1. Fabián Hernando Ruiz Ortega
DIMENSIONES DEL SER Y LA EDUCACION
Las dimensiones humanas son todas aquellas características, propiedades y
facultades que nos constituyen como personas y que se manifiestan de una
manera particular en nuestra especie; como una unidad en la pluralidad, es decir,
que el ser humano posee una variedad de facetas en las cuales se desenvuelve y
realiza pero sin dejar de ser percibido por sí mismo y por los demás como unidad
individual, única e irrepetible. Las dimensiones humanas en sí son la base sobre la
cual se construyen los valores, pues son esa condición sin la cual no seríamos lo
que somos: Seres Humanos.
Es necesario tener en cuenta que el ser humano es mucho más que la suma de
sus partes y que no se puede tener una visión completa de lo humano sólo viendo
una parte de aquello que lo compone; pues siempre, es y será un misterio el
estudio del hombre…
Se espera, que la educación debe ir acompañada constantemente al ser humano;
pues ésta, no solo se trata del arte de enseñar; sino, propiciar espacios para el
desarrollo sistémico del ser; y para ello es necesario abordar las diversas
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dimensiones humanas de manera integral para poder desarrollar competencias de
carácter general, integral y contextual, con el fin de lograr niveles de idoneidad
mayores en ellas.
DIMENSION CORPORAL:
Es la condición del ser humano quien como ser corpóreo, puede manifestarse con
su cuerpo y desde su cuerpo, construir un proyecto de vida, ser presencia
“material” para el otro y participar en procesos de formación y de desarrollo físico y
motriz.
El desarrollo del ser humano es considerado un proceso dinámico tanto biológico
como cultural, caracterizado por continuos y variados cambios, relacionados con el
factor tiempo.
Las habilidades motrices básicas constituyen los componentes comunes a todas
las tareas motrices específicas y especializadas, y precisamente por esto
constituyen el punto focal del desarrollo motor en la edad evolutiva.
Estas habilidades motrices básicas, se empiezan a experimentar a temprana
edad, es decir; en los niños. El niño es capaz de proporcionar respuestas motrices
adecuadas antes de comprender, razonar, imaginar o articular palabras y desde
unidad indisoluble de su personalidad, el movimiento se construye en un elemento
organizador del pensamiento y trasciende el mero acto motro reflejo, ya; que a
través del mismo, expresa y libera los sentimientos y emociones.
DIMENSIÓN PSICO-SOCIAL:
La dimensión psico-social del individuo hace referencia a la forma como cada quien
percibe y asimila los efectos de los procesos comunicativos producto de la
interacción social. La influencia que ejerce la comunicación en las personas, está
mediada por la cultura, el nivel socio-educativo, el desarrollo del pensamiento y las
experiencias vividas. Los mensajes transmitidos por los medios de comunicación
de masas, en la familia y principalmente en la escuela, crean en la conciencia de
los individuos, elementos de identificación con fenómenos, actividades o valores
concretos, lo cual es en sí mismo, una afectación a las estructuras psicológicas del
individuo, y hacen que dicha afectación se materialice en la formación de juicios de
valor, a través de las relaciones sociales y de las relaciones con los objetos del
mundo exterior.
DIMENSIÓN COMUNICATIVA:
Esta dimensión hace referencia a todas las instancias en las que los seres
humanos interactúan significativamente con los demás a partir del conocimiento
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que poseen de una o varias formas de expresión (códigos verbales y no verbales) y
su habilidad para utilizarlas en contextos reales. La adquisición de estos códigos
verbales y no verbales, así como la adquisición de cualquier conocimiento en
general, está mediada por la naturaleza de la realidad extrahumana objetiva,
inorgánica y orgánica, reflejada; por la naturaleza de la realidad socio-histórica (de
las formas sociales de la praxis) reflejada, cuyo momento producido y productor es
el pensamiento de cada época, que encuentra su expresión, en el carácter
ideológico, clasista, de algunas de sus formas de pensamiento; y biosomáticamente, es decir, por las características anatómicas y fisiológicas de los
individuos.
DIMENSIÓN ÉTICA Y AXIOLÓGICA
Al llegar a un determinado grado de desarrollo, los hombres y mujeres de las
diferentes sociedades se cuestionan sobre los actos de su vida social e individual.
Se dan cuenta de que esos actos están estrechamente ligados a la concepción del
mundo que comparten socialmente y que reproducen como individuos. De esa
concepción del mundo emanan los principios y las normas de conducta que sirven
de guía para su hacer en la vida cotidiana y en las dos formas superiores de praxis:
la Ciencia y el Arte. El resultado de la búsqueda de explicación del hacer humano
es la Ética o reflexión sobre su comportamiento individual, es decir, sobre la
valoración que hacen en determinado momento y lugar de los objetos, propiedades
y fenómenos que se consideran necesarios, indispensables, útiles o agradables y
que sirven como medios de satisfacción de sus necesidades e intereses. Los
valores –que tienen fundamentalmente un carácter histórico- son también ideas y
estímulos que actúan como normas, objetivos o ideales y determinan las
decisiones y el comportamiento concreto en situaciones concretas.
DIMENSIÓN ESTÉTICA:
Ésta es la dimensión más compleja y la que tarda más en desarrollarse en los
seres humanos. Ligada directamente al desarrollo de la dimensión histórica, la
dimensión estética empieza a manifestarse luego de una aproximación científica a
la realidad de nuestro ser como individuos que interactúan en un mundo dinámico
y cambiante. El saber científico, fruto de la exposición a las diferentes áreas del
saber, que en un comienzo son ofrecidas en la escuela, permite hacer una
valoración del mundo correspondiente al espacio-tiempo de cada hombre y mujer.
Esa valoración se traduce en una apreciación sensible y racional que genera un
compromiso con el ser social a través del reconocimiento de sí mismo en la
especie humana. En el conjunto de procesos orientados al desarrollo integral de
los individuos y la colectividad, es imprescindible contar con la dimensión estética,
de la que hacen parte el arte, la lúdica y la imaginación creadora, como
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herramientas para ejercer la libertad y capacidades humanas de recreación,
creación y expresión.
La dimensión estética, es una manera particular de sentir, de imaginar, de
seleccionar, de expresar, transformar, reconocer y apreciar nuestra presencia, la
de los otros y de los otros en el mundo; de comprender, cuidar, disfrutar y recrear
la naturaleza y la producción cultural, local y universal. La experiencia estética
conlleva la capacidad de atribuir significación personal, social y cultural.
Las percepciones estéticas raramente son tan sólo impresiones espontáneas
agradables o desagradables, ya que por lo general implican diferentes grados de
atención y de interpretación; son experiencias con sentido, porque la percepción
sensible del mundo modifica permanentemente la concepción que tenemos de él,
dinamiza el pensamiento creativo y motiva a la acción selectiva sobre la vida
misma. La actividad artística es la respuesta estética por excelencia.
DIMENSIÓN COGNITIVA:
Capacidad humana que permite al individuo entender, comprender, aprender,
solucionar problemas, establecer juicios y racionamientos, tomar decisiones, para
así asumir una actitud reflexiva, critica, lógica y creativa, lo que le posibilita la
transformación de su realidad. El desarrollo cognitivo es discontinuo, dialéctico y
complejo, no marcha en una línea ascendente ya que implica desvíos, crisis,
tensiones, y retrocesos, un ser humano complejo, diverso y sujeto a múltiples
determinaciones, modifica su tendencia de desarrollo, se desvía entra en crisis, e
involucra en su proceso saltos, disincronías, reestructuraciones e incluso
retrocesos. El desarrollo cognitivo forma parte de la cultura y el desarrollo humano,
no solo porque nuestras representaciones, sentimientos, o acciones e
interrelaciones están profundamente determinadas por el contexto histórico,
cultural, en el que vivimos, sino también porque las construimos en nuestra
interacción social.
Con el aprendizaje nos incorporamos a la cultura, la información, la tecnología, la
investigación, y la toma de decisiones en contextos formales y no formales que se
vinculan en el proceso de la mente humana. Bruner1 (1997) reconoce que: La
actividad mental humana no se conduce en solitario ni sin asistencia, incluso
cuando sucede “dentro de la cabeza”. Somos la única especie que enseña de una
forma significativa. La vida mental se vive con otros, toma forma para ser
comunicada, y se desarrolla con la ayuda de códigos culturales, tradiciones y
cosas por el estilo. Pero esto va más allá de la escuela. La educación no sólo
ocurre en las clases, sino también alrededor de la mesa de comedor; cuando los
1
Jerome Bruner: (Nueva York, 1 de octubre de 1915) psicólogo y biólogo inglés.
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chicos intentan ayudarse unos a otros a dar sentido al mundo adulto, o cuando un
maestro y un aprendiz interactúan en el trabajo. De manera que no hay nada más
apropiado que la práctica educativa para probar una psicología cultural.
DIMENSIÓN HISTÓRICA:
La dimensión histórica del ser humano debe ser considerada teniendo en cuenta
un análisis ontológico y uno epistemológico.
Ontológicamente, el ser humano ha devenido la única especie animal que ha
logrado hacer consciencia de sí y del mundo con el que interactúa a partir del
trabajo social, que no es otra cosa que el proceso constante de transformación de
la naturaleza, en el que a su vez es transformado, reafirmando su condición como
Homo Faber, es decir, su condición de ser social que trabaja. Cada individuo en
particular tiene su propia historia en la medida en que tiene un origen –lo que es la
mayoría de las veces verificable a partir de documentos escritos-, se ha
desarrollado a lo largo de un período de tiempo y hace parte de un grupo con el
que comparte más o menos las mismas formas de metabolismo social con la
naturaleza. Cada ser humano tiene una carga genética y cultural. La carga
genética lo identifica como miembro de la especie, mientras que la carga cultural lo
identifica como parte de un grupo social específico con normas de conducta más o
menos parecidas a los de otros grupos sociales .desde un análisis epistemológico,
esta dimensión se constituye a través de la toma de consciencia individual y
colectiva de que la producción y reproducción de la vida humana es de carácter
social y se fundamenta sobre relaciones necesarias e independientes de su
voluntad que establece con otros seres humanos. Esas relaciones no flotan en el
aire ni surgen de la nada, sino que corresponden objetivamente a un nivel de
desarrollo de las fuerzas productivas de la sociedad en la que vive, que para
nuestro caso es la sociedad colombiana. Los seres humanos logran llenar su
dimensión histórica de significado cuando comprenden que son las circunstancias
sociales las que determinan su consciencia de la sociedad en la que viven, ya que
el conjunto de relaciones de producción y reproducción de las que todos hacen
parte forman la estructura económica de la sociedad, y sobre esta base se levanta
la superestructura jurídica y política con sus correspondientes formas de conciencia
social (científica, artística, filosófica). La comprensión de este hecho permite
distinguir entre los cambios materiales de las condiciones económicas de
producción, objeto de análisis de las ciencias naturales, las formas ideológicas en
que una sociedad adquiere consciencia de esos cambios y las soluciones que se
plantean a los problemas que resultan de ellos. La dimensión histórica, una vez se
ha desarrollado en los individuos, genera el compromiso colectivo en la creación de
todas las fuerzas productivas que son posibles en su sociedad.