adquiere "valor de recompensa" (Mussen, Conger, Kagan, 1987). Citado por Hurlock (1993). En un estudio realizado por Webber, Winkel, Peterson y Marrison (1985) en el que se subraya el cambio de conductas indeseables de tres niños mediante cambios en la conducta de sus madres, se demostró que la conducta social de la madre puede funcionar como una poderosa clave de reforzadores para la conducta indeseable y normal de su hijo (Bijou 1982). En los primeros años de vida del niño, las acciones de la madre adquieren un valor muy importante, las manipulaciones y caricias maternales se constituyen en estímulos indispensables para su desarrollo, Spitz, (1996) Desde el momento en que el niño empieza a diferenciar a la "figura" materna de las demás, la relación madre hijo pasa a un periodo afectivo- objetivo, donde la madre representa el universo del niño; este periodo es de gran importancia por cuanto la identificación del rostro materno facilita la evolución afectiva. La madre a través de sus gestos, actitudes, entabla una intima relación con su hijo, que adquiere cierta unidad durante los primeros años con una dependencia del niño respecto a la madre, como lo sostienen Gewirtz (1960) y Sears (1963) citados por Hurlock (1993); el niño llega a ser social y emocionalmente dependiente de la madre, pero al adquirir el niño madurez psicomotora esta unidad y dependencia debe dar paso a la relación mas independiente que se logra cuando el niño encuentra oportunidades de interacción con objetos y personas a través del entrenamiento gradual. 13
  • 14. Algunas madres tienen el hábito de servir al niño constantemente y tienden a persistir durante largo tiempo, aun después de haber terminado la etapa de la dependencia absoluta del niño. Algunas veces una madre continua haciendo las cosas por él, quizás consiga una satisfacción personal, sintiendo que es "indispensable para el pequeño" (Hurlock, 1993). Con esta actitud la madre priva al niño de adquirir y dominar ciertas tareas madurativas y la adaptación social se ve perturbada. Es preciso que la madre sepa guiar la formación psíquica, llevando a su hijo paulatinamente hacia la madurez y realización como ser humano. Es evidente que esa especial intimidad entre dos seres vivos, la madre él hijo, apoya la teoría de que el origen de la familia humana se encuentra en dicho grupo biológico. Además, en nuestra sociedad, las emociones sociales y la capacidad social de ajuste se basan sobre la primera relación del pequeño ser humano con su madre. B. Interacción madre - hijo como mediador en problemas conductuales La efectiva interacción madre-hijo está determinada, en su momento inicial, por el proceso de desarrollo objetal que el niño pequeño manifiesta para con su madre. Según Spitz (1996), de la relación de mutuo conocimiento y dependencia afectiva (y para el niño también fisiológico), se pueden distinguir principalmente dos factores: El factor conciente, se manifiesta funcionalmente a partir del logro de la representación, en particular del lenguaje hablado, por parte del niño en la etapa preoperacional. Así, por primera vez se pueden representar y evocar los sentimientos. De este modo las experiencias afectivas llegan a tener un efecto más duradero que las propias experiencias; la representación y el lenguaje permiten que los sentimientos adquieran una estabilidad y duración que antes no poseían. Esta capacidad de conservar los sentimientos hace posible que éstos sean interpersonales y morales. El intercambio bipersonal es la reciprocidad de las actitudes y valores entre el niño y otros; esta forma de intercambio conduce a que cada individuo valore a la otra persona (respeto mutuo). El factor inconsciente: está básicamente determinado por las diferentes actitudes que manifiesta inconscientemente la madre hacia su hijo y su nivel de reacción afectiva que se refleja hacia las necesidades que éste manifiesta: En este nivel, puede darse uno de los problemas más importantes del desarrollo afectivo y moral del niño: LA AMBIVALENCIA de las reacciones maternas entre el plano conciente e inconsciente. Si las actitudes afectivas de la madre (o en su carencia quien represente la figura materna) son positivas en todos los ámbitos; se produce un conocimiento más profundo de las necesidades del niño lo que desencadena un aumento de las satisfacciones para él, que le proporcionan mayor seguridad, comunicación estable y afectiva y un 14
  • 15. aumento de su autoestima. Si de alguna forma se manifiestan síntomas de afectividad ambivalentes hacia el niño, éstos son captados e interiorizados de manera emocional o cognitiva por éste, quedando así determinada la inseguridad hasta llegar a presentar síntomas somáticos de déficit socio emocional como por ejemplo; interrupciones en el desarrollo, ausencia de sonrisa en el niño pequeño, problemas severos de conducta en el niño más grande incluso en el adolescente. C. La conducta de apego y su relación con los sistemas de control. Bowlby (1976) ha sistematizado Los roles de la madre y el hijo en la interacción materno filial: c.1. La interacción como resultante de distintos tipos de conducta Quien quiera que observe cómo se comportan una madre y su bebé de uno o dos años a lo largo de un período de tiempo podrá advertir que cada uno de ellos pone de manifiesto pautas de conducta muy diferentes. En tanto que algunas conductas del sujeto contribuyen a aumentar o mantener la proximidad de ambos, muchas de esas conductas son de un tipo completamente diferente. Algunas no vienen al caso, en el sentido de que no tienen relación alguna con la proximidad: la madre cocina o cose; el niño juega con una pelota o vacía la cartera de la madre. Otras pautas de conducta son antitéticas al mantenimiento de la proximidad: la madre va a otra habitación, el niño sube la escalera. También hay conductas opuestas a la búsqueda de proximidad: en determinadas ocasiones, por lo general poco frecuentes, la madre o el niño pueden sentirse tan irritados o coléricos que actúan de tal manera que aumentan la distancia que los separa. El mantenimiento de la proximidad, por lo tanto, es sólo uno de los muchos resultados que puede tener la conducta de los participantes de la interacción. No obstante, es sumamente improbable que un día cualquiera la distancia entre ambos exceda un máximo determinado. De ocurrir así, muy pronto uno o ambos sujetos actuarán de modo que reduzcan esa distancia. En algunos casos es la madre quien toma la iniciativa, llamando al niño, o yendo a donde está él; en otras ocasiones es el pequeño quien toma la iniciativa, al volver corriendo junto a la madre o al romper a llorar. Existe, en consecuencia, un equilibrio dinámico en la pareja madre-hijo. A pesar de que buena parte de sus conductas son incoherentes, algunas compiten entre sí y otras resultan mutuamente incompatibles o se oponen la una a la- otra, por lo general la distancia entre el pequeño y la madre se mantiene dentro de determinados límites estables. A los efectos de comprender de qué manera sucede esto, convendrá considerar la relación espacial existente entre ambos como resultado de una conducta de uno de los cuatro. Tipos siguientes: a. la conducta de apego del niño; 15
  • 16. b.una conducta del niño antitética del apego (en particular la conducta exploratoria y el juego); c. la conducta de atención de la madre; d. una conducta materna antitética de los cuidados parentales. Las pautas de conducta descriptas en (a) o en (c) son homogéneas con respecto a su función; las clasificadas en (b) o (d) son heterogéneas. Cada una de estas conductas - varia notablemente en su intensidad de un momento al otro, y durante un tiempo puede no registrarse en absoluto una conducta de determinado tipo.’ Por añadidura, sobre cada una de ellas suele influir la presencia o ausencia de terceros, ya que las consecuencias de cualquier tipo de conducta pueden inducir o inhibir las conductas de los demás tipos. Por consiguiente, cuando la madre parte suele inducirse la conducta afectiva del hijo, en tanto que se inhibe su conducta exploratoria; por el contrario, cuando el niño va demasiado lejos en sus ensayos exploratorios, la madre suele prestarle atención y. por consiguiente, posibilitar la inhibición de todas sus otras conductas. En una pareja armoniosa los cuatro tipos de conducta se ponen de manifiesto y progresan de manera uniforme; pero siempre se corre el riesgo de que surjan conflictos. El análisis precedente indica que la conducta afectiva del niño configura tan sólo uno de los cuatro tipos de - conducta señalados (dos de ellos inherentes al pequeño y dos a la madre) , los cuales facilitan la interacción madre-hijo. Pero antes de proceder al análisis más exhaustivo de la conducta de apego convendrá .examinar sucintamente los otros tres tipos de conducta. Comencemos por aquella que, al apartar al niño de- su madre, constituye la antítesis misma de la conducta afectiva. c.2. La conducta exploratoria y el juego Durante la década de los setenta, cobró amplia difusión uno de los antiguos postulados de Piaget, según el cual la exploración y la investigación constituyen un tipo de conducta tan diferenciada e importante como otros tipos de conducta ampliamente reconocidos, como la alimentación y el apareamiento. La Conducta exploratoria adopta tres formas principales: en primer lugar, una respuesta orientadora de la cabeza y el cuerpo que coloca a los órganos de los sentidos en posición más adecuada Para disminuir el objeto-estímulo y da la señal a la musculatura y al sistema cardiovascular para que entren en acción de inmediato; en segundo termino, el acercamiento del cuerpo al objeto-estímulo, lo cual permite a todos los órganos de los sentidos obtener una información más abundante y cabal al respecto; en tercer lugar la investigación del objeto al manipularlo o experimentar con él por otros medios. Esa conducta es común en todas las especies de aves y mamíferos y, en particular en determinadas especies, como los cuervos entre las aves y los primates entre los 16
  • 17. mamíferos. En los seres pequeños se pone de manifiesto con mayor frecuencia que entre los adultos. Los seres humanos en especial los de escasa edad, se comportan de la misma manera. Todas las madres saben que a los bebés les encanta observar una escena cambiante y. como lo demostrará experimentalmente Rheingold (1963), citado por Bowlby (1976) señala que un bebé de apenas cuatro meses pronto aprende a tocar repetidamente una pequeña pelota cuando la consecuencia de hacerlo es ver una breve sesión cine- matográfica. Toda madre sabe, asimismo, que el bebé deja de comer de inmediato cuando algo o alguien nuevo ingresa a su campo visual. Los efectos de la novedad sobre los bebés son tales que, logra fácilmente distraer la absorta concentración del pequeño en determinado elemento del ambiente. Por consiguiente, observamos que la conducta exploratoria no es, en manera alguna, un anexo de la conducta de alimentación o de la sexual. Por el contrario, se trata de una clase de conducta perfectamente definida e Independiente, que depende de una serie de sistemas desarrollados con el fin específico de extraer información del ambiente. A semejanza de otros sistemas de conducta. También éstos se activan por medio de estímulos que poseen ciertas propiedades características, y son interrumpidos por estímulos poseedores de análogas propiedades. En este caso es la novedad la que produce la activación, y la familiaridad la que determina el fin de la actividad. La conducta exploratoria se caracteriza específicamente por transformar lo nuevo en familiar y. mediante este proceso. Convierte al agente de activación en agente de terminación Una característica paradójica de la conducta exploratoria es que prácticamente las mismas propiedades que incitan a la exploración provocan también alarma e inducen al alejamiento. Por esta razón con frecuencia los animalitos y los niños ponen de manifiesto de manera simultánea o en rápida sucesión una conducta de acercamiento lleno de interés y de retiro provocado por la alarma. Por regla general, el equilibrio entre ambas se produce cuando el interés despertado supera la sensación de alarma. Al principio todo elemento extraño induce al alejamiento. Luego el sujeto lo explora desde cierta distancia, observándolo atentamente durante un tiempo prolongado. A la larga, empero (y siempre que el objeto novel permanezca en su lugar y no emita sonidos o visiones alarmantes), el observador suele acercarse al objeto y explorarlo, primero con cautela. Luego con mayor confianza. En la mayor parte de las criaturas el proceso se acelera de manera notable en presencia de un amigo y. en los pequeños en presencia de la madre. En apariencia, el juego con el grupo de pares comenzaría como extensión de la conducta exploratoria y del juego con objetos inanimados. Las observaciones de Harlow .y Harlow (1965) citados por Bowlby (1976) sobre los monitos probablemente se aplican de manera análoga a los niños pequeños: 17
  • 18. Sin duda, las variables que inducen a la exploración de objetos y a la exploración social son de índole similar. Los objetos. Físicos móviles dan al mono la oportunidad de producir respuestas que facilitan la interacción. Pero ningún objeto móvil puede suministrar al primate de pocos meses la notoria oportunidad de realimentación estimuladora que se logra por medio del contacto con uno o vanos congéneres en la interacción. La etapa del juego probablemente inicia como actividad individual que involucra el empleo sumamente complejo de objetos físicos. Estas pautas de juego individuales son, sin duda, las precursoras de las respuestas múltiples y complejas que aparecen más adelante como consecuencia de la interacción a que da lugar el juego. Al apartarlo de la madre, la conducta exploratoria y el juego del niño resultan antitéticos a su conducta de apego. A la inversa, al acercarla hacia el niño la conducta maternal de la progenitora refuerza la conducta afectiva. c. 3. Los cuidados maternales En todos los mamíferos (el hombre incluido) se registran varios tipos de conducta maternal. En algunas especies corresponde distinguir, desde un principio, las pautas de amamantamiento, construcción del nido y recuperación tic la prole. Cada una de ellas reviste una importancia vital para la supervivencia de esta última; empero, para los fines aquí perseguidos nos interesa fundamentalmente la conducta mencionada en último término. La conducta de “recuperación” puede definirse como toda conducta de uno de los progenitores dirigida a traer al nido la prole, o acercarla a la madre, o ambas cosas a la vez. A tales efectos; los roedores y los carnívoros utilizan la boca, en tanto que los primates se valen de pies y manos. Por añadidura, casi todas las especies de animales -lanzan un grito característico (a menudo en tono bajo y suave) que, al inducir a la conducta de acercamiento, tiene como resultado atraer a la prole. Entre los seres humanos este tipo de conducta recibe distintos nombres; por ejemplo, “protección”, “cuidados maternos”, “crianza”, etcétera. En algunos contextos es preferible utilizar la expresión general “cuidado materno”; en otros, el término “recuperación”. Este último vocablo, en particular, indicarla que buena parte de la conducta materna contribuye a reducir la distancia existente entre el pequeño y la madre y a mantener a aquél en estrecho contacto físico con la progenitora. Estos aspectos tienden a soslayarse cuando se utilizan otros términos para hacer referencia a esa conducta. Entre los primates, la madre recoge al pequeño en brazos y lo sostiene en esa posición. Como los resultados obtenidos son similares a los de la conducta de apego de los hijos, cabe interpretar esa conducta en términos semejantes; vale decir, como una conducta determinada por una serie de sistemas cuyos resultados previsibles son mantener la proximidad de los 18
  • 19. pequeños. Es posible estudiar las condiciones que activan e interrumpen el funcionamiento de los sistemas pertinentes. Entre las variables orgánicas que afectan la activación, el contenido hormonal de la madre casi sin lugar a dudas desempeña un papel básico. Entre las variables ambientales se cuentan las andanzas y conducta del pequeño; por ejemplo, cuando éste se aleja demasiado, se extravía o rompe a llorar, la madre suele entrar en acción. Si, por su parte, aquélla tiene algún motivo de alarma o ve que otros se lo llevan al hijo, de inmediato realiza grandes esfuerzos por recobrarlo. Este tipo de conducta sólo se interrumpe cuando el hijo está nuevamente a salvo en sus brazos, En otras ocasiones, en especial cuando el pequeño juega tranquilamente con otros individuos conocidos del vecindario, la madre permite que las cosas sigan su curso natural. No obstante, siempre permanece latente su tendencia a recobrar al hijo por lo cual suele vigilarlo prestar atención a sus gritos, lista para actuar ante la más mínima señal de alarma. 2.2. TIPOS DE ACTITUDES MATERNAS Roth, (1965), citado por Hurlock (1997), ha sistematizado las siguientes actitudes: 1. Actitud de aceptación Es la expresión de una adecuada relación madre-hijo, en términos de sinceridad y expresión de afecto, interés en los gustos del niño, en sus actividades, desarrollo y en la percepción de su pequeño. Así pues, la actitud materna de aceptación, según Roth (1965) es expresada por la sinceridad e identificación con el niño, proveyéndoles de apropiados contactos sociales fuera de casa y haciendo demandas razonables de acuerdo a sus posibilidades. Así mismo, en la actitud de aceptación, se manifiesta firmeza y control no destructivos, orden en la rutina de las actividades diarias y consistencia en la disciplina. La aceptación, permitirá una percepción e interpretación apropiada de las señales y comunicaciones del niño, pero de manera cooperadora y con mucha empatía. Frente a estas actitudes maternas, el niño respondería, de acuerdo a lo manifestado, por Roth, en forma positiva a la socialización, desarrollando sentimientos consistentes de amistad, interés y entusiasmo en el mundo y una clara y real auto percepción. La dedicación al niño debe ser racionalizada teniendo en cuenta no solo las necesidades y sentimientos de él, sino también la de los demás miembros de la familia, lo que permitirá alcanzar un adecuado equilibrio entre lo que el niño necesita de sus padres en general y lo que ellos necesitan del niño. 2. Actitud de sobreprotección Es considerada por Roth, como expresión de ansiedad prenatal en términos de cuidados infantiles, lo que es un impedimento del desarrollo 19
  • 20. de un comportamiento independiente por su excesivo control. Esta actitud se expresa en la excesiva preocupación de la madre por la salud del niño, por las relaciones con sus compañeros y por el rendimiento académico; tratando de ayudarlo en las tareas de la casa y observando detalladamente si el niño logra lo que supone que debe obtener. Frente a la sobreprotección, se afirma que el niño muestra fracaso en aprender y hacer cosas por si mismo, con sentimientos limitados de responsabilidad. Respecto a esta actitud, Bakwin (1974), citado por Hurlock (1997), la considera como actitud de no aceptación que se caracteriza por la conducta de la madre que se manifiesta en: un cuidado y contacto excesivo; así como en variaciones en la actitud acostumbrada hacia la educación en dirección de la indulgencia excesiva o dominancia. El cuidado excesivo se manifestaría en: Continuación de actividades como alimentación, vestido y baño, después de la edad usual en el niño; la lactancia natural es probable que se prolongue indebidamente; limitan el juego del niño con otros por temer a que se lastime, o no aprenda malos hábitos; lo acompañan a la escuela mucho después que niños de su misma edad lo hacen independientemente. El niño excesivamente protegido encuentra una serie de dificultades que disminuye la posibilidad de alcanzar su independencia e integración al grupo. El mismo autor, según Hurlock, menciona que en el niño sobreprotegido podemos encontrar: que encuentra dificultades para hacer ajustes sociales. En grupo, son exigentes, egoístas, tiránicos, piden atención, afecto y servicio constante; tienen dificultad en hacer amigos; son demasiado dominantes y siempre insisten en ser líderes. Por otro lado la actitud de sobreprotección de la madre puede deberse a diversos factores entre los que podemos señalar, un largo periodo de espera de un niño, ya sea por que la madre se caso relativamente tarde, largo periodo de esterilidad, cuando ha sufrido varios abortos espontáneos o cuando adopta un niño tras algunos años de intentar un hijo propio. Una peligrosa enfermedad del hijo y la de un impedimento físico o mental, Adrados (1973) Eisemberg, (1988) y Waldfogel, (1987); citados por Hemsing, (1988): aportaron importante información del papel de la sobreprotección en la aparición de las fobias a la escuela, ellos concluyeron que “aun una gran mayoría de casos de los niños y sus madres (en algunos casos sus padres) han establecido una relación de mutua dependencia, en la que la separación seria perturbadora para los dos. Entrar en la escuela representa simplemente la primera vez que se exige una separación sostenida, aunque exista por lo común previas incidencias aisladas de intensa angustia o perturbaciones por parte del niño cuando la madre se ha ausentado por un tiempo. El término de “fobia escolar” induce a error a estas circunstancias. 20
  • 21. 3. Actitud de sobre indulgencia Seria expresada en gratificación excesiva junto a la falta de control parental, esto es, un exagerado cuidado y contacto excesivo. Lo cual se manifiesta en pasar demasiado tiempo con el niño, haciendo más actividades de las que debiera, leyéndole, jugando o constantemente con el; igualmente se manifestaría la sobreindulgencia cediendo constantemente a las demandas y requerimientos del niño o defendiéndolo de ataques de otros niños, autoridades y otros. Frente a la sobreindulgencia el niño respondería según Roth, con comportamiento rudo y agresivo, con baja tolerancia a la frustración, demostrando dificultades para adecuarse a la rutina. Por su parte, Bakwin (1984), citado por Hurlock (1997), plantea que la Actitud de Sobreindulgencia, es considerada al igual que la de sobreprotección como una actitud de no aceptación y que impide el desarrollo emocional del niño manteniéndolo en un estado de dependencia y en el que con el llanto puede lograr que la madre satisfaga sus peticiones. Acostumbrado a obtener rápida respuesta a sus demandas y si estas no les son satisfactorias recurre con frecuencia a las rabietas. “Sus demandas a menudo son irrazonables por que todas las solicitudes razonables ya han sido satisfechas. Frente a una actitud de sobreindulgencia el niño espera ser el primero en todo, y se lleva generalmente mal con otros niños que no ceden ante él. La madre constantemente “tapa” las faltas de su hijo, amenazando castigarlo pero no lo hace. También, ante esta actitud, la conducta del niño es sumamente exigente, con una baja tolerancia a la frustración y con dificultades para adaptarse a la rutina. 4. Actitud de rechazo Es la negación del amor y expresión de odio hacia el niño en términos de negligencia, tosquedad y severidad. Entendiendo por negligencia a la manifestación de desaprobación o repudio aun de situaciones muy sutiles, olvidándose de dar de comer al niño o dejarlo a sus propios recursos; o ante pequeñas faltas mostrar severidad negándole placeres, ventajas o privilegios. Igualmente manifestaría tosquedad mediante desaprobación con maltrato físico o regaños ante la menor provocación, humillando al niño con sobrenombres o comparándolo desfavorablemente con otros, Roth, (1965) Frente a estas actitudes de rechazo, el niño trataría de ganar el afecto, ya sea con intentos directos o indirectos por medio de robos, vigilando a sus padres, llorando pataleando o quejándose continuamente. También manifestaría comportamientos sumamente inquietos en búsqueda de elogios y castigos. Así mismo, mostraría una completa desatención a las reglas y normas con ausencia de sentimientos de culpa; lo que indicaría reacciones psicopáticas o manifestando sentimientos hostiles hacia la madre expresado en temores, fuga, intromisión, represión, entre otros. 21
  • 22. Su reacción generalizada es aquella de un niño incapaz de tomar iniciativa, mostrándose dependiente, esperando que le den indicaciones de qué y cómo hacer. El comportamiento del niño es dependiente, cuidadoso, sumiso y dócil desarrollando sentimientos de inseguridad timidez, ansiedad y suspicacia lo cual le impide integrarse al grupo. Bakwin (1974) dice que el rechazo es cualquier circunstancia en el que el niño no es deseado. Puede originarse debido a las características de personalidad de la madre o de los padres en general, en el tipo de relaciones entre ellos, a los celos por el hijo o en la conducta de este. Por su parte Welberg (1985) asuma que la mayoría de las madres que muestran rechazo hacia el hijo son “inmaduras”, inestables, neuróticas y en ocasiones realmente psicóticas. Son incapaces de hacer una adaptación madura de la vida y sus relaciones personales; se caracterizan por ser hostiles y con expectativas irreales. Es malo el ajuste conyugal con frecuencia, hay miedo de embarazo y asumir el papel de madre. Bakwin (1984) enumera las causas que generan esta actitud, se hallan: Cuando los padres son incompatibles, el hijo es frecuentemente rechazado porque se le considera un impedimento para una posible separación conyugal; el rechazo no es poco frecuente cuando el niño tiene un grave defecto, como parálisis cerebral, retraso mental o un padecimiento incapacitante; matrimonios precipitados; hijos que no son del sexo deseado; algunas madres rechazan a sus hijos o hijo por que les impiden trabajar fuera de casa. La actitud de rechazo puede manifestarse de diversas maneras; Adrados (1973), sistematiza las siguientes: Castigo severo, desprecio, indiferencia, irritación, amenaza de alejar al niño, trato ambivalente y desfavorables comparaciones con hermanos y amigos. También, se dedica poco tiempo o se muestra muy poco interés en sus asuntos de alimentación, vestido, actividades académicas; al respecto, Kanner (1986), citado por Hemsing (1988), añade que a su vez, existe la evitación del contacto físico. En efecto, el rechazo también equivale al no reconocimiento de sus logros, la madre o los padres minimizan sus éxitos; hay una tendencia a resaltar sus defectos. Hurlock (1980) acota que la madre o los padres se muestran impacientes, censuran e imponen a sus hijos una disciplina rígida. Para Bakwin, 1984, la actitud rechazante de la madre genera en el niño una serie de conductas que imprimen características muy particulares tales como: Falta de un sentimiento de valor o de un sentimiento de pertenencia; el niño reacciona con agresividad; se muestra egoísta, vengativo, desobediente, inquieto; trata de llamar la atención y para conseguirlo se valdrá de cualquier medio aun de aquellos que pueda generar más castigo; en muchos niños rechazados es frecuente encontrar enuresis, dificultades en las comidas, el comerse las uñas, tics nerviosos; también es frecuente encontrar casos de hurtos, rabietas, fugas. 22
  • 23. Finalmente, existe un tipo de relación madre-hijo caracterizado por una plena identificación de los derechos del niño, convirtiéndose en la deseable y positiva; se manifestará en la firmeza de la madre al imponer la disciplina, actuará con decisión y consistencia, la comunicación esta siempre abierta, el niño encuentra en su madre a una colaboradora dispuesta a acercarse cuando él la reclama o dejarlo solo cuando el niño lo desea. El niño frente a esta actitud, responderá positivamente a la socialización, será capaz de adaptarse e iniciar relaciones estables y duraderas. Mostrará plena identificación con su medio, será tolerante frente a las frustraciones, el aprendizaje se halla garantizado por su adecuado desarrollo. 2.3. INTERCAMBIOS ACTIVOS EN LA DÍADA HIJO Y MADRE Las conductas y actitudes maternas influyen sobre el infante, pero también las conductas del bebé influyen sobre su mamá. Veamos separadamente ambas influencias. a. Influencia de la madre sobre el bebé La sola presencia de la madre, y aún cuando sus acciones sean insignificantes, actúa como un estímulo para el bebé. Durante el primer año de vida, las experiencias y las acciones intencionales son quizá las que ejercen aisladamente la influencia más importante en el desarrollo de la personalidad del infante. Podemos observar cómo el niño siente placer al interactuar con ella si su conducta tuvo éxito, mientras que abandona las que llevan al fracaso, con lo cual el niño aprende con el método de “probar equivocándose”, reforzado por la recompensa y el castigo. Otro factor de reforzamiento son las preferencias de la madre: el niño tenderá a comportarse de aquella forma que agrade a su madre, con lo cual las preferencias de ésta tendrán influencia directa en su desarrollo. Para Spitz, las acciones maternas más importantes son sus actitudes inconscientes, actitudes que provienen de dos orígenes distintos: los controles superyoicos de la madre, que tienden a restringir conductas, y las aspiraciones del ideal del yo materno, que tienden a estimular y desarrollar otras. Ambas actitudes son importantes para el desarrollo del bebé: por ejemplo, los controles luego se internalizan y forman defensas, lo que convierte al niño en un ser social. b. Influencias del bebé sobre la madre El niño da libre expresión a su sexualidad y a su agresión, ya sean aceptados socialmente o no, frente a lo cual la madre suele regocijarse, pero al mismo tiempo escandalizarse. La madre se defiende de las seducciones de su bebé mediante negaciones, desplazamientos, represiones, entre otros. Frente a la conducta "inocente" del niño, aunque por otra parte entra también en ese juego de seducción, con lo que termina diciéndole: "haz lo que yo te digo, pero no lo que yo hago". 23
  • 24. Una forma efectiva de ejercer este control es expresar preocupación por los “peligros” que amenazan al infante: le prohibirá, lo sobreprotegerá, le impedirá chuparse el pulgar y masturbarse, etc., pero siempre “por su bien”. En general, Spitz llama "proceso de amoldamiento" a la serie de intercambios entre madre e hijo, y donde cada uno influye sobre el otro en forma recíproca y en circuito. Las relaciones de esta “díada” son muy especiales, por cuanto están en cierta forma aisladas del ambiente y se mantienen por lazos afectivos extraordinariamente poderosos. Spitz, añade que sabemos poco lo que acontece dentro de esta díada: por ejemplo, ¿cómo puede la madre adivinar las necesidades del bebé? ¿Cómo puede despertarse ante un quejido del infante y no frente a otros ruidos más fuertes? Pero el bebé es también sumamente perceptivo, al captar los humores y los deseos conscientes e inconscientes de su madre. Para empezar a resolver todo esto, debemos averiguar cómo se comunican madre y niño. c. La angustia de la separación Cuando inicia su vida pre escolar el infante tiene conductas que manifiestan un estado angustioso, de intranquilidad, de crisis; reclama a la maestra que en ese momento es la figura sustituta y las madres manifiestan sus preocupaciones a las maestras; es decir manifiestan: “¿Qué hago?; me siento muy mal de dejarlo así, estoy muy angustiada". Esta angustia de uno y de otro, no es otra que la angustia de la separación; la angustia que provoca el crecimiento, el despegarse, la independencia, el aceptar que ya no es uno sino dos, o mejor dicho, tres (madre-padre-hijo). Y esta situación pasa y se repite con otros hijos (algunos niños manifiestan en forma más evidente que otros). La mayoría no conocemos su explicación y se la asocia con la etapa que hay que pasar y superar, como el primer diente, la primera comida, los primeros pasos, dejar la cuna y pasar a la cama, el levantarse de noche y aparecer en la cama de mamá y papá, dejar los pañales, etc. En cuanto al centro de educación inicial, las maestras que poseen por su formación un rol profesional, capacitadas teórica y prácticamente, conocen las explicaciones de esta situación y puede ayudar y aconsejar a la madre angustiada y contener al niño que está pasando por esta experiencia de crecimiento. Al respecto, autores como Malher, Freud, Klein, Piaget, Winnicot, Kaes, Moreau, Lapierre, Spitz (este último fue quien la llamó, precisamente la "angustia de los 8 meses"), asumen lo siguiente: En los primeros meses de vida, los bebés se encuentran en un estado de indiferenciación, se lo llama fusión simbiótica. Con el correr de los meses, se irá diferenciando de esa relación con la madre. 24
  • 25. Alrededor de los 7, 8, 9 meses aparece en el bebé, la conservación del objeto desaparecido de su vista, comienza a evocar, aparecen las representaciones internas de los objetos (al ver el chupete, la mamadera, la cara de mamá, algún juguete significativo, etc.). También las sensaciones de placer y displacer en relación con las experiencias vividas en su entorno. Esto tiene que ver con la satisfacción de lo deseado. Es la madre que irá separando al bebé y el bebé irá elaborando esta separación, la capacidad de espera necesaria, la tolerancia de la frustración, al deseo no satisfecho en lo inmediato (por ejemplo: los bebés alimentados dormidos que no diferencian la necesidad de alimento, los que al menor indicio son satisfechos inmediatamente). Surge entonces, la oposición materna, es necesario que la madre se oponga y que el bebé tolere un tiempo de espera entre la demanda y la satisfacción. Aparece aquí, el fenómeno transicional; el objeto transicional ubicado en un tiempo y un espacio, simboliza la unión entre el niño y su madre. El objeto transicional puede ser un juguete, un trapito, una frazadita, un almohadón, el aferrarse a él permite tolerar la separación. La relación simbiótica del comienzo, el vínculo madre-hijo se apoya en el tercero; el padre u otra figura que sostiene a la madre. El tercero, el que hace salir a la madre del estado simbiótico, es el que la hace volver al mundo de lo cotidiano, al mundo del trabajo, ayudándola a separarse. En este período conflictivo el bebé reconoce a los otros y se diferencia de su madre. Esta situación le crea angustia porque teme perderla, fantasea con la pérdida, llora de noche, llora cuando la mamá se aleja de él, pide estar siempre en sus brazos. En realidad, se está reconociendo como un ser diferente, distinto de su madre, el placer de ser uno para ser dos. Esto se relaciona con la capacidad de espera, con el reconocimiento de los objetos y su desaparición, con las imágenes internas que empiezan a elaborar en su pensamiento. La angustia aparece cuando la madre desaparece de su campo visual, ella no está para satisfacerlo y llora y reclama atención, no tiene capacidad de espera y se angustia. Por todo lo dicho, se comprende que se sufre como algo traumático, pero necesario. Cuando la madre tiene claro que esto es así y quiere ayudar a su hijo a crecer e independizarse, no tiene culpa del abandono. Comprende que su actitud lo va a ayudar a superarlo y separarse sanamente. En este tiempo el bebé gatea, se desplaza, puede alejarse y volver, explora el ambiente físico. Esto le da el placer de la libertad de no depender de otros para obtener un juguete, por ejemplo. La madre se puede apoyar en su voz para darle tranquilidad, para hacerle saber que está cerca. A esto lo llamamos apoyo verbal, éste es un apoyo emocional, ya que aunque no está en sus brazos, está en presencia. El primer vínculo es la piel, el segundo es la mirada y el tercero es la voz. Es la relación vincular que deben establecer la madre y el padre. El medio 25
  • 26. familiar en la medida que se den momentos de juego favorecerá el desarrollo emocional del niño. Si el padre, la madre o figuras sustitutas (tal el caso de la maestra), han desarrollado un vínculo de apoyo y confianza, le han permitido utilizar su cuerpo y sus capacidades motrices, le han proporcionado objetos atractivos y adecuados, le han dado oportunidad de jugar con el otro, le han hablado, lo han contenido, el bebé podrá tolerar la espera, no sentirá abandono, ni perdida, sabrá que la espera será retribuida en presencia, en contacto y el juego. d. Miedo por separación El miedo por separación es aquel que sufren los niños cuando son separados, alejados de sus padres, familiares o personas ligadas afectivamente. Es uno de los temores más consolidados de la especie humana por su valor de supervivencia, ya que la soledad convierte a los niños en presas fáciles, con alto riego de perecer o sufrir algún percance. Prácticamente todos los niños sufren este tipo de ansiedad, es un fenómeno universal que también ha sido observado en otras especies. Durante la infancia se presentan diferentes situaciones en las que se produce la separación involuntaria: Escolarización; Trabajo de los padres; Hospitalización; Divorcio o separación: Muerte de los progenitores La actitud de los padres es fundamental para la evolución del miedo a la separación. Aquellos que muestran ansiedad ante la separación de sus hijos acaban por contagiarles. Los factores que influirán en el incremento de este tipo de ansiedad, tanto en su duración, intensidad como frecuencia son: La edad del niño, cuanta menos edad mayor ansiedad; La calidad del vínculo entre la madre y el niño; La naturaleza de la situación; si la situación es impredecible e incontrolable, comporta cambios bruscos en el funcionamiento cotidiano del niño; Las experiencias previas de separación. Sobre los 6 meses comienza la ansiedad por separación manifestada por los bebés con llantos y gritos cuando los padres se alejan, con objeto de llamar su atención. En esta etapa, estas reacciones suelen ser menos específicas y diferenciadas a las figuras paternas produciéndose reacciones similares ante otras personas cuando se siente abandonado y solo. Cuando llegan a los dos años de edad el hecho de poder andar les permite expresar mejor su temor corriendo al lado de su madre en cuanto ésta se aleja. En este momento, el desarrollo cognitivo es mayor, permitiéndole ser su comportamiento más especifico y diferenciado estableciendo una relación estable con las figuras que lo cuidan y protegen. El tipo de crianza determinara el inicio y duración de este tipo de ansiedad. En culturas en las que la relación madre-hijo es estrecha se manifestará antes y desaparecerá más tarde que en culturas con otras pautas de crianza. Cuando la separación se prolonga por mucho tiempo se ha identificado tres fases por las que los niños suelen atravesar: 1 ª Fase 26
  • 27. de protesta, en la que el niño grita, llora y patalea buscando activamente a sus padres. 2ª Fase de desesperanza, el niño se muestra triste y retraído como habiendo perdido la esperanza de reencontrarse con la madre. 3ª Fase de desinterés o desapego, el niño parece haber olvidado a sus padres. 3.1. ADAPTACION DE LA PRUEBA La adaptación de un instrumento de esta naturaleza no es una simple traducción de las cuestiones o elementos que constituyen el instrumento original (Ugarriza, 1991). La primera versión de la traducción al castellano; así como posteriores estandarizaciones en nuestro país, demostraron que el instrumento posee las condiciones básicas para ser utilizadas, y así conocer las actitudes maternas; sin embargo, con el transcurrir del tiempo, y los cambios sociales propios de cada población, exige adaptar los elementos a las características idiosincrásicas y culturales de la misma. En efecto, al haber realizado múltiples evaluaciones e investigaciones exploratorias en ciudades como Lima, Callao, Huanuco, Huancayo, Huaraz, Trujillo y Piura; se han observado dificultades en la comprensión, procesamiento y administración de los elementos de la escala, así como 27 III. JUSTIFICACIÓN ESTADÍSTICA
  • 28. confusión en sus respuestas; También hemos hallado estudios que demuestran actitudes maternas de confusión o ambivalencia (Neyra, 2003), lo cuál demostraría no solo la falta de comprensión de los reactivos de la escala, sino también la necesaria adaptación de la misma. La adaptación de la escala se ha llevado a cabo en un proceso polietápico; siendo los siguientes: 1ª.Análisis minucioso de los indicadores en relación a cada uno de los reactivos que miden, para luego establecer los sub indicadores de la escala. En este proceso de revisaron cada uno de los elementos, modificándolos a las características de la población. 2º.Evaluación de ensayo de la escala adaptada en una muestra de 20 madres de diferentes estratos sociales, escogidos aleatoriamente en centros de salud y centros de educación inicial de las ciudades de Trujillo y Piura. 3º. Revisión de los resultados (análisis de los reactivos modificados; niveles de respuestas por cada uno de los elementos) 4º: Reestructuración de los elementos de la prueba, distribuyéndolos al azar; para posteriormente realizar la nueva aplicación a un grupo de 50 sujetos, con su consecuente análisis de los resultados. 5ª Seguidamente el instrumento fue presentado a la opinión de jueces: 04 Psicólogos experimentados con más de 15 años en trabajo con familias; 02 maestras de niveles de inicial y primaria y 02 madres de familia; quienes nos hicieron llegar sus opiniones y sugerencias. 6ª.Tomando en cuenta la opinión de los jueces y el análisis de los resultados de la última evaluación, se realizó el ensamblaje de la prueba final; el mismo que se aplico para determinar la confiabilidad y validez del instrumento (Ver cuadros de resultados) Esta adaptación ha significado modificar y reestructurar los elementos, manteniendo los indicadores y sub-indicadores de cada una de las áreas, las mismas que detallamos a continuación: A. En cuanto al tipo de modificación de los elementos De los 48 reactivos, se llevaron a cabo modificaciones totales en 12 elementos; Igualmente, se han realizado leves modificaciones en 29 ítems, y quedaron 7 elementos intactos de la versión original. Estos datos se pueden leer en el siguiente cuadro: CUADRO Nº 1 Distribución de los elementos de la escala adaptada, según el tipo de modificación ITEMS (*) TIPO DE MODIFICACIÓN ITEMS (*) TIPO DE MODIFICACIÓN 1 Leve 25 Totalmente 28
  • 29. 2 3 4 5 6 7 8 9 10 11 12 13 14 15 16 17 18 19 20 21 22 23 24 Leve Leve Totalmente Sin modificación Totalmente Totalmente Leve Sin modificación Totalmente Totalmente Leve Leve Leve Totalmente Leve Leve Totalmente Sin modificación Leve LEVE TOTALMENTE TOTALMENTE LEVE 26 27 28 29 30 31 32 33 34 35 36 37 38 39 40 41 42 43 44 45 46 47 48 Totalmente Leve Leve Sin modificación Leve Leve Leve Leve Leve Leve Leve Leve Leve Sin modificación Sin modificación Leve Totalmente Leve Leve Leve Leve Sin modificación Leve (*) Los ítems corresponden a la nueva versión adaptada de la escala Estas modificaciones y consecuentemente la adaptación de la escala a las características de la población, se llevaron a cabo luego de diversos estudios, tal como se ha mencionado en los procedimientos. Los nuevos elementos que se han elaborado para adaptarlos a la escala y que se han modificado sustancialmente fueron: El ítem 4, correspondiente al área de rechazo de la nueva versión, se ha modificado: “La disciplina estricta es muy importante en la crianza de los niños” El ítem 6, del área de sobreprotección “Una madre debe estar permanentemente al cuidado de los alimentos que ingiere su niño” El ítem Nº 7 del área de sobre indulgencia “La obligación de una madre es preocuparse por que su niño(a), tenga todo lo que desea”. Ítem 10: “Un niño(a), hasta los 7 años no debe jugar solito, por tanto la madre debe acompañarlo” Ítem 11: “Pienso que no es necesario que una madre discipline a su niño(a)” Ítem 15: “No tiene nada de malo que los padres dejen que el niño(a) juegue en el nintendo o vean TV, el tiempo que desee. 29
  • 30. Ítem 18: “Una madre debería averiguar sobre el desenvolvimiento de su niño(a) en la escuela (relaciones con los profesores, y compañeros, sobre sus tareas), como mínimo tres veces por semana. Ítem 22: “Una madre debe ayudar a su hijo(a) hacerle la tarea cuando él no puede” Ítem 23: “Si al niño no le gustan los alimentos que le sirven, no está mal que proteste hasta que se los cambien por algo que le agrade” Ítem 25: “Disciplinar a un niño significa ponerle límites” Ítem 26: “Una madre nunca debería dejar a su hijo(a) solo(a) expuesto a sus propios medios (capacidades, habilidades). Ítem 42: “Prefiero mantener a mi niño(a) cerca de mi por los peligros a los que se expone cuando juega lejos. Otros elementos de la escala se han modificado levemente, tal es el caso del ítem 1 que actualmente dice: “Una madre debería aceptar las posibilidades que su niño(a) tiene; se ha modificado por el ítem 11 de la escala anterior que decía “Una madre debe resignarse al alcance de su niño”, debido a que el lenguaje que se utilizaba no era entendible por las evaluadas. Finalmente, los elementos que no se han modificado, se mantienen invariables, como en el caso del ítem 5 que dice “Cuando la madre tiene problemas con su hijo, al cual no sabe cómo tratar, ella debe buscar la ayuda apropiada”. B. Distribución de los elementos por áreas La conformación de los 48 reactivos de la escala original, que ha estado distribuidos en la escala, de manera aleatoria; se han modificado utilizando el criterio de distribución secuencial por áreas (Adkins, 1973 y Ebel, 1987); lo cuál se observa en el siguiente cuadro: CUADRO Nº 2 Distribución de los elementos en cada una de las áreas de la ERMN de Roth Antes y después de la adaptación Aceptación Sobreprotección Sobre indulgencia Rechazo Antes Después Antes Después Antes Después Antes Después 11 35 38 40 1 5 9 13 1 3 5 6 2 6 10 14 7 14 15 18 3 7 11 15 2 4 8 10 4 8 12 16 30
  • 31. 41 42 43 44 45 46 47 48 17 21 25 29 33 37 41 45 9 12 16 22 25 26 28 33 18 22 26 30 34 38 42 46 19 24 29 31 34 36 37 39 19 23 27 31 35 39 43 47 13 17 20 21 23 27 30 32 20 24 28 32 36 40 44 48 Se aprecia que la ubicación de los reactivos de la escala, para cada área; se han distribuido de manera correlacional, con intervalos de 4 rangos en la distribución de la prueba. 3.2. POBLACIÓN Y MUESTRA Para la fiabilidad y validez de la escala se determinó el tamaño muestral a través del muestreo aleatorio simple, en una población de 679 madres de las ciudades de Trujillo y Piura; siendo el tamaño de la muestra 120 madres, de los cuales 60 pertenecen la Trujillo y 60 a Piura. Las características de la muestra se presentan a continuación: CUADRO Nª 3 Distribución de la muestra según la edad Edades Trujillo Piura TOTAL N N N % Menores a los 20 años 21 a 25 años 26 a 30 años 31 a 35 años 36 a 40 años Mayores de 40 años 5 12 16 11 10 6 7 10 17 13 9 4 12 22 33 24 19 10 10 18.3 27.5 20 15.9 8.3 TOTAL 60 60 120 100 CUADRO Nª 4 Distribución de la muestra según el grado de instrucción Edades Trujillo Piura TOTAL Nª Nª Nª % Primaria Secundaria Superior 9 20 31 9 27 24 18 47 55 15 39.2 45.8 TOTAL 60 60 120 100 CUADRO Nª 5 31
  • 32. Distribución de la muestra según el grado de instrucción Edades Trujillo Piura TOTAL Nª Nª Nª % Solteras Casadas Convivientes 12 31 17 19 23 18 31 54 35 25.8 45 29.2 TOTAL 60 60 120 100 3.3. ANÁLISIS A NIVEL DE LA UNIDAD DE MEDIDA La Escala de Actitudes de la Relación madre – niño está compuesto por 4 escalas (aceptación, sobreprotección, sobre indulgencia y rechazo) con 12 reactivos cada una; a las que el sujeto contesta en una escala tipo Lickert de 5 posibles puntos; cada uno de estos elementos es un mini instrumento de medida por unidad más simple. Las puntuaciones posibles en esta unidad de medida van de 1 a 5 puntos; en el caso de un elemento redactado en sentido positivo hacia el constructor a medir se concede 1 punto por la respuesta “Completamente en desacuerdo para mí” al contenido de la cuestión, y 5 puntos cuando la respuesta es “Completamente de acuerdo para mí”, tal como lo sugieren las plantillas de corrección. En el caso de los elementos de Aceptación, que están redactadas en dirección inversa, se concede 1 punto para la respuesta Completamente de acuerdo y 5 puntos para la respuesta Completamente en desacuerdo. Tal vez el ideal de medida de esta unidad, sería que los sujetos se repartieron ajustándose a los porcentajes de la “curva normal” y alrededor del punto central de la escala de medida, el valor 3; tal como se explica en el siguiente gráfico: 32 30 25 20 15 10 5 0 B _________ A………….. C __.__. __ .
  • 33. Pero este ideal de medida puede variar empíricamente de acuerdo con la actitud implicada y de las características de la muestra; si el rasgo es poco frecuente, el gráfico se inclina hacia la izquierda (curva A de la gráfica), y si el rasgo es muy frecuente, el gráfico se inclina hacia la derecha (curva C del gráfico). Bajo este enfoque; uno de los primeros análisis de la Escala ERMN, ha sido constatar el comportamiento de estas unidades de medida. El análisis ha consistido en conocer las frecuencias de respuestas de todas las alternativas (desde el 1 al 5). Si esa distribución se considera obtenida en una variable continua, sus estadística básicas (media y desviación típica) pueden ilustrar sobre la distribución su variabilidad y su capacidad discriminativa. La media podría ser considerada como un “índice de atracción” Si el elemento tiene una distribución simétrica, su medida se situará muy próxima al valor 3 (el promedio teórico del gráfico); si la medida es significantemente menor la distribución toma la forma de la curva A, y si la media es significativamente mayor que 3 la distribución toma la forma de la curva C. Por otra parte, si la desviación típica de un elemento es pequeña, esta unidad de medida tiene poca capacidad discriminativa de las escalas que pretende media, porque casi no hay variabilidad en los resultados; en el otro polo, si la desviación típica es grande, esto viene a indicar que la capacidad discriminativa es buena y los sujetos se dispersan satisfactoriamente en el continuo de medida del elemento. 3.4. CONFIABILIDAD La confiabilidad de la prueba se define como la consistencia o estabilidad de una medida; es decir, es el grado en que una serie de medidas está libre de varianza de error al azar. Operacionalmente establecemos la fiabilidad obteniendo la correlación entre dos series equivalente de medidas de una serie de sujetos. La buena fiabilidad de una prueba exige controlar lo mejor posible las condiciones externas que influyen en las puntuaciones y las condiciones internas. No existe una fiabilidad perfecta, por ser imposible controlar todas las fuentes de error. Entre los métodos aceptados para establecer la confiabilidad de un instrumento como el presente, está el de las dos mitades o Splift-half, que consiste en hallar el coeficiente de correlación de Pearson entre las dos mitades de cada factor (pares impares) de los elementos; y, luego corregir los resultados según la fórmula de Spearman-Brown, ya que la verdadera longitud de la prueba es doble y la fiabilidad aumenta en proporción con la longitud de la prueba. Para establecer los coeficientes de confiabilidad; se utilizó la correlación de producto-momento de Pearson; siendo aplicada el método de las mitades y 33 1 2 3 4 5
  • 34. corregido con la fórmula de Spearman Brown. Así mismo, debido a que la posibilidad de volver a aplicar este instrumento a los mismos sujetos, resultaba imposible; este método es el más adecuado. Los resultados obtenidos se aprecian en la tabla siguiente: Tabla Nº 1 Índices de confiabilidad para las 4 áreas de la Escala de actitudes de la relación madre-niño; utilizando el corrector de Spearman Brown. AC SP SI RE R ½ 0.72 0.72 0.75 0.69 Test completo 0.89 0.91 0.81 0.85 Nº de casos 120 120 120 120 Media 29.5 31.3 26.4 21.7 D.S. 6.04 7.03 6.01 6.08 Nº de ítems 12 12 12 12 Se aprecia que los índices de confiabilidad en todas las áreas son bastante buenos. Del mismo modo, se llevó a cabo el análisis de la fiabilidad de la escala general a través del coeficiente Alfa de Crombach. De acuerdo a este análisis para que la escala sea válida ésta debe ser > 0.70. El resultado alcanzado podemos visualizarlo en la siguiente tabla. Tabla Nº 2 Índice de confiabilidad de la ERMN en madres de las ciudades de Trujillo y Piura (2004) Instrumento Coeficiente de Confiabilidad Escala de actitudes de la Relación Madre-Niño 0, 8976 3.5. ERROR TÍPICO DE ESTIMACIÓN Para cualquier presentación de un test junto con la confiabilidad, es necesario evaluar el grado en que el puntaje puede estar afectado por errores de “tipo casual” que existen en la aplicación de un test de allí que el ETE proporciona una estimación de las desviaciones típicas de la prueba, que se obtendrá tras una serie de aplicaciones con el mismo sujeto. Los resultados de estos índices de error, se aprecia en la siguiente tabla: Tabla Nº 3 Índices deL error típico de Estimación de Medida por cada una de las áreas de ERMN 34
  • 35. Aceptación Sobrep. Sobrein. Rechazo Coeficiente de confiabilidad 0.89 0.91 0.81 0.85 DS 6.04 7.03 6.01 6.08 Error de medida al 68% 2.35 1.49 2.26 2.01 Error de medida al 95% 4.70 2.98 4.52 4.02 3.6 VALIDEZ La validez de una prueba se refiere al grado en que el instrumento mide correctamente aquello que pretende medir para el uso correcto a que desee aplicarse. En tal sentido la validación, es el proceso de recopilación y valoración de la evidencia de validez (Hernández y otros, 2000: 184) Dado que la Escala de ERMN, nos proporciona información sobre las actitudes que tienen las madres respecto a la relación con su niño; el test será válido si la información que nos brinda, permite conocer la actitud de la madre frente al hijo, a través de 4 escalas que evalúa. En el año 2003 se estableció a través del método de contenido, utilizando la fórmula de persona y comprimido con la de MC Nemar, hallándose indicios que fluctúa entre 0.54 para sobreindulgencia, 0.58 para rechazo, 0.62 para sobreprotección y 0.68 para la escala de aceptación. A. VALIDEZ DE CONTENIDO Para precisar la validez de contenido, de la ERMN, recurrimos a la técnica del criterio de Jueces. Esta técnica consistió en proporcionar el cuestionario a la opinión de jueces: 04 Psicólogos experimentados con más de 15 años en trabajo con familias; 02 maestras de niveles de inicial y primaria y 02 madres de familia; adjuntándoles las definiciones de cada una de las áreas de la escala, según lo cuál aprobaron unánimemente los 48 elementos; los mismos que fueron sometidos al procesamiento estadístico para determinar la validez. B. VALIDEZ DE CRITERIO Para determinar la validez de criterio se aplicó la prueba piloto a 120 sujetos de la muestra, para posteriormente analizar los datos a través del paquete estadístico SPSS versión 10.0, utilizando el método ítem test, a través de la fórmula Producto Momento de Pearson, cumpliéndose con el criterio r> 0.21, para que sean aceptados o válidos cada uno de los ítems; corregida de acuerdo a Mc Nemar, precisando de esta manera la correlación real entre el ítem y el total del test (r Mc N) r > 0.35. Tabla Nº 4 35
  • 36. Índices de validez de los ítems de la ERMN, en madres de las ciudades de Trujillo y Piura, (2004) Item Coefic. Item Coefic. Item Coefic. Item Coefic. 1 0,7654 13 0, 6519 25 0, 6503 37 0, 6400 2 0, 6735 14 0, 5901 26 0, 6601 38 0, 6481 3 0, 8571 15 0, 6324 27 0, 5892 39 0, 6319 4 0, 7112 16 0, 7532 28 0, 6900 40 0, 6494 5 0, 1987 17 0, 6725 29 0, 7593 41 0, 5968 6 0, 8208 18 0, 5921 30 0, 6194 42 0, 6197 7 0, 8124 19 0, 8302 31 0, 8467 43 0, 7396 8 0, 7961 20 0, 7333 32 0, 6378 44 0, 8285 9 0, 8291 21 0, 8505 33 0, 6324 45 0, 6902 10 0, 7819 22 0, 6581 34 0, 7698 46 0, 7418 11 0, 7524 23 0, 6287 35 0, 8397 47 0, 8953 12 0, 6912 24 0, 7916 36 0, 8264 48 0, 8476 (*) Ítem válido si Coeficiente de Mc Nemar > 0.35 4.2.6. NORMALIZACIÓN BAREMACIÓN En el proceso de baremación se utilizó la normalización o tipificación mediante, en el cuál las puntuaciones directas o brutas son transformadas a puntuaciones estándar o escaleras que permiten interpretaciones uniformes. El tipo de puntuación que se ha alcanzado corresponde a los Rangos Percentiles (Rp) llamados también centiles; constituyen quizá una de las calificaciones más utilizadas en las tablas de normas de pruebas estandarizadas (Morales, 1993), porque permiten en general una mejor interpretación de los resultados. Se han elaborado 2 baremos, cada uno de ellos con sus correspondientes normas según la edad de los niños, (0 a 3años) y (4 a 7 años). Estos se han clasificado según el nivel socioeconómico: Medio alto (Instrucción superior), y Bajo (Instrucción primaria y secundaria). 36
  • 37. BAREMO Nº 1 NORMAS EN PERCENTILES DE LA ERMN, EN MADRES DE LA CIUDAD DE TRUJILLO Y PIURA DE NIVEL SOCIO ECONÓMICO MEDIO ALTO (Instrucción Superior) (E. Arévalo - 2005) N = 284 0 -3 AÑOS 4 – 7 AÑOS Rp AC SP SI Re AC SP SI Re Rp 99 49+ 57+ 55+ 47 45+ 56+ 48+ 53+ 99 95 47-48 55-56 54 46 44 55 47 50-52 95 90 44-46 52-54 53 45 42-43 54 44-46 49 90 80 43 51 51-52 43-44 40-41 50-53 40-43 46-48 80 76 42 49-50 49-50 41-42 39 49 39 45 76 75 39-41 45-48 44-48 38-40 38 46-48 38 44 75 70 38 43-44 40-43 37 36-37 45 35-37 40-43 70 60 35-37 40-42 35-39 36 33-35 43-44 34 37-39 60 50 30-34 38-39 34-36 33-35 30-32 40-42 33 34-36 50 40 28-29 35-37 33 32 29- 38-39 29-32 30-33 40 30 25-27 30-34 32 30-31 27-28 36-37 28 27-29 30 26 20-24 28-29 31 26-29 25-26 32-35 25-27 26 26 25 18-19 27 27-30 25 22-24 28-31 24- 25 25 20 17 26 26 21-24 21 24-27 23 24 20 10 16 23-25 25 19-20 20 23 22 20-23 10 5 14-15 20-22 22-24 16-18 19 22 21 19 5 1 13- 19- 21- 15- 18- 21- 20- 18- 1 37
  • 38. N 139 145 N X 33.8 36.2 34.2 29.6 31.4 38.4 36.5 34.3 X DS 6.41 6.80 7.02 5.07 6.12 7.09 6.09 5.06 DS BAREMO Nº 2 NORMAS EN PERCENTILES DE LA ERMN, EN MADRES DE LA CIUDAD DE TRUJILLO Y PIURA DE NIVEL SOCIO ECONÓMICO BAJO (Instrucción Primaria y Secundaria) (E. Arévalo - 2005) N = 275 NIÑOS DE 4 - 7 AÑOS NIÑOS DE 0 – 3 AÑOS Rp AC SP SI Re AC SP SI Re Rp 99 43+ 47+ 45+ 46+ 52+ 53+ 55+ 47 99 95 40-42 46 44 45 51 50-52 52-54 45-46 95 90 39 44-45 43 41-44 49-50 48-49 50-51 42-44 90 80 38 43 40-42 39-40 45-48 45-47 49 41 80 76 35-37 42 38-39 36-38 42-44 44 46-48 40 76 75 34 40-41 35-37 34-35 40-41 40-43 42-45 35-39 75 70 30-33 39 32-34 31-33 38-39 38-39 40-41 34 70 60 29 36-38 29-31 30 35-37 35-37 36-39 32-33 60 50 27-28 35 28 28-29 32-34 30-34 33-35 30-31 50 40 25-26 33-34 26-27 27 31 28-29 30-32 29 40 30 23-24 32 24-25 26 28-30 27 28-29 25-28 30 26 22 30-31 22-23 23-25 26-27 26 26-27 23-24 26 25 21 28-29 21 20-22 25 25 24-25 21-22 25 20 20 25-27 20 19 24 24 22-23 20 20 10 19 22-24 18-19 18 23 23 20-21 19 10 5 18 19-21 17 17 22 22 19 18 5 1 17- 18- 16- 16- 21- 21- 18- 17- 1 X 27.8 33.4 31.01 33.4 37.8 34.9 27.4 X 38
  • 39. DS 6.01 5.07 6.04 7.01 6.03 5.02 5.09 DS N 143 132 N 39
  • 40. BIBLIOGRAFÍA • AIKEN, LEWIS. (1996). Tests psicológicos y evaluación; (8º edición), Nomos SA: Bogotá: • ALARCÓN, R. (1991) Métodos y diseños de investigación del comportamiento; UPCH; Lima: Perú • ALCÁNTARA, J. (1992). Cómo educar las actitudes; (2º edición); CEAC: España • ALIAGA y GIOVE (1993) Baremos de tests psicológicos utilizados en el Perú; Lima: Perú. • AMERICAN PSICHOLOGICAL ASSOCIATION (1998) Manual de estilo de publicaciones. • ARANGO, M, y Otros (1997). Estimulación Temprana; Gama: Colombia. • ARÉVALO, Edmundo (2003). Estandarización de la prueba de Socialización BAS-3 para adolescentes de la ciudad de Trujillo (Revista de Psicología) UCV:Trujillo • BARON, R. (1996). Psicología; (3º edición), Trillas: México • BARRIGA y Otros, (1990). Psicología de la salud: Aportaciones desde la psicología social; Mc Graw Hill Interamericana: España • BELLACK, A. y HERSEN M., (1989), Métodos de Investigación en Psicología Clínica: Biblioteca de Psicología – Desclée de Brouwer. • BRIONES, G. (1990) Métodos y técnicas de investigación para las ciencias sociales, Trillas: México. • BOWLBY, J (1988). El vínculo afectivo; Paidos: Argentina. • BROWN, Frederick. (1980) Principios de la Medición en Psicología y Educación. México: El Manual Moderno S.A. • CERDA, E., (1978), Psicometría General, Herder: Barcelona • COHEN Y SWERDLIK (2001) Pruebas y evaluación psicológicas; Mc Graw Hill: México (Cuarta edición) • CORDERO, Pando (1976) Normas sobre tests y manuales educativos y psicológicos; TEA ediciones: Madrid. • CROMBACH, J. (1989) Fundamentos de la exploración psicológica; Biblioteca Nueva: Madrid. • EBEL, Robert (1987) ¿Tienen Que ser válidos todos los tests? • GHERSI, y BARRON, M. (1998). Hablemos de educación sexual: Módulo auto instructivo del Diploma de segunda especialidad en currículo y metodología en Educación Inicial; Lima: PUC. • GOLDSTEIN, R. (1997). Educar día a día; Ediciones Médici: Barcelona. • GOODMAN, S. (1981). El libro guía de su hijo; Salvat editores: Barcelona. • HAEUSSLER, I. y Otros (1997). Familia y desarrollo infantil; Ediciones Dolmen: Santiago de Chile. • HEMSING, WALTER, (1988). El miedo en los niños; Kapeluz: Buenos Aires. • HERNANDEZ y Otros (2000) Investigación del Comportamiento; Mc Graw Hill: México (Segunda edición.) • HOLYER y SMITH, (1999); Duerme bebé.... Y deja descansar a los padres; Hispano- Europea: España. • JAY, R. y SWERDLIK M. (2000) Pruebas y evaluación Psicológica; Mc Graw Hill SA: México • MAGNUSSON, D. (1983) Teoría de los Tests; Trillas: México • MORALES, M. (1993) Psicometría aplicada; Trillas: México (2º edición) • MOROMIZATO y Otros, (2000). Comprendiéndoles mejor; PUC: Lima- Perú, (1° edición) • MORRIS, Charles (1997). Psicología (9º edición); Prentice Hall Hispanoamericana: México. • ROTH, R. (1980) Evaluación de la relación madre- niño • SPITZ RENE (1996), El primer año de vida; Fondo de Cultura Económica: Buenos Aires. 40
  • 41. • SEPULVEDA, (1997), Interacción Temprana Madre-Bebé, Universidad Metropolitana; Cendif: Venezuela • SUMMERS, G. (1986). Medición de actitudes, (4º edición); Trillas: México. • UGARRIZA, N. (2001). Actitudes frente a la crianza infantil; Ponencia en el X Congreso Nacional de Psicología, Lima – Perú (Publicado en la Revista de Psicología: Memorias del X Congreso) • WEINER, I. (1992). Métodos en psicología clínica; (1º edición); Limusa: México. • YELA, Mariano (1972) El test como instrumento científico. Normas. Requisitos científicos de un test para la redacción de manuales. Psicología aplicada (tema 17) 41
  • 42. INSTRUCCIONES: Lea cuidadosamente, luego marque con un aspa (X) en el recuadro que considere correcta en su opinión o sentimiento, en la hoja de respuestas, utilizando los siguientes criterios (alternativas): • Marque debajo de CA, cuando usted esté completamente de acuerdo con la afirmación • Marque debajo de A, cuando usted esté de acuerdo con la afirmación • Marque debajo de I, cuando usted este indecisa con la afirmación. • Marque debajo de D, cuando usted esté en desacuerdo con la afirmación • Marque debajo de CD, cuando usted esté completamente en desacuerdo con la afirmación. Conteste a todas las afirmaciones, pero marcando solo una de las alternativas, que considere adecuada. Debe cuidar que su respuesta coincida con la afirmación, para ello se encuentran enumerados de forma horizontal, siga el orden de la numeración. NO ESCRIBA NI REALICE MARCA ALGUNA EN ESTE CUESTIONARIO, SUS RESPUESTAS LO HARÁ EN LA HOJA DE RESPUESTAS 1. Una madre debería aceptar las posibilidades que su niño tiene. 2. Una madre debería proporcionarle a su hijo (a) todas las cosas que ella no tuvo cuando niña. 3. Considero que un niño no está en falta cuando hace algo malo. 4. La disciplina estricta es muy importante en la crianza de los niños 5. Cuando la madre tiene problemas con su hijo, al cual no sabe cómo tratar, ella debe buscar la ayuda apropiada. 6. Una madre debe estar permanentemente al cuidado de los alimentos que ingiere su niño 7. La obligación de una madre es preocuparse porque su niño(a), tenga todo lo que desea. 8. Es bueno para el niño (a) ser separado de sus padres por breves temporadas (1 ó 2 meses) 9. Los niños(as) tienen sus propios derechos. 10. Un niño(a), hasta los 7 años no debe jugar solito por tanto la madre debe acompañarlo. 11. Pienso que no es necesario que una madre discipline a su niño (a). 12. Cuando una madre desaprueba una conducta de su niño, ella debe señalarle repetidas veces las consecuencias de esa conducta. 13. Es posible que un niño (a) a veces se moleste con su madre 14. Una madre debe defender a su hijo de las críticas de los demás 15. No tiene nada de malo que los padres dejen que el niño(a) jueguen en el nintendo o vea TV el tiempo que desee. 16. Mi niño no tiene la gracia ni es tan sociable como la mayoría de los otros niños de su edad. 17. Los niños(as) pequeños(as) son como los juguetes que sirven para entretener a sus padres. 42 ESCALA DE ACTITUDES DE LA RELACION MADRE – NIÑO (R. Roth) (Adaptación y estandarización: Edmundo Arévalo- 2005)
  • 43. 18. Una madre debería averiguar sobre el desenvolvimiento de su niño (a) en la escuela (relaciones con profesores y compañeros, sobre sus tareas) como mínimo tres veces por semana. 19. Yo muchas veces amenazo castigar a mi niño, pero nunca lo hago 20. Para criar a un niño (a), no importa el método que utilice la madre, lo importante es criarlo como ella piensa. 21. Traer un bebé al mundo no implica para los padres modificar su forma de vida. 22. Una madre debe ayudar a su hijo (a) y hacerle la tarea cuando él no puede. 23. Si al niño no le gusta los alimentos que le sirven, no está mal que proteste hasta que se los cambien por algo que le agrade. 24. Con un entrenamiento estricto un niño puede llegar a hacer prácticamente todo. 25. Disciplinar a un niño significa ponerle límites. 26. Una madre nunca debería dejar a su hijo solo, expuesto a sus propios medios (capacidades, habilidades). 27. Los padres responsables deben preocuparse porque su niño tenga una propina fija. 28. Una madre debe dejar que la profesora utilice los métodos disciplinarios que considere cuando su hijo o hija no cumple las normas. 29. Los niños(as) deben ser vistos pero no oídos. 30. Es responsabilidad de la madre cuidar que su niño (a) no este triste. 31. La madre debe recostarse todas las noches con su niño (a) hasta que éste(a) logre dormirse, como parte de su rutina diaria. 32. Muchas cosas que mi niño hace me fastidia. 33. No me gusta cuando mi niño(a) manifiesta abiertamente sus emociones (tristeza, cólera, alegría, miedo, amor) 34. Un niño(a) necesita mas de cuatro controles médicos al año. 35. A un niño no se le debe resondrar, por arrancharle cosas a un adulto 36. El niño es como un adulto en miniatura. 37. Como chuparse el dedo no es hábito higiénico, considero que es necesario que una madre tome medidas para que no lo siga haciendo. 38. Una madre no debe confiar en su niño (a) para que haga cosas él solo 39. Cuando el niño llora debe tener inmediatamente la atención de la madre. 40. La madre debe dejar la alimentación de pecho lo antes posible. 41. A una madre no le ayuda mucho hablar con su niño (a) de sus proyectos personales. 42. Prefiero mantener a mi niño (a) cerca de mi por los peligros a los que se expone cuando juega lejos 43. Por alguna razón, yo nunca puedo negarme a cualquier pedido que mi niño(a) me hace. 44. A menudo le juego bromas a mi hijo sabiendo que a él le disgustan 45. Un niño(a) debe complacer en todo a sus padres 46. Creo que, aún cuando mi niño (a) tuviera mas de 6 años, es mejor que yo lo (a) bañe porque no pueden hacerlo solo. 47. Una madre debe ver siempre que las demandas de su niño sean atendidas. 48.A menudo los niños actúan como si estuvieran enfermos cuando en realidad no lo están. REVISE TODAS SUS RESPUESTAS 43
  • 44. PROTOCOLO DE LA ERMN DE Roth NOMBRES Y APELLIDOS......................................................... EDAD........ ESTADO CIVIL..............................................INSTRUCCIÓN....................... OCUPACIÓN................... NOMBRE DEL NIÑO............................ EDAD….. ESCOLARIDAD............................................ FECHA DE HOY.................... Nº CA A I D CD Nº CA A I D CD 1 25 2 26 3 27 4 28 5 29 6 30 7 31 8 32 9 33 10 34 11 35 12 36 13 37 14 38 15 39 16 40 17 41 18 42 19 43 20 44 21 45 22 46 23 47 24 48 AREAS PD PC ACEPTACIÓN SOBREPROTECCIÓN SOBREINDULGENCIA RECHAZO APRECIACIÓN PROFESIONAL:……………………………………………………… 44 ACTITUD MATERNA Positiva Negativa ( ) ( )
  • 46. PD DIRECTO: 5, 4, 3, 2, 1 Nº CA A I D CD Nº CA A I D CD 1 25 2 26 3 27 4 28 5 29 6 30 7 31 8 32 9 33 10 34 11 35 12 36 13 37 14 38 15 39 16 40 17 41 18 42 19 43 20 44 21 45 22 46 23 47 24 48 46
  • 47. PD DIRECTO: 5, 4, 3, 2, 1 Nº CA A I D CD Nº CA A I D CD 1 25 2 26 3 27 4 28 5 29 6 30 7 31 8 32 9 33 10 34 11 35 12 36 13 37 14 38 15 39 16 40 17 41 18 42 19 43 20 44 21 45 22 46 23 47 24 48 47
  • 48. PD DIRECTO: 5, 4, 3, 2, 1 Nº CA A I D CD Nº CA A I D CD 1 25 2 26 3 27 4 28 5 29 6 30 7 31 8 32 9 33 10 34 11 35 12 36 13 37 14 38 15 39 16 40 17 41 18 42 19 43 20 44 21 45 22 46 23 47 24 48 48
  • 49. PD INVERSA: 1, 2, 3, 4, 5 Nº CA A I D CD Nº CA A I D CD 1 25 2 26 3 27 4 28 5 29 6 30 7 31 8 32 9 33 10 34 11 35 12 36 13 37 14 38 15 39 16 40 17 41 18 42 19 43 20 44 21 45 22 46 23 47 24 48 49