Cinco entidades prestadoras de salud desviaron fondos públicos mediante falsos pacientes y cirugías costosas, robándose millonarias cantidades de dinero que pertenecía a los colombianos. El autor expresa su frustración por cómo la inteligencia de estas personas se usa para cometer delitos en lugar de ayudar a resolver los muchos problemas de Colombia, y hace un llamado a la reflexión sobre cómo mejorar el país y no dañar a los demás ciudadanos.