2. • Este planteamiento de la investigación no deja de
suscitar algunas objeciones. La primera es que, como no
está mal recordar, el impacto ambiental de una obra así no
se limita ni mucho menos al CO2 equivalente generado
(aunque éste es un muy buen indicador no sólo para medir
los efectos en lo que es el cambio climático, sino también
para analizar el consumo de energía). Habría que ver por
dónde pasa cada trazado. La segunda es que Systra todavía
no facilita la metodología ni los cálculos precisos con los
que ha estimado el CO2 que se deja de emitir en cada línea
por sustituir el avión o el coche por el tren. Según asegura,
lo hará dentro de unas semanas cuando se presente de
forma oficial el trabajo.
3.
4. • Lo peor para el medio ambiente en lo que se
refiere a la contaminación proveniente de los
grandes barcos es el fuel que usa. Básicamente
es petróleo de descarte, lo que ha quedado del
proceso de refinado del crudo. Es algo muy
parecido a lo que luego se convierte en asfalto.
Es el combustible más barato y más
contaminante. El transporte marítimo es
responsable de quemar 7,29 millones de barriles
de petróleo al día, lo que representa el 84% de
toda la producción de petróleo de exportación de
Arabia Saudí.