Una dieta mediterránea equilibrada que incluya cereales, carnes, pescados, huevos, productos lácteos, verduras y frutas, junto con la práctica regular de actividad física, un sueño reparador de 8 horas diarias y el mantenimiento de buenos hábitos de higiene, son fundamentales para llevar una vida saludable; mientras que se deben evitar los alimentos basura, el sedentarismo y el consumo de sustancias nocivas como el alcohol y el tabaco.