Las empresas enseñan a prospectar en frío porque no les cuesta, pueden aprovechar sus recursos existentes, el director no enfrenta el rechazo directo, y tienen grandes bases de datos que les permiten jugar con números. La solución que ofrecen es prospectar más a través de definir un mensaje persuasivo, elegir prospectos adecuados, relacionarse y vender, crear y alimentar un blog, y desarrollar una marca personal.