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DIEZ HISTORIAS DE VIDA
LAS MARIAS
Prólogo al libro editado con Rocío Londoño y que aparecerá en junio de 1995.
Gabriel Restrepo
I. LA CASA COMO MUNDO Y EL MUNDO COMO CASAI. LA CASA COMO MUNDO Y EL MUNDO COMO CASA
Se narran aquí historias de mujeres. Ello impone una reflexión sobre el género
femenino. Es decir, sobre la Mujer, si es posible hablar de ello, es decir, del
"eterno femenino" al modo como lo hacía Goethe en el Fausto 1
, como premisa
para referirse a las mujeres en su condición histórica y en particular a estas
mujeres que fueron denominadas de modo genérico como Las Marías.
Ya a comienzos de siglo el sociólogo George Simmel se preguntaba por la relación
de la mujer con la cultura 2
. Distante por cerca de un siglo del filósofo Hegel,
Simmel no obstante coincidía con aquel en lo esencial, a saber: que la mujer es
interioridad, mientras que el hombre es exterioridad, o en otros términos, que la
mujer no puede separar la totalidad de su ser en aquello que realiza, mientras
que el hombre es capaz de objetivarse en múltiples dimensiones, con
prescindencia de su ser íntimo 3
.
La tipología podría extenderse a otras oposiciones, como receptividad - actividad,
intuición- entendimiento, docilidad - fuerza, subjetivismo - objetivación, hasta
1 Goethe, Faust . Berlin, Neues Lebens, 1966. "Alles vergaengliche/ ist nur ein Gleichnis; / Das
Unzulaengliche,/ Hier wird´s Ereignis; / Das unbeschreibliche, / Hier ist´s getan; / Das Ewig-
Weibliche/ Zieht uns hinan", p.458. "Cuanto es pasajero/ se torna símbolo, / cuanto inaccesible/
sucede aquí / y aquí se realiza/ lo no descriptible, / lo eterno femenino/ nos arrastra allende"
(traducción nuestra).
2
2 Simmel, George. La Cultura Femenina . Buenos Aires- México, Espasa Calpe, 1938. El texto de:
"Weibliche Kultur" es de 1902.
3
3 Hegel, Federico. Principios de la Filosofía del Derecho . Barcelona, Edhasa, 1987. En especial: La
familia", p. 237- 317.
conformar como lo hacen los dos autores un "dualismo radical" en la apreciación
de la diferencia del cada uno de los elementos del par que constituye lo binario
de la especie.
Otra coincidencia notable. Para uno y otro "la casa" o "el hogar" representan el
sello distintivo de lo femenino, su especificidad y aporte a la cultura humana, que
por lo demás (Estado, mercado, ciencia, artes, industria, etc.) designan como el
producto de la actividad del hombre.
Pero hasta aquí llega la similitud. Porque si bien Simmel no se aparta aún de la
misma premisa de Hegel sobre una supuesta "naturaleza" o "alma" inmodificable
de lo femenino 4
, el ascenso del feminismo (como se observa en el texto)
introduce en su discurso algunos giros muy notables. Lo que era apodíctico en
Hegel, se torna aquí problemático o hipotético en muchas expresiones.
Simmel se pregunta si la creciente participación de la mujer en el mundo, o sea,
fuera de la casa 5
, podría configurar una cultura femenina, es decir, una cultura
que tuviera el sello propio de la mujer. Tal interrogación no cabría en el horizonte
mental de Hegel.
4
4 Nótese de todas formas la vacilación no crítica entre una concepción biológica y una animista,
dos polos que son típicos en la representación sobre la mujer, unas veces pensada como
naturaleza, otras como espíritu.
5
5 El concepto de "mundo" - quizás como antecedent e del concepto del "mundo de la vida" de
Husserl - es enunciado en este texto de Simmel, como sinónimo de la objetivación, por lo que la
mujer aparece como excluída de esta categoría, cf. p. 58. Obsérvese que, no obstante, el rescate
de la cotidianidad - y de la oralidad aneja a ella - provendrán luego en buena medida de una
mujer, Agnes Heller.
Acaso hoy la respuesta de Simmel no sea del todo satisfactoria, pero encierra
unas sugestiones muy valiosas.
Simmel reconoce de modo más explícito y sutil de lo que aparece en Hegel que la
cultura casi en su totalidad es un producto del hombre. Es decir, introduce de
manera franca el análisis de género en la cultura y en el lenguaje. Y lo que es más
importante, sugiere que la reflexión sobre la cultura puede estar teñida por la
perspectiva unilateral del género que la piensa, es decir, de lo masculino. Al
hacerlo, recuerda los análisis de Marx 6
y luego de Manhheim 7
sobre la ideología
como proyección de la existencia de quien la elabora. Es más, llega a sugerir que
la historiografía ganaría mucho - como ha ocurrido en este siglo - con la visión de
la mujer sobre la historia.
Si la cultura es una progresiva objetivación del hombre en el curso de la
evolución, la apropiación de la cultura por parte de la mujer - sugiere Simmel con
razón - se manifestará ante todo como una mímesis de lo masculino, es decir,
como una imitación de lo que el hombre ya ha elaborado y está en mejor
disposición de crear o de reproducir por su "naturaleza". De esta manera, la
emancipación femenina sólo significaría para Simmel una febril multiplicación de
lo varonil.
6 Marx, Obras varias, en especial, La ideología Alemana .
7 Manheimm, Utopía y realidad .
Ahora bien, Simmel se asoma a una posibilidad, que pudiera pensarse por
ejemplo en términos de la lógica del esclavo y del amo de Hegel 8
, a saber, que
una obsesiva imitación del otro fuera el preámbulo de una conciencia propia. En
este caso, de una cultura femenina o de una cultura hibridada con la perspectiva
femenina 9
.
Este es uno de los casos en los cuales la pregunta vale más que la respuesta, que
es insuficiente. Porque la negativa o el escepticismo de Simmel sobre esta
posibilidad se derivan del hecho de reacer en los presupuestos de la "naturaleza"
o del "alma" femenina, o sea, de negarse a proseguir con el debido rigor un
examen histórico y sociológico de la "desigualdad" de los géneros. Una
desigualdad que, no obstante, con algunos datos de la antropología él estima con
fundamento que no existe de modo tan marcado en algunas culturas 10. Pero la
insistencia en retornar a las esencias lo excusa de extraer todas las consecuencias
de observaciones que quedan apenas entre paréntesis.
8 Hegel Fenomenología del Espíritu . México, FCE, 1966, "Señor y siervo", 117- 120.
9
9 "Pudiera pensarse que, habiendo sufrido la posición y el trabajo de la mujer tanto tiempo bajo
un régimen de exagerada desigualdad con los hombres - lo que ha impedido la creación de una
objetividad específica femenina -, hay que pasar ahora un cierto tiempo por el extremo opuesto
de la exagerada igualdad, antes de llegar por fin a la nueva síntesis de una cultura objetiva
enriquecida y avalorada con los matices de la femenidad", p. 57- 58.
1
10 Dice en efecto Simmel: "Por lo demás, es interesante advertir que en la esfera de la canción
popular hay muchos pueblos en donde las mujeres producen con la misma fecundidad y
originalidad que los hombres. Esto significa que en una cultura aún no desarrollada, cuando
todavía no existe una plena objetivación del espíritu, no hay ocasion para que se manifiesten las
discrepancias de que tratamos. Si las formas de la cultura no han recibido todavía un sello fijo y
especial, no pueden tener tampoco un carácter masculina predominante; y entonces las energías
femeninas, hallándose aún en estado de indiferenciación (que corresponde a la mayor igualdad
física de los sexos observada por los antropólogos en los pueblos primitivos), no necesitan
exteriorizarse en formas inadecuadas, sino que se plasman libremente siguiendo sus propias
normas, que, en tales casos, no está aún, como hoy, diferenciadas de las masculinas", p. 31.
Debemos pues escribir de nuevo la genealogía de los géneros, es decir, explicar,
más allá de las razones biológicas 11 , las causas de la peculiar "naturaleza" o
"alma" recluída de la mujer, para saber hasta dónde es una fatalidad o hasta
dónde puede conducir la reciente exteriorización de la mujer, qué significa su
extrañamiento del hogar y qué podrá significar la reciente transformación de la
casa en mundo y del mundo en casa.
El punto de partida es la célebre formulación de Platón en El Banquete 12 sobre
dos maneras de prolongarse el individuo más allá de su muerte: una es la
genealogía física o carnal , otra la que podríamos llamar espiritual o cultural.
Ambas son producto del amor. De modo que en ese humano vencimiento del
temprano retorno a la naturaleza está prefigurada esa dialéctica de amor -
muerte, de eros y tánatos que constituirá el núcleo de la más madura reflexión de
Freud 13 . Platón no establece diferencia explícita entre el hombre y la mujer para
estas dos clases de generación por el amor. Tánto no excluye a la mujer de la
genealogía espiritual o cultural, que por el efecto de una inversión muy propia de
ese espíritu carnavalesco del filósofo es Diotima la que inicia a Sócrates en los
misterios del amor, que para el pensador son equivalentes a los misterios del
1
11 El asunto es más complejo de lo que parece, porque como lo observa Jacob, Francois (en un
libro muy pertinente: El Juego de lo Posible. Ensayos sobre la Diversidad de los Seres Vivos .
Barcelona, Grijalbo, 1982 ) la diferenciación sexual es un producto y no una condición de la vida.
1
12 Platón. El Banquete , en Obras Completas . Madrid, Aguilar, 1969 (segunda edición). Por
supuesto, para aludir a la nota de pie de página anterior, Jacob menciona el mito célebre del
andrógino, mito que, como es comprensible, es enunciado por un cómico y apenas constituye el
préambulo de la intervención de Sócrates, quien a su vez remite a un lejano discurso de su
maestra, Diotima.
1
13 Nos referimos al texto clásico de Freud: Más Allá del Principio del Placer . Freud, Sigmund. Obras
Completas. Madrid, Editorial Biblioteca Nueva, 1948, Volúmen I. páginas 1089- 1117.
bien y de la verdad . Diotima - la mujer - es allí la encarnación del amor a la
verdad, de la filosofía, y por ello es poseedora de la palabra 14 .
¿ Cómo llegó a ser la mujer excluída de la palabra, es decir, de la filosofía, es
decir, del mundo, para ser recluída en el claustro del hogar ?
El asunto requeriría de mucha disquisición histórica y sociológica, más que
biológica, aunque no desconocemos que existe un fundamento natural de la
diferencia. Pero a partir del excelente trabajo de Walter Ong puede sugerirse una
clave, que apunta a una diferenciación cultural llevada mucho más allá de la
naturaleza 15 .
Durante más de un milenio, la cultura se elaboró en una lengua muerta, el latín.
Una lengua de la que estaba excluída la mujer. Una suerte de esquizofrenia
ocurría, pues la mujer, que es como Diotima iniciadora del misterio del amor y de
la vida, quedaba por ello aislada de la posibilidad de plasmarse en la cultura, es
decir, en la lengua. La lengua viva, que por aprenderse de la mujer se llama
lengua materna, no ofreció sin embargo durante mucho tiempo a la mujer, como
tampoco a los niños, o a los siervos, la posibilidad de acceder a la recreación de
la cultura.
1
14 El pasaje es bello en su comicidad y muy pertinente, como veremos, para la "historia oral". Pero
esta inversión no es excepcional, ya que otro concepto de la maestría de Sócrates, el de la
mayéutica, está extraído como metáfora de la figura de la partera, cf. Teeteto en obra citada,
página 897.
1
15 Ong, Walter. Oralidad y Escritura Tecnologías de la palabra . México, FCE., 1987 (1982).
Aunque el latín fue un medio propicio a la universalidad, es decir, a la ecclesia ,
dicha universalidad impulsada por la religión se obtuvo, como muchas veces
ocurre con la progresión cultural, a costa de unilateralidades y desequilibrios,
tales como los que sugiere Freud en El Malestar de la Cultura 16 . Podría afirmarse
incluso -y es extraño, pero a la vez comprensible que Freud no lo hubiera
formulado - que el malestar del mundo moderno, y en forma más específica, el del
siglo XIX y XX, esté asociado a una prolongada contención de la oralidad y de la
expresión de la mujer, es decir, a su segregación de la cultura.
No por azar la aparición de las lenguas romances, o en otros términos, de las
lenguas del amor, significaron mucho antes de la modernidad el asomo de la
emancipación de la mujer. Y con ellas, bueno es notarlo, la afirmación del mundo
carnavalesco y cómico 17 . Emancipación que comenzó a ser mucho más
progresiva desde el siglo XVIII cuando la cultura como un todo, inclusive la
ciencia, abandonó el latín.
Una primera seña de la inclusión de la mujer en la vida cultural fue la invitación
dirigida a ella por quien fuera secretario perpetuo de la Academia Francesa, La
Fontenelle, cuando en sus narraciones la hacía cómplice de la curiosidad por la
nueva ciencia 18 . Luego, la participación de la mujer en los salones fue decisiva en
el movimiento de la Ilustración.
1
16 Freud, Sigmund. El malestar de la Cultura . Buenos Aires, Santiago Rueda, 1955.
1
17 Ver a propósito Bachtin, Mijail. La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El
contexto de Francois Rabelais . Madrid, Alianza, 1987. Pero a esta luz podría examinarse toda la
literatura , partiendo de Bocaccio, y la reiteración de los temas del amor y del engaño.
1
18 La Fontenelle. Conversaciones sobre la Pluralidad de los Mundos .
Pero esta fue en realidad apenas antesala de la progresiva incorporación de la
mujer al trabajo, cada vez más intensa a medida que se ahondaron las
revoluciones tecnológicas del mundo moderno.
Bajo la primera de ellas, es decir, bajo la revolución industrial, la mujer apareció
pronto como obrera en una adaptación calculada de las máquinas de vapor a sus
tradicionales aptitudes como hilandera. De la rueca a la lanzadera la mujer de
extracción más baja saltó de la casa a la calle y a la fábrica, mientras que a otras
se abrían los oficios domésticos, el comercio y algunos niveles de la
administración y de la educación.
Más intensa y extensa fue con todo la progresiva incorporación en la segunda fase
de la revolución tecnológica del mundo moderno, porque amplió la división del
trabajo. Nos referimos a la que ocurrió con el descubrimiento de otra fuente de
energía, el motor de combustión interna, el símil más mecánico de la máquina de
vapor, hecho que sucedió por la época en que Simmel escribía sobre la cultura
femenina.
Lo que Simmel no podía sin embargo predecir, pese a la validez de su aserto
sobre la mímesis de lo varonil realizada por la mujer - entonces ejercida con
mayor impronta femenina, como él lo dice, en el arte, el teatro, la medicina, las
letras - es que la revolución tecnológica se intensificaría mucho más allá de lo
imaginado en su tiempo , en una forma que abre o puede abrir inéditas
posibilidades para una síntesis de perspectivas culturales diferenciales según los
géneros.
Nos referimos a la tercera fase de la revolución tecnológica, esta vez integrada a
la revolución científica, es decir, a la revolución de la electrónica que ha emergido
de unas dos décadas a esta parte. Una revolución por la cual el mismo
pensamiento y la información se convierten en energía.
Las posibilidades objetivas para una nueva fusión de la cultura se desprenden no
solamente de la transformación de la casa en mundo (hecho que ocurre por la
simplificación electrónica de las tareas domésticas, pero también por la intrusión
de lo exterior en lo interior a través de la imagen y del sonido en la vida
doméstica ), sino también por la creciente "feminización" del mundo, cosa que
no se debe tan sólo al acceso masivo de la mujer a la educación o al trabajo, sino
además a la alteración sustancial en las condiciones de éste , concurrentes con los
extraordinarios avances en la medicina del cuerpo femenino.
En efecto, a medida que se ahonda la revolución tecnológica la producción se
desplaza del sector primario al secundario y, más importante, al terciario o de
servicios (finanzas, comunicaciones, educación y cultura, arte, diseño , recreación
). Y como se sabe, este sector que es el de crecimiento más dinámico en las
últimas tres décadas demanda menos fuerza y más inteligencia, pero a la vez
una inteligencia que tiende a ser cada vez más estética.
Como suele ser típico en tales transformaciones, los cambios operan primero en la
existencia y luego en la conciencia. Tras décadas de crisis y de tensiones en la
relación entre los géneros (y en otras muchas dimensiones), acaso en el
momento asistimos a la posibilidad de una nueva valoración de la cultura,
valoración que reconocerá en ella voces y concurrencias antes no incluídas.
II. CUANDO LO INDECIBLE COMIENZA A DECIRSEII. CUANDO LO INDECIBLE COMIENZA A DECIRSE
Que la cultura sea heterofonía, ya lo reconoce esa imperfecta intuición del mundo
contemporáneo que es el "postmodernismo". Es decir, la cultura como
convergencia de muchas voces y de múltiples tonalidades.
Habría que completar las "intuiciones" del postmodernismo con algo de razón, es
decir, con una cierta visión estructural de los cambios en el mundo moderno. Por
ejemplo, se podría afirmar, a tenor de lo dicho, que durante la primera y la
segunda revoluciones tecnológicas el mundo fue "homoadultoeurocentrado",
para expresar un concepto multívoco en una nueva acuñación .
Es decir, centrado en el hombre, con tendencia a la exclusión de la mujer en la
representación colectiva de la cultura. O en otros términos, la mujer, como el
romanticismo, confluyeron en la intuición del mundo moderno masculino las más
de las veces como el no mundo de la casa nocturna, del reposo sabático, del amor
hurtado al trabajo o al día y de los sueños evanescentes, cuando no de los
fantasmas y de las pesadillas.
Pero la imagen del mundo también tendió a centrarse en el adulto, o sea, en el
hombre del trabajo, durante las dos etapas antedichas. Quiere decir que, junto
con las mujeres, las nociones del niño y del anciano, y con ellos, de la inocencia y
de la sabiduría, fueron periféricas a lo que se ha dado en llamar la razón
instrumental, es decir, al mundo del cálculo, del interés, del dominio.
Y, en fin, la autopercepción cultural fue centrada en Europa o, luego en modo más
genérico, en la llamada civilización occidental, con prescindencia o menosprecio
de la razón de ser de otras culturas que fueron juzgadas casi siempre de un modo
extrínseco, es decir, por su comparación con un modelo de sociedad que se
estimaba como el más perfecto.
Contrario a este modelo, la nueva casa mundial (para emplear una idea similar al
de "la aldea global", idea que por lo demás sería sugerido por la célebre utopía
de Francis Bacon) sería un domicilio que si aún no es polifónico, por lo menos
tiende a reconocerse en la heterofonía, es decir, en la multiplicadad de voces.
Voces que el predominio de la escritura ( y de la razón adscrita a ella) privó de su
expresión, pero que hoy, gracias por lo menos a la innovación técnica o
electrónica, pueden manifestarse en el universo audiovisual de la era electrónica.
No significa lo anterior, por supuesto, que se desdeñe la escritura, a la que
seguirá reservada una misión decisiva, sino que hoy puede realizarse, como
sucede en la historia oral o visual, una mayor correspondencia entre la escritura ,
la voz y la imagen, es decir, entre todas las formas de impresiones (pues la
impresión de la letra es una de ellas). Es decir, gracias a esas invenciones se
puede entablar un diálogo inédito entre el ser de letras y el hombre, la mujer, el
anciano o el niño de la calle, diálogo que reedita, sobre bases plurales, esa
extraordinaria conversación del lector de libros y del hombre de pueblo que narró
Cervantes en El Quijote .
Tal es el significado de la historia oral: registrar y traducir a la escritura voces que
de otro modo permanecerían anónimas y por serlo arriesgarían a la vez hacernos
perder el equilibrio de nuestra sensibilidad y de nuestra inteligencia.
Extraerlas de su silencio o de su recogimiento, significa que lo indecible, es decir,
lo no dicho, comienza a decirse, y con el decirse de lo callado aprendemos a saber
algo más de nosotros mismos.
III. DIEZ HISTORIAS DE AMORIII. DIEZ HISTORIAS DE AMOR
Porque al registrar las voces de las Marías volvemos en cierta forma al discurso de
Sócrates. Es decir, a la mujer que enseña con el romance, con la leyenda, es decir,
con la palabra de amor.
La leyenda es el recuerdo transformado en exaltación. Por lo demás, la leyenda
fue siempre antes narración oral que literatura escrita.
¿Qué tienen en común estas leyendas, cuál es el amor que teje esta historia, cuál
es la exaltación?
Cuando Diotima enseñaba a Sócrates la naturaleza del amor, halló la manera más
perfecta de definirlo en una leyenda según la cual éste era hijo de la necesidad o
de la pobreza (Penía) y del ingenio o del recurso (Poro) 19 .
La necesidad o la pobreza: de eso sabían las mujeres que luego serían llamadas
Marías 20 . Provenían la mayoría del campo, y si bien no figuraban en la escala más
baja (aquella que nutriría el servicio doméstico de las ciudades, cuando más)
porque muchas de ellas describen uno que otros bienes (la finquita, la vaquita, y
aún en ocasiones el padre o la madre que tenían jornaleros), ser mujer de
pequeño o de mediano campesino en la Colombia rural de la primera mitad del
siglo era estar sujeta a toda clase de contingencias de pobrecía . Entre tales
contingencias la orfandad era una temible, y muchas Marías experimentaron el
1
19 Platón, El Banquete , obra citada, página 584.
2
20 Para una comprensión más cabal del significado de la obra del padre
Campoamor, remitimos al trabajo de Rocío Londoño y Alberto Saldarriaga: ....el
nombre, según la edición....
desamparo, del cual las redimiría el matrimonio simbólico con Poro, es decir, con
el ingenio.
Porque para fortuna de ellas, la salida de la casa (y nos referimos en metáfora a
ese gran trasteo en masa que ha significado la migración del campo a la ciudad
en Colombia) fue el hallazgo de otra casa, casa a la cual acudieron con la vocación
de un casamiento, del cual su trabajo fue la dote.
El ingenio (Poro) que las "sonsacó" con la mayor benevolencia para transformar
la necesidad en amor fue el Padre Campoamor, padre que lo fue de veras por
sustituír paternidades perdidas por la orfandad. De este modo, una figura que
tiene muchos rasgos carnavalescos y por lo tanto utópicos, no dejaría de
sospechar que su apellido - Campoamor- podría leerse al revés como
amorcampo, a saber, como el padre del amor al campo, aunque trasladara dicho
amor al campo a la ciudad para proyectar en ella una ciudad de Dios. Con lo cual
se muestra cierto anacronismo, por supuesto, tanto por un Dios que al parecer se
ausenta cada vez más de la ciudad, como por un campo condenado a desaparecer
en sus caracteres arcaicos.
Ambivalente, en efecto, la figura de este moderno Quijote, o sea, de este
moderno ingenioso hidalgo jesuíta, porque lo fue en sus lúcidas locuras y en su
amor al pueblo. Su ciudad de Dios estaba acaso tan condenada al fracaso como su
prohibición de los bailes amarrados. Y sin embargo, su conciencia desgarrada
sobre el deber de salvar al pueblo y a la mujer de la necesidad carecía de par.
Hubiera figurado el español en las antologías de la locura santafereña junto a la
loca Margarita o al más moderno Goyeneche de no ser porque a su obsesión
añadió el ingenio, bajo la forma de la organización del ahorro.
La historia del ahorro - lo sabemos- está por escribirse en Colombia y en el
mundo. Para hilar nuestros argumentos, el ahorro es el nervio de las finanzas, y
las finanzas son el puntal del sector terciario de la economía, ese sector que junto
con la educación, las comunicaciones, la recreación y el arte constituye el dedal
del mundo moderno que, recordémoslo, es propicio a la incorporación de la mujer.
Alguna razón debe existir para que el mundo de las finanzas esté impregnado de
palabras que no solamente son femeninas, sino que además sugieren de una
manera muy evidente el contorno femenino (cartera, encaje, bolsa, entre
muchas otras que se pudieran mencionar). Quizás ello guarde relación con la
analogía que pueda establecerse entre la disponibilidad a la receptividad de lo
femenino y la atracción que ejerce el dinero, una metáfora que acaso no se
entendiera bien salvo si se estudia con cuidado a uno de los precursores del
mundo financiero: Isaac Newton.
Lo cierto es que el matrimonio de la necesidad y del ingenio, de las mujeres y del
Padre Campoamor, matrimonio simbólico que se acuñó, no por azar, con el
nombre de Las Marías 21 , se selló en definitiva con el empleo principal de ellas
como cajeras, es decir, como receptoras de dinero (y también como contabilistas).
2
21 Obra citada. Allí se deja ver la frecuencia de mujeres con el nombre de María
entre fundadoras y "Marías". Pero adem ás el nombre convenía a la intención
religiosa y a la necesaria idealización de la mujer , mujer que sería madre de una
obra social y espiritual sin necesidad de consumar el matrimonio físico.
Por supuesto, la dirección y el control financieros (y empleamos términos muy
propios de la cultura masculina) se ejercían en otro lugar, por expertos en el
mundo de los negocios), hasta tal punto que, como lo señala el trabajo citado, el
mismo Padre Campoamor fue relevado de las tareas de supervisión, acaso por
una falta de afinidad hacia esa otra dimensión del dinero, más varonil, que es el
interés.
Pero además de las finanzas, que fueron el eje central de la razón de ser de las
Marías, en tanto cajeras o contabilistas, ellas eran socializadas en otros oficios
varios, la mayoría de los cuales se ubicaban en esa franja de los servicios que
hemos descrito como propicia a la actividad de la mujer: la educación, la
recreación (por ejemplo, la organización de bandas), las comunicaciones (por
ejemplo, la edición del boletín), el arte, en especial el teatro y aún, en un caso,
una profesión paramédica, la enfermería.
Y lo más importante, toda la actividad de la mujer y en general de la obra del
padre Campoamor se diseñaba en una forma que pudiéramos llamar como
"postmoderna", es decir, recreativa. El sentido estético y la noción del juego
fueron cruciales para el padre Campoamor que, en ese modo amalgamó la
tradición histriónica española con la inclinación por la fiesta y el juego propios de
esta sociedad mestiza, y ambas herencias con esos elementos cardinales de la
modernidad que son el trabajo y el ahorro.
La enseñanza, por ejemplo, era un juego, como lo eran las fiestas y los desfiles.
Una pedagogía por medio del teatro se ajustaba al talante audiovisual de un
pueblo aún ínsito en la oralidad primaria .
La pedagogía del padre Campoamor incluía el fundamento de las monitorías,
sistema que fuera el descubrimiento del cuáquero Lancaster. Según este método,
las más antiguas enseñaban a las más nuevas, en una gradación de la
experiencia que se aproximaba a la idea de un automatismo de la educación.
Unos pocas actividades escapaban a la lógica del compás de oficios modernos
que era la tónica de la obra, a saber, las labores agrícolas y las de economía
doméstica (el tejido, la cocina). Pero aparte de que tareas no fueron nunca
principales, la socialización de las Marías, provenientes del campo, se facilitaba
por el ejercicio mnemotécnico de este repaso por el mundo rural, con el que se
iniciaba su filiación con el padre Campoamor, trasmutada luego en matrimonio
simbólico.
En cierta forma, el padre Campoamor logró conciliar durante algún tiempo lo
aparentemente imposible, a saber: el carnaval, el mundo moderno y la religión.
Su carisma, sin embargo, no alcanzaba a tanto. Otra forma de religar se requeriría
mucho más tarde. Mientras las sociedades con economías más complejas
transitaban hacia una fase recreativa, basada en el ascenso de los servicios
modernos, la nuestra experimentaba la necesidad de recorrer en breve término
la férrea disciplina que es consustancial a la producción industrial (lo que se
conoció como el modelo de sustitución de importaciones). La división del trabajo,
la racionalidad instrumental y las leyes propias de la dinámica urbana e industrial
determinaron el fraccionamiento del proyecto del padre Campoamor.
Se produjo una rutinización del carisma, una rutinización que debía desechar por
fuerza los arcaismos y las utopías no consistentes con tal modelo económico,
acaso insalvable. En el tránsito, las Marías experimentaron una transformación -
en algunas vividas como crisis - tan extraordinaria como la que sufrió el Grupo
Social.
El hecho de que, no obstante, ellas hubieran vuelto a congregarse en un mismo
espacio físico y hubieran religado la memoria en el recuerdo del Padre, prueba de
nuevo que el amor, si es bueno, como lo señalaba Diotima, tiende a una
permanencia e inmutabilidad que se parece a lo que concebimos como lo eterno.
ADELINA SARMIENTOADELINA SARMIENTO
HABER SABIDO VIVIR BIEN Y SIN VICIOS.....HABER SABIDO VIVIR BIEN Y SIN VICIOS.....
PRIMERO MURIO MI PADRE Y LUEGO MI MADREPRIMERO MURIO MI PADRE Y LUEGO MI MADRE
Nací en 1906 en el Valle de Tenza, en Boyacá. Allí fuí criada y mis padres también
eran de allá. Fuimos 4 hermanos: tres mujeres y un niño que murió muy
pequeñito cuando tenía ocho años. Quedamos entonces las tres hermanas y fue la
mayor la que conoció primero la obra del padre Campoamor.
Nuestra casa quedaba cerca al pueblo. Mi padre era agricultor. Tenía una finca
muy buena en la que echaba sus obreros y sembraba maíz, yuca, papa, plátano,
arracacha y alrededor de la casa habían muchos árboles frutales. Teníamos
naranjos, chirimoyos, limones y aguacates. Toda esa fruta se da por allá.
Yo hice toda la primaria en Tenza. Allá viví hasta cuando murieron mis padres y
nos internamos con mi hermana Emelina, la menor, en la obra del padre
Campoamor. Primero murió mi madre el 4 de noviembre de 1930 y luego mi papá,
a los 7 años, por ahí en 1937.
ESO YA QUEDAMOS SOLAS Y NO ES LO MISMO QUE NO ESTEN ELLOSESO YA QUEDAMOS SOLAS Y NO ES LO MISMO QUE NO ESTEN ELLOS
Mi hermana mayor fue la primera que ingresó a la Institución. Luego me trajeron a
mí y en ese tiempo duré como dos o tres años. Luego ingresamos mi hermana
menor y yo en 1938. Yo tenía unos 32 años y Emelina tendría 28 años.
No recuerdo cómo conoció mi hermana mayor la Institución, ni cómo la trajeron
acá. En ese tiempo tenían una imprenta y ella trabajaba en la imprenta. No se si
ya habría escuelas, porque según lo que dicen el padre Campoamor era español
y llegó a Colombia en 1910 y en ese entonces unas señoritas le ayudaron mucho
para la fundación de su obra. Una de ellas se llamaba María Casas Fajardo, la otra
Ana María Gonzalez, pero la primera que donó todo esto para la obra de él que en
ese tiempo se llamaba Circulo de Obreros -ahora ya es la Caja Social-, era la
señorita María Teresa Vargas, la dueña de esta casa en donde vivimos.
La señorita María Teresa era la dueña de esta casa y otras más. Una quedaba por
acá en la calle 22 en donde hay otra Caja de Ahorros y más aparte la casa de LAS
MARIAS que se llamaba la granja "Santa Teresa" y quedaba al Sur en el barrio
Villa Javier, en donde fueron educadas las primeras "Marías".
Cuando murieron nuestros padres pensamos:
- Eso ya quedamos solas en la casa y no es lo mismo que no estén ellos para
seguir en el trabajo echando obreros y viendo por todas esas cosas que para
nosotros era muy duro.
Entonces arrendamos las tierras y todo y nos vinimos a internarnos acá.
Cuando llegamos estuvimos en la granja "Santa Teresa" como tres meses. Allá
habían unas señoritas educadoras que nos hacían clases y se trabajaba también
unas horas en la huerta y en el jardin. Nos enseñaron muchas cosas, claro está
primero lo de religión y catecismo y luego las otras clases que no recuerdo bien
cómo eran....
Mi hermana mayor estuvo en la obra un tiempo y después se salió, se fue para la
casa y allá se casó. Entonces ya quedamos solo Emelina y yo.
Desde el 38 hasta la actualidad he estado acá, como 53 o 54 años tal vez.
LA VOCACION QUE MI DIOS ME DIOLA VOCACION QUE MI DIOS ME DIO
Para ingresar a la obra uno necesitaba una vocación como de religiosa. Nosotros
también vinimos con esa intención de trabajar en lo que era útil para la obra.
Trabajamos en las escuelas y luego en la Caja de Ahorros. Cuando llegamos
teníamos toda la primaria y claro está que sabíamos un poquito. El padre ya había
fundado sus escuelas y nos pusieron de profesoras unos tres años. De las
profesoras de las escuelas el Padre sacaba el personal para trabajar en las cajas.
Yo estuve primero en Villa Javier enseñando en la escuela. Habíamos como unas
cinco profesoras. La profesora mayor tenía las clases de cuarto y quinto que eran
las clases superiores y a mí me tocó enseñar hasta los niños de cuarto y quinto de
primaria. Ahí me dejaron unos tres años. Luego entonces de ahí ya me sacaron a
trabajar en la Caja del Padre, la Caja de Ahorros.
En la caja principal habían dos Marías que eran las que sabían más y ellas iban
dirigiendo a las otras y le iban enseñando. Ellas ya murieron, eran Isabel Caicedo
y Lucrecia Díaz. Entonces a mí me prepararon aquí en la Caja de la Avenida
Jimenez que era la caja principal en esos tiempos. La directora que llevaba las
cuentas nos preparaba y luego nos sacaban para las cajas de afuera. A mí me
tocó primero en Chapinero y luego en Facatativá que era una de las primeras
cajas que se fundaron afuera junto con la de Sogamoso.
En Facatativá estuve como siete años pero por etapas. Primero unos cuatro años
y luego me parece que tres. A mí me tocó ser directora de la casa de Las Marías y
de la caja. Como había escuela para niños eramos varias compañeras. Las
maestras eran cinco o seis y a mí me tocó la caja. Uno tenía que dar cuenta de
todo y ver por las compañeras de la casa. En ese tiempo Facatativá era muy
pequeño y a la caja le iba como regular más bien. Luego estuve en la caja de
Tunja y también en Bogotá.
En la caja a uno le tocaba llevar la contabilidad, atender el público y mandar cada
tres meses los informes sobre cómo estaba la caja. La directora general revisaba
todas esas cuentas y las mandaba a la Superintendencia. Entre dos atendíamos
todo lo de la caja, a veces llegaban sin avisar los de la Superintendencia para ver
cómo marchaba la caja y también teníamos que atenderlos.
Tal vez donde mejor estuve fue en Bogotá porque estaba en medio de la directora
y si había alguna cosa que uno no sabía pues se la preguntaba a ella. Para mí fue
más duro trabajar en las cajas de afuera porque allá le tocaba a uno toda el
trabajo y toda la responsabilidad.
Lo que más aprendí yo fue de contabilidad, porque teníamos que estar casi hasta
por la noche en la caja porque cuando no nos cuadraban los libros y era en la
principal donde más libros había: 12 o 13 libros, auncuando fuera por un centavo
teníamos que cuadrarlos y eso era muy duro. Entonces no era como ahora que
usan unos cartones. Los libros de cuentas corrientes eran por hojitas, por cada
persona que abría su cuenta era una hoja y así se iba formando el libro. Por un
centavo que estuviera descuadrado el libro había que pasar hoja por hoja, buscar
aquí y allá, sumar y así nos daba la noche trabajando.
Mi hermana Emelina también siguió los mismos pasos: ella también estuvo
primero en las escuelas y luego en las Cajas. Ella sabía mucho de tejidos, hacía
sus edredones con dos agujas y también en crochet. Yo le ayudaba por ahí en sus
costuras y en los tejidos porque ella era la que dirigía todo eso. Emelina murió acá
el ocho de septiembre van a ser cinco años.
La caja fue como una vocación que mi Dios me dió. Estar aquí en esta institución,
ayudando a la clase obrera, enseñando y luego en la caja. No se cansaba uno
nunca porque todos esos años... como treinta y cinco y solo hasta 1972 dejé de
trabajar.
VOSOTRAS SOIS RELIGIOSAS SIN HABITOS Y SIN VOTOSVOSOTRAS SOIS RELIGIOSAS SIN HABITOS Y SIN VOTOS
Vivíamos en la casa grande de Villa Javier, que hoy es la casa del "Campesino".
Nosotras éramos religiosas sin hábito y sin votos. El padre fundador nos lo decía
así:
- "Vosotras sois religiosas sin hábito y sin votos".
Teníamos nuestro reglamento como religiosas: nos levantaban temprano por ahí a
las cinco de la mañana, hacíamos nuestros rezos como religiosas y luego llegaba
el padre a celebrar la misa a las seis de la mañana. Después de la misa nos
íbamos a las escuelas y cogíamos las clases.
Cuando trabajábamos en la caja principal, en la avenida Jimenez, vivíamos ahí
mismo en el cuarto piso. Nos quedaba muy cerca la iglesia de San Francisco
donde íbamos a misa.
Como religiosas, como monjas, estábamos muy unidas y muy contentas. Después
de que dejábamos las clases nos íbamos para la casa y cada una hacía sus oficios
personales.
Durante los primeros años conocí a la señorita María Teresa. Ella fue profesora
nuestra, porque ella le enseñó a las primeras Marías y las educó allá en la casa
de Santa Teresa. Ella era una persona muy dinámica, muy amable, era una
educadora y como decir una mamá.
A la señorita María Teresa yo la conocí de paso, porque yo no estuve casi con
ella. Me tocó más con la señorita Ana María Gonzalez que era una segunda
educadora y formaba también a las Marías. Ella nos hacía muchas fiestas, como
la del 20 de Julio y la Fiesta de Reyes. Nos preparaba todas esas fiestas, las
comedias y todo y nos daba papeles para representar pues teníamos teatro en
Villa Javier.
La señorita Ana María tenía un cuerpo muy regular, así delgada, era muy sana y
muy santa. Ella era como una religiosa en el mundo y así nos formó a todas. Murió
por ahí de unos setenta y tres años. A ella la formaron también las Hermanas de
la Presentación y una hermana suya fue religiosa, hermanita de los pobres. Pero
ella acá estaba también como si fuera una religiosa.
EL FUE UN SEGUNDO PADRE PARA NOSOTRASEL FUE UN SEGUNDO PADRE PARA NOSOTRAS
Con el padre Campoamor alcanzamos a estar hasta el 46 cuando murió. El iba a
visitar todas las casas para ver cómo estaban las Marías y cómo se portaban. El
quería que nos portáramos muy bien y a la que se portara mal la despachaba o si
quería estar tenía que pedirle perdón al padre para seguir ahí. El era más rigido y
más estricto que el padre Posada, que fue quien lo remplazó cuando murió.
Nosotros queríamos mucho al Padre Campoamor. El fue un segundo padre para
nosotras...
Cuando el padre murió yo estaba en Facatativá. A él ya le habían dado unos
infartos. Ya cuando nos avisaron vinimos al entierro que fue muy solemne. Eso
todos los niños de las escuelas lo lloraron muchísimo. Como él era jesuita
entonces el entierro fue en la Iglesia de San Ignacio. A las Marías nos tocó venir
temprano y el grupo de jóvenes que había lo llevó en hombros hasta el
cementerio. Eso todos lloraban muchísmo. En los periódicos salió que había
muerto un santo y ya lo tenían así como el fundador de toda la obra.
El padre Posada fue el primero que tuvo que remplazar al padre Campoamor.
Después de que murió el padre Posada entre los mismos jesuitas lo iban
sucediendo ahí.
Con el padre Posada tuve contacto unos veinticinco años y con el padre
Campoamor ocho años. El padre Posada era otro santo igual al otro, muy humilde
y llevaba la obra y enseñaba todo con mucha suavidad. El fue el fundador de la
iglesia que hay en Villa Javier.
EL CIRCULO DE OBREROS Y EL PUEBLO DE DIOSEL CIRCULO DE OBREROS Y EL PUEBLO DE DIOS
Había un grupo de jóvenes a los que llamaban obreros. Ellos tenían la hospedería
acá abajo en la casa de La Candelaria. Ellos salían a trabajar en el día y
regresaban en la tarde.
Nuestra mayor relación con el Círculo de Obreros eran los ratos libres para las
fiestas, cuando se celebraban esas fiestas de Reyes y a todos nos ponían papeles
para representar. Presentábamos comedias para celebrar también la fiesta de
Aguinaldo y todas teníamos que estar para la novena del Niño para cantar
villancicos y rezar el rosario.
De los papeles que tuve que representar recuerdo para una semana santa que la
directora me puso el papel de Esther, una de las mujeres bíblicas del Evangelio, y
en otra ocasión Judith. Eso era muy bonito y nos tocaba prepararnos bien para
representar esos papeles. Así fue nuestra vida...., aquí pasamos la mayor parte.
En Villa Javier tenían un señor que cuidaba el barrio y era el encargado de cerrar
la puerta a las horas que era conveniente, porque el padre llamaba a Villa Javier
"el Pueblo de Dios". Allá no había borrachos ni nada. Los que estuvieran viviendo
allí tenían que ser buenas personas y para recibirlos era necesaria la partida de
matrimonio en mano. Allá no vivían borrachos de ninguna clase, los que se
portaban mal el padre los sacaba.
Después de que murió el padre Campoamor, cuando estaba el sucesor el padre
Posada, me parece que vendieron ya las casas y cada cual entonces fue
propietario. Cada uno compró su casa a su gusto.
De los gerentes de la caja conocí al doctor Jesús María Marulanda. Era muy buena
persona. En un principio había una junta de todos los doctores que se reunían ahí
y no cobraban nada por su trabajo. Fueron muy buenos esos doctores y le
ayudaron mucho al padre.
En ese tiempo se sacaban esas hojitas pequeñas que primero llamaron "El
Amigo", después "El Boletín" y después "Noticias" que fue el último boletín que
quedó.
NO ASPIRE NUNCA AL MATRIMONIONO ASPIRE NUNCA AL MATRIMONIO
En las Marías nos tratábamos todas por igual, porque también era otra cosa que
el padre no admitía que hubiera grupitos de tres o cuatro porque eso se llamaba
"compinches" y ahí no habían cosas buenas. Era prohibido estar por aparte o en
grupos y nos tratábamos todas como hermanas.
Yo no tuve amigas especiales, porque la mayor parte del tiempo me tocó cuidar
de las Marías. Cuando estaba a cargo de las casas las trataba a todas por igual y
las quería igual a todas.
Jamás quise salirme de la institución. Yo quise fue la vocación que mi Dios me dió,
no aspiré nunca al matrimonio. Claro que uno de muchacha tenía pretendientes
pero a ellos le decía:
- ¡NO!
De una vez. Jamás nada de relaciones, aunque acá entre las Marías se casaron
muchísimas. En Villa Javier tenían las reuniones con sus novios los domingos y la
señorita Ana María Gonzalez estaba siempre cuidando esas visitas, allá en un
salón grande que había. Si habían tres parejas: en un rinconcito una pareja y en el
otro otra. Ella estaba dándose cuenta para que no se fueran a manosear o a
cogersen las manos, porque eso era muy delicado. Allá ellos hablaban y hacían
sus convenios de matrimonio. Eso era los domingos a las dos de la tarde, después
del catecismo. Muchos matrimonios hizo el padre Campoamor. Les daban una
casita allá en Villa Javier.
Mi hermana Emelina también tuvo pretendientes pero de lejitos y ¡NO! de una
vez. Era como si estuviéramos en un convento, esa fue la vocación de nosotras las
dos.
EL MUNDO AHORA SON CALAMIDADES HORRIBLESEL MUNDO AHORA SON CALAMIDADES HORRIBLES
Mi vida ahora es acá en la casa y en lo que uno pueda hacer. Estoy cojita porque
tengo mala circulación y de ahí depende un desvanecimiento de la cabeza. Un día
estando en mi cuarto estaba parada ahí y de pronto sentí que la cabeza me dió
tres vueltas y purrundum me fui por encima del asiento. Me hice una peladura
chiquitica y ya voy para tres meses y eso que la enfermera todas las noches está
con nosotras y nos hace remedios.
De la televisión me gustan las cosas buenas que salgan, me gusta ver las noticias
y otros programas buenos. Pero a mí no me gusta mirar todas esas películas feas,
de noviazgos, de besos, de todo eso. Eso no me gusta a mí.
Aquí tenemos tantos libros buenos pero siempre tengo una novedad en los ojos,
las cataratas, y entonces ya me cuesta trabajo leer pero todavía puedo leer.
Me gusta mucho la música y como aquí tenemos piano y los profesores que nos
estaban enseñando han muerto ya, entonces auncuando sea al oído yo vengo acá
y saco mis músicas....
Hace muchos años que no volví a Boyacá. La mayoría de mis familiares han
muerto. Todos mis tíos, hermanos de mi mamá, ya han muerto todos. Hay
únicamente una tía que es como de la misma edad mía.
El mundo ahora son calamidades terribles. Con esas cosas que están sucediendo
con este Pablo Escobar...
A mí no me gusta de política nada, pero voto porque entonces no sería ciudadana,
pero de la parte de los conservadores, como mis padres. Pastrana es el presidente
que más me ha gustado, siempre he votado por él y todas mis votaciones son
para los conservadores. Después de Pastrana, me gustó Betancur...
Al ver y oir al presidente Gaviria, pues uno los conoce es en la televisión, parece
que es un señor bueno. El era del lado de los liberales, pero según su gobierno yo
veo que lo está haciendo bien, aunque ahora lo están calumniando por la
cuestión de este otro, de Pablo. No se cómo será, ni que irán a hacer con él.
Tienen otras habladurías ahí de él.
Mi secreto para mantenerme es haber sabido vivir bien y sin vicios, porque los
vicios son los que acaban más a las personas. Ahora voy a interpretarles en el
piano una balada que me gusta mucho, se llama "El Marinerito".
HOROSIA PRADOHOROSIA PRADO
ESTE PICARO CORAZONESTE PICARO CORAZON
PERO ENTONCES YO NO ME DEJEPERO ENTONCES YO NO ME DEJE
Empezando porque yo quedé muy niña huérfana de ambos padres, porque no
supe quiénes fueron mis padres. Entonces mis padrinos fueron los que me
cogieron y estuve con ellos hasta los 10 años en Melgar. Entonces yo dejé mis
padrinos a los 9 años. O sea que de la casa salí a los 9 y entré a la institución el
24 de mayo de 1931. Tenía 10 años.
Bueno, esto fue una cosa extraordinaria porque no conocía Bogotá y yo me vine
con una familia y con esa familia entonces que trató de portarse mal conmigo,
pero entonces yo no me dejé.
Entonces me salí de la casa donde estaba, salí a escondidas. Sí, me volé. A las 4
de la mañana. Sí , entonces encontré a una señora que me dijo:
- Mija donde usted está no está bien, yo quiero que vaya conmigo.
Entonces, yo le dije:
- Voy a pensarlo.
No le dije sí, ya, no, sino que... Entonces le dije:
- Después le digo.
YO ME FUI PARA ALLAYO ME FUI PARA ALLA
Bueno, pasó unos días así, entonces me dijo (nos encontramos con esa persona
de parte y parte... que era una señorita), y le dije:
- Todavía no lo he pensado, tengo que pensarlo.
Y entonces pasó 3 meses y le dije:
- La señora se portó mal conmigo y yo me escabullí.
Sí, por segunda vez. Y entonces, me dijo:
- Es que usted no es muy conocida.
Ni ella me conocía, ni yo tampoco.
Entonces, bueno, ya cosas que ... yo me fuí para allá y le dije:
- Tal día estoy allá y a tales horas.
Y así lo hice. A las 5 de la mañana estuve en esa casa porque era lejos y... ella me
trajo y anduvimos por aquí por Bogotá.
De pronto me dijo:
- ¿Usted conoció una obra, una obra del Padre Campoamor?
Le dije:
- No.
Y ME DIJO: HIJITA MIAY ME DIJO: HIJITA MIA
Entonces entramos a una Iglesia, no sé si fue a San Agustín y como yo no conocía
Bogotá, entonces nos pusimos a andar y a preguntar, llegamos aquí a la
institución del padre Campoamor y el padre Campoamor me vió, y como él lo
cogía a uno por acá, y me dijo:
- Hijita mía.
Y así fue como les dije que quería entrar a la obra, pero sin conocer.
Me dijo:
- Vamos a ver.
Y yo fuí la primera que recibió el Padre Campoamor pequeña, en la casa de
formación. Y él me dió para el bus. Era el tranvía en ese tiempo y me dió...Y
fuimos para la casa y allá me recibieron y estuve ... me costó muchísimo.
TODA UNA VIDA. SI.TODA UNA VIDA. SI. EL SEMILLERO.EL SEMILLERO.
En ese entonces había 40 niñas, eso ya eran señoritas, ya grandes. Pero no, me
recibió y yo ese mismo día llegué, el 24 de mayo de 1931. Bueno, después ya
todas las niñas muy cariñosas, todas atentas. La señorita María Teresa fue la que
me recibió aquí y desde entonces yo quedé.
Toda una vida. Sí. Y entonces, en ese entonces no había posibilidades de nada.
Nosotras era el grupo que había del Padre Campoamor. Lo llamó... el semillero. Sí,
porque de allí salían las jóvenes que necesitaba para las Cajas y en ese entonces
no había sino 5 Cajas que eran: Facatativá, Chapinero y aquí en el Centro. Esas
eran las Cajas... Después fue la fundación en Sogamoso, que eso fue en 1932.
Después en el 34 fue la fundación en Duitama. Bueno, 1930 fue la fundación de
Facatativá. En el 30.
Sí. Bueno, claro que yo no estaba, pero contaban. Porque en todas partes que iba
nos contaban lo que hacían en la Casa, lo que sucedía, nos contaban si eran
faltas nos contaban, pero ora sí no por crítica, sino por experiencia, para que se
cogiera experiencia. Lo que se hiciera allá o lo que quisiera otra gente él
explicaba, porque sus enseñanzas eran esas, en cada casa nos contaba lo que
sucedía. Bueno, en Santa Teresa el padre llegaba todos lo días cuando estaba
aquí en Bogotá, porque él salía a predicar a todas las iglesias.
LAS NIÑAS DEL PADRE CAMPOAMORLAS NIÑAS DEL PADRE CAMPOAMOR
Bueno, él después nos contaba lo que le decían a él de Las Marías. En ese
entonces no se llamaban así, sino las niñas del Padre Campoamor. Entonces él
nos explicaba todo en Santa Teresa, él iba todos los días porque era la casa, el
semillero como decía el Padre, y aquí nos hacía clase de geografía, ortografía,
historia patria y esto de los verbos.
¿ Cómo? El mismo daba las clases, nos cogía una hora y así él nos reprendía. Otra
cosa, que él cuando veía que una joven se hacía con otra, siempre las dos o las
tres, él no lo permitía, se ponía disgustado y decía:
- Estas me están haciendo mal espíritu.
Expulsó a bastantes, porque no le gustaba que estuvieran tres unidas, es decir,
siempre en grupos. Entonces se quieren unas más que otras. Pues yo sí tuve
simpatía con algunas, pero estaba con el cuidado de no estar con ellas siempre,
sino con todas.
ELLA ERA LA CORONADAELLA ERA LA CORONADA
En verdad que sí, me quisieron bastante por ser la menor. Empezando por la
señorita María Teresa que fue la que me recibió, lo primero. Lo segundo, porque
era atenta en los oficios y antes yo le pedía los oficios a la señorita María Teresa,
los más grandes porque ella los primeros sábados cambiaba los oficios. Ella era la
que cambiaba los oficios y yo le pedía la cocina, le pedía el lavadero, que eran los
oficios más grandes. No, pues ella era contenta conmigo y el Padre Campoamor
también, porque él llegaba y se veía con nosotras y le preguntaba a ella cómo
era cada una.
La señorita María Teresa era la superiora. Sí, entonces ella decía :
- Fulanas y sultanas, etc., son ésto y ésto.
Y lo que fuera malo. Entonces el Padre nos decía:
- Mi Señora, - le decía- , esto no, ésta es mala o es tonta, lo que fuera.
Bien, entonces el Padre nos quería así y cuando yo llegué no nos daba un centavo
siquiera, nada. Entonces el Padre Campoamor decía que él quería que nos dieran
alguna cosa de lo que se cogía en la granja. Y pues eso era lo que un poco nos
sostenía, porque la señorita desde sus principios fue la que empezó a dar su
plata, sus donaciones, nos sostenía Santa Teresa, el centro, es decir, todas las
casas fundadas.
EL PARAISO TERRENALEL PARAISO TERRENAL
Entonces sus centavos no eran tantos, pero sí nos daba todo lo que
necesitábamos, eso sí ella nos daba y había veces no tenía un centavo para la
casa, para Santa Teresa, porque ella era la que hacía el mercado, nos daba
íntegro todo y entonces el padre Campoamor por eso la quería muchísimo,
porque ella fue la que sostuvo la obra hasta que murió, es decir, en el 37, antes
del padre Campoamor.
Muchísimo se lamentó su muerte. El padre sufrió muchísimo, porque ella era la
que sostenía íntegro todo, toda la labor. La Caja en ese entonces no tenía sino por
ahí $ 20.000, creo, y eso era prestado. Entonces él cuando murió la señorita
María Teresa, que ella era la coronada, y así fue que sostuvo la obra y si no, no
había podido. Su pérdida fue terrible, muchísimo, ya que su trato era lindo, lindo.
¿Seca? No, ella era muy cariñosa, ella jugaba con nosotras, ella estaba atenta a
ver qué necesitábamos y centavito que fuera cogiendo era para su señor de Santa
Teresa. Entonces ella como digo fue preciosa la vida con ella, ella llevaba sus
centavos y a veces se quedaba los domingos, o iba a Santa Teresa los domingos y
nos daba dos centavitos para repartirlos y que nosotras compráramos tarjeticas,
dulcecitos, lo que quisiéramos. No, pasamos una vida muy linda, muy linda. Ella
no admitía que hubiera disgustos de ninguna clase, ni chismes, ni nada, nadie
daba una queja de una a otra, nadie porque ella no admitía eso. Entonces eso era
lindo porque yo que pasé 8 años en Santa Teresa, esos 8 años fueron un paraíso
terrenal.
Y ERAMOS DESCALZASY ERAMOS DESCALZAS
¿Hermanos? Sí, ella tuvo hermanos, sé de... se me fue el nombre. José cómo que
se llamaba, uno que era dueño de esto del Salitre, desde entonces era el Salitre.
Toda esa parte del Salitre era de ese señor, José Vargas. Entonces él tenía
muchísimo ganado y cuando él venía le ofrecía unas vacas dando cría, entonces
cambiaba las vacas de Santa Teresa que eran 24 reses y eso hacía cambios, las
que estuvieran sin cría entonces las llevaba para allá y mandaba vacas para Santa
Teresa. Yo estuve varios años manejando ese oficio. ¿Pesado? Sí, entonces había
conejos, había ovejas, había un cultivo que esa era la granja de 24 fanegadas.
¿Madrugar muchísimo? Bueno, eso sí había un celador que él cogía las vacas y las
llevaba al puesto de ordeño y yo me levantaba temprano y ordeñaba y entregaba
la leche.
En esa granja era donde teníamos nuestros cultivos, porque nosotras
trabajábamos y éramos descalzas, no, descalzas y trabajando. En esas parcelas
se cultivaba de todo.
Esa finca pasó que después de que el Padre, sí el Padre Posada cogió esa finca,
entonces lo que pasó fue que empezaron que el gobierno quería que fuera que
una parte, que un potrero, porque eso como era tan grande. Entonces empezaron
a vender por partes.
SI ALGUN DIA LLEGA A SUCEDER UNA COSA,SI ALGUN DIA LLEGA A SUCEDER UNA COSA,
MIS HIJASMIS HIJAS
Y el padre nos decía:
- Si algún día llega a suceder alguna cosa, mis hijas, tienen que aprender a
manejar la agricultura. Y así fue. Yo aprendí la agricultura allá en Santa Teresa y a
ver por todo ese ganado y todo. Yo duré bastante tiempo con eso, ovejas,
conejos, gallinas, pero el ganado yo era la que lo manejaba y yo era feliz, feliz con
todos los oficios que me pusieran. A veces me ponían hasta 4 oficios, porque yo
era como una hormiga en oficios .
LA MODISTERIALA MODISTERIA
Ya después yo me dediqué más que todo fue a la costura. En Chapinero yo hacía
costura y también enseñaba. Porque yo estuve primero en esta casa, aquí en
este taller, después me fuí.. ah no, me mandaron a Chapinero, allá cogí un taller
pequeñito por supuesto, para empezar porque empezábamos con nada, lo que
hiciéramos nosotras, cada una, con nada empezábamos y así hasta cuando ya
estaba cultivado, entonces nos mandaban a otra casa y después yo fuí para
Chapinero, de Chapinero pasé acá, de acá a Tunja. Yo trabajé más que todo en
costura, 35 años trabajando en costura. También enseñaba, lógico, por ahí tengo
fotos.
Bueno, después pasé otra vez acá, de Tunja a acá, y de aquí a dónde fue... pues
después pasé fue a Faca y de Faca a Tunja y de Tunja aquí. Y después al Ocaso,
allí también tuve taller y un grupo que le enseñaba.Ya allí había niñas más
grandes. En Chapinero tuve también, después duré varios años enseñando
modistería, en San José también, por ahí tengo de Chapinero una foto.
A mi tierra sí fuí varias veces, pero ya no se puede ir, no alcanza la plata y con
tanto que yo andaba. ¿Andariega? Mucho, mucho. En la calle pues hacía
diligencias, porque me acostumbré, porque tenía que hacer las compras, ir a los
almacenes grandes, por ejemplo Coltejer, Fabricato, para comprar por mayor, eso
sí lo hacía yo, y comprar cositas pequeñas y cacharrería y todo en esos
almacenes, fue de todo, más trabajo. Yo trabajaba en distintas labores, hice
tapetes, hice cubrelechos, varias cosas... floreros.
NOS REUNIO A TODAS EN VISPERA DE MORIRNOS REUNIO A TODAS EN VISPERA DE MORIR
En el 46 yo estaba en Chapinero en la Fundación Social, allí tiene un edificio,
porque antiguamente era una casa de un solo piso, pero bastante grande y eso lo
compró todo la señorita María Teresa. Yo estuve ahí desde antes de empezarse el
edificio, antes de eso y después en 1934, no, en 1944 fue cuando se acabó ese
edificio, digamos la construcción.
Sí, entonces el padre, fue víspera de morir, nos reunió a todas y entonces no
fuimos sino seis , entonces nos reunió y nos dijo así:
- Esta obra queda en poder de Las Marías.
Ya entonces nos llamaban las Marías , porque Las Marías se empezó en 1938 a
escribir, a dejar escrito para que se cumpliera, entiendo yo así, para que se
cumpliera hasta que se acabara la Institución. Bueno, después, ah, el padre nos
dijo:
- Esta obra queda en manos de ustedes, de las Marías antiguas, de mis Marías
antiguas...
Porque él no hacía cuenta de las nuevas. Decía:
- Está Lucrecia, está Isabel Caicedo, que son las de la Caja, ésta, ... cuál otra, ésta
la que está aquí... Horosia que ya es antigua, Horosia que es más antigua ya
conoce en verdad lo que es la Institución, ya saben todo, no necesitan explicar
más cosas. Quedan los jesuitas, los jesuitas tienen que seguir dirigiendo esta
obra. Y a Dios se la encargo.
Entonces estaba la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y nos hizo arrodillar,
rezamos el Padre Nuestro que siempre lo rezábamos para terminar su charla.
Entonces le recomendó el Sagrado de Jesús y a San Francisco Javier que eran los
patrones.
- Entonces así quedamos porque mañana me muero y entonces esto queda sin
explicarse, sin decirse nada cómo es esto, esta obra es de Dios, eso no es hecho
por hombres, sino que es de Dios.
ESO FUE MUCHISIMA GENTEESO FUE MUCHISIMA GENTE
Era como si él presintiera la muerte. Sí, es que él siempre nos hacía reunión.
Dígame cómo sería nuestra angustia de que el día siguiente de lo que nos dijo
entonces, él le dijo al Sagrado Corazón de Jesús que él le encargaba esta obra
que él hiciera lo que quisiera.
Figúrese, cuando la muerte del padre fue durísimo, por supuesto, muy duro y uno
como es tan chicanero, nos avisaron a las 6:00 de la tarde y nosotras qué hicimos,
rezar para que nos diera fortaleza y pensar, yo no pensé si me tenía que salir, no,
yo no pensé sino que con lo que nos había dicho el Padre no había otro remedio
que seguir hasta que Dios quiera.
Y después el entierro fue en San Ignacio, todos todos nos reunimos, eso fue
muchísima gente, por supuesto, tanta gente, tanta gente, pero más cuando murió
la señorita María Teresa, en el 37, yo todavía la lloro porque era una madre,
nunca nos regañó a pesar de ser tontas, nunca, no hacía nunca suspensión. A la
que fuera la reprendía pero no más.
Ana María González digamos que la reemplazó, ella la reemplazó en todo lo que
es enfermería y la que reemplazó una de Las Marías que está, que nombran
todavía, que fue Anita Benitez y como ella fue otra mamá, porque madre
queridísima con todo su modo de ser tan lindo, entonces ella quedó.
Bueno, como les digo, yo todavía siento la falta de la señorita María Teresa.
EL POBRE QUé HACIA, LE TOCABAEL POBRE QUé HACIA, LE TOCABA
El padre Posada cogió la obra cuando el padre Campoamor murió porque él lo
eligió. Porque el padre lo quería muchísimo. El padre Posada era bendito.
Entonces, el padre Campoamor lo eligió antes. Y después ya la Compañía vió que
el padre Posada era el que necesitaba en la obra y así fue. Y él fue a Roma. El
estuvo tres meses por Roma y mientras tanto quedó el padre Javier Mejía. El duró
3 meses.
Bien, después ya llegó el padre Posada a trabajar y él no quiso cambiar la obra,
sino que siguiera como el padre Campoamor la tenía, pero ya vino gente extraña
y empezaron a cambiar. Eso fue en Santa Teresa, el grupo de las nuevas vino a
hacerles clases y eso no se hizo nada, todo se perdió. Todo quedó allá y desde
entonces empezó en 1950 esos cambios, ya incluso se cambió todo porque
llegaron unas nuevas, dizque porque nosotras eramos como encargadas, a mí me
da pena decirlo, entonces como el padre nos enseñó mucho... de pobreza, porque
él decía que no quería que fuéramos ricas porque hacíamos a los pobres a un
lado. Digo, el padre Campoamor.
El padre Posada también quería lo mismo, pero el pobre qué hacía, le tocaba.
Bueno, así siguió todo y nos decían que ésto no estaba bien, que muchas cosas, y
empezaron los cambios y Santa Teresa - me da tristeza- , nos quitaron y lo mismo
Villa Javier, pero entonces lo cogieron con el fin de vender, de construír, era la
única forma, porque en la escritura estábamos era Las Marías, pero eso no
cambió.
Y el padre Posada trabajó muchísimo, eso sí trabajó por llevarnos bien, pero
entonces ya se enfermó, ya hubo cambios, nuevos padres, y todo eso, cada uno
piensa como puede.
PADRE, YO PREFIERO RECIBIR DULCESPADRE, YO PREFIERO RECIBIR DULCES
Yo seguí trabajando en los talleres, hasta el 77 estuve trabajando y después
empezaron a acabar con Las Marías. Cuando se murió el padre Posada vinieron en
padre Guarín, después el padre Vélez, después de nuevo Guarín y después el
padre Londoño.
También yo estaba en la víspera con el padre Posada, antes de su muerte, en el
72. Sí, la dicha más grande que siento es que yo estaba con él. Sí, y la víspera de
morir, porque era que a mí me gustaba mucho, o me gusta, porque sabe qué a mí
me gusta mucho los juegos. Ese día estábamos jugando dominó y entonces él se
acostaba siempre, pues íbamos a su cuarto y ese día estábamos jugando y él se
dio cuenta de que ya era tarde y que... yo aprendí bastante de él.
El padre Posada fue muy querido, muy bueno, con nosotras, muy cariñoso y decía
que... y nos quería mucho y yo le dije un día:
- Padre yo prefiero recibir dulces por todo lo que lo hecho sufrir.
Y dijo:
- Pero a usted no tengo nada para perdonar ...
Porque yo no sé, yo lo quería muchísimo y aun cuando a ningún padre yo he
hecho sufrir, uno tiene esa satisfacción.
TODOS LOS DIASTODOS LOS DIAS
Sí, tuve pretendientes pero no más, pero no los acepté porque yo estaba muy
enamorada de esta institución. Sí, porque se me presentaron hasta buenas
personas, sí, pero no quise seguir. Eso sí, muchos, pero yo no los acepté porque
para qué, como decía el padre Campoamor hay que hacer mucho en esta obra,
entonces yo pienso en lo que nos dijo el padre Campoamor , víspera de morir,
eso siempre se me quedó grabado hasta cuando me muera. Muy lindo porque se
goza mucho, claro que toca trabajar y eso era por ejemplo, bastante difícil, pero
está uno con Dios que es lo principal. Está uno con Dios todos los días y uno tiene
que corresponder, ese es mi lema, que hay que corresponder con la gracia de
Dios, porque él nos facilita todo y entonces hay que pensar en nuestra salvación.
VOCES E IMAGENESVOCES E IMAGENES
Esta es una fotografía en las bodas sacerdotales del padre Posada. Esta es otra
compañera. Sí, esta soy yo. Esta es de un paseo, pues hace tanto tiempo que
francamente no me acuerdo dónde es. Sí, esta es Adelina. Esta soy yo en El
Ocaso. Esto es en Chapinero cuando reformaron la casa, que le hicieron una
reforma, un cambio. Esto es en el campo. Esta soy yo. Sí, elegantísima con un
gran sombrero. Sí, es en Villeta, el padre Posada me estaba curioseando. Aquí me
pillaron bailando, en El Ocaso. ¿Y esta quién es tan bonita?
ESE PICARO CORAZONESE PICARO CORAZON
Nunca más volví a volarme a las cuatro de la mañana, no, qué caso. Pues aquí yo
siempre quería aprender alguna cosita, y como me gusta tanto la música,
especialmente la de cuerda, música de cuerda, bambucos, todo, todo, entonces
yo tenía muchos deseos y se me presentó una chica y resulta que ella sabía de
música. Entonces ella cargaba unos instrumentos porque tocaba unos torbellinos,
da conciertos y todo. Entonces estaba yo aprendiendo, no, pero me enfermé.
Lástima, porque ella era un artista.
Sí, estuve aprendiendo notas. Eso fue este año. Porque después ya... lo del
corazón, lo de este pícaro corazón. Bueno, yo a veces tengo... y es que mi
cuerpo ... es el corazón que manda, manda, el de los hombres.
MARIA BETULIA SANTANAMARIA BETULIA SANTANA
Y CANTANDO Y BAILANDOY CANTANDO Y BAILANDO
HABIA MUY BUENA TIERRAHABIA MUY BUENA TIERRA
Voy para 76 años. Yo nací en Cogua, en 1917. En ese tiempo no había
bachillerato. La primaria la hacía uno con unas hermanas del párroco que había.
Le daban a uno estudio, a los que quisieran aprender.
De Cogua nos vinimos para Zipaquirá, pues ahí teníamos bastante familia. Y yo
casi me crié fue en Zipaquirá. No estuve allí sino 16 años. Y entonces fue cuando
me entré aquí al Círculo.
Papá tenía una finca muy grande, donde había de todo. Una finca con ganado,
agricultura. En ese tiempo eran terrenos muy buenos. Se daba de todo. Y
teníamos una finca, que era cerca a la Represa del Neusa, en la planicie. Esa fue
de papá. Y eso nos vino a buscar Concesión Salinas, que le vendiéramos. Porque
eso estaban que compraban. Mis hermanos estaban por allá, cada uno en una
parte, porque era cuando iban a hacer la Represa. Entonces allá también él
sembraba mucho. Había muy buena tierra. Eso a la orilla del pedregal había
mucho fríjol y mucha cosecha. El tenía sus obreros y quien le hacía todas las cosas
y las llevaba y todo.
MURIENDOSE LOS PAPAS SE ACABA CASI TODOMURIENDOSE LOS PAPAS SE ACABA CASI TODO
Papá tenía como 60 años. Eso nos divertimos tanto. Mi papá tenía en la finca
caballos, bueyes, gallinas, de todo. Mi papá ensillaba esos caballos y nos ponía a
correr por esos potreros. Bueno, mi vida ha sido muy sencilla, pero muy sabrosa y
satisfecha. Yo no he tenido así como sufrimientos.
Cuando papá tenía 60 años, yo tenía tres años. El mayor tenía 19 años. Y de ahí
para abajo. El mayor también ya se murió. Después del mayor seguimos Aura,
que ella vive en Medellín, Carmenza, que ya se murió. Después seguíamos la
gemela y yo . Después siguió la monja, que también se murió hace poco, como
unos dos años. Ella fue misionera Teresita. Bueno, y los otros siguieron ya, eso
era una cantidad de mujeres.
La menor tenía en ese entonces 22 meses y se enfermó. Hacía un verano
terrible. Y entonces mi papá se fue a traerle remedios a ella. Y en esas empezó a
llover, esos goteronazos que caen así. Y entonces a papá le dio neumonía. No
duró sino tres días. Lo llevaron a un médico y le llevaron sacerdote y todo. Pero
eso hasta media noche estuvo hablando y todo. Y qué se iba a imaginar mamá
que a la 1:30 de la mañana mi papá se fuera a morir. Siempre duró como dos días
con esa tosesita que les da y no más. Y él se murió, papá, y muriéndose los papas
se acaba casi todo.
A MI MAMA LE GUSTABA ERA COSERA MI MAMA LE GUSTABA ERA COSER
Quedamos con Mamá no más. Y éramos 8. Ella si duró harto tiempo. Ella nos
educó a todos, como dicen. Mamá quedó sola. Y siempre para levantar a ocho
muchachos.
A mi mamá le gustaba era coser. Ella era como medio modista. Tenía una de
esas Singer, yo la tengo todavía, fue de las primeras que llegaron. Una madrina
tenía otra y una vecina otra y así. Primero antes de esa máquina había una de
manivela, pero uno se acostumbra a todo. Nos hacía a todos la ropa. A papá le
hacía camisas, hacía cositas chiquitas y eso siempre tenía su trabajo y eso era
para los domingos, para salir, porque eso en semana mi papá lidiando con
obreros. Eso nos cosía a todos. Siempre éramos hartos y hacía vestidos para
hombre. Para vender, no , sólo lo que le encargaban y para los hermanos. Para mi
hermano, el mayor.
ESE PAVOR DE LA TIERRAESE PAVOR DE LA TIERRA
Yo fui gemela. Y la otra se murió de nueve años. Y también pasó lo de papá: ese
pavor de la tierra. Porque por allá en el campo eso matiene una sequía terrible. Y
después ese polvo se levanta.
Eramos exactas. Y todo el mundo tenía que ver con nosotras. Los profesores nos
llamaban cada nada y hablábamos igual. Exactas, exactas. Ella se llamaba María
Esther y yo me llamaba María Betulia. Y entonces todos me decían por el nombre
de ella. Porque éramos exactas.
Y NADIE PODIA MIRAR NI GALANTEAR NI NADAY NADIE PODIA MIRAR NI GALANTEAR NI NADA
Para entrar aquí a Villa Javier había allá una muchacha que había entrado aquí
primero. Y era muy simpática y todo. Y había tenido problemas por ahí con su
mamá, o en fin. Y entonces una madrina también hermana del párroco que había
allá, le dijo que la trajera a alguna parte. Que estaba aburrida con su mamá,
porque la regañaba muchísimo y nadie podía mirar ni galantear ni nada, porque la
mamá se ponía bravísima. Y era simpática la muchacha, y entonces le dijo a ella:
- Vaya a Bogotá que hay una fundación del padre Campoamor.
Y ELLA ERA DE PATRIAY ELLA ERA DE PATRIA
Y ella fue la que inició. Y le dijo de todo lo que hacían. Y ella la trajo aquí. Y aquí
había una fiesta de Reyes. Y era muy hermosa y había carrozas. Esas señoras de
sociedad ayudaban mucho en carrozas y todo. Y los caballos los prestaban para
el 20 de Julio.
Yo tengo por ahí un retrato de todas: de la señora Sofía, la señora Amalia, la
señora Nina que había sido hija del presidente Reyes y todas fueron
colaboradoras de aquí. Y las hijas también. Había una hija muy querida de la
señora Sofía. Y ella daba clases de religión. Y en Casa María Teresa había
muchas profesoras, otras de sociedad, otras enseñaban modistería y así. Y fuera
de eso tenían una señorita de asiento para enseñar. Y era todo por horas: una
hora para tal cosa y así otra hora tal, en fin.
Resulta que vino una hermana mía a la fiesta de reyes y se encontró con ella, la
muchacha que se había ido al Círculo, que eran amigas. Y ella era de Patria. La
pusieron de Patria, porque era muy simpática la china y era el 20 de julio. Le
pusieron un vestido de la patria en un camión, en una carroza de esas que vestían
. Y luego después ya se fueron y se saludaron y todo eso y le dijo:
- Hola Carmenza, ¿por qué no te vienes para acá? Aquí es muy sabroso, mira que
esto y lo otro.
VERE A LA BETTY MAÑANAVERE A LA BETTY MAÑANA
Carmenza era la hermana que me antecedía. Ella ya se murió. No tenía ni idea, ni
nada. Entonces, bueno tánto la entusiasmó, que se vino. Ella le dijo a mi mamá
que la dejara venir y que no sé qué. Bueno, y se vino. Y duró entonces un año. Y
entonces allá en mi casa me llamaban Betty. Y ella fue de vacaciones. Y me dijo:
- Ala, Betty, por qué no te vas para el Círculo de Obreros y verás que eso es lo
más bonito.
Nooo, eso me contó todo allá. Y yo le dije:
- Cómo se le ocurre que yo deje a mi mamá sola...
Y eso que allá en ese tiempo había gente quien le ayudara a mi mamá. Gente
sobraba, lo que hoy día no hay ni quién ayude a nada. Y eso que a veces hasta
se ofrecían a lo que quisieran hacer.
Entonces mi mamá se sintió. Y dijo que no. Y se sintió más con ella, porque
siempre yo le ayudaba con los otros. Tanto me animó, que yo le dije:
- Bueno, voy a hacer el experimento.
Entonces hasta un hermano, el mayor, se burló harto de mi, porque me puse a
hacer mis maletas. Y me dijo:
- Ay, veré a la Betty mañana. Cuánto que no duras dos días. Mamá, acuérdese de
lo que yo les digo.
CLARO QUE UNO LLEGA ARREGLADITOCLARO QUE UNO LLEGA ARREGLADITO
Bueno, entonces así fue. Y mamá me trajo, porque ella dijo que no, hasta no
convencerse dónde estaba o dónde quedaba, o sino no me dejaba venir. Y ella
se vino conmigo a la casa María Teresa.
Y el Padre estaba en el despacho. Y ya Carmenza le había dicho de mí. Y él dijo:
- Si, vaya por sus papeles.
Y me fuí. Y en esas salió la señorita María Teresa. Claro que uno llega arregladito.
Y uno no es tan....sino por lo menos....Ella me miró y me dijo:
- Aquí se necesita es jóvenes sencillas. Sencillas. Aquí no hay lujos, no hay esto.
Claro que en ese tiempo tampoco se pintaba uno de nada. En ese tiempo llegaba
uno así. Sin embargo, me mandó seguir y todo. Y a mí me dio fue miedo. Y
entonces me presentaron ya a las otras y a la superiora y todo.
Sí, mi mamá quedó más tranquila porque ya me dejó y habló con la señorita María
Teresa y en fin. Pero siempre se fue como dolorida, y como la otra hermana
también estaba aquí hacía un año, entonces allá en la casa había pequeños y allá
había gente vecina que le ayudaba en los quehaceres de la casa y con los niños y
en la cocina.
Yo tuve tres hermanas aquí en las Marías. Una fue monja, porque una vez nos
presentaron una película de misioneras en Pamplona. Fue el padre Afanador. Y
ella se antojó, y el padre se la llevó. Ella duró como cuarenta y pico de años en la
comunidad. Ella se murió en Medellín hace como dos años, creo.
COMO EN CORRAL AJENOCOMO EN CORRAL AJENO
Y ya aquí al comienzo uno se siente como en corral ajeno. No sé. Y entonces
ellas por las mañanas se quedaban unas dos veces en Santa Teresa o tres. Iban y
nos levantaban a las cuatro de la mañana o a las cinco para ir a misa, yo no me
acuerdo. Y nos tocaba bañarnos con agua fría. Eso era como si uno se metiera en
una nevera.
Y uno con ese sueñito. Y uno joven, que siempre le gusta dormir un poquito
más. Yo decía ya al otro día, pero imposible. Bueno, ahí duré muy poquito,
porque yo era recién llegada y esa señorita Francisca me tenía mucho ojo. Ah,
pero lo señora María Teresa conmigo la fue casi desde el primer día.
DESDE PIANO, COMO DICENDESDE PIANO, COMO DICEN
Bueno, entonces resulta que la señorita María Teresa al día siguiente a las nuevas
nos mandaba al oratorio. Y a las otras , cada cual ya tenía su sitio donde le tocaba
hacer lo que tenía que hacer diario. Bueno, y ella se iba al oratorio a
encaminarnos a saber qué sabíamos de religión.
Eramos como cinco nuevas. Yo como me sabía el catecismo Astete de pe a pa,
porque en toda parte la religión era como lo más importante de los estudios. Y me
preguntó:
- Bueno, María Betulia, usted qué sabe de religión.
Eso me preguntó las bienaventuranzas. Me preguntó los misterios del rosario. Me
preguntó íntegro. Y se lo respondí de pé a pá, como dicen. Y las demás no
sabían, porque venían por allá de Boyacá, menos preparadas, de otras partes. Y
no, y entonces me empezó a coger como más cariño. Y luego me puso a arreglar
unas ropas, unos cuadritos.
Bueno, pero ella era una mamá. Una madre, qué cosa, tan formalita, desde
piano, como dicen.
AHORA LLEGO A MI CASA Y ECHA A BURLARSE DE MIAHORA LLEGO A MI CASA Y ECHA A BURLARSE DE MI
Es que yo me vine porque mi Dios me traía. Porque yo qué me iba a imaginar que
mi hermana me iba a convencer y traerme. Y hasta estuve por irme, porque el
frío de Santa Teresa yo no me lo aguantaba. Y le dije a la directora:
- Yo tengo ganas de irme para mi casa, por mamá.
Pero era ese frío que yo no me lo aguantaba. Y de aposta en ese tiempo el
oratorio era en puros ladrillos. Y uno tenía que ir a rezar y todo eso y hacer
meditaciones y uno joven. Y el baño de agua fría. Pero el baño del cuerpo era en
el día, en las albercas. Era por turnos y tampoco era todos los días. Era como dos
veces en la semana. Pero ese frío de ese piso de allá del oratorio y esas
meditaciones. Y ella, la señorita María Teresa, rezaba tan lindo. Hacía unos
primeros sábados divinos. Como que le infundía piedad a uno. Bueno, y entonces
ella me dijo:
- Pero ¿por qué te vas? No te vayas. Aquí te queremos. Pide lo que quieras.
Yo le dije:
- No, yo estoy muy bien.
Pero de veras , yo estaba bien, sino que el frío era el que me comía. Y entonces
me acordé de mi hermano. Y dije :
- Ahora llego a mi casa y echa a burlarse de mí, y me va a decir: "vea yo le dije,
vea, vea, lo que yo le anuncié".
Y por eso me detuve, de pensar en él que fuera a burlarse de mí. Y entonces de a
poquito el Padre empezó a sacarme de Santa Teresa. Y me trajo aquí, para el
Centro. Y aquí ya no hacía tanto frío. Aquí ya era diferente.
YO NO TENGO SIRVIENTAS, YO TENGO SON REINASYO NO TENGO SIRVIENTAS, YO TENGO SON REINAS
Una vez estaban ensayando para una fiesta que iban a hacer. Entonces hacían
una cuña a los cantos de la preparación, porque era que ahí en el despacho había
un letrero donde se daban las direcciones para los que necesitaran. Y creían que
las Marías eran las sirvientas. ¿Se imaginan? Entonces era gente que viene de
fuera a hacerse inscribir para otras, que las vinieran a buscar. Y eso lo tenía el
padre desde hacía tiempo. Y entonces llegaron una señoras encopetadas que
venían a buscar unas sirvientas. Entonces el padre les dijo:
- Yo no tengo sirvientas. Yo tengo son reinas.
Porque él nos llamaba así. Entonces le preguntaron que porqué tenía esos avisos.
Y él les explicó porqué. Que era pa´ ayudar, porque eran las monjas salecianas
que ayudaban a las niñas que venían de afuera . Y ellas los domingos le
enseñaban a las niñas del servicio de gente de sociedad. Todas venían muy bien
arregladas, pero eso había más señoras que sirvientas.
Ah, entonces estaba el señor Acuña preparando la fiesta y cantando y tocando. Y
dice:
- Pero que qué le van a dar a uno, si las tienen tocando piano y cantando y
bailando ¿o es que no hay servicio?
Con ese modo.
ME FASCINABA SER COMO MAESTRAME FASCINABA SER COMO MAESTRA
Primero fue que me trajeron cerca al despacho. Y el padre Campoamor me puso
como sesenta peladitos chiquiticos. Eso parecían hormigas. Me fascinaba ser
como maestra. Pero sesenta, póngase a pensar. Y estaban todos chiquitos, sin
saber ni siquiera las vocales. Eso fue tres meses, menos mal no fue mucho
tiempo. El salón mío quedaba al frente del despacho . Y entonces llegó un día el
Padre. Y se puso a escribir en el tablero Y eso era que los pelaos le cogían ya y
empezaba a decirles, a inventarles historias. Les decía:
- Ese chino se llama i y va que corre para la iglesia.
Y así con toda las vocales. Y todos le repetían en coro. Y luego seguía con las
consonantes.
- Esta se llaba B de burro y si le acomodo el chinito que va para para la iglesia
¿ cómo es que se llama?
Y todos decían iiii....
- Y entonces, y si yo le pongo esa i al pie de la b, cómo se diría.
Bíííí, decían todos. Y así hasta que terminó con todas las consonantes. Y los chinos
aprendieron en menos de nada. Y era que el padre le sacaba cuento a todo. Y los
pelaos le ponían mucho cuidado. Y él tenía un método bonito.
COMO QUE QUEDABA UNO DIFERENTECOMO QUE QUEDABA UNO DIFERENTE
Otra cosa, les daban almuerzo a todos los chinos y los papás pagaban doce
centavos a la semana por el almuerzo. Y como decían, el padre no es por los
doce centavos diarios, sino por la responsabilidad del padre de familia que tiene
que saber que tiene que pagar el almuerzo. Bueno, eso sí no se les daba sino dos
platos de sopa a los chinos. Y la señora Anita María Restrepo ( que era tan
querida) les traía pata de res. Eso traía cosas para que les dieran, panecitos,
cualquier cosa. Pero tanto muchacho que había. Eso se hacían dos filas. Había un
corredor largo que era para poner el restaurante. Y había una María que traían
para que hiciera la sopita. Y había otra que era la que repartía cuando ya estaban
todos sentaditos allá. Y como no salía ninguno, entonces se les daba el almuerzo.
Y después eran todos a correr por ese patio, eso qué no hacían, inventaban cosas,
y ya a las cuatro o cuatro y media descansaba uno y como que quedaba uno
diferente.
LO DE LA MILICIA ERA DE MARCAR EL PASOLO DE LA MILICIA ERA DE MARCAR EL PASO
En Villa Javier me tocó durante cuatro años. Y eso yo tengo curas y médicos que
fueron discípulos míos.
Un día yo estaba en el despacho y vino el Padre y me dijo:
- Betulia, vaya y se me pone al frente de la escuela de Villa Javier.
Y siempre eran hartos. Eran 4 salones. Y yo tenía que estar al frente de todas las
compañeras y de todos los muchachos, de toda la escuela. Me tocó con el batallón
infantil. Cada ocho días era venga de Villa Javier al centro, porque venía el señor
Mena que era el que les enseñaba la milicia, como dice. Los soldados eran de aquí
del centro y la banda de música era de Villa Javier, los de tambores y sus pitos y
todo. Pero me tocaba traerlos, venirme con ellos porque había unos muchachos
que cogían a quitarles los tambores y así. Y eche para acá y para allá cada ocho
días.
Lo de la milicia era de marcar el paso y tocar esos pitos y todo eso al compás,
para que todos marcharan. Y también cuando habían fiestas yo tenía que mandar
a arreglar los vestidos de los muchachos y así. Yo tenía que estar en todo y ellos
tenían que estar muy limpios. Por ahí están retratados. A mí me tocó cuatro años
estar con ellos.
Entré a los 16 años en las Marías, en el 34. Yo estuve primero tres meses con los
pelaos y después entonces me llevó al despacho porque en ese tiempo las juntas
de las Cajas, de los doctores de la Caja eran aquí en el despacho del Padre, aquí
en la novena. Era el doctor Michelsen, el papá de los otros. Ese señor era muy
puntual. Y los demás sí como decía el padre Posada cita colombiana: se cita a la
una de la tarde y aparecen a las tres, que aquí en Colombia tenían esa costumbre.
POR AHI DETRAS DE UNA COLUMNA ECHANDO OJOPOR AHI DETRAS DE UNA COLUMNA ECHANDO OJO
Pero en ese tiempo eran tan bonitas las fiestas. Eran tan buenas las navidades.
Eso habían disfraces, muy bueno. Se reunía toda la gente de las casas en Villa
Javier. Y entonces eso jugaban pelota, tejo, balón, tánta diversión. Eso nadie
podía estar quieto, todos en movimiento. Por supuesto, ese potrero grande que
había lleno de eucaliptus y todo eso. Y había un patio para bailar, para los que
quisieran bailar. Y sobretodo los domingos, que había baile después de las siete
de la noche. Allí se reunían los jóvenes a bailar y por ahí las viejecitas estaban
mirando alrededor y el padre estaba por ahí detrás de una columna echando ojo.
Pero nos reuníamos todos. Y allá el Padre no dejaba tocar una María. Para bailar
eso eran bailes sueltos, al estilo español. Nada de cogerse. El decía:
- Es que mis Marías no son costales de harina, para que las toquen acá y allá.
COSTAL PARA QUE ME ALARGUE LAS MANGAS A ESTA SEÑORACOSTAL PARA QUE ME ALARGUE LAS MANGAS A ESTA SEÑORA
No le gustaba que las fueran a manosear, ni mucho menos. Era muy bueno, pero
muy delicado, muy puritano.
Eso que le viera a uno una manga corta, mejor dicho, la manga corta no se usaba.
Y lo mismo era la señora María Teresa: nada de escotes. Eso tenía uno que usar
los vestidos largos. Y una vez llegó una señora de por allá de Cali a pedir una
casita. Y traía manga corta, como así que se usa por allá. Y él dijo:
- Mire, consíganme un pedazo de costal para que me alargue las mangas a esta
señora.
USTED PADRE VA A SER CIELO O INFIERNO, PERO PURGATORIO NOUSTED PADRE VA A SER CIELO O INFIERNO, PERO PURGATORIO NO
Pero era chistoso y todo, al mismo tiempo. Nadie se atrevía. Una vez el padre
Lombana le dijo:
- Usted padre va a ser cielo o infierno, pero purgatorio no.
El le decía:
- ¿Por qué, padrecito?
- Porque a sus gentes, a sus hijas, a las Marías las sube hasta la cumbre, eso sí,
porque las sube hasta que ya. Pero el día que está bravo, las manda al infierno,
les saca íntegro lo imaginable. Pero no, término medio no.
Por eso el padre Lombana (lo más querido) le decía eso. Y al padre le daba era
risa.
LO CONOCI DE CORTOSLO CONOCI DE CORTOS
La muerte de mi esposo fue lo que más me hizo sufrir en la vida, porque fue muy
bueno, muy buen muchacho. Yo era mayor dos años que él. El llegó a Villa Javier
por don Eudoro Rodríguez, que era como el que mandaba ahí en el Círculo, como
el mayordomo, como el que entregaba las casas.
Mi esposo fue obrero, pertenecía al Círculo de Obreros y era músico.
Eso yo lo conocía joven de cortos, en ese tiempo, porque hasta los 18 era que
usaban los largos. Eso cuando se los ponían se veían unos hombres diferentes. Y
Eudoro Rodríguez los trajo a la mamá y a él, porque ella estaba viejita. Eso ella
parecía era la abulita de él y él la quería mucho. Me gustó, pero yo nunca llegar
en la vida a imaginarme que ese muchacho fuera a ser mi esposo más tarde,
jamás. Todo el mundo comentaba lo formal, lo querido. 41 años duró.
AQUI VA A HABER NOVIAZGOAQUI VA A HABER NOVIAZGO
¿El enamoramiento¿ Pues yo no sé. Empezó de un momento a otro. Yo me había
ido a la casa y había un salón de baile, o sea el salón del teatro que era muy
grande. Y entonces en ese tiempo existían los bailes, que era en donde uno podía
hablar con alguien. Entonces después del rosario salíamos al baile. En ese tiempo
ponían vitrolas y eso, porque en ese tiempo no había televisión, ni radio, sino
ponían la vitrola y ponían discos. Entonces al padre le gustaba que los jóvenes
bailaran con las Marías, los que quisieran o muchachos. Entonces eso había unos
que bailaban, otros que actuaban, eso estaban entrenados en el teatro y así. Y en
ese baile, cuando a un muchacho le gustaba una María empezaba a sacarla a
bailar, el que no le encontraba nada sacaba a la que quisiera. Pero cuando uno le
gustaba una María y la sacaba seguido tres veces entonces decían:
- Aquí va a haber noviazgo.
YO EMPECE A DESENVOLVERMEYO EMPECE A DESENVOLVERME
Y era preciso, preciso. Y uno al principio charlaba y eran muy simpáticos.
Entonces, cuando esa vez él empezó a sacarme a bailar yo no sabía bailar. Y
entonces la señorita Ana María me puso un señor Fonseca, a que me enseñara ,
para que no me quedara así por ahí. Y eso a mí me daba pena, porque como
papá y mamá nunca lo dejaban a uno ir a una fiesta ni nada. Y cuando nos
invitaban, ellos daban alguna disculpa. Bueno, entonces cuando ese muchacho
me invitó a sacar a bailar, yo empecé a desenvolverme. Y entonces charlamos y
me echaba flores, pero siempre con un poquito de respeto, porque dizque yo era
maestra. Entonces me habló de la mamá y no sé por qué dizque yo le simpaticé
mucho a ella. Y yo dije:
- Eso ella qué me va atender.
Bueno, la cosa fue que yo le dije que me iba para mi casa y estando allá me
mandó una carta manifestándome lo que él sentía por mí. Y yo no le contesté.
Bueno y así pasaron 5 años de amores, eso duramos 5 años bobiando.
COMO QUE LE VA COGIENDO UNO MIEDO AL MATRIMONIOCOMO QUE LE VA COGIENDO UNO MIEDO AL MATRIMONIO
Entonces, cuando yo trabajaba en las escuelas había unas mamás que le
contaban a uno como sufrían con los esposos que tomaban y que les pegaban y
todo. Una señora me contaba un día que se había casado por allá donde una
madrina y que era sola y que ella no lo había querido tampoco y que ese fulano se
lo había escogido la madrina y que una vez estando embarazada le dió una
pedrada con un pedazo de ladrillo y que dizque le rompió un brazo y que estando
en el hospital alcanzó a nacer el niño y todo eso, en fín. Tambien había aquí en el
centro una señora muy elegante y ella iba a donde mí y me decía:
- Eso uno no se debe casar para que lo maltrate y tampoco me metí de religiosa,
que para qué si estando uno bien.
Y yo le dije que yo no me sentía para convento, mi hermana sí, se entró el
convento y se amañó harto ahí. Bueno también me contaban que había una
muchacha que estando en el colegio conoció un muchacho y con lo de las onces
se casaron. Y entonces cada uno cogió para su casa. Y duraron así varios meses
sin saber si eran casados , hasta que alguien les dijo. Entonces supieron los
papás. Y el papá se puso bravísimo . Y eso dizque lo sacó del colegio y lo mandó a
estudiar carpintería y a ella lo mismo, la pusieron a aprender modistería, como en
ese tiempo no había nada más así especial, qué más se hacía.
Bueno, entonces como yo fuí la que aprendí primero modistería, ella fué donde
mí y me contaba todo y otras me contaban que por ejemplo el marido era un
borracho completo,
- Y a mí no me dá nada para nada.
Y así sucesivamente. Entonces eso como que le va cogiendo un miedo al
matrimonio. Pero yo lo veía a él como diferente. Con la mamá cómo era tan
cariñoso, muy bueno. Entonces hasta los 5 años fuimos donde el padre.
DE UN LADO PARA EL OTRODE UN LADO PARA EL OTRO
Pero para llevarme a Cali más tarde, fué porque había cumplido un año de
noviazgo, de vernos eso como en Villa Javier. A uno no le podían dar la mano,
porque eso era un delito. El padre se ponía bravo. Bueno, eso duramos como dos
años contándonos cosas.
Como uno no estaba fijo, el Padre Campoamor lo mandaba de un lugar a otro y
de una cosa a otra. Por eso primero estuve en la casa y después en la escuela,
entonces en Villa Javier estuve cuatro años al frente de todo, pero todo con
disciplina. Eso la pasaba uno bueno.
Y después de la escuela, fue cuando me mandó a aprender acá, porque me iba a
mandar a Yarumal. Entonces me vine acá a la Caja y me enseñaron lo de la Caja.
Y al fin no sé por qué motivo no fundaron en Yarumal, no sé si es que al Padre no
le gustó o qué.
NOOO, QUE EXCUSAS Y QUE TODONOOO, QUE EXCUSAS Y QUE TODO
De acá entonces cuando ya aprendí me mandó a Facatativá. Me puso al frente de
la Caja, año y medio.
Ah, pero ya se había fundado en Manizales, que fue como en el 46. Allá en
Manizales nos tocaba era ir a conocernos con el Presidente del Banco de
Colombia. Y como nos veía tan sencillas y todo. Y como íbamos a los bancos y
todo, y había con nosotras una María que era una lumbrera, muy inteligente, y
tenía una letra divina, entonces ella con Marujita, que era la superiora, y como
nos veía tan sencillas y todo, entonces una vez pasó una señora y nos dijo:
- Ustedes dónde trabajan, precisamente yo necesito una muchacha para que nos
trabaje, que nos ayude en la casa.
Nos decía que si éramos de Popayán o de Pasto. Seguramente por lo que
teníamos alpargatas. Como en ese tiempo se usaban tanto. Entonces había como
unos detectives que nos seguían a todo lado. Y resulta que el señor, el
encargado de allá nos preguntó que qué hacíamos por allá. Y cuando supo que
íbamos a la fundación de la Caja Social, noooo, qué excusas y qué todo. Y nos
presentó al secretario y al presidente del banco.
Ah, pero esa fundación en Manizales fue lo más hermoso que hubo. Después de
los 4 principales que había, quedamos las cuatro Marías adelante. Y eso había
banda de guerra. Y eso que iban a hacer carrozas y el Padre dijo que no.
Cuando estuve en el despacho, nos presentaron a esos señores para que nos
ayudaran y nos atendieran. Allá duré cuatro años y con esa gente tan amable.
Y luego pasé a Cali. Eso hacían propaganda de la Caja, de todo.
BUENO, VAMOS A CONSIGNARBUENO, VAMOS A CONSIGNAR
Eso con ese padre Campoamor íbamos a tántas fábricas, por ejemplo a
Chipichape. Eso era grandísimo. Y el padre hablaba con los gerentes y con todos.
Los reunía en un salón grande que había. Y les decía:
- Bueno , vamos a consignar...
Por ejemplo, él decía :
- Si un obrero consigna $10, el patrón le daba otros diez. Si consigna 50 el patrón
le daba 50...
Eso se reunía harta plata y así fue como le sacó a las empresas. Eso él tenía
mucha influencia. En toda parte lo dejaban entrar. Eso él hacía mucha
propaganda de la Caja. Y cuando el IV Centenario de Bogotá le dieron una
medalla al padre Campoamor, por la obra tan completa que tenía. Eso había
granjas, escuela de modistería, banda de músicos, Caja Social, imprenta. Bueno
de todo, de todo.
EL PAN BENDITOEL PAN BENDITO
El padre Posada estaba acá y él estaba de provincial y entonces cuando murió el
padre Campoamor y lo quitaron de provincial para que se encargara de la obra,
porque era el que más conocía, porque eso sí desde el año 35 ya estaba al
tanto . Es que el padre Posada era como el pan bendito, a todo le decía bueno,
bueno. Y el Padre Posada tal cosa y él siempre decía, bueno, bueno.
YO QUIERO TERMINARYO QUIERO TERMINAR
Entonces un día yo le dije al novio:
- Sabe que yo quiero terminar nuestro noviazgo, porque yo no quiero saber nada
de matrimonio.
Y le dije:
- Mi deseo es el de terminar con usted.
Entonces se quedó callado. Y yo le dije que yo era muy vieja para él. Porque fué
cuando yo supe que él era menor de mí 2 años. Y eso me decía que no, que él
quería ser el báculo de mi ancianidad, que no se qué.
Y una vez que nos casamos, él me dijo:
- Recuerde que yo le prometí que iba a ser el báculo de su ancianidad.
Siempre se acordaba de eso. Pero yo qué iba a imaginarme que me iba a casar
con él. Pero me fué divinamente. Qué hombre tan casero. Ahí para la muestra
están mis hijos.
PERO USTED TAN MALAPERO USTED TAN MALA
Y qué le iba a decir: eso a los 5 años, cuando yo le decía todo eso, él se salió . Y
no se quiso ni despedir. Y que se iba para la casa. Y se fué sin decir nada. Y
después cuando me veían las Marias, me decían:
- Pero usted tan mala, usted por qué le hizo eso.
Y les dije que no:
- Es que no pienso casarme. Para qué me voy a engañar. Ya un año y por
amistad y todo está bien.
Bueno, y así quedamos y un día la señorita Ana Maria que era la que entrevistaba
a los novios, la que nos cuidaba, me preguntó que qué me había pasado. Y yo le
dije que nada.
POBRE MUCHACHO, NO LE HAGA ESOPOBRE MUCHACHO, NO LE HAGA ESO
Y después le conté. Y me dijo:
- Ay pobre muchacho, no le haga eso. El tan bueno que es y usted haciéndole
eso.
Y entonces después la señorita Ana Maria lo llamó y le dijo que me concediera una
entrevista nuevamente. Entonces ella me dijo que fuera, que él quería hablar
conmigo. Y yo, para que él viera que yo no era la que lo buscaba, me fuí con una
amiga para la sucursal de Soacha, que me había dicho que la acompañara. Y le
incumplí. Y después la señorita Ana Maria me consiguió otra cita, hasta que nos
vimos. Y me preguntaba que por qué tan antipática y así. Y preciso, hasta que al
fin se llegó la fecha y me trajo para Bogotá dos meses antes del matrimonio. Y
entonces el padre decía:
- Es que Santana no encontró otra mujer debajo del sol mejor que Betulia.
DEJO EL NOVIO GUARDADO EN BOGOTADEJO EL NOVIO GUARDADO EN BOGOTA
Duré allá en Cali como 10 años. Bueno, entonces como le iba contando fue
cuando llegó el padre donde el Padre Villegas y le dijo que venía por mí, dijo que
me iban a quitar de Cali, tanto de la Caja como de la casa. Y le dijo,
- Vengo a llevarme a Betulia para Bogotá
- ¿ Y eso por qué padre?
Y él le contestó:
- Porque se va a casar.
Y el padre le dijo:
- No padre, ella no ha tenido novio.
Y él les dijo:
- Es que ella dejó al novio guardado en Bogotá.
Y después quería que me casara en Cali. Y yo le dije:
- Cómo voy a hacer para llevar todo para allá y mi familia.
Eso me decían:
- Véngase para acá y le damos casa y todo.
Yo dije:
- No, cómo les parece, quién iba a ir a semejante lejura.
Además mi esposo también trabajaba acá en Bogotá y eso él no iba a ir por allá
por mí.
VAN A DURAR UN AÑO SIN HACER MERCADOVAN A DURAR UN AÑO SIN HACER MERCADO
No fue el primer matrimonio de las Marías, eso ya habían habido matrimonios a
pilas. Yo fuí más bien el último. Todavía hay gente de esa época ya con nietos y
todo. Yo he vivido toda la vida ahí en San Javier. Mejor dicho, a nosotros nos
dieron una casa en donde había que pagar un arriendo pequeño y así con todos.
Y la casa tenía un solar grande. Y mi esposo tenía que colocar muebles donde se
necesitara. Eso eran 4 piezas y la cocina. Era la sala, el comedor y el dormitorio. Y
eso las Marias se encargaban de arreglarle a uno todo y de dejarle a uno bien
bonita la casita. Porque la señorita Ana Maria era como una mamá. Y ella iba con
el novio a que llevara las cosas, de modo que el día que uno se casara uno no
podía ver la casa, sino hasta que el padre no autorizara. De mi casa me habían
traido mercado, de todo: frijol, papa, alverja, en fin. Y eso el padre nos decía:
- Eso ustedes van a durar un año sin hacer mercado.
Y TODOS SE BURLABAN, PORQUE ME LLEVE A MI HERMANAY TODOS SE BURLABAN, PORQUE ME LLEVE A MI HERMANA
Asi, pero todo me salió muy bonito, gracias a Dios. Y después ya me fuí de luna
de miel. Y todos se burlaban, porque me llevé a mi hermana. Eso fuimos a Villeta
y a Utica, asi a los pueblos y eso. Y dejaba que él saliera con mi hermana,
porque a mí no me gustaba salir. Y además me daba pena, porque yo el primer
beso que me dió mi marido fué el día que me casé y eso a las escondidas. Porque
como en ese tiempo como uno era tan bobo y eso yo me sentía yo no sé. Porque a
uno sólo lo besaban el papá y la mamá. Entonces eso uno se volvía tímido.
Despues de allí nos fuimos a mi casa. Allá duramos ocho días, muy bueno, para
qué.
A mí me ha ido muy bien, no fuí rica pero estoy muy bien.
Compramos la casita que nos dieron en Villa Javier, la arreglamos y además el
padre siempre me decía siempre:
- Tú tienes que seguir siendo María.
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10 historias de vida de mujeres

  • 1. DIEZ HISTORIAS DE VIDA LAS MARIAS Prólogo al libro editado con Rocío Londoño y que aparecerá en junio de 1995. Gabriel Restrepo
  • 2. I. LA CASA COMO MUNDO Y EL MUNDO COMO CASAI. LA CASA COMO MUNDO Y EL MUNDO COMO CASA Se narran aquí historias de mujeres. Ello impone una reflexión sobre el género femenino. Es decir, sobre la Mujer, si es posible hablar de ello, es decir, del "eterno femenino" al modo como lo hacía Goethe en el Fausto 1 , como premisa para referirse a las mujeres en su condición histórica y en particular a estas mujeres que fueron denominadas de modo genérico como Las Marías. Ya a comienzos de siglo el sociólogo George Simmel se preguntaba por la relación de la mujer con la cultura 2 . Distante por cerca de un siglo del filósofo Hegel, Simmel no obstante coincidía con aquel en lo esencial, a saber: que la mujer es interioridad, mientras que el hombre es exterioridad, o en otros términos, que la mujer no puede separar la totalidad de su ser en aquello que realiza, mientras que el hombre es capaz de objetivarse en múltiples dimensiones, con prescindencia de su ser íntimo 3 . La tipología podría extenderse a otras oposiciones, como receptividad - actividad, intuición- entendimiento, docilidad - fuerza, subjetivismo - objetivación, hasta 1 Goethe, Faust . Berlin, Neues Lebens, 1966. "Alles vergaengliche/ ist nur ein Gleichnis; / Das Unzulaengliche,/ Hier wird´s Ereignis; / Das unbeschreibliche, / Hier ist´s getan; / Das Ewig- Weibliche/ Zieht uns hinan", p.458. "Cuanto es pasajero/ se torna símbolo, / cuanto inaccesible/ sucede aquí / y aquí se realiza/ lo no descriptible, / lo eterno femenino/ nos arrastra allende" (traducción nuestra). 2 2 Simmel, George. La Cultura Femenina . Buenos Aires- México, Espasa Calpe, 1938. El texto de: "Weibliche Kultur" es de 1902. 3 3 Hegel, Federico. Principios de la Filosofía del Derecho . Barcelona, Edhasa, 1987. En especial: La familia", p. 237- 317.
  • 3. conformar como lo hacen los dos autores un "dualismo radical" en la apreciación de la diferencia del cada uno de los elementos del par que constituye lo binario de la especie. Otra coincidencia notable. Para uno y otro "la casa" o "el hogar" representan el sello distintivo de lo femenino, su especificidad y aporte a la cultura humana, que por lo demás (Estado, mercado, ciencia, artes, industria, etc.) designan como el producto de la actividad del hombre. Pero hasta aquí llega la similitud. Porque si bien Simmel no se aparta aún de la misma premisa de Hegel sobre una supuesta "naturaleza" o "alma" inmodificable de lo femenino 4 , el ascenso del feminismo (como se observa en el texto) introduce en su discurso algunos giros muy notables. Lo que era apodíctico en Hegel, se torna aquí problemático o hipotético en muchas expresiones. Simmel se pregunta si la creciente participación de la mujer en el mundo, o sea, fuera de la casa 5 , podría configurar una cultura femenina, es decir, una cultura que tuviera el sello propio de la mujer. Tal interrogación no cabría en el horizonte mental de Hegel. 4 4 Nótese de todas formas la vacilación no crítica entre una concepción biológica y una animista, dos polos que son típicos en la representación sobre la mujer, unas veces pensada como naturaleza, otras como espíritu. 5 5 El concepto de "mundo" - quizás como antecedent e del concepto del "mundo de la vida" de Husserl - es enunciado en este texto de Simmel, como sinónimo de la objetivación, por lo que la mujer aparece como excluída de esta categoría, cf. p. 58. Obsérvese que, no obstante, el rescate de la cotidianidad - y de la oralidad aneja a ella - provendrán luego en buena medida de una mujer, Agnes Heller.
  • 4. Acaso hoy la respuesta de Simmel no sea del todo satisfactoria, pero encierra unas sugestiones muy valiosas. Simmel reconoce de modo más explícito y sutil de lo que aparece en Hegel que la cultura casi en su totalidad es un producto del hombre. Es decir, introduce de manera franca el análisis de género en la cultura y en el lenguaje. Y lo que es más importante, sugiere que la reflexión sobre la cultura puede estar teñida por la perspectiva unilateral del género que la piensa, es decir, de lo masculino. Al hacerlo, recuerda los análisis de Marx 6 y luego de Manhheim 7 sobre la ideología como proyección de la existencia de quien la elabora. Es más, llega a sugerir que la historiografía ganaría mucho - como ha ocurrido en este siglo - con la visión de la mujer sobre la historia. Si la cultura es una progresiva objetivación del hombre en el curso de la evolución, la apropiación de la cultura por parte de la mujer - sugiere Simmel con razón - se manifestará ante todo como una mímesis de lo masculino, es decir, como una imitación de lo que el hombre ya ha elaborado y está en mejor disposición de crear o de reproducir por su "naturaleza". De esta manera, la emancipación femenina sólo significaría para Simmel una febril multiplicación de lo varonil. 6 Marx, Obras varias, en especial, La ideología Alemana . 7 Manheimm, Utopía y realidad .
  • 5. Ahora bien, Simmel se asoma a una posibilidad, que pudiera pensarse por ejemplo en términos de la lógica del esclavo y del amo de Hegel 8 , a saber, que una obsesiva imitación del otro fuera el preámbulo de una conciencia propia. En este caso, de una cultura femenina o de una cultura hibridada con la perspectiva femenina 9 . Este es uno de los casos en los cuales la pregunta vale más que la respuesta, que es insuficiente. Porque la negativa o el escepticismo de Simmel sobre esta posibilidad se derivan del hecho de reacer en los presupuestos de la "naturaleza" o del "alma" femenina, o sea, de negarse a proseguir con el debido rigor un examen histórico y sociológico de la "desigualdad" de los géneros. Una desigualdad que, no obstante, con algunos datos de la antropología él estima con fundamento que no existe de modo tan marcado en algunas culturas 10. Pero la insistencia en retornar a las esencias lo excusa de extraer todas las consecuencias de observaciones que quedan apenas entre paréntesis. 8 Hegel Fenomenología del Espíritu . México, FCE, 1966, "Señor y siervo", 117- 120. 9 9 "Pudiera pensarse que, habiendo sufrido la posición y el trabajo de la mujer tanto tiempo bajo un régimen de exagerada desigualdad con los hombres - lo que ha impedido la creación de una objetividad específica femenina -, hay que pasar ahora un cierto tiempo por el extremo opuesto de la exagerada igualdad, antes de llegar por fin a la nueva síntesis de una cultura objetiva enriquecida y avalorada con los matices de la femenidad", p. 57- 58. 1 10 Dice en efecto Simmel: "Por lo demás, es interesante advertir que en la esfera de la canción popular hay muchos pueblos en donde las mujeres producen con la misma fecundidad y originalidad que los hombres. Esto significa que en una cultura aún no desarrollada, cuando todavía no existe una plena objetivación del espíritu, no hay ocasion para que se manifiesten las discrepancias de que tratamos. Si las formas de la cultura no han recibido todavía un sello fijo y especial, no pueden tener tampoco un carácter masculina predominante; y entonces las energías femeninas, hallándose aún en estado de indiferenciación (que corresponde a la mayor igualdad física de los sexos observada por los antropólogos en los pueblos primitivos), no necesitan exteriorizarse en formas inadecuadas, sino que se plasman libremente siguiendo sus propias normas, que, en tales casos, no está aún, como hoy, diferenciadas de las masculinas", p. 31.
  • 6. Debemos pues escribir de nuevo la genealogía de los géneros, es decir, explicar, más allá de las razones biológicas 11 , las causas de la peculiar "naturaleza" o "alma" recluída de la mujer, para saber hasta dónde es una fatalidad o hasta dónde puede conducir la reciente exteriorización de la mujer, qué significa su extrañamiento del hogar y qué podrá significar la reciente transformación de la casa en mundo y del mundo en casa. El punto de partida es la célebre formulación de Platón en El Banquete 12 sobre dos maneras de prolongarse el individuo más allá de su muerte: una es la genealogía física o carnal , otra la que podríamos llamar espiritual o cultural. Ambas son producto del amor. De modo que en ese humano vencimiento del temprano retorno a la naturaleza está prefigurada esa dialéctica de amor - muerte, de eros y tánatos que constituirá el núcleo de la más madura reflexión de Freud 13 . Platón no establece diferencia explícita entre el hombre y la mujer para estas dos clases de generación por el amor. Tánto no excluye a la mujer de la genealogía espiritual o cultural, que por el efecto de una inversión muy propia de ese espíritu carnavalesco del filósofo es Diotima la que inicia a Sócrates en los misterios del amor, que para el pensador son equivalentes a los misterios del 1 11 El asunto es más complejo de lo que parece, porque como lo observa Jacob, Francois (en un libro muy pertinente: El Juego de lo Posible. Ensayos sobre la Diversidad de los Seres Vivos . Barcelona, Grijalbo, 1982 ) la diferenciación sexual es un producto y no una condición de la vida. 1 12 Platón. El Banquete , en Obras Completas . Madrid, Aguilar, 1969 (segunda edición). Por supuesto, para aludir a la nota de pie de página anterior, Jacob menciona el mito célebre del andrógino, mito que, como es comprensible, es enunciado por un cómico y apenas constituye el préambulo de la intervención de Sócrates, quien a su vez remite a un lejano discurso de su maestra, Diotima. 1 13 Nos referimos al texto clásico de Freud: Más Allá del Principio del Placer . Freud, Sigmund. Obras Completas. Madrid, Editorial Biblioteca Nueva, 1948, Volúmen I. páginas 1089- 1117.
  • 7. bien y de la verdad . Diotima - la mujer - es allí la encarnación del amor a la verdad, de la filosofía, y por ello es poseedora de la palabra 14 . ¿ Cómo llegó a ser la mujer excluída de la palabra, es decir, de la filosofía, es decir, del mundo, para ser recluída en el claustro del hogar ? El asunto requeriría de mucha disquisición histórica y sociológica, más que biológica, aunque no desconocemos que existe un fundamento natural de la diferencia. Pero a partir del excelente trabajo de Walter Ong puede sugerirse una clave, que apunta a una diferenciación cultural llevada mucho más allá de la naturaleza 15 . Durante más de un milenio, la cultura se elaboró en una lengua muerta, el latín. Una lengua de la que estaba excluída la mujer. Una suerte de esquizofrenia ocurría, pues la mujer, que es como Diotima iniciadora del misterio del amor y de la vida, quedaba por ello aislada de la posibilidad de plasmarse en la cultura, es decir, en la lengua. La lengua viva, que por aprenderse de la mujer se llama lengua materna, no ofreció sin embargo durante mucho tiempo a la mujer, como tampoco a los niños, o a los siervos, la posibilidad de acceder a la recreación de la cultura. 1 14 El pasaje es bello en su comicidad y muy pertinente, como veremos, para la "historia oral". Pero esta inversión no es excepcional, ya que otro concepto de la maestría de Sócrates, el de la mayéutica, está extraído como metáfora de la figura de la partera, cf. Teeteto en obra citada, página 897. 1 15 Ong, Walter. Oralidad y Escritura Tecnologías de la palabra . México, FCE., 1987 (1982).
  • 8. Aunque el latín fue un medio propicio a la universalidad, es decir, a la ecclesia , dicha universalidad impulsada por la religión se obtuvo, como muchas veces ocurre con la progresión cultural, a costa de unilateralidades y desequilibrios, tales como los que sugiere Freud en El Malestar de la Cultura 16 . Podría afirmarse incluso -y es extraño, pero a la vez comprensible que Freud no lo hubiera formulado - que el malestar del mundo moderno, y en forma más específica, el del siglo XIX y XX, esté asociado a una prolongada contención de la oralidad y de la expresión de la mujer, es decir, a su segregación de la cultura. No por azar la aparición de las lenguas romances, o en otros términos, de las lenguas del amor, significaron mucho antes de la modernidad el asomo de la emancipación de la mujer. Y con ellas, bueno es notarlo, la afirmación del mundo carnavalesco y cómico 17 . Emancipación que comenzó a ser mucho más progresiva desde el siglo XVIII cuando la cultura como un todo, inclusive la ciencia, abandonó el latín. Una primera seña de la inclusión de la mujer en la vida cultural fue la invitación dirigida a ella por quien fuera secretario perpetuo de la Academia Francesa, La Fontenelle, cuando en sus narraciones la hacía cómplice de la curiosidad por la nueva ciencia 18 . Luego, la participación de la mujer en los salones fue decisiva en el movimiento de la Ilustración. 1 16 Freud, Sigmund. El malestar de la Cultura . Buenos Aires, Santiago Rueda, 1955. 1 17 Ver a propósito Bachtin, Mijail. La cultura popular en la Edad Media y en el Renacimiento. El contexto de Francois Rabelais . Madrid, Alianza, 1987. Pero a esta luz podría examinarse toda la literatura , partiendo de Bocaccio, y la reiteración de los temas del amor y del engaño. 1 18 La Fontenelle. Conversaciones sobre la Pluralidad de los Mundos .
  • 9. Pero esta fue en realidad apenas antesala de la progresiva incorporación de la mujer al trabajo, cada vez más intensa a medida que se ahondaron las revoluciones tecnológicas del mundo moderno. Bajo la primera de ellas, es decir, bajo la revolución industrial, la mujer apareció pronto como obrera en una adaptación calculada de las máquinas de vapor a sus tradicionales aptitudes como hilandera. De la rueca a la lanzadera la mujer de extracción más baja saltó de la casa a la calle y a la fábrica, mientras que a otras se abrían los oficios domésticos, el comercio y algunos niveles de la administración y de la educación. Más intensa y extensa fue con todo la progresiva incorporación en la segunda fase de la revolución tecnológica del mundo moderno, porque amplió la división del trabajo. Nos referimos a la que ocurrió con el descubrimiento de otra fuente de energía, el motor de combustión interna, el símil más mecánico de la máquina de vapor, hecho que sucedió por la época en que Simmel escribía sobre la cultura femenina. Lo que Simmel no podía sin embargo predecir, pese a la validez de su aserto sobre la mímesis de lo varonil realizada por la mujer - entonces ejercida con mayor impronta femenina, como él lo dice, en el arte, el teatro, la medicina, las letras - es que la revolución tecnológica se intensificaría mucho más allá de lo imaginado en su tiempo , en una forma que abre o puede abrir inéditas
  • 10. posibilidades para una síntesis de perspectivas culturales diferenciales según los géneros. Nos referimos a la tercera fase de la revolución tecnológica, esta vez integrada a la revolución científica, es decir, a la revolución de la electrónica que ha emergido de unas dos décadas a esta parte. Una revolución por la cual el mismo pensamiento y la información se convierten en energía. Las posibilidades objetivas para una nueva fusión de la cultura se desprenden no solamente de la transformación de la casa en mundo (hecho que ocurre por la simplificación electrónica de las tareas domésticas, pero también por la intrusión de lo exterior en lo interior a través de la imagen y del sonido en la vida doméstica ), sino también por la creciente "feminización" del mundo, cosa que no se debe tan sólo al acceso masivo de la mujer a la educación o al trabajo, sino además a la alteración sustancial en las condiciones de éste , concurrentes con los extraordinarios avances en la medicina del cuerpo femenino. En efecto, a medida que se ahonda la revolución tecnológica la producción se desplaza del sector primario al secundario y, más importante, al terciario o de servicios (finanzas, comunicaciones, educación y cultura, arte, diseño , recreación ). Y como se sabe, este sector que es el de crecimiento más dinámico en las últimas tres décadas demanda menos fuerza y más inteligencia, pero a la vez una inteligencia que tiende a ser cada vez más estética.
  • 11. Como suele ser típico en tales transformaciones, los cambios operan primero en la existencia y luego en la conciencia. Tras décadas de crisis y de tensiones en la relación entre los géneros (y en otras muchas dimensiones), acaso en el momento asistimos a la posibilidad de una nueva valoración de la cultura, valoración que reconocerá en ella voces y concurrencias antes no incluídas. II. CUANDO LO INDECIBLE COMIENZA A DECIRSEII. CUANDO LO INDECIBLE COMIENZA A DECIRSE Que la cultura sea heterofonía, ya lo reconoce esa imperfecta intuición del mundo contemporáneo que es el "postmodernismo". Es decir, la cultura como convergencia de muchas voces y de múltiples tonalidades. Habría que completar las "intuiciones" del postmodernismo con algo de razón, es decir, con una cierta visión estructural de los cambios en el mundo moderno. Por ejemplo, se podría afirmar, a tenor de lo dicho, que durante la primera y la segunda revoluciones tecnológicas el mundo fue "homoadultoeurocentrado", para expresar un concepto multívoco en una nueva acuñación . Es decir, centrado en el hombre, con tendencia a la exclusión de la mujer en la representación colectiva de la cultura. O en otros términos, la mujer, como el romanticismo, confluyeron en la intuición del mundo moderno masculino las más de las veces como el no mundo de la casa nocturna, del reposo sabático, del amor
  • 12. hurtado al trabajo o al día y de los sueños evanescentes, cuando no de los fantasmas y de las pesadillas. Pero la imagen del mundo también tendió a centrarse en el adulto, o sea, en el hombre del trabajo, durante las dos etapas antedichas. Quiere decir que, junto con las mujeres, las nociones del niño y del anciano, y con ellos, de la inocencia y de la sabiduría, fueron periféricas a lo que se ha dado en llamar la razón instrumental, es decir, al mundo del cálculo, del interés, del dominio. Y, en fin, la autopercepción cultural fue centrada en Europa o, luego en modo más genérico, en la llamada civilización occidental, con prescindencia o menosprecio de la razón de ser de otras culturas que fueron juzgadas casi siempre de un modo extrínseco, es decir, por su comparación con un modelo de sociedad que se estimaba como el más perfecto. Contrario a este modelo, la nueva casa mundial (para emplear una idea similar al de "la aldea global", idea que por lo demás sería sugerido por la célebre utopía de Francis Bacon) sería un domicilio que si aún no es polifónico, por lo menos tiende a reconocerse en la heterofonía, es decir, en la multiplicadad de voces. Voces que el predominio de la escritura ( y de la razón adscrita a ella) privó de su expresión, pero que hoy, gracias por lo menos a la innovación técnica o electrónica, pueden manifestarse en el universo audiovisual de la era electrónica.
  • 13. No significa lo anterior, por supuesto, que se desdeñe la escritura, a la que seguirá reservada una misión decisiva, sino que hoy puede realizarse, como sucede en la historia oral o visual, una mayor correspondencia entre la escritura , la voz y la imagen, es decir, entre todas las formas de impresiones (pues la impresión de la letra es una de ellas). Es decir, gracias a esas invenciones se puede entablar un diálogo inédito entre el ser de letras y el hombre, la mujer, el anciano o el niño de la calle, diálogo que reedita, sobre bases plurales, esa extraordinaria conversación del lector de libros y del hombre de pueblo que narró Cervantes en El Quijote . Tal es el significado de la historia oral: registrar y traducir a la escritura voces que de otro modo permanecerían anónimas y por serlo arriesgarían a la vez hacernos perder el equilibrio de nuestra sensibilidad y de nuestra inteligencia. Extraerlas de su silencio o de su recogimiento, significa que lo indecible, es decir, lo no dicho, comienza a decirse, y con el decirse de lo callado aprendemos a saber algo más de nosotros mismos. III. DIEZ HISTORIAS DE AMORIII. DIEZ HISTORIAS DE AMOR
  • 14. Porque al registrar las voces de las Marías volvemos en cierta forma al discurso de Sócrates. Es decir, a la mujer que enseña con el romance, con la leyenda, es decir, con la palabra de amor. La leyenda es el recuerdo transformado en exaltación. Por lo demás, la leyenda fue siempre antes narración oral que literatura escrita. ¿Qué tienen en común estas leyendas, cuál es el amor que teje esta historia, cuál es la exaltación? Cuando Diotima enseñaba a Sócrates la naturaleza del amor, halló la manera más perfecta de definirlo en una leyenda según la cual éste era hijo de la necesidad o de la pobreza (Penía) y del ingenio o del recurso (Poro) 19 . La necesidad o la pobreza: de eso sabían las mujeres que luego serían llamadas Marías 20 . Provenían la mayoría del campo, y si bien no figuraban en la escala más baja (aquella que nutriría el servicio doméstico de las ciudades, cuando más) porque muchas de ellas describen uno que otros bienes (la finquita, la vaquita, y aún en ocasiones el padre o la madre que tenían jornaleros), ser mujer de pequeño o de mediano campesino en la Colombia rural de la primera mitad del siglo era estar sujeta a toda clase de contingencias de pobrecía . Entre tales contingencias la orfandad era una temible, y muchas Marías experimentaron el 1 19 Platón, El Banquete , obra citada, página 584. 2 20 Para una comprensión más cabal del significado de la obra del padre Campoamor, remitimos al trabajo de Rocío Londoño y Alberto Saldarriaga: ....el nombre, según la edición....
  • 15. desamparo, del cual las redimiría el matrimonio simbólico con Poro, es decir, con el ingenio. Porque para fortuna de ellas, la salida de la casa (y nos referimos en metáfora a ese gran trasteo en masa que ha significado la migración del campo a la ciudad en Colombia) fue el hallazgo de otra casa, casa a la cual acudieron con la vocación de un casamiento, del cual su trabajo fue la dote. El ingenio (Poro) que las "sonsacó" con la mayor benevolencia para transformar la necesidad en amor fue el Padre Campoamor, padre que lo fue de veras por sustituír paternidades perdidas por la orfandad. De este modo, una figura que tiene muchos rasgos carnavalescos y por lo tanto utópicos, no dejaría de sospechar que su apellido - Campoamor- podría leerse al revés como amorcampo, a saber, como el padre del amor al campo, aunque trasladara dicho amor al campo a la ciudad para proyectar en ella una ciudad de Dios. Con lo cual se muestra cierto anacronismo, por supuesto, tanto por un Dios que al parecer se ausenta cada vez más de la ciudad, como por un campo condenado a desaparecer en sus caracteres arcaicos. Ambivalente, en efecto, la figura de este moderno Quijote, o sea, de este moderno ingenioso hidalgo jesuíta, porque lo fue en sus lúcidas locuras y en su amor al pueblo. Su ciudad de Dios estaba acaso tan condenada al fracaso como su prohibición de los bailes amarrados. Y sin embargo, su conciencia desgarrada sobre el deber de salvar al pueblo y a la mujer de la necesidad carecía de par.
  • 16. Hubiera figurado el español en las antologías de la locura santafereña junto a la loca Margarita o al más moderno Goyeneche de no ser porque a su obsesión añadió el ingenio, bajo la forma de la organización del ahorro. La historia del ahorro - lo sabemos- está por escribirse en Colombia y en el mundo. Para hilar nuestros argumentos, el ahorro es el nervio de las finanzas, y las finanzas son el puntal del sector terciario de la economía, ese sector que junto con la educación, las comunicaciones, la recreación y el arte constituye el dedal del mundo moderno que, recordémoslo, es propicio a la incorporación de la mujer. Alguna razón debe existir para que el mundo de las finanzas esté impregnado de palabras que no solamente son femeninas, sino que además sugieren de una manera muy evidente el contorno femenino (cartera, encaje, bolsa, entre muchas otras que se pudieran mencionar). Quizás ello guarde relación con la analogía que pueda establecerse entre la disponibilidad a la receptividad de lo femenino y la atracción que ejerce el dinero, una metáfora que acaso no se entendiera bien salvo si se estudia con cuidado a uno de los precursores del mundo financiero: Isaac Newton. Lo cierto es que el matrimonio de la necesidad y del ingenio, de las mujeres y del Padre Campoamor, matrimonio simbólico que se acuñó, no por azar, con el nombre de Las Marías 21 , se selló en definitiva con el empleo principal de ellas como cajeras, es decir, como receptoras de dinero (y también como contabilistas). 2 21 Obra citada. Allí se deja ver la frecuencia de mujeres con el nombre de María entre fundadoras y "Marías". Pero adem ás el nombre convenía a la intención religiosa y a la necesaria idealización de la mujer , mujer que sería madre de una obra social y espiritual sin necesidad de consumar el matrimonio físico.
  • 17. Por supuesto, la dirección y el control financieros (y empleamos términos muy propios de la cultura masculina) se ejercían en otro lugar, por expertos en el mundo de los negocios), hasta tal punto que, como lo señala el trabajo citado, el mismo Padre Campoamor fue relevado de las tareas de supervisión, acaso por una falta de afinidad hacia esa otra dimensión del dinero, más varonil, que es el interés. Pero además de las finanzas, que fueron el eje central de la razón de ser de las Marías, en tanto cajeras o contabilistas, ellas eran socializadas en otros oficios varios, la mayoría de los cuales se ubicaban en esa franja de los servicios que hemos descrito como propicia a la actividad de la mujer: la educación, la recreación (por ejemplo, la organización de bandas), las comunicaciones (por ejemplo, la edición del boletín), el arte, en especial el teatro y aún, en un caso, una profesión paramédica, la enfermería. Y lo más importante, toda la actividad de la mujer y en general de la obra del padre Campoamor se diseñaba en una forma que pudiéramos llamar como "postmoderna", es decir, recreativa. El sentido estético y la noción del juego fueron cruciales para el padre Campoamor que, en ese modo amalgamó la tradición histriónica española con la inclinación por la fiesta y el juego propios de esta sociedad mestiza, y ambas herencias con esos elementos cardinales de la modernidad que son el trabajo y el ahorro.
  • 18. La enseñanza, por ejemplo, era un juego, como lo eran las fiestas y los desfiles. Una pedagogía por medio del teatro se ajustaba al talante audiovisual de un pueblo aún ínsito en la oralidad primaria . La pedagogía del padre Campoamor incluía el fundamento de las monitorías, sistema que fuera el descubrimiento del cuáquero Lancaster. Según este método, las más antiguas enseñaban a las más nuevas, en una gradación de la experiencia que se aproximaba a la idea de un automatismo de la educación. Unos pocas actividades escapaban a la lógica del compás de oficios modernos que era la tónica de la obra, a saber, las labores agrícolas y las de economía doméstica (el tejido, la cocina). Pero aparte de que tareas no fueron nunca principales, la socialización de las Marías, provenientes del campo, se facilitaba por el ejercicio mnemotécnico de este repaso por el mundo rural, con el que se iniciaba su filiación con el padre Campoamor, trasmutada luego en matrimonio simbólico. En cierta forma, el padre Campoamor logró conciliar durante algún tiempo lo aparentemente imposible, a saber: el carnaval, el mundo moderno y la religión. Su carisma, sin embargo, no alcanzaba a tanto. Otra forma de religar se requeriría mucho más tarde. Mientras las sociedades con economías más complejas transitaban hacia una fase recreativa, basada en el ascenso de los servicios modernos, la nuestra experimentaba la necesidad de recorrer en breve término la férrea disciplina que es consustancial a la producción industrial (lo que se
  • 19. conoció como el modelo de sustitución de importaciones). La división del trabajo, la racionalidad instrumental y las leyes propias de la dinámica urbana e industrial determinaron el fraccionamiento del proyecto del padre Campoamor. Se produjo una rutinización del carisma, una rutinización que debía desechar por fuerza los arcaismos y las utopías no consistentes con tal modelo económico, acaso insalvable. En el tránsito, las Marías experimentaron una transformación - en algunas vividas como crisis - tan extraordinaria como la que sufrió el Grupo Social. El hecho de que, no obstante, ellas hubieran vuelto a congregarse en un mismo espacio físico y hubieran religado la memoria en el recuerdo del Padre, prueba de nuevo que el amor, si es bueno, como lo señalaba Diotima, tiende a una permanencia e inmutabilidad que se parece a lo que concebimos como lo eterno.
  • 20. ADELINA SARMIENTOADELINA SARMIENTO HABER SABIDO VIVIR BIEN Y SIN VICIOS.....HABER SABIDO VIVIR BIEN Y SIN VICIOS..... PRIMERO MURIO MI PADRE Y LUEGO MI MADREPRIMERO MURIO MI PADRE Y LUEGO MI MADRE Nací en 1906 en el Valle de Tenza, en Boyacá. Allí fuí criada y mis padres también eran de allá. Fuimos 4 hermanos: tres mujeres y un niño que murió muy pequeñito cuando tenía ocho años. Quedamos entonces las tres hermanas y fue la mayor la que conoció primero la obra del padre Campoamor.
  • 21. Nuestra casa quedaba cerca al pueblo. Mi padre era agricultor. Tenía una finca muy buena en la que echaba sus obreros y sembraba maíz, yuca, papa, plátano, arracacha y alrededor de la casa habían muchos árboles frutales. Teníamos naranjos, chirimoyos, limones y aguacates. Toda esa fruta se da por allá. Yo hice toda la primaria en Tenza. Allá viví hasta cuando murieron mis padres y nos internamos con mi hermana Emelina, la menor, en la obra del padre Campoamor. Primero murió mi madre el 4 de noviembre de 1930 y luego mi papá, a los 7 años, por ahí en 1937. ESO YA QUEDAMOS SOLAS Y NO ES LO MISMO QUE NO ESTEN ELLOSESO YA QUEDAMOS SOLAS Y NO ES LO MISMO QUE NO ESTEN ELLOS Mi hermana mayor fue la primera que ingresó a la Institución. Luego me trajeron a mí y en ese tiempo duré como dos o tres años. Luego ingresamos mi hermana menor y yo en 1938. Yo tenía unos 32 años y Emelina tendría 28 años. No recuerdo cómo conoció mi hermana mayor la Institución, ni cómo la trajeron acá. En ese tiempo tenían una imprenta y ella trabajaba en la imprenta. No se si
  • 22. ya habría escuelas, porque según lo que dicen el padre Campoamor era español y llegó a Colombia en 1910 y en ese entonces unas señoritas le ayudaron mucho para la fundación de su obra. Una de ellas se llamaba María Casas Fajardo, la otra Ana María Gonzalez, pero la primera que donó todo esto para la obra de él que en ese tiempo se llamaba Circulo de Obreros -ahora ya es la Caja Social-, era la señorita María Teresa Vargas, la dueña de esta casa en donde vivimos. La señorita María Teresa era la dueña de esta casa y otras más. Una quedaba por acá en la calle 22 en donde hay otra Caja de Ahorros y más aparte la casa de LAS MARIAS que se llamaba la granja "Santa Teresa" y quedaba al Sur en el barrio Villa Javier, en donde fueron educadas las primeras "Marías". Cuando murieron nuestros padres pensamos: - Eso ya quedamos solas en la casa y no es lo mismo que no estén ellos para seguir en el trabajo echando obreros y viendo por todas esas cosas que para nosotros era muy duro. Entonces arrendamos las tierras y todo y nos vinimos a internarnos acá. Cuando llegamos estuvimos en la granja "Santa Teresa" como tres meses. Allá habían unas señoritas educadoras que nos hacían clases y se trabajaba también unas horas en la huerta y en el jardin. Nos enseñaron muchas cosas, claro está primero lo de religión y catecismo y luego las otras clases que no recuerdo bien cómo eran....
  • 23. Mi hermana mayor estuvo en la obra un tiempo y después se salió, se fue para la casa y allá se casó. Entonces ya quedamos solo Emelina y yo. Desde el 38 hasta la actualidad he estado acá, como 53 o 54 años tal vez. LA VOCACION QUE MI DIOS ME DIOLA VOCACION QUE MI DIOS ME DIO Para ingresar a la obra uno necesitaba una vocación como de religiosa. Nosotros también vinimos con esa intención de trabajar en lo que era útil para la obra. Trabajamos en las escuelas y luego en la Caja de Ahorros. Cuando llegamos teníamos toda la primaria y claro está que sabíamos un poquito. El padre ya había fundado sus escuelas y nos pusieron de profesoras unos tres años. De las profesoras de las escuelas el Padre sacaba el personal para trabajar en las cajas. Yo estuve primero en Villa Javier enseñando en la escuela. Habíamos como unas cinco profesoras. La profesora mayor tenía las clases de cuarto y quinto que eran las clases superiores y a mí me tocó enseñar hasta los niños de cuarto y quinto de primaria. Ahí me dejaron unos tres años. Luego entonces de ahí ya me sacaron a trabajar en la Caja del Padre, la Caja de Ahorros. En la caja principal habían dos Marías que eran las que sabían más y ellas iban dirigiendo a las otras y le iban enseñando. Ellas ya murieron, eran Isabel Caicedo y Lucrecia Díaz. Entonces a mí me prepararon aquí en la Caja de la Avenida
  • 24. Jimenez que era la caja principal en esos tiempos. La directora que llevaba las cuentas nos preparaba y luego nos sacaban para las cajas de afuera. A mí me tocó primero en Chapinero y luego en Facatativá que era una de las primeras cajas que se fundaron afuera junto con la de Sogamoso. En Facatativá estuve como siete años pero por etapas. Primero unos cuatro años y luego me parece que tres. A mí me tocó ser directora de la casa de Las Marías y de la caja. Como había escuela para niños eramos varias compañeras. Las maestras eran cinco o seis y a mí me tocó la caja. Uno tenía que dar cuenta de todo y ver por las compañeras de la casa. En ese tiempo Facatativá era muy pequeño y a la caja le iba como regular más bien. Luego estuve en la caja de Tunja y también en Bogotá. En la caja a uno le tocaba llevar la contabilidad, atender el público y mandar cada tres meses los informes sobre cómo estaba la caja. La directora general revisaba todas esas cuentas y las mandaba a la Superintendencia. Entre dos atendíamos todo lo de la caja, a veces llegaban sin avisar los de la Superintendencia para ver cómo marchaba la caja y también teníamos que atenderlos. Tal vez donde mejor estuve fue en Bogotá porque estaba en medio de la directora y si había alguna cosa que uno no sabía pues se la preguntaba a ella. Para mí fue más duro trabajar en las cajas de afuera porque allá le tocaba a uno toda el trabajo y toda la responsabilidad.
  • 25. Lo que más aprendí yo fue de contabilidad, porque teníamos que estar casi hasta por la noche en la caja porque cuando no nos cuadraban los libros y era en la principal donde más libros había: 12 o 13 libros, auncuando fuera por un centavo teníamos que cuadrarlos y eso era muy duro. Entonces no era como ahora que usan unos cartones. Los libros de cuentas corrientes eran por hojitas, por cada persona que abría su cuenta era una hoja y así se iba formando el libro. Por un centavo que estuviera descuadrado el libro había que pasar hoja por hoja, buscar aquí y allá, sumar y así nos daba la noche trabajando. Mi hermana Emelina también siguió los mismos pasos: ella también estuvo primero en las escuelas y luego en las Cajas. Ella sabía mucho de tejidos, hacía sus edredones con dos agujas y también en crochet. Yo le ayudaba por ahí en sus costuras y en los tejidos porque ella era la que dirigía todo eso. Emelina murió acá el ocho de septiembre van a ser cinco años. La caja fue como una vocación que mi Dios me dió. Estar aquí en esta institución, ayudando a la clase obrera, enseñando y luego en la caja. No se cansaba uno nunca porque todos esos años... como treinta y cinco y solo hasta 1972 dejé de trabajar. VOSOTRAS SOIS RELIGIOSAS SIN HABITOS Y SIN VOTOSVOSOTRAS SOIS RELIGIOSAS SIN HABITOS Y SIN VOTOS
  • 26. Vivíamos en la casa grande de Villa Javier, que hoy es la casa del "Campesino". Nosotras éramos religiosas sin hábito y sin votos. El padre fundador nos lo decía así: - "Vosotras sois religiosas sin hábito y sin votos". Teníamos nuestro reglamento como religiosas: nos levantaban temprano por ahí a las cinco de la mañana, hacíamos nuestros rezos como religiosas y luego llegaba el padre a celebrar la misa a las seis de la mañana. Después de la misa nos íbamos a las escuelas y cogíamos las clases. Cuando trabajábamos en la caja principal, en la avenida Jimenez, vivíamos ahí mismo en el cuarto piso. Nos quedaba muy cerca la iglesia de San Francisco donde íbamos a misa. Como religiosas, como monjas, estábamos muy unidas y muy contentas. Después de que dejábamos las clases nos íbamos para la casa y cada una hacía sus oficios personales. Durante los primeros años conocí a la señorita María Teresa. Ella fue profesora nuestra, porque ella le enseñó a las primeras Marías y las educó allá en la casa de Santa Teresa. Ella era una persona muy dinámica, muy amable, era una educadora y como decir una mamá.
  • 27. A la señorita María Teresa yo la conocí de paso, porque yo no estuve casi con ella. Me tocó más con la señorita Ana María Gonzalez que era una segunda educadora y formaba también a las Marías. Ella nos hacía muchas fiestas, como la del 20 de Julio y la Fiesta de Reyes. Nos preparaba todas esas fiestas, las comedias y todo y nos daba papeles para representar pues teníamos teatro en Villa Javier. La señorita Ana María tenía un cuerpo muy regular, así delgada, era muy sana y muy santa. Ella era como una religiosa en el mundo y así nos formó a todas. Murió por ahí de unos setenta y tres años. A ella la formaron también las Hermanas de la Presentación y una hermana suya fue religiosa, hermanita de los pobres. Pero ella acá estaba también como si fuera una religiosa. EL FUE UN SEGUNDO PADRE PARA NOSOTRASEL FUE UN SEGUNDO PADRE PARA NOSOTRAS
  • 28. Con el padre Campoamor alcanzamos a estar hasta el 46 cuando murió. El iba a visitar todas las casas para ver cómo estaban las Marías y cómo se portaban. El quería que nos portáramos muy bien y a la que se portara mal la despachaba o si quería estar tenía que pedirle perdón al padre para seguir ahí. El era más rigido y más estricto que el padre Posada, que fue quien lo remplazó cuando murió. Nosotros queríamos mucho al Padre Campoamor. El fue un segundo padre para nosotras... Cuando el padre murió yo estaba en Facatativá. A él ya le habían dado unos infartos. Ya cuando nos avisaron vinimos al entierro que fue muy solemne. Eso todos los niños de las escuelas lo lloraron muchísimo. Como él era jesuita entonces el entierro fue en la Iglesia de San Ignacio. A las Marías nos tocó venir temprano y el grupo de jóvenes que había lo llevó en hombros hasta el cementerio. Eso todos lloraban muchísmo. En los periódicos salió que había muerto un santo y ya lo tenían así como el fundador de toda la obra. El padre Posada fue el primero que tuvo que remplazar al padre Campoamor. Después de que murió el padre Posada entre los mismos jesuitas lo iban sucediendo ahí. Con el padre Posada tuve contacto unos veinticinco años y con el padre Campoamor ocho años. El padre Posada era otro santo igual al otro, muy humilde y llevaba la obra y enseñaba todo con mucha suavidad. El fue el fundador de la iglesia que hay en Villa Javier.
  • 29. EL CIRCULO DE OBREROS Y EL PUEBLO DE DIOSEL CIRCULO DE OBREROS Y EL PUEBLO DE DIOS Había un grupo de jóvenes a los que llamaban obreros. Ellos tenían la hospedería acá abajo en la casa de La Candelaria. Ellos salían a trabajar en el día y regresaban en la tarde. Nuestra mayor relación con el Círculo de Obreros eran los ratos libres para las fiestas, cuando se celebraban esas fiestas de Reyes y a todos nos ponían papeles para representar. Presentábamos comedias para celebrar también la fiesta de Aguinaldo y todas teníamos que estar para la novena del Niño para cantar villancicos y rezar el rosario. De los papeles que tuve que representar recuerdo para una semana santa que la directora me puso el papel de Esther, una de las mujeres bíblicas del Evangelio, y en otra ocasión Judith. Eso era muy bonito y nos tocaba prepararnos bien para representar esos papeles. Así fue nuestra vida...., aquí pasamos la mayor parte. En Villa Javier tenían un señor que cuidaba el barrio y era el encargado de cerrar la puerta a las horas que era conveniente, porque el padre llamaba a Villa Javier "el Pueblo de Dios". Allá no había borrachos ni nada. Los que estuvieran viviendo allí tenían que ser buenas personas y para recibirlos era necesaria la partida de
  • 30. matrimonio en mano. Allá no vivían borrachos de ninguna clase, los que se portaban mal el padre los sacaba. Después de que murió el padre Campoamor, cuando estaba el sucesor el padre Posada, me parece que vendieron ya las casas y cada cual entonces fue propietario. Cada uno compró su casa a su gusto. De los gerentes de la caja conocí al doctor Jesús María Marulanda. Era muy buena persona. En un principio había una junta de todos los doctores que se reunían ahí y no cobraban nada por su trabajo. Fueron muy buenos esos doctores y le ayudaron mucho al padre. En ese tiempo se sacaban esas hojitas pequeñas que primero llamaron "El Amigo", después "El Boletín" y después "Noticias" que fue el último boletín que quedó. NO ASPIRE NUNCA AL MATRIMONIONO ASPIRE NUNCA AL MATRIMONIO En las Marías nos tratábamos todas por igual, porque también era otra cosa que el padre no admitía que hubiera grupitos de tres o cuatro porque eso se llamaba "compinches" y ahí no habían cosas buenas. Era prohibido estar por aparte o en grupos y nos tratábamos todas como hermanas.
  • 31. Yo no tuve amigas especiales, porque la mayor parte del tiempo me tocó cuidar de las Marías. Cuando estaba a cargo de las casas las trataba a todas por igual y las quería igual a todas. Jamás quise salirme de la institución. Yo quise fue la vocación que mi Dios me dió, no aspiré nunca al matrimonio. Claro que uno de muchacha tenía pretendientes pero a ellos le decía: - ¡NO! De una vez. Jamás nada de relaciones, aunque acá entre las Marías se casaron muchísimas. En Villa Javier tenían las reuniones con sus novios los domingos y la señorita Ana María Gonzalez estaba siempre cuidando esas visitas, allá en un salón grande que había. Si habían tres parejas: en un rinconcito una pareja y en el otro otra. Ella estaba dándose cuenta para que no se fueran a manosear o a cogersen las manos, porque eso era muy delicado. Allá ellos hablaban y hacían sus convenios de matrimonio. Eso era los domingos a las dos de la tarde, después del catecismo. Muchos matrimonios hizo el padre Campoamor. Les daban una casita allá en Villa Javier. Mi hermana Emelina también tuvo pretendientes pero de lejitos y ¡NO! de una vez. Era como si estuviéramos en un convento, esa fue la vocación de nosotras las dos.
  • 32. EL MUNDO AHORA SON CALAMIDADES HORRIBLESEL MUNDO AHORA SON CALAMIDADES HORRIBLES Mi vida ahora es acá en la casa y en lo que uno pueda hacer. Estoy cojita porque tengo mala circulación y de ahí depende un desvanecimiento de la cabeza. Un día estando en mi cuarto estaba parada ahí y de pronto sentí que la cabeza me dió tres vueltas y purrundum me fui por encima del asiento. Me hice una peladura chiquitica y ya voy para tres meses y eso que la enfermera todas las noches está con nosotras y nos hace remedios. De la televisión me gustan las cosas buenas que salgan, me gusta ver las noticias y otros programas buenos. Pero a mí no me gusta mirar todas esas películas feas, de noviazgos, de besos, de todo eso. Eso no me gusta a mí. Aquí tenemos tantos libros buenos pero siempre tengo una novedad en los ojos, las cataratas, y entonces ya me cuesta trabajo leer pero todavía puedo leer. Me gusta mucho la música y como aquí tenemos piano y los profesores que nos estaban enseñando han muerto ya, entonces auncuando sea al oído yo vengo acá y saco mis músicas.... Hace muchos años que no volví a Boyacá. La mayoría de mis familiares han muerto. Todos mis tíos, hermanos de mi mamá, ya han muerto todos. Hay únicamente una tía que es como de la misma edad mía.
  • 33. El mundo ahora son calamidades terribles. Con esas cosas que están sucediendo con este Pablo Escobar... A mí no me gusta de política nada, pero voto porque entonces no sería ciudadana, pero de la parte de los conservadores, como mis padres. Pastrana es el presidente que más me ha gustado, siempre he votado por él y todas mis votaciones son para los conservadores. Después de Pastrana, me gustó Betancur... Al ver y oir al presidente Gaviria, pues uno los conoce es en la televisión, parece que es un señor bueno. El era del lado de los liberales, pero según su gobierno yo veo que lo está haciendo bien, aunque ahora lo están calumniando por la cuestión de este otro, de Pablo. No se cómo será, ni que irán a hacer con él. Tienen otras habladurías ahí de él. Mi secreto para mantenerme es haber sabido vivir bien y sin vicios, porque los vicios son los que acaban más a las personas. Ahora voy a interpretarles en el piano una balada que me gusta mucho, se llama "El Marinerito".
  • 34. HOROSIA PRADOHOROSIA PRADO ESTE PICARO CORAZONESTE PICARO CORAZON
  • 35. PERO ENTONCES YO NO ME DEJEPERO ENTONCES YO NO ME DEJE Empezando porque yo quedé muy niña huérfana de ambos padres, porque no supe quiénes fueron mis padres. Entonces mis padrinos fueron los que me cogieron y estuve con ellos hasta los 10 años en Melgar. Entonces yo dejé mis padrinos a los 9 años. O sea que de la casa salí a los 9 y entré a la institución el 24 de mayo de 1931. Tenía 10 años. Bueno, esto fue una cosa extraordinaria porque no conocía Bogotá y yo me vine con una familia y con esa familia entonces que trató de portarse mal conmigo, pero entonces yo no me dejé. Entonces me salí de la casa donde estaba, salí a escondidas. Sí, me volé. A las 4 de la mañana. Sí , entonces encontré a una señora que me dijo: - Mija donde usted está no está bien, yo quiero que vaya conmigo. Entonces, yo le dije: - Voy a pensarlo. No le dije sí, ya, no, sino que... Entonces le dije:
  • 36. - Después le digo. YO ME FUI PARA ALLAYO ME FUI PARA ALLA Bueno, pasó unos días así, entonces me dijo (nos encontramos con esa persona de parte y parte... que era una señorita), y le dije: - Todavía no lo he pensado, tengo que pensarlo. Y entonces pasó 3 meses y le dije: - La señora se portó mal conmigo y yo me escabullí. Sí, por segunda vez. Y entonces, me dijo: - Es que usted no es muy conocida. Ni ella me conocía, ni yo tampoco. Entonces, bueno, ya cosas que ... yo me fuí para allá y le dije: - Tal día estoy allá y a tales horas.
  • 37. Y así lo hice. A las 5 de la mañana estuve en esa casa porque era lejos y... ella me trajo y anduvimos por aquí por Bogotá. De pronto me dijo: - ¿Usted conoció una obra, una obra del Padre Campoamor? Le dije: - No. Y ME DIJO: HIJITA MIAY ME DIJO: HIJITA MIA Entonces entramos a una Iglesia, no sé si fue a San Agustín y como yo no conocía Bogotá, entonces nos pusimos a andar y a preguntar, llegamos aquí a la institución del padre Campoamor y el padre Campoamor me vió, y como él lo cogía a uno por acá, y me dijo: - Hijita mía. Y así fue como les dije que quería entrar a la obra, pero sin conocer.
  • 38. Me dijo: - Vamos a ver. Y yo fuí la primera que recibió el Padre Campoamor pequeña, en la casa de formación. Y él me dió para el bus. Era el tranvía en ese tiempo y me dió...Y fuimos para la casa y allá me recibieron y estuve ... me costó muchísimo. TODA UNA VIDA. SI.TODA UNA VIDA. SI. EL SEMILLERO.EL SEMILLERO. En ese entonces había 40 niñas, eso ya eran señoritas, ya grandes. Pero no, me recibió y yo ese mismo día llegué, el 24 de mayo de 1931. Bueno, después ya todas las niñas muy cariñosas, todas atentas. La señorita María Teresa fue la que me recibió aquí y desde entonces yo quedé. Toda una vida. Sí. Y entonces, en ese entonces no había posibilidades de nada. Nosotras era el grupo que había del Padre Campoamor. Lo llamó... el semillero. Sí, porque de allí salían las jóvenes que necesitaba para las Cajas y en ese entonces no había sino 5 Cajas que eran: Facatativá, Chapinero y aquí en el Centro. Esas eran las Cajas... Después fue la fundación en Sogamoso, que eso fue en 1932. Después en el 34 fue la fundación en Duitama. Bueno, 1930 fue la fundación de Facatativá. En el 30.
  • 39. Sí. Bueno, claro que yo no estaba, pero contaban. Porque en todas partes que iba nos contaban lo que hacían en la Casa, lo que sucedía, nos contaban si eran faltas nos contaban, pero ora sí no por crítica, sino por experiencia, para que se cogiera experiencia. Lo que se hiciera allá o lo que quisiera otra gente él explicaba, porque sus enseñanzas eran esas, en cada casa nos contaba lo que sucedía. Bueno, en Santa Teresa el padre llegaba todos lo días cuando estaba aquí en Bogotá, porque él salía a predicar a todas las iglesias. LAS NIÑAS DEL PADRE CAMPOAMORLAS NIÑAS DEL PADRE CAMPOAMOR Bueno, él después nos contaba lo que le decían a él de Las Marías. En ese entonces no se llamaban así, sino las niñas del Padre Campoamor. Entonces él nos explicaba todo en Santa Teresa, él iba todos los días porque era la casa, el semillero como decía el Padre, y aquí nos hacía clase de geografía, ortografía, historia patria y esto de los verbos. ¿ Cómo? El mismo daba las clases, nos cogía una hora y así él nos reprendía. Otra cosa, que él cuando veía que una joven se hacía con otra, siempre las dos o las tres, él no lo permitía, se ponía disgustado y decía: - Estas me están haciendo mal espíritu.
  • 40. Expulsó a bastantes, porque no le gustaba que estuvieran tres unidas, es decir, siempre en grupos. Entonces se quieren unas más que otras. Pues yo sí tuve simpatía con algunas, pero estaba con el cuidado de no estar con ellas siempre, sino con todas. ELLA ERA LA CORONADAELLA ERA LA CORONADA En verdad que sí, me quisieron bastante por ser la menor. Empezando por la señorita María Teresa que fue la que me recibió, lo primero. Lo segundo, porque era atenta en los oficios y antes yo le pedía los oficios a la señorita María Teresa, los más grandes porque ella los primeros sábados cambiaba los oficios. Ella era la que cambiaba los oficios y yo le pedía la cocina, le pedía el lavadero, que eran los oficios más grandes. No, pues ella era contenta conmigo y el Padre Campoamor también, porque él llegaba y se veía con nosotras y le preguntaba a ella cómo era cada una. La señorita María Teresa era la superiora. Sí, entonces ella decía : - Fulanas y sultanas, etc., son ésto y ésto. Y lo que fuera malo. Entonces el Padre nos decía:
  • 41. - Mi Señora, - le decía- , esto no, ésta es mala o es tonta, lo que fuera. Bien, entonces el Padre nos quería así y cuando yo llegué no nos daba un centavo siquiera, nada. Entonces el Padre Campoamor decía que él quería que nos dieran alguna cosa de lo que se cogía en la granja. Y pues eso era lo que un poco nos sostenía, porque la señorita desde sus principios fue la que empezó a dar su plata, sus donaciones, nos sostenía Santa Teresa, el centro, es decir, todas las casas fundadas. EL PARAISO TERRENALEL PARAISO TERRENAL Entonces sus centavos no eran tantos, pero sí nos daba todo lo que necesitábamos, eso sí ella nos daba y había veces no tenía un centavo para la casa, para Santa Teresa, porque ella era la que hacía el mercado, nos daba íntegro todo y entonces el padre Campoamor por eso la quería muchísimo, porque ella fue la que sostuvo la obra hasta que murió, es decir, en el 37, antes del padre Campoamor. Muchísimo se lamentó su muerte. El padre sufrió muchísimo, porque ella era la que sostenía íntegro todo, toda la labor. La Caja en ese entonces no tenía sino por ahí $ 20.000, creo, y eso era prestado. Entonces él cuando murió la señorita María Teresa, que ella era la coronada, y así fue que sostuvo la obra y si no, no había podido. Su pérdida fue terrible, muchísimo, ya que su trato era lindo, lindo.
  • 42. ¿Seca? No, ella era muy cariñosa, ella jugaba con nosotras, ella estaba atenta a ver qué necesitábamos y centavito que fuera cogiendo era para su señor de Santa Teresa. Entonces ella como digo fue preciosa la vida con ella, ella llevaba sus centavos y a veces se quedaba los domingos, o iba a Santa Teresa los domingos y nos daba dos centavitos para repartirlos y que nosotras compráramos tarjeticas, dulcecitos, lo que quisiéramos. No, pasamos una vida muy linda, muy linda. Ella no admitía que hubiera disgustos de ninguna clase, ni chismes, ni nada, nadie daba una queja de una a otra, nadie porque ella no admitía eso. Entonces eso era lindo porque yo que pasé 8 años en Santa Teresa, esos 8 años fueron un paraíso terrenal. Y ERAMOS DESCALZASY ERAMOS DESCALZAS ¿Hermanos? Sí, ella tuvo hermanos, sé de... se me fue el nombre. José cómo que se llamaba, uno que era dueño de esto del Salitre, desde entonces era el Salitre. Toda esa parte del Salitre era de ese señor, José Vargas. Entonces él tenía muchísimo ganado y cuando él venía le ofrecía unas vacas dando cría, entonces cambiaba las vacas de Santa Teresa que eran 24 reses y eso hacía cambios, las que estuvieran sin cría entonces las llevaba para allá y mandaba vacas para Santa Teresa. Yo estuve varios años manejando ese oficio. ¿Pesado? Sí, entonces había
  • 43. conejos, había ovejas, había un cultivo que esa era la granja de 24 fanegadas. ¿Madrugar muchísimo? Bueno, eso sí había un celador que él cogía las vacas y las llevaba al puesto de ordeño y yo me levantaba temprano y ordeñaba y entregaba la leche. En esa granja era donde teníamos nuestros cultivos, porque nosotras trabajábamos y éramos descalzas, no, descalzas y trabajando. En esas parcelas se cultivaba de todo. Esa finca pasó que después de que el Padre, sí el Padre Posada cogió esa finca, entonces lo que pasó fue que empezaron que el gobierno quería que fuera que una parte, que un potrero, porque eso como era tan grande. Entonces empezaron a vender por partes. SI ALGUN DIA LLEGA A SUCEDER UNA COSA,SI ALGUN DIA LLEGA A SUCEDER UNA COSA, MIS HIJASMIS HIJAS Y el padre nos decía: - Si algún día llega a suceder alguna cosa, mis hijas, tienen que aprender a manejar la agricultura. Y así fue. Yo aprendí la agricultura allá en Santa Teresa y a ver por todo ese ganado y todo. Yo duré bastante tiempo con eso, ovejas, conejos, gallinas, pero el ganado yo era la que lo manejaba y yo era feliz, feliz con
  • 44. todos los oficios que me pusieran. A veces me ponían hasta 4 oficios, porque yo era como una hormiga en oficios . LA MODISTERIALA MODISTERIA Ya después yo me dediqué más que todo fue a la costura. En Chapinero yo hacía costura y también enseñaba. Porque yo estuve primero en esta casa, aquí en este taller, después me fuí.. ah no, me mandaron a Chapinero, allá cogí un taller pequeñito por supuesto, para empezar porque empezábamos con nada, lo que hiciéramos nosotras, cada una, con nada empezábamos y así hasta cuando ya estaba cultivado, entonces nos mandaban a otra casa y después yo fuí para Chapinero, de Chapinero pasé acá, de acá a Tunja. Yo trabajé más que todo en costura, 35 años trabajando en costura. También enseñaba, lógico, por ahí tengo fotos. Bueno, después pasé otra vez acá, de Tunja a acá, y de aquí a dónde fue... pues después pasé fue a Faca y de Faca a Tunja y de Tunja aquí. Y después al Ocaso, allí también tuve taller y un grupo que le enseñaba.Ya allí había niñas más grandes. En Chapinero tuve también, después duré varios años enseñando modistería, en San José también, por ahí tengo de Chapinero una foto. A mi tierra sí fuí varias veces, pero ya no se puede ir, no alcanza la plata y con tanto que yo andaba. ¿Andariega? Mucho, mucho. En la calle pues hacía
  • 45. diligencias, porque me acostumbré, porque tenía que hacer las compras, ir a los almacenes grandes, por ejemplo Coltejer, Fabricato, para comprar por mayor, eso sí lo hacía yo, y comprar cositas pequeñas y cacharrería y todo en esos almacenes, fue de todo, más trabajo. Yo trabajaba en distintas labores, hice tapetes, hice cubrelechos, varias cosas... floreros. NOS REUNIO A TODAS EN VISPERA DE MORIRNOS REUNIO A TODAS EN VISPERA DE MORIR En el 46 yo estaba en Chapinero en la Fundación Social, allí tiene un edificio, porque antiguamente era una casa de un solo piso, pero bastante grande y eso lo compró todo la señorita María Teresa. Yo estuve ahí desde antes de empezarse el edificio, antes de eso y después en 1934, no, en 1944 fue cuando se acabó ese edificio, digamos la construcción. Sí, entonces el padre, fue víspera de morir, nos reunió a todas y entonces no fuimos sino seis , entonces nos reunió y nos dijo así: - Esta obra queda en poder de Las Marías.
  • 46. Ya entonces nos llamaban las Marías , porque Las Marías se empezó en 1938 a escribir, a dejar escrito para que se cumpliera, entiendo yo así, para que se cumpliera hasta que se acabara la Institución. Bueno, después, ah, el padre nos dijo: - Esta obra queda en manos de ustedes, de las Marías antiguas, de mis Marías antiguas... Porque él no hacía cuenta de las nuevas. Decía: - Está Lucrecia, está Isabel Caicedo, que son las de la Caja, ésta, ... cuál otra, ésta la que está aquí... Horosia que ya es antigua, Horosia que es más antigua ya conoce en verdad lo que es la Institución, ya saben todo, no necesitan explicar más cosas. Quedan los jesuitas, los jesuitas tienen que seguir dirigiendo esta obra. Y a Dios se la encargo. Entonces estaba la imagen del Sagrado Corazón de Jesús y nos hizo arrodillar, rezamos el Padre Nuestro que siempre lo rezábamos para terminar su charla. Entonces le recomendó el Sagrado de Jesús y a San Francisco Javier que eran los patrones. - Entonces así quedamos porque mañana me muero y entonces esto queda sin explicarse, sin decirse nada cómo es esto, esta obra es de Dios, eso no es hecho por hombres, sino que es de Dios.
  • 47. ESO FUE MUCHISIMA GENTEESO FUE MUCHISIMA GENTE Era como si él presintiera la muerte. Sí, es que él siempre nos hacía reunión. Dígame cómo sería nuestra angustia de que el día siguiente de lo que nos dijo entonces, él le dijo al Sagrado Corazón de Jesús que él le encargaba esta obra que él hiciera lo que quisiera. Figúrese, cuando la muerte del padre fue durísimo, por supuesto, muy duro y uno como es tan chicanero, nos avisaron a las 6:00 de la tarde y nosotras qué hicimos, rezar para que nos diera fortaleza y pensar, yo no pensé si me tenía que salir, no, yo no pensé sino que con lo que nos había dicho el Padre no había otro remedio que seguir hasta que Dios quiera. Y después el entierro fue en San Ignacio, todos todos nos reunimos, eso fue muchísima gente, por supuesto, tanta gente, tanta gente, pero más cuando murió la señorita María Teresa, en el 37, yo todavía la lloro porque era una madre, nunca nos regañó a pesar de ser tontas, nunca, no hacía nunca suspensión. A la que fuera la reprendía pero no más. Ana María González digamos que la reemplazó, ella la reemplazó en todo lo que es enfermería y la que reemplazó una de Las Marías que está, que nombran todavía, que fue Anita Benitez y como ella fue otra mamá, porque madre queridísima con todo su modo de ser tan lindo, entonces ella quedó.
  • 48. Bueno, como les digo, yo todavía siento la falta de la señorita María Teresa. EL POBRE QUé HACIA, LE TOCABAEL POBRE QUé HACIA, LE TOCABA El padre Posada cogió la obra cuando el padre Campoamor murió porque él lo eligió. Porque el padre lo quería muchísimo. El padre Posada era bendito. Entonces, el padre Campoamor lo eligió antes. Y después ya la Compañía vió que el padre Posada era el que necesitaba en la obra y así fue. Y él fue a Roma. El estuvo tres meses por Roma y mientras tanto quedó el padre Javier Mejía. El duró 3 meses. Bien, después ya llegó el padre Posada a trabajar y él no quiso cambiar la obra, sino que siguiera como el padre Campoamor la tenía, pero ya vino gente extraña y empezaron a cambiar. Eso fue en Santa Teresa, el grupo de las nuevas vino a hacerles clases y eso no se hizo nada, todo se perdió. Todo quedó allá y desde entonces empezó en 1950 esos cambios, ya incluso se cambió todo porque llegaron unas nuevas, dizque porque nosotras eramos como encargadas, a mí me da pena decirlo, entonces como el padre nos enseñó mucho... de pobreza, porque él decía que no quería que fuéramos ricas porque hacíamos a los pobres a un lado. Digo, el padre Campoamor.
  • 49. El padre Posada también quería lo mismo, pero el pobre qué hacía, le tocaba. Bueno, así siguió todo y nos decían que ésto no estaba bien, que muchas cosas, y empezaron los cambios y Santa Teresa - me da tristeza- , nos quitaron y lo mismo Villa Javier, pero entonces lo cogieron con el fin de vender, de construír, era la única forma, porque en la escritura estábamos era Las Marías, pero eso no cambió. Y el padre Posada trabajó muchísimo, eso sí trabajó por llevarnos bien, pero entonces ya se enfermó, ya hubo cambios, nuevos padres, y todo eso, cada uno piensa como puede. PADRE, YO PREFIERO RECIBIR DULCESPADRE, YO PREFIERO RECIBIR DULCES Yo seguí trabajando en los talleres, hasta el 77 estuve trabajando y después empezaron a acabar con Las Marías. Cuando se murió el padre Posada vinieron en padre Guarín, después el padre Vélez, después de nuevo Guarín y después el padre Londoño. También yo estaba en la víspera con el padre Posada, antes de su muerte, en el 72. Sí, la dicha más grande que siento es que yo estaba con él. Sí, y la víspera de morir, porque era que a mí me gustaba mucho, o me gusta, porque sabe qué a mí me gusta mucho los juegos. Ese día estábamos jugando dominó y entonces él se
  • 50. acostaba siempre, pues íbamos a su cuarto y ese día estábamos jugando y él se dio cuenta de que ya era tarde y que... yo aprendí bastante de él. El padre Posada fue muy querido, muy bueno, con nosotras, muy cariñoso y decía que... y nos quería mucho y yo le dije un día: - Padre yo prefiero recibir dulces por todo lo que lo hecho sufrir. Y dijo: - Pero a usted no tengo nada para perdonar ... Porque yo no sé, yo lo quería muchísimo y aun cuando a ningún padre yo he hecho sufrir, uno tiene esa satisfacción. TODOS LOS DIASTODOS LOS DIAS Sí, tuve pretendientes pero no más, pero no los acepté porque yo estaba muy enamorada de esta institución. Sí, porque se me presentaron hasta buenas personas, sí, pero no quise seguir. Eso sí, muchos, pero yo no los acepté porque para qué, como decía el padre Campoamor hay que hacer mucho en esta obra, entonces yo pienso en lo que nos dijo el padre Campoamor , víspera de morir, eso siempre se me quedó grabado hasta cuando me muera. Muy lindo porque se
  • 51. goza mucho, claro que toca trabajar y eso era por ejemplo, bastante difícil, pero está uno con Dios que es lo principal. Está uno con Dios todos los días y uno tiene que corresponder, ese es mi lema, que hay que corresponder con la gracia de Dios, porque él nos facilita todo y entonces hay que pensar en nuestra salvación. VOCES E IMAGENESVOCES E IMAGENES Esta es una fotografía en las bodas sacerdotales del padre Posada. Esta es otra compañera. Sí, esta soy yo. Esta es de un paseo, pues hace tanto tiempo que francamente no me acuerdo dónde es. Sí, esta es Adelina. Esta soy yo en El Ocaso. Esto es en Chapinero cuando reformaron la casa, que le hicieron una reforma, un cambio. Esto es en el campo. Esta soy yo. Sí, elegantísima con un gran sombrero. Sí, es en Villeta, el padre Posada me estaba curioseando. Aquí me pillaron bailando, en El Ocaso. ¿Y esta quién es tan bonita? ESE PICARO CORAZONESE PICARO CORAZON Nunca más volví a volarme a las cuatro de la mañana, no, qué caso. Pues aquí yo siempre quería aprender alguna cosita, y como me gusta tanto la música, especialmente la de cuerda, música de cuerda, bambucos, todo, todo, entonces yo tenía muchos deseos y se me presentó una chica y resulta que ella sabía de
  • 52. música. Entonces ella cargaba unos instrumentos porque tocaba unos torbellinos, da conciertos y todo. Entonces estaba yo aprendiendo, no, pero me enfermé. Lástima, porque ella era un artista. Sí, estuve aprendiendo notas. Eso fue este año. Porque después ya... lo del corazón, lo de este pícaro corazón. Bueno, yo a veces tengo... y es que mi cuerpo ... es el corazón que manda, manda, el de los hombres.
  • 53. MARIA BETULIA SANTANAMARIA BETULIA SANTANA Y CANTANDO Y BAILANDOY CANTANDO Y BAILANDO HABIA MUY BUENA TIERRAHABIA MUY BUENA TIERRA
  • 54. Voy para 76 años. Yo nací en Cogua, en 1917. En ese tiempo no había bachillerato. La primaria la hacía uno con unas hermanas del párroco que había. Le daban a uno estudio, a los que quisieran aprender. De Cogua nos vinimos para Zipaquirá, pues ahí teníamos bastante familia. Y yo casi me crié fue en Zipaquirá. No estuve allí sino 16 años. Y entonces fue cuando me entré aquí al Círculo. Papá tenía una finca muy grande, donde había de todo. Una finca con ganado, agricultura. En ese tiempo eran terrenos muy buenos. Se daba de todo. Y teníamos una finca, que era cerca a la Represa del Neusa, en la planicie. Esa fue de papá. Y eso nos vino a buscar Concesión Salinas, que le vendiéramos. Porque eso estaban que compraban. Mis hermanos estaban por allá, cada uno en una parte, porque era cuando iban a hacer la Represa. Entonces allá también él sembraba mucho. Había muy buena tierra. Eso a la orilla del pedregal había mucho fríjol y mucha cosecha. El tenía sus obreros y quien le hacía todas las cosas y las llevaba y todo. MURIENDOSE LOS PAPAS SE ACABA CASI TODOMURIENDOSE LOS PAPAS SE ACABA CASI TODO
  • 55. Papá tenía como 60 años. Eso nos divertimos tanto. Mi papá tenía en la finca caballos, bueyes, gallinas, de todo. Mi papá ensillaba esos caballos y nos ponía a correr por esos potreros. Bueno, mi vida ha sido muy sencilla, pero muy sabrosa y satisfecha. Yo no he tenido así como sufrimientos. Cuando papá tenía 60 años, yo tenía tres años. El mayor tenía 19 años. Y de ahí para abajo. El mayor también ya se murió. Después del mayor seguimos Aura, que ella vive en Medellín, Carmenza, que ya se murió. Después seguíamos la gemela y yo . Después siguió la monja, que también se murió hace poco, como unos dos años. Ella fue misionera Teresita. Bueno, y los otros siguieron ya, eso era una cantidad de mujeres. La menor tenía en ese entonces 22 meses y se enfermó. Hacía un verano terrible. Y entonces mi papá se fue a traerle remedios a ella. Y en esas empezó a llover, esos goteronazos que caen así. Y entonces a papá le dio neumonía. No duró sino tres días. Lo llevaron a un médico y le llevaron sacerdote y todo. Pero eso hasta media noche estuvo hablando y todo. Y qué se iba a imaginar mamá que a la 1:30 de la mañana mi papá se fuera a morir. Siempre duró como dos días con esa tosesita que les da y no más. Y él se murió, papá, y muriéndose los papas se acaba casi todo. A MI MAMA LE GUSTABA ERA COSERA MI MAMA LE GUSTABA ERA COSER
  • 56. Quedamos con Mamá no más. Y éramos 8. Ella si duró harto tiempo. Ella nos educó a todos, como dicen. Mamá quedó sola. Y siempre para levantar a ocho muchachos. A mi mamá le gustaba era coser. Ella era como medio modista. Tenía una de esas Singer, yo la tengo todavía, fue de las primeras que llegaron. Una madrina tenía otra y una vecina otra y así. Primero antes de esa máquina había una de manivela, pero uno se acostumbra a todo. Nos hacía a todos la ropa. A papá le hacía camisas, hacía cositas chiquitas y eso siempre tenía su trabajo y eso era para los domingos, para salir, porque eso en semana mi papá lidiando con obreros. Eso nos cosía a todos. Siempre éramos hartos y hacía vestidos para hombre. Para vender, no , sólo lo que le encargaban y para los hermanos. Para mi hermano, el mayor. ESE PAVOR DE LA TIERRAESE PAVOR DE LA TIERRA Yo fui gemela. Y la otra se murió de nueve años. Y también pasó lo de papá: ese pavor de la tierra. Porque por allá en el campo eso matiene una sequía terrible. Y después ese polvo se levanta.
  • 57. Eramos exactas. Y todo el mundo tenía que ver con nosotras. Los profesores nos llamaban cada nada y hablábamos igual. Exactas, exactas. Ella se llamaba María Esther y yo me llamaba María Betulia. Y entonces todos me decían por el nombre de ella. Porque éramos exactas. Y NADIE PODIA MIRAR NI GALANTEAR NI NADAY NADIE PODIA MIRAR NI GALANTEAR NI NADA Para entrar aquí a Villa Javier había allá una muchacha que había entrado aquí primero. Y era muy simpática y todo. Y había tenido problemas por ahí con su mamá, o en fin. Y entonces una madrina también hermana del párroco que había allá, le dijo que la trajera a alguna parte. Que estaba aburrida con su mamá, porque la regañaba muchísimo y nadie podía mirar ni galantear ni nada, porque la mamá se ponía bravísima. Y era simpática la muchacha, y entonces le dijo a ella: - Vaya a Bogotá que hay una fundación del padre Campoamor. Y ELLA ERA DE PATRIAY ELLA ERA DE PATRIA Y ella fue la que inició. Y le dijo de todo lo que hacían. Y ella la trajo aquí. Y aquí había una fiesta de Reyes. Y era muy hermosa y había carrozas. Esas señoras de
  • 58. sociedad ayudaban mucho en carrozas y todo. Y los caballos los prestaban para el 20 de Julio. Yo tengo por ahí un retrato de todas: de la señora Sofía, la señora Amalia, la señora Nina que había sido hija del presidente Reyes y todas fueron colaboradoras de aquí. Y las hijas también. Había una hija muy querida de la señora Sofía. Y ella daba clases de religión. Y en Casa María Teresa había muchas profesoras, otras de sociedad, otras enseñaban modistería y así. Y fuera de eso tenían una señorita de asiento para enseñar. Y era todo por horas: una hora para tal cosa y así otra hora tal, en fin. Resulta que vino una hermana mía a la fiesta de reyes y se encontró con ella, la muchacha que se había ido al Círculo, que eran amigas. Y ella era de Patria. La pusieron de Patria, porque era muy simpática la china y era el 20 de julio. Le pusieron un vestido de la patria en un camión, en una carroza de esas que vestían . Y luego después ya se fueron y se saludaron y todo eso y le dijo: - Hola Carmenza, ¿por qué no te vienes para acá? Aquí es muy sabroso, mira que esto y lo otro. VERE A LA BETTY MAÑANAVERE A LA BETTY MAÑANA
  • 59. Carmenza era la hermana que me antecedía. Ella ya se murió. No tenía ni idea, ni nada. Entonces, bueno tánto la entusiasmó, que se vino. Ella le dijo a mi mamá que la dejara venir y que no sé qué. Bueno, y se vino. Y duró entonces un año. Y entonces allá en mi casa me llamaban Betty. Y ella fue de vacaciones. Y me dijo: - Ala, Betty, por qué no te vas para el Círculo de Obreros y verás que eso es lo más bonito. Nooo, eso me contó todo allá. Y yo le dije: - Cómo se le ocurre que yo deje a mi mamá sola... Y eso que allá en ese tiempo había gente quien le ayudara a mi mamá. Gente sobraba, lo que hoy día no hay ni quién ayude a nada. Y eso que a veces hasta se ofrecían a lo que quisieran hacer. Entonces mi mamá se sintió. Y dijo que no. Y se sintió más con ella, porque siempre yo le ayudaba con los otros. Tanto me animó, que yo le dije: - Bueno, voy a hacer el experimento. Entonces hasta un hermano, el mayor, se burló harto de mi, porque me puse a hacer mis maletas. Y me dijo:
  • 60. - Ay, veré a la Betty mañana. Cuánto que no duras dos días. Mamá, acuérdese de lo que yo les digo. CLARO QUE UNO LLEGA ARREGLADITOCLARO QUE UNO LLEGA ARREGLADITO Bueno, entonces así fue. Y mamá me trajo, porque ella dijo que no, hasta no convencerse dónde estaba o dónde quedaba, o sino no me dejaba venir. Y ella se vino conmigo a la casa María Teresa. Y el Padre estaba en el despacho. Y ya Carmenza le había dicho de mí. Y él dijo: - Si, vaya por sus papeles. Y me fuí. Y en esas salió la señorita María Teresa. Claro que uno llega arregladito. Y uno no es tan....sino por lo menos....Ella me miró y me dijo: - Aquí se necesita es jóvenes sencillas. Sencillas. Aquí no hay lujos, no hay esto. Claro que en ese tiempo tampoco se pintaba uno de nada. En ese tiempo llegaba uno así. Sin embargo, me mandó seguir y todo. Y a mí me dio fue miedo. Y entonces me presentaron ya a las otras y a la superiora y todo.
  • 61. Sí, mi mamá quedó más tranquila porque ya me dejó y habló con la señorita María Teresa y en fin. Pero siempre se fue como dolorida, y como la otra hermana también estaba aquí hacía un año, entonces allá en la casa había pequeños y allá había gente vecina que le ayudaba en los quehaceres de la casa y con los niños y en la cocina. Yo tuve tres hermanas aquí en las Marías. Una fue monja, porque una vez nos presentaron una película de misioneras en Pamplona. Fue el padre Afanador. Y ella se antojó, y el padre se la llevó. Ella duró como cuarenta y pico de años en la comunidad. Ella se murió en Medellín hace como dos años, creo. COMO EN CORRAL AJENOCOMO EN CORRAL AJENO Y ya aquí al comienzo uno se siente como en corral ajeno. No sé. Y entonces ellas por las mañanas se quedaban unas dos veces en Santa Teresa o tres. Iban y nos levantaban a las cuatro de la mañana o a las cinco para ir a misa, yo no me acuerdo. Y nos tocaba bañarnos con agua fría. Eso era como si uno se metiera en una nevera. Y uno con ese sueñito. Y uno joven, que siempre le gusta dormir un poquito más. Yo decía ya al otro día, pero imposible. Bueno, ahí duré muy poquito, porque yo era recién llegada y esa señorita Francisca me tenía mucho ojo. Ah, pero lo señora María Teresa conmigo la fue casi desde el primer día.
  • 62. DESDE PIANO, COMO DICENDESDE PIANO, COMO DICEN Bueno, entonces resulta que la señorita María Teresa al día siguiente a las nuevas nos mandaba al oratorio. Y a las otras , cada cual ya tenía su sitio donde le tocaba hacer lo que tenía que hacer diario. Bueno, y ella se iba al oratorio a encaminarnos a saber qué sabíamos de religión. Eramos como cinco nuevas. Yo como me sabía el catecismo Astete de pe a pa, porque en toda parte la religión era como lo más importante de los estudios. Y me preguntó: - Bueno, María Betulia, usted qué sabe de religión. Eso me preguntó las bienaventuranzas. Me preguntó los misterios del rosario. Me preguntó íntegro. Y se lo respondí de pé a pá, como dicen. Y las demás no sabían, porque venían por allá de Boyacá, menos preparadas, de otras partes. Y no, y entonces me empezó a coger como más cariño. Y luego me puso a arreglar unas ropas, unos cuadritos.
  • 63. Bueno, pero ella era una mamá. Una madre, qué cosa, tan formalita, desde piano, como dicen. AHORA LLEGO A MI CASA Y ECHA A BURLARSE DE MIAHORA LLEGO A MI CASA Y ECHA A BURLARSE DE MI Es que yo me vine porque mi Dios me traía. Porque yo qué me iba a imaginar que mi hermana me iba a convencer y traerme. Y hasta estuve por irme, porque el frío de Santa Teresa yo no me lo aguantaba. Y le dije a la directora: - Yo tengo ganas de irme para mi casa, por mamá. Pero era ese frío que yo no me lo aguantaba. Y de aposta en ese tiempo el oratorio era en puros ladrillos. Y uno tenía que ir a rezar y todo eso y hacer meditaciones y uno joven. Y el baño de agua fría. Pero el baño del cuerpo era en el día, en las albercas. Era por turnos y tampoco era todos los días. Era como dos veces en la semana. Pero ese frío de ese piso de allá del oratorio y esas meditaciones. Y ella, la señorita María Teresa, rezaba tan lindo. Hacía unos primeros sábados divinos. Como que le infundía piedad a uno. Bueno, y entonces ella me dijo: - Pero ¿por qué te vas? No te vayas. Aquí te queremos. Pide lo que quieras. Yo le dije:
  • 64. - No, yo estoy muy bien. Pero de veras , yo estaba bien, sino que el frío era el que me comía. Y entonces me acordé de mi hermano. Y dije : - Ahora llego a mi casa y echa a burlarse de mí, y me va a decir: "vea yo le dije, vea, vea, lo que yo le anuncié". Y por eso me detuve, de pensar en él que fuera a burlarse de mí. Y entonces de a poquito el Padre empezó a sacarme de Santa Teresa. Y me trajo aquí, para el Centro. Y aquí ya no hacía tanto frío. Aquí ya era diferente. YO NO TENGO SIRVIENTAS, YO TENGO SON REINASYO NO TENGO SIRVIENTAS, YO TENGO SON REINAS Una vez estaban ensayando para una fiesta que iban a hacer. Entonces hacían una cuña a los cantos de la preparación, porque era que ahí en el despacho había un letrero donde se daban las direcciones para los que necesitaran. Y creían que las Marías eran las sirvientas. ¿Se imaginan? Entonces era gente que viene de fuera a hacerse inscribir para otras, que las vinieran a buscar. Y eso lo tenía el padre desde hacía tiempo. Y entonces llegaron una señoras encopetadas que venían a buscar unas sirvientas. Entonces el padre les dijo:
  • 65. - Yo no tengo sirvientas. Yo tengo son reinas. Porque él nos llamaba así. Entonces le preguntaron que porqué tenía esos avisos. Y él les explicó porqué. Que era pa´ ayudar, porque eran las monjas salecianas que ayudaban a las niñas que venían de afuera . Y ellas los domingos le enseñaban a las niñas del servicio de gente de sociedad. Todas venían muy bien arregladas, pero eso había más señoras que sirvientas. Ah, entonces estaba el señor Acuña preparando la fiesta y cantando y tocando. Y dice: - Pero que qué le van a dar a uno, si las tienen tocando piano y cantando y bailando ¿o es que no hay servicio? Con ese modo. ME FASCINABA SER COMO MAESTRAME FASCINABA SER COMO MAESTRA Primero fue que me trajeron cerca al despacho. Y el padre Campoamor me puso como sesenta peladitos chiquiticos. Eso parecían hormigas. Me fascinaba ser como maestra. Pero sesenta, póngase a pensar. Y estaban todos chiquitos, sin saber ni siquiera las vocales. Eso fue tres meses, menos mal no fue mucho tiempo. El salón mío quedaba al frente del despacho . Y entonces llegó un día el Padre. Y se puso a escribir en el tablero Y eso era que los pelaos le cogían ya y empezaba a decirles, a inventarles historias. Les decía:
  • 66. - Ese chino se llama i y va que corre para la iglesia. Y así con toda las vocales. Y todos le repetían en coro. Y luego seguía con las consonantes. - Esta se llaba B de burro y si le acomodo el chinito que va para para la iglesia ¿ cómo es que se llama? Y todos decían iiii.... - Y entonces, y si yo le pongo esa i al pie de la b, cómo se diría. Bíííí, decían todos. Y así hasta que terminó con todas las consonantes. Y los chinos aprendieron en menos de nada. Y era que el padre le sacaba cuento a todo. Y los pelaos le ponían mucho cuidado. Y él tenía un método bonito. COMO QUE QUEDABA UNO DIFERENTECOMO QUE QUEDABA UNO DIFERENTE
  • 67. Otra cosa, les daban almuerzo a todos los chinos y los papás pagaban doce centavos a la semana por el almuerzo. Y como decían, el padre no es por los doce centavos diarios, sino por la responsabilidad del padre de familia que tiene que saber que tiene que pagar el almuerzo. Bueno, eso sí no se les daba sino dos platos de sopa a los chinos. Y la señora Anita María Restrepo ( que era tan querida) les traía pata de res. Eso traía cosas para que les dieran, panecitos, cualquier cosa. Pero tanto muchacho que había. Eso se hacían dos filas. Había un corredor largo que era para poner el restaurante. Y había una María que traían para que hiciera la sopita. Y había otra que era la que repartía cuando ya estaban todos sentaditos allá. Y como no salía ninguno, entonces se les daba el almuerzo. Y después eran todos a correr por ese patio, eso qué no hacían, inventaban cosas, y ya a las cuatro o cuatro y media descansaba uno y como que quedaba uno diferente. LO DE LA MILICIA ERA DE MARCAR EL PASOLO DE LA MILICIA ERA DE MARCAR EL PASO En Villa Javier me tocó durante cuatro años. Y eso yo tengo curas y médicos que fueron discípulos míos. Un día yo estaba en el despacho y vino el Padre y me dijo: - Betulia, vaya y se me pone al frente de la escuela de Villa Javier.
  • 68. Y siempre eran hartos. Eran 4 salones. Y yo tenía que estar al frente de todas las compañeras y de todos los muchachos, de toda la escuela. Me tocó con el batallón infantil. Cada ocho días era venga de Villa Javier al centro, porque venía el señor Mena que era el que les enseñaba la milicia, como dice. Los soldados eran de aquí del centro y la banda de música era de Villa Javier, los de tambores y sus pitos y todo. Pero me tocaba traerlos, venirme con ellos porque había unos muchachos que cogían a quitarles los tambores y así. Y eche para acá y para allá cada ocho días. Lo de la milicia era de marcar el paso y tocar esos pitos y todo eso al compás, para que todos marcharan. Y también cuando habían fiestas yo tenía que mandar a arreglar los vestidos de los muchachos y así. Yo tenía que estar en todo y ellos tenían que estar muy limpios. Por ahí están retratados. A mí me tocó cuatro años estar con ellos. Entré a los 16 años en las Marías, en el 34. Yo estuve primero tres meses con los pelaos y después entonces me llevó al despacho porque en ese tiempo las juntas de las Cajas, de los doctores de la Caja eran aquí en el despacho del Padre, aquí en la novena. Era el doctor Michelsen, el papá de los otros. Ese señor era muy puntual. Y los demás sí como decía el padre Posada cita colombiana: se cita a la una de la tarde y aparecen a las tres, que aquí en Colombia tenían esa costumbre. POR AHI DETRAS DE UNA COLUMNA ECHANDO OJOPOR AHI DETRAS DE UNA COLUMNA ECHANDO OJO
  • 69. Pero en ese tiempo eran tan bonitas las fiestas. Eran tan buenas las navidades. Eso habían disfraces, muy bueno. Se reunía toda la gente de las casas en Villa Javier. Y entonces eso jugaban pelota, tejo, balón, tánta diversión. Eso nadie podía estar quieto, todos en movimiento. Por supuesto, ese potrero grande que había lleno de eucaliptus y todo eso. Y había un patio para bailar, para los que quisieran bailar. Y sobretodo los domingos, que había baile después de las siete de la noche. Allí se reunían los jóvenes a bailar y por ahí las viejecitas estaban mirando alrededor y el padre estaba por ahí detrás de una columna echando ojo. Pero nos reuníamos todos. Y allá el Padre no dejaba tocar una María. Para bailar eso eran bailes sueltos, al estilo español. Nada de cogerse. El decía: - Es que mis Marías no son costales de harina, para que las toquen acá y allá. COSTAL PARA QUE ME ALARGUE LAS MANGAS A ESTA SEÑORACOSTAL PARA QUE ME ALARGUE LAS MANGAS A ESTA SEÑORA No le gustaba que las fueran a manosear, ni mucho menos. Era muy bueno, pero muy delicado, muy puritano. Eso que le viera a uno una manga corta, mejor dicho, la manga corta no se usaba. Y lo mismo era la señora María Teresa: nada de escotes. Eso tenía uno que usar los vestidos largos. Y una vez llegó una señora de por allá de Cali a pedir una casita. Y traía manga corta, como así que se usa por allá. Y él dijo:
  • 70. - Mire, consíganme un pedazo de costal para que me alargue las mangas a esta señora. USTED PADRE VA A SER CIELO O INFIERNO, PERO PURGATORIO NOUSTED PADRE VA A SER CIELO O INFIERNO, PERO PURGATORIO NO Pero era chistoso y todo, al mismo tiempo. Nadie se atrevía. Una vez el padre Lombana le dijo: - Usted padre va a ser cielo o infierno, pero purgatorio no. El le decía: - ¿Por qué, padrecito? - Porque a sus gentes, a sus hijas, a las Marías las sube hasta la cumbre, eso sí, porque las sube hasta que ya. Pero el día que está bravo, las manda al infierno, les saca íntegro lo imaginable. Pero no, término medio no. Por eso el padre Lombana (lo más querido) le decía eso. Y al padre le daba era risa. LO CONOCI DE CORTOSLO CONOCI DE CORTOS
  • 71. La muerte de mi esposo fue lo que más me hizo sufrir en la vida, porque fue muy bueno, muy buen muchacho. Yo era mayor dos años que él. El llegó a Villa Javier por don Eudoro Rodríguez, que era como el que mandaba ahí en el Círculo, como el mayordomo, como el que entregaba las casas. Mi esposo fue obrero, pertenecía al Círculo de Obreros y era músico. Eso yo lo conocía joven de cortos, en ese tiempo, porque hasta los 18 era que usaban los largos. Eso cuando se los ponían se veían unos hombres diferentes. Y Eudoro Rodríguez los trajo a la mamá y a él, porque ella estaba viejita. Eso ella parecía era la abulita de él y él la quería mucho. Me gustó, pero yo nunca llegar en la vida a imaginarme que ese muchacho fuera a ser mi esposo más tarde, jamás. Todo el mundo comentaba lo formal, lo querido. 41 años duró. AQUI VA A HABER NOVIAZGOAQUI VA A HABER NOVIAZGO ¿El enamoramiento¿ Pues yo no sé. Empezó de un momento a otro. Yo me había ido a la casa y había un salón de baile, o sea el salón del teatro que era muy grande. Y entonces en ese tiempo existían los bailes, que era en donde uno podía hablar con alguien. Entonces después del rosario salíamos al baile. En ese tiempo ponían vitrolas y eso, porque en ese tiempo no había televisión, ni radio, sino
  • 72. ponían la vitrola y ponían discos. Entonces al padre le gustaba que los jóvenes bailaran con las Marías, los que quisieran o muchachos. Entonces eso había unos que bailaban, otros que actuaban, eso estaban entrenados en el teatro y así. Y en ese baile, cuando a un muchacho le gustaba una María empezaba a sacarla a bailar, el que no le encontraba nada sacaba a la que quisiera. Pero cuando uno le gustaba una María y la sacaba seguido tres veces entonces decían: - Aquí va a haber noviazgo. YO EMPECE A DESENVOLVERMEYO EMPECE A DESENVOLVERME Y era preciso, preciso. Y uno al principio charlaba y eran muy simpáticos. Entonces, cuando esa vez él empezó a sacarme a bailar yo no sabía bailar. Y entonces la señorita Ana María me puso un señor Fonseca, a que me enseñara , para que no me quedara así por ahí. Y eso a mí me daba pena, porque como papá y mamá nunca lo dejaban a uno ir a una fiesta ni nada. Y cuando nos invitaban, ellos daban alguna disculpa. Bueno, entonces cuando ese muchacho me invitó a sacar a bailar, yo empecé a desenvolverme. Y entonces charlamos y me echaba flores, pero siempre con un poquito de respeto, porque dizque yo era maestra. Entonces me habló de la mamá y no sé por qué dizque yo le simpaticé mucho a ella. Y yo dije: - Eso ella qué me va atender.
  • 73. Bueno, la cosa fue que yo le dije que me iba para mi casa y estando allá me mandó una carta manifestándome lo que él sentía por mí. Y yo no le contesté. Bueno y así pasaron 5 años de amores, eso duramos 5 años bobiando. COMO QUE LE VA COGIENDO UNO MIEDO AL MATRIMONIOCOMO QUE LE VA COGIENDO UNO MIEDO AL MATRIMONIO Entonces, cuando yo trabajaba en las escuelas había unas mamás que le contaban a uno como sufrían con los esposos que tomaban y que les pegaban y todo. Una señora me contaba un día que se había casado por allá donde una madrina y que era sola y que ella no lo había querido tampoco y que ese fulano se lo había escogido la madrina y que una vez estando embarazada le dió una pedrada con un pedazo de ladrillo y que dizque le rompió un brazo y que estando en el hospital alcanzó a nacer el niño y todo eso, en fín. Tambien había aquí en el centro una señora muy elegante y ella iba a donde mí y me decía: - Eso uno no se debe casar para que lo maltrate y tampoco me metí de religiosa, que para qué si estando uno bien. Y yo le dije que yo no me sentía para convento, mi hermana sí, se entró el convento y se amañó harto ahí. Bueno también me contaban que había una muchacha que estando en el colegio conoció un muchacho y con lo de las onces
  • 74. se casaron. Y entonces cada uno cogió para su casa. Y duraron así varios meses sin saber si eran casados , hasta que alguien les dijo. Entonces supieron los papás. Y el papá se puso bravísimo . Y eso dizque lo sacó del colegio y lo mandó a estudiar carpintería y a ella lo mismo, la pusieron a aprender modistería, como en ese tiempo no había nada más así especial, qué más se hacía. Bueno, entonces como yo fuí la que aprendí primero modistería, ella fué donde mí y me contaba todo y otras me contaban que por ejemplo el marido era un borracho completo, - Y a mí no me dá nada para nada. Y así sucesivamente. Entonces eso como que le va cogiendo un miedo al matrimonio. Pero yo lo veía a él como diferente. Con la mamá cómo era tan cariñoso, muy bueno. Entonces hasta los 5 años fuimos donde el padre. DE UN LADO PARA EL OTRODE UN LADO PARA EL OTRO Pero para llevarme a Cali más tarde, fué porque había cumplido un año de noviazgo, de vernos eso como en Villa Javier. A uno no le podían dar la mano, porque eso era un delito. El padre se ponía bravo. Bueno, eso duramos como dos años contándonos cosas.
  • 75. Como uno no estaba fijo, el Padre Campoamor lo mandaba de un lugar a otro y de una cosa a otra. Por eso primero estuve en la casa y después en la escuela, entonces en Villa Javier estuve cuatro años al frente de todo, pero todo con disciplina. Eso la pasaba uno bueno. Y después de la escuela, fue cuando me mandó a aprender acá, porque me iba a mandar a Yarumal. Entonces me vine acá a la Caja y me enseñaron lo de la Caja. Y al fin no sé por qué motivo no fundaron en Yarumal, no sé si es que al Padre no le gustó o qué. NOOO, QUE EXCUSAS Y QUE TODONOOO, QUE EXCUSAS Y QUE TODO De acá entonces cuando ya aprendí me mandó a Facatativá. Me puso al frente de la Caja, año y medio. Ah, pero ya se había fundado en Manizales, que fue como en el 46. Allá en Manizales nos tocaba era ir a conocernos con el Presidente del Banco de Colombia. Y como nos veía tan sencillas y todo. Y como íbamos a los bancos y todo, y había con nosotras una María que era una lumbrera, muy inteligente, y tenía una letra divina, entonces ella con Marujita, que era la superiora, y como nos veía tan sencillas y todo, entonces una vez pasó una señora y nos dijo:
  • 76. - Ustedes dónde trabajan, precisamente yo necesito una muchacha para que nos trabaje, que nos ayude en la casa. Nos decía que si éramos de Popayán o de Pasto. Seguramente por lo que teníamos alpargatas. Como en ese tiempo se usaban tanto. Entonces había como unos detectives que nos seguían a todo lado. Y resulta que el señor, el encargado de allá nos preguntó que qué hacíamos por allá. Y cuando supo que íbamos a la fundación de la Caja Social, noooo, qué excusas y qué todo. Y nos presentó al secretario y al presidente del banco. Ah, pero esa fundación en Manizales fue lo más hermoso que hubo. Después de los 4 principales que había, quedamos las cuatro Marías adelante. Y eso había banda de guerra. Y eso que iban a hacer carrozas y el Padre dijo que no. Cuando estuve en el despacho, nos presentaron a esos señores para que nos ayudaran y nos atendieran. Allá duré cuatro años y con esa gente tan amable. Y luego pasé a Cali. Eso hacían propaganda de la Caja, de todo. BUENO, VAMOS A CONSIGNARBUENO, VAMOS A CONSIGNAR
  • 77. Eso con ese padre Campoamor íbamos a tántas fábricas, por ejemplo a Chipichape. Eso era grandísimo. Y el padre hablaba con los gerentes y con todos. Los reunía en un salón grande que había. Y les decía: - Bueno , vamos a consignar... Por ejemplo, él decía : - Si un obrero consigna $10, el patrón le daba otros diez. Si consigna 50 el patrón le daba 50... Eso se reunía harta plata y así fue como le sacó a las empresas. Eso él tenía mucha influencia. En toda parte lo dejaban entrar. Eso él hacía mucha propaganda de la Caja. Y cuando el IV Centenario de Bogotá le dieron una medalla al padre Campoamor, por la obra tan completa que tenía. Eso había granjas, escuela de modistería, banda de músicos, Caja Social, imprenta. Bueno de todo, de todo. EL PAN BENDITOEL PAN BENDITO
  • 78. El padre Posada estaba acá y él estaba de provincial y entonces cuando murió el padre Campoamor y lo quitaron de provincial para que se encargara de la obra, porque era el que más conocía, porque eso sí desde el año 35 ya estaba al tanto . Es que el padre Posada era como el pan bendito, a todo le decía bueno, bueno. Y el Padre Posada tal cosa y él siempre decía, bueno, bueno. YO QUIERO TERMINARYO QUIERO TERMINAR Entonces un día yo le dije al novio: - Sabe que yo quiero terminar nuestro noviazgo, porque yo no quiero saber nada de matrimonio. Y le dije: - Mi deseo es el de terminar con usted. Entonces se quedó callado. Y yo le dije que yo era muy vieja para él. Porque fué cuando yo supe que él era menor de mí 2 años. Y eso me decía que no, que él quería ser el báculo de mi ancianidad, que no se qué.
  • 79. Y una vez que nos casamos, él me dijo: - Recuerde que yo le prometí que iba a ser el báculo de su ancianidad. Siempre se acordaba de eso. Pero yo qué iba a imaginarme que me iba a casar con él. Pero me fué divinamente. Qué hombre tan casero. Ahí para la muestra están mis hijos. PERO USTED TAN MALAPERO USTED TAN MALA Y qué le iba a decir: eso a los 5 años, cuando yo le decía todo eso, él se salió . Y no se quiso ni despedir. Y que se iba para la casa. Y se fué sin decir nada. Y después cuando me veían las Marias, me decían: - Pero usted tan mala, usted por qué le hizo eso. Y les dije que no: - Es que no pienso casarme. Para qué me voy a engañar. Ya un año y por amistad y todo está bien.
  • 80. Bueno, y así quedamos y un día la señorita Ana Maria que era la que entrevistaba a los novios, la que nos cuidaba, me preguntó que qué me había pasado. Y yo le dije que nada. POBRE MUCHACHO, NO LE HAGA ESOPOBRE MUCHACHO, NO LE HAGA ESO Y después le conté. Y me dijo: - Ay pobre muchacho, no le haga eso. El tan bueno que es y usted haciéndole eso. Y entonces después la señorita Ana Maria lo llamó y le dijo que me concediera una entrevista nuevamente. Entonces ella me dijo que fuera, que él quería hablar conmigo. Y yo, para que él viera que yo no era la que lo buscaba, me fuí con una amiga para la sucursal de Soacha, que me había dicho que la acompañara. Y le incumplí. Y después la señorita Ana Maria me consiguió otra cita, hasta que nos vimos. Y me preguntaba que por qué tan antipática y así. Y preciso, hasta que al fin se llegó la fecha y me trajo para Bogotá dos meses antes del matrimonio. Y entonces el padre decía: - Es que Santana no encontró otra mujer debajo del sol mejor que Betulia.
  • 81. DEJO EL NOVIO GUARDADO EN BOGOTADEJO EL NOVIO GUARDADO EN BOGOTA Duré allá en Cali como 10 años. Bueno, entonces como le iba contando fue cuando llegó el padre donde el Padre Villegas y le dijo que venía por mí, dijo que me iban a quitar de Cali, tanto de la Caja como de la casa. Y le dijo, - Vengo a llevarme a Betulia para Bogotá - ¿ Y eso por qué padre? Y él le contestó: - Porque se va a casar. Y el padre le dijo: - No padre, ella no ha tenido novio. Y él les dijo: - Es que ella dejó al novio guardado en Bogotá. Y después quería que me casara en Cali. Y yo le dije:
  • 82. - Cómo voy a hacer para llevar todo para allá y mi familia. Eso me decían: - Véngase para acá y le damos casa y todo. Yo dije: - No, cómo les parece, quién iba a ir a semejante lejura. Además mi esposo también trabajaba acá en Bogotá y eso él no iba a ir por allá por mí. VAN A DURAR UN AÑO SIN HACER MERCADOVAN A DURAR UN AÑO SIN HACER MERCADO No fue el primer matrimonio de las Marías, eso ya habían habido matrimonios a pilas. Yo fuí más bien el último. Todavía hay gente de esa época ya con nietos y todo. Yo he vivido toda la vida ahí en San Javier. Mejor dicho, a nosotros nos dieron una casa en donde había que pagar un arriendo pequeño y así con todos. Y la casa tenía un solar grande. Y mi esposo tenía que colocar muebles donde se necesitara. Eso eran 4 piezas y la cocina. Era la sala, el comedor y el dormitorio. Y eso las Marias se encargaban de arreglarle a uno todo y de dejarle a uno bien bonita la casita. Porque la señorita Ana Maria era como una mamá. Y ella iba con
  • 83. el novio a que llevara las cosas, de modo que el día que uno se casara uno no podía ver la casa, sino hasta que el padre no autorizara. De mi casa me habían traido mercado, de todo: frijol, papa, alverja, en fin. Y eso el padre nos decía: - Eso ustedes van a durar un año sin hacer mercado. Y TODOS SE BURLABAN, PORQUE ME LLEVE A MI HERMANAY TODOS SE BURLABAN, PORQUE ME LLEVE A MI HERMANA Asi, pero todo me salió muy bonito, gracias a Dios. Y después ya me fuí de luna de miel. Y todos se burlaban, porque me llevé a mi hermana. Eso fuimos a Villeta y a Utica, asi a los pueblos y eso. Y dejaba que él saliera con mi hermana, porque a mí no me gustaba salir. Y además me daba pena, porque yo el primer beso que me dió mi marido fué el día que me casé y eso a las escondidas. Porque como en ese tiempo como uno era tan bobo y eso yo me sentía yo no sé. Porque a uno sólo lo besaban el papá y la mamá. Entonces eso uno se volvía tímido. Despues de allí nos fuimos a mi casa. Allá duramos ocho días, muy bueno, para qué. A mí me ha ido muy bien, no fuí rica pero estoy muy bien. Compramos la casita que nos dieron en Villa Javier, la arreglamos y además el padre siempre me decía siempre: - Tú tienes que seguir siendo María.