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Proyecto de autogestión del agua en la agricultura
Curso de riego para agricultores
Curso de riego para agricultores
Proyecto de autogestión del agua en la agricultura
Coordinación: Alberto F. Lop y Celsa Peiteado de WWF/Adena,
y Vicente Bodas de Aliara
Fotografías: Vicente Bodas, WWF/Alberto F. Lop y WWF/Miguel A.
Valladares
Edición: Jorge Bartolomé e Isaac Vega
Diseño: Amalia Maroto
Impresión: Artes Gráficas Palermo, S.L.
Impreso en papel 100% reciclado.
Marzo 2005
Depósito Legal:
WWF/Adena agracede la reproducción y divulgación de los
contenidos de esta publicación (a excepción de las fotografías,
propiedad de los autores) en cualquier tipo de medio, siempre y
cuando se cite expresamente la fuente.
Unidad Didáctica 1
Conceptos básicos....................................................... 3
1. El agua y las plantas ................................................ 3
1.1. Funciones del agua en las plantas.......................... 3
1.2. Eficiencia en el uso del agua .................................. 3
1.3. Capacidad de las plantas para extraer agua
del suelo................................................................. 4
1.4. Adaptación y respuesta de las plantas a la
escasez de agua..................................................... 5
1.5. Momentos críticos en el ciclo de los cultivos .......... 5
2. El agua y el suelo...................................................... 5
2.1. Capacidad del suelo para almacenar agua.............. 5
2.2. Caracterización de un suelo desde el punto de vista
de la disponibilidad de agua para las plantas ......... 6
2.3. Otros conceptos sobre el suelo............................... 7
2.4. Perfil del suelo........................................................ 8
Unidad Didáctica 2
Técnicas de riego......................................................... 9
1. Conceptos previos..................................................... 9
1.1. Uniformidad de aplicación ...................................... 9
1.2. Eficiencia de aplicación .......................................... 9
2. Sistemas de riego...................................................... 10
2.1. Riego por aspersión................................................ 10
2.2. Riego localizado...................................................... 12
Unidad Didáctica 3
Buenas prácticas en el riego.................................. 15
1. Concepto de buenas prácticas agrarias .............. 15
2. Buenas prácticas de riego....................................... 15
2.1. Cálculo de las necesidades..................................... 15
2.2. Dosis y frecuencia de riego..................................... 16
2.3. Condiciones de aplicación ...................................... 16
2.4. Cuaderno de registro de riego................................. 17
3. Mantenimiento de instalaciones............................ 17
Unidad Didáctica 4
Asesoramiento en las decisiones de riego..... 19
1. Introducción a los métodos existentes................. 19
1.1. Métodos indirectos ................................................. 19
1.2. Métodos directos.................................................... 20
2. Servicios de asesoramiento al regante................ 21
3. Creación de un servicio propio de ámbito
local (cooperativa o comunidad de regantes)..... 22
Unidad Didáctica 5
Nuevas tecnologías..................................................... 24
1. Mecanismos de control de variables que
inciden en las necesidades de riego:
clima-suelo-planta .................................................... 24
2. Utilización de imágenes satélite ............................ 24
3. Herramientas del proyecto Life HAGAR................ 24
3.1. Sistema de Asesoramiento en Riego....................... 24
3.2. Herramienta de autogestión para comunidades
de regantes ............................................................ 26
Unidad Didáctica 6
Los nuevos retos de la PAC.................................... 27
1. Nuevos retos de la PAC: calidad y medio
ambiente...................................................................... 27
1.1. Trazabilidad ............................................................ 28
1.2. Ayudas desacopladas y condicionalidad ................. 28
1.3. Ayudas agroambientales......................................... 29
2. La política europea del agua y el regadío ........... 29
Páginas web de interés............................................. 31
Índice
1
1. El agua y las plantas
1.1. Funciones del agua en las plantas
En las plantas, como en el resto de seres vivos, el agua
desempeña una serie de funciones esenciales sin las cuales no
sería posible la vida tal y como la conocemos:
1. Agua de constitución y sostén: aproximadamente el
80% de una planta es agua, denominándose genéricamente al
resto de sus componentes materia seca (figura 1.1). Esta can-
tidad de agua es imprescindible para que las plantas manten-
gan su estructura. Cuando, por la razón que sea, las plantas
pierden más agua de la que pueden absorber, se marchitan y
todos sus procesos vitales se ven alterados.
2. Transporte: la capacidad del agua para disolver nu-
merosas sustancias le permite actuar como vehículo para el
transporte de los nutrientes minerales desde el suelo a los ór-
ganos fotosintéticos de las plantas y, a su vez, redistribuir las
sustancias elaboradas en las hojas por el resto de la planta. Lo
que se conoce como savia no es más que agua con diversas
sustancias disueltas.
3. Transpiración y refrigeración: al igual que ocurre
en las máquinas inventadas por el hombre, las plantas necesi-
tan para su correcto funcionamiento mantenerse dentro de un
intervalo de temperaturas. Cuando ésta sube, las plantas libe-
ran agua por los estomas de las hojas (pequeños orificios en la
epidermis), que al evaporarse absorbe calor, consiguiendo fi-
nalmente regular la temperatura de la planta (figura 1.2).
La pérdida de agua desde las hojas de las plantas se de-
nomina transpiración. Para controlarla, cuentan con la apertu-
ra y el cierre de los estomas de las hojas. Pero la transpiración
es un fenómeno intrínseco a la naturaleza de los vegetales e
inevitable, al menos, por los siguientes motivos:
1. Como las plantas necesitan intercambiar oxígeno y
anhídrido carbónico con la atmósfera, los estomas no puedan
estar cerrados durante largos períodos de tiempo y, por tanto,
las plantas están expuestas a perder agua.
2. La evaporación de agua desde las hojas actúa como
una bomba de extracción. Sin ella, la capacidad de las raíces de
una planta para absorber agua sería muy limitada y tanto la
captación como la circulación de nutrientes se verían afectadas.
1.2. Eficiencia en el uso del agua
A tenor de lo comentado en el apartado anterior, una
masa de vegetación (bosque, pradera, cultivo...) se asemejaría
a una fábrica que necesita agua para su funcionamiento, la
cual estaría en constante circulación. Por ejemplo, del total de
agua que puede consumir un buen cultivo de trigo (unos 400
mm = 4 millones de litros por hectárea) en un día cualquiera
1. Conceptos básicos
3
Unidad
Didáctica
Figura 1.1. Constituyentes de las plantas
80% Agua 20% Materia seca
42% Carbono
44% Oxígeno
6% Hidrógeno
2% Nitrógeno
0,40% Fósforo
2,50% Potasio
1,30% Calcio
0,40% Magnesio
0,40% Azufre
1% Oligoelementos
Nutrientes secundariosNutrientes principalesAtmósfera
Figura 1.2. Funciones del agua en las plantas
A: Absorción de H2O y sales minerales. T: Transpiración. I: Intercambio
gaseoso. SB: Sabia bruta. SE: Sabia elaborada.
A
A
I
T
SBSEI
CO2
Oxígeno
Sales
minerales
Agua
de su momento de máximo desarrollo vegetativo, el agua con-
tenida en las plantas sería sólo de unos 4 mm (40.000 litros
por hectárea), es decir, sólo el 1%.
Queda claro que las plantas no acumulan el agua, la em-
plean para poder vivir y producir, pero no todas las especies
tienen la misma habilidad para aprovecharla.
Desde un punto de vista agrícola, se llama eficiencia en
el uso del agua a la capacidad que tiene una planta de produ-
cir cosecha por cada unidad de agua consumida. Las diferen-
cias entre cultivos son muy llamativas. En la figura 1.3 se re-
cogen algunos ejemplos de la capacidad de producir kilos de
cosecha aprovechable para el hombre por cada 1.000 litros de
agua consumida.
Existen especies de plantas adaptadas a vivir en los más
diversos ambientes y, como consecuencia de ello, han desarro-
llado diversos mecanismos para gestionar la abundancia o es-
casez de agua. Es importante no confundir la eficiencia en el
uso del agua con la capacidad de las distintas especies de adap-
tarse a condiciones de escasez de agua. Como se deduce de los
datos de la figura 1.3, algunos de los cultivos más eficientes en
el uso de agua, como la patata o la remolacha, no prosperarían
de forma adecuada en condiciones de sequía. Por el contrario,
cultivos adaptados a sobrevivir con poca agua, como el almen-
dro o la vid, no son los más eficientes en el uso del agua.
1.3. Capacidad de las plantas para extraer
agua del suelo
El suelo, por su facultad para retener agua, se asemeja a
un depósito del cual las plantas se van nutriendo en función de
sus necesidades (ver apartado 2). Pero no se suele encontrar
ni homogéneamente distribuida ni libremente disponible. Para
poder absorberla las raíces deben:
1. Localizar el agua.
2. Hacer un esfuerzo de succión para extraerla de los po-
ros del suelo.
No todas las plantas tienen la misma habilidad para rea-
lizar estas dos tareas:
1. En primer lugar, existen diferencias importantes entre
la capacidad de las raíces para explorar el suelo: las raíces
poco densas de una cebolla rara vez llegan más allá de 30 cm,
mientras que una remolacha con raíces muy ramificadas pue-
de llegar a varios metros de profundidad (figura 1.4).
2. Adicionalmente, el esfuerzo necesario para succionar
el agua no repercute de igual forma en la productividad de la
planta. Cuando el agua es abundante la presión de succión ne-
cesaria para tomarlo es baja (0,3 atmósferas), pero a medida
que se agota el agua esta presión va aumentando. Cuando al-
UD 1. Conceptos básicos
4
Figura 1.4. Algunos tipos de sistemas radiculares de plantas
cultivadas
Figura 1.3. Producción de cosecha por metro cúbico de agua
consumida
Girasol
Almendro
Maíz
Trigo
Alfalfa
Cebada
Naranjo
Viñedo
Olivar
Patata
Remolacha
Tomate
0
2
4
6
8
10
12
14
Kg/m3
Leñosos
Herbáceos
Remolacha
Cebolla
Trigo
canza entre 1 y 2 atmósferas, para algunas plantas como el
melón o el pimiento el esfuerzo es muy grande, haciéndoles
padecer y disminuir su capacidad productiva, en tanto que
otras, como la cebada o la vid, pueden soportarlo sin mayores
problemas.
1.4. Adaptación y respuesta de las plantas
a la escasez de agua
Las plantas de climas secos han desarrollado adaptacio-
nes que les permiten afrontar los períodos de escasez de agua
en la naturaleza. Estas adaptaciones pueden encuadrarse en
tres grandes grupos:
1. Adaptaciones morfológicas. Cambios en su consti-
tución tendente a reducir las pérdidas o a acumular agua:
■ Epidermis de la hoja gruesa y coriácea.
■ Hojas abarquilladas o con abundantes pelos que per-
miten crear un microclima con más humedad relativa.
■ Reducción del tamaño de las hojas, e incluso desapa-
rición y sustitución por espinas.
■ Tallos suculentos donde se almacena agua.
2. Adaptaciones fisiológicas. Cambios en su funciona-
miento, como:
■ Cierre prolongado de los estomas.
■ Marchitez y pérdida de las partes viejas o poco útiles
para la reproducción.
3. Adaptaciones fenológicas. Modificaciones en su ci-
clo de vida para aumentar sus posibilidades de supervivencia:
■ Producción de semillas con germinación escalonada.
■ Ciclos de desarrollo muy cortos.
Todas estas adaptaciones tienen como fin primordial per-
petuar la especie, aun en detrimento de su capacidad produc-
tiva. Pero el hombre, al seleccionar las plantas que cultiva
(básicamente por su capacidad para dar cosechas estables y
abundantes) ha ido en dirección contraria, por lo que estos sis-
temas de protección frente a la falta de agua no suelen presen-
tarse en las variedades usualmente cultivadas. Si añadimos el
hecho de que muchos de los cultivos están fuera de su am-
biente natural, se entiende fácilmente que los cultivos agríco-
las son mucho más sensibles a la falta de agua que sus ances-
tros silvestres.
1.5. Momentos críticos en el ciclo de los
cultivos
La respuesta directa de cualquier cultivo a la falta de
agua puede ser una disminución de su rendimiento. Ahora
bien, la falta de agua no incide de igual manera en las diferen-
tes fases del desarrollo de un cultivo. Por ejemplo, los cerea-
les toleran, sin pérdida significativa de rendimiento, episodios
de sequía al comienzo de su desarrollo (antes de comenzar el
crecimiento de la caña) o al final (grano pastoso). Pero son
muy sensibles a la falta de agua durante la floración e inicio
del llenado del grano (estado lechoso).
En la tabla 1.1 se recogen los períodos críticos de nece-
sidades hídricas para diversos cultivos. Esta información
siempre es útil para la planificación de los riegos, especial-
mente cuando los recursos hídricos son escasos, pues resulta
esencial para determinar en qué momentos deben efectuarse
los riegos de apoyo.
2. El agua y el suelo
En esencia, el suelo es un entramado de partículas mine-
rales. Pero estas partículas no están empaquetadas formando
una masa compacta, sino que entre ellas existe una intrincada
red de poros y canales (canalículos) por los que circula el aire
y el agua (figura 1.5).
2.1. Capacidad del suelo para almacenar
agua
En la mayoría de los suelos, la red de canalículos ocupa
un volumen que oscila entre 30-50% del total. De todos los
poros o canalículos, los de mayor diámetro permiten un paso
UD 1. Conceptos básicos
5
Tabla 1.1. Períodos de máxima sensibilidad a la escasez
de agua
Cultivo Período crítico sensible a la escasez de agua
Cítricos Floración – cuaje
Olivo Inicio floración – endurecimiento hueso
Manzano, peral Cuaje – engorde de fruto
Vid Floración – cuaje y envero
Fresa Desarrollo del fruto
Trigo, cebada, avena Dos semanas antes del espigado – dos
semanas después del espigado
Maíz Dos semanas antes de la emisión de polen –
dos semanas después
Patata Inicio tuberización (inicio floración) – final
engorde tubérculos (comienzo senescencia de
las partes verdes)
Leguminosas (grano) Floración – formación de vainas
Remolacha Engrosamiento de la raíz
Girasol Floración – inicio madurez (semillas del borde
del capítulo negras)
Hortícolas de fruto Floración – engorde del fruto
Cebolla Crecimiento rápido del bulbo
Cultivo Período crítico sensible a la escasez de agua
rápido del agua y sólo los menores son capaces de retener y
almacenar agua. En un suelo determinado, el porcentaje total
de poros y su tamaño va a depender de:
1. La textura. Se denomina textura del suelo a la pro-
porción de los diferentes componentes mineralógicos: arena,
limo y arcilla. Estos componentes se diferencian exclusiva-
mente por su tamaño (figura 1.6):
■ Arena: partículas comprendidas entre 0,05 y 2 mm.
■ Limo: partículas entre 0,002 y 0,05 mm (no visibles a
simple vista).
■ Arcilla: partículas menores de 0,002 mm (no visibles
a simple vista).
2. La estructura. Es la forma en que las partículas del
suelo se unen formando agregados y dejando entre sí poros o
canalículos. Además de la textura, en la formación de la es-
tructura intervienen el contenido en materia orgánica y el ma-
nejo que se haga del suelo. De forma genérica, el laboreo
intensivo, el pisoteo del ganado y la circulación de la maqui-
naria en húmedo contribuyen a destruir la estructura de los
suelos.
Para la actividad agrícola sería ideal tener un suelo equi-
librado, fácil de trabajar, permeable y con buena capacidad de
acumulación de agua. Esto es lo que técnicamente se conoce
como suelo franco que, desde el punto de vista de su textura,
contendría entre 30-50% de arena, 30-50% de limo y 20-30%
de arcilla. Un suelo de estas características sería capaz de al-
macenar unos 300 litros de agua por metro cuadrado de super-
ficie y metro de profundidad (figura 1.7). Aunque, como se
verá más adelante, toda esta agua no estaría enteramente a dis-
posición de las plantas.
Al cambiar las proporciones de arena, limo y arcilla cam-
bia también la denominación técnica del suelo y su capacidad
para retener agua y de ponerla a disposición de las plantas. Se
habla así de suelos arenosos, limosos, arcillosos, arcillo-are-
nosos, franco-arenosos, franco-arcillosos, etc.
2.2. Caracterización de un suelo desde el
punto de vista de la disponibilidad de agua
para las plantas
Del volumen total de agua que puede almacenar un sue-
lo, no todo está disponible para las plantas y, del que está dis-
ponible, no todo se puede absorber con igual facilidad. Así, se
definen los siguientes conceptos (figura 1.8):
1. Capacidad de campo. Es el volumen de agua que un
suelo puede retener después de saturarlo (encharcarlo) y de-
jarlo drenar (escurrir) libremente durante 48 horas. La capaci-
dad de campo viene a reflejar el agua que el suelo retiene en
los canalículos pequeños, después de que los más grandes se
UD 1. Conceptos básicos
6
Figura 1.6. Tamaño relativo de las partículas del suelo
Arcilla >0,002 mm
Arena 0,05-2 mm
Limo
0,002-0,05 mm
Figura 1.7. Tipos de suelos y su capacidad para almacenar
agua
Figura 1.5. Detalle de la red de poros del suelo
hayan llenado de aire. Cuando un suelo está a capacidad de
campo la presión necesaria para comenzar a extraer el agua
retenida es baja, de menos de 0,3 atmósferas.
2. Punto de marchitez permanente. Es el contenido de
agua de un suelo a partir del cual las plantas no pueden extraer
más y, por tanto, se marchitan y mueren. La presión necesaria
para comenzar a extraer el agua que contiene un suelo en su
punto de marchitez es de 15 atmósferas.
De forma general, el punto de marchitez es igual al 56%
de la capacidad de campo. Esto quiere decir que si el suelo
franco tiene una capacidad de campo de 300 l/m3
de suelo, en
su punto de marchitez seguirá conteniendo 168 litros. Pero
este agua no puede ser aprovechada por las plantas.
3. Agua útil para las plantas. Es la diferencia entre la
capacidad de campo y el punto de marchitez. En el ejemplo
del suelo franco, el agua útil sería: 300 – 168 = 132 l/m3
de
suelo.
4. Agua fácilmente utilizable por las plantas. Parte
del agua útil que las plantas pueden absorber con poco esfuer-
zo (0,5-1 atmósferas) y, por tanto, sin merma de su capacidad
productiva. El agua fácilmente utilizable depende de cada es-
pecie de planta. En agricultura se considera, de forma orienta-
tiva, que para los cultivos menos sensibles a la sequía el agua
fácilmente utilizable es el 50% del agua útil y para los más
sensibles entre 25-30%.
Para el suelo franco anterior, el agua fácilmente utiliza-
ble por los cultivos menos sensibles sería de 66 l/m3
de suelo
y de 33 l/m3
para los más sensibles.
Las cifras de la figura 1.8 explican el hecho, bien cono-
cido por todos los agricultores de secano, de que:
■ Las tierras ligeras (arenosas) son poco productivas, no
necesitan mucha lluvia, pero sí que esté bien repartida,
o al menos concentrada en la primavera.
■ Las tierras pesadas (arcillosas) son más productivas
pero necesitan mojarse bien en invierno para guardar
humedad y poder aguantar períodos prolongados sin
lluvia. Sin embargo, con lluvias escasas dan malas co-
sechas.
■ Las tierras medias (francas) son las más seguras pro-
duciendo ya que se adaptan mejor a las lluvias irregu-
lares.
2.3. Otros conceptos sobre el suelo
Todas las definiciones anteriores son muy valiosas para
entender el suelo y verlo como un depósito de agua para las
plantas. Estas ideas son un primer paso para lograr el objetivo
de planificar y realizar riegos de forma eficiente.
UD 1. Conceptos básicos
7
Figura 1.9. Movimientos del agua en el suelo
Figura 1.8. Almacenamiento de agua en el suelo. Valores
medios para diferentes texturas y para cultivos poco
sensibles a la sequía
Pero es esencial comprender que el suelo, el agua y las
plantas mantienen un equilibrio dinámico. Así, el agua cae so-
bre la superficie, va penetrando por los canalículos y una par-
te puede alcanzar las capas profundas del suelo y otra volver
rápidamente a la atmósfera, bien porque se evapora al incidir
el sol sobre el suelo desnudo, bien porque las plantas la trans-
piran al ser absorbida por las raíces. Por ello, resulta necesa-
rio clarificar algunos conceptos adicionales (figura 1.9):
1. Escorrentía. Es la parte del agua caída sobre un sue-
lo que al no poder absorberse circula por su superficie.
2. Percolación o drenaje. Es el agua del suelo que al-
canza profundidades fuera del alcance de las raíces de las
plantas.
3. Infiltración. Es el proceso por el cual el agua penetra
desde la superficie del suelo hacia capas más profundas.
Interesa conocer la velocidad de infiltración, esto es, los litros
por metro cuadrado que puede absorber un suelo en una hora
sin que se produzca escorrentía.
La infiltración depende de la red de poros o canalículos
del suelo y, por tanto, de su textura y estructura, pero no es
una propiedad fija del suelo. Así, por ejemplo, un mismo sue-
lo absorbe agua más rápidamente si está seco que si tiene ya
cierto grado de humedad, por eso los técnicos distinguen en-
tre infiltración instantánea e infiltración estabilizada. A efec-
tos prácticos resulta útil conocer la velocidad de infiltración
estabilizada, que serían los litros por metro cuadrado y hora
que penetran en un suelo ya húmedo (tabla 1.2).
2.4. Perfil del suelo
En general, las características del suelo varían con la pro-
fundidad. A simple vista, cuando se cava una zanja se pueden
distinguir capas horizontales diferentes entre sí por su color o
aspecto. A cada una de estas capas se las conoce como hori-
zonte del suelo y al conjunto de todas ellas hasta una determi-
nada profundidad se le denomina perfil del suelo (figura 1.10).
Conocer el perfil de un suelo y sus distintos horizontes es
fundamental para llevar a cabo una estrategia de riego con
sentido común, pues nos va a permitir conocer:
1. La profundidad útil que van a explorar las raíces.
2. Si existen diferencias entre los horizontes o capas del
suelo, desde el punto de vista de la permeabilidad y el
almacenamiento de agua.
UD 1. Conceptos básicos
8
Figura 1.10. Perfil de un suelo típico de La Mancha
Tabla 1.2. Velocidad de infiltración estabilizada para
distintos tipos de suelo
Arenoso Más de 30 mm/hora
Franco arenoso Entre 20 y 30 mm/hora
Franco Entre 10 y 20 mm/hora
Franco arcilloso Entre 5 y 10 mm/hora
Arcilloso Menos de 5 mm/hora
Tipo de suelo Velocidad de infiltración
1. Conceptos previos
El objetivo de los sistemas de riego es poner a disposi-
ción de los cultivos el agua necesaria para que cubra sus ne-
cesidades, complementando la recibida en forma de precipita-
ciones. Cuando se trata de distribuir agua por una parcela de
cultivo se tropieza con numerosas dificultades, que ocasionan
pérdidas e impiden que el agua se reparta de forma homogé-
nea.
Siempre es importante tratar de solventar estas dificulta-
des, pero más lo es aún cuando el agua es escasa y cuesta di-
nero. Para juzgar la calidad de un sistema o instalación de
riego se emplean algunos conceptos que es necesario cono-
cer.
1.1. Uniformidad de aplicación
La uniformidad de aplicación se refiere al hecho de que
el agua distribuida llegue por igual a todos los puntos de la
parcela regada. Una buena uniformidad garantiza que todas
las plantas estén bien regadas, sin que unas reciban agua en
exceso y a otras les falte, asegurándose así el desarrollo ho-
mogéneo del cultivo y su máxima capacidad productiva.
Aunque en la uniformidad de un riego influyen numero-
sos factores, de forma general se puede afirmar que con el rie-
go por goteo se consiguen las aplicaciones de agua más uni-
formes, seguido de la aspersión y por último de los riegos a
pie o por gravedad.
La uniformidad de aplicación es una característica propia
de cada instalación y parcela. Se puede estimar mediante me-
diciones en campo y se expresa mediante un porcentaje. Un
coeficiente de uniformidad del 80% indicaría que el 80% de
la parcela ha recibido la cantidad de agua deseada, mientras
que el 20% restante ha sido regado en más o menos cantidad
(figura 2.1).
1.2. Eficiencia de aplicación
Del volumen total de agua destinada a riego que sale de
un punto de suministro (p.e. embalse o pozo) no todo va a ser
aprovechado por las plantas, sino que parte no llegará a su
destino por diversas causas. La relación entre estas dos canti-
dades de agua (la que sale del punto de suministro y la que
realmente aprovechan las plantas) es lo que se denomina efi-
ciencia de aplicación. Se expresa mediante un porcentaje.
Una eficiencia del 75% indica que del total del agua bombea-
da por un pozo sólo el 75% la tomarían las plantas y el 25%
restante tendría destinos diferentes (figura 2.2).
En el proceso de riego, las pérdidas ocurren en diferen-
tes momentos, pudiendo clasificarse en los siguientes grupos:
1. Pérdidas de transporte. Son las habidas en las con-
ducciones, desde el punto de suministro hasta la parcela de
riego. Aquí se incluyen desde las fugas en tuberías y canales
hasta la evaporación en el caso de las conducciones abiertas.
2. Pérdidas de aplicación. Engloba a todas las que tie-
nen su origen en la instalación dentro de la parcela de riego.
Cabe mencionar tanto las fugas de tuberías como la evapora-
ción que, bajo condiciones de viento y altas temperaturas, tie-
ne lugar en el chorro de los emisores, en las hojas mojadas del
cultivo o en la lámina superficial de agua.
3. Pérdidas en el suelo. Una vez en el suelo, el agua
puede escurrir al superarse su capacidad de infiltración o al
encontrase saturado, e incluso escapar de la profundidad de
acción de las raíces percolando a capas profundas.
Al igual que ocurre con la uniformidad, la eficiencia de
aplicación es una característica propia de cada instalación. En
2. Técnicas de riego
9
Unidad
Didáctica
Figura 2.1. Uniformidad de aplicación
Figura 2.2. Pérdidas en el proceso de riego
la eficiencia se incluye el diseño de la instalación, su mante-
nimiento y su manejo, siendo más fácil conseguir altas efi-
ciencias de aplicación con unos sistemas de riego que con
otros (tabla 2.1).
2. Sistemas de riego
Todos los sistemas de riego pueden clasificarse en tres
categorías esenciales:
1. Riego por gravedad o a pie: La energía que distribu-
ye el agua por la parcela es la derivada de su propio peso, al
circular libremente por el terreno a favor de pendiente. Con
este método de riego se suele mojar la totalidad del terreno y
requiere el reparto del agua mediante surcos, eras, tablares,
canteros o alcorques para controlar su distribución (figura
2.3).
2. Riego por aspersión. El agua es conducida a presión.
Al llegar a los emisores (aspersores) produce gotas que mojan
todo el terreno de forma similar a como lo haría la lluvia (fi-
gura 2.4).
3. Riego localizado. Se moja sólo la parte del suelo pró-
xima a las plantas. El agua a baja presión llega mediante tu-
berías hasta las plantas (figura 2.5).
Aunque en el riego por gravedad se pueden conseguir
buenas eficiencias de aplicación (mediante un diseño adecua-
do, nivelación de la parcela y buen manejo) sus altos requeri-
mientos en mano de obra hacen que vaya desapareciendo en
favor de la aspersión y el goteo. Estos dos sistemas de riego
merecen comentarios adicionales.
2.1. Riego por aspersión
Al ser el mecanismo responsable de la producción de go-
tas, el elemento clave en este sistema de riego es el aspersor.
Existe una gran variedad de aspersores; los más empleados en
los regadíos de la zona centro de España son los denominados
de impacto, doble boquilla y media presión (figura 2.6).
UD 2. Técnicas de riego
10
Figura 2.3. Riego por gravedad o a pie
Figura 2.4. Riego por aspersión
Figura 2.5. Riego localizado
Tabla 2.1. Eficiencia teórica de distintos sistemas de riego
Goteo 85-95%
Pívot 80-90%
Aspersión 65-85%
A pie 30-70%
Sistema de riego Eficiencia
1. Impacto. El giro se produce mediante el choque de
un chorro de agua sobre un brazo metálico provisto de un
muelle recuperador.
2. Doble boquilla. La boquilla que no provoca el giro es
de mayor diámetro y permite un mayor alcance del chorro.
3. Media presión. Presiones nominales de trabajo que
oscilan entre 2,5 y 4 atmósferas, permiten marcos de hasta 18
metros con una buena uniformidad de riego.
Los aspersores van girando lentamente, mojando un cír-
culo de forma progresiva. Para conseguir una buena uniformi-
dad de riego es necesario que varios aspersores se solapen,
por eso se instalan en los vértices de un cuadrado cuyo lado
oscila entre 1,2 y 1,5 veces el radio del círculo mojado, aun-
que también se emplean disposiciones triangulares o rectan-
gulares (figura 2.7).
La combinación entre tipo de boquilla y presión es lo que
determina el tamaño de las gotas. No son deseables las gotas
demasiado grandes ni demasiado pequeñas. Las grandes tien-
den a compactar el terreno o producir daños en las hojas,
mientras que las pequeñas ocasionan una mala uniformidad y
eficiencia, al ser muy sensibles al viento y vaporizarse con ra-
pidez.
Cada modelo de aspersor viene caracterizado por unos
datos técnicos que reflejan sus condiciones de trabajo ideales:
presión nominal de trabajo (atmósferas), caudal de las boqui-
llas (litros por hora), diámetro mojado (metros) y precipita-
ción que producen (litros por metro cuadrado y hora).
Conocerlos es imprescindible para saber si se adecuan tanto a
las características de una instalación como a las necesidades
de riego de un cultivo.
En función de la colocación y movimiento de los puntos
de aspersión se habla de:
1. Sistemas de aspersión móviles. Las tuberías y asper-
sores se cambian de posición manualmente cada vez que es
necesario regar una zona de la parcela (figura 2.8).
2. Sistemas de aspersión fijos. Todas las tuberías están
enterradas y el terreno queda bajo la cobertura de aspersores
instalados de forma permanente (figura 2.9).
3. Sistemas de aspersión autopropulsados. Los asper-
sores están instalados en una estructura que se mueve progre-
sivamente, a medida que se va regando. A esta categoría per-
tenecen los cañones de largo alcance y los conocidos como
pívots. Los cañones, por su largo alcance, no son los equipos
de riego ideales, al requerir altas presiones y ser sus chorros
muy sensibles al viento, por eso se utilizan básicamente para
riegos de apoyo. Por el contrario, los pívots sí representan una
de las mejores opciones para el riego de cultivos herbáceos
extensivos (figura 2.10).
UD 2. Técnicas de riego
11
Figura 2.7. Distribución de los aspersores
0,6 D
D
0,6D
0,4 D
D
0,75D
0,6 D
D
0,6D
Separación recomendada entre aspersores y ramales de aspersión en marco cuadrado
Separación recomendada entre aspersores y ramales de aspersión en marco triangular
Separación recomendada entre aspersores y ramales de aspersión en marco rectangular
Figura 2.6. Componentes de un aspersor
Cada sistema tiene sus propias peculiaridades. Desde un
punto de vista práctico, cabe destacar las siguientes ventajas e
inconvenientes:
1. Sistemas de aspersión móviles. Requieren una me-
nor inversión inicial. Por el contrario, su coste de manejo es
muy alto al necesitar mucha mano de obra para los cambios
de postura. El traslado de tubos resulta lento y penoso cuando
los cultivos alcanzan un cierto desarrollo. Los acoples rápidos
de tuberías y aspersores son propensos a fugas. Resulta prác-
ticamente imposible automatizar el riego. La flexibilidad para
aplicar riegos frecuentes es muy limitada. Se adaptan a cual-
quier forma de parcela.
2. Sistemas de aspersión fijos. La inversión inicial es la
más alta, pero su coste de operación es muy bajo al no ser ne-
cesario el traslado de tuberías y poder automatizarse.
Permiten una gran flexibilidad en el manejo del riego y se
adaptan a cualquier forma de parcela. Los tubos porta-asper-
sores fijos condicionan el tráfico de maquinaria.
3. Pívots. La cuantía de la inversión es intermedia a la
de los dos casos anteriores. El coste de operación es muy bajo.
Se puede automatizar el riego. Sólo se adapta a parcelas de
ciertas dimensiones y formas regulares. No condiciona el
paso de la maquinaria. La flexibilidad en el manejo del riego
está limitada por la velocidad de giro. Los altos caudales de
los aspersores pueden provocar importantes escorrentías en
los terrenos poco permeables o en el extremo de los pívots lar-
gos. Para evitar esto, además de los aspersores clásicos, exis-
te una amplia gama de emisores productores de gotas (tobe-
ras, difusores…).
Desde el punto de vista de uniformidad y eficiencia, con
los tres sistemas pueden lograrse resultados similares, siem-
pre que las instalaciones estén bien diseñadas y adaptadas a
las características del suelo y a las necesidades de los cultivos
que van a regar.
La tendencia actual en la modernización de regadíos para
cultivos herbáceos extensivos es la instalación de pívots. Y, si
por sus dimensiones o forma la parcela no lo permite, la se-
gunda mejor opción es la cobertura fija.
En la Unidad Didáctica 3 se abordan los aspectos de ma-
nejo de las instalaciones que deben tenerse en cuenta para op-
timizar el consumo de agua.
2.2. Riego localizado
Su objetivo es realizar pequeñas aportaciones de agua, de
manera continua y frecuente, en un lugar próximo a la planta,
humedeciendo sólo parte del volumen del suelo. Aunque exis-
ten diversos sistemas de riego localizado (microaspersión,
UD 2. Técnicas de riego
12
Figura 2.10. Pívot
Figura 2.8. Sistema de aspersión móvil
Figura 2.9. Sistema de aspersión fijo
cintas de exudación, riego subterráneo…), el ejemplo más tí-
pico es el conocido como riego por goteo.
En el riego por goteo el agua se distribuye por tuberías
de polietileno a baja presión, en las que a intervalos regulares
están colocados los emisores, denominados goteros, responsa-
bles de la producción de las gotas. Los diversos tipos de gote-
ros se diferencian en el sistema que usan para disipar la ener-
gía proveniente de la presión del agua y producir un flujo
constante de gotas. Así, hay goteros tipo vortex, helicoidales,
de laberinto, autocompensantes, etc. (figura 2.11).
Cada gotero está caracterizado por su caudal nominal
(expresado en litros por hora) y su rango de presiones de tra-
bajo. Excepto para los goteros autocompensantes, que permi-
ten cierta variabilidad, a cada presión de trabajo le correspon-
de un caudal. Por eso, para poder planificar los riegos y
manejar de forma adecuada una instalación es imprescindible
conocer estos valores.
Entre las ventajas e inconvenientes del riego localizado
cabe destacar:
■ Alto valor de la inversión inicial.
■ La red de tuberías en superficie hace prácticamente in-
viable su adopción en cultivos anuales extensivos y
grandes superficies.
■ Sensibilidad de los goteros a las obstrucciones, lo que
obliga a un equipo de filtrado y cuidados minuciosos.
■ Posibilidad de automatización total.
■ Permite la aplicación de abonos en el agua de riego,
adaptándose a las necesidades del cultivo (fertirriga-
ción).
■ Posibilita el control total sobre el suministro hídrico
de las plantas. Esto permite provocar estrés o garanti-
zar una humedad óptima en los momentos del ciclo
del cultivo que se desee.
■ Ahorra agua respecto a otros tipos de riego. El posible
ahorro deriva de dos aspectos: el primero es la elimi-
nación de pérdidas durante el transporte del agua, al
llegar ésta mediante tuberías hasta la propia planta, y
el segundo es la reducción de la evaporación directa
del suelo al mojarse sólo una parte del terrero. Esta úl-
tima fuente de ahorro puede llegar a desaparecer cuan-
do el número de goteros es tal que se llega a humede-
cer toda la superficie del suelo.
De entre todos los sistemas de riego, son las instalacio-
nes de riego por goteo bien diseñadas las que permiten lograr
las mayores uniformidades y eficiencias de riego.
UD 2. Técnicas de riego
13
Figura 2.12. Riego por goteo en viña
Figura 2.13. Cultivo de melón en riego por goteo
Figura 2.11. Tipos de goteros
Sin duda alguna, hoy en día el riego por goteo es consi-
derado como el mejor sistema para regar cultivos leñosos per-
manentes y para cultivos hortícolas de alto valor (figuras 2.12
y 2.13).
Sin embargo, su implantación en grandes superficies de
cultivos herbáceos extensivos topa con inconvenientes de tipo
económico y práctico; básicamente, su coste poco competiti-
vo y la necesidad de poner y quitar las tuberías portagoteros
todos los años (figura 2.14).
UD 2. Técnicas de riego
14
Figura 2.14. Maíz regado por goteo
1. Concepto de buenas prácticas
agrarias
De manera formal, se entiende por buenas prácticas agra-
rias aquellas que realiza un agricultor responsable en su ex-
plotación y que incluyen el cumplimiento de los requisitos
ambientales recogidos expresamente en el Anexo 1 del Real
Decreto 4/2001. Esta normativa se ha promulgado para inten-
tar corregir los problemas de carácter agroambiental que sur-
gen en las explotaciones agropecuarias, como por ejemplo:
■ Conservación del suelo y lucha contra la erosión.
■ Optimización de los consumos energéticos.
■ Utilización eficiente del agua.
■ Conservación de la diversidad biológica.
■ Racionalización del uso de fitosanitarios, fertilizantes
y medicamentos.
■ Reducción de cualquier tipo de contaminación deriva-
da de la actividad agropecuaria.
2. Buenas prácticas de riego
Atendiendo exclusivamente a la práctica del riego, se en-
tiende por buena práctica un manejo tal de los recursos impli-
cados (agua, suelo y cultivo) que permite la perduración de
éstos en el tiempo en suficiente cantidad y calidad. Para con-
seguirlo hay que cubrir los siguientes objetivos:
■ Planificar los cultivos en función de las asignaciones
de recursos hídricos renovables.
■ Conocer las características del suelo en relación con el
agua (capacidad de campo, velocidad de infiltración…).
■ Conocer la calidad del agua de riego (salinidad, conta-
minantes…).
■ Adecuar los riegos a las necesidades reales de los cul-
tivos.
■ Garantizar la máxima eficiencia de aplicación, evitan-
do pérdidas en el transporte y regando en condiciones
ambientales óptimas.
A la hora de regar se debería seguir un proceso lógico de
toma de decisiones, tendente a asegurar que se aplica una can-
tidad de agua lo más ajustada posible para cubrir las necesida-
des del cultivo en función de las limitaciones de la instalación
de riego.
2.1. Cálculo de las necesidades
Como se verá en la Unidad Didáctica 4, existen distintos
métodos para estimar las necesidades de agua de un cultivo.
Diversos organismos oficiales y entidades privadas suminis-
3. Buenas prácticas en el riego
15
Figura 3.2. Página web del SIAR con el resumen semanal de
necesidades
Unidad
Didáctica
Figura 3.1. Estación agroclimática
tran esta información adaptada al ámbito territorial más pró-
ximo a la parcela de riego (figura 3.1).
Para comenzar la planificación de un período de riego el
regante debe conocer la previsión de necesidades del cultivo
para un determinado período de tiempo. Por ejemplo, el
Servicio de Asesoramiento al Regante (SIAR) de Castilla-La
Mancha prevé que en la comarca de Manzanares el maíz ne-
cesitará 45 l/m2
(mm) durante la primera semana de agosto (fi-
gura 3.2).
2.2. Dosis y frecuencia de riego
Con el dato anterior, el regante debe calcular si su insta-
lación de riego puede suministrar ese volumen de agua a toda
la parcela de cultivo, determinando cuántas veces regar en esa
semana y cuánto tiempo debería durar cada riego. Todo ello
considerando algunas restricciones como:
1. La capacidad máxima del suelo para almacenar
agua. Si se suministra todo el agua de una vez, parte puede
percolar a capas profundas y escapar del alcance del cultivo.
Por ejemplo, si se trata de un suelo franco con una capacidad
de campo de 300 l/m3
y una profundidad útil de 0,4 m, su ca-
pacidad de campo real será de 120 l/m2
(mm). Al comenzar la
semana su contenido en agua es de 107 mm, por tanto, el pri-
mer riego no debería ser mayor de 13 mm.
2. El nivel de humedad del suelo por debajo del cual
no se debe bajar para que el cultivo no comience a padecer.
Así, si el maíz está en grano lechoso, un estado muy sensible,
la humedad debe mantenerse por encima del 75% del agua
útil, esto es, por encima de 107 mm. Por debajo de este valor
se debe comenzar a regar de inmediato.
3. La capacidad del sistema de riego. La instalación de
riego es una cobertura fija de aspersión, capaz de producir una
precipitación de 6 mm/h. Para poder aplicar un máximo de
13 mm son necesarias 2 horas de riego.
4. Procurar dar riegos frecuentes. Así, para aplicar 45
mm en riegos de 12 mm (2 horas) son necesarios 4 riegos (tres
de 2 horas y uno de 1,5 horas). Se riega un día sí y otro no con
riegos de 2 horas.
2.3. Condiciones de aplicación
Aunque la capacidad de las instalaciones de riego es li-
mitada, en época de máximas necesidades y con parcelas
grandes son necesarias muchas horas de funcionamiento para
regar. Una vez conocida la fecha y duración de los riegos, se
debe procurar efectuarlos cuando las condiciones ambientales
sean lo más favorables posible y cuando el coste energético
sea menor, teniendo en consideración:
■ En el caso de energía eléctrica, regar en horas valle o
llano.
■ En riego por aspersión y pívot la eficiencia de aplica-
ción y la uniformidad disminuyen si se riega con fuer-
tes vientos y alta insolación. Por tanto, hay que inten-
tar no regar durante las horas centrales del día. En las
zonas de vientos frecuentes, y para un mismo volumen
de agua aplicado, se consigue una mejor uniformidad
si se disminuye el caudal del aspersor y se incrementa
el tiempo de riego (más horas por postura para la as-
persión y velocidades de giro más lentas para los pí-
vots) (figura 3.3).
■ Las lluvias superiores a 4-5 mm deberán descontarse
de los riegos pendientes.
UD 3. Buenas prácticas en el riego
16
Figura 3.3. Aspersores regando con viento Figura 3.4. Escorrentía en un pívot
■ El aporte instantáneo de agua no debe superar la capa-
cidad de infiltración del suelo (figura 3.4).
2.4. Cuaderno de registro de riego
Aunque la metodología de riego tratada en los apartados
anteriores pueda parecer engorrosa y compleja, una vez pues-
ta en práctica se convierte en mera rutina. Para ello, se puede
contar con el asesoramiento de técnicos privados y organis-
mos oficiales como el ya mencionado SIAR de Castilla-La
Mancha.
A nivel de regante, ayuda mucho llevar al día un cuader-
no de riego, que no es más que un estadillo donde se anota de
forma sistemática, por fechas, toda la información relevante
sobre el riego de una parcela (figura 3.5):
■ Características del suelo: profundidad útil para las
raíces, velocidad de infiltración, capacidad de campo,
punto de marchitez y agua útil.
■ Estado fenológico del cultivo: Siembra, nascencia, 2
hojas, 3 hojas, espigado, floración, grano lechoso, ma-
duración, cosecha, etc.
■ Niveles de humedad a mantener en el suelo.
■ Necesidades hídricas previstas obtenidas de las
fuentes de asesoramiento.
■ Previsión de riegos: fecha, hora y duración.
■ Riegos efectuados: por si hay variaciones sobre lo
previsto.
■ Precipitaciones.
■ Observaciones: incidencias, averías, operaciones de
mantenimiento de la instalación, etc.
3. Mantenimiento de
instalaciones
Todo el cuidado e interés puesto en planificar los riegos
y efectuarlos en las mejores condiciones posibles va a depen-
der, en última instancia, del correcto funcionamiento de la ins-
talación. No riega mejor la instalación más cara, sino la mejor
cuidada.
La única norma imprescindible para el mantenimiento de
una instalación de riego es el sentido común. Se ha de crear el
hábito de cuidar los detalles, lo que a la postre supondrá una
mayor comodidad en el trabajo y la satisfacción de saber que
no se está desperdiciando un recurso tan escaso como es el
agua.
Además de las peculiaridades propias de cada sistema de
riego y de las normas básicas de seguridad en el trabajo, una
lista de mínimos para un buen mantenimiento sería:
1. No tolerar la más mínima fuga en las tuberías y aco-
ples (figura 3.6).
2. Limpieza de los elementos de filtrado. Además de
la obturación de los emisores, una deficiente limpieza de fil-
tros implica pérdida de presión en la red de riego y, por tanto,
variaciones imprevistas del caudal.
UD 3. Buenas prácticas en el riego
17
Figura 3.5. Modelo de registro de riegos
CUADERNO DE REGISTRO DE RIEGOS
N.° Polígono.......................................................................................... Año.........................
N.° Parcela............................................................................................................................
Datos del Cultivo
Cultivo ...................................................................................................................................
Fecha de siembra..................................................................................................................
Fecha de cosecha..................................................................................................................
Método de riego ....................................................................................................................
Datos del suelo
Profundidad...........................................................................................................................
Capacidad de campo.............................................................................................................
PMP.......................................................................................................................................
Agua útil................................................................................................................................
Pronóstico de riego
Mes Frecuencia N.° riegos Datos meteorológicos
(días) /día
Temperatura Precipitación Viento
(media del mes) (mm) (N.° días)
..............................................................................................................................................
..............................................................................................................................................
..............................................................................................................................................
..............................................................................................................................................
..............................................................................................................................................
Observaciones .....................................................................................................................
..............................................................................................................................................
..............................................................................................................................................
..............................................................................................................................................
Figura 3.6. Fuga de agua en acople
UD 3. Buenas prácticas en el riego
18
3. Correcto funcionamiento de los manómetros. La
instalación debe funcionar a la presión para la que ha sido di-
señada, de ello va a depender la eficiencia y la uniformidad
del riego (figura 3.7).
4. Limpieza de los emisores: los goteros se limpiarán
periódicamente mediante la inyección en el agua de riego de
ácido. Los aspersores y toberas de pívots se limpiarán indivi-
dualmente cuando se aprecien irregularidades en los chorros,
empleando siempre elementos blandos para las boquillas, con
el objetivo de no dañar su forma ni alterar su tamaño (figura
3.8).
5. Cuando haya que cambiar un emisor, se reempla-
zará siempre por otro de idénticas características. No se mez-
clarán emisores de distinto tipo en la misma instalación, para
poder calcular constantemente el riego y su uniformidad.
Figura 3.7. Conservación deficiente de una instalación
Figura 3.8. Emisor de aspersión obstruido
A la hora de regar, cualquier regante se enfrenta con una
doble incógnita: cuándo y cuánto regar. Estos interrogantes se
han resuelto tradicionalmente en base a la experiencia del pro-
pio agricultor. Pero teniendo en cuenta que el agua es un re-
curso cada vez más caro y más escaso, y que, por tanto, hay
que procurar la máxima eficiencia en su empleo, no es admi-
sible que decisiones tan importantes se tomen intuitivamente.
Máxime cuando existen metodologías, sobradamente contras-
tadas, para suministrar a los cultivos la cantidad de agua que
exactamente necesitan.
1. Introducción a los métodos
existentes
1.1. Métodos indirectos
Se denomina evapotranspiración al agua que, desde el
suelo, pasa a la atmósfera transformándose en vapor. La eva-
potranspiración tiene un doble componente:
1. Evaporación directa del agua contenida en el suelo,
como consecuencia de la energía solar que incide so-
bre él.
2. Agua procedente de la transpiración de las plantas,
fruto de su actividad y de las condiciones ambienta-
les.
La cantidad de agua que se pierde desde el suelo median-
te evapotranspiración se mide en mm o l/m2
. Si se conociera
la evapotranspiración diaria de un suelo donde está estableci-
do un cultivo, se sabría el agua que habría que restituir me-
diante el riego para mantener el equilibrio de humedad en el
suelo, de tal forma que las raíces de las plantas continuasen te-
niendo agua disponible.
Para conocer la evapotranspiración de un cultivo, los in-
vestigadores utilizan unos dispositivos denominados lisíme-
tros. Un lisímetro es, en esencia, un contenedor de tierra de
grandes dimensiones, donde se simulan las condiciones de
cultivo. Este contenedor está montado sobre un sistema de pe-
sada que registra las más mínimas variaciones de peso.
Controlando exactamente el peso del agua que se aporta en
forma de riego se obtiene por diferencia la pérdida de peso
diaria, que corresponde a la pérdida de agua por evapotrans-
piración.
Lógicamente, la metodología de trabajo con lisímetros es
sólo propia de centros de investigación. Por eso, se ha busca-
do una forma de relacionar la información procedente de los
lisímetros con datos meteorológicos, tales como: temperatura,
radiación solar, viento, humedad relativa, etc., que son los que
influyen directamente para que la evapotranspiración sea ma-
yor o menor. Así, se han desarrollado distintas fórmulas ma-
temáticas, conocidas por los nombres de los científicos que
las pusieron a punto: Blaney Criddle, cubeta evaporimétrica
clase A, Hargreaves, Penman-Monteith, etc. La de uso más
generalizado en Castilla-La Mancha es la de Penman-
Monteih.
Todas estas fórmulas permiten calcular la denominada
evapotranspiración de referencia (ETo). Esta sería la pérdida
de agua de un suelo cubierto por una pradera extensa de gra-
míneas en crecimiento activo, sombreando totalmente el sue-
lo, segada a una altura de 8 a 15 cm y con un suministro de
agua constante.
Para relacionar la evapotranspiración de referencia (ETo)
con la evapotranspiración real de un cultivo concreto (ETc) se
emplean los denominados coeficientes de cultivo (kc). Estos
coeficientes son un número calculado por los investigadores,
de tal forma que se cumple la relación:
ETc = kc x ETo
Los coeficientes de cultivo dependen del tipo de cultivo
y del grado de desarrollo que tenga, puesto que no transpiran
la misma cantidad de agua una planta de girasol que una de
maíz, o que en un maizal recién sembrado la evaporación di-
recta desde el suelo sea importante, pero en cuanto el maíz cu-
bre el suelo ésta sea prácticamente nula (figura 4.1).
Para ilustrar lo que puede ser la evapotrasnpiración dia-
ria en la zona de La Mancha, en la tabla 4.1 se ponen algunos
ejemplos.
Conocidos estos valores diarios de pérdida de humedad
del suelo, ya se puede contar con una primera orientación de
la cantidad mínima de agua que hay que reponer mediante el
riego.
4. Asesoramiento en el riego
19
Unidad
Didáctica
Figura 4.1. Coeficientes de cultivo (maíz)
1.2. Métodos directos
Además de la metodología para el cálculo de la evapo-
transpiración de los distintos cultivos se ha desarrollado una
amplia variedad de sensores que permiten medir el contenido
de humedad en el suelo. La instalación de alguno de estos sen-
sores en una parcela concreta posibilita la decisión de comen-
zar a regar cuando el contenido de humedad del suelo alcan-
ce un valor determinado y, del mismo modo, interrumpir el
riego cuando se llegue a otro valor o se supere la capacidad de
almacenamiento de agua de ese suelo.
Estos equipos de medida permiten un control más minu-
cioso y ajustado de las necesidades reales de agua de los cul-
tivos. Pero, por otro lado, obligan a dedicar tiempo a la reco-
gida y análisis de datos y a cierta especialización en el
manejo.
De entre los equipos de medida más habituales, cabe des-
tacar:
■ Tensiómetros. Son dispositivos diseñados para esti-
mar la presión de succión necesaria para extraer agua del sue-
lo. Esta presión aumenta a medida que disminuye el conteni-
do de humedad. Un tensiómetro no mide el contenido de
humedad del suelo, sino que da una idea del esfuerzo que
debe realizar la planta.
Los tensiómetros sólo funcionan bien en los suelos de
textura media o ligera (no en los arcillosos) y para contenidos
de humedad del suelo no demasiado bajos. La escala gradua-
da de un tensiómetro indica un valor de presión expresado en
centibares, y estos valores se interpretan de acuerdo a los cri-
terios recogidos en la tabla 4.2.
■ Bloques de yeso. Son piezas de diversos materiales,
fundamentalmente yeso, que llevan dos electrodos por los que
se hace circular una corriente eléctrica. Esta corriente circula
más fácilmente cuanto más húmedo esté el suelo.
Al igual que los tensiómetros, los bloques de yeso no mi-
den directamente el contenido de humedad, sino que dan una
lectura que se relaciona con él, por eso para su interpretación
es necesario utilizar las tablas proporcionadas por los fabri-
cantes.
■ Sensores TDR y FDR. Estos tipos de sensores se ba-
san en el efecto que el contenido de humedad tiene en las pro-
piedades del suelo, desde el punto de vista de su capacidad
para trasmitir distintos tipos de radiaciones electromagnéti-
cas. Son aparatos electrónicamente muy complejos y, al con-
trario que los tensiómetros y los bloques de yeso, sí propor-
cionan un valor del contenido real de humedad del suelo.
Su mayor virtud es que se puede automatizar la toma de
datos y obtener un gráfico que representa cómo ha evolucio-
nado el contenido de humedad del suelo a lo largo del tiempo
(figura 4.2).
El valor de la información que suministran estos equipos
de medida es siempre relativo y debe interpretarse sin olvidar
las siguientes consideraciones:
■ Los sensores sólo hacen mediciones en un volumen
muy limitado del suelo.
UD 4. Asesoramiento en el riego
20
Tabla 4.2. Criterios para interpretar las lecturas de un
tensiómetro
0 a 10 cb Suelo saturado de agua: detener el riego
10 a 20 cb Suelo a capacidad de campo
30 cb Suelos arenosos: iniciar el riego
50 cb Suelos de textura media: iniciar el riego
60 cb Suelos arcillosos: iniciar el riego
Más de 70 cb El nivel de humedad del suelo es lo
suficientemente bajo como para que las plantas
sufran estrés
Lecturas Indicaciones
Figura 4.2. Curva de humedad
Tabla 4.1. Valores de evapotranspiración diaria para
distintos cultivos en La Mancha
Datos de 2004.
Alfalfa 31 de marzo 0,86
Alfalfa 31 de julio 6,90
Cebada 31 de marzo 1,39
Cebada 31 de mayo 4,30
Cebolla 31 de marzo 0,95
Cebolla 31 de julio 7,70
Maíz 30 de abril 1,60
Maíz 31 de julio 8,50
Melón 31 de mayo 0,90
Melón 31 de julio 7,30
Remolacha 31 de marzo 0,86
Remolacha 31 de julio 8,10
Viña 31 de marzo 0,19
Viña 31 de julio 2,30
Cultivo Fecha Evotranspiración diaria (mm)
■ Deben instalarse en una zona representativa de la par-
cela, tanto por el tipo de suelo como por el desarrollo
del cultivo y a las profundidades donde haya actividad
de las raíces.
■ Debe cuidarse que el área donde estén los equipos de
medida no se vea afectada por fugas de la instalación
de riego ni por escorrentías.
■ Cuantos más puntos de medida haya mejor.
■ Para evitar errores, es aconsejable manejar la informa-
ción de los sensores de forma simultánea a los datos
de evapotranspiración.
2. Servicios de asesoramiento al
regante
Las tareas necesarias para el adecuado cálculo de la eva-
potranspiración, el seguimiento de los estados fenológicos de
los cultivos, el mantenimiento de las estaciones climáticas, la
asignación de coeficientes de cultivo, el manejo de los apara-
tos de medida de la humedad del suelo, etc., escapan a las po-
sibilidades financieras y de tiempo de la mayoría de los re-
gantes. Por eso, las Administraciones públicas han creado
organismos especializados para poner al alcance de los agri-
cultores el dato final que precisan conocer para planificar sus
riegos.
En el caso de Castilla-La Mancha la responsabilidad de
este servicio recae en el SIAR, que cuenta con una red de es-
taciones climáticas distribuidas por las principales zonas agrí-
colas de la región. Estas estaciones recogen de forma automá-
tica los datos meteorológicos que son enviados a un
ordenador central. A su vez, el personal del SIAR supervisa el
desarrollo de los cultivos en las distintas zonas de regadío
para poder asignar los coeficientes de cultivo de la manera
más precisa posible. Con toda esta información se calcula la
evapotranspiración de los principales cultivos de riego en las
condiciones agroclimáticas de las diferentes comarcas caste-
llano-manchegas. Estos datos se publican con carácter sema-
nal (figura 4.4).
Los datos de este tipo de servicios suelen ser accesibles
vía teléfono, internet y prensa, e incluso se puede solicitar el
envío personalizado por fax a cooperativas y comunidades de
regantes.
La información que proporcionan los servicios como el
SIAR permite, de forma sencilla, realizar una previsión de los
riegos. A modo de ejemplo, se seguiría un proceso como el si-
guiente:
■ Cultivo: maíz.
■ Semana pasada: 2 al 8 de julio.
■ Semana para la que se planifican los riegos: 9 al 15 de
julio.
■ Información obtenida del SIAR:
■ ■■ Evapotranspiración o agua consumida por el maíz
durante la semana pasada: 49,8 mm.
■ ■■ Previsión de consumo para la semana siguiente: 50
mm. Algunos servicios de asesoramiento realizan
esta estimación en función de sus datos históricos.
Si el servicio en cuestión no da esta información se
puede usar como dato aproximado el consumo de la
semana anterior, en este caso 49,8 mm.
■ Información que debe conocer el regante:
■ ■■ Capacidad del sistema de riego: aspersión 6 mm/h;
pívot: 10 mm al 80% de velocidad.
UD 4. Asesoramiento en el riego
21
Figura 4.4. Aspecto de la página web del SIAR, donde se
recogen las necesidades de agua de distintos cultivos en la
zona de Manzanares (CR) para una semana del mes de julioFigura 4.3. Sensor FDR
■ Premisas de cálculo:
■ ■■ No aportar todo el agua en un único riego, fraccio-
narlo tantas veces como permita la instalación y la
disponibilidad de agua.
■ ■■ En caso de lluvia, descontar de la cantidad de agua
prevista en forma de riego el 70% de la precipita-
ción.
■ Para el ejemplo en cuestión, se puede regar de la si-
guiente forma:
■ Necesidades del maíz del 9 al 15 de julio 50 mm:
■ ■■ Sin lluvias.
■ ■ – Aspersión: número total de horas de riego 8,3; se
pueden dar tres riegos de 2,8 h cada uno o cuatro
de 2,1 h.
■ ■ – Pívot: 5 vueltas al 80%.
■ ■■ Durante la semana caen 10 mm de agua en forma de
lluvia. En este caso el agua a aportar mediante rie-
go sería 50 – (10 x 0,7) = 43 mm.
■ ■ – Aspersión: número de horas de riego 7,2; tres rie-
gos de 2,4 h o cuatro de 1,8 h.
■ ■■ – Pívot: 4 vueltas al 80%.
Lógicamente, todas las cifras anteriores se refieren a ne-
cesidades netas, que en función de la eficiencia de aplicación
y de la uniformidad de riego de la instalación habría que in-
crementar ligeramente. No obstante, y salvo instalaciones y
condiciones de riego realmente malas, la mayoría de los usua-
rios de estos servicios las consideran como necesidades bru-
tas. Con lo cual, con un simple vistazo semanal a los datos de
necesidades de agua de los cultivos se sabe en todo momento
la cantidad de agua que debe aportarse mediante el riego la se-
mana siguiente.
Los servicios de asesoramiento de riego, además de in-
formar de las necesidades de agua de los cultivos, también
suelen prestar ayuda a los regantes para evaluar la calidad de
instalación y mejorar así la uniformidad y eficiencia de riego.
3. Creación de un servicio propio
de ámbito local (cooperativa o
comunidad de regantes)
La calidad de la información agroclimática y la consis-
tencia de las recomendaciones de riego aumentan proporcio-
nalmente con la proximidad al usuario final. Por ello, resulta
muy interesante que cualquier organización de agricultores
(ATRIA, SAT, cooperativa, comunidad de regantes, grupos
informales…) se plantee la posibilidad de contar con un ser-
vicio de asesoramiento propio. Hoy en día, la tecnología dis-
ponible facilita enormemente esta tarea. Además, existen líne-
as de ayuda que pueden aplicarse a la financiación de los
equipos y al personal necesario.
De forma breve, el equipamiento básico de un servicio
de este tipo sería:
■ Estación climática instalada en una zona representati-
va del área de riego. La estación debe funcionar de forma au-
tomática y enviar la información de forma remota por radio o
módem GSM.
■ Ordenador y programa informático para el manejo de
los datos climáticos y el cálculo de la evapotranspiración.
■ Técnico responsable del servicio, con las siguientes
tareas:
■ ■■ Seguimiento fenológico de los cultivos.
UD 4. Asesoramiento en el riego
22
Figura 4.5. Colocación de tubos de goteo
Figura 4.6. Mazorca
■ ■■ Manejo de los equipos y cálculo de las recomenda-
ciones de riego.
■ ■■ Supervisión de las instalaciones de riego para de-
tectar puntos de mejora.
■ ■■ Formación de los regantes en todo lo relativo a las
relaciones hídricas suelo-planta y al manejo del rie-
go.
■ ■■ Asesoramiento para el cumplimiento de los trámi-
tes administrativos y legales relacionados con el
uso del agua.
■ Adicionalmente, y como complemento, se podría con-
tar con equipos de medida de la humedad del suelo. Deberán
estar bien instalados y de forma permanente en parcelas pilo-
to o portátiles para realizar comprobaciones en las parcelas de
los regantes.
■ Sistema de comunicación de las recomendaciones de
riego: desde el tablón de anuncios de la cooperativa a llama-
das personales, fax o mensajes SMS.
En este sentido, el proyecto Life HAGAR, encuadrado
dentro de unos objetivos ambientales más ambiciosos, des-
arrolla en el ámbito de los acuíferos 23 y 24 una metodología
de trabajo que pretende servir como modelo, junto con la
puesta a punto de aplicaciones informáticas específicas, para
facilitar la creación de servicios de asesoramiento de riego y
de autogestión de los recursos hídricos por parte de los pro-
pios regantes.
UD 4. Asesoramiento en el riego
23
Figura 4.7. Cultivo de cebolla
1. Mecanismos de control de
variables que inciden en las
necesidades de riego:
clima-suelo-planta
La novedosa tecnología que se está aplicando actualmen-
te se basa en la unión de diversos equipos de medición del es-
tado hídrico de las plantas y del suelo, para que puedan obser-
varse, en tiempo real, las necesidades hídricas de los cultivos,
todo ello combinado con nuevos métodos de riego. A conti-
nuación se citan algunos ejemplos de aplicación:
■ Experiencia en Lepe (Huelva). Consistió en la utili-
zación de la información en tiempo real para controlar el es-
tado hídrico y mejorar la gestión del riego en una plantación
de cítricos. Se adoptaron las decisiones de riego en función
del árbol y de las condiciones del entorno. Se midieron di-
versos parámetros, como variaciones del diámetro del tronco
o la humedad del suelo (tensiómetros con sondas Water-
mark), que se transmitían a un centro de recogida de datos
vía radio.
■ Experiencia de manejo del riego en condiciones de
restricciones de agua, desarrollada por el Instituto de
Investigaciones Agropecuarias (Centro Regional de
Investigación La Platina) y de la Oficina de Estudios y
Políticas Agrarias de Chile.
■ Proyecto Life HAGAR (se detalla en el apartado 3).
2. Utilización de imágenes
satélite
Otro campo en el que se producen grandes avances es en
la tecnología de los satélites y su aplicación agrícola. Los sa-
télites permiten hasta una resolución espacial de 15-30 m, ne-
cesaria para la tarea del Servicio de Asesoramiento al
Regante. Recientemente se han lanzado otros satélites en los
que la resolución espacial se sitúa entre 1-5 m, que podrán
ser utilizados en casos de agricultura muy intensiva y con
parcelas de pequeño tamaño. Los satélites de alta resolución
toman imágenes de la misma zona cada 14-25 días. La com-
binación de una serie de imágenes proporcionadas por varios
satélites permite seguir adecuadamente todo el ciclo de un
cultivo.
Un ejemplo de esta tecnología se está desarrollando en el
proyecto Life HAGAR y en el proyecto ASAJA-CSIC para
seguimiento de parcelas de algodón en Andalucía.
3. Herramientas del proyecto
Life HAGAR
3.1. Sistema de Asesoramiento en Riego
En el proyecto Life HAGAR se ha creado un prototipo
que permite desarrollar un sistema para la captación de datos
agronómicos y la obtención de información del estado hídri-
co de la atmósfera, el suelo y la planta.
Consta de un software comercial para gestión de datos
agronómicos que obtiene la información mediante diversos
sensores (humedad en el suelo, volumen de riego, climatolo-
gía, retención hídrica de las hojas, caudal de los contadores de
agua y variación de la hidratación de las plantas) con el que se
elaboran gráficas y estadísticas que se actualizan cada 15 mi-
5. Nuevas tecnologías
24
Unidad
Didáctica
Figura 5.1. Imágenes de satélite en La Mancha
nutos. Los datos se transmiten de forma constante desde el
campo hasta la oficina mediante emisores-repetidores de ra-
dio, que permiten cubrir ampliamente el territorio.
Este sistema posibilita la toma de decisiones de riego
instantáneas gracias a que el conocimiento en cada momento
de las condiciones de humedad de la planta, el suelo y el cli-
ma permiten detectar situaciones de estrés, asfixia por sobre-
saturación, o bien planificar condiciones del riego enfocadas
a la consecución de objetivos agronómicos de calidad, pro-
ductividad y salud de las plantas.
En el proyecto Life HAGAR se ha realizado un segui-
miento de los cultivos a lo largo de dos ciclos anuales de cul-
tivo (campañas 2003 y 2004).
■ Durante el primero se registraron los datos recogidos
por los sensores de campo y se observó el comportamiento hí-
drico natural del suelo y de las plantas en función del riego y
la climatología. Se analizaron las decisiones de riego tomadas
libremente por los agricultores. Se estudiaron la relación en-
tre el clima, la planta y el suelo de cada cultivo con la salud
de las plantas, sus plagas, enfermedades y los tratamientos da-
dos a los cultivos por los agricultores. Toda esta experiencia
sirvió para reorientar el asesoramiento del riego apoyado en
una programación del sistema de control de riego durante la
segunda fase de los cultivos, que permita detectar o adelantar-
se a las condiciones de estrés o pérdida de agua por percola-
ción.
■ En una segunda fase de cultivos el sistema de asesora-
miento en riego se programó para ajustar las necesidades de
las plantas en función del tipo de cultivo, el estado fenológi-
co, el estado de humedad del suelo y, en su caso, de la hidra-
tación de las plantas. Se trató de ajustar el consumo a las ne-
cesidades estrictas de la planta sin afectar a su salud y a la
productividad del cultivo o su calidad. Se consigue con ello
un ahorro de agua que se evaluará y analizará en su viabilidad
agronómica, productiva y económica.
Este sistema de gestión de la demanda de riego es real-
mente eficaz, como se ha podido comprobar tanto en numero-
sas experiencias como en su aplicación práctica por numero-
sos agricultores de regadío en la actualidad.
UD 5. Nuevas tecnologías
25
Figura 5.2. Radiotransmisor y placa fotovoltaica
Figura 5.3. Medidor del grosor del tallo (dendrómetro) Figura 5.4. Contador de agua conectado al radiotransmisor
3.2. Herramienta de autogestión para
comunidades de regantes
El objetivo es facilitar a las comunidades de regantes la
gestión compartida de la información de los usuarios. Consta
de los siguientes elementos:
■ Un módulo de registro de información comunitaria
con posibilidad de actualización.
■ Un sistema de gestión de la información comunitaria
basado en un Sistema de Información Geográfica
(SIG).
El módulo de registro permite introducir, compartir y
manejar información de los agricultores y las condiciones
agronómicas de los cultivos, con el objetivo de conseguir una
eficiente gestión del riego y otros insumos en el ámbito de las
comunidades de regantes, así como hacer previsiones de con-
sumo de agua y otros productos.
El SIG permite el manejo y la visualización de datos ca-
tastrales y cartográficos, así como de distintos tipos de imáge-
nes y de bases de datos, además de posibilitar la integración
de los datos procedentes del sistema de asesoramiento para
riegos del proyecto HAGAR. La herramienta de autogestión
permite combinar esta información con los datos proporciona-
dos por los regantes, con el objetivo de prever posibles esce-
narios de consumo de agua con anticipación y mejorar la ges-
tión, la calidad y la productividad.
La herramienta de autogestión permitirá la realización de
operaciones como:
■ Comparación de datos catastrales con los reales, ob-
servación de parcelas en cultivo, búsqueda de parcelas
por titular y medición de superficies.
■ Modificación de la cartografía de expedientes en caso
de la localización de imprecisiones, con realización de
informes al respecto.
■ Almacenamiento de datos auxiliares (títulos de pro-
piedad escaneados...) con los datos gráficos y alfanu-
méricos de cada explotación.
■ Previsión del consumo de agua y otros insumos.
UD 5. Nuevas tecnologías
26
Figura 5.5. Medidor de riego en melón
Figura 5.7. Herramienta de autogestión
Figura 5.6. Sensor FDR y medidor de riego en maizal
1. Nuevos retos de la PAC:
calidad y medio ambiente
La PAC se creó en los años 60, cuando Europa era defi-
citaria en gran número de alimentos. Por ello, esta política co-
mún se dirigió a resolver esta situación así como a igualar la
renta agrícola a la renta urbana y suministrar productos agra-
rios al consumidor a precios razonables, apoyando los precios
y las rentas agrarias mediante operaciones de intervención y
sistemas de protección fronteriza. Con esta política, la UE se
convirtió en el primer importador y el segundo exportador
más importante de productos agrícolas del mundo.
De los objetivos anteriores sólo el de evitar la falta de ali-
mentos ha sido sobradamente conseguido. No así los dos si-
guientes, pues si bien las rentas agrarias han aumentado, ha
sido debido a la desaparición de la mayoría de las explotacio-
nes. En cuanto al precio de los productos agrarios, ha salido
más beneficiada la industria agroalimentaria.
A lo largo de su historia, la PAC ha sufrido diversos cam-
bios. Con el tiempo, se centró en la disminución de los precios
y la concesión de ayudas compensatorias a los productores
para acabar en la reforma actual. Cuando la Comunidad
Europea empezó a tener grandes excedentes de productos
agrícolas, comenzaron a verse los fallos del sistema, entre
otros las tensiones en las relaciones con terceros países. Ante
esta situación había ya un acuerdo general en torno a la nece-
sidad de una reforma, la cual a su vez está muy relacionada
con las normas que la Organización Mundial de Comercio es-
tablece con el fin de lograr un comercio mundial más justo
para todos.
Los nuevos retos a los que se enfrenta la PAC son los si-
guientes:
■ Excedentes en el mercado agrícola mundial, con lo
que los agricultores verían bajar los precios de sus productos.
■ Con las distintas ampliaciones de la UE, la gestión de
la PAC se ha ido haciendo más y más compleja, siendo nece-
sario plantearse nuevos y más simples criterios y mecanismos
de control, sobre todo de cara a la ampliación a los países del
Este, cuyas economías se apoyan fundamentalmente en el sec-
tor agrario.
■ Uno de los principales objetivos comunitarios es man-
tener las zonas rurales, para lo cual, además de lograr una di-
versificación de la economía rural (favoreciendo la creación
de pequeñas y medianas empresas, y promoviendo el uso de
las nuevas tecnologías), es indispensable una agricultura com-
petitiva y sostenible. Para esto, será necesario garantizar que
el gasto agrícola contribuya más de lo que lo ha hecho hasta
ahora a necesidades como la protección de la naturaleza o el
apoyo a los jóvenes agricultores.
6. Los nuevos retos de la PAC
27
Unidad
Didáctica
Figura 6.3. Melón
Figura 6.1. Uva
Figura 6.2. Cebolla
Para afrontar estos retos, en la nueva reforma de la PAC
se proponen instrumentos como la trazabilidad, la condiciona-
lidad o la denominación de calidad, cobrando más importan-
cia las medidas agroambientales. Todo ello como respuesta a
las nuevas demandas de la sociedad.
Los consumidores están cada vez más concienciados con
el cuidado del medio ambiente y de su salud y de cómo los ali-
mentos que consumen pueden influir en ambos aspectos. Es
decir, el consumidor quiere saber cómo se han obtenido los
alimentos y exige alimentos de calidad, sanos y seguros, así
como que sean producidos de forma ética y respetuosa con el
medio ambiente y el bienestar de los animales.
1.1. Trazabilidad
La trazabilidad, obligatoria a partir de enero de 2005
para todos los productores, es el mecanismo por el cual la UE
obliga a que todos los alimentos —además de incorporar en
las etiquetas la fecha de envasado, caducidad y composi-
ción— contengan la información mínima que certifique todos
los pasos seguidos en su procesamiento y obtención, al igual
que su origen.
Es razonable que, ya que parte de los ingresos de los
agricultores y ganaderos proviene de subvenciones de la UE
pagadas por todos los ciudadanos, éstos tengan el derecho de
conocer de dónde proceden los alimentos que compran.
Además, la trazabilidad supone un beneficio importantísimo
para los agricultores, pues los consumidores conocen la pro-
cedencia de los alimentos, cómo se han obtenido, etc., de for-
ma que se establece una relación más estrecha con el consu-
midor.
1.2. Ayudas desacopladas y
condicionalidad
El elemento clave de la actual reforma de la PAC es el es-
tablecimiento de una ayuda única por explotación, indepen-
diente del tipo de cosecha y volumen de la misma y, por lo
tanto, independiente de la producción. La finalidad de esta
ayuda desacoplada es la de compensar las rentas de los agri-
cultores para que produzcan libremente en función de las al-
ternativas y opciones del mercado.
Dicha ayuda está condicionada al cumplimiento de cier-
tas condiciones o prácticas relacionadas con el respeto al me-
dio ambiente y las buenas prácticas agrarias, la llamada con-
dicionalidad. Estos requisitos son:
1. Suelo
■ Prohibido el laboreo a favor de pendiente, en pendien-
tes superiores al 10% (herbáceos) o 15% (leñosos).
■ Para herbáceos, no labrar desde el fin de cosecha has-
ta el 1 de septiembre.
■ No arrancar leñosos de secano en pendientes de más
del 15%.
■ Se establecen nuevos criterios de rotación de cultivos
y cubiertas vegetales en áreas de elevado riesgo de
erosión.
2. Materia orgánica
■ Prohibido quemar rastrojos, salvo excepciones fitosa-
nitarias.
■ Eliminación de restos de poda y cosechas según nor-
mativa.
3. Biodiversidad
■ Prohibido quemar y roturar pastos.
■ Mantener el arbolado de los pastos.
UD 6. Los nuevos retos de la PAC
28
Figura 6.5. Cosecha de cebollas
Figura 6.4. Cultivo de melón
■ Mantener mínima la carga ganadera de 0,1 UGM/ha
en pastos permanentes.
■ Limpiar la vegetación no deseada, según criterio de
las Comunidades Autónomas.
■ Prohibido alterar linderos y elementos estructurales de
las explotaciones.
■ Instalar sistemas de medición de agua de riego en ex-
plotaciones de regadío.
■ Prohibido usar fitosanitarios y fertilizantes sobre te-
rrenos encharcados o con nieve.
■ Prohibido tirar vertidos incontrolados.
■ Utilizar fosas, estercoleros o balsas en explotaciones
ganaderas de estabulación permanente o semiperma-
nente.
1.3. Ayudas agroambientales
Estas ayudas agrarias van destinadas a compensar a
aquellos productores que realizan prácticas agrarias respetuo-
sas con el medio ambiente y son distintas de los pagos direc-
tos de la PAC. En Castilla-La Mancha están disponibles, para
el año 2005, las siguientes ayudas agroambientales:
■ Girasol de secano.
■ Agricultura ecológica (para todos los cultivos excepto
arroz y cítricos).
■ Plan de Compensación de Rentas en La Mancha
Occidental y Campo de Montiel.
■ Razas autóctonas en peligro de extinción.
2. La política europea del agua y
el regadío
El consumo de agua para uso agrícola supera el 70% del
consumo total nacional. La aparente mala gestión del agua en
los regadíos españoles (grandes pérdidas de agua y uso en cul-
tivos excedentarios) obliga a la aplicación de medidas para
mejorar la eficiencia. Concretamente:
■ Políticas públicas de asignación del agua (reasigna-
ción de recursos en función de su interés social).
■ Tarifación del agua (tasa cobrada por el Estado según
las cantidades consumidas del recurso).
■ Introducción de mercados del agua (compra-venta de
derechos de agua regulada por la Administración
Hidráulica).
Esta situación de economía del agua en España es com-
partida por otros Estados de la UE. Por este motivo, las insti-
tuciones de la Unión han decidido desarrollar una política co-
mún en materia de gestión del agua.
La Comisión Europea pidió que se estableciese un mar-
co comunitario de actuación en el ámbito de la política de
aguas (Directiva Marco de Agua, DMA). El texto aprobado
incluye la obligatoriedad de recuperar íntegramente los costes
del uso del agua. Son necesarias estas medidas de tarifación
del agua para incentivar a los usuarios hacia el uso eficiente
del recurso. De esta forma, el ahorro de agua conseguido po-
dría redistribuirse entre otros usos, bien productivos, bien am-
bientales (caudales ecológicos, etc.), según las preferencias de
la sociedad.
Se han realizado las siguientes propuestas sobre tarifas
del agua:
■ Tarifa blanda. Serviría para incentivar ahorro de
agua. El agricultor sólo tendría que pagar una parte del precio
real del agua.
UD 6. Los nuevos retos de la PAC
29
Figura 6.7. Remolacha
Figura 6.6. Riego por aspersión móvil
■ Tarifa dura. El agricultor cargaría con los gastos ne-
cesarios que conlleva el funcionamiento de los regadíos (pan-
tanos, canales, coste ambiental, etc.). Este cálculo se ha reali-
zado para pequeñas cuencas y para las diferentes
comunidades de regantes.
■ Tarifa media. Intermedia entre las dos anteriores.
Diversos estudios realizados para el caso español han
puesto de manifiesto que el establecimiento de tarifas puede
no estimular los cambios deseados en los usos del agua y, ade-
más, provocar efectos no deseados, como:
■ Un mayor precio del agua podría traer consigo un
cambio de cultivos y técnicas agrícolas que implican una me-
nor renta agraria y reducción de empleo, ya que no hay que ol-
vidar que los cultivos de regadío son más rentables e intensi-
vos en trabajo que los de secano.
■ Del mismo modo, el desarrollo de un mercado del
agua implicará en el futuro que las pequeñas explotaciones
aún existentes tengan una traba más con la que competir con
las grandes explotaciones, pues éstas disponen de mayores re-
cursos.
■ Desde una perspectiva social, el uso racional del agua
debería venir promovido por la mentalización y aplicación de
técnicas de reducción del consumo, no exclusivamente vía ta-
rifas.
UD 6. Los nuevos retos de la PAC
30
Figura 6.8. Maíz
Figura 6.9. Cebada
Paginas de organismos oficiales
Ministerio de Medio Ambiente: www.mma.es
Ministerio de Agricultura: www.mapya.es
Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha: www.jccm.es
Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA): www.inia.es
Noticias sobre agricultura
www.life-hagar.com
www.agrodigital.com
www.agroinformacion.com
www.infoagro.com
www.agroterra.com
www.agricultura.com
Otras
Plan Hidrológico Nacional: www.mma.es/rec_hid/plan_hidro/
Portal del agua en Europa: www.europa.eu.int/index_es.htm
Instituto Nacional de Meteorología: www.inm.es
WWF/Adena: www.wwf.es • www.panda.org
Páginas web de interés
31
Un proyecto pionero que promueve el uso eficiente del agua
en la agricultura mediante tecnologías innovadoras, con el
fin de evitar la sobreexplotación de las aguas subterráneas y
preservar así los humedales castellanomanchegos. Está
financiado por fondos LIFE de la Unión Europea, siendo
beneficiario Acciones Integradas de Desarrollo. WWF/Adena,
APRODEL y el Colegio de Doctores y Licenciados de Castilla-
La Mancha son sus socios, y está cofinanciado por la Junta
de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Confederación
Hidrográfica del Guadiana y el Ministerio de Agricultura,
Pesca y Alimentación.
Consejería de Obras Públicas Consejería de Agricultura
MINISTERIO
DE AGRICULTURA, PESCA
Y ALIMENTACIÓN
MINISTERIO
DE MEDIO
AMBIENTE
CONFEDERACIÓN
HIDROGRÁFICA
DEL GUADIANA
Proyecto cofinanciado por:

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  • 1. Proyecto de autogestión del agua en la agricultura Curso de riego para agricultores
  • 2. Curso de riego para agricultores Proyecto de autogestión del agua en la agricultura Coordinación: Alberto F. Lop y Celsa Peiteado de WWF/Adena, y Vicente Bodas de Aliara Fotografías: Vicente Bodas, WWF/Alberto F. Lop y WWF/Miguel A. Valladares Edición: Jorge Bartolomé e Isaac Vega Diseño: Amalia Maroto Impresión: Artes Gráficas Palermo, S.L. Impreso en papel 100% reciclado. Marzo 2005 Depósito Legal: WWF/Adena agracede la reproducción y divulgación de los contenidos de esta publicación (a excepción de las fotografías, propiedad de los autores) en cualquier tipo de medio, siempre y cuando se cite expresamente la fuente.
  • 3. Unidad Didáctica 1 Conceptos básicos....................................................... 3 1. El agua y las plantas ................................................ 3 1.1. Funciones del agua en las plantas.......................... 3 1.2. Eficiencia en el uso del agua .................................. 3 1.3. Capacidad de las plantas para extraer agua del suelo................................................................. 4 1.4. Adaptación y respuesta de las plantas a la escasez de agua..................................................... 5 1.5. Momentos críticos en el ciclo de los cultivos .......... 5 2. El agua y el suelo...................................................... 5 2.1. Capacidad del suelo para almacenar agua.............. 5 2.2. Caracterización de un suelo desde el punto de vista de la disponibilidad de agua para las plantas ......... 6 2.3. Otros conceptos sobre el suelo............................... 7 2.4. Perfil del suelo........................................................ 8 Unidad Didáctica 2 Técnicas de riego......................................................... 9 1. Conceptos previos..................................................... 9 1.1. Uniformidad de aplicación ...................................... 9 1.2. Eficiencia de aplicación .......................................... 9 2. Sistemas de riego...................................................... 10 2.1. Riego por aspersión................................................ 10 2.2. Riego localizado...................................................... 12 Unidad Didáctica 3 Buenas prácticas en el riego.................................. 15 1. Concepto de buenas prácticas agrarias .............. 15 2. Buenas prácticas de riego....................................... 15 2.1. Cálculo de las necesidades..................................... 15 2.2. Dosis y frecuencia de riego..................................... 16 2.3. Condiciones de aplicación ...................................... 16 2.4. Cuaderno de registro de riego................................. 17 3. Mantenimiento de instalaciones............................ 17 Unidad Didáctica 4 Asesoramiento en las decisiones de riego..... 19 1. Introducción a los métodos existentes................. 19 1.1. Métodos indirectos ................................................. 19 1.2. Métodos directos.................................................... 20 2. Servicios de asesoramiento al regante................ 21 3. Creación de un servicio propio de ámbito local (cooperativa o comunidad de regantes)..... 22 Unidad Didáctica 5 Nuevas tecnologías..................................................... 24 1. Mecanismos de control de variables que inciden en las necesidades de riego: clima-suelo-planta .................................................... 24 2. Utilización de imágenes satélite ............................ 24 3. Herramientas del proyecto Life HAGAR................ 24 3.1. Sistema de Asesoramiento en Riego....................... 24 3.2. Herramienta de autogestión para comunidades de regantes ............................................................ 26 Unidad Didáctica 6 Los nuevos retos de la PAC.................................... 27 1. Nuevos retos de la PAC: calidad y medio ambiente...................................................................... 27 1.1. Trazabilidad ............................................................ 28 1.2. Ayudas desacopladas y condicionalidad ................. 28 1.3. Ayudas agroambientales......................................... 29 2. La política europea del agua y el regadío ........... 29 Páginas web de interés............................................. 31 Índice 1
  • 4. 1. El agua y las plantas 1.1. Funciones del agua en las plantas En las plantas, como en el resto de seres vivos, el agua desempeña una serie de funciones esenciales sin las cuales no sería posible la vida tal y como la conocemos: 1. Agua de constitución y sostén: aproximadamente el 80% de una planta es agua, denominándose genéricamente al resto de sus componentes materia seca (figura 1.1). Esta can- tidad de agua es imprescindible para que las plantas manten- gan su estructura. Cuando, por la razón que sea, las plantas pierden más agua de la que pueden absorber, se marchitan y todos sus procesos vitales se ven alterados. 2. Transporte: la capacidad del agua para disolver nu- merosas sustancias le permite actuar como vehículo para el transporte de los nutrientes minerales desde el suelo a los ór- ganos fotosintéticos de las plantas y, a su vez, redistribuir las sustancias elaboradas en las hojas por el resto de la planta. Lo que se conoce como savia no es más que agua con diversas sustancias disueltas. 3. Transpiración y refrigeración: al igual que ocurre en las máquinas inventadas por el hombre, las plantas necesi- tan para su correcto funcionamiento mantenerse dentro de un intervalo de temperaturas. Cuando ésta sube, las plantas libe- ran agua por los estomas de las hojas (pequeños orificios en la epidermis), que al evaporarse absorbe calor, consiguiendo fi- nalmente regular la temperatura de la planta (figura 1.2). La pérdida de agua desde las hojas de las plantas se de- nomina transpiración. Para controlarla, cuentan con la apertu- ra y el cierre de los estomas de las hojas. Pero la transpiración es un fenómeno intrínseco a la naturaleza de los vegetales e inevitable, al menos, por los siguientes motivos: 1. Como las plantas necesitan intercambiar oxígeno y anhídrido carbónico con la atmósfera, los estomas no puedan estar cerrados durante largos períodos de tiempo y, por tanto, las plantas están expuestas a perder agua. 2. La evaporación de agua desde las hojas actúa como una bomba de extracción. Sin ella, la capacidad de las raíces de una planta para absorber agua sería muy limitada y tanto la captación como la circulación de nutrientes se verían afectadas. 1.2. Eficiencia en el uso del agua A tenor de lo comentado en el apartado anterior, una masa de vegetación (bosque, pradera, cultivo...) se asemejaría a una fábrica que necesita agua para su funcionamiento, la cual estaría en constante circulación. Por ejemplo, del total de agua que puede consumir un buen cultivo de trigo (unos 400 mm = 4 millones de litros por hectárea) en un día cualquiera 1. Conceptos básicos 3 Unidad Didáctica Figura 1.1. Constituyentes de las plantas 80% Agua 20% Materia seca 42% Carbono 44% Oxígeno 6% Hidrógeno 2% Nitrógeno 0,40% Fósforo 2,50% Potasio 1,30% Calcio 0,40% Magnesio 0,40% Azufre 1% Oligoelementos Nutrientes secundariosNutrientes principalesAtmósfera Figura 1.2. Funciones del agua en las plantas A: Absorción de H2O y sales minerales. T: Transpiración. I: Intercambio gaseoso. SB: Sabia bruta. SE: Sabia elaborada. A A I T SBSEI CO2 Oxígeno Sales minerales Agua
  • 5. de su momento de máximo desarrollo vegetativo, el agua con- tenida en las plantas sería sólo de unos 4 mm (40.000 litros por hectárea), es decir, sólo el 1%. Queda claro que las plantas no acumulan el agua, la em- plean para poder vivir y producir, pero no todas las especies tienen la misma habilidad para aprovecharla. Desde un punto de vista agrícola, se llama eficiencia en el uso del agua a la capacidad que tiene una planta de produ- cir cosecha por cada unidad de agua consumida. Las diferen- cias entre cultivos son muy llamativas. En la figura 1.3 se re- cogen algunos ejemplos de la capacidad de producir kilos de cosecha aprovechable para el hombre por cada 1.000 litros de agua consumida. Existen especies de plantas adaptadas a vivir en los más diversos ambientes y, como consecuencia de ello, han desarro- llado diversos mecanismos para gestionar la abundancia o es- casez de agua. Es importante no confundir la eficiencia en el uso del agua con la capacidad de las distintas especies de adap- tarse a condiciones de escasez de agua. Como se deduce de los datos de la figura 1.3, algunos de los cultivos más eficientes en el uso de agua, como la patata o la remolacha, no prosperarían de forma adecuada en condiciones de sequía. Por el contrario, cultivos adaptados a sobrevivir con poca agua, como el almen- dro o la vid, no son los más eficientes en el uso del agua. 1.3. Capacidad de las plantas para extraer agua del suelo El suelo, por su facultad para retener agua, se asemeja a un depósito del cual las plantas se van nutriendo en función de sus necesidades (ver apartado 2). Pero no se suele encontrar ni homogéneamente distribuida ni libremente disponible. Para poder absorberla las raíces deben: 1. Localizar el agua. 2. Hacer un esfuerzo de succión para extraerla de los po- ros del suelo. No todas las plantas tienen la misma habilidad para rea- lizar estas dos tareas: 1. En primer lugar, existen diferencias importantes entre la capacidad de las raíces para explorar el suelo: las raíces poco densas de una cebolla rara vez llegan más allá de 30 cm, mientras que una remolacha con raíces muy ramificadas pue- de llegar a varios metros de profundidad (figura 1.4). 2. Adicionalmente, el esfuerzo necesario para succionar el agua no repercute de igual forma en la productividad de la planta. Cuando el agua es abundante la presión de succión ne- cesaria para tomarlo es baja (0,3 atmósferas), pero a medida que se agota el agua esta presión va aumentando. Cuando al- UD 1. Conceptos básicos 4 Figura 1.4. Algunos tipos de sistemas radiculares de plantas cultivadas Figura 1.3. Producción de cosecha por metro cúbico de agua consumida Girasol Almendro Maíz Trigo Alfalfa Cebada Naranjo Viñedo Olivar Patata Remolacha Tomate 0 2 4 6 8 10 12 14 Kg/m3 Leñosos Herbáceos Remolacha Cebolla Trigo
  • 6. canza entre 1 y 2 atmósferas, para algunas plantas como el melón o el pimiento el esfuerzo es muy grande, haciéndoles padecer y disminuir su capacidad productiva, en tanto que otras, como la cebada o la vid, pueden soportarlo sin mayores problemas. 1.4. Adaptación y respuesta de las plantas a la escasez de agua Las plantas de climas secos han desarrollado adaptacio- nes que les permiten afrontar los períodos de escasez de agua en la naturaleza. Estas adaptaciones pueden encuadrarse en tres grandes grupos: 1. Adaptaciones morfológicas. Cambios en su consti- tución tendente a reducir las pérdidas o a acumular agua: ■ Epidermis de la hoja gruesa y coriácea. ■ Hojas abarquilladas o con abundantes pelos que per- miten crear un microclima con más humedad relativa. ■ Reducción del tamaño de las hojas, e incluso desapa- rición y sustitución por espinas. ■ Tallos suculentos donde se almacena agua. 2. Adaptaciones fisiológicas. Cambios en su funciona- miento, como: ■ Cierre prolongado de los estomas. ■ Marchitez y pérdida de las partes viejas o poco útiles para la reproducción. 3. Adaptaciones fenológicas. Modificaciones en su ci- clo de vida para aumentar sus posibilidades de supervivencia: ■ Producción de semillas con germinación escalonada. ■ Ciclos de desarrollo muy cortos. Todas estas adaptaciones tienen como fin primordial per- petuar la especie, aun en detrimento de su capacidad produc- tiva. Pero el hombre, al seleccionar las plantas que cultiva (básicamente por su capacidad para dar cosechas estables y abundantes) ha ido en dirección contraria, por lo que estos sis- temas de protección frente a la falta de agua no suelen presen- tarse en las variedades usualmente cultivadas. Si añadimos el hecho de que muchos de los cultivos están fuera de su am- biente natural, se entiende fácilmente que los cultivos agríco- las son mucho más sensibles a la falta de agua que sus ances- tros silvestres. 1.5. Momentos críticos en el ciclo de los cultivos La respuesta directa de cualquier cultivo a la falta de agua puede ser una disminución de su rendimiento. Ahora bien, la falta de agua no incide de igual manera en las diferen- tes fases del desarrollo de un cultivo. Por ejemplo, los cerea- les toleran, sin pérdida significativa de rendimiento, episodios de sequía al comienzo de su desarrollo (antes de comenzar el crecimiento de la caña) o al final (grano pastoso). Pero son muy sensibles a la falta de agua durante la floración e inicio del llenado del grano (estado lechoso). En la tabla 1.1 se recogen los períodos críticos de nece- sidades hídricas para diversos cultivos. Esta información siempre es útil para la planificación de los riegos, especial- mente cuando los recursos hídricos son escasos, pues resulta esencial para determinar en qué momentos deben efectuarse los riegos de apoyo. 2. El agua y el suelo En esencia, el suelo es un entramado de partículas mine- rales. Pero estas partículas no están empaquetadas formando una masa compacta, sino que entre ellas existe una intrincada red de poros y canales (canalículos) por los que circula el aire y el agua (figura 1.5). 2.1. Capacidad del suelo para almacenar agua En la mayoría de los suelos, la red de canalículos ocupa un volumen que oscila entre 30-50% del total. De todos los poros o canalículos, los de mayor diámetro permiten un paso UD 1. Conceptos básicos 5 Tabla 1.1. Períodos de máxima sensibilidad a la escasez de agua Cultivo Período crítico sensible a la escasez de agua Cítricos Floración – cuaje Olivo Inicio floración – endurecimiento hueso Manzano, peral Cuaje – engorde de fruto Vid Floración – cuaje y envero Fresa Desarrollo del fruto Trigo, cebada, avena Dos semanas antes del espigado – dos semanas después del espigado Maíz Dos semanas antes de la emisión de polen – dos semanas después Patata Inicio tuberización (inicio floración) – final engorde tubérculos (comienzo senescencia de las partes verdes) Leguminosas (grano) Floración – formación de vainas Remolacha Engrosamiento de la raíz Girasol Floración – inicio madurez (semillas del borde del capítulo negras) Hortícolas de fruto Floración – engorde del fruto Cebolla Crecimiento rápido del bulbo Cultivo Período crítico sensible a la escasez de agua
  • 7. rápido del agua y sólo los menores son capaces de retener y almacenar agua. En un suelo determinado, el porcentaje total de poros y su tamaño va a depender de: 1. La textura. Se denomina textura del suelo a la pro- porción de los diferentes componentes mineralógicos: arena, limo y arcilla. Estos componentes se diferencian exclusiva- mente por su tamaño (figura 1.6): ■ Arena: partículas comprendidas entre 0,05 y 2 mm. ■ Limo: partículas entre 0,002 y 0,05 mm (no visibles a simple vista). ■ Arcilla: partículas menores de 0,002 mm (no visibles a simple vista). 2. La estructura. Es la forma en que las partículas del suelo se unen formando agregados y dejando entre sí poros o canalículos. Además de la textura, en la formación de la es- tructura intervienen el contenido en materia orgánica y el ma- nejo que se haga del suelo. De forma genérica, el laboreo intensivo, el pisoteo del ganado y la circulación de la maqui- naria en húmedo contribuyen a destruir la estructura de los suelos. Para la actividad agrícola sería ideal tener un suelo equi- librado, fácil de trabajar, permeable y con buena capacidad de acumulación de agua. Esto es lo que técnicamente se conoce como suelo franco que, desde el punto de vista de su textura, contendría entre 30-50% de arena, 30-50% de limo y 20-30% de arcilla. Un suelo de estas características sería capaz de al- macenar unos 300 litros de agua por metro cuadrado de super- ficie y metro de profundidad (figura 1.7). Aunque, como se verá más adelante, toda esta agua no estaría enteramente a dis- posición de las plantas. Al cambiar las proporciones de arena, limo y arcilla cam- bia también la denominación técnica del suelo y su capacidad para retener agua y de ponerla a disposición de las plantas. Se habla así de suelos arenosos, limosos, arcillosos, arcillo-are- nosos, franco-arenosos, franco-arcillosos, etc. 2.2. Caracterización de un suelo desde el punto de vista de la disponibilidad de agua para las plantas Del volumen total de agua que puede almacenar un sue- lo, no todo está disponible para las plantas y, del que está dis- ponible, no todo se puede absorber con igual facilidad. Así, se definen los siguientes conceptos (figura 1.8): 1. Capacidad de campo. Es el volumen de agua que un suelo puede retener después de saturarlo (encharcarlo) y de- jarlo drenar (escurrir) libremente durante 48 horas. La capaci- dad de campo viene a reflejar el agua que el suelo retiene en los canalículos pequeños, después de que los más grandes se UD 1. Conceptos básicos 6 Figura 1.6. Tamaño relativo de las partículas del suelo Arcilla >0,002 mm Arena 0,05-2 mm Limo 0,002-0,05 mm Figura 1.7. Tipos de suelos y su capacidad para almacenar agua Figura 1.5. Detalle de la red de poros del suelo
  • 8. hayan llenado de aire. Cuando un suelo está a capacidad de campo la presión necesaria para comenzar a extraer el agua retenida es baja, de menos de 0,3 atmósferas. 2. Punto de marchitez permanente. Es el contenido de agua de un suelo a partir del cual las plantas no pueden extraer más y, por tanto, se marchitan y mueren. La presión necesaria para comenzar a extraer el agua que contiene un suelo en su punto de marchitez es de 15 atmósferas. De forma general, el punto de marchitez es igual al 56% de la capacidad de campo. Esto quiere decir que si el suelo franco tiene una capacidad de campo de 300 l/m3 de suelo, en su punto de marchitez seguirá conteniendo 168 litros. Pero este agua no puede ser aprovechada por las plantas. 3. Agua útil para las plantas. Es la diferencia entre la capacidad de campo y el punto de marchitez. En el ejemplo del suelo franco, el agua útil sería: 300 – 168 = 132 l/m3 de suelo. 4. Agua fácilmente utilizable por las plantas. Parte del agua útil que las plantas pueden absorber con poco esfuer- zo (0,5-1 atmósferas) y, por tanto, sin merma de su capacidad productiva. El agua fácilmente utilizable depende de cada es- pecie de planta. En agricultura se considera, de forma orienta- tiva, que para los cultivos menos sensibles a la sequía el agua fácilmente utilizable es el 50% del agua útil y para los más sensibles entre 25-30%. Para el suelo franco anterior, el agua fácilmente utiliza- ble por los cultivos menos sensibles sería de 66 l/m3 de suelo y de 33 l/m3 para los más sensibles. Las cifras de la figura 1.8 explican el hecho, bien cono- cido por todos los agricultores de secano, de que: ■ Las tierras ligeras (arenosas) son poco productivas, no necesitan mucha lluvia, pero sí que esté bien repartida, o al menos concentrada en la primavera. ■ Las tierras pesadas (arcillosas) son más productivas pero necesitan mojarse bien en invierno para guardar humedad y poder aguantar períodos prolongados sin lluvia. Sin embargo, con lluvias escasas dan malas co- sechas. ■ Las tierras medias (francas) son las más seguras pro- duciendo ya que se adaptan mejor a las lluvias irregu- lares. 2.3. Otros conceptos sobre el suelo Todas las definiciones anteriores son muy valiosas para entender el suelo y verlo como un depósito de agua para las plantas. Estas ideas son un primer paso para lograr el objetivo de planificar y realizar riegos de forma eficiente. UD 1. Conceptos básicos 7 Figura 1.9. Movimientos del agua en el suelo Figura 1.8. Almacenamiento de agua en el suelo. Valores medios para diferentes texturas y para cultivos poco sensibles a la sequía
  • 9. Pero es esencial comprender que el suelo, el agua y las plantas mantienen un equilibrio dinámico. Así, el agua cae so- bre la superficie, va penetrando por los canalículos y una par- te puede alcanzar las capas profundas del suelo y otra volver rápidamente a la atmósfera, bien porque se evapora al incidir el sol sobre el suelo desnudo, bien porque las plantas la trans- piran al ser absorbida por las raíces. Por ello, resulta necesa- rio clarificar algunos conceptos adicionales (figura 1.9): 1. Escorrentía. Es la parte del agua caída sobre un sue- lo que al no poder absorberse circula por su superficie. 2. Percolación o drenaje. Es el agua del suelo que al- canza profundidades fuera del alcance de las raíces de las plantas. 3. Infiltración. Es el proceso por el cual el agua penetra desde la superficie del suelo hacia capas más profundas. Interesa conocer la velocidad de infiltración, esto es, los litros por metro cuadrado que puede absorber un suelo en una hora sin que se produzca escorrentía. La infiltración depende de la red de poros o canalículos del suelo y, por tanto, de su textura y estructura, pero no es una propiedad fija del suelo. Así, por ejemplo, un mismo sue- lo absorbe agua más rápidamente si está seco que si tiene ya cierto grado de humedad, por eso los técnicos distinguen en- tre infiltración instantánea e infiltración estabilizada. A efec- tos prácticos resulta útil conocer la velocidad de infiltración estabilizada, que serían los litros por metro cuadrado y hora que penetran en un suelo ya húmedo (tabla 1.2). 2.4. Perfil del suelo En general, las características del suelo varían con la pro- fundidad. A simple vista, cuando se cava una zanja se pueden distinguir capas horizontales diferentes entre sí por su color o aspecto. A cada una de estas capas se las conoce como hori- zonte del suelo y al conjunto de todas ellas hasta una determi- nada profundidad se le denomina perfil del suelo (figura 1.10). Conocer el perfil de un suelo y sus distintos horizontes es fundamental para llevar a cabo una estrategia de riego con sentido común, pues nos va a permitir conocer: 1. La profundidad útil que van a explorar las raíces. 2. Si existen diferencias entre los horizontes o capas del suelo, desde el punto de vista de la permeabilidad y el almacenamiento de agua. UD 1. Conceptos básicos 8 Figura 1.10. Perfil de un suelo típico de La Mancha Tabla 1.2. Velocidad de infiltración estabilizada para distintos tipos de suelo Arenoso Más de 30 mm/hora Franco arenoso Entre 20 y 30 mm/hora Franco Entre 10 y 20 mm/hora Franco arcilloso Entre 5 y 10 mm/hora Arcilloso Menos de 5 mm/hora Tipo de suelo Velocidad de infiltración
  • 10. 1. Conceptos previos El objetivo de los sistemas de riego es poner a disposi- ción de los cultivos el agua necesaria para que cubra sus ne- cesidades, complementando la recibida en forma de precipita- ciones. Cuando se trata de distribuir agua por una parcela de cultivo se tropieza con numerosas dificultades, que ocasionan pérdidas e impiden que el agua se reparta de forma homogé- nea. Siempre es importante tratar de solventar estas dificulta- des, pero más lo es aún cuando el agua es escasa y cuesta di- nero. Para juzgar la calidad de un sistema o instalación de riego se emplean algunos conceptos que es necesario cono- cer. 1.1. Uniformidad de aplicación La uniformidad de aplicación se refiere al hecho de que el agua distribuida llegue por igual a todos los puntos de la parcela regada. Una buena uniformidad garantiza que todas las plantas estén bien regadas, sin que unas reciban agua en exceso y a otras les falte, asegurándose así el desarrollo ho- mogéneo del cultivo y su máxima capacidad productiva. Aunque en la uniformidad de un riego influyen numero- sos factores, de forma general se puede afirmar que con el rie- go por goteo se consiguen las aplicaciones de agua más uni- formes, seguido de la aspersión y por último de los riegos a pie o por gravedad. La uniformidad de aplicación es una característica propia de cada instalación y parcela. Se puede estimar mediante me- diciones en campo y se expresa mediante un porcentaje. Un coeficiente de uniformidad del 80% indicaría que el 80% de la parcela ha recibido la cantidad de agua deseada, mientras que el 20% restante ha sido regado en más o menos cantidad (figura 2.1). 1.2. Eficiencia de aplicación Del volumen total de agua destinada a riego que sale de un punto de suministro (p.e. embalse o pozo) no todo va a ser aprovechado por las plantas, sino que parte no llegará a su destino por diversas causas. La relación entre estas dos canti- dades de agua (la que sale del punto de suministro y la que realmente aprovechan las plantas) es lo que se denomina efi- ciencia de aplicación. Se expresa mediante un porcentaje. Una eficiencia del 75% indica que del total del agua bombea- da por un pozo sólo el 75% la tomarían las plantas y el 25% restante tendría destinos diferentes (figura 2.2). En el proceso de riego, las pérdidas ocurren en diferen- tes momentos, pudiendo clasificarse en los siguientes grupos: 1. Pérdidas de transporte. Son las habidas en las con- ducciones, desde el punto de suministro hasta la parcela de riego. Aquí se incluyen desde las fugas en tuberías y canales hasta la evaporación en el caso de las conducciones abiertas. 2. Pérdidas de aplicación. Engloba a todas las que tie- nen su origen en la instalación dentro de la parcela de riego. Cabe mencionar tanto las fugas de tuberías como la evapora- ción que, bajo condiciones de viento y altas temperaturas, tie- ne lugar en el chorro de los emisores, en las hojas mojadas del cultivo o en la lámina superficial de agua. 3. Pérdidas en el suelo. Una vez en el suelo, el agua puede escurrir al superarse su capacidad de infiltración o al encontrase saturado, e incluso escapar de la profundidad de acción de las raíces percolando a capas profundas. Al igual que ocurre con la uniformidad, la eficiencia de aplicación es una característica propia de cada instalación. En 2. Técnicas de riego 9 Unidad Didáctica Figura 2.1. Uniformidad de aplicación Figura 2.2. Pérdidas en el proceso de riego
  • 11. la eficiencia se incluye el diseño de la instalación, su mante- nimiento y su manejo, siendo más fácil conseguir altas efi- ciencias de aplicación con unos sistemas de riego que con otros (tabla 2.1). 2. Sistemas de riego Todos los sistemas de riego pueden clasificarse en tres categorías esenciales: 1. Riego por gravedad o a pie: La energía que distribu- ye el agua por la parcela es la derivada de su propio peso, al circular libremente por el terreno a favor de pendiente. Con este método de riego se suele mojar la totalidad del terreno y requiere el reparto del agua mediante surcos, eras, tablares, canteros o alcorques para controlar su distribución (figura 2.3). 2. Riego por aspersión. El agua es conducida a presión. Al llegar a los emisores (aspersores) produce gotas que mojan todo el terreno de forma similar a como lo haría la lluvia (fi- gura 2.4). 3. Riego localizado. Se moja sólo la parte del suelo pró- xima a las plantas. El agua a baja presión llega mediante tu- berías hasta las plantas (figura 2.5). Aunque en el riego por gravedad se pueden conseguir buenas eficiencias de aplicación (mediante un diseño adecua- do, nivelación de la parcela y buen manejo) sus altos requeri- mientos en mano de obra hacen que vaya desapareciendo en favor de la aspersión y el goteo. Estos dos sistemas de riego merecen comentarios adicionales. 2.1. Riego por aspersión Al ser el mecanismo responsable de la producción de go- tas, el elemento clave en este sistema de riego es el aspersor. Existe una gran variedad de aspersores; los más empleados en los regadíos de la zona centro de España son los denominados de impacto, doble boquilla y media presión (figura 2.6). UD 2. Técnicas de riego 10 Figura 2.3. Riego por gravedad o a pie Figura 2.4. Riego por aspersión Figura 2.5. Riego localizado Tabla 2.1. Eficiencia teórica de distintos sistemas de riego Goteo 85-95% Pívot 80-90% Aspersión 65-85% A pie 30-70% Sistema de riego Eficiencia
  • 12. 1. Impacto. El giro se produce mediante el choque de un chorro de agua sobre un brazo metálico provisto de un muelle recuperador. 2. Doble boquilla. La boquilla que no provoca el giro es de mayor diámetro y permite un mayor alcance del chorro. 3. Media presión. Presiones nominales de trabajo que oscilan entre 2,5 y 4 atmósferas, permiten marcos de hasta 18 metros con una buena uniformidad de riego. Los aspersores van girando lentamente, mojando un cír- culo de forma progresiva. Para conseguir una buena uniformi- dad de riego es necesario que varios aspersores se solapen, por eso se instalan en los vértices de un cuadrado cuyo lado oscila entre 1,2 y 1,5 veces el radio del círculo mojado, aun- que también se emplean disposiciones triangulares o rectan- gulares (figura 2.7). La combinación entre tipo de boquilla y presión es lo que determina el tamaño de las gotas. No son deseables las gotas demasiado grandes ni demasiado pequeñas. Las grandes tien- den a compactar el terreno o producir daños en las hojas, mientras que las pequeñas ocasionan una mala uniformidad y eficiencia, al ser muy sensibles al viento y vaporizarse con ra- pidez. Cada modelo de aspersor viene caracterizado por unos datos técnicos que reflejan sus condiciones de trabajo ideales: presión nominal de trabajo (atmósferas), caudal de las boqui- llas (litros por hora), diámetro mojado (metros) y precipita- ción que producen (litros por metro cuadrado y hora). Conocerlos es imprescindible para saber si se adecuan tanto a las características de una instalación como a las necesidades de riego de un cultivo. En función de la colocación y movimiento de los puntos de aspersión se habla de: 1. Sistemas de aspersión móviles. Las tuberías y asper- sores se cambian de posición manualmente cada vez que es necesario regar una zona de la parcela (figura 2.8). 2. Sistemas de aspersión fijos. Todas las tuberías están enterradas y el terreno queda bajo la cobertura de aspersores instalados de forma permanente (figura 2.9). 3. Sistemas de aspersión autopropulsados. Los asper- sores están instalados en una estructura que se mueve progre- sivamente, a medida que se va regando. A esta categoría per- tenecen los cañones de largo alcance y los conocidos como pívots. Los cañones, por su largo alcance, no son los equipos de riego ideales, al requerir altas presiones y ser sus chorros muy sensibles al viento, por eso se utilizan básicamente para riegos de apoyo. Por el contrario, los pívots sí representan una de las mejores opciones para el riego de cultivos herbáceos extensivos (figura 2.10). UD 2. Técnicas de riego 11 Figura 2.7. Distribución de los aspersores 0,6 D D 0,6D 0,4 D D 0,75D 0,6 D D 0,6D Separación recomendada entre aspersores y ramales de aspersión en marco cuadrado Separación recomendada entre aspersores y ramales de aspersión en marco triangular Separación recomendada entre aspersores y ramales de aspersión en marco rectangular Figura 2.6. Componentes de un aspersor
  • 13. Cada sistema tiene sus propias peculiaridades. Desde un punto de vista práctico, cabe destacar las siguientes ventajas e inconvenientes: 1. Sistemas de aspersión móviles. Requieren una me- nor inversión inicial. Por el contrario, su coste de manejo es muy alto al necesitar mucha mano de obra para los cambios de postura. El traslado de tubos resulta lento y penoso cuando los cultivos alcanzan un cierto desarrollo. Los acoples rápidos de tuberías y aspersores son propensos a fugas. Resulta prác- ticamente imposible automatizar el riego. La flexibilidad para aplicar riegos frecuentes es muy limitada. Se adaptan a cual- quier forma de parcela. 2. Sistemas de aspersión fijos. La inversión inicial es la más alta, pero su coste de operación es muy bajo al no ser ne- cesario el traslado de tuberías y poder automatizarse. Permiten una gran flexibilidad en el manejo del riego y se adaptan a cualquier forma de parcela. Los tubos porta-asper- sores fijos condicionan el tráfico de maquinaria. 3. Pívots. La cuantía de la inversión es intermedia a la de los dos casos anteriores. El coste de operación es muy bajo. Se puede automatizar el riego. Sólo se adapta a parcelas de ciertas dimensiones y formas regulares. No condiciona el paso de la maquinaria. La flexibilidad en el manejo del riego está limitada por la velocidad de giro. Los altos caudales de los aspersores pueden provocar importantes escorrentías en los terrenos poco permeables o en el extremo de los pívots lar- gos. Para evitar esto, además de los aspersores clásicos, exis- te una amplia gama de emisores productores de gotas (tobe- ras, difusores…). Desde el punto de vista de uniformidad y eficiencia, con los tres sistemas pueden lograrse resultados similares, siem- pre que las instalaciones estén bien diseñadas y adaptadas a las características del suelo y a las necesidades de los cultivos que van a regar. La tendencia actual en la modernización de regadíos para cultivos herbáceos extensivos es la instalación de pívots. Y, si por sus dimensiones o forma la parcela no lo permite, la se- gunda mejor opción es la cobertura fija. En la Unidad Didáctica 3 se abordan los aspectos de ma- nejo de las instalaciones que deben tenerse en cuenta para op- timizar el consumo de agua. 2.2. Riego localizado Su objetivo es realizar pequeñas aportaciones de agua, de manera continua y frecuente, en un lugar próximo a la planta, humedeciendo sólo parte del volumen del suelo. Aunque exis- ten diversos sistemas de riego localizado (microaspersión, UD 2. Técnicas de riego 12 Figura 2.10. Pívot Figura 2.8. Sistema de aspersión móvil Figura 2.9. Sistema de aspersión fijo
  • 14. cintas de exudación, riego subterráneo…), el ejemplo más tí- pico es el conocido como riego por goteo. En el riego por goteo el agua se distribuye por tuberías de polietileno a baja presión, en las que a intervalos regulares están colocados los emisores, denominados goteros, responsa- bles de la producción de las gotas. Los diversos tipos de gote- ros se diferencian en el sistema que usan para disipar la ener- gía proveniente de la presión del agua y producir un flujo constante de gotas. Así, hay goteros tipo vortex, helicoidales, de laberinto, autocompensantes, etc. (figura 2.11). Cada gotero está caracterizado por su caudal nominal (expresado en litros por hora) y su rango de presiones de tra- bajo. Excepto para los goteros autocompensantes, que permi- ten cierta variabilidad, a cada presión de trabajo le correspon- de un caudal. Por eso, para poder planificar los riegos y manejar de forma adecuada una instalación es imprescindible conocer estos valores. Entre las ventajas e inconvenientes del riego localizado cabe destacar: ■ Alto valor de la inversión inicial. ■ La red de tuberías en superficie hace prácticamente in- viable su adopción en cultivos anuales extensivos y grandes superficies. ■ Sensibilidad de los goteros a las obstrucciones, lo que obliga a un equipo de filtrado y cuidados minuciosos. ■ Posibilidad de automatización total. ■ Permite la aplicación de abonos en el agua de riego, adaptándose a las necesidades del cultivo (fertirriga- ción). ■ Posibilita el control total sobre el suministro hídrico de las plantas. Esto permite provocar estrés o garanti- zar una humedad óptima en los momentos del ciclo del cultivo que se desee. ■ Ahorra agua respecto a otros tipos de riego. El posible ahorro deriva de dos aspectos: el primero es la elimi- nación de pérdidas durante el transporte del agua, al llegar ésta mediante tuberías hasta la propia planta, y el segundo es la reducción de la evaporación directa del suelo al mojarse sólo una parte del terrero. Esta úl- tima fuente de ahorro puede llegar a desaparecer cuan- do el número de goteros es tal que se llega a humede- cer toda la superficie del suelo. De entre todos los sistemas de riego, son las instalacio- nes de riego por goteo bien diseñadas las que permiten lograr las mayores uniformidades y eficiencias de riego. UD 2. Técnicas de riego 13 Figura 2.12. Riego por goteo en viña Figura 2.13. Cultivo de melón en riego por goteo Figura 2.11. Tipos de goteros
  • 15. Sin duda alguna, hoy en día el riego por goteo es consi- derado como el mejor sistema para regar cultivos leñosos per- manentes y para cultivos hortícolas de alto valor (figuras 2.12 y 2.13). Sin embargo, su implantación en grandes superficies de cultivos herbáceos extensivos topa con inconvenientes de tipo económico y práctico; básicamente, su coste poco competiti- vo y la necesidad de poner y quitar las tuberías portagoteros todos los años (figura 2.14). UD 2. Técnicas de riego 14 Figura 2.14. Maíz regado por goteo
  • 16. 1. Concepto de buenas prácticas agrarias De manera formal, se entiende por buenas prácticas agra- rias aquellas que realiza un agricultor responsable en su ex- plotación y que incluyen el cumplimiento de los requisitos ambientales recogidos expresamente en el Anexo 1 del Real Decreto 4/2001. Esta normativa se ha promulgado para inten- tar corregir los problemas de carácter agroambiental que sur- gen en las explotaciones agropecuarias, como por ejemplo: ■ Conservación del suelo y lucha contra la erosión. ■ Optimización de los consumos energéticos. ■ Utilización eficiente del agua. ■ Conservación de la diversidad biológica. ■ Racionalización del uso de fitosanitarios, fertilizantes y medicamentos. ■ Reducción de cualquier tipo de contaminación deriva- da de la actividad agropecuaria. 2. Buenas prácticas de riego Atendiendo exclusivamente a la práctica del riego, se en- tiende por buena práctica un manejo tal de los recursos impli- cados (agua, suelo y cultivo) que permite la perduración de éstos en el tiempo en suficiente cantidad y calidad. Para con- seguirlo hay que cubrir los siguientes objetivos: ■ Planificar los cultivos en función de las asignaciones de recursos hídricos renovables. ■ Conocer las características del suelo en relación con el agua (capacidad de campo, velocidad de infiltración…). ■ Conocer la calidad del agua de riego (salinidad, conta- minantes…). ■ Adecuar los riegos a las necesidades reales de los cul- tivos. ■ Garantizar la máxima eficiencia de aplicación, evitan- do pérdidas en el transporte y regando en condiciones ambientales óptimas. A la hora de regar se debería seguir un proceso lógico de toma de decisiones, tendente a asegurar que se aplica una can- tidad de agua lo más ajustada posible para cubrir las necesida- des del cultivo en función de las limitaciones de la instalación de riego. 2.1. Cálculo de las necesidades Como se verá en la Unidad Didáctica 4, existen distintos métodos para estimar las necesidades de agua de un cultivo. Diversos organismos oficiales y entidades privadas suminis- 3. Buenas prácticas en el riego 15 Figura 3.2. Página web del SIAR con el resumen semanal de necesidades Unidad Didáctica Figura 3.1. Estación agroclimática
  • 17. tran esta información adaptada al ámbito territorial más pró- ximo a la parcela de riego (figura 3.1). Para comenzar la planificación de un período de riego el regante debe conocer la previsión de necesidades del cultivo para un determinado período de tiempo. Por ejemplo, el Servicio de Asesoramiento al Regante (SIAR) de Castilla-La Mancha prevé que en la comarca de Manzanares el maíz ne- cesitará 45 l/m2 (mm) durante la primera semana de agosto (fi- gura 3.2). 2.2. Dosis y frecuencia de riego Con el dato anterior, el regante debe calcular si su insta- lación de riego puede suministrar ese volumen de agua a toda la parcela de cultivo, determinando cuántas veces regar en esa semana y cuánto tiempo debería durar cada riego. Todo ello considerando algunas restricciones como: 1. La capacidad máxima del suelo para almacenar agua. Si se suministra todo el agua de una vez, parte puede percolar a capas profundas y escapar del alcance del cultivo. Por ejemplo, si se trata de un suelo franco con una capacidad de campo de 300 l/m3 y una profundidad útil de 0,4 m, su ca- pacidad de campo real será de 120 l/m2 (mm). Al comenzar la semana su contenido en agua es de 107 mm, por tanto, el pri- mer riego no debería ser mayor de 13 mm. 2. El nivel de humedad del suelo por debajo del cual no se debe bajar para que el cultivo no comience a padecer. Así, si el maíz está en grano lechoso, un estado muy sensible, la humedad debe mantenerse por encima del 75% del agua útil, esto es, por encima de 107 mm. Por debajo de este valor se debe comenzar a regar de inmediato. 3. La capacidad del sistema de riego. La instalación de riego es una cobertura fija de aspersión, capaz de producir una precipitación de 6 mm/h. Para poder aplicar un máximo de 13 mm son necesarias 2 horas de riego. 4. Procurar dar riegos frecuentes. Así, para aplicar 45 mm en riegos de 12 mm (2 horas) son necesarios 4 riegos (tres de 2 horas y uno de 1,5 horas). Se riega un día sí y otro no con riegos de 2 horas. 2.3. Condiciones de aplicación Aunque la capacidad de las instalaciones de riego es li- mitada, en época de máximas necesidades y con parcelas grandes son necesarias muchas horas de funcionamiento para regar. Una vez conocida la fecha y duración de los riegos, se debe procurar efectuarlos cuando las condiciones ambientales sean lo más favorables posible y cuando el coste energético sea menor, teniendo en consideración: ■ En el caso de energía eléctrica, regar en horas valle o llano. ■ En riego por aspersión y pívot la eficiencia de aplica- ción y la uniformidad disminuyen si se riega con fuer- tes vientos y alta insolación. Por tanto, hay que inten- tar no regar durante las horas centrales del día. En las zonas de vientos frecuentes, y para un mismo volumen de agua aplicado, se consigue una mejor uniformidad si se disminuye el caudal del aspersor y se incrementa el tiempo de riego (más horas por postura para la as- persión y velocidades de giro más lentas para los pí- vots) (figura 3.3). ■ Las lluvias superiores a 4-5 mm deberán descontarse de los riegos pendientes. UD 3. Buenas prácticas en el riego 16 Figura 3.3. Aspersores regando con viento Figura 3.4. Escorrentía en un pívot
  • 18. ■ El aporte instantáneo de agua no debe superar la capa- cidad de infiltración del suelo (figura 3.4). 2.4. Cuaderno de registro de riego Aunque la metodología de riego tratada en los apartados anteriores pueda parecer engorrosa y compleja, una vez pues- ta en práctica se convierte en mera rutina. Para ello, se puede contar con el asesoramiento de técnicos privados y organis- mos oficiales como el ya mencionado SIAR de Castilla-La Mancha. A nivel de regante, ayuda mucho llevar al día un cuader- no de riego, que no es más que un estadillo donde se anota de forma sistemática, por fechas, toda la información relevante sobre el riego de una parcela (figura 3.5): ■ Características del suelo: profundidad útil para las raíces, velocidad de infiltración, capacidad de campo, punto de marchitez y agua útil. ■ Estado fenológico del cultivo: Siembra, nascencia, 2 hojas, 3 hojas, espigado, floración, grano lechoso, ma- duración, cosecha, etc. ■ Niveles de humedad a mantener en el suelo. ■ Necesidades hídricas previstas obtenidas de las fuentes de asesoramiento. ■ Previsión de riegos: fecha, hora y duración. ■ Riegos efectuados: por si hay variaciones sobre lo previsto. ■ Precipitaciones. ■ Observaciones: incidencias, averías, operaciones de mantenimiento de la instalación, etc. 3. Mantenimiento de instalaciones Todo el cuidado e interés puesto en planificar los riegos y efectuarlos en las mejores condiciones posibles va a depen- der, en última instancia, del correcto funcionamiento de la ins- talación. No riega mejor la instalación más cara, sino la mejor cuidada. La única norma imprescindible para el mantenimiento de una instalación de riego es el sentido común. Se ha de crear el hábito de cuidar los detalles, lo que a la postre supondrá una mayor comodidad en el trabajo y la satisfacción de saber que no se está desperdiciando un recurso tan escaso como es el agua. Además de las peculiaridades propias de cada sistema de riego y de las normas básicas de seguridad en el trabajo, una lista de mínimos para un buen mantenimiento sería: 1. No tolerar la más mínima fuga en las tuberías y aco- ples (figura 3.6). 2. Limpieza de los elementos de filtrado. Además de la obturación de los emisores, una deficiente limpieza de fil- tros implica pérdida de presión en la red de riego y, por tanto, variaciones imprevistas del caudal. UD 3. Buenas prácticas en el riego 17 Figura 3.5. Modelo de registro de riegos CUADERNO DE REGISTRO DE RIEGOS N.° Polígono.......................................................................................... Año......................... N.° Parcela............................................................................................................................ Datos del Cultivo Cultivo ................................................................................................................................... Fecha de siembra.................................................................................................................. Fecha de cosecha.................................................................................................................. Método de riego .................................................................................................................... Datos del suelo Profundidad........................................................................................................................... Capacidad de campo............................................................................................................. PMP....................................................................................................................................... Agua útil................................................................................................................................ Pronóstico de riego Mes Frecuencia N.° riegos Datos meteorológicos (días) /día Temperatura Precipitación Viento (media del mes) (mm) (N.° días) .............................................................................................................................................. .............................................................................................................................................. .............................................................................................................................................. .............................................................................................................................................. .............................................................................................................................................. Observaciones ..................................................................................................................... .............................................................................................................................................. .............................................................................................................................................. .............................................................................................................................................. Figura 3.6. Fuga de agua en acople
  • 19. UD 3. Buenas prácticas en el riego 18 3. Correcto funcionamiento de los manómetros. La instalación debe funcionar a la presión para la que ha sido di- señada, de ello va a depender la eficiencia y la uniformidad del riego (figura 3.7). 4. Limpieza de los emisores: los goteros se limpiarán periódicamente mediante la inyección en el agua de riego de ácido. Los aspersores y toberas de pívots se limpiarán indivi- dualmente cuando se aprecien irregularidades en los chorros, empleando siempre elementos blandos para las boquillas, con el objetivo de no dañar su forma ni alterar su tamaño (figura 3.8). 5. Cuando haya que cambiar un emisor, se reempla- zará siempre por otro de idénticas características. No se mez- clarán emisores de distinto tipo en la misma instalación, para poder calcular constantemente el riego y su uniformidad. Figura 3.7. Conservación deficiente de una instalación Figura 3.8. Emisor de aspersión obstruido
  • 20. A la hora de regar, cualquier regante se enfrenta con una doble incógnita: cuándo y cuánto regar. Estos interrogantes se han resuelto tradicionalmente en base a la experiencia del pro- pio agricultor. Pero teniendo en cuenta que el agua es un re- curso cada vez más caro y más escaso, y que, por tanto, hay que procurar la máxima eficiencia en su empleo, no es admi- sible que decisiones tan importantes se tomen intuitivamente. Máxime cuando existen metodologías, sobradamente contras- tadas, para suministrar a los cultivos la cantidad de agua que exactamente necesitan. 1. Introducción a los métodos existentes 1.1. Métodos indirectos Se denomina evapotranspiración al agua que, desde el suelo, pasa a la atmósfera transformándose en vapor. La eva- potranspiración tiene un doble componente: 1. Evaporación directa del agua contenida en el suelo, como consecuencia de la energía solar que incide so- bre él. 2. Agua procedente de la transpiración de las plantas, fruto de su actividad y de las condiciones ambienta- les. La cantidad de agua que se pierde desde el suelo median- te evapotranspiración se mide en mm o l/m2 . Si se conociera la evapotranspiración diaria de un suelo donde está estableci- do un cultivo, se sabría el agua que habría que restituir me- diante el riego para mantener el equilibrio de humedad en el suelo, de tal forma que las raíces de las plantas continuasen te- niendo agua disponible. Para conocer la evapotranspiración de un cultivo, los in- vestigadores utilizan unos dispositivos denominados lisíme- tros. Un lisímetro es, en esencia, un contenedor de tierra de grandes dimensiones, donde se simulan las condiciones de cultivo. Este contenedor está montado sobre un sistema de pe- sada que registra las más mínimas variaciones de peso. Controlando exactamente el peso del agua que se aporta en forma de riego se obtiene por diferencia la pérdida de peso diaria, que corresponde a la pérdida de agua por evapotrans- piración. Lógicamente, la metodología de trabajo con lisímetros es sólo propia de centros de investigación. Por eso, se ha busca- do una forma de relacionar la información procedente de los lisímetros con datos meteorológicos, tales como: temperatura, radiación solar, viento, humedad relativa, etc., que son los que influyen directamente para que la evapotranspiración sea ma- yor o menor. Así, se han desarrollado distintas fórmulas ma- temáticas, conocidas por los nombres de los científicos que las pusieron a punto: Blaney Criddle, cubeta evaporimétrica clase A, Hargreaves, Penman-Monteith, etc. La de uso más generalizado en Castilla-La Mancha es la de Penman- Monteih. Todas estas fórmulas permiten calcular la denominada evapotranspiración de referencia (ETo). Esta sería la pérdida de agua de un suelo cubierto por una pradera extensa de gra- míneas en crecimiento activo, sombreando totalmente el sue- lo, segada a una altura de 8 a 15 cm y con un suministro de agua constante. Para relacionar la evapotranspiración de referencia (ETo) con la evapotranspiración real de un cultivo concreto (ETc) se emplean los denominados coeficientes de cultivo (kc). Estos coeficientes son un número calculado por los investigadores, de tal forma que se cumple la relación: ETc = kc x ETo Los coeficientes de cultivo dependen del tipo de cultivo y del grado de desarrollo que tenga, puesto que no transpiran la misma cantidad de agua una planta de girasol que una de maíz, o que en un maizal recién sembrado la evaporación di- recta desde el suelo sea importante, pero en cuanto el maíz cu- bre el suelo ésta sea prácticamente nula (figura 4.1). Para ilustrar lo que puede ser la evapotrasnpiración dia- ria en la zona de La Mancha, en la tabla 4.1 se ponen algunos ejemplos. Conocidos estos valores diarios de pérdida de humedad del suelo, ya se puede contar con una primera orientación de la cantidad mínima de agua que hay que reponer mediante el riego. 4. Asesoramiento en el riego 19 Unidad Didáctica Figura 4.1. Coeficientes de cultivo (maíz)
  • 21. 1.2. Métodos directos Además de la metodología para el cálculo de la evapo- transpiración de los distintos cultivos se ha desarrollado una amplia variedad de sensores que permiten medir el contenido de humedad en el suelo. La instalación de alguno de estos sen- sores en una parcela concreta posibilita la decisión de comen- zar a regar cuando el contenido de humedad del suelo alcan- ce un valor determinado y, del mismo modo, interrumpir el riego cuando se llegue a otro valor o se supere la capacidad de almacenamiento de agua de ese suelo. Estos equipos de medida permiten un control más minu- cioso y ajustado de las necesidades reales de agua de los cul- tivos. Pero, por otro lado, obligan a dedicar tiempo a la reco- gida y análisis de datos y a cierta especialización en el manejo. De entre los equipos de medida más habituales, cabe des- tacar: ■ Tensiómetros. Son dispositivos diseñados para esti- mar la presión de succión necesaria para extraer agua del sue- lo. Esta presión aumenta a medida que disminuye el conteni- do de humedad. Un tensiómetro no mide el contenido de humedad del suelo, sino que da una idea del esfuerzo que debe realizar la planta. Los tensiómetros sólo funcionan bien en los suelos de textura media o ligera (no en los arcillosos) y para contenidos de humedad del suelo no demasiado bajos. La escala gradua- da de un tensiómetro indica un valor de presión expresado en centibares, y estos valores se interpretan de acuerdo a los cri- terios recogidos en la tabla 4.2. ■ Bloques de yeso. Son piezas de diversos materiales, fundamentalmente yeso, que llevan dos electrodos por los que se hace circular una corriente eléctrica. Esta corriente circula más fácilmente cuanto más húmedo esté el suelo. Al igual que los tensiómetros, los bloques de yeso no mi- den directamente el contenido de humedad, sino que dan una lectura que se relaciona con él, por eso para su interpretación es necesario utilizar las tablas proporcionadas por los fabri- cantes. ■ Sensores TDR y FDR. Estos tipos de sensores se ba- san en el efecto que el contenido de humedad tiene en las pro- piedades del suelo, desde el punto de vista de su capacidad para trasmitir distintos tipos de radiaciones electromagnéti- cas. Son aparatos electrónicamente muy complejos y, al con- trario que los tensiómetros y los bloques de yeso, sí propor- cionan un valor del contenido real de humedad del suelo. Su mayor virtud es que se puede automatizar la toma de datos y obtener un gráfico que representa cómo ha evolucio- nado el contenido de humedad del suelo a lo largo del tiempo (figura 4.2). El valor de la información que suministran estos equipos de medida es siempre relativo y debe interpretarse sin olvidar las siguientes consideraciones: ■ Los sensores sólo hacen mediciones en un volumen muy limitado del suelo. UD 4. Asesoramiento en el riego 20 Tabla 4.2. Criterios para interpretar las lecturas de un tensiómetro 0 a 10 cb Suelo saturado de agua: detener el riego 10 a 20 cb Suelo a capacidad de campo 30 cb Suelos arenosos: iniciar el riego 50 cb Suelos de textura media: iniciar el riego 60 cb Suelos arcillosos: iniciar el riego Más de 70 cb El nivel de humedad del suelo es lo suficientemente bajo como para que las plantas sufran estrés Lecturas Indicaciones Figura 4.2. Curva de humedad Tabla 4.1. Valores de evapotranspiración diaria para distintos cultivos en La Mancha Datos de 2004. Alfalfa 31 de marzo 0,86 Alfalfa 31 de julio 6,90 Cebada 31 de marzo 1,39 Cebada 31 de mayo 4,30 Cebolla 31 de marzo 0,95 Cebolla 31 de julio 7,70 Maíz 30 de abril 1,60 Maíz 31 de julio 8,50 Melón 31 de mayo 0,90 Melón 31 de julio 7,30 Remolacha 31 de marzo 0,86 Remolacha 31 de julio 8,10 Viña 31 de marzo 0,19 Viña 31 de julio 2,30 Cultivo Fecha Evotranspiración diaria (mm)
  • 22. ■ Deben instalarse en una zona representativa de la par- cela, tanto por el tipo de suelo como por el desarrollo del cultivo y a las profundidades donde haya actividad de las raíces. ■ Debe cuidarse que el área donde estén los equipos de medida no se vea afectada por fugas de la instalación de riego ni por escorrentías. ■ Cuantos más puntos de medida haya mejor. ■ Para evitar errores, es aconsejable manejar la informa- ción de los sensores de forma simultánea a los datos de evapotranspiración. 2. Servicios de asesoramiento al regante Las tareas necesarias para el adecuado cálculo de la eva- potranspiración, el seguimiento de los estados fenológicos de los cultivos, el mantenimiento de las estaciones climáticas, la asignación de coeficientes de cultivo, el manejo de los apara- tos de medida de la humedad del suelo, etc., escapan a las po- sibilidades financieras y de tiempo de la mayoría de los re- gantes. Por eso, las Administraciones públicas han creado organismos especializados para poner al alcance de los agri- cultores el dato final que precisan conocer para planificar sus riegos. En el caso de Castilla-La Mancha la responsabilidad de este servicio recae en el SIAR, que cuenta con una red de es- taciones climáticas distribuidas por las principales zonas agrí- colas de la región. Estas estaciones recogen de forma automá- tica los datos meteorológicos que son enviados a un ordenador central. A su vez, el personal del SIAR supervisa el desarrollo de los cultivos en las distintas zonas de regadío para poder asignar los coeficientes de cultivo de la manera más precisa posible. Con toda esta información se calcula la evapotranspiración de los principales cultivos de riego en las condiciones agroclimáticas de las diferentes comarcas caste- llano-manchegas. Estos datos se publican con carácter sema- nal (figura 4.4). Los datos de este tipo de servicios suelen ser accesibles vía teléfono, internet y prensa, e incluso se puede solicitar el envío personalizado por fax a cooperativas y comunidades de regantes. La información que proporcionan los servicios como el SIAR permite, de forma sencilla, realizar una previsión de los riegos. A modo de ejemplo, se seguiría un proceso como el si- guiente: ■ Cultivo: maíz. ■ Semana pasada: 2 al 8 de julio. ■ Semana para la que se planifican los riegos: 9 al 15 de julio. ■ Información obtenida del SIAR: ■ ■■ Evapotranspiración o agua consumida por el maíz durante la semana pasada: 49,8 mm. ■ ■■ Previsión de consumo para la semana siguiente: 50 mm. Algunos servicios de asesoramiento realizan esta estimación en función de sus datos históricos. Si el servicio en cuestión no da esta información se puede usar como dato aproximado el consumo de la semana anterior, en este caso 49,8 mm. ■ Información que debe conocer el regante: ■ ■■ Capacidad del sistema de riego: aspersión 6 mm/h; pívot: 10 mm al 80% de velocidad. UD 4. Asesoramiento en el riego 21 Figura 4.4. Aspecto de la página web del SIAR, donde se recogen las necesidades de agua de distintos cultivos en la zona de Manzanares (CR) para una semana del mes de julioFigura 4.3. Sensor FDR
  • 23. ■ Premisas de cálculo: ■ ■■ No aportar todo el agua en un único riego, fraccio- narlo tantas veces como permita la instalación y la disponibilidad de agua. ■ ■■ En caso de lluvia, descontar de la cantidad de agua prevista en forma de riego el 70% de la precipita- ción. ■ Para el ejemplo en cuestión, se puede regar de la si- guiente forma: ■ Necesidades del maíz del 9 al 15 de julio 50 mm: ■ ■■ Sin lluvias. ■ ■ – Aspersión: número total de horas de riego 8,3; se pueden dar tres riegos de 2,8 h cada uno o cuatro de 2,1 h. ■ ■ – Pívot: 5 vueltas al 80%. ■ ■■ Durante la semana caen 10 mm de agua en forma de lluvia. En este caso el agua a aportar mediante rie- go sería 50 – (10 x 0,7) = 43 mm. ■ ■ – Aspersión: número de horas de riego 7,2; tres rie- gos de 2,4 h o cuatro de 1,8 h. ■ ■■ – Pívot: 4 vueltas al 80%. Lógicamente, todas las cifras anteriores se refieren a ne- cesidades netas, que en función de la eficiencia de aplicación y de la uniformidad de riego de la instalación habría que in- crementar ligeramente. No obstante, y salvo instalaciones y condiciones de riego realmente malas, la mayoría de los usua- rios de estos servicios las consideran como necesidades bru- tas. Con lo cual, con un simple vistazo semanal a los datos de necesidades de agua de los cultivos se sabe en todo momento la cantidad de agua que debe aportarse mediante el riego la se- mana siguiente. Los servicios de asesoramiento de riego, además de in- formar de las necesidades de agua de los cultivos, también suelen prestar ayuda a los regantes para evaluar la calidad de instalación y mejorar así la uniformidad y eficiencia de riego. 3. Creación de un servicio propio de ámbito local (cooperativa o comunidad de regantes) La calidad de la información agroclimática y la consis- tencia de las recomendaciones de riego aumentan proporcio- nalmente con la proximidad al usuario final. Por ello, resulta muy interesante que cualquier organización de agricultores (ATRIA, SAT, cooperativa, comunidad de regantes, grupos informales…) se plantee la posibilidad de contar con un ser- vicio de asesoramiento propio. Hoy en día, la tecnología dis- ponible facilita enormemente esta tarea. Además, existen líne- as de ayuda que pueden aplicarse a la financiación de los equipos y al personal necesario. De forma breve, el equipamiento básico de un servicio de este tipo sería: ■ Estación climática instalada en una zona representati- va del área de riego. La estación debe funcionar de forma au- tomática y enviar la información de forma remota por radio o módem GSM. ■ Ordenador y programa informático para el manejo de los datos climáticos y el cálculo de la evapotranspiración. ■ Técnico responsable del servicio, con las siguientes tareas: ■ ■■ Seguimiento fenológico de los cultivos. UD 4. Asesoramiento en el riego 22 Figura 4.5. Colocación de tubos de goteo Figura 4.6. Mazorca
  • 24. ■ ■■ Manejo de los equipos y cálculo de las recomenda- ciones de riego. ■ ■■ Supervisión de las instalaciones de riego para de- tectar puntos de mejora. ■ ■■ Formación de los regantes en todo lo relativo a las relaciones hídricas suelo-planta y al manejo del rie- go. ■ ■■ Asesoramiento para el cumplimiento de los trámi- tes administrativos y legales relacionados con el uso del agua. ■ Adicionalmente, y como complemento, se podría con- tar con equipos de medida de la humedad del suelo. Deberán estar bien instalados y de forma permanente en parcelas pilo- to o portátiles para realizar comprobaciones en las parcelas de los regantes. ■ Sistema de comunicación de las recomendaciones de riego: desde el tablón de anuncios de la cooperativa a llama- das personales, fax o mensajes SMS. En este sentido, el proyecto Life HAGAR, encuadrado dentro de unos objetivos ambientales más ambiciosos, des- arrolla en el ámbito de los acuíferos 23 y 24 una metodología de trabajo que pretende servir como modelo, junto con la puesta a punto de aplicaciones informáticas específicas, para facilitar la creación de servicios de asesoramiento de riego y de autogestión de los recursos hídricos por parte de los pro- pios regantes. UD 4. Asesoramiento en el riego 23 Figura 4.7. Cultivo de cebolla
  • 25. 1. Mecanismos de control de variables que inciden en las necesidades de riego: clima-suelo-planta La novedosa tecnología que se está aplicando actualmen- te se basa en la unión de diversos equipos de medición del es- tado hídrico de las plantas y del suelo, para que puedan obser- varse, en tiempo real, las necesidades hídricas de los cultivos, todo ello combinado con nuevos métodos de riego. A conti- nuación se citan algunos ejemplos de aplicación: ■ Experiencia en Lepe (Huelva). Consistió en la utili- zación de la información en tiempo real para controlar el es- tado hídrico y mejorar la gestión del riego en una plantación de cítricos. Se adoptaron las decisiones de riego en función del árbol y de las condiciones del entorno. Se midieron di- versos parámetros, como variaciones del diámetro del tronco o la humedad del suelo (tensiómetros con sondas Water- mark), que se transmitían a un centro de recogida de datos vía radio. ■ Experiencia de manejo del riego en condiciones de restricciones de agua, desarrollada por el Instituto de Investigaciones Agropecuarias (Centro Regional de Investigación La Platina) y de la Oficina de Estudios y Políticas Agrarias de Chile. ■ Proyecto Life HAGAR (se detalla en el apartado 3). 2. Utilización de imágenes satélite Otro campo en el que se producen grandes avances es en la tecnología de los satélites y su aplicación agrícola. Los sa- télites permiten hasta una resolución espacial de 15-30 m, ne- cesaria para la tarea del Servicio de Asesoramiento al Regante. Recientemente se han lanzado otros satélites en los que la resolución espacial se sitúa entre 1-5 m, que podrán ser utilizados en casos de agricultura muy intensiva y con parcelas de pequeño tamaño. Los satélites de alta resolución toman imágenes de la misma zona cada 14-25 días. La com- binación de una serie de imágenes proporcionadas por varios satélites permite seguir adecuadamente todo el ciclo de un cultivo. Un ejemplo de esta tecnología se está desarrollando en el proyecto Life HAGAR y en el proyecto ASAJA-CSIC para seguimiento de parcelas de algodón en Andalucía. 3. Herramientas del proyecto Life HAGAR 3.1. Sistema de Asesoramiento en Riego En el proyecto Life HAGAR se ha creado un prototipo que permite desarrollar un sistema para la captación de datos agronómicos y la obtención de información del estado hídri- co de la atmósfera, el suelo y la planta. Consta de un software comercial para gestión de datos agronómicos que obtiene la información mediante diversos sensores (humedad en el suelo, volumen de riego, climatolo- gía, retención hídrica de las hojas, caudal de los contadores de agua y variación de la hidratación de las plantas) con el que se elaboran gráficas y estadísticas que se actualizan cada 15 mi- 5. Nuevas tecnologías 24 Unidad Didáctica Figura 5.1. Imágenes de satélite en La Mancha
  • 26. nutos. Los datos se transmiten de forma constante desde el campo hasta la oficina mediante emisores-repetidores de ra- dio, que permiten cubrir ampliamente el territorio. Este sistema posibilita la toma de decisiones de riego instantáneas gracias a que el conocimiento en cada momento de las condiciones de humedad de la planta, el suelo y el cli- ma permiten detectar situaciones de estrés, asfixia por sobre- saturación, o bien planificar condiciones del riego enfocadas a la consecución de objetivos agronómicos de calidad, pro- ductividad y salud de las plantas. En el proyecto Life HAGAR se ha realizado un segui- miento de los cultivos a lo largo de dos ciclos anuales de cul- tivo (campañas 2003 y 2004). ■ Durante el primero se registraron los datos recogidos por los sensores de campo y se observó el comportamiento hí- drico natural del suelo y de las plantas en función del riego y la climatología. Se analizaron las decisiones de riego tomadas libremente por los agricultores. Se estudiaron la relación en- tre el clima, la planta y el suelo de cada cultivo con la salud de las plantas, sus plagas, enfermedades y los tratamientos da- dos a los cultivos por los agricultores. Toda esta experiencia sirvió para reorientar el asesoramiento del riego apoyado en una programación del sistema de control de riego durante la segunda fase de los cultivos, que permita detectar o adelantar- se a las condiciones de estrés o pérdida de agua por percola- ción. ■ En una segunda fase de cultivos el sistema de asesora- miento en riego se programó para ajustar las necesidades de las plantas en función del tipo de cultivo, el estado fenológi- co, el estado de humedad del suelo y, en su caso, de la hidra- tación de las plantas. Se trató de ajustar el consumo a las ne- cesidades estrictas de la planta sin afectar a su salud y a la productividad del cultivo o su calidad. Se consigue con ello un ahorro de agua que se evaluará y analizará en su viabilidad agronómica, productiva y económica. Este sistema de gestión de la demanda de riego es real- mente eficaz, como se ha podido comprobar tanto en numero- sas experiencias como en su aplicación práctica por numero- sos agricultores de regadío en la actualidad. UD 5. Nuevas tecnologías 25 Figura 5.2. Radiotransmisor y placa fotovoltaica Figura 5.3. Medidor del grosor del tallo (dendrómetro) Figura 5.4. Contador de agua conectado al radiotransmisor
  • 27. 3.2. Herramienta de autogestión para comunidades de regantes El objetivo es facilitar a las comunidades de regantes la gestión compartida de la información de los usuarios. Consta de los siguientes elementos: ■ Un módulo de registro de información comunitaria con posibilidad de actualización. ■ Un sistema de gestión de la información comunitaria basado en un Sistema de Información Geográfica (SIG). El módulo de registro permite introducir, compartir y manejar información de los agricultores y las condiciones agronómicas de los cultivos, con el objetivo de conseguir una eficiente gestión del riego y otros insumos en el ámbito de las comunidades de regantes, así como hacer previsiones de con- sumo de agua y otros productos. El SIG permite el manejo y la visualización de datos ca- tastrales y cartográficos, así como de distintos tipos de imáge- nes y de bases de datos, además de posibilitar la integración de los datos procedentes del sistema de asesoramiento para riegos del proyecto HAGAR. La herramienta de autogestión permite combinar esta información con los datos proporciona- dos por los regantes, con el objetivo de prever posibles esce- narios de consumo de agua con anticipación y mejorar la ges- tión, la calidad y la productividad. La herramienta de autogestión permitirá la realización de operaciones como: ■ Comparación de datos catastrales con los reales, ob- servación de parcelas en cultivo, búsqueda de parcelas por titular y medición de superficies. ■ Modificación de la cartografía de expedientes en caso de la localización de imprecisiones, con realización de informes al respecto. ■ Almacenamiento de datos auxiliares (títulos de pro- piedad escaneados...) con los datos gráficos y alfanu- méricos de cada explotación. ■ Previsión del consumo de agua y otros insumos. UD 5. Nuevas tecnologías 26 Figura 5.5. Medidor de riego en melón Figura 5.7. Herramienta de autogestión Figura 5.6. Sensor FDR y medidor de riego en maizal
  • 28. 1. Nuevos retos de la PAC: calidad y medio ambiente La PAC se creó en los años 60, cuando Europa era defi- citaria en gran número de alimentos. Por ello, esta política co- mún se dirigió a resolver esta situación así como a igualar la renta agrícola a la renta urbana y suministrar productos agra- rios al consumidor a precios razonables, apoyando los precios y las rentas agrarias mediante operaciones de intervención y sistemas de protección fronteriza. Con esta política, la UE se convirtió en el primer importador y el segundo exportador más importante de productos agrícolas del mundo. De los objetivos anteriores sólo el de evitar la falta de ali- mentos ha sido sobradamente conseguido. No así los dos si- guientes, pues si bien las rentas agrarias han aumentado, ha sido debido a la desaparición de la mayoría de las explotacio- nes. En cuanto al precio de los productos agrarios, ha salido más beneficiada la industria agroalimentaria. A lo largo de su historia, la PAC ha sufrido diversos cam- bios. Con el tiempo, se centró en la disminución de los precios y la concesión de ayudas compensatorias a los productores para acabar en la reforma actual. Cuando la Comunidad Europea empezó a tener grandes excedentes de productos agrícolas, comenzaron a verse los fallos del sistema, entre otros las tensiones en las relaciones con terceros países. Ante esta situación había ya un acuerdo general en torno a la nece- sidad de una reforma, la cual a su vez está muy relacionada con las normas que la Organización Mundial de Comercio es- tablece con el fin de lograr un comercio mundial más justo para todos. Los nuevos retos a los que se enfrenta la PAC son los si- guientes: ■ Excedentes en el mercado agrícola mundial, con lo que los agricultores verían bajar los precios de sus productos. ■ Con las distintas ampliaciones de la UE, la gestión de la PAC se ha ido haciendo más y más compleja, siendo nece- sario plantearse nuevos y más simples criterios y mecanismos de control, sobre todo de cara a la ampliación a los países del Este, cuyas economías se apoyan fundamentalmente en el sec- tor agrario. ■ Uno de los principales objetivos comunitarios es man- tener las zonas rurales, para lo cual, además de lograr una di- versificación de la economía rural (favoreciendo la creación de pequeñas y medianas empresas, y promoviendo el uso de las nuevas tecnologías), es indispensable una agricultura com- petitiva y sostenible. Para esto, será necesario garantizar que el gasto agrícola contribuya más de lo que lo ha hecho hasta ahora a necesidades como la protección de la naturaleza o el apoyo a los jóvenes agricultores. 6. Los nuevos retos de la PAC 27 Unidad Didáctica Figura 6.3. Melón Figura 6.1. Uva Figura 6.2. Cebolla
  • 29. Para afrontar estos retos, en la nueva reforma de la PAC se proponen instrumentos como la trazabilidad, la condiciona- lidad o la denominación de calidad, cobrando más importan- cia las medidas agroambientales. Todo ello como respuesta a las nuevas demandas de la sociedad. Los consumidores están cada vez más concienciados con el cuidado del medio ambiente y de su salud y de cómo los ali- mentos que consumen pueden influir en ambos aspectos. Es decir, el consumidor quiere saber cómo se han obtenido los alimentos y exige alimentos de calidad, sanos y seguros, así como que sean producidos de forma ética y respetuosa con el medio ambiente y el bienestar de los animales. 1.1. Trazabilidad La trazabilidad, obligatoria a partir de enero de 2005 para todos los productores, es el mecanismo por el cual la UE obliga a que todos los alimentos —además de incorporar en las etiquetas la fecha de envasado, caducidad y composi- ción— contengan la información mínima que certifique todos los pasos seguidos en su procesamiento y obtención, al igual que su origen. Es razonable que, ya que parte de los ingresos de los agricultores y ganaderos proviene de subvenciones de la UE pagadas por todos los ciudadanos, éstos tengan el derecho de conocer de dónde proceden los alimentos que compran. Además, la trazabilidad supone un beneficio importantísimo para los agricultores, pues los consumidores conocen la pro- cedencia de los alimentos, cómo se han obtenido, etc., de for- ma que se establece una relación más estrecha con el consu- midor. 1.2. Ayudas desacopladas y condicionalidad El elemento clave de la actual reforma de la PAC es el es- tablecimiento de una ayuda única por explotación, indepen- diente del tipo de cosecha y volumen de la misma y, por lo tanto, independiente de la producción. La finalidad de esta ayuda desacoplada es la de compensar las rentas de los agri- cultores para que produzcan libremente en función de las al- ternativas y opciones del mercado. Dicha ayuda está condicionada al cumplimiento de cier- tas condiciones o prácticas relacionadas con el respeto al me- dio ambiente y las buenas prácticas agrarias, la llamada con- dicionalidad. Estos requisitos son: 1. Suelo ■ Prohibido el laboreo a favor de pendiente, en pendien- tes superiores al 10% (herbáceos) o 15% (leñosos). ■ Para herbáceos, no labrar desde el fin de cosecha has- ta el 1 de septiembre. ■ No arrancar leñosos de secano en pendientes de más del 15%. ■ Se establecen nuevos criterios de rotación de cultivos y cubiertas vegetales en áreas de elevado riesgo de erosión. 2. Materia orgánica ■ Prohibido quemar rastrojos, salvo excepciones fitosa- nitarias. ■ Eliminación de restos de poda y cosechas según nor- mativa. 3. Biodiversidad ■ Prohibido quemar y roturar pastos. ■ Mantener el arbolado de los pastos. UD 6. Los nuevos retos de la PAC 28 Figura 6.5. Cosecha de cebollas Figura 6.4. Cultivo de melón
  • 30. ■ Mantener mínima la carga ganadera de 0,1 UGM/ha en pastos permanentes. ■ Limpiar la vegetación no deseada, según criterio de las Comunidades Autónomas. ■ Prohibido alterar linderos y elementos estructurales de las explotaciones. ■ Instalar sistemas de medición de agua de riego en ex- plotaciones de regadío. ■ Prohibido usar fitosanitarios y fertilizantes sobre te- rrenos encharcados o con nieve. ■ Prohibido tirar vertidos incontrolados. ■ Utilizar fosas, estercoleros o balsas en explotaciones ganaderas de estabulación permanente o semiperma- nente. 1.3. Ayudas agroambientales Estas ayudas agrarias van destinadas a compensar a aquellos productores que realizan prácticas agrarias respetuo- sas con el medio ambiente y son distintas de los pagos direc- tos de la PAC. En Castilla-La Mancha están disponibles, para el año 2005, las siguientes ayudas agroambientales: ■ Girasol de secano. ■ Agricultura ecológica (para todos los cultivos excepto arroz y cítricos). ■ Plan de Compensación de Rentas en La Mancha Occidental y Campo de Montiel. ■ Razas autóctonas en peligro de extinción. 2. La política europea del agua y el regadío El consumo de agua para uso agrícola supera el 70% del consumo total nacional. La aparente mala gestión del agua en los regadíos españoles (grandes pérdidas de agua y uso en cul- tivos excedentarios) obliga a la aplicación de medidas para mejorar la eficiencia. Concretamente: ■ Políticas públicas de asignación del agua (reasigna- ción de recursos en función de su interés social). ■ Tarifación del agua (tasa cobrada por el Estado según las cantidades consumidas del recurso). ■ Introducción de mercados del agua (compra-venta de derechos de agua regulada por la Administración Hidráulica). Esta situación de economía del agua en España es com- partida por otros Estados de la UE. Por este motivo, las insti- tuciones de la Unión han decidido desarrollar una política co- mún en materia de gestión del agua. La Comisión Europea pidió que se estableciese un mar- co comunitario de actuación en el ámbito de la política de aguas (Directiva Marco de Agua, DMA). El texto aprobado incluye la obligatoriedad de recuperar íntegramente los costes del uso del agua. Son necesarias estas medidas de tarifación del agua para incentivar a los usuarios hacia el uso eficiente del recurso. De esta forma, el ahorro de agua conseguido po- dría redistribuirse entre otros usos, bien productivos, bien am- bientales (caudales ecológicos, etc.), según las preferencias de la sociedad. Se han realizado las siguientes propuestas sobre tarifas del agua: ■ Tarifa blanda. Serviría para incentivar ahorro de agua. El agricultor sólo tendría que pagar una parte del precio real del agua. UD 6. Los nuevos retos de la PAC 29 Figura 6.7. Remolacha Figura 6.6. Riego por aspersión móvil
  • 31. ■ Tarifa dura. El agricultor cargaría con los gastos ne- cesarios que conlleva el funcionamiento de los regadíos (pan- tanos, canales, coste ambiental, etc.). Este cálculo se ha reali- zado para pequeñas cuencas y para las diferentes comunidades de regantes. ■ Tarifa media. Intermedia entre las dos anteriores. Diversos estudios realizados para el caso español han puesto de manifiesto que el establecimiento de tarifas puede no estimular los cambios deseados en los usos del agua y, ade- más, provocar efectos no deseados, como: ■ Un mayor precio del agua podría traer consigo un cambio de cultivos y técnicas agrícolas que implican una me- nor renta agraria y reducción de empleo, ya que no hay que ol- vidar que los cultivos de regadío son más rentables e intensi- vos en trabajo que los de secano. ■ Del mismo modo, el desarrollo de un mercado del agua implicará en el futuro que las pequeñas explotaciones aún existentes tengan una traba más con la que competir con las grandes explotaciones, pues éstas disponen de mayores re- cursos. ■ Desde una perspectiva social, el uso racional del agua debería venir promovido por la mentalización y aplicación de técnicas de reducción del consumo, no exclusivamente vía ta- rifas. UD 6. Los nuevos retos de la PAC 30 Figura 6.8. Maíz Figura 6.9. Cebada
  • 32. Paginas de organismos oficiales Ministerio de Medio Ambiente: www.mma.es Ministerio de Agricultura: www.mapya.es Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha: www.jccm.es Instituto Nacional de Investigaciones Agrarias (INIA): www.inia.es Noticias sobre agricultura www.life-hagar.com www.agrodigital.com www.agroinformacion.com www.infoagro.com www.agroterra.com www.agricultura.com Otras Plan Hidrológico Nacional: www.mma.es/rec_hid/plan_hidro/ Portal del agua en Europa: www.europa.eu.int/index_es.htm Instituto Nacional de Meteorología: www.inm.es WWF/Adena: www.wwf.es • www.panda.org Páginas web de interés 31
  • 33.
  • 34. Un proyecto pionero que promueve el uso eficiente del agua en la agricultura mediante tecnologías innovadoras, con el fin de evitar la sobreexplotación de las aguas subterráneas y preservar así los humedales castellanomanchegos. Está financiado por fondos LIFE de la Unión Europea, siendo beneficiario Acciones Integradas de Desarrollo. WWF/Adena, APRODEL y el Colegio de Doctores y Licenciados de Castilla- La Mancha son sus socios, y está cofinanciado por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Confederación Hidrográfica del Guadiana y el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación.
  • 35. Consejería de Obras Públicas Consejería de Agricultura MINISTERIO DE AGRICULTURA, PESCA Y ALIMENTACIÓN MINISTERIO DE MEDIO AMBIENTE CONFEDERACIÓN HIDROGRÁFICA DEL GUADIANA Proyecto cofinanciado por: