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Fortalecimiento y desarrollo rural integral
de los afrocolombianos:
el caso de los territorios colectivos
Fortalecimiento y
desarrollo rural integral
de los afrocolombianos:
el caso de los territorios colectivos
Universidad Externado de Colombia
Centro de Investigaciones sobre Tradiciones
Étnicas de Colombia (cite)
Fundación acua - Activos Culturales Afro | fida
Prohibida la reproducción o cita impresa o electrónica total o parcial de
esta obra, sin autorización expresa y por escrito del Departamento de
Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones
expresadas en esta obra son responsabilidad de los autores.
ISBN 978-958-772-202-4
©	2014, universidad externado de colombia
	 Calle 12 n.º 1-17 Este, Bogotá
	 Teléfono (57-1) 342 0288
	publicaciones@uexternado.edu.co
	www.uexternado.edu.co
Primera edición: diciembre de 2014
Diseño de cubierta: Departamento de Publicaciones
Composición: Marco Robayo
Impresión y encuadernación: Digiprint Editores EU
Tiraje de 1 a 1.000 ejemplares
Impreso en Colombia
Printed in Colombia
Fortalecimiento y desarrollo rural integral de los territorios colectivos de los afrocolombianos :
el caso de los territorios colectivos / elaborado por la Fundación Activos Culturales Afro
–ACUA- y el Fondo Internacional de DesarrolloAgrícola –FIDA-. -- Bogotá : Universidad
ExternadodeColombia,FundaciónActivosCulturalesAfro–ACUA-;FondoInternacional
de Desarrollo Agrícola –FIDA-, 2014.
108 páginas : fotografías ; 21 cm.
	 Incluye bibliografía.
ISBN: 9789587722024
1. Afrodescendientes -- Aspectos socioeconómicos -- Colombia 2. Afrodescendientes
-- Aspectos culturales -- Colombia 3. Afrocolombianos -- Aspectos socioeconómicos --
Colombia 4. Desarrollo rural -- Aspectos socioeconómicos -- Colombia 5. Desarrollo de
la comunidad rural -- Colombia 6. Planificación rural -- Colombia I. Fondo Internacional
de Desarrollo Agrícola – FIDA - II. Fundación Activos Culturales Afro – ACUA – III.
Universidad Externado de Colombia.
307.72		SCDD 21
Catalogación en la fuente -- Universidad Externado de Colombia. Biblioteca
Octubre de 2014
7
EstedocumentofueelaboradoporlaFundaciónActivosCultu-
ralesAfro (acua), en el marco del convenio con la Universidad
Externado de Colombia y su Centro de Investigaciones sobre
Tradiciones Étnicas de Colombia (cite)*.1
Se trata de una ini-
ciativa del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (fida),
en cabeza de la directora de su División de América Latina y
el Caribe, Josefina Stubbs.
El propósito de este documento es llamar la atención sobre
la importancia que tienen las economías de las comunidades
rurales afrocolombianas, en su mayoría localizadas en terri-
torios colectivos, de conformidad con lo previsto en la Ley
70 de 1993. Estos territorios se ubican mayoritariamente en
zonas húmedas y selváticas, en áreas de alto valor ecológico,
y que contemplan particularidades productivas acordes con
su cultura y sus formas de vida.
*	 El documento ha sido elaborado por un equipo de trabajo de la Fundación
acua, coordinado por Enrique Sánchez, con la asistencia de Juan Ayarza, e
integrado por David Soto, Emperatriz Arango, Magdalena Correa y Carolina
Córdoba Curi. Integra aportes de los becarios del taller “Conexión Pacífico
iii”, realizado en Cali en julio de 2014 por la Corporación Manos Visibles. Los
becarios conformaron en el taller un grupo de trabajo que elaboró propuestas
de acción para el sector rural y ambiental. De él hicieron parte: Arneth
Bejarano, David Fernando Pérez, David Andrés Núñez, Fabio Enrique Cambindo
Orobio, Francisco Javier Andrade, Gustavo Suárez, Harold Moreno, Jackson
Ariel Mosquera, Jesús Noel Delgado, Lady Lorena Riascos, María Dolores
Moreno, María Efigenia Salazar, María Miyela Riascos, Mercy Dalila España,
Midaly Moña y Robinson Valencia, con la colaboración de Enrique Sánchez
y David Soto, de la Fundación acua, y Manuel Rodríguez Becerra y María
Alejandra Vélez de la Universidad de los Andes.
8
Este trabajo va dirigido a procesos como la Misión para la
Transformación del Campo, o Misión Rural, el Plan Nacional
de Desarrollo 2014-2018 y la Gerencia para el Desarrollo del
LitoralPacífico.Seplanteanenélunaseriederecomendaciones
orientadas tanto a la salvaguardia, fomento, recuperación y
desarrollo de estas economías, como al cierre de una histó-
rica brecha social que ha marcado históricamente al pueblo
afrocolombiano.
AgradecemoslavinculaciónaestedocumentodeLuis Gilberto
Murillo, Gerente para el Desarrollo del Litoral Pacífico.
9
contenido
1.	 introducción		 11
	 a.	Antecedentes	 11
	 b.	 La población afrocolombiana	 12
2. 	los territorios colectivos, escenario principal
	 para el desarrollo rural integral afrocolombiano	 15
	 a.	 Los territorios colectivos: ¿cuántos son
		 y dónde están?	 15
	 b.	 Características jurídicas y de política pública	 18
	 c.	 Particularidades ambientales y etnoculturales	 30
	 d.	 La soberanía y la seguridad alimentaria	 37
	 e.	 Los sistemas productivos tradicionales	 38
3.	 bases del desarrollo rural integral de los territorios
	 colectivos de comunidades afrocolombianas	51
	 a.	 Consideraciones generales	 51
	 b.	Recomendaciones propuestas	 52
	 c.	Reflexión final	 76
4.	 bibliografía		 79
5.	 Anexos			 93
11
1. introducción
a. Antecedentes
El presente documento fue elaborado entre mayo y agosto
de 2014 por la Fundación Activos Culturales Afro –acua–,
para el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola –fida–.
Su punto de partida es el trabajo que la Fundación realiza
desde2007concomunidadesafrodescendientesenAmérica
Latina, en la puesta en valor de sus activos culturales. En las
comunidadesrurales,estosactivosculturalespermitencon-
cebir emprendimientos productivos clave en la generación
de ingresos y bienestar para las familias y, al mismo tiempo,
en el afianzamiento de su sentido de identidad étnica y de
pertenencia a los territorios en donde viven.
ParalaFundación,estetrabajosefundamentaenlanece-
sidad de valorar las particularidades sociales, ambientales,
geográficas y económicas de los territorios donde ances-
tralmente han vivido los afrodescendientes y en donde se
inscriben estos activos culturales. El objetivo es que estas
particularidades sean consideradas en las estrategias de
desarrollo y que contribuyan al diseño y puesta en marcha
de una política que conciba, para los territorios colectivos
de las comunidades negras, un desarrollo rural integral
con identidad.
Considera el grupo de trabajo y quienes contribuyeron
a la elaboración de estas recomendaciones que el reordena-
miento del sector agropecuario que se propone la Misión
12
RuralyelprimerPuntodelaAgendadelaMesadelaHabana
para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz
Estable y Duradera, se constituye en una oportunidad para
sentar las bases de una política pública que permita zanjar
la brecha histórica de desarrollo y bienestar que separa a
las comunidades rurales afrocolombianas, como las más
pobres, respecto del resto de la población rural de la nación.
b. La población afrocolombiana1
Según el censo de 2005, en Colombia había 4’261.996 afro-
colombianos, equivalentes al 10% de la población del país.
El 31% vivía en cabeceras municipales de menos de 50.000
habitantes y el 27,2%, en áreas rurales. La población rural
afrodescendiente en Colombia está presente en todo el te-
rritorio nacional, pero vive principalmente en los litorales
Caribe y Pacífico, en especial en este último, y en las tierras
bajas de los valles interandinos. Los departamentos de la
región del Caribe en su conjunto concentraban el 28% del
total de población afrocolombiana (1’228.438 habitantes) y
losdepartamentosdelaregióndelPacífico,el44%(1’905.263
habitantes).
Losafrocolombianosruraleshabitanenpequeñascomu-
nidadesalolargoderíosycostasdondehandesarrollado,a
travésdegeneraciones,prácticasytecnologíasagropecuarias
yextractivasparticularesqueleshanpermitidoaprovechar
los recursos del bosque húmedo tropical y garantizar su
subsistencia.
1	 Los términos afrodescendientes, afrocolombianos y comunidades negras han sido
utilizados reiteradamente en el ordenamiento jurídico colombiano como
sinónimos. La denominación comúnmente utilizada en la legislación vigente
es la de “Comunidades afrocolombianas, negras, palenqueras y raizales”, un
concepto global e incluyente, pero se ha vuelto de uso común las acepciones
mencionadas (Córdoba Curi, 2014).
13
Las comunidades mantienen una apropiación colectiva
de sus territorios. Su economía, sustentada en una particu-
lar combinación de actividades productivas, agropecuarias
y extractivas, tiene como centro los cultivos agrícolas, en
especial de plátano, arroz, coco, papachina (Xanthosoma
spp.), caña de azúcar, chontaduro (Bactris gasipaes), zapallo
y frijoles (Phaseolus spp.); frutales, como el borojó (Borojoa
patinoi),lapapaya,ellulo(Solanumquitoense),laguama(Inga
spp.), entre otros productos de pancoger, y la extracción de
recursos naturales para la subsistencia, en especial la pesca
y la madera, y la minería artesanal de oro.
En los territorios colectivos en el Caribe y los valles
interandinos, en donde la aplicación de la Ley 70 de 1993
ha sido menor y las comunidades negras tienen tierras
insuficientes, pervive un sistema agropecuario tradicional,
que combina la agricultura, en especial de variedades de
plátano; la ganadería de vacunos en pequeña escala, y la
cría y levante de especies menores, como cerdos y aves. En
lugares como el norte del Cauca y sur del Valle del Cauca, y
la región del Canal del Dique, en Bolívar, las comunidades
dependen de huertos habitacionales, con plátano y árboles
frutales que cultivan y cuidan con esmero.
Los afrocolombianos de las áreas rurales se caracterizan
portenerungranapegoalafamiliaextensaalaquepertene-
cen, al territorio en el que viven y a sus propias tradiciones
culturales identitarias, como su religiosidad, la música, el
baile y sus instituciones sociales basadas en el derecho y las
prácticas consuetudinarias. Un aspecto importante de las
características de la población rural es la jefatura femenina
en los hogares, que es del 22,4% frente al 19,5% nacional
(Censo 2005).
Lapoblaciónafrocolombianapresentalospeoresíndices
de calidad de vida del país. En general, los hogares afroco-
lombianos están en peor situación socioeconómica que el
resto de los hogares colombianos, lo que se refleja en sus
indicadores de ingreso, salud, y necesidades básicas. Los
14
indicadoressocioeconómicostambiénpresentanunabrecha
frente al resto de la población: hay una mayor incidencia de
pobrezamedidatantopornecesidadesbásicasinsatisfechas
como por ingresos, situación que se agrava en zonas rura-
les, con una incidencia superior en 40 puntos porcentuales
frente a la registrada en centros urbanos2
.
ElConsejoNacionaldePolíticaEconómicaySocial(con-
pes) señala en su documento 3180 de 2002 que
(…) la gran mayoría de la población afrodescendiente (…) se
encuentramarginadadelosbeneficiosdeldesarrollo,situación
que se traduce en que el nivel de su calidad de vida, expresado
en términos de pobreza, inequidad, violencia, discriminación,
debilidad de su capital humano y fragmentación del tejido
social, siendo su estado, uno de los más críticos en la totalidad
de la población colombiana.
Otras caras de la brecha entre afrocolombianos y el resto
de la población, como la salud y la educación, se muestran
en el Anexo n.º 1.
2	 Colombia ha venido caracterizando y midiendo la pobreza con diferentes
metodologías sin que exista hasta el momento un instrumento especializado
que dé cuenta de las condiciones de la calidad de vida de los grupos étnicos.
Mediciones del dnp (2008) muestran cómo el promedio de nbi de los municipios
con población mayoritariamente afrocolombiana (44.8) se encuentra muy por
encima del promedio nacional (27.6). Para algunos autores, la pobreza puede
verse en el caso de los afrocolombianos como falta de oportunidades. En esa
dirección, “…los mecanismos de exclusión social obran como una barrera,
un impedimento, para que las personas accedan a bienes y servicios que se
considera están al alcance de otros sectores de población menos discriminados
(Sánchez et al).
15
2. Los territorios colectivos, escenario
principal para el desarrollo rural integral
afrocolombiano
a. Los territorios colectivos: ¿cuántos son y dónde están?
Hoy en día, los afrocolombianos rurales viven en territorios
colectivos demarcados en virtud del artículo 55 transitorio
de la Constitución Política de 1991 y la Ley 70 de 1993, que
lo desarrolla. Son constituidos como tal por el Instituto
Colombiano de Desarrollo Rural (incoder) y están locali-
zados en su mayoría en la región del Pacífico, un corredor
selvático de aproximadamente 1.300 km de longitud y un
áreade109.060km2
,loquecorrespondeal10%delterritorio
nacional. Es una de las áreas más ricas en biodiversidad del
mundo y una de las más lluviosas del planeta.
Según cifras del incoder, el proceso de titulación colectiva
ha llevado al reconocimiento hasta 2013 de 181 territorios
colectivos en 5’398.910 hectáreas. Casi todos ellos están en el
litoralPacífico,endondeexisten161territorios(el89%deltotal)
sobre 5’150.858 hectáreas, que comprenden el 95% del área
total demarcada y titulada. Los restantes están en Antioquia
(Bajo Cauca y Magdalena Medio) y en Bolívar, en el Caribe.
Porestarazón,estedocumentoserefieredemaneraprincipal
alosterritorioscolectivosdelPacífico,peroenalgunosapartes
seharámenciónespecíficaaotrosterritoriosdecomunidades
afrocolombianas de otras regiones, en territorios colectivos o
aun sin este reconocimiento legal de sus tierras.
16
17
La titulación colectiva beneficia a 71.442 familias afroco-
lombianas,delascuales65.659sondelaRegióndelPacífico,
es decir, el 92% de las familias beneficiarias.
Tabla n.º 1. Número y área de territorios colectivos y familias
beneficiadas, a diciembre de 2013
Número de
territorios
colectivos
% Área (ha) %
Número de
familias
beneficiarias
%
RegiónPacífico(Cauca,
Chocó, Nariño, Valle
delCaucaymunicipios
de Risaralda)
161 88,95 5.150.858,8552 95,41 65.659 91,91
Otras regiones 20 11,04 248.051,1731 4,59 5.783 8,09
Total 181 100,00 5.398.910,0283 100,00 71.442 100,00
Fuente: Elaboración propia con datos de incoder.
Tabla n.º 2. Titulación de tierras por departamentos a diciembre
de 2013
Departamentos Hectáreas Número de territorios Número de familias
Antioquia 244.620,79 17 2.535
Bolívar 3.430,38 3 3.248
Cauca 576.614,96 17 6.935
Chocó 3.059.027,00 59 32.157
Nariño 1.128.930,07 48 19.479
Risaralda 4.818,06 2 251
Valle del Cauca 381.468,77 35 6.837
Total 5.398.910,03 181 71.442
Fuente: incoder.
Estosterritorioscolectivossonadministradosporlasjuntas
decadaconsejocomunitario.DeacuerdoconelDecreto1745
de 1995, el consejo es la máxima autoridad de administra-
cióninternadentrodelasTierrasdeComunidadesNegras3
.
3	 Los Consejos Comunitarios fueron creados en la Ley 70 de 1993, como una
forma de administración interna sobre los territorios colectivos demarcados.
Esta figura fue reconocida jurídicamente en el artículo 5 de la Ley 70 de 1993
y en el Decreto reglamentario 1745 de 1995. Este último establece que los
Consejos Comunitarios ejercen la máxima autoridad de administración interna
18
La Asamblea General del Consejo tiene como función
aprobar el reglamento de usos y traspasos del usufructo
de las tierras asignadas a los individuos o a las familias,
aprobar o no los planes de desarrollo económico, social y
cultural que formule la Junta del Consejo Comunitario, así
como proponer mecanismos y estrategias de resolución de
conflictos de acuerdo con las costumbres tradicionales de
la comunidad.
La Junta del Consejo Comunitario tiene la vocería y
legítima representatividad de la Asamblea General del
Consejo Comunitario. Esta junta es la encargada de servir
de interlocutor entre las decisiones que toma la comunidad
y las instancias del Estado o cualquier organismo o entidad
que desee entablar algún tipo de actividad dentro de los
territorios colectivos de las comunidades afrocolombianas.
b. Características jurídicas y de política pública
La Constitución de 1991 significó un cambio profundo en la
institucionalidad y la mentalidad del país. Se pasó de una
concepciónrestringidadelosderechosdelosgruposétnicos,
a una visión de Estado más amplia, más democrática y más
incluyente, que reconoce la diversidad étnica y cultural de
la nación y que establece, como una obligación del Estado,
la protección y promoción de esa diversidad.
Noobstantelosavanceslogrados,quedaunaarduatarea
de armonización normativa y de desarrollo institucional
dentro de las Tierras de Comunidades Negras, de acuerdo con los mandatos
constitucionales y legales que lo rigen y los demás que le asigne el sistema de
derecho propio de cada comunidad. Dentro de sus objetivos principales tienen
la labor de delimitar y asignar áreas al interior de las tierras adjudicables,
velar por la conservación y protección de los derechos de la propiedad
colectiva, la preservación de la identidad cultural, el aprovechamiento y
conservación de los recursos naturales, escoger al representante legal de la
respectiva comunidad en cuanto a personería jurídica y hacer de amigables
componedores en los conflictos internos factibles de conciliación (Art.5).
19
para hacer coherentes los dictados de la Constitución con
lasnecesidadesyparticularidadesdelosgruposétnicos.No
es suficiente reconocer la existencia y los derechos étnicos
si no se desarrollan las herramientas institucionales y los
espacios de participación idóneos para que estos puedan
ser ejercidos. Con esta consideración, la jurisprudencia
colombiana se ha encargado de determinar los derechos
que, en el caso de las comunidades étnicas, así como de las
comunidades rurales afrocolombianas, se constituyen en
derechos fundamentales4
; es el caso particular del derecho
al territorio, con todo lo que ello implica: territorio como
hábitat, territorio como medio de producción, territorio
como marco para el ejercicio de la vida social y expresión
de la cultura, territorio como fuente de sustento, territorio
como presupuesto indispensable para la existencia y el
desarrollo de las comunidades.
Cuando la Constitución considera al sector rural lo hace
desdedospuntosdevista:desdelaprotecciónalasactivida-
desproductivasdelcampo–delasquedependelaseguridad
y soberanía alimentaria de la nación– y desde la protección
al medio ambiente, como un derecho superior de goce y
beneficio general. En términos generales, la protección del
medio ambiente, su conservación y los usos productivos de
los recursos naturales constituyen una unidad y son, en su
integridad, una condición para la existencia misma de las
comunidades rurales. La conservación, el uso sostenible y
4	 “La Carta Política propugna por un modelo de Estado que se reconoce como
culturalmente heterogéneo y que, por ende, está interesado en la preservación
de esas comunidades diferenciadas, a través de la implementación de
herramientas jurídicas que garanticen su identidad como minoría étnica
y cultural, organizadas y reguladas mediante sus prácticas tradicionales.
Es así como para el caso particular de las comunidades indígenas y
afrodescendientes, existen previsiones constitucionales expresas, que imponen
deberes particulares a cargo del Estado, dirigidos a la preservación de las
mismas y la garantía de espacios suficientes y adecuados de participación
en las decisiones que las afectan”: Corte Constitucional, Sentencia C-175 del
18 de marzo de 2009.
20
la vida comunitaria se concretan en un territorio, en este
caso, un territorio colectivo que debe ser tenido en cuenta
en las estrategias de desarrollo rural como una unidad
cultural y productiva.
En el caso de las comunidades rurales afrocolombianas,
los conceptos de territorio, producción, hábitat y medio
ambiente no se pueden desagregar y tratar de manera in-
dependiente. El territorio, el medio natural y la comunidad
queallívive,constituyenunaunidad.Asíloentiendeycon-
firmaelConvenio169“SobrePueblosIndígenasyTribales”
de la oit5
y la jurisprudencia colombiana, al señalar que el
territorio es un derecho fundamental de las comunidades
étnicas,porcuantoeselespacionecesarioparasudesarrollo
económico y social; que se trata de posesiones ancestrales
en las que, a través de generaciones, se han transmitido
saberes sobre el conocimiento y uso de los recursos natu-
rales existentes en estos territorios, y que, por lo tanto, es el
territorio un presupuesto indispensable para garantizar su
supervivencia y continuidad. Esta es la razón por la que la
Corte Constitucional haya determinado como un derecho
fundamental al territorio de las comunidades étnicas6
.
En el caso de las comunidades afrocolombianas, el dere-
cho al territorio fue reconocido en el artículo 55 transitorio
constitucional, desarrollado por la Ley 70 de 1993 sobre la
titulación colectiva de los territorios de las comunidades
negras. El objetivo de las mencionadas normas es el recono-
cimiento de la propiedad colectiva de las comunidades que
mantienen una ocupación ancestral de sus tierras, princi-
palmente en la cuenca hidrográfica del Pacífico, aunque es
5	 La Corte Constitucional, en la Sentencia C-169 del 14 de febrero de 2001,
concluyó que las comunidades afrocolombianas encuadran perfectamente
en la concepción de “grupo tribal” y por lo tanto les son aplicables las
disposiciones del convenio.
6	 Corte Constitucional, Sentencia C-180 del 1 de marzo de 2005.
21
extensivo el derecho a otras localidades geográficas en las
quesecumplanlospresupuestosdeocupacióncomunitaria.
La jurisprudencia colombiana ha considerado que la
existencia de una comunidad negra o comunidad afroco-
lombiana se da por la existencia y entrelazamiento de tres
elementos: la comunidad afrodescendiente que se autorre-
conoce como tal, un territorio de un área rural específica y
su ocupación, y apropiación tradicional. Estos territorios
deben: (i) ejercerse como propiedad colectiva, es decir,
que la tierra se titula a nombre de toda la comunidad y no
puedeserapropiadaporinteresesparticulares;(ii)ejercerse
en correspondencia con la función ecológica y social que le
es inherente; (iii) ser imprescriptibles, inembargables e ina-
lienables, y (iv) radicar su representación y administración
exclusivamente en cabeza del consejo comunitario.
La Ley 70 de 1993 no solo desarrolla el derecho de las
comunidades afrocolombianas a ejercer la propiedad co-
lectiva sobre sus territorios, sino que incluye el deber del
Estado de garantizar el desarrollo social y económico de
estas comunidades dentro de sus territorios, atendiendo a
loselementosautónomosdesucultura7
,esdecir,respetando
su cosmovisión y particularidades culturales. La ley se ha
aplicado en lo que respecta al reconocimiento de las tierras
y la organización social de los territorios delimitados pero
faltaaúnponerenmarchalosinstrumentosqueempoderen
y fortalezcan los consejos comunitarios y sus juntas para
que tengan una real gobernanza sobre sus tierras, para
que se conecten de manera creativa con otras estructuras
gubernamentales y puedan incidir, con autonomía, en las
decisiones públicas que los afecten, y sean los gestores del
desarrollo rural integral que las comunidades rurales afro-
colombianas necesitan.
7	 Ley 70 de 1993. Artículo 47.
22
La ley 70 y el desarrollo rural integral
LaLey70de1993pusolasbasesparaeldesarrolloruralintegral
de los territorios colectivos; sin embargo, poco se ha hecho en
los 20 años de vigencia de esta importante norma. La Ley 70
contiene un conjunto de disposiciones en las que se establece:
El Estado adoptará medidas para garantizarles a las comuni-
dades negras el derecho a desarrollarse económica y social-
mente atendiendo a los elementos de su cultura autónoma
(Artículo 47).
El diseño, ejecución y coordinación de los planes, programas
y proyectos de desarrollo económico y social que adelante el
gobierno para beneficio de las comunidades deberá hacerse
conlaparticipacióndelosrepresentantesdelascomunidades,
a fin de que respondan a sus necesidades particulares, a la
preservacióndelmedioambiente,alaconservaciónycualificación
de sus prácticas tradicionales de producción, a la erradicación de
la pobreza y al respeto y reconocimiento de su vida social y
cultural. Estos planes, programas y proyectos deberán reflejar
las aspiraciones de las comunidades negras en materia de
desarrollo (Artículo 49).
LasentidadesdelEstado,enconcertaciónconlascomunidades
negras,adelantaránactividadesdeinvestigación,capacitación,
fomento, extensión y transferencia de tecnologías apropiadas
paraelaprovechamientoecológico,cultural,socialyecológica-
mente sustentable de los recursos naturales, a fin de fortalecer
su patrimonio económico y cultural (Artículo 51).
El gobierno nacional diseñará mecanismos especiales finan-
cieros y crediticios que permitan a las comunidades negras
la creación de formas asociativas y solidarias de producción para el
aprovechamiento sostenido de sus recursos y para que participen
en condiciones de equidad en las asociaciones empresariales
que con particulares puedan conformar dichas comunidades
(Artículo 52).
23
En las áreas de amortiguación del sistema de parques Nacio-
nales ubicados en las zonas objeto de esta ley se desarrollarán,
conjuntamente con las comunidades negras, modelos apropiados de
producción,estableciendoestímuloseconómicosycondiciones
especialesparaaccederalcréditoylacapacitación.Igualmente
en coordinación con las comunidades locales y sus organi-
zaciones, se desarrollarán mecanismos para desestimular la
adopciónoprosecucióndeprácticasambientalesinsostenibles
(Artículo 53).
El Gobierno Nacional diseñará mecanismos adecuados para
las comunidades negras o integrantes de ellas que hayan
desarrollado variedades vegetales o conocimientos con res-
pecto al uso medicinal, alimenticio, artesanal o industrial de
animales o plantas de su medio natural que sean reconocidos
como obtentores, en el primer caso, y obtengan en el segundo,
beneficios económicos (Artículo 54).
ElGobiernoadecuaráprogramasdecréditoyasistenciatécnica
a las particulares condiciones socioeconómicas y ambientales
de las comunidades negras (Artículo 55).
Lo fundamental de los territorios colectivos ha sido hasta
hoy el reconocimiento de los derechos territoriales de las
comunidades, pero es necesario y urgente, a partir de lo ya
avanzado,crearlascondicionesdedesarrolloquegaranticen
la existencia, permanencia y bienestar de las comunidades
rurales afrocolombianas en el presente y en el futuro, ase-
gurando el bienestar de las futuras generaciones.
El enfoque diferencial de la Constitución de 1991
A partir de 1991, el orden jurídico colombiano se ha orien-
tado hacia un Estado social, incluyente y plural8
, que busca
8	 Constitución Política de Colombia de 1991.Artículo 1. “Colombia es un Estado
24
proteger de manera especial los sectores más vulnerables
de la nación, bajo presupuestos de equidad, desarrollo y
dignidad humana.
El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y
cultural de la nación, así como sus riquezas naturales y
culturales. La actual Carta Política consagra no solo los
derechos fundamentales de las personas individualmente
consideradas, sino también los derechos de los diferentes
colectivos social y culturalmente diferenciados que con-
forman la pluralidad nacional. El derecho a ser diferentes,
a mantener y expresar libremente sus propias costumbres
y tradiciones culturales, a la propiedad colectiva, a tener
sus propias autoridades y a regirse por sus propios usos y
costumbres, es un reconocimiento que la Constitución les
da a los grupos étnicos y, por lo tanto, a las comunidades
rurales afrodescendientes.
La Carta Política propugna por un modelo de Estado que se
reconocecomoculturalmenteheterogéneoyque,porende,está
interesadoenlapreservacióndeesascomunidadesdiferencia-
das, a través de la implementación de herramientas jurídicas
que garanticen su identidad como minoría étnica y cultural,
organizadasyreguladasmediantesusprácticastradicionales9
.
Se trata, entonces, de un Estado unitario que reconoce y se
fundamenta en la diferencia, que considera la diversidad
étnica y cultural de la nación como una de sus mayores
riquezas y fortalezas, y que protege y da un trato diferen-
cial a los grupos más vulnerables de la sociedad. Por eso,
el articulado constitucional establece que las comunidades
social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada,
con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y
pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la
solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés
general”.
9	 Corte Constitucional, Sentencia C-175 del 18 de marzo de 2009.
25
étnicas son sujetos de especial protección para, a través de
su reconocimiento, protección y promoción, garantizar su
pervivencia, el pleno ejercicio de sus derechos, y mantener
vivos sus aportes a la vida de la nación.
La Ley 70 de 1993
La Ley 70 de 1993 es el resultado de la disposición constitu-
cionaldereconocerlaexistenciadelascomunidadesnegras
en Colombia10
, así como de la necesidad de establecer un
instrumentocapazdegarantizarlosderechosterritorialesde
estas comunidades, salvaguardar y fortalecer su identidad
cultural y fomentar su desarrollo social y económico para
el mejoramiento de sus condiciones de vida.
Sin embargo, es notorio que no han sido aplicadas todas
las disposiciones que trajo consigo la ley, en unos casos
por no haber sido regulada, pero en su gran mayoría por
falta de voluntad política y administrativa para ejecutar
disposiciones que podrían tener aplicación directa. Tal es
el caso de las disposiciones de la ley sobre capacitación,
fomento, asistencia técnica y créditos del capítulo vii sobre
“Planeación y fomento del desarrollo económico y social”,
en el que están sentadas las bases para un desarrollo rural
integraldelascomunidadesafrocolombianasrurales,yque
guían las recomendaciones de este documento.
Aunque uno de los más grandes baluartes de la Ley 70
de 1993 es el reconocimiento de los derechos territoriales de
lascomunidadesnegras,laverdadesquelaaplicacióndela
norma se quedó a mitad de camino. Muchas iniciativas pú-
blicas desarrolladas en los territorios colectivos, en especial
en la región del Pacífico, han ignorado el espíritu de la ley y
sus mandatos, deviniendo en programas asistencialistas y
de meros subsidios, que generan dependencia y hacen que
10	 Constitución Política de Colombia. Artículo transitorio 55.
26
laspersonasdescuidensusactividadesproductivas;algunos
de estos programas se han constituido en un obstáculo a un
verdadero desarrollo de base comunitaria.
Aunque la Ley 70 de 1993 representa el primer instru-
mento de reconocimiento a los derechos de los afrocolom-
bianos, la realidad es que encuentra grandes dificultades
en el ámbito de su aplicación. Funcionalmente es un marco
legal incluyente en el que se relacionan derechos económi-
cos, culturales y territoriales, y derechos especiales, pero
que no se traduce aún –con excepción del reconocimiento
de los derechos territoriales– en un factor de desarrollo y
bienestar. ¿Cómo asumir esta normatividad desde el con-
junto del Estado? ¿Cómo poner en marcha una estrategia
de desarrollo rural integral sobre los postulados de estas
normas que se derivan de la Constitución misma?
Los fallos de la Corte Constitucional y los documentos
de política pública
Históricamente, las comunidades rurales afrocolombianas
han sido ignoradas en las políticas públicas y en especial en
las políticas agrarias. Se han considerado como habitantes
de“baldíosdelanación”,yproductoresmarginales.Lades-
atención pública de las zonas rurales en donde han vivido
y viven los afrocolombianos es un hecho constante en la
historiadelpaís.Elaislamientoenelquevivíanenelpasado
dealgunamaneralosfavorecía,noobstante los altos índices
de morbilidad y mortalidad infantil. Vivían de acuerdo con
sus usos y costumbres, en una relativa paz, pero eran tene-
dores precarios de sus tierras. Esto favoreció la instalación
de enclaves extractivos, mineros y madereros, que luego
de un relativo auge dejaron las tierras de sus concesiones y
permisos desoladas y las comunidades empobrecidas.
La década de los años setenta del siglo pasado marcó un
hito en la movilización de los afrodescendientes alrededor
27
de laAsociación Nacional de Usuarios Campesinos –anuc–
que formó un liderazgo pero que dejó pocas realizaciones.
Los proyectos del incora promovieron la titulación indivi-
dual –con la condición de que el titular debería deforestar
apenas las tres cuartas partes de su predio– y fracasaron.
Luego vendría la coyuntura social y política de la Cons-
titución de 1991 que reconoció los derechos territoriales
de los afrodescendientes rurales, pero el conflicto armado
interno se desplazó hacia sus territorios. Hoy en día las
comunidades se mantienen en sus territorios gracias a su
resistencia y a la defensa de sus derechos reconocidos en
la Constitución de 1991. La paz es una esperanza. Pero
surgen nuevas amenazas, nuevos riesgos, por el auge de la
economíaextractivamineraylamaderera,yporlacompleja
urdimbredelosinteresespolíticosquehacequelosconsejos
comunitariosno tengan ni voz ni presenciaen lasinstancias
de las decisiones públicas que los afectan.
Lascomunidadesruralesafrocolombianassiguenvivien-
do la pobreza y la exclusión. En una sentencia de 2001, la
Corte señala que
Es un hecho notorio el que, en el contexto social colombiano,
las diferenciasy desigualdadesse intersectan y se superponen
unas a otras, convirtiendo a ciertos grupos en sectores parti-
cularmente vulnerables. Es así como las diferencias derivadas
de la identidad étnica, del origen “racial” o de la afiliación
política, coinciden, por factores históricos, con desigualdades
en el acceso a los recursos económicos y a la participación en el
sector público, generando un círculo vicioso de causalidades
recíprocas que actúa siempre en detrimento de la colectividad
en cuestión. El caso de las comunidades indígenas y negras es,
a este respecto, paradigmático: localizadas, como regla gene-
ral, en la periferia geográfica y económica del país, sufren de
elevados niveles de pobreza y marginación económica. Por lo
mismo, se ubican de inmediato entre los grupos que por sus
condiciones de indefensión merecen una protección especial
28
por parte del Estado, de conformidad con lo dispuesto en el
artículo 13 Superior11
.
Esta situación desigual no ha logrado ser cambiada con los
recursos jurídicos y las políticas públicas que desde 1991
se han expedido con el fin de favorecer o equiparar los
derechos de esta población con el resto de la nación. Llama
la atención el que se hayan adoptado, además de las leyes,
diferentes decisiones de política pública sin que se hayan
implementadoosinquehubiesentenidounimpactorealen
las condiciones de vida de la población rural. Tal es el caso
del Documento conpes 3169 de 2002 Política para la población
afrocolombiana; el Documento conpes 3180 de 2002 Programa
para la reconstrucción y desarrollo sostenible del Urabá Antio-
queño y Chocoano y Bajo y Medio Atrato, Ampliación del conpes
3169 de 2002; el Documento conpes 3310 de 2004 Política De
AcciónAfirmativaParaLaPoblaciónNegraoAfrocolombiana;las
Recomendaciones de la Comisión Intersectorial para el Avance de
la Población Afrocolombiana de 2009, y las recomendaciones de
la Comisión Técnica, creada por la Ley 70, que por mandato
de la ley deben ser incorporadas a los planes de desarrollo.
La lista completa de documentos está en el Anexo Nº 2.
Los diagnósticos de los distintos documentos muestran
cómoenlapoblaciónafrocolombianapersistenlosmásaltos
niveles de pobreza y baja calidad de vida. Como lo afirma
en sus recomendaciones la Comisión Intersectorial de 2009,
todo apunta a la falta de voluntad política y a la debilidad
institucional y, en este caso, la falta de estrategias específi-
cas para la atención y el fortalecimiento de las economías
campesinasenterritorioscolectivos,enespecial,enaquellos
localizados en medios selváticos. La Corte Constitucional
afirma al respecto:
11	 Corte Constitucional, Sentencia C-169 del 14 de febrero de 2001.
29
(i) la formulación de políticas y la intervención institucional
a favor de los afrocolombianos hasta ahora no han tenido en
cuenta sus particularidades culturales y por el contrario han
contribuido a procesos de negación y pérdida de la identi-
dad cultural; (ii) no existe voluntad política del Estado y sus
instituciones para el respeto de los derechos adquiridos de
las comunidades afrocolombianas; (iii) hay una ausencia de
mecanismosquesirvanrealyefectivamenteparalaprotección
de sus derechos colectivos; y (iv) las comunidades afro colom-
bianas hasta ahora han sido excluidas y/o sub representadas
enlosprocesosdetomadedecisiones,ocasionandolaviolación
sistemática de su derecho a participar12
.
El hecho de que no se estén desarrollando las disposiciones
delaLey70de1993bajolascualessereconoceelderechode
lascomunidadesafrocolombianasadesarrollarseymejorar
suscondicionesdevidaensuspropiosterritorios,deacuerdo
con sus particularidades culturales, no solo acentúa la aso-
ciación entre miseria y ruralidad, y entre campo y falta de
oportunidades, sino que además provoca fenómenos como
el desplazamiento a centros urbanos cuyas consecuencias
amplifican el efecto de pobreza y exclusión.
En conclusión, más allá de las herramientas legales
que se han expedido hasta ahora para beneficiar según lo
ordena el marco jurídico superior de la Constitución a las
comunidades rurales afrocolombianas como grupos étni-
cos diferenciados del resto de la población nacional, están
las dificultades para el acceso a los servicios que el Estado
presta y debe prestar a las comunidades rurales, y también
su inadecuación al no reconocer las particularidades so-
ciales, culturales y ecológicas de las comunidades y de los
territorios en los que viven y trabajan.
La Corte Constitucional, en su estudio jurisprudencial,
también ha identificado como un problema la imposición
12	 Corte Constitucional, Auto 005 del 26 de enero de 2009.
30
de modelos y patrones productivos que no corresponden
a la realidad y cultura de los grupos étnicos. Este es el caso
de la promoción de cultivos homogéneos; la introducción
de tecnologías de alto rendimiento, pero con una elevada
dependencia de insumos externos; el fomento del uso de
semillas híbridas o mejoradas cuyo material reproductivo
no controla el productor; los arreglos productivos con alto
consumo de agroquímicos; la dependencia y altos costos
de la asistencia técnica externa; la organización del trabajo
ajena a los sistemas tradicionales de cooperación y recipro-
cidad, y la lógica en el manejo del tiempo distinta a la lógica
tradicional, que en el sur del Pacífico, por ejemplo, depen-
de de los ciclos de las mareas, son aspectos, entre muchos
otros, que generan un choque cultural con los proyectos y
agencias de desarrollo.
El desconocimiento de los modelos productivos propios
ha llevado a muchos errores que pueden evitarse si se
comprende que los sistemas tradicionales son susceptibles
de mejoramiento, que hay muchos problemas productivos
que pueden superarse, pero que son el resultado de una
histórica experiencia productiva que ha contribuido a la
subsistencia y al mantenimiento de la seguridad alimenta-
ria de las comunidades, a la conservación de los recursos
naturales y a la salvaguardia de su cultura.
c. Particularidades ambientales y etnoculturales
Los territorios colectivos de comunidades afrocolombianas
ocupan extensas áreas de los bosques tropicales que se con-
servan en el país. ¿Qué implicaciones tienen para el desa-
rrollo rural integral del país la existencia de estas 5’398.910
hectáreas comprendidas en los territorios colectivos?
Si bien es cierto que son áreas que están por fuera del
mercado de tierras, lo que desde el punto de vista de las
accionesdelargoplazoylaconservacióndelosecosistemas
es una ventaja, son áreas con un importante valor por los
31
servicios ambientales que prestan y por el potencial pro-
ductivo que tiene la biodiversidad asociada al desarrollo
biotecnológico. Esto, sin dejar de lado el aprovechamiento
de productos promisorios del bosque, los modelos agro-
forestales y el ecoturismo. Lo importante es ver el valor
estratégico de la conservación y uso sostenible de la bio-
diversidad como una alternativa para el desarrollo, sin
olvidar que estos territorios son el hábitat de comunidades
étnicas, que viven de productos agrícolas y extractivos de
pancoger, con modos de vida tradicionales, lo que les da a
los territorios colectivos un enorme valor social y cultural,
entendida la cultura como un activo social fundamental
para el desarrollo.
El reto que tiene la Misión Rural y la implementación
de los Acuerdos de la Habana es considerar las particula-
ridades de los sistemas productivos tradicionales de los
territorios colectivos, y proponer alternativas viables para
frenar los factores adversos que afectan la economía y la
calidad de vida de las comunidades, dándole estabilidad
a la población, seguridad en la tenencia de sus tierras, y
promoviendo y fomentando la producción local a partir de
los propios recursos comunitarios y el apoyo sostenido de
las instituciones públicas.
Los sistemas productivos tradicionales de los territorios
colectivosdelascomunidadesruralesdelosafrocolombianos
pervivenhoyendíaenmediodeabruptastransformaciones
regionales que se han dado como consecuencia del auge
minero-energético, y el auge del extractivismo ilegal de oro
y madera, y sin que se hayan tomado las previsiones nece-
sariasparaprotegerlascomunidadesdefactoresnegativos,
como los que se mencionan a continuación:
– En su expectativa y afán de ingresos, la dedicación de
lascomunidadeseltrabajoextractivo–conexoydependiente
de actividades extractivas, muchas de ellas ilegales– , o a la
agroindustria de palma de aceite, en asociaciones que poco
los benefician, o a los cultivos de uso ilícito, ha llevado en
32
algunos lugares al descuido y abandono de sus sistemas
tradicionales de producción, sobre los que se sustenta su
seguridad alimentaria, y al empobrecimiento de la base
natural de sus territorios (suelos, aguas y bosques). Este
desbalance y pérdida de los sistemas comunitarios de
seguridad alimentaria se traduce en una mayor pobreza.
– De otro lado, como lo muestran diversos estudios, la
institucionalidadylacapacidaddelosdepartamentosymu-
nicipios13
donde están localizados los territorios colectivos
es muy débil y no se cuenta con un ordenamiento territo-
rial real que oriente la administración, manejo y uso de los
recursos naturales en función del bienestar colectivo y la
conservación del capital natural. Los municipios dependen
de la participación en los ingresos corrientes de la nación y
las corporaciones de desarrollo sometidas al imperio de los
intereses de las clientelas políticas regionales no garantizan
la calidad ni la continuidad en el tiempo de las acciones de
desarrollo de base. En las decisiones públicas que afectan el
manejo y uso de los recursos naturales y que afectan la vida
yeconomíadelascomunidadesdelosterritorioscolectivos,
estas no tienen una real participación.
– A este panorama se suma el drama de la violencia y
el desplazamiento forzado. De acuerdo con las estadísticas
oficiales, el 11% de los desplazados del país son afrodes-
13	 En los diagnósticos anuales del dnp se muestra cómo los municipios con
mayoría de población afrocolombiana estaban dentro de los de más bajo nivel
desempeño fiscal de los municipios del país, explicado principalmente por la
alta dependencia de los recursos transferidos por la nación como consecuencia
de la baja generación de recursos propios, los elevados niveles de deuda
y el alto porcentaje de ingresos destinados a funcionamiento, que reduce
los recursos disponibles para inversión social. Por su parte, recomienda la
Comisión Intersectorial de 2009 modificar las leyes 44 de 1990 y 223 de 1999
para permitir que los municipios en donde existen territorios colectivos de
comunidades negras reciban compensación del pago de impuesto predial.
Para 2012, de los 110 municipios del 10% inferior del ranking de desempeño
fiscal, 24 están en el Chocó, Cauca, Valle del Cauca y Nariño (22 %). El Anexo
n.º 3 muestra la lista de municipios.
33
cendientes, en su mayoría provenientes de la región del
Pacífico14
.
Salvaguardar, fortalecer y desarrollar las economías
rurales de la región implica un enorme reto para la ac-
ción pública que debe adoptar estrategias integrales de
desarrollo rural para ordenar el territorio en función de la
propia existencia de las comunidades rurales, del disfrute
y ejercicio de sus derechos culturales, la gobernanza de sus
territorios colectivos y del aprovechamiento sostenible de
los importantes recursos naturales existentes en la región.
Particularidades ambientales y el problema
del extractivismo
En las comunidades rurales afrocolombianas, el territorio
se concibe de manera integral, como un espacio produc-
tivo, de conservación, de hábitat y de reproducción de
su cultura. En el territorio subyace una larga historia que
pervive en la memoria de las comunidades y en la que son
protagónicas la libertad y el proceso de ocupación de las
tierras ribereñas y selváticas del Pacífico y el Caribe. Allí,
losafrodescendientesdesarrollarontecnologíasadaptativas
y a través de generaciones se han transmitido saberes de
caza y pesca, saberes agrícolas y pecuarios, y prácticas de
aprovechamiento de los recursos biológicos de las selvas
y manglares de donde obtienen maderas para la construc-
ción de viviendas, canoas y herramientas; fibras vegetales,
para la cestería, y medicinas naturales, entre muchos otros
usos. Esa interdependencia entre la vida comunitaria y su
medio natural es característica particular de las comuni-
dades rurales de los afrodescendientes –y también de las
14	Según la Unidad de Víctimas, a julio de 2014 hay 6’657.985 víctimas, de las
cuales 1’320.281 son de Cauca, Chocó, Nariño y Valle (20%), y 5’700.381 son por
desplazamiento (86%). Las víctimas afrodescendientes por desplazamiento
son 610.011, es decir, el 10,7% de los desplazados.
34
comunidades indígenas–, que le da una alta propiedad a
dos temas: la conservación de los frágiles ecosistemas de
la selva, los humedales y los litorales, y el uso y manejo
sostenible de los recursos naturales, teniendo en cuenta
que la conservación de biodiversidad, silvestre y cultivada
y su uso sostenible, son condiciones necesarias para la se-
guridad y el bienestar de las comunidades y que deben ser
ejes centrales de una estrategia de desarrollo rural integral
con identidad.
Tradicionalmente, las comunidades afrocolombianas se
han dedicado de manera complementaria a la agricultura,
a actividades extractivas, como la pesca, la explotación
maderera y la minería, llegando a ser en muchos casos, de
manera permanente o estacional, su principal fuente de
sustento. Dichas actividades extractivas ejercidas de forma
tradicional tienen un bajo impacto ambiental, puesto que
los métodos tradicionales suelen ser artesanales, de baja
escala, y están motivados más por el sustento que por la
acumulación.
La Ley 70 de 1993 contiene disposiciones regulatorias
sobre el uso y manejo del medio ambiente en los territo-
rios colectivos y permite la coexistencia de comunidades
rurales en territorios protegidos, como parques naturales y
reservas forestales, considerando que los modos de vida de
las comunidades y sus prácticas productivas tradicionales
son compatibles con la conservación.
Disponentambiénlasnormasunrégimendeprelaciones
para la obtención de licencias de explotación de los recur-
sos naturales, lo que favorece a las comunidades, pero que
también las hace vulnerables a las presiones de terceros
que se escudan en ellas y se aprovechan de la debilidad de
muchasjuntasdelosconsejosparahaceraprovechamientos
forestales o mineros, desventajosos para las comunidades y
perjudiciales para el medio ambiente. Contribuye también
al mal uso de los recursos la poca presencia y la debilidad
institucional ambiental en estos territorios.
35
Elaprovechamientominerooforestalconfinescomercia-
lesyenmayorescalaqueelartesanal,tienecomopresupuesto
el acceso a recursos técnicos, administrativos y de capital,
de los que las comunidades no disponen. Existen algunas
experiencias aisladas –como la realizada en el alto río San
Juan– que buscaban hacer una minería social y ambiental-
mente responsable, con tecnologías de bajo impacto, pero
que no tuvieron continuidad.
Hoy en día, la minería ilegal campea por la región ampa-
rada por grupos armados al margen de la ley y por la inca-
pacidadinstitucionalparacontrolarla.Lasretroexcavadoras
y dragas mineras destruyen las vegas y diques aluviales,
que son las áreas de mayor valor agrícola, y destruyen los
hábitats acuáticos en menoscabo de los recursos hidro-
biológicos. La actividad minera contamina de mercurio y
cianuro los ríos, en detrimento de la salud humana y de los
ecosistemas. Preocupa también la gran minería, que opera
bajo licencias y permisos legales, por las implicaciones e
impactosquetieneypuedetenerenlosterritorioscolectivos.
Estas licencias mineras y permisos de exploración no han
consultado a las comunidades y suelen ignorar de manera
deliberada los riesgos ambientales y socioculturales de sus
actividades.
¿Cómo promover una minería con técnicas adecuadas
que alivien el trabajo de las personas y que tenga un bajo
impacto ambiental, y cuyos beneficios favorezcan de ma-
nera real a las comunidades y a sus familias? ¿Cómo evitar
que la dedicación a la minería rompa el balance existente
en los sistemas tradicionales que son pluriactivos al tener
dedicación, al mismo tiempo o de manera estacional, a la
agricultura, la pesca, la caza y recolección, el aprovecha-
miento forestal y las actividades mineras? Estos son retos
para las estrategias de desarrollo rural en los territorios
colectivos, que implican, además de la movilización de re-
cursos técnicos y productivos, el apoyo y asistencia técnica
36
continua a las comunidades por parte de las instituciones
competentes.
Particularidades etnoculturales
Cuando el Estado reconoce que es pluriétnico y multi-
cultural, necesariamente incorpora el fundamento para
el desarrollo de las comunidades culturalmente diversas
de acuerdo con esa particularidad, es decir que tal como
lo ha dicho el artículo 47 de la Ley 70 de 1993, es indis-
pensable que todas las medidas tendientes a impulsar
el desarrollo económico y social de las comunidades
étnicas deban estar necesariamente coligadas con sus
particularidades culturales.Apartir de allí, el ejercicio de
todos los otros derechos se permea de la cultura enten-
dida como el conjunto de rasgos distintivos espirituales,
materiales, intelectuales y emocionales que caracterizan
a las comunidades y que las distinguen del resto de la
población nacional.
La cultura es un proceso continuo de generación de
identidad, sentido, creatividad y de pertenencia a una his-
toria y a un territorio. La cultura se expresa en el ejercicio
de los derechos territoriales y en la vida económica, po
ejemplo, en los usos y apropiación colectiva de la tierra y
sus recursos, mediados en gran parte por las relaciones de
parentesco; en los sistemas propios de trabajo fundados
en la solidaridad y la reciprocidad; en los sistemas de
intercambio de productos, aspectos todos que remiten a
las particularidades de las comunidades que las ejercen.
La especial relación de las comunidades afrocolombianas
con sus territorios, la forma como entienden el entorno,
los usos que les dan a los elementos de la naturaleza, la
manera como han encontrado el sustento en el mismo,
son ejemplos claros de la dimensión cultural que reco-
noce y protege las normas, y que debe servir de marco
orientador de las estrategias y acciones de desarrollo
37
que se adopten en beneficio de las comunidades de los
territorios colectivos.
d. La soberanía y la seguridad alimentaria
De acuerdo con la Declaración de Nyéléni de 2007, la sobe-
ranía alimentaria es el derecho de los pueblos a acceder a
alimentosnutritivosyculturalmenteadecuados,accesibles,
producidos de forma sostenible y ecológica, y su derecho
a decidir su propio sistema alimentario y productivo. El
objetivo fundamental en el desarrollo del derecho a la
seguridad alimentaria es que exista la disponibilidad de
alimentos necesaria para la subsistencia, pero además, que
estos tengan el suficiente valor nutricional requerido por
la población llamada a consumirlos y que sean propios del
medio productivo y cultural en el que viven.
La soberanía y la seguridad alimentaria, como dere-
cho de los pueblos y comunidades, significa la puesta en
marcha de políticas y medidas que protejan la diversidad
productiva, que aseguren el entorno ecológico, productivo
y cultural propio de cada comunidad, y que puedan hacer
prevalecer estas políticas sobre las fuerzas del mercado y
las imposiciones empresariales en caso de que amenacen
de alguna forma la estabilidad y pervivencia de la produc-
ción tradicional de alimentos. El objetivo es garantizar la
existencia de alimentos, su calidad y cantidad, el acceso de
todos a la alimentación, y la capacidad comunitaria para
producirlos.
Para las comunidades de los territorios colectivos, este
es un tema fundamental, por lo cual se hace necesario el
empoderamiento de las juntas de los consejos comunitarios
y de los productores para definir con ellos los lineamientos
deproducción,alimentaciónynutriciónquemásconvienen
a las comunidades pensando no solo en las generaciones
presentes, sino asegurando la alimentación de las futuras
generaciones, lo que conlleva la adopción de medidas de
38
conservación y protección de los recursos naturales del
territorio, de las fuentes de agua, de los humedales, de las
especies cultivadas, y, no menos importante, de los saberes
ancestralesdeproducción,transformaciónyprocesamiento
delosalimentos.ElAnexon.º4explicalosaspectosjurídicos
de la soberanía y seguridad alimentaria.
e. Los sistemas productivos tradicionales
La región del Pacífico se articuló al país, desde el periodo
colonial español, como una periferia especializada en ac-
tividades extractivas, especialmente mineras (oro, platino,
raicilla, tagua y madera). Allí, los afrocolombianos con-
formaron una particular organización social de parientes
consanguíneos,afinesysimbólicos,nucleadosenpequeñas
aldeas localizadas en las partes bajas de las cuencas hidro-
gráficassiguiendoelcursoderíos,diques,terrazasaluviales
y litorales, buscando tierras aptas para la agricultura y las
actividades extractivas.
Los sistemas productivos tradicionales de las comuni-
dades rurales de los afrocolombianos se han visto históri-
camente como algo residual a la economía agraria del país.
Estohaobedecidoenespecialporsudesconocimientoypor
la incomprensión de sus lógicas productivas orientadas a
la propia subsistencia, con una producción en escalas me-
nores, con otra racionalidad en el manejo del tiempo, y con
una distribución de beneficios mediada por las relaciones
familiares y de prestigio. No se ha valorado la economía
rural de los afrocolombianos debido también a la habitual
consideración, en los ejercicios económicos, de solo las va-
riables económicas, sin tener en cuenta el valor y la impor-
tancia que tienen estos sistemas en la propia subsistencia,
permanencia y cultura de una población que tiene modos
de vida tradicionales y que ha vivido del aprovechamiento
de la oferta natural del bosque y el mar. Esto llevó a que
muchas iniciativas de desarrollo ensayadas en el pasado
39
hayanfracasado,ofuesenvistasporlascomunidadescomo
formas de imposición económica y cultural.
“onu denuncia crisis humanitaria
y de derechos humanos en el Chocó”
Extractos de la nota publicada por la Oficina del Alto Comisionado
de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (hchr.org.co) el 10
de julio de 2014, extraído de rcn Radio (rcnradio.com).
El representante de laAlta Comisionada de las Naciones Uni-
das para los derechos humanos, Todd Howland, denunció en
compañía del defensor del pueblo, Jorge Armando Otálora, y
delrepresentantedelaiglesia,MonseñorJuan Carlos Barreto,
que en lo corrido del año han sido desplazadas más de cuatro
mil personas del departamento del Chocó.
Según Howland, las actividades económicas ilegales cada vez
son más fuertes en la región, lo que se suma al “colapso” del
departamento.
Según lo denunció la mesa que se reunió este jueves 10 de
julio en la sede de las Naciones Unidas en Bogotá, la crisis del
departamento del Chocó se debe a la ineficiencia alimentaria,
en temas de salud y educación, así como a la intensificación
del conflicto armado y la violencia urbana.
El 48,7% del Chocó experimenta condiciones de pobreza ex-
trema, por la falta de oportunidades en materia de empleo y
la ausencia del Estado que impide el desarrollo de actividades
económicas formales.
	
El 80% de las necesidades básicas de los habitantes del Chocó
se ven insatisfechas, frente a un 32% equivalente al promedio
nacional.
En el departamento del Chocó han sido desplazadas 320 mil
personas, víctimas de los enfrentamientos entre la guerrilla
de las Farc, el eln y las Bacrim [bandas criminales].
40
La región del Pacífico ha sido un campo de experimen-
tación de modelos y proyectos productivos desarrollados
por organizaciones no gubernamentales y la cooperación
técnica internacional, agencias que han sustituido el papel
y las obligaciones del Estado. Han sido proyectos con un
elevado componente subsidiado, y muchos de ellos, con-
cebidos y aplicados sin consultar la historia y cultura de la
población.
Aunque existen también experiencias exitosas de la
cooperación técnica, como algunos programas de proyec-
tos, como el diar en el medio Atrato, el pec en el Urabá15
,
el proyecto de la Comunidad Europea en la ensenada de
Tumaco,plaidecop,elproyectocvc-Holandaylosproyectos
de ecofondo con cooperación holandesa y canadiense pero
que, cumplido su plazo, no han tenido continuidad por
falta de compromiso del sector público y por la debilidad
institucional, incapaz de asumirlos.
El Pacífico está sembrado de proyectos fracasados por la
introducciónarbitrariadeinnovacionescomo,porejemplo,
el búfalo de agua, sin que exista una tradición ganadera en
la región y no se are la tierra; la introducción de ovejas afri-
canas,elcocoenanodeFilipinas,latilapiayelcacaohíbrido,
por mencionar algunos. Ello, con la intención de cambiar
los hábitos productivos y llevar la producción agrícola a
una escala industrial, como sucedió con la instalación de un
plantadelatecnologíadeprocesamientodeborojóenPuerto
Merizalde,Buenaventura;lastrilladorasdearrozdeQuibdó
y Bubuey en Timbiquí; la planta de procesamiento de naidí
en Yuto, de aceite de coco en Acandí y López de Micay, y la
instalación de cultivos de palma africana y palmito.
Estas experiencias dejaron una infraestructura que hoy
en día devora la selva y que deja una profunda frustración y
15	 Programa de Economía Campesina de la cooperación holandesa. Fomentó la
vitobasa (Mucuna deeringianum).
41
desconfianzadelascomunidadesrespectodelasinstitucio-
nes. Y aún hoy se sigue fomentando en programas públicos
la producción en gran escala, como sucede con el plátano,
sinquesetengaseguralacomercializacióndelosproductos
agrícolas y sin tener en cuenta que la comercialización es
uno de los principales cuellos de botella de la región del
Pacífico, si se busca la generación de ingresos a partir de la
producción de excedentes.
Los sistemas productivos tradicionales suelen ser lla-
mados adaptativos por la estrecha relación que tienen en
los ciclos y la oferta ambiental. En ellos existen elementos
importantes de sostenibilidad ambiental y económica que
deben ser potenciados.
EnelPacíficolaagriculturasehacemediantepolicultivos
asociados, la siembra en mosaicos y en estratos diferentes,
el manejo de semillas y colinos y la rotación de cultivos,
entre otras prácticas, lo que expresa una racionalidad, un
conocimiento profundo de las condiciones ambientales y
de los procesos biológicos, del bosque húmedo.
Las actividades agropecuarias tienen serias limitaciones
productivasdesdeelpuntodevistacomercialylaproducción
en gran escala. Tres limitaciones para la agricultura se afirma
que tiene la región: la baja calidad de los suelos, la elevada
pluviosidadylainsuficienteluzsolar.Noobstanteestaslimi-
taciones,enunprocesohistóricodeadaptación,conocimiento
y manejo del medio, las comunidades han desarrollado unos
sistemasproductivosfuncionalesasusubsistenciayperviven-
ciacomocomunidades.Deestamanera,losafrodescendientes,
libresdelaesclavitud,desarrollaronunaparticulardinámica
productiva a partir de la oferta ambiental y las relaciones de
solidaridad entre familiares y vecinos, creando su propio
sistemaalimentariobasadoenelconsumodeplátanoymaíz,
caña de azúcar, y papachina; en los litorales, coco y frutales,
algunos productos silvestres, productos que se complemen-
tan con los frutos de la caza, la pesca marítima y fluvial, y la
recolección de conchas y crustáceos.
42
Lossistemasproductivostradicionalesdelascomunida-
des negras se caracterizan por la apropiación comunitaria o
familiar del territorio, y por tener como base la agricultura,
la cual se combina y complementa con actividades pecua-
rias en pequeña escala, y otras extractivas, como la minería
artesanal de oro y platino, la pesca y la caza.
Los espacios utilizados para la producción agropecuaria
son: los cultivos o “colinos”, el espacio doméstico con su
huerto y azoteas16
, y los montes (“montes viches” o rastro-
jos, y montes bravos). En el sur de la región existe cierta
especialización productiva de acuerdo con la localización
de la comunidad; si la unidad productiva está en el litoral,
junto al manglar, su actividad principal, sin abandonar el
cultivoensushuertos,sonlapescayrecoleccióndeconchas
y crustáceos; si está en la parte baja del río, produce arroz,
coco, frutas de tierras bajas; si está en la parte media o alta,
produce plátano, variedades de banano, frutales como el
borojó y la papaya, chontaduro y caña de azúcar, todo lo
cual favorece un mercado tradicional que fluye entre la
parte alta y los litorales con el intercambio de plátano,
banano, “viche” (aguardiente artesanal) y panelones por
coco, pescado, conchas y cangrejos.
16	 La azotea es una estructura de madera elevada del piso entre uno y dos
metros para evitar la presencia de animales dañinos y el exceso de humedad.
Se trataba un emparrillado rectangular, o a una canoa ya inservible para la
navegación, sobre la cual se deposita material orgánico (restos vegetales,
hojarasca, tierra de hormiguero, para sembrar en ella especies como cebolla,
tomate, poleo, albahacas, cilantro y principalmente plantas medicinales,
domesticadas y propagadas para el uso en la cura de enfermedades y
padecimientos del núcleo familiar y de la comunidad en general. Hay registros
de azoteas de 32 especies de plantas diferentes.
43
Cultivos en azoteas en el Pacífico:
el caso de la Fundación Chiyangua
La Fundación Chiyangua es una organización comunitaria
del municipio rural de Guapí, en el departamento del Cauca,
liderada por Teófila Betancurth (izq.). La Fundación lleva 20
años agrupando a más de 30 unidades familiares, de 8 a 30
personas cada una, en torno al cultivo y comercialización de
hierbas aromáticas, medicinales y condimentarias en azoteas
de zonas rurales de dos municipios. Ejemplos son el poleo
y la chiyangua. Actualmente se cultivan también hortalizas,
como la cebolla.
Imagen: Fundación acua.
La práctica de cultivar especies para utilizarlas en la cocina
o en la salud es un saber que se había perdido con los años.
Miembrosdelacomunidadcomenzaronaasociarlallegadade
sustitutosalimenticiosyeldeclivedelamédicostradicionales
y parteras con la pérdida de su acervo cultural y el aumento
de la dependencia económica en bienes externos.
44
La introducción de los cultivos en azoteas, junto con las estra-
tegias de comercialización de las hierbas en el mercado local y
deagregacióndevaloralproductofrenteasustitutoscomolos
cubos de caldo, permitió a las familias recuperar un antiguo
saber de la comunidad y a la vez generar ingresos a las fami-
lias. Además, el trabajo de Teófila con mujeres ha permitido
abordar temas de género en la comunidad, logrando que sean
ellaslasquelideranelproyectodentrodesuspropiasfamilias:
“Las mujeres nos sentimos empresarias ciento por ciento y
empoderadas con nuestros productos; para nosotras ha sido
un gran logro que a nivel local hayamos podido erradicar
cosas como el cubo de caldo. Hay mucha gente en el mundo
que está apostando a recuperar estas cosas, a cultivar limpio
y a comer sano. Nosotros somos uno más y debemos crecer”.
El cultivo corresponde al área principal para la producción.
La agricultura utiliza el sistema conocido como de “tumba,
rozaypudrición”yenelqueconservanlasespeciesforestales
valiosas, en especial los cedros, que son tenidos como un
ahorro por los productores. Se cultiva en pequeñas parcelas
discontinuas, con productos generalmente asociados, en
estratosdiferentes,conunaimportanterotaciónenlaquese
deja la tierra en recuperación (montes viches). Los produc-
tos que se obtienen de las parcelas se complementan con el
aprovechamiento de productos silvestres. Los cultivos son
limpios (el arroz) o asociados, como se da en el platanar,
corazón del sistema alimentario. El arroz se siembra en los
bajosparaaprovecharlamayorhumedad.Elarrozdesecano
se siembra en los diques y terrazas aluviales. La caña de
azúcar y la yuca se siembran en terrenos mejor drenados,
lo mismo que el cocotero. Se cultivan cucurbitáceas, como
el zapallo, fríjoles, papa china, maíz del cual existe una
“raza” propia de la región, el maíz chocosito; en los bacines,
la palma de naidí (Euterpe oleraceae).
45
El espacio doméstico está conformado por la vivienda y
el huerto habitacional. Anexa a la vivienda está la azotea o
barbacoa, donde las mujeres cultivan plantas medicinales,
hierbas aromáticas y condimentos. El huerto habitacional
mantiene una asociación de frutales, plátano/banano, pa-
pachina, chontaduro y palmas como la mil pesos (Jessenia
bataua) y los espacios para la cría y levante de especies
menores, como gallinas y cerdos. Los montes y rastrojos
se aprovechan para la extracción de maderas fibras, frutas
silvestres. Una tabla con las principales especies agrícolas
de la región y sus variedades está en el Anexo n.º 5.
Los sistemas de trabajo son predominantemente solidarios
y la distribución de la producción corresponde a modelos
tradicionales de reciprocidad, alianza y prestigio social.
Entrelosmodelosdetrabajosolidarioseutilizabanlaminga
y la mano cambiada.
Las comunidades mantienen una cierta especialización
en sus sistemas productivos de acuerdo con la gradiente,
que suele ir del nivel del mar a las colinas en los ríos cortos,
como los del sur del Pacífico.Así, han creado redes internas
de intercambio muy eficientes. Es frecuente el intercambio
Vivienda ribereña, alrededor de la cual se observa el huerto habitacional.
46
de productos agrícolas del interior del río por productos de
la pesca, con quienes estaban en la bocana o en la costa, y
el intercambio de arroz por coco, plátano o miel de caña de
azúcar. Los productos que se intercambian fundamental-
mente en los mercados locales son el plátano, la papachina,
el coco, la miel de caña o sus derivados y el chontaduro.
Hacia el mercado externo solo tiene alguna importancia
el plátano de ríos, como el Jiguamianadó y Bojayá, que
surten a Quibdó; el chontaduro, que se produce en los ríos
adyacentes a Buenaventura y el alto San Juan; el coco, que
proveniente de Tumaco y Guapi, y el borojó, de diversos
puntos de la región.
Enlosmanglares,bosquesbañadosporlasmareasycon-
formados por distintas especies de mangle, caracterizadas
por tolerar altas salinidades, las comunidades afrocolom-
bianas desarrollan un particular modelo productivo de
aprovechamiento de conchas y crustáceos. Los manglares
constituyen uno de los ecosistemas más productivos del
bosque tropical. Allí, las actividades productivas están
reguladas por los ciclos de las mareas.
Del manglar se extrae la pesca del sustento diario con
especies propias de este ecosistema, como la lisa. Durante
la bajamar las mujeres recolectan pianguas, almejas y otros
bivalvos y se capturan cangrejos para la alimentación y el
intercambio. Del manglar se extraen fibras, plantas medi-
cinales, carbón y animales de caza.
Se estima que el 47% de la población afrodescendiente
rural del sur del Pacífico vive de este ecosistema, que corre
el peligro de ser afectado de manera irreversible si se pone
enmarchaelproyectoquebuscamodificarlareddecanales
y esteros para construir una hidrovía para la navegación
rápida entre Buenaventura y Tumaco.
EnelríoAtrato,lascomunidadesaprovechanlosrecursos
pesqueros, en especial la captura del bocachico y algunos
47
bagres, dedicándose a la pesca en la época de subienda17
.
Hoy en día, por el auge minero, en su mayoría ilegal, el río
ha venido sufriendo la contaminación con mercurio, lo que
pone en riesgo la salud de la población ribereña que tiene el
recurso de la pesca como una de sus principales fuentes de
alimentación.Enloslitorales,lapescademandaunamayores-
pecializaciónylascomunidadesdedicadasalapescaartesanal
han vivido una histórica y desigual controversia con la pesca
en gran escala y el uso de artes de pesca no reglamentarias.
El oro, en tanto, se aprovecha desde la época colonial
y ha sido una actividad complementaria a las actividades
agropecuarias pero los enclaves extractivos especializa-
ron algunas comunidades en su extracción con métodos
artesanales, como el barequeo, el canalón y el hoyadero.
En la actualidad, la minería artesanal tradicional ha sido
vinculada al extractivismo minero ilegal con dragas y re-
troexcavadoras, controlado por grupos al margen de la ley,
ocasionando daños a los ecosistemas y profundos cambios
en las comunidades.
La extracción de maderas es también una actividad
complementaria aunque en periodos de auge maderero,
en bosques relativamente homogéneos, como el catival,
el guandal y el manglar, se han hecho y siguen haciendo
aprovechamientos irregulares, algunos abiertamente ilega-
les, otros realizados con la complicidad de quienes tiene el
mandato de administrar y proteger los bosques.
En definitiva, un reto para el desarrollo rural integral
es poder frenar las actividades extractivas ilegales y desa-
rrollar alternativas viables de aprovechamiento a partir de
los territorios colectivos, el ordenamiento participativo de
17	 Codechocó realizó en elAtrato un inventario de peces en el que se encontraron
8 órdenes, 26 familias, 58 géneros y 93 especies. La especie más relevante desde
el punto de vista económico era y sigue siendo el Bocachico, que tiene un
período de desove entre enero y abril (época de lluvias mínimas), período en
que las comunidades intensifican la actividad pesquera (subienda y ronca).
48
los mismos, el mayor conocimiento de los ecosistemas, y
la aplicación de tecnologías resilientes o de bajo impacto
ambiental.
Síntesis de las características de los sistemas
productivos tradicionales del Pacífico
•	 Están estrechamente ligados a la cultura.
•	 Dependen de la oferta ambiental.
•	Son diversos desde el punto de vista productivo.
•	Son diversos desde el punto de vista biológico.
•	 Tienen un ámbito territorial complejo de dominio de la
familia y la comunidad.
•	 La agricultura y la pesca son la base del sistema.
•	 La agricultura se basa en el sistema roza-pudrición (ta-
pao), la diversidad de especies y variedades cultivadas,
las asociaciones y el cultivo en estratos y mosaicos.
•	 La pesca es una actividad que se practica siguiendo los
ciclos hidrobiológicos y a ella se dedican de manera espe-
cializada algunos sectores de población.
•	 La caza tiene un importante papel en la dieta alimenticia
y un alto valor cultural en los roles sociales.
•	 En la zona de colinas, las comunidades negras practican
la minería tradicional de oro y platino.
•	 Los sistemas productivos tradicionales están orientados
de manera principal al autoconsumo. La producción de
excedentes se comercializa en mercados locales de inter-
cambio y venta en pequeña escala.
•	 Utilizan tecnologías de bajo consumo de energía y bajo
impacto ambiental. Dependen muy poco de insumos
externos.
•	 En las relaciones productivas al interior del sistema,
predominan las relaciones de cooperación, solidaridad y
49
reciprocidad entre parientes y afines. En la actualidad se
vienen imponiendo sistemas contractuales.
•	Sufren el impacto frecuente de los desastres naturales.
•	Son eficientes en lo productivo y en lo ecológico si man-
tienen su diversidad.
51
3. bases del desarrollo rural integral
de los territorios colectivos de comunidades
afrocolombianas
a. Consideraciones generales
¿En qué términos y bajo qué condiciones se pueden con-
siderar la eficiencia y la competitividad de los sistemas
tradicionales de producción?
1. Los sistemas productivos tradicionales de las comuni-
dades de los territorios colectivos buscan primordialmente
garantizar el sistema alimentario de las familias.
2. Los sistemas agrícolas han significado un gran es-
fuerzo de generaciones de agricultores en la adaptación
de cultivariedades y el aprovechamiento de los recursos
naturales del medio, adaptándose a sus ciclos biológicos.
Por su escala y por su capacidad adaptativa, estos sistemas
agrícolas suelen ser de bajo impacto ambiental.
3. Los sistemas productivos tradicionales de las comu-
nidades afrocolombianas están mediados por importantes
factores culturales que atraviesan todo el ciclo productivo.
Lasrelacionesdegéneroygeneracionalesdentrodelsistema,
lareciprocidadentrefamiliasylasrelacionesdesolidaridad
son ejemplos de elementos que deben ser tenidos en cuenta
en los procesos de desarrollo rural integral.
4. Los sistemas productivos tradicionales no son autosu-
ficientes, históricamente se han relacionado con el mercado
y tienen un importante potencial productivo si se conocen
52
y respetan sus particularidades y se mejoran los factores
adversos que limitan el proceso productivo y el acceso a
los mercados.
Apartir de estos criterios y con los antecedentes ya men-
cionados se hacen las siguientes recomendaciones, algunas
decaráctergeneralquedefinenlaorientacióngeneraldelas
mismas,yotrasdecarácterespecíficoreferidasalosprocesos
productivos de las comunidades rurales afrocolombianas.
b. Recomendaciones propuestas
La conservación y el uso sostenible de la biodiversidad
como base del desarrollo en largo plazo
El desarrollo rural integral en el caso de los grupos étnicos
pasa por la conservación y el uso sostenible de los frágiles
ecosistemas de los bosques tropicales, en donde están la
mayoría de los territorios colectivos, bosques que han sido
aprovechados históricamente por las comunidades.
Los territorios colectivos tienen ventajas considerables
para consolidar en ella un desarrollo social y productivo
duradero. Entre estas ventajas se mencionan sus recursos
naturales, el potencial de la biodiversidad18
y los sistemas
productivos tradicionales de las comunidades como expe-
riencias válidas, a partir de las cuales es posible construir
alternativas sostenibles de aprovechamiento de esa bio-
diversidad. Habría que agregar, de manera específica, el
18	 La Comisión Intersectorial de 2009 en sus consideraciones afirma que “…los
territorios colectivos, que en su conjunto superan las 5 millones de hectáreas
y constituyen mayoritariamente bosques naturales, coinciden con los sitios
de mayor diversidad biológica del planeta y su utilización debe asegurar la
protección de esos recursos. Estos territorios colectivos tienen una vocación
clara de conservación y generación de servicios ambientales que resultan ser
globalmente relevantes...”.
53
potencial que representan los servicios ambientales y los
recursos energéticos.
La región del Pacífico es uno de los lugares del planeta
privilegiado por la abundancia, variedad y variabilidad de
formas de vida animal y vegetal. La alta biodiversidad del
Pacífico se suele explicar por la incidencia combinada tanto
deeventosgeológicos,factoresecológicos,comodeprocesos
evolutivos. Como resultado de la gran heterogeneidad es-
pacial y altitudinal, la región cobija numerosos ecosistemas
dentro del bioma predominante de bosque húmedo tropi-
cal. Se encuentran allí más de 7.000 especies de plantas de
las 45.000 que se estima que existen en Colombia. La tabla
n.º 3 da cuenta de la rica biodiversidad de la región, una de
las más altas del planeta.
Tablan.º3.Númerodeespeciesdelosdiferentesgrupostaxonómicos
estudiados en la Región del Pacífico
Categorías de especies Plantas Mariposas Anfibios Aves Mamíferos
Especies 7.595 708 363 1.546 256
Especies Endémicas 1.311 269 220 424 19
Especies Amenazadas 1.099 Sin información 162 107 61
Fuente: WWF / Ecotrópico (2002). Análisis Ecorregional.
Esta rica biodiversidad debe ser el eje a partir del cual, en
unaperspectivademedianoylargoplazo,sepodríadiseñar
yponerenmarchaunambiciosomodelodedesarrollorural
que integraría la conservación de la biodiversidad, su uso
resiliente, y la generación de ingresos comunitarios. Esto
implica aunar esfuerzos de investigación y generar capa-
cidades técnicas y científicas en la nación y en las regiones
para la valoración de los servicios ambientales, el aprove-
chamientodelosproductosmaderablesynomaderablesde
los bosques, la adaptación, cultivo y aprovechamiento de
productos promisorios y, por qué no, ingresar en un futuro
al mercado biotecnológico.
54
Con respecto a los fines de conservación, confluyen
hoy en día tanto los intereses nacionales como de las co-
munidades; ello constituye un factor estratégico para las
comunidades de los territorios colectivos. La conservación
debe ser entendida más desde el uso sostenible que desde
la conservación estricta.Aun así, ya se presentan iniciativas
de conservación estricta que pueden generar beneficios a
través de los mecanismos para la reducción de los gases
de efecto invernadero –gei–, lo que precisa un acompaña-
miento y asesoría de la autoridad ambiental para hacer
las salvaguardas y evitar contratos desventajosos para las
comunidades.
Prevenir y controlar las actividades extractivas
En la actualidad, la economía tradicional de los territorios
colectivos sufre los riesgos de una readecuación e intensifi-
cación del extractivismo de recursos naturales con nuevas
estrategias tecnológicas y de contratación, acompañada de
un empobrecimiento drástico de las condiciones de vida de
la población nativa. El extractivismo produce un deterioro
del capital natural de los territorios colectivos. En el caso
de la explotación forestal, la destrucción del bosque19
tiene
19	 La extracción de madera comenzó con el aprovechamiento de algunas maderas
finas en cercanías a sitios de embarque, lo que facilitaba su exportación,
actividad que se reporta ya en las primeras décadas del siglo xx. Se extrajo
hasta agotarlo luego para la fabricación de durmientes de ferrocarril para las
vías férreas Cali-Buenaventura y Tumaco-El Diviso y en general para la red
férrea del occidente. Luego vendría el gran auge maderero, entre 1950 y 1975
(Leal y Restrepo, 2003: 49) en el cual se aprovecharon especies como el abarco
(Cariniana pyoriformis);Amarillo (Vochysia sp); Bambudo (Pterocarpus officinalis);
Caracolí (Anacardium excelsum); Ceiba Blanca, Hura crepitans; Cativo Prioria
copaifera; Cedro Cedrela odorata; Cuángare Dialyanthera sp; Chachajo; Chachajillo
Aniba perutiles; Chalviande Virola dixonii; Chanul Humiriastrum procera; Chaquiro
Goupia glabra; Guacamayo Baxiloxylon; Guayacán Minquartia guianensis; Guino
Carapa guianensis; Laurel, Cordia alliodora; Machare Simphonia globulifera;
Mangle negro, Avicenia marina; mangle colorado (Rhizophora mangle); Mangle
blanco (Lengucularia racemosa); Peinemono (Apeiba aspera); Pulgande; Pinde /
55
también otras repercusiones ambientales que es necesario
evaluar y valorar porque tiene profundas implicaciones
económicas y sociales en la vida de las comunidades. Res-
pectodelaminería,laprevenciónycontroldelextractivismo
implica también superar las contradicciones de la agenda
pública que lo favorecen, teniendo en cuenta los costos
ambientales y sociales de estas actividades.
En el caso de la pesca, la sobreexplotación de ciertas es-
pecies por parte del sector industrial hace necesario pensar
en medidas de ordenamiento marino que regulen a este
sector y al artesanal. De este modo, se podrían reservar
ciertas áreas para la pesca artesanal, rubro que en zonas
costeras del Pacífico es parte fundamental de los sistemas
productivos tradicionales. La Fundación acua ha parti-
cipado de experiencias exitosas en el Chocó con la Zona
Exclusiva de Pesca Artesanal (zepa), de 2,5 millas náuticas
desde el borde costero desde la frontera con Panamá hasta
el Parque Nacional Ensenada de Utría. Más aún, junto con
las comunidades locales y otras organizaciones se está
trabajando en constituir un Distrito Regional de Manejo
Integrado (drmi) en la zona marina al sur del Parque, en
donde la administración local, los pescadores artesanales y
entidadeseducativasydecooperaciónsoncorresponsables
del manejo de los recursos naturales.
Mejorar la producción y la productividad
de los agrosistemas comunitarios
Lossistemasproductivostradicionalesdelascomunidades
afrocolombianassonelresultadodeunacadenaintergenera-
cionaldeagricultoresquehanadaptadoatravésdeltiempo
Tainde (Nectandra sp); Sajo (Camnosperma panamensis); Sande (Brosimun utile);
Sangregao (Pterocarpus officinalis); Tula (pueta Nectandra sp); Tangare (Carapa
guianensis); Zapotillo (Pachira acuática), entre muchos otros.
56
a las condiciones particularidades del trópico húmedo. El
conocimiento, protección y mejoramiento de los sistemas
productivos –dentro de su propia lógica productiva–, debe
ser objeto de un análisis cuidadoso y una reflexión con los
mismos productores sobre los éxitos y fracasos de las expe-
riencias tenidas en la región y sobre los problemas actuales
de la economía rural de sus comunidades.
Eldesarrolloruralintegraldebeaprovecharlaspotencia-
lidades productivas de los territorios colectivos en función
del fortalecimiento de los sistemas comunitarios de segu-
ridad alimentaria, y la producción y comercialización de
excedentes y servicios aprovechando de manera sostenible
y resiliente sus recursos naturales20
.
Con respecto a la comercialización, habría que seguir
algunas de las pautas de la misión de 1961 (misión dirigi-
da por el economista Miguel Fadul), que recomendaba la
producción en pequeña escala, con productos de alto valor
específico, no fungibles y con mercados definidos.Aesto se
agregalaimportanciadeintegrarproductoresyaprovechar
nichos específicos y especializados del mercado, a los que
se les pueda agregar valor, bien sea por la especialización
de la demanda, por la certificación de los productos como
agroecológicos –sin la utilización de agroquímicos– o pro-
venientes de sistemas sostenibles.
Unaalternativaimportantedecontemplarenlasestrate-
gias de fomento es la instalación de parcelas agroforestales.
Si ello se adopta como una práctica corriente, puede ser una
20	 En sus recomendaciones, el Proyecto Biopacífico señala que “…El fomento
productivo, sin perder de vista la importancia y la necesidad de generar
ingresos, debe buscar mejorar la capacidad alimentaria de las mismas
comunidades. De allí la importancia que cobra –tal como lo solicitan
las organizaciones– la recuperación de cultivos, variedades, semillas,
conocimientos y prácticas productivas que están en riesgo o que han
desaparecido de la región”.
57
alternativa que resuelva las crisis de ingresos frecuentes en
las economías agro-mineras.
Eldesarrolloruralintegraldebeaprovecharlaspotencia-
lidades productivas de los territorios colectivos en función
del fortalecimiento de los sistemas comunitarios de segu-
ridad alimentaria y la producción y comercialización de
excedentes y servicios aprovechando de manera sostenible
y resiliente sus recursos naturales.
Parcela agroforestal en el río Bebará, medio Atrato
La conservación in situ de las cultivariedades
propias de las regiones en donde se localizan
los territorios colectivos
Losimpactosnegativosdelacrisissocialquevivenregiones
como la del Pacífico, por factores como el conflicto armado,
el extractivismo y los cultivos de uso ilícito, han incidido
en la pérdida de tradiciones agrícolas y pecuarias y, en
consecuencia, de variedades agrícolas importantes para la
propiasubsistenciadelascomunidades.Enesadirección,es
necesario crear y apoyar redes de conservación in situ y en
los cultivos, de los principales productos y sus variedades,
existentes en los territorios colectivos, así como fomentar
e incentivar la conservación y el intercambio de semillas y
material reproductivo de los mismos.
58
Existe una preocupación en las comunidades por la
pérdida de variedades de arroz, un alimento infaltable en
su dieta, y se han hecho algunos esfuerzos locales por re-
cuperarlas. Las variedades registradas en el Chocó parecen
ser provenientes de la especie Oryza sativa. En la cuenca
del río Valle, por ejemplo, registró el Proyecto Biopacífico
22 variedades de arroz, de las cuales al parecer 12 estaban
desapareciendodelacuenca.Estasvariedadeserandenomi-
nadasPlata, Calilla, Viral, Centuripano, Mira,Del País,Balbón,
Uringa, Furinda, Gigante, Cicerón y Panamá. Las restantes
10 variedades que se encontraban en la cuenca eran Chino,
Enano,Mariángela,Negrito,Orycica8,Llano5,Garza,Fortuna,
Tres meses y Sapito. En el Medio San Juan se encontraron 4
variedades de arroz denominadas Cica 8, Orycica 2, Chino
grande o Blanco y Tres Mesero. De estas, las dos últimas eran
catalogadasporlosagricultorescomonativas.Delascuatro
variedades Cica 8 y Tres Mesero se encontraron también en
la cuenca del río Valle, pero en proceso de desaparición21
.
Igualmente preocupante es el caso de las variedades de
plátano y banano (Musas spp.), entre las cuales se suelen
mencionar las cultivariedades de banano conocidas como
Bocadillo o Primitivo, Pigmeo o Indio, Enano, Largo y Guineo
o Colicero, Tafetán rojo, Bananilla, Chachalá y Sabanero; entre
los plátanos se mencionan el Hartón, Hartón enano, Hartón
morado, Dominico, Dominico-Hartón y Manzano, Topocho,
Popocho o Cachaco o Cuatro esquinas y Pelipita y otras con
denominaciones muy locales como el los plátanos Mocha,
Quinientos, Liberal, Dos cabezas, Muslo de mujer, Granadino y
Caleño. Entre las cañas de azúcar se cultivan las variedades
conocidas como Negra, Blanca Común o Nativa, Amarilla,
Coinvertore 425, Palo y Poj 4711.
21	 Herrera/ Proyecto Biopacífico.
59
La investigación sobre los cultivos tradicionales
y sobre las especies promisorias del bosque
Es lamentable que no exista un inventario a nivel especí-
ficoygenéticodelascultivariedadespropiasyadaptadasen
la región y que sean escasos los estudios sistemáticos sobre
los productos promisorios del bosque de valor alimentario.
Es conveniente apoyar estas líneas de investigación con la
activa participación de los productores locales.
El enfoque territorial, la valorización de activos
y la agregación de valor
Una propuesta de desarrollo territorial para territorios con
identidades tan particulares como las de las comunidades
afrocolombianas pasa por el reconocimiento del contexto
natural y, principalmente, por las dinámicas culturales que
hacen único los productos y los servicios que produce un
grupo social. Esto significa que es necesario hacer visibles
las particularidades de origen, grupo social, historia y, por
supuesto, la biodiversidad existente con el fin de agregar
valor a los productos y servicios que puede ofrecer dicho
territorio.
En tal sentido, la identidad cultural y territorial es de-
terminante al momento de desarrollar estrategias de valo-
rización de productos y de servicios locales que permitan
poner en escena la riqueza y características culturales de
estosterritorios.Paraesto,lasestrategiasdereconocimiento
vinculadas a la propiedad intelectual, al origen, a los sellos
y a las certificaciones son fundamentales para valorizar los
productos y servicios locales de un grupo étnico. En el caso
de las certificaciones sanitarias, los actuales requerimientos
del registro invima están pensados para producciones a
gran escala, excluyendo a los productos de origen comu-
nitario e imposibilitando su acceso a mejores mercados.
Es fundamental entonces la búsqueda de un mecanismo
60
de certificación ajustado a las circunstancias económicas y
culturales de las comunidades.
La producción agrícola, base de la economía
y alimentación locales en los quilombos de Brasil
Los quilombos son los lugares históricos de refugio de los
esclavos africanos y afrodescendientes en América. En Brasil,
los quilombos se establecieron como lugares de permanencia
definitiva, con una agricultura de subsistencia y una cultura
particular. Sus habitantes –quilombolos, en portugués–, se han
constituido históricamente en asociaciones para el desarrollo
de sus economías locales.
Imagen: alejandrofrigerio.blogspot.com
Dentro de lo cosechado en los quilombos, un producto de la
alimentación básica es la mandioca o yuca (Manihot esculenta),
un tubérculo de cuya fécula, en 2010, 14 millones de toneladas
se dedicaron a nivel nacional para la alimentación*.
A su vez, dentro de los productos ya transformados, se en-
cuentra el acarajé, el alma de la gastronomía del territorio. Se
trata de una masa de fríjol (Vigna unguiculata), cebolla y sal,
frita en aceite de palma y que las mujeres han vendido por
siglos en las calles y recintos públicos de ciudades y pueblos.
61
El producto es tan importante para la economía local, que la
organización de la Copa Mundial de Fútbol 2014 se vio obli-
gada a levantar la prohibición de venta que había impuesto
en los estadios a todo comercializador de alimentos que no
fuese el patrocinador oficial del evento.
La Compañía de Desarrollo y Acción Regional (car), entidad
públicadelestadodeBahía,apoyaaestasasociacionesquilombo-
lasconelrespaldodelfida,enconjuntoconlaFundaciónacua.
* Groxko, M. (2011). Análise Da Conjuntura Agropecuária, safra 2011/12.
Secretaría de Agricultura del Estado de Paraná.
La agregación de valor es fundamental para superar el ca-
rácter en bruto como se vende la producción proveniente
de la oferta ambiental de la región. Este es un problema
estructural de la economía del Pacífico, que impide el cre-
cimiento económico, la generación de empleo e ingresos y
la reinversión productiva. La transformación de productos
precisa de la asociatividad productiva, el conocimiento del
mercado, el manejo poscosecha, de la integración de las
cadenas productivas, del ahorro productivo y de la inno-
vación tecnológica.
Capacitación para la producción
Los distintos componentes involucrados en la producción
(fomento, agregación de valor, mercadeo) necesitan de
iniciativas constantes de capacitación. La capacitación
debe corresponde a la concepción de “aprender haciendo”
mediante la cual se crea, en el proceso de capacitación,
una comunidad del conocimiento en la que capacitadores
y capacitados aprenden al mismo tiempo. Al igual que la
asistencia técnica, se debe favorecer el proceso de capacita-
ción de productor a productor y buscar el apoyo de grupos
62
de interés, de ong o de especialistas que conozcan la región,
sussistemasproductivosyquepuedandinamizarprocesos
de mejoramiento y desarrollo productivo.
La asistencia técnica
A partir de las experiencias vividas en la región es nece-
sario desarrollar modelos adecuados de asistencia técnica
y transferencia de tecnología, con el fin de mejorar los
sistemas locales de seguridad alimentaria y agregar valor
a la producción orientada al mercado. La asistencia es un
tema de crucial importancia en el Pacífico. Las distancias
y costos del transporte fluvial, por los altos precios de los
combustibles, hacen inviables los sistemas convencionales
de asistencia técnica. La visita de un técnico puede costar
más que el valor del crédito del productor al que va dar
asistencia, y sus recomendaciones, cuando dependen de
insumos que se obtienen en el mercado, resultan ser in-
fructuosas.
Por esta razón, deben buscarse modelos de asistencia
técnica con un fuerte componente de capacitación y con
la formación de productores sobresalientes capaces de
brindar, en un nivel básico, esta asistencia y conformar
redes de apoyo. Las redes de productores constituyen una
forma de organización en la que los productores, a partir
del examen de su situación social y productiva, identifican
los principales problemas relacionados con la producción
y el mercado, intercambian conocimientos y experiencias,
y se ayudan de manera solidaria. Las redes podrían ser
dinamizadas por técnicos comunitarios, formados en la
comunidad misma.
El crédito
Las comunidades tradicionales del Pacífico no tienen una
tradición de uso del crédito institucional. Las experiencias
63
hansidomuynegativas,loquehageneradounaprevención
y resistencia cultural contra su utilización. Hoy en día la
mayordificultadestáenlanegacióndelcréditoalosproduc-
toresquevivenenterritorioscolectivos,alnoconsiderar,las
agencias de crédito, que el título colectivo sea una garantía
crediticia, al ser estos títulos colectivos e inembargables. La
comisión Intersectorial del gobierno nacional recomendó
en el año 2011 el respaldo del Fondo Agropecuario de Ga-
rantías (fag) y de los créditos asociativos en el Fondo para
el Financiamiento del Sector Agropecuario (finagro) para
proyectosdelsectoragropecuarioyruraldeproductoresque
no puedan presentar las garantías ordinariamente exigidas
por las entidades otorgantes del crédito.
Otra dificultad obedece a la no adecuación de los sis-
temas institucionales de crédito a las particularidades de
las comunidades rurales. El estudio de los sistemas locales
tradicionales de ahorro y préstamo de las comunidades
afrocolombianas, como las sociedades mineras, la pesca
asociada y las mutuales mortuorias, arrojan luces sobre la
importanciadelmicrocrédito,deasociarelahorroalcrédito,
de la responsabilidad familiar y del papel de la mujer en el
proceso productivo.
Hay que buscar alternativas de crédito de corto plazo
con fines de comercialización para evitar uno de los gran-
des males que se vive en los centros poblados: el llamado
crédito “gota a gota”, que somete a los productores y co-
mercializadores a sistemas ilegales y exagerados de usura.
La supervisión y control de los créditos es otro aspecto
que debe abordar la Misión Rural teniendo en cuenta que
no existe una red bancaria en casi ningún municipio de
la región. El control y veeduría comunitaria a los créditos
asociativos ha dado resultado en muchas experiencias.
Los créditos en especie tienen como limitación los altos
costos del transporte fluvial y marítimo y los riesgos que
estetransporteofreceparamuchosinsumosagropecuarios.
64
El empoderamiento de las mujeres
La estrategia de desarrollo rural integral para los territorios
colectivosdebereconoceryfortalecerelimportantepapelde
lasmujeresysusasociacionesenlaproduccióncomunitaria.
Lasmujeresrealizanimportantesfaenasagrícolas,cuidanlos
huertos habitacionales, se ocupan de las azoteas, barbacoas
y las especies menores (cerdos y gallinas principalmente) y
extraen las pianguas y otras conchas del manglar. Numero-
sas mujeres son jefes de hogar y son el eje de importantes
redes sociales. La organización de las mujeres alrededor de
actividadesproductivashademostradoserunaexperiencia
clave en el fortalecimiento de las comunidades.
Mujeres afrocolombianas: el caso
de la Red Departamental de Mujeres Chocoanas
Imagen: redpartidos.org
LaRedDepartamentaldeMujeresChocoanas(rdmc),ubicada
en el departamento del Chocó, es una organización que lidera
procesos de desarrollo social en los que hombres y mujeres
se interrelacionan en condiciones de equidad e igualdad, al
65
interior de su grupo étnico y con otros grupos. Promueve a la
mujer chocoana y a sus organizaciones en la construcción del
desarrollo económico sostenible desde el rescate de los pro-
ductos y las tradiciones culturales y de los productos locales.
La rdmc agrupa de manera activa a 52 organizaciones de
mujeres, ubicadas en 18 de los 31 municipios que componen
el departamento y 13 mujeres vinculadas de manera inde-
pendiente.
Además,desarrollademaneradirecta10negociosproductivos
sostenibles en los que genera más de 50 empleos directos, en
campos de gastronomía tradicional, artesanías, salud tradi-
cional y asistencia técnica.
Tradicionalmente los territorios afrodescendientes han sido y
sonlideradosygestionadosporlamujer;undesafíopendiente
es la mayor visibilización de estos procesos y un apoyo más
decidido en el marco de las políticas públicas del país.
El mercadeo
Es necesario abrir caminos para un mejor mercadeo de los
productos tanto en el mercado doméstico como a nivel na-
cional. La experiencia de la Fundación acua muestra que es
recomendablepensarlosproductosdesistemasproductivos
tradicionales con un fin primordial de abastecimiento del
mercadolocal,parasolodespuéspensarenesferasmayores.
Seráentoncescuando,porlanaturalezadelosproductosde
la región, sea necesario, a partir del análisis de las cadenas
productivas, mejorar la comercialización buscando nichos
especiales para los productos, mercados justos y sinergias
con empresas socialmente responsables.
El tema de la escala de producción debe ser resuelto
mediante la integración de productores, tal como lo logró
en la ensenada de Tumaco con el coco y en el medio Atrato
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  • 5.
  • 6. Fortalecimiento y desarrollo rural integral de los afrocolombianos: el caso de los territorios colectivos Universidad Externado de Colombia Centro de Investigaciones sobre Tradiciones Étnicas de Colombia (cite) Fundación acua - Activos Culturales Afro | fida
  • 7. Prohibida la reproducción o cita impresa o electrónica total o parcial de esta obra, sin autorización expresa y por escrito del Departamento de Publicaciones de la Universidad Externado de Colombia. Las opiniones expresadas en esta obra son responsabilidad de los autores. ISBN 978-958-772-202-4 © 2014, universidad externado de colombia Calle 12 n.º 1-17 Este, Bogotá Teléfono (57-1) 342 0288 publicaciones@uexternado.edu.co www.uexternado.edu.co Primera edición: diciembre de 2014 Diseño de cubierta: Departamento de Publicaciones Composición: Marco Robayo Impresión y encuadernación: Digiprint Editores EU Tiraje de 1 a 1.000 ejemplares Impreso en Colombia Printed in Colombia Fortalecimiento y desarrollo rural integral de los territorios colectivos de los afrocolombianos : el caso de los territorios colectivos / elaborado por la Fundación Activos Culturales Afro –ACUA- y el Fondo Internacional de DesarrolloAgrícola –FIDA-. -- Bogotá : Universidad ExternadodeColombia,FundaciónActivosCulturalesAfro–ACUA-;FondoInternacional de Desarrollo Agrícola –FIDA-, 2014. 108 páginas : fotografías ; 21 cm. Incluye bibliografía. ISBN: 9789587722024 1. Afrodescendientes -- Aspectos socioeconómicos -- Colombia 2. Afrodescendientes -- Aspectos culturales -- Colombia 3. Afrocolombianos -- Aspectos socioeconómicos -- Colombia 4. Desarrollo rural -- Aspectos socioeconómicos -- Colombia 5. Desarrollo de la comunidad rural -- Colombia 6. Planificación rural -- Colombia I. Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola – FIDA - II. Fundación Activos Culturales Afro – ACUA – III. Universidad Externado de Colombia. 307.72 SCDD 21 Catalogación en la fuente -- Universidad Externado de Colombia. Biblioteca Octubre de 2014
  • 8. 7 EstedocumentofueelaboradoporlaFundaciónActivosCultu- ralesAfro (acua), en el marco del convenio con la Universidad Externado de Colombia y su Centro de Investigaciones sobre Tradiciones Étnicas de Colombia (cite)*.1 Se trata de una ini- ciativa del Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola (fida), en cabeza de la directora de su División de América Latina y el Caribe, Josefina Stubbs. El propósito de este documento es llamar la atención sobre la importancia que tienen las economías de las comunidades rurales afrocolombianas, en su mayoría localizadas en terri- torios colectivos, de conformidad con lo previsto en la Ley 70 de 1993. Estos territorios se ubican mayoritariamente en zonas húmedas y selváticas, en áreas de alto valor ecológico, y que contemplan particularidades productivas acordes con su cultura y sus formas de vida. * El documento ha sido elaborado por un equipo de trabajo de la Fundación acua, coordinado por Enrique Sánchez, con la asistencia de Juan Ayarza, e integrado por David Soto, Emperatriz Arango, Magdalena Correa y Carolina Córdoba Curi. Integra aportes de los becarios del taller “Conexión Pacífico iii”, realizado en Cali en julio de 2014 por la Corporación Manos Visibles. Los becarios conformaron en el taller un grupo de trabajo que elaboró propuestas de acción para el sector rural y ambiental. De él hicieron parte: Arneth Bejarano, David Fernando Pérez, David Andrés Núñez, Fabio Enrique Cambindo Orobio, Francisco Javier Andrade, Gustavo Suárez, Harold Moreno, Jackson Ariel Mosquera, Jesús Noel Delgado, Lady Lorena Riascos, María Dolores Moreno, María Efigenia Salazar, María Miyela Riascos, Mercy Dalila España, Midaly Moña y Robinson Valencia, con la colaboración de Enrique Sánchez y David Soto, de la Fundación acua, y Manuel Rodríguez Becerra y María Alejandra Vélez de la Universidad de los Andes.
  • 9. 8 Este trabajo va dirigido a procesos como la Misión para la Transformación del Campo, o Misión Rural, el Plan Nacional de Desarrollo 2014-2018 y la Gerencia para el Desarrollo del LitoralPacífico.Seplanteanenélunaseriederecomendaciones orientadas tanto a la salvaguardia, fomento, recuperación y desarrollo de estas economías, como al cierre de una histó- rica brecha social que ha marcado históricamente al pueblo afrocolombiano. AgradecemoslavinculaciónaestedocumentodeLuis Gilberto Murillo, Gerente para el Desarrollo del Litoral Pacífico.
  • 10. 9 contenido 1. introducción 11 a. Antecedentes 11 b. La población afrocolombiana 12 2. los territorios colectivos, escenario principal para el desarrollo rural integral afrocolombiano 15 a. Los territorios colectivos: ¿cuántos son y dónde están? 15 b. Características jurídicas y de política pública 18 c. Particularidades ambientales y etnoculturales 30 d. La soberanía y la seguridad alimentaria 37 e. Los sistemas productivos tradicionales 38 3. bases del desarrollo rural integral de los territorios colectivos de comunidades afrocolombianas 51 a. Consideraciones generales 51 b. Recomendaciones propuestas 52 c. Reflexión final 76 4. bibliografía 79 5. Anexos 93
  • 11.
  • 12. 11 1. introducción a. Antecedentes El presente documento fue elaborado entre mayo y agosto de 2014 por la Fundación Activos Culturales Afro –acua–, para el Fondo Internacional de Desarrollo Agrícola –fida–. Su punto de partida es el trabajo que la Fundación realiza desde2007concomunidadesafrodescendientesenAmérica Latina, en la puesta en valor de sus activos culturales. En las comunidadesrurales,estosactivosculturalespermitencon- cebir emprendimientos productivos clave en la generación de ingresos y bienestar para las familias y, al mismo tiempo, en el afianzamiento de su sentido de identidad étnica y de pertenencia a los territorios en donde viven. ParalaFundación,estetrabajosefundamentaenlanece- sidad de valorar las particularidades sociales, ambientales, geográficas y económicas de los territorios donde ances- tralmente han vivido los afrodescendientes y en donde se inscriben estos activos culturales. El objetivo es que estas particularidades sean consideradas en las estrategias de desarrollo y que contribuyan al diseño y puesta en marcha de una política que conciba, para los territorios colectivos de las comunidades negras, un desarrollo rural integral con identidad. Considera el grupo de trabajo y quienes contribuyeron a la elaboración de estas recomendaciones que el reordena- miento del sector agropecuario que se propone la Misión
  • 13. 12 RuralyelprimerPuntodelaAgendadelaMesadelaHabana para la Terminación del Conflicto y la Construcción de una Paz Estable y Duradera, se constituye en una oportunidad para sentar las bases de una política pública que permita zanjar la brecha histórica de desarrollo y bienestar que separa a las comunidades rurales afrocolombianas, como las más pobres, respecto del resto de la población rural de la nación. b. La población afrocolombiana1 Según el censo de 2005, en Colombia había 4’261.996 afro- colombianos, equivalentes al 10% de la población del país. El 31% vivía en cabeceras municipales de menos de 50.000 habitantes y el 27,2%, en áreas rurales. La población rural afrodescendiente en Colombia está presente en todo el te- rritorio nacional, pero vive principalmente en los litorales Caribe y Pacífico, en especial en este último, y en las tierras bajas de los valles interandinos. Los departamentos de la región del Caribe en su conjunto concentraban el 28% del total de población afrocolombiana (1’228.438 habitantes) y losdepartamentosdelaregióndelPacífico,el44%(1’905.263 habitantes). Losafrocolombianosruraleshabitanenpequeñascomu- nidadesalolargoderíosycostasdondehandesarrollado,a travésdegeneraciones,prácticasytecnologíasagropecuarias yextractivasparticularesqueleshanpermitidoaprovechar los recursos del bosque húmedo tropical y garantizar su subsistencia. 1 Los términos afrodescendientes, afrocolombianos y comunidades negras han sido utilizados reiteradamente en el ordenamiento jurídico colombiano como sinónimos. La denominación comúnmente utilizada en la legislación vigente es la de “Comunidades afrocolombianas, negras, palenqueras y raizales”, un concepto global e incluyente, pero se ha vuelto de uso común las acepciones mencionadas (Córdoba Curi, 2014).
  • 14. 13 Las comunidades mantienen una apropiación colectiva de sus territorios. Su economía, sustentada en una particu- lar combinación de actividades productivas, agropecuarias y extractivas, tiene como centro los cultivos agrícolas, en especial de plátano, arroz, coco, papachina (Xanthosoma spp.), caña de azúcar, chontaduro (Bactris gasipaes), zapallo y frijoles (Phaseolus spp.); frutales, como el borojó (Borojoa patinoi),lapapaya,ellulo(Solanumquitoense),laguama(Inga spp.), entre otros productos de pancoger, y la extracción de recursos naturales para la subsistencia, en especial la pesca y la madera, y la minería artesanal de oro. En los territorios colectivos en el Caribe y los valles interandinos, en donde la aplicación de la Ley 70 de 1993 ha sido menor y las comunidades negras tienen tierras insuficientes, pervive un sistema agropecuario tradicional, que combina la agricultura, en especial de variedades de plátano; la ganadería de vacunos en pequeña escala, y la cría y levante de especies menores, como cerdos y aves. En lugares como el norte del Cauca y sur del Valle del Cauca, y la región del Canal del Dique, en Bolívar, las comunidades dependen de huertos habitacionales, con plátano y árboles frutales que cultivan y cuidan con esmero. Los afrocolombianos de las áreas rurales se caracterizan portenerungranapegoalafamiliaextensaalaquepertene- cen, al territorio en el que viven y a sus propias tradiciones culturales identitarias, como su religiosidad, la música, el baile y sus instituciones sociales basadas en el derecho y las prácticas consuetudinarias. Un aspecto importante de las características de la población rural es la jefatura femenina en los hogares, que es del 22,4% frente al 19,5% nacional (Censo 2005). Lapoblaciónafrocolombianapresentalospeoresíndices de calidad de vida del país. En general, los hogares afroco- lombianos están en peor situación socioeconómica que el resto de los hogares colombianos, lo que se refleja en sus indicadores de ingreso, salud, y necesidades básicas. Los
  • 15. 14 indicadoressocioeconómicostambiénpresentanunabrecha frente al resto de la población: hay una mayor incidencia de pobrezamedidatantopornecesidadesbásicasinsatisfechas como por ingresos, situación que se agrava en zonas rura- les, con una incidencia superior en 40 puntos porcentuales frente a la registrada en centros urbanos2 . ElConsejoNacionaldePolíticaEconómicaySocial(con- pes) señala en su documento 3180 de 2002 que (…) la gran mayoría de la población afrodescendiente (…) se encuentramarginadadelosbeneficiosdeldesarrollo,situación que se traduce en que el nivel de su calidad de vida, expresado en términos de pobreza, inequidad, violencia, discriminación, debilidad de su capital humano y fragmentación del tejido social, siendo su estado, uno de los más críticos en la totalidad de la población colombiana. Otras caras de la brecha entre afrocolombianos y el resto de la población, como la salud y la educación, se muestran en el Anexo n.º 1. 2 Colombia ha venido caracterizando y midiendo la pobreza con diferentes metodologías sin que exista hasta el momento un instrumento especializado que dé cuenta de las condiciones de la calidad de vida de los grupos étnicos. Mediciones del dnp (2008) muestran cómo el promedio de nbi de los municipios con población mayoritariamente afrocolombiana (44.8) se encuentra muy por encima del promedio nacional (27.6). Para algunos autores, la pobreza puede verse en el caso de los afrocolombianos como falta de oportunidades. En esa dirección, “…los mecanismos de exclusión social obran como una barrera, un impedimento, para que las personas accedan a bienes y servicios que se considera están al alcance de otros sectores de población menos discriminados (Sánchez et al).
  • 16. 15 2. Los territorios colectivos, escenario principal para el desarrollo rural integral afrocolombiano a. Los territorios colectivos: ¿cuántos son y dónde están? Hoy en día, los afrocolombianos rurales viven en territorios colectivos demarcados en virtud del artículo 55 transitorio de la Constitución Política de 1991 y la Ley 70 de 1993, que lo desarrolla. Son constituidos como tal por el Instituto Colombiano de Desarrollo Rural (incoder) y están locali- zados en su mayoría en la región del Pacífico, un corredor selvático de aproximadamente 1.300 km de longitud y un áreade109.060km2 ,loquecorrespondeal10%delterritorio nacional. Es una de las áreas más ricas en biodiversidad del mundo y una de las más lluviosas del planeta. Según cifras del incoder, el proceso de titulación colectiva ha llevado al reconocimiento hasta 2013 de 181 territorios colectivos en 5’398.910 hectáreas. Casi todos ellos están en el litoralPacífico,endondeexisten161territorios(el89%deltotal) sobre 5’150.858 hectáreas, que comprenden el 95% del área total demarcada y titulada. Los restantes están en Antioquia (Bajo Cauca y Magdalena Medio) y en Bolívar, en el Caribe. Porestarazón,estedocumentoserefieredemaneraprincipal alosterritorioscolectivosdelPacífico,peroenalgunosapartes seharámenciónespecíficaaotrosterritoriosdecomunidades afrocolombianas de otras regiones, en territorios colectivos o aun sin este reconocimiento legal de sus tierras.
  • 17. 16
  • 18. 17 La titulación colectiva beneficia a 71.442 familias afroco- lombianas,delascuales65.659sondelaRegióndelPacífico, es decir, el 92% de las familias beneficiarias. Tabla n.º 1. Número y área de territorios colectivos y familias beneficiadas, a diciembre de 2013 Número de territorios colectivos % Área (ha) % Número de familias beneficiarias % RegiónPacífico(Cauca, Chocó, Nariño, Valle delCaucaymunicipios de Risaralda) 161 88,95 5.150.858,8552 95,41 65.659 91,91 Otras regiones 20 11,04 248.051,1731 4,59 5.783 8,09 Total 181 100,00 5.398.910,0283 100,00 71.442 100,00 Fuente: Elaboración propia con datos de incoder. Tabla n.º 2. Titulación de tierras por departamentos a diciembre de 2013 Departamentos Hectáreas Número de territorios Número de familias Antioquia 244.620,79 17 2.535 Bolívar 3.430,38 3 3.248 Cauca 576.614,96 17 6.935 Chocó 3.059.027,00 59 32.157 Nariño 1.128.930,07 48 19.479 Risaralda 4.818,06 2 251 Valle del Cauca 381.468,77 35 6.837 Total 5.398.910,03 181 71.442 Fuente: incoder. Estosterritorioscolectivossonadministradosporlasjuntas decadaconsejocomunitario.DeacuerdoconelDecreto1745 de 1995, el consejo es la máxima autoridad de administra- cióninternadentrodelasTierrasdeComunidadesNegras3 . 3 Los Consejos Comunitarios fueron creados en la Ley 70 de 1993, como una forma de administración interna sobre los territorios colectivos demarcados. Esta figura fue reconocida jurídicamente en el artículo 5 de la Ley 70 de 1993 y en el Decreto reglamentario 1745 de 1995. Este último establece que los Consejos Comunitarios ejercen la máxima autoridad de administración interna
  • 19. 18 La Asamblea General del Consejo tiene como función aprobar el reglamento de usos y traspasos del usufructo de las tierras asignadas a los individuos o a las familias, aprobar o no los planes de desarrollo económico, social y cultural que formule la Junta del Consejo Comunitario, así como proponer mecanismos y estrategias de resolución de conflictos de acuerdo con las costumbres tradicionales de la comunidad. La Junta del Consejo Comunitario tiene la vocería y legítima representatividad de la Asamblea General del Consejo Comunitario. Esta junta es la encargada de servir de interlocutor entre las decisiones que toma la comunidad y las instancias del Estado o cualquier organismo o entidad que desee entablar algún tipo de actividad dentro de los territorios colectivos de las comunidades afrocolombianas. b. Características jurídicas y de política pública La Constitución de 1991 significó un cambio profundo en la institucionalidad y la mentalidad del país. Se pasó de una concepciónrestringidadelosderechosdelosgruposétnicos, a una visión de Estado más amplia, más democrática y más incluyente, que reconoce la diversidad étnica y cultural de la nación y que establece, como una obligación del Estado, la protección y promoción de esa diversidad. Noobstantelosavanceslogrados,quedaunaarduatarea de armonización normativa y de desarrollo institucional dentro de las Tierras de Comunidades Negras, de acuerdo con los mandatos constitucionales y legales que lo rigen y los demás que le asigne el sistema de derecho propio de cada comunidad. Dentro de sus objetivos principales tienen la labor de delimitar y asignar áreas al interior de las tierras adjudicables, velar por la conservación y protección de los derechos de la propiedad colectiva, la preservación de la identidad cultural, el aprovechamiento y conservación de los recursos naturales, escoger al representante legal de la respectiva comunidad en cuanto a personería jurídica y hacer de amigables componedores en los conflictos internos factibles de conciliación (Art.5).
  • 20. 19 para hacer coherentes los dictados de la Constitución con lasnecesidadesyparticularidadesdelosgruposétnicos.No es suficiente reconocer la existencia y los derechos étnicos si no se desarrollan las herramientas institucionales y los espacios de participación idóneos para que estos puedan ser ejercidos. Con esta consideración, la jurisprudencia colombiana se ha encargado de determinar los derechos que, en el caso de las comunidades étnicas, así como de las comunidades rurales afrocolombianas, se constituyen en derechos fundamentales4 ; es el caso particular del derecho al territorio, con todo lo que ello implica: territorio como hábitat, territorio como medio de producción, territorio como marco para el ejercicio de la vida social y expresión de la cultura, territorio como fuente de sustento, territorio como presupuesto indispensable para la existencia y el desarrollo de las comunidades. Cuando la Constitución considera al sector rural lo hace desdedospuntosdevista:desdelaprotecciónalasactivida- desproductivasdelcampo–delasquedependelaseguridad y soberanía alimentaria de la nación– y desde la protección al medio ambiente, como un derecho superior de goce y beneficio general. En términos generales, la protección del medio ambiente, su conservación y los usos productivos de los recursos naturales constituyen una unidad y son, en su integridad, una condición para la existencia misma de las comunidades rurales. La conservación, el uso sostenible y 4 “La Carta Política propugna por un modelo de Estado que se reconoce como culturalmente heterogéneo y que, por ende, está interesado en la preservación de esas comunidades diferenciadas, a través de la implementación de herramientas jurídicas que garanticen su identidad como minoría étnica y cultural, organizadas y reguladas mediante sus prácticas tradicionales. Es así como para el caso particular de las comunidades indígenas y afrodescendientes, existen previsiones constitucionales expresas, que imponen deberes particulares a cargo del Estado, dirigidos a la preservación de las mismas y la garantía de espacios suficientes y adecuados de participación en las decisiones que las afectan”: Corte Constitucional, Sentencia C-175 del 18 de marzo de 2009.
  • 21. 20 la vida comunitaria se concretan en un territorio, en este caso, un territorio colectivo que debe ser tenido en cuenta en las estrategias de desarrollo rural como una unidad cultural y productiva. En el caso de las comunidades rurales afrocolombianas, los conceptos de territorio, producción, hábitat y medio ambiente no se pueden desagregar y tratar de manera in- dependiente. El territorio, el medio natural y la comunidad queallívive,constituyenunaunidad.Asíloentiendeycon- firmaelConvenio169“SobrePueblosIndígenasyTribales” de la oit5 y la jurisprudencia colombiana, al señalar que el territorio es un derecho fundamental de las comunidades étnicas,porcuantoeselespacionecesarioparasudesarrollo económico y social; que se trata de posesiones ancestrales en las que, a través de generaciones, se han transmitido saberes sobre el conocimiento y uso de los recursos natu- rales existentes en estos territorios, y que, por lo tanto, es el territorio un presupuesto indispensable para garantizar su supervivencia y continuidad. Esta es la razón por la que la Corte Constitucional haya determinado como un derecho fundamental al territorio de las comunidades étnicas6 . En el caso de las comunidades afrocolombianas, el dere- cho al territorio fue reconocido en el artículo 55 transitorio constitucional, desarrollado por la Ley 70 de 1993 sobre la titulación colectiva de los territorios de las comunidades negras. El objetivo de las mencionadas normas es el recono- cimiento de la propiedad colectiva de las comunidades que mantienen una ocupación ancestral de sus tierras, princi- palmente en la cuenca hidrográfica del Pacífico, aunque es 5 La Corte Constitucional, en la Sentencia C-169 del 14 de febrero de 2001, concluyó que las comunidades afrocolombianas encuadran perfectamente en la concepción de “grupo tribal” y por lo tanto les son aplicables las disposiciones del convenio. 6 Corte Constitucional, Sentencia C-180 del 1 de marzo de 2005.
  • 22. 21 extensivo el derecho a otras localidades geográficas en las quesecumplanlospresupuestosdeocupacióncomunitaria. La jurisprudencia colombiana ha considerado que la existencia de una comunidad negra o comunidad afroco- lombiana se da por la existencia y entrelazamiento de tres elementos: la comunidad afrodescendiente que se autorre- conoce como tal, un territorio de un área rural específica y su ocupación, y apropiación tradicional. Estos territorios deben: (i) ejercerse como propiedad colectiva, es decir, que la tierra se titula a nombre de toda la comunidad y no puedeserapropiadaporinteresesparticulares;(ii)ejercerse en correspondencia con la función ecológica y social que le es inherente; (iii) ser imprescriptibles, inembargables e ina- lienables, y (iv) radicar su representación y administración exclusivamente en cabeza del consejo comunitario. La Ley 70 de 1993 no solo desarrolla el derecho de las comunidades afrocolombianas a ejercer la propiedad co- lectiva sobre sus territorios, sino que incluye el deber del Estado de garantizar el desarrollo social y económico de estas comunidades dentro de sus territorios, atendiendo a loselementosautónomosdesucultura7 ,esdecir,respetando su cosmovisión y particularidades culturales. La ley se ha aplicado en lo que respecta al reconocimiento de las tierras y la organización social de los territorios delimitados pero faltaaúnponerenmarchalosinstrumentosqueempoderen y fortalezcan los consejos comunitarios y sus juntas para que tengan una real gobernanza sobre sus tierras, para que se conecten de manera creativa con otras estructuras gubernamentales y puedan incidir, con autonomía, en las decisiones públicas que los afecten, y sean los gestores del desarrollo rural integral que las comunidades rurales afro- colombianas necesitan. 7 Ley 70 de 1993. Artículo 47.
  • 23. 22 La ley 70 y el desarrollo rural integral LaLey70de1993pusolasbasesparaeldesarrolloruralintegral de los territorios colectivos; sin embargo, poco se ha hecho en los 20 años de vigencia de esta importante norma. La Ley 70 contiene un conjunto de disposiciones en las que se establece: El Estado adoptará medidas para garantizarles a las comuni- dades negras el derecho a desarrollarse económica y social- mente atendiendo a los elementos de su cultura autónoma (Artículo 47). El diseño, ejecución y coordinación de los planes, programas y proyectos de desarrollo económico y social que adelante el gobierno para beneficio de las comunidades deberá hacerse conlaparticipacióndelosrepresentantesdelascomunidades, a fin de que respondan a sus necesidades particulares, a la preservacióndelmedioambiente,alaconservaciónycualificación de sus prácticas tradicionales de producción, a la erradicación de la pobreza y al respeto y reconocimiento de su vida social y cultural. Estos planes, programas y proyectos deberán reflejar las aspiraciones de las comunidades negras en materia de desarrollo (Artículo 49). LasentidadesdelEstado,enconcertaciónconlascomunidades negras,adelantaránactividadesdeinvestigación,capacitación, fomento, extensión y transferencia de tecnologías apropiadas paraelaprovechamientoecológico,cultural,socialyecológica- mente sustentable de los recursos naturales, a fin de fortalecer su patrimonio económico y cultural (Artículo 51). El gobierno nacional diseñará mecanismos especiales finan- cieros y crediticios que permitan a las comunidades negras la creación de formas asociativas y solidarias de producción para el aprovechamiento sostenido de sus recursos y para que participen en condiciones de equidad en las asociaciones empresariales que con particulares puedan conformar dichas comunidades (Artículo 52).
  • 24. 23 En las áreas de amortiguación del sistema de parques Nacio- nales ubicados en las zonas objeto de esta ley se desarrollarán, conjuntamente con las comunidades negras, modelos apropiados de producción,estableciendoestímuloseconómicosycondiciones especialesparaaccederalcréditoylacapacitación.Igualmente en coordinación con las comunidades locales y sus organi- zaciones, se desarrollarán mecanismos para desestimular la adopciónoprosecucióndeprácticasambientalesinsostenibles (Artículo 53). El Gobierno Nacional diseñará mecanismos adecuados para las comunidades negras o integrantes de ellas que hayan desarrollado variedades vegetales o conocimientos con res- pecto al uso medicinal, alimenticio, artesanal o industrial de animales o plantas de su medio natural que sean reconocidos como obtentores, en el primer caso, y obtengan en el segundo, beneficios económicos (Artículo 54). ElGobiernoadecuaráprogramasdecréditoyasistenciatécnica a las particulares condiciones socioeconómicas y ambientales de las comunidades negras (Artículo 55). Lo fundamental de los territorios colectivos ha sido hasta hoy el reconocimiento de los derechos territoriales de las comunidades, pero es necesario y urgente, a partir de lo ya avanzado,crearlascondicionesdedesarrolloquegaranticen la existencia, permanencia y bienestar de las comunidades rurales afrocolombianas en el presente y en el futuro, ase- gurando el bienestar de las futuras generaciones. El enfoque diferencial de la Constitución de 1991 A partir de 1991, el orden jurídico colombiano se ha orien- tado hacia un Estado social, incluyente y plural8 , que busca 8 Constitución Política de Colombia de 1991.Artículo 1. “Colombia es un Estado
  • 25. 24 proteger de manera especial los sectores más vulnerables de la nación, bajo presupuestos de equidad, desarrollo y dignidad humana. El Estado reconoce y protege la diversidad étnica y cultural de la nación, así como sus riquezas naturales y culturales. La actual Carta Política consagra no solo los derechos fundamentales de las personas individualmente consideradas, sino también los derechos de los diferentes colectivos social y culturalmente diferenciados que con- forman la pluralidad nacional. El derecho a ser diferentes, a mantener y expresar libremente sus propias costumbres y tradiciones culturales, a la propiedad colectiva, a tener sus propias autoridades y a regirse por sus propios usos y costumbres, es un reconocimiento que la Constitución les da a los grupos étnicos y, por lo tanto, a las comunidades rurales afrodescendientes. La Carta Política propugna por un modelo de Estado que se reconocecomoculturalmenteheterogéneoyque,porende,está interesadoenlapreservacióndeesascomunidadesdiferencia- das, a través de la implementación de herramientas jurídicas que garanticen su identidad como minoría étnica y cultural, organizadasyreguladasmediantesusprácticastradicionales9 . Se trata, entonces, de un Estado unitario que reconoce y se fundamenta en la diferencia, que considera la diversidad étnica y cultural de la nación como una de sus mayores riquezas y fortalezas, y que protege y da un trato diferen- cial a los grupos más vulnerables de la sociedad. Por eso, el articulado constitucional establece que las comunidades social de derecho, organizado en forma de República unitaria, descentralizada, con autonomía de sus entidades territoriales, democrática, participativa y pluralista, fundada en el respeto de la dignidad humana, en el trabajo y la solidaridad de las personas que la integran y en la prevalencia del interés general”. 9 Corte Constitucional, Sentencia C-175 del 18 de marzo de 2009.
  • 26. 25 étnicas son sujetos de especial protección para, a través de su reconocimiento, protección y promoción, garantizar su pervivencia, el pleno ejercicio de sus derechos, y mantener vivos sus aportes a la vida de la nación. La Ley 70 de 1993 La Ley 70 de 1993 es el resultado de la disposición constitu- cionaldereconocerlaexistenciadelascomunidadesnegras en Colombia10 , así como de la necesidad de establecer un instrumentocapazdegarantizarlosderechosterritorialesde estas comunidades, salvaguardar y fortalecer su identidad cultural y fomentar su desarrollo social y económico para el mejoramiento de sus condiciones de vida. Sin embargo, es notorio que no han sido aplicadas todas las disposiciones que trajo consigo la ley, en unos casos por no haber sido regulada, pero en su gran mayoría por falta de voluntad política y administrativa para ejecutar disposiciones que podrían tener aplicación directa. Tal es el caso de las disposiciones de la ley sobre capacitación, fomento, asistencia técnica y créditos del capítulo vii sobre “Planeación y fomento del desarrollo económico y social”, en el que están sentadas las bases para un desarrollo rural integraldelascomunidadesafrocolombianasrurales,yque guían las recomendaciones de este documento. Aunque uno de los más grandes baluartes de la Ley 70 de 1993 es el reconocimiento de los derechos territoriales de lascomunidadesnegras,laverdadesquelaaplicacióndela norma se quedó a mitad de camino. Muchas iniciativas pú- blicas desarrolladas en los territorios colectivos, en especial en la región del Pacífico, han ignorado el espíritu de la ley y sus mandatos, deviniendo en programas asistencialistas y de meros subsidios, que generan dependencia y hacen que 10 Constitución Política de Colombia. Artículo transitorio 55.
  • 27. 26 laspersonasdescuidensusactividadesproductivas;algunos de estos programas se han constituido en un obstáculo a un verdadero desarrollo de base comunitaria. Aunque la Ley 70 de 1993 representa el primer instru- mento de reconocimiento a los derechos de los afrocolom- bianos, la realidad es que encuentra grandes dificultades en el ámbito de su aplicación. Funcionalmente es un marco legal incluyente en el que se relacionan derechos económi- cos, culturales y territoriales, y derechos especiales, pero que no se traduce aún –con excepción del reconocimiento de los derechos territoriales– en un factor de desarrollo y bienestar. ¿Cómo asumir esta normatividad desde el con- junto del Estado? ¿Cómo poner en marcha una estrategia de desarrollo rural integral sobre los postulados de estas normas que se derivan de la Constitución misma? Los fallos de la Corte Constitucional y los documentos de política pública Históricamente, las comunidades rurales afrocolombianas han sido ignoradas en las políticas públicas y en especial en las políticas agrarias. Se han considerado como habitantes de“baldíosdelanación”,yproductoresmarginales.Lades- atención pública de las zonas rurales en donde han vivido y viven los afrocolombianos es un hecho constante en la historiadelpaís.Elaislamientoenelquevivíanenelpasado dealgunamaneralosfavorecía,noobstante los altos índices de morbilidad y mortalidad infantil. Vivían de acuerdo con sus usos y costumbres, en una relativa paz, pero eran tene- dores precarios de sus tierras. Esto favoreció la instalación de enclaves extractivos, mineros y madereros, que luego de un relativo auge dejaron las tierras de sus concesiones y permisos desoladas y las comunidades empobrecidas. La década de los años setenta del siglo pasado marcó un hito en la movilización de los afrodescendientes alrededor
  • 28. 27 de laAsociación Nacional de Usuarios Campesinos –anuc– que formó un liderazgo pero que dejó pocas realizaciones. Los proyectos del incora promovieron la titulación indivi- dual –con la condición de que el titular debería deforestar apenas las tres cuartas partes de su predio– y fracasaron. Luego vendría la coyuntura social y política de la Cons- titución de 1991 que reconoció los derechos territoriales de los afrodescendientes rurales, pero el conflicto armado interno se desplazó hacia sus territorios. Hoy en día las comunidades se mantienen en sus territorios gracias a su resistencia y a la defensa de sus derechos reconocidos en la Constitución de 1991. La paz es una esperanza. Pero surgen nuevas amenazas, nuevos riesgos, por el auge de la economíaextractivamineraylamaderera,yporlacompleja urdimbredelosinteresespolíticosquehacequelosconsejos comunitariosno tengan ni voz ni presenciaen lasinstancias de las decisiones públicas que los afectan. Lascomunidadesruralesafrocolombianassiguenvivien- do la pobreza y la exclusión. En una sentencia de 2001, la Corte señala que Es un hecho notorio el que, en el contexto social colombiano, las diferenciasy desigualdadesse intersectan y se superponen unas a otras, convirtiendo a ciertos grupos en sectores parti- cularmente vulnerables. Es así como las diferencias derivadas de la identidad étnica, del origen “racial” o de la afiliación política, coinciden, por factores históricos, con desigualdades en el acceso a los recursos económicos y a la participación en el sector público, generando un círculo vicioso de causalidades recíprocas que actúa siempre en detrimento de la colectividad en cuestión. El caso de las comunidades indígenas y negras es, a este respecto, paradigmático: localizadas, como regla gene- ral, en la periferia geográfica y económica del país, sufren de elevados niveles de pobreza y marginación económica. Por lo mismo, se ubican de inmediato entre los grupos que por sus condiciones de indefensión merecen una protección especial
  • 29. 28 por parte del Estado, de conformidad con lo dispuesto en el artículo 13 Superior11 . Esta situación desigual no ha logrado ser cambiada con los recursos jurídicos y las políticas públicas que desde 1991 se han expedido con el fin de favorecer o equiparar los derechos de esta población con el resto de la nación. Llama la atención el que se hayan adoptado, además de las leyes, diferentes decisiones de política pública sin que se hayan implementadoosinquehubiesentenidounimpactorealen las condiciones de vida de la población rural. Tal es el caso del Documento conpes 3169 de 2002 Política para la población afrocolombiana; el Documento conpes 3180 de 2002 Programa para la reconstrucción y desarrollo sostenible del Urabá Antio- queño y Chocoano y Bajo y Medio Atrato, Ampliación del conpes 3169 de 2002; el Documento conpes 3310 de 2004 Política De AcciónAfirmativaParaLaPoblaciónNegraoAfrocolombiana;las Recomendaciones de la Comisión Intersectorial para el Avance de la Población Afrocolombiana de 2009, y las recomendaciones de la Comisión Técnica, creada por la Ley 70, que por mandato de la ley deben ser incorporadas a los planes de desarrollo. La lista completa de documentos está en el Anexo Nº 2. Los diagnósticos de los distintos documentos muestran cómoenlapoblaciónafrocolombianapersistenlosmásaltos niveles de pobreza y baja calidad de vida. Como lo afirma en sus recomendaciones la Comisión Intersectorial de 2009, todo apunta a la falta de voluntad política y a la debilidad institucional y, en este caso, la falta de estrategias específi- cas para la atención y el fortalecimiento de las economías campesinasenterritorioscolectivos,enespecial,enaquellos localizados en medios selváticos. La Corte Constitucional afirma al respecto: 11 Corte Constitucional, Sentencia C-169 del 14 de febrero de 2001.
  • 30. 29 (i) la formulación de políticas y la intervención institucional a favor de los afrocolombianos hasta ahora no han tenido en cuenta sus particularidades culturales y por el contrario han contribuido a procesos de negación y pérdida de la identi- dad cultural; (ii) no existe voluntad política del Estado y sus instituciones para el respeto de los derechos adquiridos de las comunidades afrocolombianas; (iii) hay una ausencia de mecanismosquesirvanrealyefectivamenteparalaprotección de sus derechos colectivos; y (iv) las comunidades afro colom- bianas hasta ahora han sido excluidas y/o sub representadas enlosprocesosdetomadedecisiones,ocasionandolaviolación sistemática de su derecho a participar12 . El hecho de que no se estén desarrollando las disposiciones delaLey70de1993bajolascualessereconoceelderechode lascomunidadesafrocolombianasadesarrollarseymejorar suscondicionesdevidaensuspropiosterritorios,deacuerdo con sus particularidades culturales, no solo acentúa la aso- ciación entre miseria y ruralidad, y entre campo y falta de oportunidades, sino que además provoca fenómenos como el desplazamiento a centros urbanos cuyas consecuencias amplifican el efecto de pobreza y exclusión. En conclusión, más allá de las herramientas legales que se han expedido hasta ahora para beneficiar según lo ordena el marco jurídico superior de la Constitución a las comunidades rurales afrocolombianas como grupos étni- cos diferenciados del resto de la población nacional, están las dificultades para el acceso a los servicios que el Estado presta y debe prestar a las comunidades rurales, y también su inadecuación al no reconocer las particularidades so- ciales, culturales y ecológicas de las comunidades y de los territorios en los que viven y trabajan. La Corte Constitucional, en su estudio jurisprudencial, también ha identificado como un problema la imposición 12 Corte Constitucional, Auto 005 del 26 de enero de 2009.
  • 31. 30 de modelos y patrones productivos que no corresponden a la realidad y cultura de los grupos étnicos. Este es el caso de la promoción de cultivos homogéneos; la introducción de tecnologías de alto rendimiento, pero con una elevada dependencia de insumos externos; el fomento del uso de semillas híbridas o mejoradas cuyo material reproductivo no controla el productor; los arreglos productivos con alto consumo de agroquímicos; la dependencia y altos costos de la asistencia técnica externa; la organización del trabajo ajena a los sistemas tradicionales de cooperación y recipro- cidad, y la lógica en el manejo del tiempo distinta a la lógica tradicional, que en el sur del Pacífico, por ejemplo, depen- de de los ciclos de las mareas, son aspectos, entre muchos otros, que generan un choque cultural con los proyectos y agencias de desarrollo. El desconocimiento de los modelos productivos propios ha llevado a muchos errores que pueden evitarse si se comprende que los sistemas tradicionales son susceptibles de mejoramiento, que hay muchos problemas productivos que pueden superarse, pero que son el resultado de una histórica experiencia productiva que ha contribuido a la subsistencia y al mantenimiento de la seguridad alimenta- ria de las comunidades, a la conservación de los recursos naturales y a la salvaguardia de su cultura. c. Particularidades ambientales y etnoculturales Los territorios colectivos de comunidades afrocolombianas ocupan extensas áreas de los bosques tropicales que se con- servan en el país. ¿Qué implicaciones tienen para el desa- rrollo rural integral del país la existencia de estas 5’398.910 hectáreas comprendidas en los territorios colectivos? Si bien es cierto que son áreas que están por fuera del mercado de tierras, lo que desde el punto de vista de las accionesdelargoplazoylaconservacióndelosecosistemas es una ventaja, son áreas con un importante valor por los
  • 32. 31 servicios ambientales que prestan y por el potencial pro- ductivo que tiene la biodiversidad asociada al desarrollo biotecnológico. Esto, sin dejar de lado el aprovechamiento de productos promisorios del bosque, los modelos agro- forestales y el ecoturismo. Lo importante es ver el valor estratégico de la conservación y uso sostenible de la bio- diversidad como una alternativa para el desarrollo, sin olvidar que estos territorios son el hábitat de comunidades étnicas, que viven de productos agrícolas y extractivos de pancoger, con modos de vida tradicionales, lo que les da a los territorios colectivos un enorme valor social y cultural, entendida la cultura como un activo social fundamental para el desarrollo. El reto que tiene la Misión Rural y la implementación de los Acuerdos de la Habana es considerar las particula- ridades de los sistemas productivos tradicionales de los territorios colectivos, y proponer alternativas viables para frenar los factores adversos que afectan la economía y la calidad de vida de las comunidades, dándole estabilidad a la población, seguridad en la tenencia de sus tierras, y promoviendo y fomentando la producción local a partir de los propios recursos comunitarios y el apoyo sostenido de las instituciones públicas. Los sistemas productivos tradicionales de los territorios colectivosdelascomunidadesruralesdelosafrocolombianos pervivenhoyendíaenmediodeabruptastransformaciones regionales que se han dado como consecuencia del auge minero-energético, y el auge del extractivismo ilegal de oro y madera, y sin que se hayan tomado las previsiones nece- sariasparaprotegerlascomunidadesdefactoresnegativos, como los que se mencionan a continuación: – En su expectativa y afán de ingresos, la dedicación de lascomunidadeseltrabajoextractivo–conexoydependiente de actividades extractivas, muchas de ellas ilegales– , o a la agroindustria de palma de aceite, en asociaciones que poco los benefician, o a los cultivos de uso ilícito, ha llevado en
  • 33. 32 algunos lugares al descuido y abandono de sus sistemas tradicionales de producción, sobre los que se sustenta su seguridad alimentaria, y al empobrecimiento de la base natural de sus territorios (suelos, aguas y bosques). Este desbalance y pérdida de los sistemas comunitarios de seguridad alimentaria se traduce en una mayor pobreza. – De otro lado, como lo muestran diversos estudios, la institucionalidadylacapacidaddelosdepartamentosymu- nicipios13 donde están localizados los territorios colectivos es muy débil y no se cuenta con un ordenamiento territo- rial real que oriente la administración, manejo y uso de los recursos naturales en función del bienestar colectivo y la conservación del capital natural. Los municipios dependen de la participación en los ingresos corrientes de la nación y las corporaciones de desarrollo sometidas al imperio de los intereses de las clientelas políticas regionales no garantizan la calidad ni la continuidad en el tiempo de las acciones de desarrollo de base. En las decisiones públicas que afectan el manejo y uso de los recursos naturales y que afectan la vida yeconomíadelascomunidadesdelosterritorioscolectivos, estas no tienen una real participación. – A este panorama se suma el drama de la violencia y el desplazamiento forzado. De acuerdo con las estadísticas oficiales, el 11% de los desplazados del país son afrodes- 13 En los diagnósticos anuales del dnp se muestra cómo los municipios con mayoría de población afrocolombiana estaban dentro de los de más bajo nivel desempeño fiscal de los municipios del país, explicado principalmente por la alta dependencia de los recursos transferidos por la nación como consecuencia de la baja generación de recursos propios, los elevados niveles de deuda y el alto porcentaje de ingresos destinados a funcionamiento, que reduce los recursos disponibles para inversión social. Por su parte, recomienda la Comisión Intersectorial de 2009 modificar las leyes 44 de 1990 y 223 de 1999 para permitir que los municipios en donde existen territorios colectivos de comunidades negras reciban compensación del pago de impuesto predial. Para 2012, de los 110 municipios del 10% inferior del ranking de desempeño fiscal, 24 están en el Chocó, Cauca, Valle del Cauca y Nariño (22 %). El Anexo n.º 3 muestra la lista de municipios.
  • 34. 33 cendientes, en su mayoría provenientes de la región del Pacífico14 . Salvaguardar, fortalecer y desarrollar las economías rurales de la región implica un enorme reto para la ac- ción pública que debe adoptar estrategias integrales de desarrollo rural para ordenar el territorio en función de la propia existencia de las comunidades rurales, del disfrute y ejercicio de sus derechos culturales, la gobernanza de sus territorios colectivos y del aprovechamiento sostenible de los importantes recursos naturales existentes en la región. Particularidades ambientales y el problema del extractivismo En las comunidades rurales afrocolombianas, el territorio se concibe de manera integral, como un espacio produc- tivo, de conservación, de hábitat y de reproducción de su cultura. En el territorio subyace una larga historia que pervive en la memoria de las comunidades y en la que son protagónicas la libertad y el proceso de ocupación de las tierras ribereñas y selváticas del Pacífico y el Caribe. Allí, losafrodescendientesdesarrollarontecnologíasadaptativas y a través de generaciones se han transmitido saberes de caza y pesca, saberes agrícolas y pecuarios, y prácticas de aprovechamiento de los recursos biológicos de las selvas y manglares de donde obtienen maderas para la construc- ción de viviendas, canoas y herramientas; fibras vegetales, para la cestería, y medicinas naturales, entre muchos otros usos. Esa interdependencia entre la vida comunitaria y su medio natural es característica particular de las comuni- dades rurales de los afrodescendientes –y también de las 14 Según la Unidad de Víctimas, a julio de 2014 hay 6’657.985 víctimas, de las cuales 1’320.281 son de Cauca, Chocó, Nariño y Valle (20%), y 5’700.381 son por desplazamiento (86%). Las víctimas afrodescendientes por desplazamiento son 610.011, es decir, el 10,7% de los desplazados.
  • 35. 34 comunidades indígenas–, que le da una alta propiedad a dos temas: la conservación de los frágiles ecosistemas de la selva, los humedales y los litorales, y el uso y manejo sostenible de los recursos naturales, teniendo en cuenta que la conservación de biodiversidad, silvestre y cultivada y su uso sostenible, son condiciones necesarias para la se- guridad y el bienestar de las comunidades y que deben ser ejes centrales de una estrategia de desarrollo rural integral con identidad. Tradicionalmente, las comunidades afrocolombianas se han dedicado de manera complementaria a la agricultura, a actividades extractivas, como la pesca, la explotación maderera y la minería, llegando a ser en muchos casos, de manera permanente o estacional, su principal fuente de sustento. Dichas actividades extractivas ejercidas de forma tradicional tienen un bajo impacto ambiental, puesto que los métodos tradicionales suelen ser artesanales, de baja escala, y están motivados más por el sustento que por la acumulación. La Ley 70 de 1993 contiene disposiciones regulatorias sobre el uso y manejo del medio ambiente en los territo- rios colectivos y permite la coexistencia de comunidades rurales en territorios protegidos, como parques naturales y reservas forestales, considerando que los modos de vida de las comunidades y sus prácticas productivas tradicionales son compatibles con la conservación. Disponentambiénlasnormasunrégimendeprelaciones para la obtención de licencias de explotación de los recur- sos naturales, lo que favorece a las comunidades, pero que también las hace vulnerables a las presiones de terceros que se escudan en ellas y se aprovechan de la debilidad de muchasjuntasdelosconsejosparahaceraprovechamientos forestales o mineros, desventajosos para las comunidades y perjudiciales para el medio ambiente. Contribuye también al mal uso de los recursos la poca presencia y la debilidad institucional ambiental en estos territorios.
  • 36. 35 Elaprovechamientominerooforestalconfinescomercia- lesyenmayorescalaqueelartesanal,tienecomopresupuesto el acceso a recursos técnicos, administrativos y de capital, de los que las comunidades no disponen. Existen algunas experiencias aisladas –como la realizada en el alto río San Juan– que buscaban hacer una minería social y ambiental- mente responsable, con tecnologías de bajo impacto, pero que no tuvieron continuidad. Hoy en día, la minería ilegal campea por la región ampa- rada por grupos armados al margen de la ley y por la inca- pacidadinstitucionalparacontrolarla.Lasretroexcavadoras y dragas mineras destruyen las vegas y diques aluviales, que son las áreas de mayor valor agrícola, y destruyen los hábitats acuáticos en menoscabo de los recursos hidro- biológicos. La actividad minera contamina de mercurio y cianuro los ríos, en detrimento de la salud humana y de los ecosistemas. Preocupa también la gran minería, que opera bajo licencias y permisos legales, por las implicaciones e impactosquetieneypuedetenerenlosterritorioscolectivos. Estas licencias mineras y permisos de exploración no han consultado a las comunidades y suelen ignorar de manera deliberada los riesgos ambientales y socioculturales de sus actividades. ¿Cómo promover una minería con técnicas adecuadas que alivien el trabajo de las personas y que tenga un bajo impacto ambiental, y cuyos beneficios favorezcan de ma- nera real a las comunidades y a sus familias? ¿Cómo evitar que la dedicación a la minería rompa el balance existente en los sistemas tradicionales que son pluriactivos al tener dedicación, al mismo tiempo o de manera estacional, a la agricultura, la pesca, la caza y recolección, el aprovecha- miento forestal y las actividades mineras? Estos son retos para las estrategias de desarrollo rural en los territorios colectivos, que implican, además de la movilización de re- cursos técnicos y productivos, el apoyo y asistencia técnica
  • 37. 36 continua a las comunidades por parte de las instituciones competentes. Particularidades etnoculturales Cuando el Estado reconoce que es pluriétnico y multi- cultural, necesariamente incorpora el fundamento para el desarrollo de las comunidades culturalmente diversas de acuerdo con esa particularidad, es decir que tal como lo ha dicho el artículo 47 de la Ley 70 de 1993, es indis- pensable que todas las medidas tendientes a impulsar el desarrollo económico y social de las comunidades étnicas deban estar necesariamente coligadas con sus particularidades culturales.Apartir de allí, el ejercicio de todos los otros derechos se permea de la cultura enten- dida como el conjunto de rasgos distintivos espirituales, materiales, intelectuales y emocionales que caracterizan a las comunidades y que las distinguen del resto de la población nacional. La cultura es un proceso continuo de generación de identidad, sentido, creatividad y de pertenencia a una his- toria y a un territorio. La cultura se expresa en el ejercicio de los derechos territoriales y en la vida económica, po ejemplo, en los usos y apropiación colectiva de la tierra y sus recursos, mediados en gran parte por las relaciones de parentesco; en los sistemas propios de trabajo fundados en la solidaridad y la reciprocidad; en los sistemas de intercambio de productos, aspectos todos que remiten a las particularidades de las comunidades que las ejercen. La especial relación de las comunidades afrocolombianas con sus territorios, la forma como entienden el entorno, los usos que les dan a los elementos de la naturaleza, la manera como han encontrado el sustento en el mismo, son ejemplos claros de la dimensión cultural que reco- noce y protege las normas, y que debe servir de marco orientador de las estrategias y acciones de desarrollo
  • 38. 37 que se adopten en beneficio de las comunidades de los territorios colectivos. d. La soberanía y la seguridad alimentaria De acuerdo con la Declaración de Nyéléni de 2007, la sobe- ranía alimentaria es el derecho de los pueblos a acceder a alimentosnutritivosyculturalmenteadecuados,accesibles, producidos de forma sostenible y ecológica, y su derecho a decidir su propio sistema alimentario y productivo. El objetivo fundamental en el desarrollo del derecho a la seguridad alimentaria es que exista la disponibilidad de alimentos necesaria para la subsistencia, pero además, que estos tengan el suficiente valor nutricional requerido por la población llamada a consumirlos y que sean propios del medio productivo y cultural en el que viven. La soberanía y la seguridad alimentaria, como dere- cho de los pueblos y comunidades, significa la puesta en marcha de políticas y medidas que protejan la diversidad productiva, que aseguren el entorno ecológico, productivo y cultural propio de cada comunidad, y que puedan hacer prevalecer estas políticas sobre las fuerzas del mercado y las imposiciones empresariales en caso de que amenacen de alguna forma la estabilidad y pervivencia de la produc- ción tradicional de alimentos. El objetivo es garantizar la existencia de alimentos, su calidad y cantidad, el acceso de todos a la alimentación, y la capacidad comunitaria para producirlos. Para las comunidades de los territorios colectivos, este es un tema fundamental, por lo cual se hace necesario el empoderamiento de las juntas de los consejos comunitarios y de los productores para definir con ellos los lineamientos deproducción,alimentaciónynutriciónquemásconvienen a las comunidades pensando no solo en las generaciones presentes, sino asegurando la alimentación de las futuras generaciones, lo que conlleva la adopción de medidas de
  • 39. 38 conservación y protección de los recursos naturales del territorio, de las fuentes de agua, de los humedales, de las especies cultivadas, y, no menos importante, de los saberes ancestralesdeproducción,transformaciónyprocesamiento delosalimentos.ElAnexon.º4explicalosaspectosjurídicos de la soberanía y seguridad alimentaria. e. Los sistemas productivos tradicionales La región del Pacífico se articuló al país, desde el periodo colonial español, como una periferia especializada en ac- tividades extractivas, especialmente mineras (oro, platino, raicilla, tagua y madera). Allí, los afrocolombianos con- formaron una particular organización social de parientes consanguíneos,afinesysimbólicos,nucleadosenpequeñas aldeas localizadas en las partes bajas de las cuencas hidro- gráficassiguiendoelcursoderíos,diques,terrazasaluviales y litorales, buscando tierras aptas para la agricultura y las actividades extractivas. Los sistemas productivos tradicionales de las comuni- dades rurales de los afrocolombianos se han visto históri- camente como algo residual a la economía agraria del país. Estohaobedecidoenespecialporsudesconocimientoypor la incomprensión de sus lógicas productivas orientadas a la propia subsistencia, con una producción en escalas me- nores, con otra racionalidad en el manejo del tiempo, y con una distribución de beneficios mediada por las relaciones familiares y de prestigio. No se ha valorado la economía rural de los afrocolombianos debido también a la habitual consideración, en los ejercicios económicos, de solo las va- riables económicas, sin tener en cuenta el valor y la impor- tancia que tienen estos sistemas en la propia subsistencia, permanencia y cultura de una población que tiene modos de vida tradicionales y que ha vivido del aprovechamiento de la oferta natural del bosque y el mar. Esto llevó a que muchas iniciativas de desarrollo ensayadas en el pasado
  • 40. 39 hayanfracasado,ofuesenvistasporlascomunidadescomo formas de imposición económica y cultural. “onu denuncia crisis humanitaria y de derechos humanos en el Chocó” Extractos de la nota publicada por la Oficina del Alto Comisionado de Naciones Unidas para los Derechos Humanos (hchr.org.co) el 10 de julio de 2014, extraído de rcn Radio (rcnradio.com). El representante de laAlta Comisionada de las Naciones Uni- das para los derechos humanos, Todd Howland, denunció en compañía del defensor del pueblo, Jorge Armando Otálora, y delrepresentantedelaiglesia,MonseñorJuan Carlos Barreto, que en lo corrido del año han sido desplazadas más de cuatro mil personas del departamento del Chocó. Según Howland, las actividades económicas ilegales cada vez son más fuertes en la región, lo que se suma al “colapso” del departamento. Según lo denunció la mesa que se reunió este jueves 10 de julio en la sede de las Naciones Unidas en Bogotá, la crisis del departamento del Chocó se debe a la ineficiencia alimentaria, en temas de salud y educación, así como a la intensificación del conflicto armado y la violencia urbana. El 48,7% del Chocó experimenta condiciones de pobreza ex- trema, por la falta de oportunidades en materia de empleo y la ausencia del Estado que impide el desarrollo de actividades económicas formales. El 80% de las necesidades básicas de los habitantes del Chocó se ven insatisfechas, frente a un 32% equivalente al promedio nacional. En el departamento del Chocó han sido desplazadas 320 mil personas, víctimas de los enfrentamientos entre la guerrilla de las Farc, el eln y las Bacrim [bandas criminales].
  • 41. 40 La región del Pacífico ha sido un campo de experimen- tación de modelos y proyectos productivos desarrollados por organizaciones no gubernamentales y la cooperación técnica internacional, agencias que han sustituido el papel y las obligaciones del Estado. Han sido proyectos con un elevado componente subsidiado, y muchos de ellos, con- cebidos y aplicados sin consultar la historia y cultura de la población. Aunque existen también experiencias exitosas de la cooperación técnica, como algunos programas de proyec- tos, como el diar en el medio Atrato, el pec en el Urabá15 , el proyecto de la Comunidad Europea en la ensenada de Tumaco,plaidecop,elproyectocvc-Holandaylosproyectos de ecofondo con cooperación holandesa y canadiense pero que, cumplido su plazo, no han tenido continuidad por falta de compromiso del sector público y por la debilidad institucional, incapaz de asumirlos. El Pacífico está sembrado de proyectos fracasados por la introducciónarbitrariadeinnovacionescomo,porejemplo, el búfalo de agua, sin que exista una tradición ganadera en la región y no se are la tierra; la introducción de ovejas afri- canas,elcocoenanodeFilipinas,latilapiayelcacaohíbrido, por mencionar algunos. Ello, con la intención de cambiar los hábitos productivos y llevar la producción agrícola a una escala industrial, como sucedió con la instalación de un plantadelatecnologíadeprocesamientodeborojóenPuerto Merizalde,Buenaventura;lastrilladorasdearrozdeQuibdó y Bubuey en Timbiquí; la planta de procesamiento de naidí en Yuto, de aceite de coco en Acandí y López de Micay, y la instalación de cultivos de palma africana y palmito. Estas experiencias dejaron una infraestructura que hoy en día devora la selva y que deja una profunda frustración y 15 Programa de Economía Campesina de la cooperación holandesa. Fomentó la vitobasa (Mucuna deeringianum).
  • 42. 41 desconfianzadelascomunidadesrespectodelasinstitucio- nes. Y aún hoy se sigue fomentando en programas públicos la producción en gran escala, como sucede con el plátano, sinquesetengaseguralacomercializacióndelosproductos agrícolas y sin tener en cuenta que la comercialización es uno de los principales cuellos de botella de la región del Pacífico, si se busca la generación de ingresos a partir de la producción de excedentes. Los sistemas productivos tradicionales suelen ser lla- mados adaptativos por la estrecha relación que tienen en los ciclos y la oferta ambiental. En ellos existen elementos importantes de sostenibilidad ambiental y económica que deben ser potenciados. EnelPacíficolaagriculturasehacemediantepolicultivos asociados, la siembra en mosaicos y en estratos diferentes, el manejo de semillas y colinos y la rotación de cultivos, entre otras prácticas, lo que expresa una racionalidad, un conocimiento profundo de las condiciones ambientales y de los procesos biológicos, del bosque húmedo. Las actividades agropecuarias tienen serias limitaciones productivasdesdeelpuntodevistacomercialylaproducción en gran escala. Tres limitaciones para la agricultura se afirma que tiene la región: la baja calidad de los suelos, la elevada pluviosidadylainsuficienteluzsolar.Noobstanteestaslimi- taciones,enunprocesohistóricodeadaptación,conocimiento y manejo del medio, las comunidades han desarrollado unos sistemasproductivosfuncionalesasusubsistenciayperviven- ciacomocomunidades.Deestamanera,losafrodescendientes, libresdelaesclavitud,desarrollaronunaparticulardinámica productiva a partir de la oferta ambiental y las relaciones de solidaridad entre familiares y vecinos, creando su propio sistemaalimentariobasadoenelconsumodeplátanoymaíz, caña de azúcar, y papachina; en los litorales, coco y frutales, algunos productos silvestres, productos que se complemen- tan con los frutos de la caza, la pesca marítima y fluvial, y la recolección de conchas y crustáceos.
  • 43. 42 Lossistemasproductivostradicionalesdelascomunida- des negras se caracterizan por la apropiación comunitaria o familiar del territorio, y por tener como base la agricultura, la cual se combina y complementa con actividades pecua- rias en pequeña escala, y otras extractivas, como la minería artesanal de oro y platino, la pesca y la caza. Los espacios utilizados para la producción agropecuaria son: los cultivos o “colinos”, el espacio doméstico con su huerto y azoteas16 , y los montes (“montes viches” o rastro- jos, y montes bravos). En el sur de la región existe cierta especialización productiva de acuerdo con la localización de la comunidad; si la unidad productiva está en el litoral, junto al manglar, su actividad principal, sin abandonar el cultivoensushuertos,sonlapescayrecoleccióndeconchas y crustáceos; si está en la parte baja del río, produce arroz, coco, frutas de tierras bajas; si está en la parte media o alta, produce plátano, variedades de banano, frutales como el borojó y la papaya, chontaduro y caña de azúcar, todo lo cual favorece un mercado tradicional que fluye entre la parte alta y los litorales con el intercambio de plátano, banano, “viche” (aguardiente artesanal) y panelones por coco, pescado, conchas y cangrejos. 16 La azotea es una estructura de madera elevada del piso entre uno y dos metros para evitar la presencia de animales dañinos y el exceso de humedad. Se trataba un emparrillado rectangular, o a una canoa ya inservible para la navegación, sobre la cual se deposita material orgánico (restos vegetales, hojarasca, tierra de hormiguero, para sembrar en ella especies como cebolla, tomate, poleo, albahacas, cilantro y principalmente plantas medicinales, domesticadas y propagadas para el uso en la cura de enfermedades y padecimientos del núcleo familiar y de la comunidad en general. Hay registros de azoteas de 32 especies de plantas diferentes.
  • 44. 43 Cultivos en azoteas en el Pacífico: el caso de la Fundación Chiyangua La Fundación Chiyangua es una organización comunitaria del municipio rural de Guapí, en el departamento del Cauca, liderada por Teófila Betancurth (izq.). La Fundación lleva 20 años agrupando a más de 30 unidades familiares, de 8 a 30 personas cada una, en torno al cultivo y comercialización de hierbas aromáticas, medicinales y condimentarias en azoteas de zonas rurales de dos municipios. Ejemplos son el poleo y la chiyangua. Actualmente se cultivan también hortalizas, como la cebolla. Imagen: Fundación acua. La práctica de cultivar especies para utilizarlas en la cocina o en la salud es un saber que se había perdido con los años. Miembrosdelacomunidadcomenzaronaasociarlallegadade sustitutosalimenticiosyeldeclivedelamédicostradicionales y parteras con la pérdida de su acervo cultural y el aumento de la dependencia económica en bienes externos.
  • 45. 44 La introducción de los cultivos en azoteas, junto con las estra- tegias de comercialización de las hierbas en el mercado local y deagregacióndevaloralproductofrenteasustitutoscomolos cubos de caldo, permitió a las familias recuperar un antiguo saber de la comunidad y a la vez generar ingresos a las fami- lias. Además, el trabajo de Teófila con mujeres ha permitido abordar temas de género en la comunidad, logrando que sean ellaslasquelideranelproyectodentrodesuspropiasfamilias: “Las mujeres nos sentimos empresarias ciento por ciento y empoderadas con nuestros productos; para nosotras ha sido un gran logro que a nivel local hayamos podido erradicar cosas como el cubo de caldo. Hay mucha gente en el mundo que está apostando a recuperar estas cosas, a cultivar limpio y a comer sano. Nosotros somos uno más y debemos crecer”. El cultivo corresponde al área principal para la producción. La agricultura utiliza el sistema conocido como de “tumba, rozaypudrición”yenelqueconservanlasespeciesforestales valiosas, en especial los cedros, que son tenidos como un ahorro por los productores. Se cultiva en pequeñas parcelas discontinuas, con productos generalmente asociados, en estratosdiferentes,conunaimportanterotaciónenlaquese deja la tierra en recuperación (montes viches). Los produc- tos que se obtienen de las parcelas se complementan con el aprovechamiento de productos silvestres. Los cultivos son limpios (el arroz) o asociados, como se da en el platanar, corazón del sistema alimentario. El arroz se siembra en los bajosparaaprovecharlamayorhumedad.Elarrozdesecano se siembra en los diques y terrazas aluviales. La caña de azúcar y la yuca se siembran en terrenos mejor drenados, lo mismo que el cocotero. Se cultivan cucurbitáceas, como el zapallo, fríjoles, papa china, maíz del cual existe una “raza” propia de la región, el maíz chocosito; en los bacines, la palma de naidí (Euterpe oleraceae).
  • 46. 45 El espacio doméstico está conformado por la vivienda y el huerto habitacional. Anexa a la vivienda está la azotea o barbacoa, donde las mujeres cultivan plantas medicinales, hierbas aromáticas y condimentos. El huerto habitacional mantiene una asociación de frutales, plátano/banano, pa- pachina, chontaduro y palmas como la mil pesos (Jessenia bataua) y los espacios para la cría y levante de especies menores, como gallinas y cerdos. Los montes y rastrojos se aprovechan para la extracción de maderas fibras, frutas silvestres. Una tabla con las principales especies agrícolas de la región y sus variedades está en el Anexo n.º 5. Los sistemas de trabajo son predominantemente solidarios y la distribución de la producción corresponde a modelos tradicionales de reciprocidad, alianza y prestigio social. Entrelosmodelosdetrabajosolidarioseutilizabanlaminga y la mano cambiada. Las comunidades mantienen una cierta especialización en sus sistemas productivos de acuerdo con la gradiente, que suele ir del nivel del mar a las colinas en los ríos cortos, como los del sur del Pacífico.Así, han creado redes internas de intercambio muy eficientes. Es frecuente el intercambio Vivienda ribereña, alrededor de la cual se observa el huerto habitacional.
  • 47. 46 de productos agrícolas del interior del río por productos de la pesca, con quienes estaban en la bocana o en la costa, y el intercambio de arroz por coco, plátano o miel de caña de azúcar. Los productos que se intercambian fundamental- mente en los mercados locales son el plátano, la papachina, el coco, la miel de caña o sus derivados y el chontaduro. Hacia el mercado externo solo tiene alguna importancia el plátano de ríos, como el Jiguamianadó y Bojayá, que surten a Quibdó; el chontaduro, que se produce en los ríos adyacentes a Buenaventura y el alto San Juan; el coco, que proveniente de Tumaco y Guapi, y el borojó, de diversos puntos de la región. Enlosmanglares,bosquesbañadosporlasmareasycon- formados por distintas especies de mangle, caracterizadas por tolerar altas salinidades, las comunidades afrocolom- bianas desarrollan un particular modelo productivo de aprovechamiento de conchas y crustáceos. Los manglares constituyen uno de los ecosistemas más productivos del bosque tropical. Allí, las actividades productivas están reguladas por los ciclos de las mareas. Del manglar se extrae la pesca del sustento diario con especies propias de este ecosistema, como la lisa. Durante la bajamar las mujeres recolectan pianguas, almejas y otros bivalvos y se capturan cangrejos para la alimentación y el intercambio. Del manglar se extraen fibras, plantas medi- cinales, carbón y animales de caza. Se estima que el 47% de la población afrodescendiente rural del sur del Pacífico vive de este ecosistema, que corre el peligro de ser afectado de manera irreversible si se pone enmarchaelproyectoquebuscamodificarlareddecanales y esteros para construir una hidrovía para la navegación rápida entre Buenaventura y Tumaco. EnelríoAtrato,lascomunidadesaprovechanlosrecursos pesqueros, en especial la captura del bocachico y algunos
  • 48. 47 bagres, dedicándose a la pesca en la época de subienda17 . Hoy en día, por el auge minero, en su mayoría ilegal, el río ha venido sufriendo la contaminación con mercurio, lo que pone en riesgo la salud de la población ribereña que tiene el recurso de la pesca como una de sus principales fuentes de alimentación.Enloslitorales,lapescademandaunamayores- pecializaciónylascomunidadesdedicadasalapescaartesanal han vivido una histórica y desigual controversia con la pesca en gran escala y el uso de artes de pesca no reglamentarias. El oro, en tanto, se aprovecha desde la época colonial y ha sido una actividad complementaria a las actividades agropecuarias pero los enclaves extractivos especializa- ron algunas comunidades en su extracción con métodos artesanales, como el barequeo, el canalón y el hoyadero. En la actualidad, la minería artesanal tradicional ha sido vinculada al extractivismo minero ilegal con dragas y re- troexcavadoras, controlado por grupos al margen de la ley, ocasionando daños a los ecosistemas y profundos cambios en las comunidades. La extracción de maderas es también una actividad complementaria aunque en periodos de auge maderero, en bosques relativamente homogéneos, como el catival, el guandal y el manglar, se han hecho y siguen haciendo aprovechamientos irregulares, algunos abiertamente ilega- les, otros realizados con la complicidad de quienes tiene el mandato de administrar y proteger los bosques. En definitiva, un reto para el desarrollo rural integral es poder frenar las actividades extractivas ilegales y desa- rrollar alternativas viables de aprovechamiento a partir de los territorios colectivos, el ordenamiento participativo de 17 Codechocó realizó en elAtrato un inventario de peces en el que se encontraron 8 órdenes, 26 familias, 58 géneros y 93 especies. La especie más relevante desde el punto de vista económico era y sigue siendo el Bocachico, que tiene un período de desove entre enero y abril (época de lluvias mínimas), período en que las comunidades intensifican la actividad pesquera (subienda y ronca).
  • 49. 48 los mismos, el mayor conocimiento de los ecosistemas, y la aplicación de tecnologías resilientes o de bajo impacto ambiental. Síntesis de las características de los sistemas productivos tradicionales del Pacífico • Están estrechamente ligados a la cultura. • Dependen de la oferta ambiental. • Son diversos desde el punto de vista productivo. • Son diversos desde el punto de vista biológico. • Tienen un ámbito territorial complejo de dominio de la familia y la comunidad. • La agricultura y la pesca son la base del sistema. • La agricultura se basa en el sistema roza-pudrición (ta- pao), la diversidad de especies y variedades cultivadas, las asociaciones y el cultivo en estratos y mosaicos. • La pesca es una actividad que se practica siguiendo los ciclos hidrobiológicos y a ella se dedican de manera espe- cializada algunos sectores de población. • La caza tiene un importante papel en la dieta alimenticia y un alto valor cultural en los roles sociales. • En la zona de colinas, las comunidades negras practican la minería tradicional de oro y platino. • Los sistemas productivos tradicionales están orientados de manera principal al autoconsumo. La producción de excedentes se comercializa en mercados locales de inter- cambio y venta en pequeña escala. • Utilizan tecnologías de bajo consumo de energía y bajo impacto ambiental. Dependen muy poco de insumos externos. • En las relaciones productivas al interior del sistema, predominan las relaciones de cooperación, solidaridad y
  • 50. 49 reciprocidad entre parientes y afines. En la actualidad se vienen imponiendo sistemas contractuales. • Sufren el impacto frecuente de los desastres naturales. • Son eficientes en lo productivo y en lo ecológico si man- tienen su diversidad.
  • 51.
  • 52. 51 3. bases del desarrollo rural integral de los territorios colectivos de comunidades afrocolombianas a. Consideraciones generales ¿En qué términos y bajo qué condiciones se pueden con- siderar la eficiencia y la competitividad de los sistemas tradicionales de producción? 1. Los sistemas productivos tradicionales de las comuni- dades de los territorios colectivos buscan primordialmente garantizar el sistema alimentario de las familias. 2. Los sistemas agrícolas han significado un gran es- fuerzo de generaciones de agricultores en la adaptación de cultivariedades y el aprovechamiento de los recursos naturales del medio, adaptándose a sus ciclos biológicos. Por su escala y por su capacidad adaptativa, estos sistemas agrícolas suelen ser de bajo impacto ambiental. 3. Los sistemas productivos tradicionales de las comu- nidades afrocolombianas están mediados por importantes factores culturales que atraviesan todo el ciclo productivo. Lasrelacionesdegéneroygeneracionalesdentrodelsistema, lareciprocidadentrefamiliasylasrelacionesdesolidaridad son ejemplos de elementos que deben ser tenidos en cuenta en los procesos de desarrollo rural integral. 4. Los sistemas productivos tradicionales no son autosu- ficientes, históricamente se han relacionado con el mercado y tienen un importante potencial productivo si se conocen
  • 53. 52 y respetan sus particularidades y se mejoran los factores adversos que limitan el proceso productivo y el acceso a los mercados. Apartir de estos criterios y con los antecedentes ya men- cionados se hacen las siguientes recomendaciones, algunas decaráctergeneralquedefinenlaorientacióngeneraldelas mismas,yotrasdecarácterespecíficoreferidasalosprocesos productivos de las comunidades rurales afrocolombianas. b. Recomendaciones propuestas La conservación y el uso sostenible de la biodiversidad como base del desarrollo en largo plazo El desarrollo rural integral en el caso de los grupos étnicos pasa por la conservación y el uso sostenible de los frágiles ecosistemas de los bosques tropicales, en donde están la mayoría de los territorios colectivos, bosques que han sido aprovechados históricamente por las comunidades. Los territorios colectivos tienen ventajas considerables para consolidar en ella un desarrollo social y productivo duradero. Entre estas ventajas se mencionan sus recursos naturales, el potencial de la biodiversidad18 y los sistemas productivos tradicionales de las comunidades como expe- riencias válidas, a partir de las cuales es posible construir alternativas sostenibles de aprovechamiento de esa bio- diversidad. Habría que agregar, de manera específica, el 18 La Comisión Intersectorial de 2009 en sus consideraciones afirma que “…los territorios colectivos, que en su conjunto superan las 5 millones de hectáreas y constituyen mayoritariamente bosques naturales, coinciden con los sitios de mayor diversidad biológica del planeta y su utilización debe asegurar la protección de esos recursos. Estos territorios colectivos tienen una vocación clara de conservación y generación de servicios ambientales que resultan ser globalmente relevantes...”.
  • 54. 53 potencial que representan los servicios ambientales y los recursos energéticos. La región del Pacífico es uno de los lugares del planeta privilegiado por la abundancia, variedad y variabilidad de formas de vida animal y vegetal. La alta biodiversidad del Pacífico se suele explicar por la incidencia combinada tanto deeventosgeológicos,factoresecológicos,comodeprocesos evolutivos. Como resultado de la gran heterogeneidad es- pacial y altitudinal, la región cobija numerosos ecosistemas dentro del bioma predominante de bosque húmedo tropi- cal. Se encuentran allí más de 7.000 especies de plantas de las 45.000 que se estima que existen en Colombia. La tabla n.º 3 da cuenta de la rica biodiversidad de la región, una de las más altas del planeta. Tablan.º3.Númerodeespeciesdelosdiferentesgrupostaxonómicos estudiados en la Región del Pacífico Categorías de especies Plantas Mariposas Anfibios Aves Mamíferos Especies 7.595 708 363 1.546 256 Especies Endémicas 1.311 269 220 424 19 Especies Amenazadas 1.099 Sin información 162 107 61 Fuente: WWF / Ecotrópico (2002). Análisis Ecorregional. Esta rica biodiversidad debe ser el eje a partir del cual, en unaperspectivademedianoylargoplazo,sepodríadiseñar yponerenmarchaunambiciosomodelodedesarrollorural que integraría la conservación de la biodiversidad, su uso resiliente, y la generación de ingresos comunitarios. Esto implica aunar esfuerzos de investigación y generar capa- cidades técnicas y científicas en la nación y en las regiones para la valoración de los servicios ambientales, el aprove- chamientodelosproductosmaderablesynomaderablesde los bosques, la adaptación, cultivo y aprovechamiento de productos promisorios y, por qué no, ingresar en un futuro al mercado biotecnológico.
  • 55. 54 Con respecto a los fines de conservación, confluyen hoy en día tanto los intereses nacionales como de las co- munidades; ello constituye un factor estratégico para las comunidades de los territorios colectivos. La conservación debe ser entendida más desde el uso sostenible que desde la conservación estricta.Aun así, ya se presentan iniciativas de conservación estricta que pueden generar beneficios a través de los mecanismos para la reducción de los gases de efecto invernadero –gei–, lo que precisa un acompaña- miento y asesoría de la autoridad ambiental para hacer las salvaguardas y evitar contratos desventajosos para las comunidades. Prevenir y controlar las actividades extractivas En la actualidad, la economía tradicional de los territorios colectivos sufre los riesgos de una readecuación e intensifi- cación del extractivismo de recursos naturales con nuevas estrategias tecnológicas y de contratación, acompañada de un empobrecimiento drástico de las condiciones de vida de la población nativa. El extractivismo produce un deterioro del capital natural de los territorios colectivos. En el caso de la explotación forestal, la destrucción del bosque19 tiene 19 La extracción de madera comenzó con el aprovechamiento de algunas maderas finas en cercanías a sitios de embarque, lo que facilitaba su exportación, actividad que se reporta ya en las primeras décadas del siglo xx. Se extrajo hasta agotarlo luego para la fabricación de durmientes de ferrocarril para las vías férreas Cali-Buenaventura y Tumaco-El Diviso y en general para la red férrea del occidente. Luego vendría el gran auge maderero, entre 1950 y 1975 (Leal y Restrepo, 2003: 49) en el cual se aprovecharon especies como el abarco (Cariniana pyoriformis);Amarillo (Vochysia sp); Bambudo (Pterocarpus officinalis); Caracolí (Anacardium excelsum); Ceiba Blanca, Hura crepitans; Cativo Prioria copaifera; Cedro Cedrela odorata; Cuángare Dialyanthera sp; Chachajo; Chachajillo Aniba perutiles; Chalviande Virola dixonii; Chanul Humiriastrum procera; Chaquiro Goupia glabra; Guacamayo Baxiloxylon; Guayacán Minquartia guianensis; Guino Carapa guianensis; Laurel, Cordia alliodora; Machare Simphonia globulifera; Mangle negro, Avicenia marina; mangle colorado (Rhizophora mangle); Mangle blanco (Lengucularia racemosa); Peinemono (Apeiba aspera); Pulgande; Pinde /
  • 56. 55 también otras repercusiones ambientales que es necesario evaluar y valorar porque tiene profundas implicaciones económicas y sociales en la vida de las comunidades. Res- pectodelaminería,laprevenciónycontroldelextractivismo implica también superar las contradicciones de la agenda pública que lo favorecen, teniendo en cuenta los costos ambientales y sociales de estas actividades. En el caso de la pesca, la sobreexplotación de ciertas es- pecies por parte del sector industrial hace necesario pensar en medidas de ordenamiento marino que regulen a este sector y al artesanal. De este modo, se podrían reservar ciertas áreas para la pesca artesanal, rubro que en zonas costeras del Pacífico es parte fundamental de los sistemas productivos tradicionales. La Fundación acua ha parti- cipado de experiencias exitosas en el Chocó con la Zona Exclusiva de Pesca Artesanal (zepa), de 2,5 millas náuticas desde el borde costero desde la frontera con Panamá hasta el Parque Nacional Ensenada de Utría. Más aún, junto con las comunidades locales y otras organizaciones se está trabajando en constituir un Distrito Regional de Manejo Integrado (drmi) en la zona marina al sur del Parque, en donde la administración local, los pescadores artesanales y entidadeseducativasydecooperaciónsoncorresponsables del manejo de los recursos naturales. Mejorar la producción y la productividad de los agrosistemas comunitarios Lossistemasproductivostradicionalesdelascomunidades afrocolombianassonelresultadodeunacadenaintergenera- cionaldeagricultoresquehanadaptadoatravésdeltiempo Tainde (Nectandra sp); Sajo (Camnosperma panamensis); Sande (Brosimun utile); Sangregao (Pterocarpus officinalis); Tula (pueta Nectandra sp); Tangare (Carapa guianensis); Zapotillo (Pachira acuática), entre muchos otros.
  • 57. 56 a las condiciones particularidades del trópico húmedo. El conocimiento, protección y mejoramiento de los sistemas productivos –dentro de su propia lógica productiva–, debe ser objeto de un análisis cuidadoso y una reflexión con los mismos productores sobre los éxitos y fracasos de las expe- riencias tenidas en la región y sobre los problemas actuales de la economía rural de sus comunidades. Eldesarrolloruralintegraldebeaprovecharlaspotencia- lidades productivas de los territorios colectivos en función del fortalecimiento de los sistemas comunitarios de segu- ridad alimentaria, y la producción y comercialización de excedentes y servicios aprovechando de manera sostenible y resiliente sus recursos naturales20 . Con respecto a la comercialización, habría que seguir algunas de las pautas de la misión de 1961 (misión dirigi- da por el economista Miguel Fadul), que recomendaba la producción en pequeña escala, con productos de alto valor específico, no fungibles y con mercados definidos.Aesto se agregalaimportanciadeintegrarproductoresyaprovechar nichos específicos y especializados del mercado, a los que se les pueda agregar valor, bien sea por la especialización de la demanda, por la certificación de los productos como agroecológicos –sin la utilización de agroquímicos– o pro- venientes de sistemas sostenibles. Unaalternativaimportantedecontemplarenlasestrate- gias de fomento es la instalación de parcelas agroforestales. Si ello se adopta como una práctica corriente, puede ser una 20 En sus recomendaciones, el Proyecto Biopacífico señala que “…El fomento productivo, sin perder de vista la importancia y la necesidad de generar ingresos, debe buscar mejorar la capacidad alimentaria de las mismas comunidades. De allí la importancia que cobra –tal como lo solicitan las organizaciones– la recuperación de cultivos, variedades, semillas, conocimientos y prácticas productivas que están en riesgo o que han desaparecido de la región”.
  • 58. 57 alternativa que resuelva las crisis de ingresos frecuentes en las economías agro-mineras. Eldesarrolloruralintegraldebeaprovecharlaspotencia- lidades productivas de los territorios colectivos en función del fortalecimiento de los sistemas comunitarios de segu- ridad alimentaria y la producción y comercialización de excedentes y servicios aprovechando de manera sostenible y resiliente sus recursos naturales. Parcela agroforestal en el río Bebará, medio Atrato La conservación in situ de las cultivariedades propias de las regiones en donde se localizan los territorios colectivos Losimpactosnegativosdelacrisissocialquevivenregiones como la del Pacífico, por factores como el conflicto armado, el extractivismo y los cultivos de uso ilícito, han incidido en la pérdida de tradiciones agrícolas y pecuarias y, en consecuencia, de variedades agrícolas importantes para la propiasubsistenciadelascomunidades.Enesadirección,es necesario crear y apoyar redes de conservación in situ y en los cultivos, de los principales productos y sus variedades, existentes en los territorios colectivos, así como fomentar e incentivar la conservación y el intercambio de semillas y material reproductivo de los mismos.
  • 59. 58 Existe una preocupación en las comunidades por la pérdida de variedades de arroz, un alimento infaltable en su dieta, y se han hecho algunos esfuerzos locales por re- cuperarlas. Las variedades registradas en el Chocó parecen ser provenientes de la especie Oryza sativa. En la cuenca del río Valle, por ejemplo, registró el Proyecto Biopacífico 22 variedades de arroz, de las cuales al parecer 12 estaban desapareciendodelacuenca.Estasvariedadeserandenomi- nadasPlata, Calilla, Viral, Centuripano, Mira,Del País,Balbón, Uringa, Furinda, Gigante, Cicerón y Panamá. Las restantes 10 variedades que se encontraban en la cuenca eran Chino, Enano,Mariángela,Negrito,Orycica8,Llano5,Garza,Fortuna, Tres meses y Sapito. En el Medio San Juan se encontraron 4 variedades de arroz denominadas Cica 8, Orycica 2, Chino grande o Blanco y Tres Mesero. De estas, las dos últimas eran catalogadasporlosagricultorescomonativas.Delascuatro variedades Cica 8 y Tres Mesero se encontraron también en la cuenca del río Valle, pero en proceso de desaparición21 . Igualmente preocupante es el caso de las variedades de plátano y banano (Musas spp.), entre las cuales se suelen mencionar las cultivariedades de banano conocidas como Bocadillo o Primitivo, Pigmeo o Indio, Enano, Largo y Guineo o Colicero, Tafetán rojo, Bananilla, Chachalá y Sabanero; entre los plátanos se mencionan el Hartón, Hartón enano, Hartón morado, Dominico, Dominico-Hartón y Manzano, Topocho, Popocho o Cachaco o Cuatro esquinas y Pelipita y otras con denominaciones muy locales como el los plátanos Mocha, Quinientos, Liberal, Dos cabezas, Muslo de mujer, Granadino y Caleño. Entre las cañas de azúcar se cultivan las variedades conocidas como Negra, Blanca Común o Nativa, Amarilla, Coinvertore 425, Palo y Poj 4711. 21 Herrera/ Proyecto Biopacífico.
  • 60. 59 La investigación sobre los cultivos tradicionales y sobre las especies promisorias del bosque Es lamentable que no exista un inventario a nivel especí- ficoygenéticodelascultivariedadespropiasyadaptadasen la región y que sean escasos los estudios sistemáticos sobre los productos promisorios del bosque de valor alimentario. Es conveniente apoyar estas líneas de investigación con la activa participación de los productores locales. El enfoque territorial, la valorización de activos y la agregación de valor Una propuesta de desarrollo territorial para territorios con identidades tan particulares como las de las comunidades afrocolombianas pasa por el reconocimiento del contexto natural y, principalmente, por las dinámicas culturales que hacen único los productos y los servicios que produce un grupo social. Esto significa que es necesario hacer visibles las particularidades de origen, grupo social, historia y, por supuesto, la biodiversidad existente con el fin de agregar valor a los productos y servicios que puede ofrecer dicho territorio. En tal sentido, la identidad cultural y territorial es de- terminante al momento de desarrollar estrategias de valo- rización de productos y de servicios locales que permitan poner en escena la riqueza y características culturales de estosterritorios.Paraesto,lasestrategiasdereconocimiento vinculadas a la propiedad intelectual, al origen, a los sellos y a las certificaciones son fundamentales para valorizar los productos y servicios locales de un grupo étnico. En el caso de las certificaciones sanitarias, los actuales requerimientos del registro invima están pensados para producciones a gran escala, excluyendo a los productos de origen comu- nitario e imposibilitando su acceso a mejores mercados. Es fundamental entonces la búsqueda de un mecanismo
  • 61. 60 de certificación ajustado a las circunstancias económicas y culturales de las comunidades. La producción agrícola, base de la economía y alimentación locales en los quilombos de Brasil Los quilombos son los lugares históricos de refugio de los esclavos africanos y afrodescendientes en América. En Brasil, los quilombos se establecieron como lugares de permanencia definitiva, con una agricultura de subsistencia y una cultura particular. Sus habitantes –quilombolos, en portugués–, se han constituido históricamente en asociaciones para el desarrollo de sus economías locales. Imagen: alejandrofrigerio.blogspot.com Dentro de lo cosechado en los quilombos, un producto de la alimentación básica es la mandioca o yuca (Manihot esculenta), un tubérculo de cuya fécula, en 2010, 14 millones de toneladas se dedicaron a nivel nacional para la alimentación*. A su vez, dentro de los productos ya transformados, se en- cuentra el acarajé, el alma de la gastronomía del territorio. Se trata de una masa de fríjol (Vigna unguiculata), cebolla y sal, frita en aceite de palma y que las mujeres han vendido por siglos en las calles y recintos públicos de ciudades y pueblos.
  • 62. 61 El producto es tan importante para la economía local, que la organización de la Copa Mundial de Fútbol 2014 se vio obli- gada a levantar la prohibición de venta que había impuesto en los estadios a todo comercializador de alimentos que no fuese el patrocinador oficial del evento. La Compañía de Desarrollo y Acción Regional (car), entidad públicadelestadodeBahía,apoyaaestasasociacionesquilombo- lasconelrespaldodelfida,enconjuntoconlaFundaciónacua. * Groxko, M. (2011). Análise Da Conjuntura Agropecuária, safra 2011/12. Secretaría de Agricultura del Estado de Paraná. La agregación de valor es fundamental para superar el ca- rácter en bruto como se vende la producción proveniente de la oferta ambiental de la región. Este es un problema estructural de la economía del Pacífico, que impide el cre- cimiento económico, la generación de empleo e ingresos y la reinversión productiva. La transformación de productos precisa de la asociatividad productiva, el conocimiento del mercado, el manejo poscosecha, de la integración de las cadenas productivas, del ahorro productivo y de la inno- vación tecnológica. Capacitación para la producción Los distintos componentes involucrados en la producción (fomento, agregación de valor, mercadeo) necesitan de iniciativas constantes de capacitación. La capacitación debe corresponde a la concepción de “aprender haciendo” mediante la cual se crea, en el proceso de capacitación, una comunidad del conocimiento en la que capacitadores y capacitados aprenden al mismo tiempo. Al igual que la asistencia técnica, se debe favorecer el proceso de capacita- ción de productor a productor y buscar el apoyo de grupos
  • 63. 62 de interés, de ong o de especialistas que conozcan la región, sussistemasproductivosyquepuedandinamizarprocesos de mejoramiento y desarrollo productivo. La asistencia técnica A partir de las experiencias vividas en la región es nece- sario desarrollar modelos adecuados de asistencia técnica y transferencia de tecnología, con el fin de mejorar los sistemas locales de seguridad alimentaria y agregar valor a la producción orientada al mercado. La asistencia es un tema de crucial importancia en el Pacífico. Las distancias y costos del transporte fluvial, por los altos precios de los combustibles, hacen inviables los sistemas convencionales de asistencia técnica. La visita de un técnico puede costar más que el valor del crédito del productor al que va dar asistencia, y sus recomendaciones, cuando dependen de insumos que se obtienen en el mercado, resultan ser in- fructuosas. Por esta razón, deben buscarse modelos de asistencia técnica con un fuerte componente de capacitación y con la formación de productores sobresalientes capaces de brindar, en un nivel básico, esta asistencia y conformar redes de apoyo. Las redes de productores constituyen una forma de organización en la que los productores, a partir del examen de su situación social y productiva, identifican los principales problemas relacionados con la producción y el mercado, intercambian conocimientos y experiencias, y se ayudan de manera solidaria. Las redes podrían ser dinamizadas por técnicos comunitarios, formados en la comunidad misma. El crédito Las comunidades tradicionales del Pacífico no tienen una tradición de uso del crédito institucional. Las experiencias
  • 64. 63 hansidomuynegativas,loquehageneradounaprevención y resistencia cultural contra su utilización. Hoy en día la mayordificultadestáenlanegacióndelcréditoalosproduc- toresquevivenenterritorioscolectivos,alnoconsiderar,las agencias de crédito, que el título colectivo sea una garantía crediticia, al ser estos títulos colectivos e inembargables. La comisión Intersectorial del gobierno nacional recomendó en el año 2011 el respaldo del Fondo Agropecuario de Ga- rantías (fag) y de los créditos asociativos en el Fondo para el Financiamiento del Sector Agropecuario (finagro) para proyectosdelsectoragropecuarioyruraldeproductoresque no puedan presentar las garantías ordinariamente exigidas por las entidades otorgantes del crédito. Otra dificultad obedece a la no adecuación de los sis- temas institucionales de crédito a las particularidades de las comunidades rurales. El estudio de los sistemas locales tradicionales de ahorro y préstamo de las comunidades afrocolombianas, como las sociedades mineras, la pesca asociada y las mutuales mortuorias, arrojan luces sobre la importanciadelmicrocrédito,deasociarelahorroalcrédito, de la responsabilidad familiar y del papel de la mujer en el proceso productivo. Hay que buscar alternativas de crédito de corto plazo con fines de comercialización para evitar uno de los gran- des males que se vive en los centros poblados: el llamado crédito “gota a gota”, que somete a los productores y co- mercializadores a sistemas ilegales y exagerados de usura. La supervisión y control de los créditos es otro aspecto que debe abordar la Misión Rural teniendo en cuenta que no existe una red bancaria en casi ningún municipio de la región. El control y veeduría comunitaria a los créditos asociativos ha dado resultado en muchas experiencias. Los créditos en especie tienen como limitación los altos costos del transporte fluvial y marítimo y los riesgos que estetransporteofreceparamuchosinsumosagropecuarios.
  • 65. 64 El empoderamiento de las mujeres La estrategia de desarrollo rural integral para los territorios colectivosdebereconoceryfortalecerelimportantepapelde lasmujeresysusasociacionesenlaproduccióncomunitaria. Lasmujeresrealizanimportantesfaenasagrícolas,cuidanlos huertos habitacionales, se ocupan de las azoteas, barbacoas y las especies menores (cerdos y gallinas principalmente) y extraen las pianguas y otras conchas del manglar. Numero- sas mujeres son jefes de hogar y son el eje de importantes redes sociales. La organización de las mujeres alrededor de actividadesproductivashademostradoserunaexperiencia clave en el fortalecimiento de las comunidades. Mujeres afrocolombianas: el caso de la Red Departamental de Mujeres Chocoanas Imagen: redpartidos.org LaRedDepartamentaldeMujeresChocoanas(rdmc),ubicada en el departamento del Chocó, es una organización que lidera procesos de desarrollo social en los que hombres y mujeres se interrelacionan en condiciones de equidad e igualdad, al
  • 66. 65 interior de su grupo étnico y con otros grupos. Promueve a la mujer chocoana y a sus organizaciones en la construcción del desarrollo económico sostenible desde el rescate de los pro- ductos y las tradiciones culturales y de los productos locales. La rdmc agrupa de manera activa a 52 organizaciones de mujeres, ubicadas en 18 de los 31 municipios que componen el departamento y 13 mujeres vinculadas de manera inde- pendiente. Además,desarrollademaneradirecta10negociosproductivos sostenibles en los que genera más de 50 empleos directos, en campos de gastronomía tradicional, artesanías, salud tradi- cional y asistencia técnica. Tradicionalmente los territorios afrodescendientes han sido y sonlideradosygestionadosporlamujer;undesafíopendiente es la mayor visibilización de estos procesos y un apoyo más decidido en el marco de las políticas públicas del país. El mercadeo Es necesario abrir caminos para un mejor mercadeo de los productos tanto en el mercado doméstico como a nivel na- cional. La experiencia de la Fundación acua muestra que es recomendablepensarlosproductosdesistemasproductivos tradicionales con un fin primordial de abastecimiento del mercadolocal,parasolodespuéspensarenesferasmayores. Seráentoncescuando,porlanaturalezadelosproductosde la región, sea necesario, a partir del análisis de las cadenas productivas, mejorar la comercialización buscando nichos especiales para los productos, mercados justos y sinergias con empresas socialmente responsables. El tema de la escala de producción debe ser resuelto mediante la integración de productores, tal como lo logró en la ensenada de Tumaco con el coco y en el medio Atrato