Este documento discute cómo el sentido del humor puede influir positivamente en la dinámica de un grupo y cómo los facilitadores pueden aprovecharlo. Reconoce que el humor naturalmente surge en los grupos y puede hacer que las dinámicas sean más interesantes. También señala que el humor puede reducir las defensas, mejorar la comunicación y el sentido de pertenencia entre los miembros del grupo. El documento concluye resaltando la responsabilidad de los facilitadores de guiar el humor del grupo para que sea constructivo y ayude al logro de los objetivos.
1. El sentido del humor y las Dinámicas para grupos
En todos los grupos el sentido del humor es una circunstancia que se presenta en
forma natural y puede cambiar el proceso del grupo en el desarrollo de una
Dinámica. El sentido del humor puede convertir una dinámica es un proceso más
interesante e incluso emocionante.
Que se reconozca el sentido del humor y se le emplee como parte constructiva en el
proceso de un grupo, es uno de los secretos de los expertos en el manejo exitoso de
Dinámicas para grupos.
Al desarrollar y utilizar positivamente el sentido del humor existente en todo grupo,
el facilitador puede ejercer una importante influencia en las actitudes y la ejecución
de una Dinámica grupal.
Un sentido del humor positivo aumenta el goce de una actividad, reduce las defensas,
incrementa la disponibilidad, abre la comunicación y aumenta la sensación personal
de pertenencia. Obviamente, el sentido del humor no es una panacea para lograr el
éxito de una Dinámica; sin embargo, no reconocerlo y manejarlo influirá en la
forma en que trabaje el grupo, en la actitud de sus miembros y el modo de
funcionamiento general.
Los grupos que presenten patrones defensivos, no creativos e incluso hostiles, el
empleo del humor puede ser un ingrediente importante para cambiar el patrón no
constructivo o para reducir el desarrollo del mismo.
Los miembros de un grupo, sin haber nacido cómicos o sin ser particularmente
graciosos, tienen la capacidad de desarrollar un sentido del humor positivo, desde
sonrisas internas hasta carcajadas externas. La clavé esta en la habilidad para
planear ciertos acontecimientos que permitan que el humor tome forma y surja de la
vida progresiva del grupo, de su actividad y propósito. Si el grupo ha desarrollado
cierto grado de confianza, será más fácil explotar el humor, en virtud de que los
individuos serán menos tímidos, les será más fácil expresar sus sentimientos, serán
menos competitivos y, por tanto, capaces de participar más positivamente en una
experiencia grupal compartida.
Es paradójico que aunque a la mayoría de las personas les gusta divertirse y
disfrutar del humor, con mucha frecuencia se resistan a usarlo. Para muchas
personas, incluyendo a algunos facilitadores, el sentido del humor es equivalente a
ser tontos o a perder el tiempo. Quizá la mayor resistencia de las personas al uso del
humor es la sensación aprendida de que en la escuela y en el trabajo no son lugares
para divertirse y reír. Tienen la creencia de que para lograr el aprendizaje es
necesario trabajar duro y debe ser tratado en forma seria. El sentido del humor y la
diversión señalan la falta de seriedad, el mal uso del tiempo y la falta de atención a lo
que es realmente importante.
El sentido del humor no sólo se relaciona con la tontería, perder el tiempo y la
pereza, sino que también con mucha frecuencia se le considera una señal de
inmadurez.
2. Sabemos que el sentido del humor puede emplearse de manera eficaz para
desorientar a los individuos, para alejarlos de las situaciones potencialmente hostiles
y agresivas, y para minimizar un suceso negativo. Asimismo se puede utilizar como
medio de evitar el conflicto o la confrontación dentro del grupo. En contraste, los
miembros de un grupo pueden valerse del humor para lastimar o dañar a otros o
para reducir el valor de las contribuciones de éstos. El facilitador es responsable de
identificar y guiar el sentido del humor de un grupo para utilizarlo como una
herramienta que le ayude al logro de sus objetivos de aprendizaje.