1. Burbuja financiera e inmobiliaria en Japón
Evolución histórica del índice del precio de suelo en 6 grandes ciudades de Japón (1965-2008).
La burbuja financiera e inmobiliaria en Japón (バブル景気 baburu keiki?
, literalmente,
"boom de la burbuja") constituyó un proceso de revalorización de
activos financieros e inmobiliarios ocurrido en Japón a partir de 1980, y que finalizó
en 1990. Se considera una de las mayores burbujas especulativas de la historia
económica moderna.[cita requerida]
Índice
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1Planteamiento de la burbuja
o 1.1La burbuja inmobiliaria
o 1.2La burbuja bursátil
2El final de la burbuja
3Factores que intervinieron en el nacimiento de la burbuja
4Consecuencias del fin de la burbuja
5Véase también
6Referencias
7Enlaces externos y fuentes
o 7.1Análisis e informes
o 7.2Seguimiento del mercado inmobiliario japonés
Planteamiento de la burbuja[editar]
Durante la década de los 80 Japón tuvo un elevado superávit comercial, que fue empleado por
los bancos para la adquisición de tierra y acciones. Los precios de tales activos comenzaron a
crecer de manera espectacular. El mercado inmobiliario hacía crecer el mercado de valores, y
éstos, a su vez, provocaban el crecimiento de los activos inmobiliarios. La mecánica del
proceso consistía en revalorizar las acciones de una empresa determinada a partir de sus
propiedades inmobiliarias, y esa revalorización se empleaba para comprar más bienes
inmuebles.1 Durante el periodo de euforia, la masa monetaria creció a un ritmo de 9% anual.
2. Los datos que reflejan el alza de precios de los activos inmobiliarios y bursátiles son tan
espectaculares que algunos analistas deben insistir en que son ciertos ante la incredulidad del
lector:
El estudioso que se acerca al fenómeno de la burbuja japonesa (...) es normal que tenga dos
sensaciones. La primera, de incredulidad (...); la segunda, que resulta difícil comprender cómo los
propios mercados no pusieron coto a los excesos de una cotizaciones difíciles de justificar por los datos
fundamentales de las empresas. (...) la principal enseñanza que se obtiene del análisis de un fenómeno
de este tipo es la facilidad con la cual la sociedad lo acepta en la fase de ascenso, porque impulsa el
crecimiento económico y beneficia a políticos, empresarios, banqueros y a la parte más osada de la
población, embalsando costes sociales y económicos que socavan los propios fundamentos económicos
y la cohesión social del conjunto de la sociedad.
2
La burbuja inmobiliaria[editar]
En el periodo 1955-1989 el valor de los bienes inmuebles japoneses se había multiplicado por
75, y suponían el 20% de la riqueza mundial, aproximadamente 20 billones de dólares, un
valor equivalente a cinco veces el territorio completo de Estados Unidos, país que contaba con
una extensión 25 veces mayor. Sólo el entorno metropolitano de Tokio tenía el mismo valor
que todo Estados Unidos, y un distrito de la capital (Chiyoda-ku) valía más que todo Canadá.
Si se hubiera vendido el Palacio Imperial de Tokio, se habría obtenido el equivalente al valor
de todo el estado de California. Los 1990 campos de golf de Japón doblaban el valor de la
capitalización de la bolsa australiana.3
La burbuja bursátil[editar]
Dada la interconexión de los valores inmobiliarios con las acciones de las empresas, éstas
también sufrieron un proceso de revalorización. El valor de las acciones de la bolsa japonesa
se multiplicó por 100 en el periodo 1955-1990. Una sola empresa japonesa (Nomura
Securities) valía más que todas las casas de bolsa norteamericanas. En diciembre de 1984
el índice Nikkei alcanzó los 11.542 puntos. En diciembre de 1989, ya había alcanzado los
38.915 puntos. Tras el estallido de la burbuja, en junio de 1992, el Nikkei había caído hasta los
15.951 puntos. En general, se piensa hoy día que los altos valores bursátiles ocultaban una
muy baja rentabilidad de las empresas.
El final de la burbuja[editar]
Entre principios de 1988 y agosto de 1990 el Banco Central de Japón, ante el
riesgo inflacionista de la economía y la depreciación del yen frente al dólar decidió aumentar el
tipo de interés bancario, que pasó del 2,5% al 6%. Los precios de las acciones sufrieron un
fuerte descenso (entre enero de 1990 y agosto de 1992 el índice nikkei perdió un 63% de su
valor) y los precios de los bienes inmuebles cayeron. Dado que las acciones tenían como
garantía los bienes inmuebles, el sistema financiero entró en una grave crisis. Al momento en
que la burbuja especulativa estalló se le conoce como colapso de la burbuja (崩壊 hōkai?
).
Factores que intervinieron en el nacimiento de la burbuja[editar]
Artículo principal: Economía del Japón
En diversos estudios se ha tratado de aclarar las razones que llevaron a una sólida economía
como la japonesa a una crisis de tales dimensiones.
Cuando la burbuja estalló, muchos pensaban que Japón había adelantado a los Estados
Unidos, y se había convertido en la primera superpotencia económica. Tras la Segunda
Guerra Mundial Japón experimentó un crecimiento extraordinario. En el periodo 1955-1972 la
3. economía nipona creció una media del 10% anual. De 1975 a 1990 el crecimiento fue más
moderado, pero aun así alto: un 4%. A partir de 1990, el crecimiento se estancó en un 1%.4
El modelo económico japonés explicaba, a ojos de los occidentales, la prosperidad del país
asiático. Paradójicamente, este modelo fue, según algunos analistas, el causante de la crisis.
La economía japonesa estaba fuertemente influida por los
valores culturales del confucianismo, el taoísmo y el budismo.5 El paternalismo capitalista, la
edad como paradigma de la autoridad, la tradición de consenso en la toma de decisiones que
afectan a la economía del país, el proteccionismo económico vinculado a un
fuerte nacionalismo, la hiperregulación del mercado laboral y la identificación del trabajador
con la empresa (que en las grandes corporaciones garantizaba el empleo de por vida) habían
garantizado un funcionamiento eficiente del sistema productivo.
Por otro lado, la estructura empresarial japonesa no se parecía a la occidental. En Japón regía
lo que se llamaba «el gobierno de las empresas» y el «sistema de un banco principal» (main
bank system). Este último concepto hace referencia al entramado de los «keiretsus» (grupos
empresariales) que de ordinario presentaban una estructura en cuya cúspide se encontraba
una entidad financiera bajo la cual se extendían una serie de empresas con participaciones
cruzadas. Los «keiretsus» tenían como principal defecto su escasa transparencia financiera (lo
que, al parecer, sería determinante para la crisis posterior). En cuanto a «el gobierno de las
empresas», se trataba de una fuerte interrelación entre las esferas política, académica y
empresarial, según la cual el funcionamiento de la sociedad japonesa, en todos sus ámbitos,
era garantizado por la élite empresarial con la aquiescencia del gobierno.6
Otra de las características de la economía japonesa era su vocación exportadora, lo que
permitió la entrada de enormes cantidades de capital exterior en forma de beneficios. La
abundancia de riqueza fue también determinante para explicar el alza de precios del periodo
1980-1990. Según informes del Banco de Japón[cita requerida], otros factores que catalizaron la
burbuja fueron el aumento de la demanda, la relajación de la política monetaria y la
desmesurada demanda de vivienda por motivos fiscales.
Algunos analistas niegan que el impacto de los beneficios producidos por las exportaciones
fuera el verdadero causante de la burbuja. Según esta corriente de análisis, las empresas
exportadoras fueron relativamente independientes del "banco principal", y para entonces el
«main bank system» había variado su estructura: la mayor parte de las entidades había
dirigido sus actividades financieras hacia el mercado interno, casualmente, hacia el sector de
la construcción y de las empresas inmobiliarias.7 La fuerte dependencia del sector financiero
de esas empresas explicaría el hundimiento posterior de la banca japonesa, tras la
depreciación de los bienes inmuebles.
Consecuencias del fin de la burbuja[editar]
Como consecuencia de la crisis financiera se inició una recesión económica que todavía
continuaba a día de hoy. Al periodo se le conoce en japonés como década perdida (失われた
10年 ushinawareta jūnen?
).
El fenómeno del paro, inédito en el país en virtud del «gobierno de las empresas», apareció en
la sociedad japonesa. En el año 2002, el desempleo era del 5,4%. 6 Debido a la pérdida de
valor de los bienes inmuebles se produjo un efecto riqueza negativo, que redujo de manera
importante el consumo. El precio de la vivienda no volvería a elevarse hasta pasados catorce
años (La Vanguardia, 2 de agosto de 2006), y lo haría un tímido 0,9% de media. El credit
crunch consecuencia de la quiebra de numerosas entidades financieras aumentó las
dificultades de crédito y paralizó la economía8
El arraigado sistema de recompensas de la sociedad japonesa9 se vio, así mismo, trastocado:
durante el periodo de euforia, la ingeniería financiera (zai-tekku) sustituyó los valores
4. relacionados con el trabajo y la responsabilidad, creándose una espiral de avaricia y
enriquecimiento rápido que descompuso algunos de los principios rectores de la moral pública
nipona.
Véase también[editar]
Precio de la vivienda
Burbuja inmobiliaria global
Burbuja inmobiliaria
Referencias[editar]
1. Volver arriba↑ Japón, del estancamiento a la recesión, pág 3.
2. Volver arriba↑ Antonio Torrero, Univ. de Alcalá: El final de la burbuja especulativa y la crisis
económica de Japón, pág 108.
3. Volver arriba↑ Antonio Torrero, Univ. de Alcalá: El final de la burbuja especulativa y la crisis
económica de Japón, pág 109 y sig.
4. Volver arriba↑ Antonio Torrero, Univ. de Alcalá: El final de la burbuja especulativa y la crisis
económica de Japón, pág 97.
5. Volver arriba↑ Ángel Ubide: La trampa estructural de Japón. Lecciones para Europa y Estados
Unidos, pág 77.
6. ↑ Saltar a:a b
Ángel Ubide: La trampa estructural de Japón. Lecciones para Europa y Estados
Unidos, pág 80.
7. Volver arriba↑ Antonio Torrero, Univ. de Alcalá: El final de la burbuja especulativa y la crisis
económica de Japón, pág 105.
8. Volver arriba↑ Japón, del estancamiento a la recesión, pág 5.
9. Volver arriba↑ Antonio Torrero, Univ. de Alcalá: El final de la burbuja especulativa y la crisis
económica de Japón, pág 114.