Los experimentos de Harlow sobre aislamiento social en monos mostraron que el contacto afectivo es fundamental para el desarrollo psicológico normal. En su experimento más conocido, monos bebés prefirieron agarrarse a una "madre" de felpa en lugar de una de hierro con biberón, indicando que la necesidad de contacto es más importante que la de alimento. Estos hallazgos sugieren que el vínculo afectivo temprano es crucial no solo para los monos sino también para los humanos.
Tema 1. Generalidades de Microbiologia Universidad de Oriente
2 monos de harlow
1. Experimentos de Harlow
Ainoa Nieto y José Luis Prieto
ESTABLECIMIENTO DE VÍNCULOS AFECTIVOS,
PRIVACIÓN Y DESARROLLO DE PSICOPATOLOGÍA EN
MONOS: ESTUDIOS DE HARLOW (1955)
Harry y Margaret Harlow, en el laboratorio de primates de la Universidad de
Wisconsin, buscaron crear un ambiente lo más natural posible para la reproducción y
crianza de monos. Durante décadas, a través de estos primates observaron y registraron
tanto el desarrollo “normal”, como otras variantes introducidas por ellos. Las
manipulaciones más usadas fueron las privaciones: la ruptura artificial de los vínculos
afectivos. En sus numerosos informes, describen los resultados de la ruptura de tales
vínculos.
El propósito de Harlow en su libro, Learning to Love, reside en explicar cómo
influye en el comportamiento ulterior, un deficiente vínculo afectivo en las primeras
etapas del desarrollo.
Harlow identificó cinco sistemas afectivos de gran importancia para el desarrollo
normal en la mayoría de los primates, que resumiremos a continuación:
1) AMOR MATERNO:
- En la psicología tradicional, más concretamente en el Psicoanálisis, se le había
dado mucha importancia al amor materno. Sin embargo, Harlow consideraba
esto como algo exagerado.
2) AMOR DE BEBÉ:
- Este sistema está estrechamente relacionado con el anterior. Es el amor del
infante hacia su madre, que de alguna forma, persiste en las siguientes etapas del
desarrollo.
3) AMOR ENTRE PARES:
- También llamado amor entre compañeros de juego. A este sistema, según
Harlow, no se le había dado mucha importancia; pero él insiste en que es
fundamental para el desarrollo social y sexual de los monos.
4) AMOR HETEROSEXUAL:
- La capacidad de ejercer este sistema afectivo, en primates, depende de que la
etapa anterior haya transcurrido normalmente. Esto es lo que distingue a los
primates de otros mamíferos, como por ejemplo los roedores, en los que sólo
depende de la maduración biológica.
5) AMOR PATERNO:
- Harlow lo encontró difícil de estudiar y no abordó este problema.
2. Experimentos de Harlow
Ainoa Nieto y José Luis Prieto
Tomando como punto de partida estos modelos teóricos, Harlow desarrolló un
conjunto de experimentos sobre el aislamiento social en monos, total y parcial, que
explicamos a continuación:
A) Aislamiento Social Total:
- MONOS AISLADOS DESDE SU NACIMIENTO:
- Harlow aisló algunos monos desde su nacimiento. Estos monos sólo tenían
contacto, durante los primeros tres meses de vida, con “madres-sustitutas”
inanimadas.
- Consecuencias: algunos monos reaccionaron con un choque intenso al ser
colocados junto con otros monos que habían sido criados normalmente. Otros
monos murieron por anorexia. Pero, la mayoría sobrevivió, se adaptó pronto y
no se detectaron consecuencias a largo plazo.
- AISLAMIENTO TOTAL DURANTE LOS PRIMEROS 6 MESE DE VIDA:
- Consecuencias: los monos, al ser colocados con otros que habían sido criados
en condiciones normales, se aislaban, eran incapaces de jugar, se abrazaban a sí
mismos y mostraban respuestas exageradas y grotescas de terror. Además, estos
monos no aprendían de sus congéneres normales. Al llegar a la adolescencia, se
volvían muy agresivos y temerosos a la vez. Este tipo de aislamiento constituyó
a largo plazo una consecuencia más notoria.
- AISLAMIENTO TOTAL DURANTE 12 MESES: (Equivalente a 5 o 6 años de vida de
un niño).
- Consecuencias: Cuando estos monos fueron reinsertados en el grupo que había
sido criado en condiciones normales, se mostraron en completa indiferencia
hacia los demás, sin ningún tipo de interacción social, ni positiva ni negativa.
B) Aislamiento Social Parcial:
En el aislamiento social parcial, los monos eran colocados en jaulas
individuales de alambre, acomodadas en filas, de tal modo que podían ver, oír y oler a
otros monos. Sin embargo, no tenían oportunidad de tener contacto físico con ellos, y
esto los privaba de experimentar alguna de las secuencias afectivas anteriormente
descritas. No podían desarrollar lazos afectivos con monos de su misma edad, por lo
tanto, la actividad sexual era nula. Este tipo de aislamiento, daba lugar a síntomas
semejantes a la esquizofrenia humana, esto es: permanecían largo tiempo junto a la
malla de alambre con la mirada vaga, adoptaban posturas catatónicas, realizaban
movimientos estereotipados y adoptaban reacciones hacia sus propios brazos como si
fueran algo extraño y amenazante, llegando incluso a atacar dicha extremidad
mordíendola.
En el aislamiento social total, los monos padecían un síndrome depresivo.
3. Experimentos de Harlow
Ainoa Nieto y José Luis Prieto
PRIVACIÓN Y DEPRIVACIÓN SEGÚN HARLOW
- PRIVACIÓN:
- Es cuando al animal no se le permite ningún contacto social a partir de su
nacimiento hasta un periodo predeterminado.
- DEPRIVACIÓN:
- Se refiere a cuando el animal es aislado después de haber establecido
relaciones sociales, a partir de 6, 9, 12 o 22 meses.
- En este tipo de aislamiento, los monos muestran menos déficit afectivo. La
manifestación más frecuente es la hiperagresividad sin sentido.
Nada más nacer, el bebé pasa a experimentar gran cantidad de sensaciones que hasta el
momento desconocía. Si en el interior del útero materno todo era calidez, humedad y
protección, en el exterior experimenta por primera vez el frío, el aire y el dolor…
El dolor inducido por alguien que, nada más salir, empieza a golpearle en las nalgas
provocándole su primer llanto. Sin duda, la primera experiencia desagradable tras el
parto a la que ha tenido que hacer frente, marcando así el principio de otras más que
estarán por llegar (infecciones cada dos por tres, caídas, berrinches…).
Pero en un mundo tan nuevo para él, el bebé posee una serie de comportamientos
innatos, primitivos y básicos que le permiten aliviar su alto estado de desprotección.
Nadie le ha enseñado a succionar ni a agarrar, ni tan siquiera a buscar el contacto de los
demás, pero algo dentro de él (que ha pasado a lo largo de toda nuestra especie sin la
necesidad del boca a boca, ni registros escritos) le permite hacerlo. Por instinto,
succiona cuando se le acerca un pecho o una boquilla de aspecto similar. Por instinto,
cierra la mano, cuando se le acerca un objeto lo suficientemente pequeño para rodearlo
completamente con sus pequeños dedos. El bebé posee tal cantidad de comportamientos
instintivos protectores que cuesta imaginarse cómo ha podido recurrir a ellos sin nadie
que se los chivara. Unos conocimientos “de serie” que todos hemos tenido y que
transmitiremos, sin saber muy bien a través de qué mecanismo, a nuestros
descendientes.
El bebé, este ser tan enigmático ha intrigado y sigue intrigando a pediatras, psicológos y
psiquiatras. Si la explicación de su comportamiento resulta intrigante más aún resultaba
ver qué era para él lo más importante. A qué comportamientos innatos recurría más para
tratar de sobrevivir. La primera respuesta en la que todos pensaríamos, sería el alimento.
¿Qué iba a ser de un bebé sin leche? ¿Cómo haría para sobrevivir? Estas cuestiones eran
las que un psicólogo llamado Harry Harlow se preguntaba. Para tratar de dilucidar el
asunto, era necesario la realización de experimentos pero, ¿cómo experimentar con un
bebé? No sería ético. Así que Harry Harlow recurrió a uno de nuestros parientes más
cercanos, los monos rhesus. Y menos mal, que fueran ellos. Sus experimentos fueron
4. Experimentos de Harlow
Ainoa Nieto y José Luis Prieto
realmente crueles y de ser aplicados en seres humanos, habría creado personas
traumatizadas de por vida. Harlow entendió que para comprender hasta el fondo el
corazón humano tenía que estar dispuesto a destrozarlo y así lo hizo, en los pequeños
monos. La tortura de la violación, las damas de hierro o el foso de la desesperación eran
algunos de los nombres que dió a los dispositivos de sus experimentos.
A pesar de las características generales de los experimentos,
hubo uno realmente emblemático y que ayudó a responder
qué era aquello más importante para el ser humano siendo un
bebé.
El experimento era bastante sencillo. Harlow cogía a unos
monos rhesus bebés y les daba a elegir entre dos madres
artificiales. Se trataban de modelos, semejantes a una mona
adulta para que el bebé tratará de creer que era su madre.
Una de ellas simplemente estaba cubierta de felpa. La otra,
simplemente tenía barrotes de hierro pero tenía un biberón
con leche.
Cuando el experimento comenzó, los resultados fueron
abrumadores, los monos preferían el contacto de felpa materno, que el de hierro, aunque
éste tuviera leche. Los pequeños monos preferían agarrarse a la madre de felpa
buscando su contacto y protección que acercarse a la madre de hierro para tomar leche.
Cuando la sensación de hambre era ya insoportable, iban corriendo a la madre de hierro,
tomaban la leche suficiente y volvían corriendo a agarrarse a la madre de felpa. Más
tarde, se comprobó que cuando se trataba de asustar a los monos, salían corriendo a
buscar refugio en la madre de felpa.
Este comportamiento, tan claro al principio, iba perdiéndose
conforme los monos iban haciéndose adultos y cada vez iban
buscando más el alimento que el contacto “materno”.
Más tarde, se probó que ocurría con estos monos, al
cambiarlos en un ambiente diferente. Los monos que estaban
junto a su madre de felpa, se agarraban fuertemente a ella,
hasta que tenían la valentía de explorar los alrededores y
después volvían al refugio que su madre artificial les ofrecía.
Sin embargo, aquellos que tenían que enfrentarse a un ambiente diferente sin su madre
artifical se quedaban paralizados, asustados y no dejaban de llorar. Algunos de los
monos incluso buscaban entre los objetos esperando encontrar a su madre simulada,
mientras gritaban y lloraban. Lo mismo ocurría para aquellos monos que se encontraban
junto a su madre de barrotes de hierro.
Con ese experimento y otros más que se realizaron
posteriormente en monos, quedó claro que en ellos era
principalmente importante el contacto materno para su
desarrollo, y que su principal comportamiento estaba
dirigido a buscar y solicitar esa atención materna tan
necesaria para ellos. Pero, ¿hasta qué punto estos
resultados podían ser extrapolables al ser humano?
¿Seríamos lo suficientemente similares cómo para
compartir esta característica? ¿Cómo íbamos a
5. Experimentos de Harlow
Ainoa Nieto y José Luis Prieto
responder a esa cuestión sin recurrir a esos traumáticos experimentos?