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Adolfo Cortecero Bossio
Catalina Julio Giraldo
MabelVergel Rodríguez
Luis Bechara Polanía
Proyecto: Etnodesarrollo y ecoturismo para la
gestión sostenible de los manglares de Bocahica
www.bocachica.com.co
Cienegueta: Memoria de un manglar
Proyecto de Etnodesarrollo y ecoturismo
para la gestión sostenible de los
manglares de Bocahica
Sandra Simanca Acosta ASPRESERTUR:
Directora Ejecutiva Jose Domingo Pardo Parra
Corporación Kontiki Rafael Ignacio Pomares Otero
César Augusto Barrera Campo
Adolfo Cortecero Bossio Oswaldo Ospino Pájaro
Director de Proyecto Adalcy José Meza Ramirez
Corporación Kontiki Manuel Epifanio Medina González
Oberto Manuel Cárdenas Urango
Juan Carlos Julio Racero
Autores: Eder Alfonso Gómez Caraballo
Adolfo Cortecero Bossio Jamilton Pardo Torres
Catalina Julio Giraldo
Mabel Vergel Rodriguez
Luis Bechara Polanía
Con el apoyo de:
Asociación de Prestadores de Servicios Turísticos de Bocahica ASPRESERTUR
Consejo Comunitario de Bocachica
Fundación Acua
ISBN: 978-958-59283-0-5
Fotografías:
Mabel Vergel - Aspresertur
Documento disponible en:
www.bocachica.com.co
www.corpokontiki.org
Primera impresión, Cartagena, Colombia.
Noviembre de 2015 © Corporación Kontiki
Este documento puede ser reproducido total o parcialmente,
por cualquier medio, siempre que se mencione explícitamente la fuente.
CONTENIDO
PRESENTACIÓN 5
MANGLAR ADENTRO 9
Servicios ecosistémicos de los manglares 9
Manglares de Bocachica – Cienegueta 10
Fauna asociada a las raíces de mangle 13
Fauna 15
Aves 15
Herpetofauna 17
Mamíferos 17
Problemáticas asociadas al manglar de Cienegueta 18
CIENEGUETA: INTERACCIÓN Y SIGNIFICADOS 23
LA RUTA DEL MANGLAR 43
BIBLIOGRAFÍA 55
2 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
Muelle principal de BocachicaMuelle principal de BocachicaMuelle principal de Bocachica
ocachica, ubicada a la entrada de la bahía de Cartagena, es
Buno de los cuatro corregimientos que componen la isla de
Tierra Bomba, además de Caño del Oro, Punta Arena y Tie-
rrabomba. También, forma parte de los lugares históricos y sitios
de interés de la ciudad de Cartagena por tener monumentos ar-
quitectónicos con gran valor histórico, artístico y social, como son
la Batería del Ángel de San Rafael y el Fuerte de San Fernando de
Bocachica, cuya construcción en piedra data de 1779; no obstan-
te, esta pequeña población ha venido sufriendo por largos años
los efectos de la pobreza y la exclusión, con una precaria calidad
de vida relacionada con la carencia de los servicios públicos de
agua y alcantarillado, la falta de infraestructura y bajos niveles de
educación.
Dentro de este contexto y en el marco del proyecto “Etnodesarro-
llo y Ecoturismo para la gestión sostenible de los manglares de Bo-
cachica” realizado por la Corporación Kontiki, y más específica-
mente en su componente de educación ambiental, se planteó la
necesidad de realizar una investigación participativa alrededor
de los ecosistemas de manglar de la isla de Tierra Bomba, una ta-
rea sobre cuyos resultados descansa este diagnóstico y que tiene
la pretensión de convertirse en un insumo fundamental para el
desarrollo de una nueva propuesta ambiental aplicable en la zo-
na, que hoy por hoy se encuentra altamente afectada por la con-
taminación y el manejo inapropiado de los desechos.
En ese sentido, el objeto del presente trabajo se constituye en una
aproximación al estudio de los manglares de Bocachica, con el
propósito de promover la sensibilización y la educación ambien-
PRESENTACIÓN
CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR4
Fuerte San Fernando de BocachicaFuerte San Fernando de BocachicaFuerte San Fernando de Bocachica
77
tal en la isla, propiciando la participación de la comunidad y de
los demás actores sociales en beneficio de la conservación, pro-
tección y manejo sostenible de estos ecosistemas.
El área de manglar comúnmente denominada por los locales co-
mo “Cienegueta”, por su especial ubicación, fue el escenario cen-
tral de la investigación. En este lugar, se examinaron los proble-
mas ambientales y se estudiaron las posibilidades que brinda el
área para desarrollar una propuesta de ecoturismo, sostenible en
todos sus aspectos.
De esta forma, se revisaron las características biofísicas específi-
cas de Cienegueta y se compararon con otras áreas de manglar
cercanas al pueblo, además, se identificaron las diferentes pro-
blemáticas ambientales que históricamente presenta este sector.
Seguidamente, se determinaron los usos y las relaciones que la co-
munidad progresivamente ha establecido con el manglar durante
los últimos años, enfatizando en aspectos económicos y sociocul-
turales. Finalmente, se describe la denominada “Ruta del Man-
glar”, que encierra la propuesta de emprendimiento local para el
aprovechamiento sostenible de las áreas naturales con potencial
turístico; y se concluye, con una serie de premisas básicas, que de-
finitivamente son fundamentales a la hora de realizar una planifi-
cación ambiental en estos particulares ecosistemas, privilegiando
siempre la recuperación y conservación de la gran diversidad de
flora y fauna existente.
Uno de los aspectos a resaltar en este proceso fue la participación
de un grupo de jóvenes de la comunidad en las actividades de in-
vestigación, que junto al equipo de trabajo de la Corporación Kon-
tiki, consultaron a líderes y a personas conocedoras de las histo-
rias locales de Bocachica, para así tratar de entender las relacio-
nes y representaciones de los manglares para los nativos de la is-
la. Este mismo grupo de jóvenes, constituidos en el proceso como
el grupo de investigación “Amigos del Manglar”, acompañaron
las jornadas de reconocimiento tanto de Cienegueta como algu-
nas áreas de manglar vecinas, lo que permitió una mayor com-
prensión de las diferentes dinámicas y factores que afectan la sa-
lud de los manglares.
El ejercicio de reconstruir la memoria de los habitantes de Boca-
chica, junto a sus reflexiones sobre la temática abordada, y la ca-
racterización ecológica del Manglar, fueron fundamentales para
la construcción del conocimiento científico y social en torno al te-
ma, de manera que la producción del conocimiento desde el inte-
rior de la comunidad y la apropiación del mismo, junto a la apli-
cación de los conceptos y principios que aporta la ecología, per-
mitieron que los habitantes de Bocachica analizaran su relación
con este valioso ecosistema, en términos de respeto, valoración y
de aprovechamiento sostenible.
Además, un conocimiento integral del ecosistema permitirá, en
primera instancia, un reconocimiento más consciente de las nece-
sidades del manglar como unidad biológica que propicie una inte-
racción más saludable con el mismo. Y en segunda instancia, la
identificación de las representaciones y los usos que la comuni-
dad hace del manglar terminarán por incluir el ecosistema en sus
relatos históricos, fortaleciendo su sentido de pertenencia y fo-
mentando la responsabilidad de todos y todas en el cuidado am-
biental.
CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
os manglares son bosques inundados o ecosistemas de pan-
Ltanos que se encuentran en donde se unen aguas dulces y
salobres en las zonas litorales tropicales y subtropicales.
Estas asociaciones vegetales costeras presentan adaptaciones es-
peciales que les permiten intercambiar gases en el suelo marino
con bajas o nulas concentraciones de oxígeno, altos niveles de sa-
linidad y distintos patrones de inundación. Tales adaptaciones
les permiten colonizar suelos reducidos, inestables, poco airea-
dos e inundados y con altas salinidades, factores propios de am-
bientes estuarinos (MMA, 2002).
Los manglares se desarrollan en la zona que se crea entre el me-
dio acuático y el terrestre, formando un sistema ecológico anfi-
bio, caracterizándose por un lavado diario al estar sometido a los
movimientos de la marea, la cual seca e inunda el terreno, lo que
le proporciona una rica y variada biodiversidad perteneciente a
ambos medios. Este ecosistema, constituye la vegetación más im-
portante en cercanías de la población de Bocachica por su diver-
sidad ecológica y su extensión.
Servicios ecosistémicos de los manglares
Los manglares se consideran ecosistemas estratégicos debido a
los bienes y servicios ambientales que ofrecen (Uribe y Giraldo,
2009). A nivel biológico, los manglares albergan en su parte aé-
rea aves, reptiles, insectos, moluscos y mamíferos, en la zona in-
termareal a moluscos, insectos y crustáceos, y en la parte sumer-
MANGLAR ADENTRO
8 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
CanalCanal
del Diquedel Dique
Canal
del Dique
MarMar
CaribeCaribe
Mar
Caribe
ZonaZona
IndustrialIndustrial
de Mamonalde Mamonal
Zona
Industrial
de Mamonal
Isla deIsla de
Tierra BombaTierra Bomba
Isla de
Tierra Bomba
CañoCaño
del Orodel Oro
Caño
del Oro
BocachicaBocachicaBocachica
Bahía deBahía de
CartagenaCartagena
Bahía de
Cartagena
CartagenaCartagenaCartagenaBocagrandeBocagrandeBocagrande
MangaMangaManga
CentroCentroCentro
Canal de Acceso
Canal de Acceso
Canal de Acceso
Punta ArenaPunta ArenaPunta Arena
TierrabombaTierrabombaTierrabomba
111
222
1
2
ArarcaArarcaArarca
CanaldelDique
CanaldelDique
CanaldelDique
PasacaballosPasacaballosPasacaballos
BaruBaruBaru
Fuerte de San Fernando de BocachicaFuerte de San Fernando de Bocachica
Batería del Ángel de San RafaelBatería del Ángel de San Rafael
Fuerte de San Fernando de Bocachica
Batería del Ángel de San Rafael
Bahía deBahía de
CartagenaCartagena
Bahía de
Cartagena
(Fecha de imagen: 4/1/2015. Fuente: Google Earth, 30 Km altura)
Ciénaga deCiénaga de
la Virgenla Virgen
Ciénaga de
la Virgen
gida a los celenterados como medusas, esponjas, moluscos, poli-
quetos, crustáceos y peces, ofreciendo refugio y alimento en las
etapas críticas de los ciclos de vida de muchas de estas especies,
que utilizan los manglares como áreas de reproducción y crianza.
Asímismo, constituyen un acervo genético (material genético de
la totalidad de los individuos existentes en una población) funda-
mental para las comunidades de plantas y animales que allí se en-
cuentran (Álvarez-León, 2009; Díaz, 2010).
Este ecosistema tiene también un papel importante en el ciclo del
carbón, dado que son sumideros de CO2 y fuentes de carbón oceá-
nico (Uribe y Urrego, 2009). A nivel físico, el bosque de manglar
por su altura y condición densa actúa como una barrera efectiva
contra vientos, atenuando los efectos de olas y corrientes, lo que
da como resultado la reducción de la erosión en las costas. Adi-
cionalmente, las raíces de los mangles atrapan lodo, arena y sedi-
mentos, que sirven para añadir terreno y estabilizar el perfil cos-
tero, asegurando así las líneas de orilla (Díaz, 2010; Majluf,
2002). Por último, a nivel socioeconómico estos ecosistemas pro-
porcionan a las comunidades locales productos forestales como
carbón, leña, madera y materiales para la construcción (Uribe y
Urrego, 2009; Majluf, 2002).
De otro lado, el aprovechamiento de los recursos y productos hi-
drobiológicos, como es el caso del recurso pesquero, es muy co-
mún entre las comunidades aledañas, especialmente para la pes-
ca blanca, crustáceos (camarones y cangrejos) y moluscos (chipi-
chipi, mejillón y ostra). Además, estas zonas son utilizadas como
objeto de interés paisajístico durante los recorridos organizados
para el fomento del ecoturismo.
Manglares de Bocachica – Cienegueta
De acuerdo con CARDIQUE (2007), en Tierra Bomba, a pesar de
su extensión reducida, los manglares de la isla ofrecen una gran
variedad de ambientes, dada las formas tan variadas del litoral y
los numerosos contactos con otros ecosistemas: bosque seco, ma-
torral halófilo (especies de plantas con altos niveles de tolerancia
a la salinidad), lagunas costeras. Sin embargo, la isla es una de las
áreas de mayor potencial para el desarrollo turístico de alto nivel.
lo que sumado al desarrollo urbano desordenado del que actual-
mente son objeto sus poblaciones, generan en conjunto una fuer-
te presión sobre los ecosistemas de manglar que se encuentran en
la zona.
Según INCOPLAN (2009), la zona de manglar de la isla cubre so-
lo el costado de la bahía de Cartagena entre Bocachica y la parte
sur de la población de Tierrabomba, pero en forma de parches o
franjas. Sobre el sector de Bocachica, entre el castillo de San Fer-
nando y la población de Bocachica, hay un sector de manglar co-
nocido como “Cienegueta” de aproximadamente tres hectáreas,
10 11CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
. Manglar de Cienegueta
ma, hay que tener en cuenta que el estado del manglar también se
ve influenciado por actividades de origen antrópico que segura-
mente están alterando su dinámica natural.
A pesar de este bajo desarrollo se pudo observar la proliferación
del mangle por regeneración natural, la presencia de plántulas y
semillas de mangle rojo, llamados propágulos, que tienen forma
de lanza, que caen al sustrato y se entierran en él o que flotan has-
ta encontrar un terreno donde desarrollarse, fue notoria, lo que
puede dar una idea de la capacidad de resiliencia del bosque de
manglar para reproducirse y mantenerse en el tiempo, absor-
biendo la perturbaciones, sin alterarse significativamente, e in-
tentando siempre regresar a su estado original.
Fauna asociada a las raíces de mangle
En el año 2009, INCOPLAN realizó un estudio de la macrofauna
de la bahía de Cartagena asociada a las raíces de mangle de las cié-
nagas Honda Coquito y Caño del Oro, áreas cercanas a la pobla-
ción de Bocachica, encontrando mejillones de la familia Mytili-
dae, las especies de ostras, Crassostrea rhizophorae y Ostrea
13CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLARCIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR12
compuesto principalmente por mangle rojo (Rhizophora man-
gle), mangle blanco (Laguncularia racemosa) y mangle negro (Avi-
cennia germinans); sobre las partes más altas se encuentra el cle-
món (Tespesia populnea), una especie que generalmente está aso-
ciada a los manglares.
Hacia el costado nororiental, en donde termina la población de
Bocachica, se aprecia otro pequeño parche de manglar compues-
to por mangle rojo, mangle blanco y mangle negro, con una altu-
ra promedio de 2 metros y el cual ha sido completamente interve-
nido tanto por la tala, como por su utilización como botadero de
basura.
El manglar de Cienegueta se recorrió con “Los Amigos del Man-
glar”, un grupo ambiental conformado por estudiantes de la
Institución Educativa Benkos Biohó, para realizar una caracteri-
zación basada en la percepción y en el conocimiento que ellos te-
nían sobre los manglares. Durante la visita al manglar se estable-
ció que la especie dominante es el mangle rojo (R. mangle) debi-
do a las características de los limos de ese sector de la Bahía. El li-
mo se refiere al sedimento transportado en suspensión por el mar
y por el viento, que se deposita sobre los terrenos inundados por
la marea. Los mangles presentan una altura promedio de 7 me-
tros y un área basal baja, es decir, un bosque con una baja densi-
dad que indica que no tiene un gran desarrollo.
Hacia el interior, en la zona de menor inundación y de suelo un po-
co más consolidado, suele predominar el mangle negro (A. germi-
nans) y el mangle zaragoza (Conocarpus erectus). Esta distribu-
ción de los manglares obedece a la zonación típica que suelen pre-
sentar los manglares de acuerdo a su adaptabilidad a los terrenos
con más o menos inundación y a suelos más o menos fangosos.
Sin embargo, contrario a esto, se encontraron pocos especímenes
de mangle negro en el manglar de “Cienegueta”.
En general, el manglar de este sector no muestra estructuralmen-
te un gran desarrollo lo que puede ser atribuido al déficit hídrico
presente en la zona, sumado a las altas temperaturas. De igual for-
Propágulos en el manglar de Cienegueta
equestris, los bivalvos Isognomon alatus, Brachidontes dominguen-
sis y Martesia sp., un gasterópodo, Stramonita haemastoma, el
crustáceo cirripedio Balanus amphitrite y esponjas pertenecientes
a los géneros Halichondria y Haliclona.
La riqueza de especies reportadas en ese año es significativamen-
te inferior a la registrada en los años 1977 y 1988 en los cuales se
encontraron 123 especies de moluscos. De acuerdo a INCOPLAN
(2009), esto se debe probablemente a que gran parte de las raíces
aéreas de los mangles han sufrido tala por parte de los recolecto-
res de ostras, actividad que se realiza en la bahía desde finales de
los años 70. Las ostras, además de considerarse una importante
fuente alimenticia también acumulan metales pesados presentes
en el ambiente marino, con lo cual, de llegar a ser consumidas, po-
drían convertirse en un problema de salud debido a la contami-
nación presente. En las ostras de la bahía de Cartagena se han en-
contrado concentraciones de Cadmio que exceden los límites má-
ximos permitidos para el consumo humano. Según Manjarrez et
al., (2008) en ostras capturadas en los sectores de Álcalis, Boca-
1514 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
chica, Caño del Oro, Caño Zapatero, Ciénaga Honda y Zona Fran-
ca se encontraron altos valores de Cadmio, siendo Ciénaga Hon-
da y Bocachica los sitios donde se detectó mayor concentración
del metal en las ostras (25,75 mg Cd/kg y 15,11 mg Cd/kg, res-
pectivamente).
En la salida efectuada con el grupo ambiental se observaron gran
cantidad de ostras asociadas a las raíces del mangle rojo.
Fauna
Según pobladores de Bocachica, en este manglar se avistan gran
cantidad de aves, principalmente pelicanos y garzas; las iguanas,
los murciélagos y la zorra manglera también suelen ser muy co-
munes de encontrar. En el estudio de impacto ambiental que rea-
lizó Aqua & Terra (2014) para el dragado de profundización y am-
pliación del canal de acceso a la bahía de Cartagena, se reporta-
ron especies de los diferentes grupos taxonómicos presentes en
los manglares de la bahía de Cartagena.
Aves
Generalmente, este grupo es de los más diversos y abundantes en
los ecosistemas zonas de manglar, ya que los manglares se consti-
tuyen en uno de los hábitat de importancia para diferentes espe-
cies de aves locales o migratorias, dadas las condiciones de refu-
gio y alimentación que estos les ofrecen y por su interacción con
otros ambientes, como playas, ciénagas, caños de aguas dulces y
salobres, planos inundables de los ríos, el ambiente marino y los
árboles en sí, ya sea de las mismas especies de manglar o de otras
asociadas. Por lo general, éstos ambientes les sirven como sitios
de alimentación, anidación y protección contra los predadores.
En cuanto a las aves asociadas a los bosques de manglar, en la
bahía de Cartagena se han reportado 27 especies, pertenecientes
a 16 familias y 10 órdenes, siendo los pelecaniformes el orden más
representativo con nueve especies (Tabla 1).Ostras en las raíces de mangle rojoOstras en las raíces de mangle rojoOstras en las raíces de mangle rojo
17CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
Herpetofauna
La herpetofauna hace relación a los anfibios y reptiles presentes
en las zonas de manglar. De forma general, la presencia de repti-
les en el manglar está condicionada por los grados de salinidad
que se presenten; por ejemplo, es muy común que la población de
este grupo aumente en ambientes dulceacuícolas, como es el caso
de las serpientes y los lagartos.
Para el caso de los anfibios, como los sapos, éstos se consideraban
como uno de los grupos menos representativos de las áreas de
manglar en el Caribe colombiano, ya que su presencia está condi-
cionada principalmente a las características de salinidad que se
den en el hábitat específico; estando por lo general asociados a
ambientes pantanosos donde las salinidades son bajas (Ulloa-
Delgado y Cavanzo-Ulloa, 2003).
La herpetofauna asociada al manglar en la bahía de Cartagena se
puede observar en la Tabla 2.
Mamíferos
La presencia de especies de mamíferos en las áreas de manglar, es-
tá condicionada a los ambientes circunvecinos como los bosques
xerófilos, subxerófilos (asociaciones vegetales específicamente
adaptadas a la vida en un medio seco, donde hay déficit de agua)
e hidrófilos de los cuales son característicos estos grupos, pero cu-
ya ocupación puede extenderse hacia áreas de estuarios y man-
glares. Algunas especies de mamíferos incluso colonizan estos
ambientes en busca de refugio dado el deterioro que muestra su
ambiente habitual y otras encuentran en las áreas de manglar,
además de hábitat, condiciones favorables para su alimentación
y reproducción.
Dentro de las especies de mamíferos reportados en la bahía de
Cartagena se destacan los que se describen en la Tabla 3.
16 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
Tabla 1. Aves asociadas al manglar
Tabla 2. Herpetofauna asociada al manglar
FAMILIA ESPECIE NOMBRE COMUN
Accipitridae Pandion haliaetus Águila pescadora
Rostrhamus sociabilis Gavilán caracolero
Cathartidae Coragyps atratus Gallinazo
Anatidae Anas discors Barraquete
Cairina moschata Pato real
Trochilidae Lepidopyga coeruleogularis Colibrí zafiríno
Lepidopyga lilliae Colibrí cienaguero
Laridae Larus atricilla Gaviota
Alcedinidae Ceryle torquata Martín pescador
Falconidae Falco peregrinus Halcón peregrino
Emberizidae Sicalis flaveola Canario
Icteridae Quiscalus mexicanus María mulata
Ardeidae Ardea sp. Garza morena
Ardea cocol Garza gris o parda
Casmerodius albus Garza real
Egretta caerulea Garza azul
Egretta thula Garza blanca
Pelecanidae Pelecanus occidentalis Pelicano
Phalacrocoracidae Phalacrocorax olivaceus Pato buzo
Threskiornithidae Phimosus infuscatus Coquito
Platalea ajaja Pato cuchara
Parulidae Dendroica petechia Canario manglero
Psitacidae Amazona ochrocephala Loro
Aratinga pertinax Cotorra carisucia
Brotogeris jugularis Perico
Pionus sp Cotorra
Anhingidae Anhinga anhinga Pato aguja
Fuente: Aqua & Terra, 2014
FAMILIA ESPECIE NOMBRE COMUN
Bufonidae Rhinella marina Sapo común
Hylidae Hypsiboas crepitans Rana cantora
Hypsiboas pugnax Rana
Boidae Boa constrictor Boa
Corallus hortulanus Boa arborícola
Corytophanidae Basiliscus basiliscus Cruzarroyos
Iguanidae Iguana iguana Iguana
Teiidae Ameiva ameiva Lobito
Tupinanbis teguixin Lobo pollero
Fuente: Aqua & Terra, 2014
Durante los recorridos diurnos por el manglar, es común observar
a la zorra manglera, una especie de “Mapache” que se caracteriza
por ser buen trepador, se alimenta de crustáceos, peces, aves pe-
queñas, caracoles, insectos, tortugas y ranas. También, come fru-
tas, semillas y algunas plantas, y vive en los huecos de árboles,
grietas en las rocas o en madrigueras de otros animales.
Problemáticas asociadas al manglar de Cienegueta
A pesar de la importancia ecológica y económica de los mangla-
res, su destrucción aumenta conforme avanza el desarrollo de las
poblaciones asentadas en las costas y con el consecuente incre-
mento de la densidad de pobladores. Esta destrucción se debe
principalmente al desarrollo urbano, la tala para construcciones
y leña, la acuicultura y la sobreexplotación para consumo huma-
no de las especies encontradas en este ecosistema.
En el manglar de Cienegueta una de las problemáticas más evi-
dentes, y que se observa claramente cuando se hacen los recorri-
dos por el manglar, es la disposición de residuos sólidos en sus al-
rededores, tanto en el sector externo donde permanece inundado
como en el sector interno que colinda con las casas de los pobla-
dores del corregimiento de Bocahica.
Otra problemática importante relacionada con el manglar de Cie-
negueta, que se logró comprobar durante los recorridos realiza-
dos para esta investigación, fue la tala indiscriminada, bien sea
18 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR 19CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
Zorra MangleraZorra MangleraZorra Manglera
Tabla 3. Mamíferos asociados al manglar
FAMILIA ESPECIE NOMBRE COMUN
Procyonidae Procyon lotor Zorra manglera
Molossidae Molossuss molossuss Murciélago
Noctilionidae Noctilio arbiventris Murciélago
Didelphidae Chironectes minimus Rata de agua
Sciuridae Sciurus sp. Ardilla
Fuente: Aqua & Terra, 2014
por la ampliación del pueblo o para utilización de la madera para
construcción y otros usos. Sin embargo, la observación de imáge-
nes satelitales del área no evidencia una reducción significativa
de la cobertura del manglar en los últimos 10 años, desde el
2005, como se puede observar en la siguiente imagen.
20 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
Residuos sólidos en la zona del manglarResiduos sólidos en la zona del manglarResiduos sólidos en la zona del manglar
21CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
Manglar
Cienegueta
Bahía de
Cartagena
Castillo
San Fernando
Mar Caribe
BocachicaBocachicaBocachica
Cobertura del manglar Cienegueta en Bocachica
(Fecha de imagen: 4/1/2015. Fuente: Google Earth, 1.28 Km altura)
Los pobladores señalan también la disminución de la fauna local
como una importante problemática en este manglar, ya que al
compararlo con el que se encuentra en el sector vecino de Caño
del Oro, la ausencia de animales es notoria. La razón principal es
obviamente su cercanía con el pueblo, ya que Cienegueta colinda
de forma inmediata con los patios de las casas que lo rodean, lo
que ha traído como consecuencia que el lugar se utilice como ba-
surero y ante la falta de un sistema de alcantarillado en Bocachi-
ca, el manglar también se ve afectado por la continua contamina-
ción por las aguas residuales domésticas provenientes de las vi-
viendas aledañas; los resultados a largo plazo de está situación es
el deterioro paulatino del buen estado del manglar, que seguirá
22 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
os viajeros Antonio de Ulloa y Jorge Juan y Sandilla conta-
Lban en 1735 que en la Bahía de Cartagena abundaban pe-
ces saludables y de “buen gusto”, siendo el sábalo el más co-
nocido. También había tortugas muy grandes con buen sabor y
“mostruosos tiburones… perjudiciales a la gente de mar, pues
acometen a los hombres estando en el agua, y se los comen” (Dea-
vila y Guerrero, 2011). No es difícil imaginar la Bahía de Cartage-
na como un lugar lleno de vida, albergue de diferentes ecosiste-
mas, rico en flora y fauna, desde mucho antes de que el Canal del
Dique desembocara allí y por supuesto, muchísimo antes de la lle-
gada de los residuos químicos aportados por el complejo indus-
trial de Mamonal, adyacente al costado sur de este cuerpo de
agua. Sumando al conjunto geográfico y paisajístico, la bahía es-
tá protegida naturalmente por la Isla de Tierra Bomba, lo que ha
hecho que Cartagena no solo se caracterice por su vocación turís-
tica sino, desde tiempos atrás, por su vocación portuaria.
Sobre la historia del puerto de Cartagena se ha escrito suficiente-
mente (Solano de las Aguas, 2003) y se le ha reconocido como tal
desde la fundación de la ciudad por parte de los españoles. Luego
de un período de decadencia a inicios del siglo XIX, el puerto ha si-
do ampliado, reestructurado y modernizado en las últimas déca-
das del siglo XX y XXI, respondiendo a las demandas económicas
y de infraestructura del comercio nacional e internacional. El
puerto, la industria, la sobre explotación pesquera y los desechos
del consumo humano en general, han producido un deterioro am-
biental de la Bahía a lo largo del tiempo, causando a la vez la
transformación del paisaje y de las formas de interacción entre
los seres humanos y el lugar. Por ejemplo, la disminución de la ac-
CIENEGUETA: INTERACCIÓN
Y SIGNIFICADOS
generando una alteración del hábitat de la fauna silvestre carac-
terística de estos ecosistemas.
El manglar de Cienegueta no solo se ve afectado por las activida-
des de carácter antrópico derivadas de la población de Bocachica,
sino que también por estar ubicado en la bahía de Cartagena, pre-
cisamente en la entrada al canal de acceso a la misma, lo hace pro-
penso a recibir toda la contaminación proveniente de la actividad
portuaria e industrial del sector de Mamonal.
A la fecha, el canal de acceso por Bocachica tiene una profundi-
dad de 20 metros que permite el ingreso de forma segura de bu-
ques portacontenedores y embarcaciones de grandes dimensio-
nes y capacidad que utilizan la infraestructura marítima y portua-
ria de Cartagena. Sin embargo, las operaciones de dragado, la
construcción de puertos, la eliminación de materiales, el desarro-
llo de la zona industrial y un mayor tránsito marítimo por el canal
de acceso, resultan en impactos directos por la liberación de con-
taminantes al medio ambiente, que indudablemente terminan
agudizando el estado crítico de los manglares existentes en la
bahía de Cartagena.
Paso de buques portacontenedores por el canal de acceso
25CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
nitarias de Cartagena, el canal produce contaminación, deterioro
de la calidad del agua y sedimentación; modifica el lecho de la
bahía, dificulta la navegación y “afecta la capacidad de crianza y
producción de diversos recursos”.
El ecosistema de manglar también ha hecho presencia en franjas
muy amplias alrededor de toda la bahía, clasificadas en dos gru-
pos según el plan de Diagnóstico y Zonificación de Áreas de Man-
glar, aprobado por el Ministerio del Medio Ambiente del año
2000 (MMA, Resolución 694). Un área de preservación del man-
glar, compuesta por los bosques del sector de Varadero y en las is-
las de la bahía, como las Islas Draga y Abanico. Y un Área de recu-
peración o restauración del manglar, conformada por los bosques
de la “Isla de Tierra Bomba, Ciénaga de Coquito a la Carbonera y
los sectores de Mamonal y Manzanillo”.
Las áreas de preservación se diferencian de las áreas de recupera-
ción por ser bosques de manglar más saludables. Lo que quiere de-
cir que las áreas de recuperación o restauración se encuentran en
estado más crítico y necesitan de atención y medidas para mejo-
rar su estado. Del manglar en estado de recuperación o restaura-
ción que nos vamos a ocupar aquí es el que corresponde a uno de
los parches que aún se mantienen en el corregimiento de Boca-
chica, específicamente el que se conoce con el nombre de “Ciene-
gueta”. Se debe tener en cuenta que todas las dinámicas y altera-
ciones que se producen en los ecosistemas de la bahía, inciden di-
rectamente sobre Bocachica, que forma parte de la Isla de Tierra
Bomba, y que es colindante en su parte sur, de extremo a extre-
mo, con la bahía.
Muchas personas afirman que las playas de Bocachica que se fun-
den con la Bahía de Cartagena, estaban cubiertas por el mangle.
De hecho, el pueblo como tal es recordado por su abundante vege-
tación en los tiempos en que la mayoría de sus habitantes se dedi-
caban principalmente a la agricultura y a la pesca; eran los tiem-
pos en los que se sembraba ahuyama, sandía, ajonjolí, maíz, ca-
raota, fríjol y millo. Los diferentes bosques de mangle servían co-
mo corredores naturales para ir de un lugar de la costa a otra,
24 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
tividad pesquera a causa de la reducción de la población de pe-
ces.
En la bahía se reconocen diferentes tipos de ecosistemas, como
los pastos marinos, arrecifes de coral y el estuarino. Según
CARDIQUE, en su Plan de Acción Trianual 2001-2003, “la bahía
de Cartagena tiene origen en una barrera coralina que forma la ca-
dena de islas de Tierra Bomba, Barú e Islas del Rosario. A partir
del siglo XVII con la construcción del Canal del Dique, tiene gran-
des transformaciones morfológicas y sufre paulatinamente el
cambio de ambiente coralino a ambiente estuarino, caracteriza-
do entre otros factores por la presencia de manglar” (CARDIQUE,
2001). Esto quiere decir, que con la llegada del Canal del Dique se
ha reducido el coral considerablemente, dando lugar a la emer-
gencia de otro tipo de ecosistema que se conoce con el nombre de
estuario y que se caracteriza por la mezcla del agua salobre del
mar con el agua dulce del río.
Los manglares son comunes en este último ecosistema y los en-
contramos haciendo parte importante en la Bahía de Cartagena,
en las zonas de Manzanillo, islas de Tierra Bomba y Barú. El cam-
bio de ecosistema produce transformaciones morfológicas como
afirma Cardique, y lógicamente un cambio en la flora y la fauna.
El deterioro del coral en la bahía se debe a que ya no hay condi-
ciones físicas para este tipo de ecosistema, debido al aumento de
la sedimentación, a la turbidez de las aguas y otros factores. Dice
Cardique que “el ecosistema de pastos marinos, al igual que el de
arrecife de coral, ha sido el más afectado por las modificaciones
morfológicas sufridas con la incorporación del Canal del Dique y
los efectos drásticos de la sedimentación.”
Aunque el estuario supone una riqueza natural “altamente pro-
ductiva”, en el caso de la bahía de Cartagena, el Canal del Dique
trae problemas ambientales toda vez que a su paso por los muni-
cipios ribereños, ese brazo artificial del río Magdalena, recoge de-
sechos líquidos y sólidos que llegan a la bahía sin un manejo ade-
cuado ni una disposición final de desechos (CARDIQUE, 2001).
Por lo tanto, junto con las actividades industriales, turísticas y sa-
2726 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
principalmente para llegar a la punta suroccidental del pueblo,
donde se ubica el Fuerte de San Fernando, y de allí a la playa. Hoy
en día, ya no hay una franja continua de mangle sobre la costa sur
sino unos pocos parches de manglar; el más frondoso es el de Cie-
negueta, al lado del fuerte de San Fernando en el occidente, un re-
manente en la Punta de Mananina y una línea corta al final del
pueblo al oriente, que limita con la población de Caño de Loro.
En diálogos sostenidos con diferentes habitantes de Bocachica,
oriundos de allí y la mayoría gente adulta, a través de entrevistas,
nos contaron de su relación con el manglar a lo largo de sus vidas,
testimonios de los cuales pudimos inferir las distintas representa-
ciones o imágenes mentales y significaciones que la gente tiene
sobre este ecosistema, de acuerdo a las diferentes interacciones
que han tenido con él. Para varias personas, el manglar es algo
que simplemente está ahí, que “no tiene nada de atractivo”, que
forma parte de la geografía del lugar, como una entidad indepen-
diente que hace parte de la naturaleza. “Allí solo viven animales
como la iguana, los murciélagos, distintas especies de aves y de
peces, los cangrejos, las culebras y la guartinaja”, afirmaba uno
de los entrevistados en el Centro de Vida, un lugar que funge co-
mo espacio cultural en la población. Incluso, relata Marcelino
Castro, que alguien en algún momento, datos que no son precisos
en la memoria de los bocachiqueros, llegó con una cuadrilla de
macheteros a talar casi todo el mangle del bosque de Cienegueta.
Y que la gente aplaudía cuando se cortaron los primeros troncos,
dado que la concepción que se tenía del manglar era la de ser sim-
plemente monte. Pero cuando se pregunta a la gente de Bocachi-
ca, específicamente por los usos que se le ha dado al manglar o
por las relaciones que han establecido con él, empieza a revelarse
una relación estrecha con estos bosques, expresada en diferentes
actividades culturales, económicas y ecosistémicas.
Una de las cosas de mayor recordación es que el mangle ha sido
un lugar de juegos de chicos y adolescentes. Las raíces de los árbo-
les de mangle, curvas y sobresalientes, a veces a más de un metro
sobre el agua, reta a los niños a caminar sobre ellas sin caerse, a
descargar sus cuerpos boca abajo para observar lo que ocurre den-
Vista del manglar en CieneguetaVista del manglar en CieneguetaVista del manglar en Cienegueta
29CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
En algunos casos, como recuerda Marcelino Castro, las personas
buscaban nidos de garza para “robar” sus huevos y comérselos. O
simplemente perseguían iguanas, cangrejos o las famosas zorras
del manglar, que son los mamíferos más grandes que habitan en
Cienegueta. Otra persona entrevistada, contó que también roba-
ban pequeños cerdos para comerselos, de esos que transitaban
por el manglar, seguramente proveniente de algún patio colin-
dante.
Un joven lanchero, contaba mientras el equipo de investigación
hacía un recorrido interno en el manglar de Cienegueta, que cuan-
do las zorras salen fuera del manglar, la gente las ahuyenta para
que vuelvan a su hábitat. Al parecer, no sufren maltrato por parte
de los humanos, incluso fue posible ver un cachorro de esta espe-
cie criado como mascota en uno de los patios colindantes a Ciene-
gueta. Sin embargo, también se pudo observar a unos niños arro-
jando piedras a una familia de zorras mangleras que merodeaban
entre las basuras depositadas a la orilla de uno de los mangles. Na-
die en la comunidad dijo haber comido “zorra”; y es que este ani-
malito despierta inquietud en la mayoría y temor en algunos ni-
ños, como algunos vigías ambientales del Colegio Benkos Biohó.
Aunque más inquietud despiertan los chiflidos que se escuchan
en las noches y que un grupo de mujeres, en medio de un Labora-
torio Artístico que se realizó para recoger impresiones sobre el
manglar, dijeron que provenían muchas veces precisamente de es-
tos bosques, refugio de brujas y “aparatos”. Cuando algo así suce-
de, cuando se manifiestan brujas y aparatos desde el manglar, es
tema de especulaciones y corrillos al día siguiente en Bocachica.
La relación de los lugareños con el mangle tiene que ver desde to-
do punto de vista con los servicios que este presta al ser humano.
En entrevistas grupales afirmaron que anteriormente, del man-
gle se extraía madera para fabricar techos de casas o solares. Hay
quienes dicen, como el señor Saúl Dávila, que la madera igual-
mente se usó para la fabricación de embarcaciones pequeñas y ru-
dimentarias; con ellas, también se iba a pasear o explorar el man-
glar. Seguramente, en ese tiempo hubo árboles de mangle con
troncos más robustos que los que se pueden encontrar ahora, y
28 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
tro del agua, “a ver los parditos (peces) desde los matojos”, como
afirma uno de los abuelos del Centro de Vida, o simplemente a
realizar recorridos de exploración. En entrevista a Rodolfo Casa-
nova, el carpintero de Bocachica, contó que cuando era niño juga-
ba al “chocoro” con sus primos y amigos. El “chocoro” significa ju-
gar a “la casita” o “al papá y a la mamá”, así construían casitas de
mentiras con madera y escombros que encontraban en el mangle,
simulando la cotidianidad de un hogar, seguro organizándose en
un juego de roles que implicarían risas y peleas. Una mujer, tam-
bién del Centro de Vida, recordaba que era común ir al mangle a
jugar entre el lodo, en el que una persona se puede hundir hasta
más de un metro de profundidad. Pero hay que tener cuidado con
las raíces de los mangles que resultan ser cortopunzantes por sus
formas puntiagudas. Ella contó haber sufrido un pequeño acci-
dente en el que se cortó un pie, razón por la cual no volvió nunca
más a jugar allí.
También, el mangle significa iniciarse en la pesca debido a que es
lugar de refugio de algunas especies ícticas para reproducirse y
alimentarse. Niños y adultos van al mangle a pescar, cada vez me-
nos porque la población de peces ha disminuido, y en el caso de
los niños, porque otras actividades y otros intereses (el estudio, in-
ternet, teléfonos y tabletas inteligentes) los ocupan. Pero para los
viejos, que no fueron a la escuela, recuerda de nuevo Marcelino
Castro, en los tiempos en los que a la isla no había llegado la luz
eléctrica, era común salir a pescar a los alrededores del pueblo, y
uno de los lugares preferidos era el mangle. Peces como el pargo
bocarroja, la isabelita negra, la picuda pequeña, la cojinúa, la mo-
jarrita “que se pega a los muertos”, hacían presencia en los man-
gles y en general en la bahía. Con varilla de madera se pescaba
langosta, róbalo, zargo y mojarra rayada. Las ostras que se ado-
san a las raíces del manglar han sido siempre extraídas para el
consumo y, ahora, para vender a los turistas. La honda (una espe-
cie de resortera que lanza piedras) se utilizó para cazar por diver-
sión; recuerdan haberle apuntado a una que otra ave de las que se
dice ver hoy en menor número en comparación a otros tiempos.
Las aves del manglar son las típicas de los ecosistemas estuarinos,
como la garza, la cotorra, la tijereta, el pelícano y la mariamulata.
3130 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
que posibilitaban esos usos, o se trataba de otro tipo de árbol. Pa-
ra conseguirlos hoy en día los pescadores ya no acceden al man-
gle de Cienegueta sino a sitios lejanos a la Bahía de Cartagena, en
manglares cercanos al Canal del Dique.
Por otra parte, el manglar sirve para contrarrestar la fuerza de los
vientos que se producen cuando se presentan tormentas o a causa
de los coletazos de fenómenos naturales como los huracanes.
Uno de los eventos más recordados por los viejos es el paso del hu-
racán Joan, por allá en el año 88, que hizo estragos en el mar Cari-
be (Revista Semana,1988). En Cartagena y municipios aledaños
al Canal del Dique hubo inundaciones, lo que incrementó la tur-
bidez de las aguas de la bahía, pero en Bocachica no hay recuer-
dos de pérdidas materiales, pero sí el de fuertes vientos que fue-
ron soportados por el manglar. Marcelino Castro dice que lo más
destacado del coletazo del Joan en Bocachica, fue la aparición de
unos restos humanos que fueron desenterrados por la fuerza del
viento, en el sector de la playa que no está protegido por los man-
gles. Aunque no hubo consecuencias fatales para los bocachique-
ros en esa ocasión, la gente del lugar reconoce que los bosques de
manglar sí actúan como barreras naturales, tanto en la época de
los vientos Alisios como en la de los huracanes del Caribe.
De la misma manera, el mangle protege a la isla del impacto por
las olas del mar. Su capacidad de aprovechar los sedimentos que
se acumulan en las raíces de los árboles, hacen que el suelo se con-
solide y las costas resistan el impacto del oleaje permanente (Vi-
llalba Malaber, s.f.). La tranquilidad de las aguas de la Bahía de
Cartagena se ha alterado con el tránsito constante de embarca-
ciones de gran calado que acceden al puerto de la ciudad, uno de
los más importantes del país, cuyo actividad se incrementa cada
año debido a las políticas de apertura económica y tratados de li-
bre comercio (FDN, 2013). De hecho, los estudios más importan-
tes sobre este ecosistema que se han hecho en los últimos años,
han sido para medir el impacto del dragado y ampliación del ca-
nal de la bahía para el tránsito de grandes embarcaciones, que
agudizan el estado crítico de los manglares de Tierra Bomba y
Manzanillo. “El dragado ha acabado con el pescado”, afirma San-
Paseos en canoa frente a CieneguetaPaseos en canoa frente a CieneguetaPaseos en canoa frente a Cienegueta
33CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR32 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
tiago Caraballo, nativo de Bocachica. Pero este daño es irreversi-
ble en la medida en que las actividades portuarias e industrial, ha-
gan parte de los megaproyectos de desarrollo y crecimiento eco-
nómico a nivel nacional (Ministerio de Transporte, 2014).
Por otro lado, justamente la misma propiedad del mangle de acu-
mular sedimentos en sus raíces, hace que se convierta en receptor
de basuras, animales perdidos e incluso personas ahogadas, co-
mo cuenta la gente en Bocachica. No es usual ver babillas en los
manglares de Tierra Bomba, pero al parecer, ha llegado uno que
otro ejemplar, vía Canal del Dique, pese a que este animal es pro-
pio de los ríos. No corren con mucha suerte las babillas al llegar a
Bocachica; generalmente las matan e incluso las arrastran para
exhibirlas por el pueblo. Aunque ahora esto está prohibido. Dicen
también haber visto cuerpos de ahogados arrastrados por las co-
rrientes, que vienen a parar a las raíces del los mangles. Y definiti-
vamente, lo que más recibe el ecosistema, es la basura que se tira
a la bahía y la que se produce en el pueblo. Elementos de cartón,
icopor, metal, losa, bolsas de basura y toda clase de desechos se
acumulan en el manglar, cubriendo la superficie y restando oxí-
geno al ecosistema, lo que le da una apariencia enfermiza y débil
en ciertos sectores, además de producir malos olores.
Algunos de los comportamientos descritos arriba, han sido trans-
formados por la actividad turística. Antes, “los pescadores lleva-
ban a sus hijos a pescar y los campesinos llevaban a sus hijos pal
monte”, afirma Marcelino Castro. Aunque sigue habiendo pesca-
dores y campesinos, en la actualidad, muchos de los lugareños de-
sempeñan trabajos informales y de rebusque relacionados con el
turismo (Pico, Rodríguez, Acosta y Madero, 2013). La agricultura
ya no es significativa, en parte por el proceso de urbanización del
pueblo; y la pesca se ha reducido a causa de problemas asociados
al cambio climático, a la contaminación de la bahía, su sedimen-
tación y al deterioro de los ecosistemas en general. El mangle, por
su relación directa con las aguas de la bahía, también ha sido víc-
tima directa de estos problemas y por ello su reducción y deterio-
ro sistemático, lo que produce cambios en las relaciones que se es-
tablecen con el ecosistema.
Pescadores de BocachicaPescadores de BocachicaPescadores de Bocachica
34 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
De igual forma, los cambios del uso del suelo y el crecimiento de
la población de Bocachica, son factores que también han contri-
buido a la desaparición de los manglares. Lo que antes era una tie-
rra apta para la agricultura, se ha convertido en una suerte de
prospecto con fines turísticos, por lo cual se ha concentrado la pro-
piedad de la tierra en manos de pocos, según Esteban Guerrero y
Cerlys Julio. En palabras de algunos entrevistados, “la gente qui-
ta el mangle para rellenar y vender lotes”. La propia dinámica tu-
rística de Cartagena ha hecho que lugares privilegiados como Bo-
cachica por su atractivo paisajístico, histórico y por su calidad de
pertenecer a una pequeña isla del Caribe, incremente el valor de
su tierra y se proyecte como polo generador de desarrollo turísti-
co. Por esta razón algunas personas, generalmente foráneos, se
hacen a las mejores tierras, que para este caso son las que se ubi-
can al costado norte de Bocachica frente al mar abierto, haciendo
presión hacia el sur, sobre la bahía, provocando una especie de ha-
cinamiento sin mayor planificación y sin consideración por los en-
tes naturales. A falta de tierra y de vivienda, algunas personas se
han visto en la necesidad de talar mangle para construir casas.
Este problema hace parte de uno mayor relacionado con la pro-
piedad de tierras en Bocachica y en Tierra Bomba en general, cu-
ya disputa ha alcanzado las instancias supremas del poder públi-
co (Ministerio de Agricultura, Resolución No. 4102 de 2015) y ha
llamado la atención de la prensa nacional (Revista Semana,
2015). Aún así, el problema de la tala de mangle persiste sin ma-
yor control o eficiencia por parte de las autoridades competentes,
que tienen la obligación de “garantizar la sostenibilidad de los
manglares” en el país según Resolución 1602 de 1995 del Minis-
terio del Medio Ambiente.
La gente recuerda que en diferentes ocasiones académicos, am-
bientalistas y funcionarios públicos han ido a Bocachica a hacer
estudios de diagnóstico del estado del mangle, con el objeto de es-
tablecer estrategias para la conservación del ecosistema. El even-
to que más dejó huella en la memoria del pueblo, tal vez por su al-
cance y por su proximidad en el tiempo, es la campaña de refores-
tación que en 2003 realizó la Fundación Okawa dirigida por el ar-
quitecto y gestor ambiental Dayro Banquez Payares, en convenio
La percepción de la gente de Bocachica, en relación a la pérdida
del mangle, tiene que ver con el incremento de residuos contami-
nantes producto del sector industrial de Mamonal en Cartagena,
al igual que el descenso de la actividad pesquera. Casi sin excep-
ción, al preguntar por las razones de la reducción del mangle, la
respuesta es que se debe a la contaminación. En el imaginario po-
pular, “los químicos” que caen a la Bahía debilitan el mangle has-
ta matarlo. Y muchos afirman que la apariencia del manglar y su
tamaño se han transformado principalmente desde el crecimien-
to del complejo industrial.
El mismo grupo de mujeres citado arriba, que participó en los la-
boratorios artísticos del proyecto que enmarca este estudio, afir-
maba que antes el pescado era la carne de mayor consumo en la
gastronomía bocachiquera. A falta de pescado se ha incrementa-
do el consumo de pollo y carne, y esto, según ellas, se debe a la
contaminación de la bahía. Una de las quejas más frecuentes por
parte de los pescadores es que el pescado hay que conseguirlo ca-
da vez más lejos de las costas de la isla (El Tiempo, 2015); incluso
han tenido que agremiarse para defender su fuente de sustento;
en diferentes oportunidades se les ha visto protestar contra el dra-
gado y la actividad industrial de Mamonal (El Universal, 2014).
Lo que se pesca, se usa principalmente como oferta gastronómica
en restaurantes de la playa o para vender en Cartagena. Aparte
de la disminución de la pesca, la gente atribuye a la contamina-
ción la desaparición de los ecosistemas de coral y de los pastos ma-
rinos frente a Bocahica.
Es de conocimiento general que Cartagena tiene problemas con
el manejo de los residuos sólidos y líquidos que afectan todos sus
cuerpos de agua. Los cambios que trae consigo la urbanización y
demás infraestructura urbana (CARDIQUE, 2001), han alterado
la interacción entre aguas de ciénagas, caños, bahía y las aguas
del mar, además de la irrupción del canal del Dique en la bahía.
No han sido suficientes los correctivos que se han aplicado a esta
problemática, que afectan la salud y el equilibrio ecológico, como
la calidad de vida de los habitantes de Cartagena y sus islas cir-
cunvecinas.
35CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
res de Bocachica a cargo de la Corporación Kontiki, en convenio
con la Fundación Acua, con el apoyo del Consejo Comunitario de
Bocachica, y a beneficio de la Asociación de Prestadores de Servi-
cios Turísticos de Bocahica, ASPRESERTUR. El objetivo de este
proyecto se centró en la posibilidad de aprovechar el manglar pa-
ra fines ecoturísticos y ofrecer una fuente de ingreso para la comu-
nidad de Bocachica, específicamente para un grupo de 120 per-
sonas agremiadas en ASPRESERTUR y que desempeñan diferen-
tes actividades en torno al turismo convencional, quienes partici-
paron activamente en la ejecución del proyecto. Para dar cumpli-
miento a los objetivos, se realizaron talleres de Educación
Ambiental con jóvenes de la comunidad, principalmente con el
grupo Vigías Ambientales del Colegio Benkos Biohó, se realiza-
ron jornadas con toda la comunidad para la limpieza en el man-
glar y en los patios aledaños a este, se destinó un vivero para la
realización de jornadas de reforestación y se dejaron sentadas las
bases para la creación de un emprendimiento ecoturístico deno-
minado “La Ruta del Manglar”, bajo la administración y dirección
de ASPRESERTUR. Para la sostenibilidad del proyecto, resulta
fundamental el compromiso de la comunidad para la conserva-
ción del manglar Cienegueta y de los canales ecoturísticos. Un
punto esencial del emprendimiento es mostrar el bosque como
parte del patrimonio ecológico de la isla de Tierra Bomba, que sea
aprovechado de manera sostenible por la agremiación y que sus
integrantes devuelvan los favores protegiendo el ecosistema, res-
petándolo y enseñando a los demás, el respeto por él.
En la actualidad, cuando se le pregunta a la gente de Bocachica
por la importancia de conservar el manglar, la respuesta sin lugar
a dudas es ¡Hay que hacerlo! Proyectos como los de Okawa y el
ejecutado por la Corporación Kontiki, son importantes en la medi-
da en que buscan llegar a la conciencia de sus habitantes, com-
prometiéndolos a proteger el manglar como parte vital de su me-
dio y de su existencia misma. Pero esta debe ser una labor que re-
quiere continuidad en el tiempo, hasta que la gente en su totali-
dad comprenda que la superviviencia de la isla depende en gran
parte de la conservación del manglar, dado que esta es la manera
más expedita de contrarrestar el embate de las olas y la fuerza de
37CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR36 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
con CARDIQUE, “en cumplimiento a lo establecido en los progra-
mas bosques y manglares como habitat de biodiversidad e Imple-
mentación de la zonificación del manglar” del Plan de Acción
Trianual de esa corporación regional, según consta en el contrato
de reforestación firmado entre Okawa y CARDIQUE.
La Fundación Okawa se comprometió a “la restauración y con-
servación del ecosistema manglárico a través de estrategias de
participación comunitaria y educación ambiental” en el Corregi-
miento de Bocachica. Para lograrlo, la fundación adelantó talle-
res de capacitación para el conocimiento del ecosistema de man-
glar, sus servicios ecosistémicos y en técnicas de reforestación. Pa-
ra ello, fue necesaria la participación de cientos de personas en
los talleres y la construcción de viveros en los patios de las casas.
La campaña se realizó en tres momentos: sensibilización, sanea-
miento ambiental y reforestación. Quienes participaron recuer-
dan que “buscaban semillas en los manglares sobrevivientes, se
depositaban en una bolsita con arena, les echaban agua todos los
días en el patio de sus casas y luego las trasplantaron más allá de
la Punta de Mananina, en el sector del Pozo” (hacia los límites
con Caño del Loro). El profesor Randol cuenta que se sembraron
más de 25.000 plántulas. Las plantas alcanzaron a crecer más de
metro y medio, incluso hasta los dos metros. El proyecto contó
con el apoyo del SENA para las capacitaciones y la Armada Na-
cional por razones de seguridad, pues hubo quien en algún mo-
mento se opuso a la reforestación porque reclamaba la tenencia
de la tierra, desconociendo que por ley los manglares no hacen
parte de la propiedad privada. Desafortunadamente, cuentan el
profesor Randol y Carmelina Faccete, quienes trabajaron al lado
de Dayro, que poco tiempo después, luego de que se detuviera el
proyecto por falta de recursos y finalmente por el fallecimiento
del arquitecto Banquez, la gente empezó a talar parte del mangle
reforestado para rellenar y hacer lotes. En el sector del Pozo, se
conserva gran parte de los que se reforestó; se puede apreciar
mangle Zaragoza, Blanco y Prieto, en muy buen estado.
Recientemente, se llevó a cabo la ejecución del Proyecto de Etno-
desarrollo y Ecoturismo para la gestión sostenible de los mangla-
38 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR 39CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
los vientos que aceleran la erosión de las costas, en tiempos en los
que el desarrollo económico tiene prelación en detrimento del pa-
trimonio natural. Este conocimiento y sentido de pertenencia,
permitirá que los habitantes de Bocachica transmitan ese mensa-
je al mundo a través de los visitantes de la isla, quienes también
deben comprender su incidencia sobre el medio y el respeto que
deben profesar por los lugares que visitan. Al mismo tiempo, los
bocachiqueros serán los guardianes del ecosistema y podrán de-
fenderlo de aquellos que ven la isla como oportunidad de lucro
únicamente.
El mangle es la casa de todos, decía alguien en la isla, otro más
afirmó con vehemencia: “EL MANGLE ES VIDA” (Gerald García
Castro). Unas cuantas hectáreas de mangle no serán relevantes
en el concierto de la economía nacional pero su conservación pue-
de significar la supervivencia de un pequeño corregimiento insu-
lar frente a la ciudad de Cartagena, y lo más importante, la con-
servación del hábitat de muchas y variadas especies de plantas y
animales que resisten estoicamente el impacto negativo de la ac-
ción del hombre.
Para este pequeño estudio se contó con la valiosa participación
del grupo de investigación “Los amigos del manglar”, conforma-
do por los jóvenes que asistieron a los talleres de Educación
Ambiental del Proyecto de Etnoturismo de la Corporación Konti-
ki. Ellos serán, sin duda, multiplicadores del aprendizaje adquiri-
do en este espacio y se convertirán en los promotores de la lucha
por la conservación y respeto por el manglar. Niños, adultos, luga-
reños y foráneos, deben dar lugar a la consolidación de ese imagi-
nario que propende porque el manglar sea parte del patrimonio
de la Isla y el hábitat de diferentes especies de animales que nece-
sitan su casa, en el estado más saludable posible, para seguir exis-
tiendo.
Gracias a “Los amigos del Manglar” por su participación, compro-
miso y entusiasmo: Nadith D’Avila, Yesmin Adriana Llerena, Fran-
cisco Javier Hurtado, Cristian Manuel Hurtado, Luis Alberto Can-Nativos de BocachicaNativos de BocachicaNativos de Bocachica
41CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
danedo, Mariux Herrera, Karolin Monterrosa, Guianella Gómez,
Yurleis Gómez, Camilo Andrés García, Danilo José Pardo, Wendi
Luz Pardo, Mathiws Contreras, Yeiris Paola Castro, Yaceiris Blan-
quicett, Yusnaidis Padilla, Paula Andrea Casanova, Yaneth Paola
Silva, María Alejandra Díaz, Juan David Sánchez, Juan David Suá-
rez, Daniela Villa Correa, Kiria Blanquiceth, Greidis Paola Jaraba,
Wilfrido Otero, Daniel David Henriquez y todos los demás que
asistieron a los Talleres de Educación Ambiental, a los Laborato-
rios Artísticos y otras actividades concernientes al Proyecto de
Etnodesarrollo y Ecoturismo para la gestión sostenible de los
manglares de Bocachica.
40 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
Grupo Los Amigos de ManglarGrupo Los Amigos de ManglarGrupo Los Amigos de ManglarMangle RojoMangle RojoMangle Rojo
4342 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
Hoy día, el corregimiento de Bocahica se encuentra poco desarro-
llado turísticamente, pero cuenta con una gran riqueza natural,
patrimonial y cultural. El principal servicio turístico ofrecido en
la zona es el que atrae el Fuerte de San Fernando de Bocachica y
el turismo de playa (sol, arena y mar), del cual dependen muchos
de los prestadores de servicios turísticos de la isla.
La poca integración que existe de la oferta turística de Cartagena
con el resto de la economía local, especialmente con las comuni-
dades afrodescendientes como Bocachica, es sin lugar a dudas
uno de los grandes retos por resolver. En ese sentido, el ecoturis-
mo brinda una oportunidad a las comunidades nativas que de-
sean sobreponerse a la exclusión y a la inequidad impuesta, sa-
liendo adelante mediante la aplicación de un turismo sostenible
responsable, enfocado en la protección del medio ambiente y de
los recursos naturales que la rodean.
En este contexto, en abril de 2014 se creó la Asociación de Presta-
dores de Servicios Turísticos de Bocachica, ASPRESERTUR, como
una organización sin fines de lucro, con el objetivo de fomentar
“la integración, el bienestar social, la prosperidad, el crecimiento
y desarrollo social de los asociados y de la población donde estos
ejercen sus actividades”. El desafío es grande y, si bien la tarea
han intentado cumplirla, aún tienen mucho por desarrollar, y por
supuesto mucho que aprender, para lograr su autonomía y auto-
gestión, en la intención de mejorar las condiciones de vida de la
comunidad que representa, y también para poder promover efec-
tivamente la conservación del medio ambiente.
LA RUTA DEL MANGLAR
Pescadores de BocachicaPescadores de BocachicaPescadores de Bocachica
tividad y ampliara las oportunidades para las poblaciones margi-
nadas, que promoviera la generación de alternativas de empleo,
puestos de trabajo e ingresos; es decir, soluciones sostenibles en
materia de generación de ingresos y servicios sociales. Y que “en
el sector existen unas condiciones excelentes para impulsar ini-
ciativas productivas alrededor de la organización de pescadores y
de proyectos turísticos y ecoturísticos. Impulsar la creación o for-
talecimiento de empresas asociativas para el desarrollo del turis-
mo, el ecoturístico y similares, debe ser una tarea urgente.” (Fun-
dación Puerto Bahía, 2009).
Y es que los manglares además de servir como una barrera que
protege la costa del constante golpe de las olas, de servir como re-
fugio y zona de crianza para un gran número de especies que se
asocian a éste, al mismo tiempo, son sitios turísticos que la gente
desea visitar. Por ello, el componente de educación ambiental con-
templado por el Proyecto de Etnodesarrollo y ecoturismo, estuvo
orientado a fortalecer las capacidades locales para la gestión sos-
tenible de los ecosistemas de manglar, mediante talleres de capa-
citación que permitieron la sensibilización sobre la importancia y
el valor de los manglares, y contaron con la participación de per-
sonas agremiadas en Aspresertur y con los jóvenes de la comuni-
dad de Bocahica. Estos talleres, incluyeron salidas de campo a fin
de confrontar los conceptos teóricos con la implementación prác-
tica mediante semilleros de manglar, medición de árboles y plán-
tulas, y prácticas de micro topografía. El proyecto, también im-
pulsó procesos específicos para los jóvenes, por un lado, sobre ac-
tividades de investigación sobre la interrelación del manglar con
la comunidad; y por otro, sobre el liderazgo para la protección de
los parches de manglar y realización de brigadas de limpieza.
Las capacitaciones también giraron en torno a temáticas relacio-
nadas con la elaboración de guías de interpretación del medio na-
tural, la concepción de recorridos interpretativos, manejo del
mangle y su ecosistema, a fin de protegerlo y conservarlo durante
los recorridos guiados de turistas en las rutas del manglar proyec-
tadas, poniendo en uso los conocimientos de la comunidad, en un
recorrido acuático y terrestre.
45CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
En ese mismo tiempo, el Gobierno Nacional venía adelantando
un programa para la ampliación de la capacidad, profundización
y mantenimiento de los canales de acceso a los puertos públicos
marítimos de propiedad de la Nación, entre ellos el de Cartagena.
Fue así como en septiembre de 2014 se dio inicio al proyecto de
dragado de profundización y ampliación del canal de acceso al
Puerto de Cartagena para permitir el tránsito de buques Post-
Panamax, de mayor tamaño y capacidad, y esto, sin lugar a du-
das, implicó un impacto sobre las comunidades afrodescendien-
tes y los ecosistemas naturales, localizados en el área de influen-
cia del proyecto, afectando renglones económicos importantes co-
mo la pesca y el turismo que se practican, especialmente, en Boca-
chica.
El proyecto contempló la remoción de 1,4 millones de metros cú-
bicos de material del fondo de la Bahía, más otros 300 mil metros
cúbicos en el sector de Manzanillo (bahía interior), cerca de la zo-
na de fondeo de la Sociedad Portuaria de Cartagena (El Univer-
sal, Nov. 2013). Así, tras un acuerdo con las comunidades negras
de Bocachica y Caño del Oro, el Gobierno Nacional consideró per-
tinente realizar un Programa de Compensación Social para pre-
venir, mitigar y compensar los impactos generados en el proceso
constructivo y operativo de la obra, dando cumplimiento a lo dis-
puesto en la Ley en materia de consulta previa, la cual es de obli-
gatorio cumplimiento para otorgar la Licencia Ambiental al pro-
yecto.
De esta forma, entre las medidas de compensación correspon-
dientes a los impactos identificados, la comunidad observó que la
vulnerabilidad a la que se ven enfrentados los bosques de man-
glar de la bahía de Cartagena, brindaba una doble oportunidad
para ellos, por un lado podían protegerlos desarrollando activi-
dades de limpieza y reforestación y al mismo tiempo podían apro-
vecharlos a través de un Proyecto de Etnodesarrollo y Ecoturismo
en los Manglares de Bocahica destinado al manejo y conserva-
ción sostenible del manglar. Ya en 2009, la Fundación Puerto
Bahía había concluido que en Bocachica se debía propender por
un desarrollo económico incluyente que fortaleciera la competi-
44 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
4746 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
Como parte fundamental del proceso, se contempló la participa-
ción activa de la comunidad y de los diferentes actores sociales,
especialmente de los miembros de la Asociación Aspresertur y los
grupos de jóvenes, permitiendo sumar esfuerzos en beneficio de
las áreas protegidas de manglar, de tal forma que su defensa no
dependiera del proyecto realizado, ni de factores externos, sino
que ésta se convierta en una práctica rutinaria de toda la comuni-
dad y un compromiso general en que todos y todas comparten res-
ponsabilidades.
El turismo sigue siendo una importante actividad que puede invo-
lucrar fácilmente a todos los actores de una comunidad, en espe-
cial cuando se aplican los principios del modelo de desarrollo sos-
tenible sobre los que se basa el ecoturismo. La UICN (La Unión
Mundial para la Naturaleza) define al ecoturismo como "aquella
modalidad turística ambientalmente responsable consistente en
viajar o visitar áreas naturales relativamente sin disturbar con el
fin de disfrutar, apreciar y estudiar los atractivos naturales (pai-
saje, flora y fauna silvestres) de dichas áreas, así como cualquier
manifestación cultural (del presente y del pasado) que puedan en-
contrarse ahí, a través de un proceso que promueve la conserva-
ción, tiene bajo impacto ambiental y cultural y propicia un invo-
lucramiento activo y socioeconómicante benéfico de las pobla-
ciones locales." (Ceballos-Lascuráin, 1993). En ese sentido, el Pro-
yecto de Etnodesarrollo y Ecoturismo en los Manglares de Bo-
cahica basó su implementación en los lineamientos del ecoturis-
mo comunitario en Colombia, cuyo objetivo es orientar a organi-
zaciones comunitarias, autoridades locales, regionales y nacio-
nales en el establecimiento de iniciativas ecoturísticas con activa
participación comunitaria. (Parques Nacionales Naturales de Co-
lombia)
El apoyo a organizaciones comunitarias locales, como Aspreser-
tur, para la prestación de los servicios ecoturísticos con el fin de
generar beneficios económicos y sociales para sus miembros, es
de gran relevancia a fin de garantizar la sostenibilidad económi-
ca y ambiental de la zona, por ello, la Corporación Kontiki, reali-
zó el seguimiento de un plan de trabajo concertado con directivos
Entrada a los canales ecoturísticos de CieneguetaEntrada a los canales ecoturísticos de CieneguetaEntrada a los canales ecoturísticos de Cienegueta
48 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
de la Asociación y con representantes del Consejo Comunitario,
para impulsar un emprendimiento gestionado por la misma co-
munidad en 2 frentes de trabajo para impulsar la Ruta del Man-
glar para el aprovechamiento sostenible de las áreas naturales
con potencial turístico: por una parte, el parche de manglar “Cie-
negueta” en Bocahica, y por otra, el turismo de pesca y visita de
manglares y otros ecosistemas marino costeros de importancia
ambiental ubicados en áreas cercanas a Bocachica.
Aprovechando el público que atraen los monumentos históricos
de la Batería del Ángel de San Rafael y el Fuerte de San Fernando
de Bocachica, se proyectó la construcción de un Punto de Inter-
pretación Ambiental al pie del muelle principal del lugar, donde
también se ubicó la entrada del recorrido interpretativo, y que ac-
tualmente sirve para que los visitantes y turistas reciban las pri-
meras explicaciones sobre la Ruta del Manglar, observen fotogra-
fías sobre la conservación de éste natural atractivo y se informen
sobre los planes y tarifas brindados por la Asociación Aspresertur,
entidad administradora y responsable de los servicios ecoturísti-
cos ofertados.
Un primer recorrido, ubicado en el parche de manglar “Cienegue-
ta”, brinda un servicio que invita a conocer un ecosistema de bos-
que de manglar dinámico, así como también el trabajo de recupe-
ración, valoración y gestión ambiental realizado por la comuni-
dad, bajo los conceptos del Etnodesarrollo como una propuesta
de desarrollo local que privilegia los factores culturales e históri-
cos de la comunidad, y los principios de sostenibilidad del ecotu-
rismo, que tienen como principal propósito minimizar los impac-
tos negativos y maximizar los beneficios de la actividad turística
en el entorno sociocultural, ambiental y empresarial, como se ilus-
tra en la imagen a continuación.
Es así como la Ruta del Manglar cuenta en la actualidad con cana-
les sinuosos por donde circula el agua de mar con la ayuda de las
mareas, con una profundidad que oscila entre 70 y 200 cm, apro-
ximadamente, los cuales son objeto de limpieza de sedimentos,
para ayudar a oxigenar el ecosistema y aumentar la capacidad de
mantenimiento y recuperación del mismo. Canales con cerca de
300 metros lineales fueron habilitados para hacer parte del reco-
rrido, sumado a 200 metros navegables frente al manglar dieron
como resultado una ruta de 500 metros disponibles para que los
49CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
BocachicaBocachicaBocachica
CieneguetaCieneguetaCienegueta
Bahía deBahía de
CartagenaCartagena
Bahía de
CartagenaMuelleMuelleMuelle
EntradaEntradaEntrada
PuntoPunto
ObservaciónObservación
Punto
Observación
FuerteFuerte
San FernandoSan Fernando
Fuerte
San Fernando
PlayasPlayasPlayas
Primer recorrido de la Ruta del manglar en CieneguetaPrimer recorrido de la Ruta del manglar en CieneguetaPrimer recorrido de la Ruta del manglar en Cienegueta
Canales
Canales
Canales
Principios de la sostenibilidad del EcoturismoPrincipios de la sostenibilidad del Ecoturismo
(Tomado de: Programa de Transformación Productiva, 2013)(Tomado de: Programa de Transformación Productiva, 2013)
Principios de la sostenibilidad del Ecoturismo
(Tomado de: Programa de Transformación Productiva, 2013)
Maximizar impactoMaximizar impacto
positivo y reducir elpositivo y reducir el
negativonegativo
Maximizar impacto
positivo y reducir el
negativo
Concientizar alConcientizar al
consumidor y anfitrión,consumidor y anfitrión,
para respetar lapara respetar la
integridad delintegridad del
medioambiente y lamedioambiente y la
cultura localcultura local
Concientizar al
consumidor y anfitrión,
para respetar la
integridad del
medioambiente y la
cultura local
Promover la ofertaPromover la oferta
única de valor natural,única de valor natural,
cultural y social decultural y social de
ColombiaColombia
Promover la oferta
única de valor natural,
cultural y social de
Colombia
OportunidadesOportunidades
económicas realeseconómicas reales
para las comunidadespara las comunidades
y habitantes localesy habitantes locales
Oportunidades
económicas reales
para las comunidades
y habitantes locales
Captar fondos para laCaptar fondos para la
conservación yconservación y
protección delprotección del
medioambiente y lamedioambiente y la
cultura localcultura local
Captar fondos para la
conservación y
protección del
medioambiente y la
cultura local
PromoverPromover
experienciasexperiencias
auténticas y positivasauténticas y positivas
entre visitantes yentre visitantes y
anfitrionesanfitriones
Promover
experiencias
auténticas y positivas
entre visitantes y
anfitriones
5150 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
turistas pueden visitarlos bajo la guía de los trabajadores turísti-
cos de Bocachica. La construcción un punto de encuentro en la mi-
tad del recorrido interpretativo por los canales ecoturísticos de la
ruta del manglar, permite realizar la observación ambiental sobre
el medio biótico de los manglares, propiciando al visitante una di-
versidad de retos o desafíos que enfrentar para así lograr enten-
der el ecosistema que está visitando y las formas de contribuir a
su conservación.
En un segundo recorrido, la ruta del manglar contempla el des-
plazamiento de los visitantes a sitios cercanos a Bocachica, por
medio de una embarcación de motor, con capacidad para 6 perso-
nas, con su respectiva dotación de seguridad y salvamento, brin-
dando un servicio en donde se pueden realizar actividades de pes-
ca, avistamiento de aves y especies marinas, y visita a los parches
de mangle como Manzanillo, Varadero, San Rafael, Abanico, en-
tre otros. Diversos paquetes, con itinerarios y recorridos diferen-
tes, fueron diseñados para ofrecer al turista la oportunidad de
compartir con los pescadores, apreciar la naturaleza y conocer las
culturas tradicionales.
Todos estos esfuerzos son indispensables para una verdadera
transformación social y, desde esta perspectiva, es necesario con-
tinuar en la búsqueda de mecanismos de fortalecimiento de la
competitividad de los diversos productos y servicios ecoturísticos
que se ofrecen desde las comunidades locales, para hacerlas más
atractivas, y en caso que aumente la demanda, controlar la oferta
de servicios teniendo en cuenta la carga máxima de visitantes que
pueden interactuar con el manglar; de esta forma, el turismo se-
guirá siendo una de las actividades económicas más representati-
vas de la economía local pero, ante todo, promotora del desarro-
llo social.
El evidente deterioro mostrado en la zona de manglar de Ciene-
gueta a causa de las diferentes presiones por parte de la pobla-
ción, también propiciaron la necesidad de desarrollar e imple-
CieneguetaCieneguetaCienegueta
Bahía deBahía de
CartagenaCartagena
Bahía de
Cartagena
ParchesParches
de Manglarde Manglar
al sural sur
Parches
de Manglar
al sur
Segundo recorrido de la Ruta del manglarSegundo recorrido de la Ruta del manglar
en sitios cercanos a Bocachicaen sitios cercanos a Bocachica
Segundo recorrido de la Ruta del manglar
en sitios cercanos a Bocachica
Vista de los canales de la Ruta del manglarVista de los canales de la Ruta del manglar
por donde circula el agua de marpor donde circula el agua de mar
Vista de los canales de la Ruta del manglar
por donde circula el agua de mar
ParchesParches
de Manglarde Manglar
al norteal norte
Parches
de Manglar
al norte
BocachicaBocachicaBocachica
Mar CaribeMar CaribeMar Caribe
Buceo enBuceo en
CoralesCorales
Buceo en
Corales
5352 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
mentar estrategias que permitan el adecuado manejo del ecosis-
tema de manglar de Bocachica, con el fin de lograr su conserva-
ción y uso sostenible.
Es vital que en el manejo de los manglares, por parte de la comu-
nidad y por los miembros de Aspresertur, tengan en cuenta sus ca-
racterísticas estructurales, funcionales, de regeneración y su gra-
do de intervención para determinar su estado en todo momento,
y de esta forma, orientar su conservación y protección hacia el
mantenimiento de sus funciones ecológicas y los servicios que
presta. El informe sobre “Uso sostenible, manejo y conservación
de los ecosistemas de manglar en Colombia” elaborado por el
MMA (2002), plantea que una alternativa que puede contribuir a
generar un modelo de desarrollo sostenible, que consiste en apli-
car acciones de manejo desde una perspectiva “Ecosistémica”, es
decir, promoviendo la gestión integral de los ecosistemas, en este
caso los manglares, considerando los distintos elementos que in-
fluyen o hacen parte de éste, como el componente ecológico, el
económico y el social, con miras a mantener y restaurar la estruc-
tura y funciones del ecosistema, en la búsqueda del equilibrio en-
tre su uso comercial y su conservación.
De esta manera, la Ruta del manglar se constituye en un mecanis-
mo para reunir a múltiples usuarios, interesados directos y encar-
gados de tomar decisiones en el área, para asegurar un manejo
más efectivo del ecosistema de manglar, logrando al mismo tiem-
po, con la aplicación de los principios de sostenibilidad, el desa-
rrollo económico y la equidad entre las generaciones y dentro de
una misma generación.
Finalmente, considerando la base ecosistémica como esquema de
manejo para las áreas de manglar del corregimiento de Bocachi-
ca, es necesario tener siempre en cuenta las siguientes premisas
básicas durante toda la fase de aprovechamiento relativa al eco-
turismo:
· Los manglares sustentan diversidad de comunidades biológicas
y otros ecosistemas marinos y terrestres y tienen importancia
ambiental económica, cultural y social para las comunidades hu-
manas que habitan en esta área o a su alrededor.
· Se debe buscar la conservación de la estructura y funcionamien-
to de los manglares, teniendo en cuenta que el funcionamiento
y resiliencia de estos, dependen de la relación dinámica con las
especies, entre las especies y su ambiente abiótico, así como con
las interacciones físicas y químicas.
· Se deben considerar las condiciones ambientales del área de in-
fluencia del manglar, que limitan la productividad, estructura,
funcionamiento y diversidad del ecosistema de manglar.
· Se debe asegurar la permanencia de los hábitats donde se for-
man los manglares, garantizando la restauración de las áreas de
manglar que estén altamente perturbadas.
· El uso sostenible de estos ecosistemas implica: usar, aprovechar
y mantener racionalmente sus recursos garantizando la perpe-
tuidad y las oportunidades económicas de las generaciones pre-
sentes y futuras.
· El esquema de manejo debe buscar el equilibrio entre la conser-
vación y el uso de la biodiversidad. La diversidad biológica jue-
ga un papel importante tanto por su valor intrínseco como por
su papel en el mantenimiento del ecosistema.
· Los programas de manejo de ecosistemas de manglar deben: re-
ducir la distorsión del mercado que afectan la diversidad bioló-
gica; ajustar incentivos para promover la conservación de la bio-
diversidad y su uso sostenible; e internalizar costos y beneficios
de los manglares.
· Los objetivos de manejo, deben buscar garantizar el funciona-
miento dinámico del ecosistema a largo plazo.
· Debe considerarse en prospectiva escenarios de cambios del eco-
sistema y el manejo debe adaptarse a esos cambios “Manejo
54 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
Adaptativo”.
· Las actividades realizadas en estos ecosistemas, y que lo pongan
en riesgo, deberán ser sometidas a un estudio previo.
· El manejo de estos ecosistemas debe considerar los efectos ac-
tuales y potenciales de sus actividades, sobre otros ecosistemas
adyacentes. Es necesario hacer un análisis cuidadoso de los im-
pactos para la toma de decisiones.
· Los objetivos de manejo deben definirse por los usuarios, admi-
nistradores, técnicos y la comunidad local teniendo en cuenta el
ámbito temporal y espacial adecuado y promoviendo la conecti-
vidad entre áreas cuando sea necesario.
· Se deben considerar toda forma de conocimiento: el científico,
el tradicional y local, las innovaciones, como elementos claves
para la toma de decisiones.
La protección de los manglares como ecosistemas costeros estra-
tégicos, es posible mediante el planteamiento de objetivos de ma-
nejo que establezcan un equilibrio entre el uso y la conservación,
a través proyectos materializados en acciones sostenibles de recu-
peración y preservación.
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Playa principal de BocachicaPlaya principal de BocachicaPlaya principal de Bocachica
5958 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
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Gestión sostenible manglares Bocachica

  • 1.
  • 2. Adolfo Cortecero Bossio Catalina Julio Giraldo MabelVergel Rodríguez Luis Bechara Polanía Proyecto: Etnodesarrollo y ecoturismo para la gestión sostenible de los manglares de Bocahica www.bocachica.com.co Cienegueta: Memoria de un manglar Proyecto de Etnodesarrollo y ecoturismo para la gestión sostenible de los manglares de Bocahica Sandra Simanca Acosta ASPRESERTUR: Directora Ejecutiva Jose Domingo Pardo Parra Corporación Kontiki Rafael Ignacio Pomares Otero César Augusto Barrera Campo Adolfo Cortecero Bossio Oswaldo Ospino Pájaro Director de Proyecto Adalcy José Meza Ramirez Corporación Kontiki Manuel Epifanio Medina González Oberto Manuel Cárdenas Urango Juan Carlos Julio Racero Autores: Eder Alfonso Gómez Caraballo Adolfo Cortecero Bossio Jamilton Pardo Torres Catalina Julio Giraldo Mabel Vergel Rodriguez Luis Bechara Polanía Con el apoyo de: Asociación de Prestadores de Servicios Turísticos de Bocahica ASPRESERTUR Consejo Comunitario de Bocachica Fundación Acua ISBN: 978-958-59283-0-5 Fotografías: Mabel Vergel - Aspresertur Documento disponible en: www.bocachica.com.co www.corpokontiki.org Primera impresión, Cartagena, Colombia. Noviembre de 2015 © Corporación Kontiki Este documento puede ser reproducido total o parcialmente, por cualquier medio, siempre que se mencione explícitamente la fuente.
  • 3. CONTENIDO PRESENTACIÓN 5 MANGLAR ADENTRO 9 Servicios ecosistémicos de los manglares 9 Manglares de Bocachica – Cienegueta 10 Fauna asociada a las raíces de mangle 13 Fauna 15 Aves 15 Herpetofauna 17 Mamíferos 17 Problemáticas asociadas al manglar de Cienegueta 18 CIENEGUETA: INTERACCIÓN Y SIGNIFICADOS 23 LA RUTA DEL MANGLAR 43 BIBLIOGRAFÍA 55 2 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR Muelle principal de BocachicaMuelle principal de BocachicaMuelle principal de Bocachica
  • 4. ocachica, ubicada a la entrada de la bahía de Cartagena, es Buno de los cuatro corregimientos que componen la isla de Tierra Bomba, además de Caño del Oro, Punta Arena y Tie- rrabomba. También, forma parte de los lugares históricos y sitios de interés de la ciudad de Cartagena por tener monumentos ar- quitectónicos con gran valor histórico, artístico y social, como son la Batería del Ángel de San Rafael y el Fuerte de San Fernando de Bocachica, cuya construcción en piedra data de 1779; no obstan- te, esta pequeña población ha venido sufriendo por largos años los efectos de la pobreza y la exclusión, con una precaria calidad de vida relacionada con la carencia de los servicios públicos de agua y alcantarillado, la falta de infraestructura y bajos niveles de educación. Dentro de este contexto y en el marco del proyecto “Etnodesarro- llo y Ecoturismo para la gestión sostenible de los manglares de Bo- cachica” realizado por la Corporación Kontiki, y más específica- mente en su componente de educación ambiental, se planteó la necesidad de realizar una investigación participativa alrededor de los ecosistemas de manglar de la isla de Tierra Bomba, una ta- rea sobre cuyos resultados descansa este diagnóstico y que tiene la pretensión de convertirse en un insumo fundamental para el desarrollo de una nueva propuesta ambiental aplicable en la zo- na, que hoy por hoy se encuentra altamente afectada por la con- taminación y el manejo inapropiado de los desechos. En ese sentido, el objeto del presente trabajo se constituye en una aproximación al estudio de los manglares de Bocachica, con el propósito de promover la sensibilización y la educación ambien- PRESENTACIÓN CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR4 Fuerte San Fernando de BocachicaFuerte San Fernando de BocachicaFuerte San Fernando de Bocachica
  • 5. 77 tal en la isla, propiciando la participación de la comunidad y de los demás actores sociales en beneficio de la conservación, pro- tección y manejo sostenible de estos ecosistemas. El área de manglar comúnmente denominada por los locales co- mo “Cienegueta”, por su especial ubicación, fue el escenario cen- tral de la investigación. En este lugar, se examinaron los proble- mas ambientales y se estudiaron las posibilidades que brinda el área para desarrollar una propuesta de ecoturismo, sostenible en todos sus aspectos. De esta forma, se revisaron las características biofísicas específi- cas de Cienegueta y se compararon con otras áreas de manglar cercanas al pueblo, además, se identificaron las diferentes pro- blemáticas ambientales que históricamente presenta este sector. Seguidamente, se determinaron los usos y las relaciones que la co- munidad progresivamente ha establecido con el manglar durante los últimos años, enfatizando en aspectos económicos y sociocul- turales. Finalmente, se describe la denominada “Ruta del Man- glar”, que encierra la propuesta de emprendimiento local para el aprovechamiento sostenible de las áreas naturales con potencial turístico; y se concluye, con una serie de premisas básicas, que de- finitivamente son fundamentales a la hora de realizar una planifi- cación ambiental en estos particulares ecosistemas, privilegiando siempre la recuperación y conservación de la gran diversidad de flora y fauna existente. Uno de los aspectos a resaltar en este proceso fue la participación de un grupo de jóvenes de la comunidad en las actividades de in- vestigación, que junto al equipo de trabajo de la Corporación Kon- tiki, consultaron a líderes y a personas conocedoras de las histo- rias locales de Bocachica, para así tratar de entender las relacio- nes y representaciones de los manglares para los nativos de la is- la. Este mismo grupo de jóvenes, constituidos en el proceso como el grupo de investigación “Amigos del Manglar”, acompañaron las jornadas de reconocimiento tanto de Cienegueta como algu- nas áreas de manglar vecinas, lo que permitió una mayor com- prensión de las diferentes dinámicas y factores que afectan la sa- lud de los manglares. El ejercicio de reconstruir la memoria de los habitantes de Boca- chica, junto a sus reflexiones sobre la temática abordada, y la ca- racterización ecológica del Manglar, fueron fundamentales para la construcción del conocimiento científico y social en torno al te- ma, de manera que la producción del conocimiento desde el inte- rior de la comunidad y la apropiación del mismo, junto a la apli- cación de los conceptos y principios que aporta la ecología, per- mitieron que los habitantes de Bocachica analizaran su relación con este valioso ecosistema, en términos de respeto, valoración y de aprovechamiento sostenible. Además, un conocimiento integral del ecosistema permitirá, en primera instancia, un reconocimiento más consciente de las nece- sidades del manglar como unidad biológica que propicie una inte- racción más saludable con el mismo. Y en segunda instancia, la identificación de las representaciones y los usos que la comuni- dad hace del manglar terminarán por incluir el ecosistema en sus relatos históricos, fortaleciendo su sentido de pertenencia y fo- mentando la responsabilidad de todos y todas en el cuidado am- biental. CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
  • 6. os manglares son bosques inundados o ecosistemas de pan- Ltanos que se encuentran en donde se unen aguas dulces y salobres en las zonas litorales tropicales y subtropicales. Estas asociaciones vegetales costeras presentan adaptaciones es- peciales que les permiten intercambiar gases en el suelo marino con bajas o nulas concentraciones de oxígeno, altos niveles de sa- linidad y distintos patrones de inundación. Tales adaptaciones les permiten colonizar suelos reducidos, inestables, poco airea- dos e inundados y con altas salinidades, factores propios de am- bientes estuarinos (MMA, 2002). Los manglares se desarrollan en la zona que se crea entre el me- dio acuático y el terrestre, formando un sistema ecológico anfi- bio, caracterizándose por un lavado diario al estar sometido a los movimientos de la marea, la cual seca e inunda el terreno, lo que le proporciona una rica y variada biodiversidad perteneciente a ambos medios. Este ecosistema, constituye la vegetación más im- portante en cercanías de la población de Bocachica por su diver- sidad ecológica y su extensión. Servicios ecosistémicos de los manglares Los manglares se consideran ecosistemas estratégicos debido a los bienes y servicios ambientales que ofrecen (Uribe y Giraldo, 2009). A nivel biológico, los manglares albergan en su parte aé- rea aves, reptiles, insectos, moluscos y mamíferos, en la zona in- termareal a moluscos, insectos y crustáceos, y en la parte sumer- MANGLAR ADENTRO 8 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CanalCanal del Diquedel Dique Canal del Dique MarMar CaribeCaribe Mar Caribe ZonaZona IndustrialIndustrial de Mamonalde Mamonal Zona Industrial de Mamonal Isla deIsla de Tierra BombaTierra Bomba Isla de Tierra Bomba CañoCaño del Orodel Oro Caño del Oro BocachicaBocachicaBocachica Bahía deBahía de CartagenaCartagena Bahía de Cartagena CartagenaCartagenaCartagenaBocagrandeBocagrandeBocagrande MangaMangaManga CentroCentroCentro Canal de Acceso Canal de Acceso Canal de Acceso Punta ArenaPunta ArenaPunta Arena TierrabombaTierrabombaTierrabomba 111 222 1 2 ArarcaArarcaArarca CanaldelDique CanaldelDique CanaldelDique PasacaballosPasacaballosPasacaballos BaruBaruBaru Fuerte de San Fernando de BocachicaFuerte de San Fernando de Bocachica Batería del Ángel de San RafaelBatería del Ángel de San Rafael Fuerte de San Fernando de Bocachica Batería del Ángel de San Rafael Bahía deBahía de CartagenaCartagena Bahía de Cartagena (Fecha de imagen: 4/1/2015. Fuente: Google Earth, 30 Km altura) Ciénaga deCiénaga de la Virgenla Virgen Ciénaga de la Virgen
  • 7. gida a los celenterados como medusas, esponjas, moluscos, poli- quetos, crustáceos y peces, ofreciendo refugio y alimento en las etapas críticas de los ciclos de vida de muchas de estas especies, que utilizan los manglares como áreas de reproducción y crianza. Asímismo, constituyen un acervo genético (material genético de la totalidad de los individuos existentes en una población) funda- mental para las comunidades de plantas y animales que allí se en- cuentran (Álvarez-León, 2009; Díaz, 2010). Este ecosistema tiene también un papel importante en el ciclo del carbón, dado que son sumideros de CO2 y fuentes de carbón oceá- nico (Uribe y Urrego, 2009). A nivel físico, el bosque de manglar por su altura y condición densa actúa como una barrera efectiva contra vientos, atenuando los efectos de olas y corrientes, lo que da como resultado la reducción de la erosión en las costas. Adi- cionalmente, las raíces de los mangles atrapan lodo, arena y sedi- mentos, que sirven para añadir terreno y estabilizar el perfil cos- tero, asegurando así las líneas de orilla (Díaz, 2010; Majluf, 2002). Por último, a nivel socioeconómico estos ecosistemas pro- porcionan a las comunidades locales productos forestales como carbón, leña, madera y materiales para la construcción (Uribe y Urrego, 2009; Majluf, 2002). De otro lado, el aprovechamiento de los recursos y productos hi- drobiológicos, como es el caso del recurso pesquero, es muy co- mún entre las comunidades aledañas, especialmente para la pes- ca blanca, crustáceos (camarones y cangrejos) y moluscos (chipi- chipi, mejillón y ostra). Además, estas zonas son utilizadas como objeto de interés paisajístico durante los recorridos organizados para el fomento del ecoturismo. Manglares de Bocachica – Cienegueta De acuerdo con CARDIQUE (2007), en Tierra Bomba, a pesar de su extensión reducida, los manglares de la isla ofrecen una gran variedad de ambientes, dada las formas tan variadas del litoral y los numerosos contactos con otros ecosistemas: bosque seco, ma- torral halófilo (especies de plantas con altos niveles de tolerancia a la salinidad), lagunas costeras. Sin embargo, la isla es una de las áreas de mayor potencial para el desarrollo turístico de alto nivel. lo que sumado al desarrollo urbano desordenado del que actual- mente son objeto sus poblaciones, generan en conjunto una fuer- te presión sobre los ecosistemas de manglar que se encuentran en la zona. Según INCOPLAN (2009), la zona de manglar de la isla cubre so- lo el costado de la bahía de Cartagena entre Bocachica y la parte sur de la población de Tierrabomba, pero en forma de parches o franjas. Sobre el sector de Bocachica, entre el castillo de San Fer- nando y la población de Bocachica, hay un sector de manglar co- nocido como “Cienegueta” de aproximadamente tres hectáreas, 10 11CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR . Manglar de Cienegueta
  • 8. ma, hay que tener en cuenta que el estado del manglar también se ve influenciado por actividades de origen antrópico que segura- mente están alterando su dinámica natural. A pesar de este bajo desarrollo se pudo observar la proliferación del mangle por regeneración natural, la presencia de plántulas y semillas de mangle rojo, llamados propágulos, que tienen forma de lanza, que caen al sustrato y se entierran en él o que flotan has- ta encontrar un terreno donde desarrollarse, fue notoria, lo que puede dar una idea de la capacidad de resiliencia del bosque de manglar para reproducirse y mantenerse en el tiempo, absor- biendo la perturbaciones, sin alterarse significativamente, e in- tentando siempre regresar a su estado original. Fauna asociada a las raíces de mangle En el año 2009, INCOPLAN realizó un estudio de la macrofauna de la bahía de Cartagena asociada a las raíces de mangle de las cié- nagas Honda Coquito y Caño del Oro, áreas cercanas a la pobla- ción de Bocachica, encontrando mejillones de la familia Mytili- dae, las especies de ostras, Crassostrea rhizophorae y Ostrea 13CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLARCIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR12 compuesto principalmente por mangle rojo (Rhizophora man- gle), mangle blanco (Laguncularia racemosa) y mangle negro (Avi- cennia germinans); sobre las partes más altas se encuentra el cle- món (Tespesia populnea), una especie que generalmente está aso- ciada a los manglares. Hacia el costado nororiental, en donde termina la población de Bocachica, se aprecia otro pequeño parche de manglar compues- to por mangle rojo, mangle blanco y mangle negro, con una altu- ra promedio de 2 metros y el cual ha sido completamente interve- nido tanto por la tala, como por su utilización como botadero de basura. El manglar de Cienegueta se recorrió con “Los Amigos del Man- glar”, un grupo ambiental conformado por estudiantes de la Institución Educativa Benkos Biohó, para realizar una caracteri- zación basada en la percepción y en el conocimiento que ellos te- nían sobre los manglares. Durante la visita al manglar se estable- ció que la especie dominante es el mangle rojo (R. mangle) debi- do a las características de los limos de ese sector de la Bahía. El li- mo se refiere al sedimento transportado en suspensión por el mar y por el viento, que se deposita sobre los terrenos inundados por la marea. Los mangles presentan una altura promedio de 7 me- tros y un área basal baja, es decir, un bosque con una baja densi- dad que indica que no tiene un gran desarrollo. Hacia el interior, en la zona de menor inundación y de suelo un po- co más consolidado, suele predominar el mangle negro (A. germi- nans) y el mangle zaragoza (Conocarpus erectus). Esta distribu- ción de los manglares obedece a la zonación típica que suelen pre- sentar los manglares de acuerdo a su adaptabilidad a los terrenos con más o menos inundación y a suelos más o menos fangosos. Sin embargo, contrario a esto, se encontraron pocos especímenes de mangle negro en el manglar de “Cienegueta”. En general, el manglar de este sector no muestra estructuralmen- te un gran desarrollo lo que puede ser atribuido al déficit hídrico presente en la zona, sumado a las altas temperaturas. De igual for- Propágulos en el manglar de Cienegueta
  • 9. equestris, los bivalvos Isognomon alatus, Brachidontes dominguen- sis y Martesia sp., un gasterópodo, Stramonita haemastoma, el crustáceo cirripedio Balanus amphitrite y esponjas pertenecientes a los géneros Halichondria y Haliclona. La riqueza de especies reportadas en ese año es significativamen- te inferior a la registrada en los años 1977 y 1988 en los cuales se encontraron 123 especies de moluscos. De acuerdo a INCOPLAN (2009), esto se debe probablemente a que gran parte de las raíces aéreas de los mangles han sufrido tala por parte de los recolecto- res de ostras, actividad que se realiza en la bahía desde finales de los años 70. Las ostras, además de considerarse una importante fuente alimenticia también acumulan metales pesados presentes en el ambiente marino, con lo cual, de llegar a ser consumidas, po- drían convertirse en un problema de salud debido a la contami- nación presente. En las ostras de la bahía de Cartagena se han en- contrado concentraciones de Cadmio que exceden los límites má- ximos permitidos para el consumo humano. Según Manjarrez et al., (2008) en ostras capturadas en los sectores de Álcalis, Boca- 1514 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR chica, Caño del Oro, Caño Zapatero, Ciénaga Honda y Zona Fran- ca se encontraron altos valores de Cadmio, siendo Ciénaga Hon- da y Bocachica los sitios donde se detectó mayor concentración del metal en las ostras (25,75 mg Cd/kg y 15,11 mg Cd/kg, res- pectivamente). En la salida efectuada con el grupo ambiental se observaron gran cantidad de ostras asociadas a las raíces del mangle rojo. Fauna Según pobladores de Bocachica, en este manglar se avistan gran cantidad de aves, principalmente pelicanos y garzas; las iguanas, los murciélagos y la zorra manglera también suelen ser muy co- munes de encontrar. En el estudio de impacto ambiental que rea- lizó Aqua & Terra (2014) para el dragado de profundización y am- pliación del canal de acceso a la bahía de Cartagena, se reporta- ron especies de los diferentes grupos taxonómicos presentes en los manglares de la bahía de Cartagena. Aves Generalmente, este grupo es de los más diversos y abundantes en los ecosistemas zonas de manglar, ya que los manglares se consti- tuyen en uno de los hábitat de importancia para diferentes espe- cies de aves locales o migratorias, dadas las condiciones de refu- gio y alimentación que estos les ofrecen y por su interacción con otros ambientes, como playas, ciénagas, caños de aguas dulces y salobres, planos inundables de los ríos, el ambiente marino y los árboles en sí, ya sea de las mismas especies de manglar o de otras asociadas. Por lo general, éstos ambientes les sirven como sitios de alimentación, anidación y protección contra los predadores. En cuanto a las aves asociadas a los bosques de manglar, en la bahía de Cartagena se han reportado 27 especies, pertenecientes a 16 familias y 10 órdenes, siendo los pelecaniformes el orden más representativo con nueve especies (Tabla 1).Ostras en las raíces de mangle rojoOstras en las raíces de mangle rojoOstras en las raíces de mangle rojo
  • 10. 17CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR Herpetofauna La herpetofauna hace relación a los anfibios y reptiles presentes en las zonas de manglar. De forma general, la presencia de repti- les en el manglar está condicionada por los grados de salinidad que se presenten; por ejemplo, es muy común que la población de este grupo aumente en ambientes dulceacuícolas, como es el caso de las serpientes y los lagartos. Para el caso de los anfibios, como los sapos, éstos se consideraban como uno de los grupos menos representativos de las áreas de manglar en el Caribe colombiano, ya que su presencia está condi- cionada principalmente a las características de salinidad que se den en el hábitat específico; estando por lo general asociados a ambientes pantanosos donde las salinidades son bajas (Ulloa- Delgado y Cavanzo-Ulloa, 2003). La herpetofauna asociada al manglar en la bahía de Cartagena se puede observar en la Tabla 2. Mamíferos La presencia de especies de mamíferos en las áreas de manglar, es- tá condicionada a los ambientes circunvecinos como los bosques xerófilos, subxerófilos (asociaciones vegetales específicamente adaptadas a la vida en un medio seco, donde hay déficit de agua) e hidrófilos de los cuales son característicos estos grupos, pero cu- ya ocupación puede extenderse hacia áreas de estuarios y man- glares. Algunas especies de mamíferos incluso colonizan estos ambientes en busca de refugio dado el deterioro que muestra su ambiente habitual y otras encuentran en las áreas de manglar, además de hábitat, condiciones favorables para su alimentación y reproducción. Dentro de las especies de mamíferos reportados en la bahía de Cartagena se destacan los que se describen en la Tabla 3. 16 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR Tabla 1. Aves asociadas al manglar Tabla 2. Herpetofauna asociada al manglar FAMILIA ESPECIE NOMBRE COMUN Accipitridae Pandion haliaetus Águila pescadora Rostrhamus sociabilis Gavilán caracolero Cathartidae Coragyps atratus Gallinazo Anatidae Anas discors Barraquete Cairina moschata Pato real Trochilidae Lepidopyga coeruleogularis Colibrí zafiríno Lepidopyga lilliae Colibrí cienaguero Laridae Larus atricilla Gaviota Alcedinidae Ceryle torquata Martín pescador Falconidae Falco peregrinus Halcón peregrino Emberizidae Sicalis flaveola Canario Icteridae Quiscalus mexicanus María mulata Ardeidae Ardea sp. Garza morena Ardea cocol Garza gris o parda Casmerodius albus Garza real Egretta caerulea Garza azul Egretta thula Garza blanca Pelecanidae Pelecanus occidentalis Pelicano Phalacrocoracidae Phalacrocorax olivaceus Pato buzo Threskiornithidae Phimosus infuscatus Coquito Platalea ajaja Pato cuchara Parulidae Dendroica petechia Canario manglero Psitacidae Amazona ochrocephala Loro Aratinga pertinax Cotorra carisucia Brotogeris jugularis Perico Pionus sp Cotorra Anhingidae Anhinga anhinga Pato aguja Fuente: Aqua & Terra, 2014 FAMILIA ESPECIE NOMBRE COMUN Bufonidae Rhinella marina Sapo común Hylidae Hypsiboas crepitans Rana cantora Hypsiboas pugnax Rana Boidae Boa constrictor Boa Corallus hortulanus Boa arborícola Corytophanidae Basiliscus basiliscus Cruzarroyos Iguanidae Iguana iguana Iguana Teiidae Ameiva ameiva Lobito Tupinanbis teguixin Lobo pollero Fuente: Aqua & Terra, 2014
  • 11. Durante los recorridos diurnos por el manglar, es común observar a la zorra manglera, una especie de “Mapache” que se caracteriza por ser buen trepador, se alimenta de crustáceos, peces, aves pe- queñas, caracoles, insectos, tortugas y ranas. También, come fru- tas, semillas y algunas plantas, y vive en los huecos de árboles, grietas en las rocas o en madrigueras de otros animales. Problemáticas asociadas al manglar de Cienegueta A pesar de la importancia ecológica y económica de los mangla- res, su destrucción aumenta conforme avanza el desarrollo de las poblaciones asentadas en las costas y con el consecuente incre- mento de la densidad de pobladores. Esta destrucción se debe principalmente al desarrollo urbano, la tala para construcciones y leña, la acuicultura y la sobreexplotación para consumo huma- no de las especies encontradas en este ecosistema. En el manglar de Cienegueta una de las problemáticas más evi- dentes, y que se observa claramente cuando se hacen los recorri- dos por el manglar, es la disposición de residuos sólidos en sus al- rededores, tanto en el sector externo donde permanece inundado como en el sector interno que colinda con las casas de los pobla- dores del corregimiento de Bocahica. Otra problemática importante relacionada con el manglar de Cie- negueta, que se logró comprobar durante los recorridos realiza- dos para esta investigación, fue la tala indiscriminada, bien sea 18 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR 19CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR Zorra MangleraZorra MangleraZorra Manglera Tabla 3. Mamíferos asociados al manglar FAMILIA ESPECIE NOMBRE COMUN Procyonidae Procyon lotor Zorra manglera Molossidae Molossuss molossuss Murciélago Noctilionidae Noctilio arbiventris Murciélago Didelphidae Chironectes minimus Rata de agua Sciuridae Sciurus sp. Ardilla Fuente: Aqua & Terra, 2014
  • 12. por la ampliación del pueblo o para utilización de la madera para construcción y otros usos. Sin embargo, la observación de imáge- nes satelitales del área no evidencia una reducción significativa de la cobertura del manglar en los últimos 10 años, desde el 2005, como se puede observar en la siguiente imagen. 20 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR Residuos sólidos en la zona del manglarResiduos sólidos en la zona del manglarResiduos sólidos en la zona del manglar 21CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR Manglar Cienegueta Bahía de Cartagena Castillo San Fernando Mar Caribe BocachicaBocachicaBocachica Cobertura del manglar Cienegueta en Bocachica (Fecha de imagen: 4/1/2015. Fuente: Google Earth, 1.28 Km altura) Los pobladores señalan también la disminución de la fauna local como una importante problemática en este manglar, ya que al compararlo con el que se encuentra en el sector vecino de Caño del Oro, la ausencia de animales es notoria. La razón principal es obviamente su cercanía con el pueblo, ya que Cienegueta colinda de forma inmediata con los patios de las casas que lo rodean, lo que ha traído como consecuencia que el lugar se utilice como ba- surero y ante la falta de un sistema de alcantarillado en Bocachi- ca, el manglar también se ve afectado por la continua contamina- ción por las aguas residuales domésticas provenientes de las vi- viendas aledañas; los resultados a largo plazo de está situación es el deterioro paulatino del buen estado del manglar, que seguirá
  • 13. 22 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR os viajeros Antonio de Ulloa y Jorge Juan y Sandilla conta- Lban en 1735 que en la Bahía de Cartagena abundaban pe- ces saludables y de “buen gusto”, siendo el sábalo el más co- nocido. También había tortugas muy grandes con buen sabor y “mostruosos tiburones… perjudiciales a la gente de mar, pues acometen a los hombres estando en el agua, y se los comen” (Dea- vila y Guerrero, 2011). No es difícil imaginar la Bahía de Cartage- na como un lugar lleno de vida, albergue de diferentes ecosiste- mas, rico en flora y fauna, desde mucho antes de que el Canal del Dique desembocara allí y por supuesto, muchísimo antes de la lle- gada de los residuos químicos aportados por el complejo indus- trial de Mamonal, adyacente al costado sur de este cuerpo de agua. Sumando al conjunto geográfico y paisajístico, la bahía es- tá protegida naturalmente por la Isla de Tierra Bomba, lo que ha hecho que Cartagena no solo se caracterice por su vocación turís- tica sino, desde tiempos atrás, por su vocación portuaria. Sobre la historia del puerto de Cartagena se ha escrito suficiente- mente (Solano de las Aguas, 2003) y se le ha reconocido como tal desde la fundación de la ciudad por parte de los españoles. Luego de un período de decadencia a inicios del siglo XIX, el puerto ha si- do ampliado, reestructurado y modernizado en las últimas déca- das del siglo XX y XXI, respondiendo a las demandas económicas y de infraestructura del comercio nacional e internacional. El puerto, la industria, la sobre explotación pesquera y los desechos del consumo humano en general, han producido un deterioro am- biental de la Bahía a lo largo del tiempo, causando a la vez la transformación del paisaje y de las formas de interacción entre los seres humanos y el lugar. Por ejemplo, la disminución de la ac- CIENEGUETA: INTERACCIÓN Y SIGNIFICADOS generando una alteración del hábitat de la fauna silvestre carac- terística de estos ecosistemas. El manglar de Cienegueta no solo se ve afectado por las activida- des de carácter antrópico derivadas de la población de Bocachica, sino que también por estar ubicado en la bahía de Cartagena, pre- cisamente en la entrada al canal de acceso a la misma, lo hace pro- penso a recibir toda la contaminación proveniente de la actividad portuaria e industrial del sector de Mamonal. A la fecha, el canal de acceso por Bocachica tiene una profundi- dad de 20 metros que permite el ingreso de forma segura de bu- ques portacontenedores y embarcaciones de grandes dimensio- nes y capacidad que utilizan la infraestructura marítima y portua- ria de Cartagena. Sin embargo, las operaciones de dragado, la construcción de puertos, la eliminación de materiales, el desarro- llo de la zona industrial y un mayor tránsito marítimo por el canal de acceso, resultan en impactos directos por la liberación de con- taminantes al medio ambiente, que indudablemente terminan agudizando el estado crítico de los manglares existentes en la bahía de Cartagena. Paso de buques portacontenedores por el canal de acceso
  • 14. 25CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR nitarias de Cartagena, el canal produce contaminación, deterioro de la calidad del agua y sedimentación; modifica el lecho de la bahía, dificulta la navegación y “afecta la capacidad de crianza y producción de diversos recursos”. El ecosistema de manglar también ha hecho presencia en franjas muy amplias alrededor de toda la bahía, clasificadas en dos gru- pos según el plan de Diagnóstico y Zonificación de Áreas de Man- glar, aprobado por el Ministerio del Medio Ambiente del año 2000 (MMA, Resolución 694). Un área de preservación del man- glar, compuesta por los bosques del sector de Varadero y en las is- las de la bahía, como las Islas Draga y Abanico. Y un Área de recu- peración o restauración del manglar, conformada por los bosques de la “Isla de Tierra Bomba, Ciénaga de Coquito a la Carbonera y los sectores de Mamonal y Manzanillo”. Las áreas de preservación se diferencian de las áreas de recupera- ción por ser bosques de manglar más saludables. Lo que quiere de- cir que las áreas de recuperación o restauración se encuentran en estado más crítico y necesitan de atención y medidas para mejo- rar su estado. Del manglar en estado de recuperación o restaura- ción que nos vamos a ocupar aquí es el que corresponde a uno de los parches que aún se mantienen en el corregimiento de Boca- chica, específicamente el que se conoce con el nombre de “Ciene- gueta”. Se debe tener en cuenta que todas las dinámicas y altera- ciones que se producen en los ecosistemas de la bahía, inciden di- rectamente sobre Bocachica, que forma parte de la Isla de Tierra Bomba, y que es colindante en su parte sur, de extremo a extre- mo, con la bahía. Muchas personas afirman que las playas de Bocachica que se fun- den con la Bahía de Cartagena, estaban cubiertas por el mangle. De hecho, el pueblo como tal es recordado por su abundante vege- tación en los tiempos en que la mayoría de sus habitantes se dedi- caban principalmente a la agricultura y a la pesca; eran los tiem- pos en los que se sembraba ahuyama, sandía, ajonjolí, maíz, ca- raota, fríjol y millo. Los diferentes bosques de mangle servían co- mo corredores naturales para ir de un lugar de la costa a otra, 24 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR tividad pesquera a causa de la reducción de la población de pe- ces. En la bahía se reconocen diferentes tipos de ecosistemas, como los pastos marinos, arrecifes de coral y el estuarino. Según CARDIQUE, en su Plan de Acción Trianual 2001-2003, “la bahía de Cartagena tiene origen en una barrera coralina que forma la ca- dena de islas de Tierra Bomba, Barú e Islas del Rosario. A partir del siglo XVII con la construcción del Canal del Dique, tiene gran- des transformaciones morfológicas y sufre paulatinamente el cambio de ambiente coralino a ambiente estuarino, caracteriza- do entre otros factores por la presencia de manglar” (CARDIQUE, 2001). Esto quiere decir, que con la llegada del Canal del Dique se ha reducido el coral considerablemente, dando lugar a la emer- gencia de otro tipo de ecosistema que se conoce con el nombre de estuario y que se caracteriza por la mezcla del agua salobre del mar con el agua dulce del río. Los manglares son comunes en este último ecosistema y los en- contramos haciendo parte importante en la Bahía de Cartagena, en las zonas de Manzanillo, islas de Tierra Bomba y Barú. El cam- bio de ecosistema produce transformaciones morfológicas como afirma Cardique, y lógicamente un cambio en la flora y la fauna. El deterioro del coral en la bahía se debe a que ya no hay condi- ciones físicas para este tipo de ecosistema, debido al aumento de la sedimentación, a la turbidez de las aguas y otros factores. Dice Cardique que “el ecosistema de pastos marinos, al igual que el de arrecife de coral, ha sido el más afectado por las modificaciones morfológicas sufridas con la incorporación del Canal del Dique y los efectos drásticos de la sedimentación.” Aunque el estuario supone una riqueza natural “altamente pro- ductiva”, en el caso de la bahía de Cartagena, el Canal del Dique trae problemas ambientales toda vez que a su paso por los muni- cipios ribereños, ese brazo artificial del río Magdalena, recoge de- sechos líquidos y sólidos que llegan a la bahía sin un manejo ade- cuado ni una disposición final de desechos (CARDIQUE, 2001). Por lo tanto, junto con las actividades industriales, turísticas y sa-
  • 15. 2726 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR principalmente para llegar a la punta suroccidental del pueblo, donde se ubica el Fuerte de San Fernando, y de allí a la playa. Hoy en día, ya no hay una franja continua de mangle sobre la costa sur sino unos pocos parches de manglar; el más frondoso es el de Cie- negueta, al lado del fuerte de San Fernando en el occidente, un re- manente en la Punta de Mananina y una línea corta al final del pueblo al oriente, que limita con la población de Caño de Loro. En diálogos sostenidos con diferentes habitantes de Bocachica, oriundos de allí y la mayoría gente adulta, a través de entrevistas, nos contaron de su relación con el manglar a lo largo de sus vidas, testimonios de los cuales pudimos inferir las distintas representa- ciones o imágenes mentales y significaciones que la gente tiene sobre este ecosistema, de acuerdo a las diferentes interacciones que han tenido con él. Para varias personas, el manglar es algo que simplemente está ahí, que “no tiene nada de atractivo”, que forma parte de la geografía del lugar, como una entidad indepen- diente que hace parte de la naturaleza. “Allí solo viven animales como la iguana, los murciélagos, distintas especies de aves y de peces, los cangrejos, las culebras y la guartinaja”, afirmaba uno de los entrevistados en el Centro de Vida, un lugar que funge co- mo espacio cultural en la población. Incluso, relata Marcelino Castro, que alguien en algún momento, datos que no son precisos en la memoria de los bocachiqueros, llegó con una cuadrilla de macheteros a talar casi todo el mangle del bosque de Cienegueta. Y que la gente aplaudía cuando se cortaron los primeros troncos, dado que la concepción que se tenía del manglar era la de ser sim- plemente monte. Pero cuando se pregunta a la gente de Bocachi- ca, específicamente por los usos que se le ha dado al manglar o por las relaciones que han establecido con él, empieza a revelarse una relación estrecha con estos bosques, expresada en diferentes actividades culturales, económicas y ecosistémicas. Una de las cosas de mayor recordación es que el mangle ha sido un lugar de juegos de chicos y adolescentes. Las raíces de los árbo- les de mangle, curvas y sobresalientes, a veces a más de un metro sobre el agua, reta a los niños a caminar sobre ellas sin caerse, a descargar sus cuerpos boca abajo para observar lo que ocurre den- Vista del manglar en CieneguetaVista del manglar en CieneguetaVista del manglar en Cienegueta
  • 16. 29CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR En algunos casos, como recuerda Marcelino Castro, las personas buscaban nidos de garza para “robar” sus huevos y comérselos. O simplemente perseguían iguanas, cangrejos o las famosas zorras del manglar, que son los mamíferos más grandes que habitan en Cienegueta. Otra persona entrevistada, contó que también roba- ban pequeños cerdos para comerselos, de esos que transitaban por el manglar, seguramente proveniente de algún patio colin- dante. Un joven lanchero, contaba mientras el equipo de investigación hacía un recorrido interno en el manglar de Cienegueta, que cuan- do las zorras salen fuera del manglar, la gente las ahuyenta para que vuelvan a su hábitat. Al parecer, no sufren maltrato por parte de los humanos, incluso fue posible ver un cachorro de esta espe- cie criado como mascota en uno de los patios colindantes a Ciene- gueta. Sin embargo, también se pudo observar a unos niños arro- jando piedras a una familia de zorras mangleras que merodeaban entre las basuras depositadas a la orilla de uno de los mangles. Na- die en la comunidad dijo haber comido “zorra”; y es que este ani- malito despierta inquietud en la mayoría y temor en algunos ni- ños, como algunos vigías ambientales del Colegio Benkos Biohó. Aunque más inquietud despiertan los chiflidos que se escuchan en las noches y que un grupo de mujeres, en medio de un Labora- torio Artístico que se realizó para recoger impresiones sobre el manglar, dijeron que provenían muchas veces precisamente de es- tos bosques, refugio de brujas y “aparatos”. Cuando algo así suce- de, cuando se manifiestan brujas y aparatos desde el manglar, es tema de especulaciones y corrillos al día siguiente en Bocachica. La relación de los lugareños con el mangle tiene que ver desde to- do punto de vista con los servicios que este presta al ser humano. En entrevistas grupales afirmaron que anteriormente, del man- gle se extraía madera para fabricar techos de casas o solares. Hay quienes dicen, como el señor Saúl Dávila, que la madera igual- mente se usó para la fabricación de embarcaciones pequeñas y ru- dimentarias; con ellas, también se iba a pasear o explorar el man- glar. Seguramente, en ese tiempo hubo árboles de mangle con troncos más robustos que los que se pueden encontrar ahora, y 28 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR tro del agua, “a ver los parditos (peces) desde los matojos”, como afirma uno de los abuelos del Centro de Vida, o simplemente a realizar recorridos de exploración. En entrevista a Rodolfo Casa- nova, el carpintero de Bocachica, contó que cuando era niño juga- ba al “chocoro” con sus primos y amigos. El “chocoro” significa ju- gar a “la casita” o “al papá y a la mamá”, así construían casitas de mentiras con madera y escombros que encontraban en el mangle, simulando la cotidianidad de un hogar, seguro organizándose en un juego de roles que implicarían risas y peleas. Una mujer, tam- bién del Centro de Vida, recordaba que era común ir al mangle a jugar entre el lodo, en el que una persona se puede hundir hasta más de un metro de profundidad. Pero hay que tener cuidado con las raíces de los mangles que resultan ser cortopunzantes por sus formas puntiagudas. Ella contó haber sufrido un pequeño acci- dente en el que se cortó un pie, razón por la cual no volvió nunca más a jugar allí. También, el mangle significa iniciarse en la pesca debido a que es lugar de refugio de algunas especies ícticas para reproducirse y alimentarse. Niños y adultos van al mangle a pescar, cada vez me- nos porque la población de peces ha disminuido, y en el caso de los niños, porque otras actividades y otros intereses (el estudio, in- ternet, teléfonos y tabletas inteligentes) los ocupan. Pero para los viejos, que no fueron a la escuela, recuerda de nuevo Marcelino Castro, en los tiempos en los que a la isla no había llegado la luz eléctrica, era común salir a pescar a los alrededores del pueblo, y uno de los lugares preferidos era el mangle. Peces como el pargo bocarroja, la isabelita negra, la picuda pequeña, la cojinúa, la mo- jarrita “que se pega a los muertos”, hacían presencia en los man- gles y en general en la bahía. Con varilla de madera se pescaba langosta, róbalo, zargo y mojarra rayada. Las ostras que se ado- san a las raíces del manglar han sido siempre extraídas para el consumo y, ahora, para vender a los turistas. La honda (una espe- cie de resortera que lanza piedras) se utilizó para cazar por diver- sión; recuerdan haberle apuntado a una que otra ave de las que se dice ver hoy en menor número en comparación a otros tiempos. Las aves del manglar son las típicas de los ecosistemas estuarinos, como la garza, la cotorra, la tijereta, el pelícano y la mariamulata.
  • 17. 3130 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR que posibilitaban esos usos, o se trataba de otro tipo de árbol. Pa- ra conseguirlos hoy en día los pescadores ya no acceden al man- gle de Cienegueta sino a sitios lejanos a la Bahía de Cartagena, en manglares cercanos al Canal del Dique. Por otra parte, el manglar sirve para contrarrestar la fuerza de los vientos que se producen cuando se presentan tormentas o a causa de los coletazos de fenómenos naturales como los huracanes. Uno de los eventos más recordados por los viejos es el paso del hu- racán Joan, por allá en el año 88, que hizo estragos en el mar Cari- be (Revista Semana,1988). En Cartagena y municipios aledaños al Canal del Dique hubo inundaciones, lo que incrementó la tur- bidez de las aguas de la bahía, pero en Bocachica no hay recuer- dos de pérdidas materiales, pero sí el de fuertes vientos que fue- ron soportados por el manglar. Marcelino Castro dice que lo más destacado del coletazo del Joan en Bocachica, fue la aparición de unos restos humanos que fueron desenterrados por la fuerza del viento, en el sector de la playa que no está protegido por los man- gles. Aunque no hubo consecuencias fatales para los bocachique- ros en esa ocasión, la gente del lugar reconoce que los bosques de manglar sí actúan como barreras naturales, tanto en la época de los vientos Alisios como en la de los huracanes del Caribe. De la misma manera, el mangle protege a la isla del impacto por las olas del mar. Su capacidad de aprovechar los sedimentos que se acumulan en las raíces de los árboles, hacen que el suelo se con- solide y las costas resistan el impacto del oleaje permanente (Vi- llalba Malaber, s.f.). La tranquilidad de las aguas de la Bahía de Cartagena se ha alterado con el tránsito constante de embarca- ciones de gran calado que acceden al puerto de la ciudad, uno de los más importantes del país, cuyo actividad se incrementa cada año debido a las políticas de apertura económica y tratados de li- bre comercio (FDN, 2013). De hecho, los estudios más importan- tes sobre este ecosistema que se han hecho en los últimos años, han sido para medir el impacto del dragado y ampliación del ca- nal de la bahía para el tránsito de grandes embarcaciones, que agudizan el estado crítico de los manglares de Tierra Bomba y Manzanillo. “El dragado ha acabado con el pescado”, afirma San- Paseos en canoa frente a CieneguetaPaseos en canoa frente a CieneguetaPaseos en canoa frente a Cienegueta
  • 18. 33CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR32 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR tiago Caraballo, nativo de Bocachica. Pero este daño es irreversi- ble en la medida en que las actividades portuarias e industrial, ha- gan parte de los megaproyectos de desarrollo y crecimiento eco- nómico a nivel nacional (Ministerio de Transporte, 2014). Por otro lado, justamente la misma propiedad del mangle de acu- mular sedimentos en sus raíces, hace que se convierta en receptor de basuras, animales perdidos e incluso personas ahogadas, co- mo cuenta la gente en Bocachica. No es usual ver babillas en los manglares de Tierra Bomba, pero al parecer, ha llegado uno que otro ejemplar, vía Canal del Dique, pese a que este animal es pro- pio de los ríos. No corren con mucha suerte las babillas al llegar a Bocachica; generalmente las matan e incluso las arrastran para exhibirlas por el pueblo. Aunque ahora esto está prohibido. Dicen también haber visto cuerpos de ahogados arrastrados por las co- rrientes, que vienen a parar a las raíces del los mangles. Y definiti- vamente, lo que más recibe el ecosistema, es la basura que se tira a la bahía y la que se produce en el pueblo. Elementos de cartón, icopor, metal, losa, bolsas de basura y toda clase de desechos se acumulan en el manglar, cubriendo la superficie y restando oxí- geno al ecosistema, lo que le da una apariencia enfermiza y débil en ciertos sectores, además de producir malos olores. Algunos de los comportamientos descritos arriba, han sido trans- formados por la actividad turística. Antes, “los pescadores lleva- ban a sus hijos a pescar y los campesinos llevaban a sus hijos pal monte”, afirma Marcelino Castro. Aunque sigue habiendo pesca- dores y campesinos, en la actualidad, muchos de los lugareños de- sempeñan trabajos informales y de rebusque relacionados con el turismo (Pico, Rodríguez, Acosta y Madero, 2013). La agricultura ya no es significativa, en parte por el proceso de urbanización del pueblo; y la pesca se ha reducido a causa de problemas asociados al cambio climático, a la contaminación de la bahía, su sedimen- tación y al deterioro de los ecosistemas en general. El mangle, por su relación directa con las aguas de la bahía, también ha sido víc- tima directa de estos problemas y por ello su reducción y deterio- ro sistemático, lo que produce cambios en las relaciones que se es- tablecen con el ecosistema. Pescadores de BocachicaPescadores de BocachicaPescadores de Bocachica
  • 19. 34 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR De igual forma, los cambios del uso del suelo y el crecimiento de la población de Bocachica, son factores que también han contri- buido a la desaparición de los manglares. Lo que antes era una tie- rra apta para la agricultura, se ha convertido en una suerte de prospecto con fines turísticos, por lo cual se ha concentrado la pro- piedad de la tierra en manos de pocos, según Esteban Guerrero y Cerlys Julio. En palabras de algunos entrevistados, “la gente qui- ta el mangle para rellenar y vender lotes”. La propia dinámica tu- rística de Cartagena ha hecho que lugares privilegiados como Bo- cachica por su atractivo paisajístico, histórico y por su calidad de pertenecer a una pequeña isla del Caribe, incremente el valor de su tierra y se proyecte como polo generador de desarrollo turísti- co. Por esta razón algunas personas, generalmente foráneos, se hacen a las mejores tierras, que para este caso son las que se ubi- can al costado norte de Bocachica frente al mar abierto, haciendo presión hacia el sur, sobre la bahía, provocando una especie de ha- cinamiento sin mayor planificación y sin consideración por los en- tes naturales. A falta de tierra y de vivienda, algunas personas se han visto en la necesidad de talar mangle para construir casas. Este problema hace parte de uno mayor relacionado con la pro- piedad de tierras en Bocachica y en Tierra Bomba en general, cu- ya disputa ha alcanzado las instancias supremas del poder públi- co (Ministerio de Agricultura, Resolución No. 4102 de 2015) y ha llamado la atención de la prensa nacional (Revista Semana, 2015). Aún así, el problema de la tala de mangle persiste sin ma- yor control o eficiencia por parte de las autoridades competentes, que tienen la obligación de “garantizar la sostenibilidad de los manglares” en el país según Resolución 1602 de 1995 del Minis- terio del Medio Ambiente. La gente recuerda que en diferentes ocasiones académicos, am- bientalistas y funcionarios públicos han ido a Bocachica a hacer estudios de diagnóstico del estado del mangle, con el objeto de es- tablecer estrategias para la conservación del ecosistema. El even- to que más dejó huella en la memoria del pueblo, tal vez por su al- cance y por su proximidad en el tiempo, es la campaña de refores- tación que en 2003 realizó la Fundación Okawa dirigida por el ar- quitecto y gestor ambiental Dayro Banquez Payares, en convenio La percepción de la gente de Bocachica, en relación a la pérdida del mangle, tiene que ver con el incremento de residuos contami- nantes producto del sector industrial de Mamonal en Cartagena, al igual que el descenso de la actividad pesquera. Casi sin excep- ción, al preguntar por las razones de la reducción del mangle, la respuesta es que se debe a la contaminación. En el imaginario po- pular, “los químicos” que caen a la Bahía debilitan el mangle has- ta matarlo. Y muchos afirman que la apariencia del manglar y su tamaño se han transformado principalmente desde el crecimien- to del complejo industrial. El mismo grupo de mujeres citado arriba, que participó en los la- boratorios artísticos del proyecto que enmarca este estudio, afir- maba que antes el pescado era la carne de mayor consumo en la gastronomía bocachiquera. A falta de pescado se ha incrementa- do el consumo de pollo y carne, y esto, según ellas, se debe a la contaminación de la bahía. Una de las quejas más frecuentes por parte de los pescadores es que el pescado hay que conseguirlo ca- da vez más lejos de las costas de la isla (El Tiempo, 2015); incluso han tenido que agremiarse para defender su fuente de sustento; en diferentes oportunidades se les ha visto protestar contra el dra- gado y la actividad industrial de Mamonal (El Universal, 2014). Lo que se pesca, se usa principalmente como oferta gastronómica en restaurantes de la playa o para vender en Cartagena. Aparte de la disminución de la pesca, la gente atribuye a la contamina- ción la desaparición de los ecosistemas de coral y de los pastos ma- rinos frente a Bocahica. Es de conocimiento general que Cartagena tiene problemas con el manejo de los residuos sólidos y líquidos que afectan todos sus cuerpos de agua. Los cambios que trae consigo la urbanización y demás infraestructura urbana (CARDIQUE, 2001), han alterado la interacción entre aguas de ciénagas, caños, bahía y las aguas del mar, además de la irrupción del canal del Dique en la bahía. No han sido suficientes los correctivos que se han aplicado a esta problemática, que afectan la salud y el equilibrio ecológico, como la calidad de vida de los habitantes de Cartagena y sus islas cir- cunvecinas. 35CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
  • 20. res de Bocachica a cargo de la Corporación Kontiki, en convenio con la Fundación Acua, con el apoyo del Consejo Comunitario de Bocachica, y a beneficio de la Asociación de Prestadores de Servi- cios Turísticos de Bocahica, ASPRESERTUR. El objetivo de este proyecto se centró en la posibilidad de aprovechar el manglar pa- ra fines ecoturísticos y ofrecer una fuente de ingreso para la comu- nidad de Bocachica, específicamente para un grupo de 120 per- sonas agremiadas en ASPRESERTUR y que desempeñan diferen- tes actividades en torno al turismo convencional, quienes partici- paron activamente en la ejecución del proyecto. Para dar cumpli- miento a los objetivos, se realizaron talleres de Educación Ambiental con jóvenes de la comunidad, principalmente con el grupo Vigías Ambientales del Colegio Benkos Biohó, se realiza- ron jornadas con toda la comunidad para la limpieza en el man- glar y en los patios aledaños a este, se destinó un vivero para la realización de jornadas de reforestación y se dejaron sentadas las bases para la creación de un emprendimiento ecoturístico deno- minado “La Ruta del Manglar”, bajo la administración y dirección de ASPRESERTUR. Para la sostenibilidad del proyecto, resulta fundamental el compromiso de la comunidad para la conserva- ción del manglar Cienegueta y de los canales ecoturísticos. Un punto esencial del emprendimiento es mostrar el bosque como parte del patrimonio ecológico de la isla de Tierra Bomba, que sea aprovechado de manera sostenible por la agremiación y que sus integrantes devuelvan los favores protegiendo el ecosistema, res- petándolo y enseñando a los demás, el respeto por él. En la actualidad, cuando se le pregunta a la gente de Bocachica por la importancia de conservar el manglar, la respuesta sin lugar a dudas es ¡Hay que hacerlo! Proyectos como los de Okawa y el ejecutado por la Corporación Kontiki, son importantes en la medi- da en que buscan llegar a la conciencia de sus habitantes, com- prometiéndolos a proteger el manglar como parte vital de su me- dio y de su existencia misma. Pero esta debe ser una labor que re- quiere continuidad en el tiempo, hasta que la gente en su totali- dad comprenda que la superviviencia de la isla depende en gran parte de la conservación del manglar, dado que esta es la manera más expedita de contrarrestar el embate de las olas y la fuerza de 37CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR36 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR con CARDIQUE, “en cumplimiento a lo establecido en los progra- mas bosques y manglares como habitat de biodiversidad e Imple- mentación de la zonificación del manglar” del Plan de Acción Trianual de esa corporación regional, según consta en el contrato de reforestación firmado entre Okawa y CARDIQUE. La Fundación Okawa se comprometió a “la restauración y con- servación del ecosistema manglárico a través de estrategias de participación comunitaria y educación ambiental” en el Corregi- miento de Bocachica. Para lograrlo, la fundación adelantó talle- res de capacitación para el conocimiento del ecosistema de man- glar, sus servicios ecosistémicos y en técnicas de reforestación. Pa- ra ello, fue necesaria la participación de cientos de personas en los talleres y la construcción de viveros en los patios de las casas. La campaña se realizó en tres momentos: sensibilización, sanea- miento ambiental y reforestación. Quienes participaron recuer- dan que “buscaban semillas en los manglares sobrevivientes, se depositaban en una bolsita con arena, les echaban agua todos los días en el patio de sus casas y luego las trasplantaron más allá de la Punta de Mananina, en el sector del Pozo” (hacia los límites con Caño del Loro). El profesor Randol cuenta que se sembraron más de 25.000 plántulas. Las plantas alcanzaron a crecer más de metro y medio, incluso hasta los dos metros. El proyecto contó con el apoyo del SENA para las capacitaciones y la Armada Na- cional por razones de seguridad, pues hubo quien en algún mo- mento se opuso a la reforestación porque reclamaba la tenencia de la tierra, desconociendo que por ley los manglares no hacen parte de la propiedad privada. Desafortunadamente, cuentan el profesor Randol y Carmelina Faccete, quienes trabajaron al lado de Dayro, que poco tiempo después, luego de que se detuviera el proyecto por falta de recursos y finalmente por el fallecimiento del arquitecto Banquez, la gente empezó a talar parte del mangle reforestado para rellenar y hacer lotes. En el sector del Pozo, se conserva gran parte de los que se reforestó; se puede apreciar mangle Zaragoza, Blanco y Prieto, en muy buen estado. Recientemente, se llevó a cabo la ejecución del Proyecto de Etno- desarrollo y Ecoturismo para la gestión sostenible de los mangla-
  • 21. 38 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR 39CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR los vientos que aceleran la erosión de las costas, en tiempos en los que el desarrollo económico tiene prelación en detrimento del pa- trimonio natural. Este conocimiento y sentido de pertenencia, permitirá que los habitantes de Bocachica transmitan ese mensa- je al mundo a través de los visitantes de la isla, quienes también deben comprender su incidencia sobre el medio y el respeto que deben profesar por los lugares que visitan. Al mismo tiempo, los bocachiqueros serán los guardianes del ecosistema y podrán de- fenderlo de aquellos que ven la isla como oportunidad de lucro únicamente. El mangle es la casa de todos, decía alguien en la isla, otro más afirmó con vehemencia: “EL MANGLE ES VIDA” (Gerald García Castro). Unas cuantas hectáreas de mangle no serán relevantes en el concierto de la economía nacional pero su conservación pue- de significar la supervivencia de un pequeño corregimiento insu- lar frente a la ciudad de Cartagena, y lo más importante, la con- servación del hábitat de muchas y variadas especies de plantas y animales que resisten estoicamente el impacto negativo de la ac- ción del hombre. Para este pequeño estudio se contó con la valiosa participación del grupo de investigación “Los amigos del manglar”, conforma- do por los jóvenes que asistieron a los talleres de Educación Ambiental del Proyecto de Etnoturismo de la Corporación Konti- ki. Ellos serán, sin duda, multiplicadores del aprendizaje adquiri- do en este espacio y se convertirán en los promotores de la lucha por la conservación y respeto por el manglar. Niños, adultos, luga- reños y foráneos, deben dar lugar a la consolidación de ese imagi- nario que propende porque el manglar sea parte del patrimonio de la Isla y el hábitat de diferentes especies de animales que nece- sitan su casa, en el estado más saludable posible, para seguir exis- tiendo. Gracias a “Los amigos del Manglar” por su participación, compro- miso y entusiasmo: Nadith D’Avila, Yesmin Adriana Llerena, Fran- cisco Javier Hurtado, Cristian Manuel Hurtado, Luis Alberto Can-Nativos de BocachicaNativos de BocachicaNativos de Bocachica
  • 22. 41CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR danedo, Mariux Herrera, Karolin Monterrosa, Guianella Gómez, Yurleis Gómez, Camilo Andrés García, Danilo José Pardo, Wendi Luz Pardo, Mathiws Contreras, Yeiris Paola Castro, Yaceiris Blan- quicett, Yusnaidis Padilla, Paula Andrea Casanova, Yaneth Paola Silva, María Alejandra Díaz, Juan David Sánchez, Juan David Suá- rez, Daniela Villa Correa, Kiria Blanquiceth, Greidis Paola Jaraba, Wilfrido Otero, Daniel David Henriquez y todos los demás que asistieron a los Talleres de Educación Ambiental, a los Laborato- rios Artísticos y otras actividades concernientes al Proyecto de Etnodesarrollo y Ecoturismo para la gestión sostenible de los manglares de Bocachica. 40 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR Grupo Los Amigos de ManglarGrupo Los Amigos de ManglarGrupo Los Amigos de ManglarMangle RojoMangle RojoMangle Rojo
  • 23. 4342 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR Hoy día, el corregimiento de Bocahica se encuentra poco desarro- llado turísticamente, pero cuenta con una gran riqueza natural, patrimonial y cultural. El principal servicio turístico ofrecido en la zona es el que atrae el Fuerte de San Fernando de Bocachica y el turismo de playa (sol, arena y mar), del cual dependen muchos de los prestadores de servicios turísticos de la isla. La poca integración que existe de la oferta turística de Cartagena con el resto de la economía local, especialmente con las comuni- dades afrodescendientes como Bocachica, es sin lugar a dudas uno de los grandes retos por resolver. En ese sentido, el ecoturis- mo brinda una oportunidad a las comunidades nativas que de- sean sobreponerse a la exclusión y a la inequidad impuesta, sa- liendo adelante mediante la aplicación de un turismo sostenible responsable, enfocado en la protección del medio ambiente y de los recursos naturales que la rodean. En este contexto, en abril de 2014 se creó la Asociación de Presta- dores de Servicios Turísticos de Bocachica, ASPRESERTUR, como una organización sin fines de lucro, con el objetivo de fomentar “la integración, el bienestar social, la prosperidad, el crecimiento y desarrollo social de los asociados y de la población donde estos ejercen sus actividades”. El desafío es grande y, si bien la tarea han intentado cumplirla, aún tienen mucho por desarrollar, y por supuesto mucho que aprender, para lograr su autonomía y auto- gestión, en la intención de mejorar las condiciones de vida de la comunidad que representa, y también para poder promover efec- tivamente la conservación del medio ambiente. LA RUTA DEL MANGLAR Pescadores de BocachicaPescadores de BocachicaPescadores de Bocachica
  • 24. tividad y ampliara las oportunidades para las poblaciones margi- nadas, que promoviera la generación de alternativas de empleo, puestos de trabajo e ingresos; es decir, soluciones sostenibles en materia de generación de ingresos y servicios sociales. Y que “en el sector existen unas condiciones excelentes para impulsar ini- ciativas productivas alrededor de la organización de pescadores y de proyectos turísticos y ecoturísticos. Impulsar la creación o for- talecimiento de empresas asociativas para el desarrollo del turis- mo, el ecoturístico y similares, debe ser una tarea urgente.” (Fun- dación Puerto Bahía, 2009). Y es que los manglares además de servir como una barrera que protege la costa del constante golpe de las olas, de servir como re- fugio y zona de crianza para un gran número de especies que se asocian a éste, al mismo tiempo, son sitios turísticos que la gente desea visitar. Por ello, el componente de educación ambiental con- templado por el Proyecto de Etnodesarrollo y ecoturismo, estuvo orientado a fortalecer las capacidades locales para la gestión sos- tenible de los ecosistemas de manglar, mediante talleres de capa- citación que permitieron la sensibilización sobre la importancia y el valor de los manglares, y contaron con la participación de per- sonas agremiadas en Aspresertur y con los jóvenes de la comuni- dad de Bocahica. Estos talleres, incluyeron salidas de campo a fin de confrontar los conceptos teóricos con la implementación prác- tica mediante semilleros de manglar, medición de árboles y plán- tulas, y prácticas de micro topografía. El proyecto, también im- pulsó procesos específicos para los jóvenes, por un lado, sobre ac- tividades de investigación sobre la interrelación del manglar con la comunidad; y por otro, sobre el liderazgo para la protección de los parches de manglar y realización de brigadas de limpieza. Las capacitaciones también giraron en torno a temáticas relacio- nadas con la elaboración de guías de interpretación del medio na- tural, la concepción de recorridos interpretativos, manejo del mangle y su ecosistema, a fin de protegerlo y conservarlo durante los recorridos guiados de turistas en las rutas del manglar proyec- tadas, poniendo en uso los conocimientos de la comunidad, en un recorrido acuático y terrestre. 45CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR En ese mismo tiempo, el Gobierno Nacional venía adelantando un programa para la ampliación de la capacidad, profundización y mantenimiento de los canales de acceso a los puertos públicos marítimos de propiedad de la Nación, entre ellos el de Cartagena. Fue así como en septiembre de 2014 se dio inicio al proyecto de dragado de profundización y ampliación del canal de acceso al Puerto de Cartagena para permitir el tránsito de buques Post- Panamax, de mayor tamaño y capacidad, y esto, sin lugar a du- das, implicó un impacto sobre las comunidades afrodescendien- tes y los ecosistemas naturales, localizados en el área de influen- cia del proyecto, afectando renglones económicos importantes co- mo la pesca y el turismo que se practican, especialmente, en Boca- chica. El proyecto contempló la remoción de 1,4 millones de metros cú- bicos de material del fondo de la Bahía, más otros 300 mil metros cúbicos en el sector de Manzanillo (bahía interior), cerca de la zo- na de fondeo de la Sociedad Portuaria de Cartagena (El Univer- sal, Nov. 2013). Así, tras un acuerdo con las comunidades negras de Bocachica y Caño del Oro, el Gobierno Nacional consideró per- tinente realizar un Programa de Compensación Social para pre- venir, mitigar y compensar los impactos generados en el proceso constructivo y operativo de la obra, dando cumplimiento a lo dis- puesto en la Ley en materia de consulta previa, la cual es de obli- gatorio cumplimiento para otorgar la Licencia Ambiental al pro- yecto. De esta forma, entre las medidas de compensación correspon- dientes a los impactos identificados, la comunidad observó que la vulnerabilidad a la que se ven enfrentados los bosques de man- glar de la bahía de Cartagena, brindaba una doble oportunidad para ellos, por un lado podían protegerlos desarrollando activi- dades de limpieza y reforestación y al mismo tiempo podían apro- vecharlos a través de un Proyecto de Etnodesarrollo y Ecoturismo en los Manglares de Bocahica destinado al manejo y conserva- ción sostenible del manglar. Ya en 2009, la Fundación Puerto Bahía había concluido que en Bocachica se debía propender por un desarrollo económico incluyente que fortaleciera la competi- 44 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
  • 25. 4746 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR Como parte fundamental del proceso, se contempló la participa- ción activa de la comunidad y de los diferentes actores sociales, especialmente de los miembros de la Asociación Aspresertur y los grupos de jóvenes, permitiendo sumar esfuerzos en beneficio de las áreas protegidas de manglar, de tal forma que su defensa no dependiera del proyecto realizado, ni de factores externos, sino que ésta se convierta en una práctica rutinaria de toda la comuni- dad y un compromiso general en que todos y todas comparten res- ponsabilidades. El turismo sigue siendo una importante actividad que puede invo- lucrar fácilmente a todos los actores de una comunidad, en espe- cial cuando se aplican los principios del modelo de desarrollo sos- tenible sobre los que se basa el ecoturismo. La UICN (La Unión Mundial para la Naturaleza) define al ecoturismo como "aquella modalidad turística ambientalmente responsable consistente en viajar o visitar áreas naturales relativamente sin disturbar con el fin de disfrutar, apreciar y estudiar los atractivos naturales (pai- saje, flora y fauna silvestres) de dichas áreas, así como cualquier manifestación cultural (del presente y del pasado) que puedan en- contrarse ahí, a través de un proceso que promueve la conserva- ción, tiene bajo impacto ambiental y cultural y propicia un invo- lucramiento activo y socioeconómicante benéfico de las pobla- ciones locales." (Ceballos-Lascuráin, 1993). En ese sentido, el Pro- yecto de Etnodesarrollo y Ecoturismo en los Manglares de Bo- cahica basó su implementación en los lineamientos del ecoturis- mo comunitario en Colombia, cuyo objetivo es orientar a organi- zaciones comunitarias, autoridades locales, regionales y nacio- nales en el establecimiento de iniciativas ecoturísticas con activa participación comunitaria. (Parques Nacionales Naturales de Co- lombia) El apoyo a organizaciones comunitarias locales, como Aspreser- tur, para la prestación de los servicios ecoturísticos con el fin de generar beneficios económicos y sociales para sus miembros, es de gran relevancia a fin de garantizar la sostenibilidad económi- ca y ambiental de la zona, por ello, la Corporación Kontiki, reali- zó el seguimiento de un plan de trabajo concertado con directivos Entrada a los canales ecoturísticos de CieneguetaEntrada a los canales ecoturísticos de CieneguetaEntrada a los canales ecoturísticos de Cienegueta
  • 26. 48 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR de la Asociación y con representantes del Consejo Comunitario, para impulsar un emprendimiento gestionado por la misma co- munidad en 2 frentes de trabajo para impulsar la Ruta del Man- glar para el aprovechamiento sostenible de las áreas naturales con potencial turístico: por una parte, el parche de manglar “Cie- negueta” en Bocahica, y por otra, el turismo de pesca y visita de manglares y otros ecosistemas marino costeros de importancia ambiental ubicados en áreas cercanas a Bocachica. Aprovechando el público que atraen los monumentos históricos de la Batería del Ángel de San Rafael y el Fuerte de San Fernando de Bocachica, se proyectó la construcción de un Punto de Inter- pretación Ambiental al pie del muelle principal del lugar, donde también se ubicó la entrada del recorrido interpretativo, y que ac- tualmente sirve para que los visitantes y turistas reciban las pri- meras explicaciones sobre la Ruta del Manglar, observen fotogra- fías sobre la conservación de éste natural atractivo y se informen sobre los planes y tarifas brindados por la Asociación Aspresertur, entidad administradora y responsable de los servicios ecoturísti- cos ofertados. Un primer recorrido, ubicado en el parche de manglar “Cienegue- ta”, brinda un servicio que invita a conocer un ecosistema de bos- que de manglar dinámico, así como también el trabajo de recupe- ración, valoración y gestión ambiental realizado por la comuni- dad, bajo los conceptos del Etnodesarrollo como una propuesta de desarrollo local que privilegia los factores culturales e históri- cos de la comunidad, y los principios de sostenibilidad del ecotu- rismo, que tienen como principal propósito minimizar los impac- tos negativos y maximizar los beneficios de la actividad turística en el entorno sociocultural, ambiental y empresarial, como se ilus- tra en la imagen a continuación. Es así como la Ruta del Manglar cuenta en la actualidad con cana- les sinuosos por donde circula el agua de mar con la ayuda de las mareas, con una profundidad que oscila entre 70 y 200 cm, apro- ximadamente, los cuales son objeto de limpieza de sedimentos, para ayudar a oxigenar el ecosistema y aumentar la capacidad de mantenimiento y recuperación del mismo. Canales con cerca de 300 metros lineales fueron habilitados para hacer parte del reco- rrido, sumado a 200 metros navegables frente al manglar dieron como resultado una ruta de 500 metros disponibles para que los 49CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR BocachicaBocachicaBocachica CieneguetaCieneguetaCienegueta Bahía deBahía de CartagenaCartagena Bahía de CartagenaMuelleMuelleMuelle EntradaEntradaEntrada PuntoPunto ObservaciónObservación Punto Observación FuerteFuerte San FernandoSan Fernando Fuerte San Fernando PlayasPlayasPlayas Primer recorrido de la Ruta del manglar en CieneguetaPrimer recorrido de la Ruta del manglar en CieneguetaPrimer recorrido de la Ruta del manglar en Cienegueta Canales Canales Canales Principios de la sostenibilidad del EcoturismoPrincipios de la sostenibilidad del Ecoturismo (Tomado de: Programa de Transformación Productiva, 2013)(Tomado de: Programa de Transformación Productiva, 2013) Principios de la sostenibilidad del Ecoturismo (Tomado de: Programa de Transformación Productiva, 2013) Maximizar impactoMaximizar impacto positivo y reducir elpositivo y reducir el negativonegativo Maximizar impacto positivo y reducir el negativo Concientizar alConcientizar al consumidor y anfitrión,consumidor y anfitrión, para respetar lapara respetar la integridad delintegridad del medioambiente y lamedioambiente y la cultura localcultura local Concientizar al consumidor y anfitrión, para respetar la integridad del medioambiente y la cultura local Promover la ofertaPromover la oferta única de valor natural,única de valor natural, cultural y social decultural y social de ColombiaColombia Promover la oferta única de valor natural, cultural y social de Colombia OportunidadesOportunidades económicas realeseconómicas reales para las comunidadespara las comunidades y habitantes localesy habitantes locales Oportunidades económicas reales para las comunidades y habitantes locales Captar fondos para laCaptar fondos para la conservación yconservación y protección delprotección del medioambiente y lamedioambiente y la cultura localcultura local Captar fondos para la conservación y protección del medioambiente y la cultura local PromoverPromover experienciasexperiencias auténticas y positivasauténticas y positivas entre visitantes yentre visitantes y anfitrionesanfitriones Promover experiencias auténticas y positivas entre visitantes y anfitriones
  • 27. 5150 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR turistas pueden visitarlos bajo la guía de los trabajadores turísti- cos de Bocachica. La construcción un punto de encuentro en la mi- tad del recorrido interpretativo por los canales ecoturísticos de la ruta del manglar, permite realizar la observación ambiental sobre el medio biótico de los manglares, propiciando al visitante una di- versidad de retos o desafíos que enfrentar para así lograr enten- der el ecosistema que está visitando y las formas de contribuir a su conservación. En un segundo recorrido, la ruta del manglar contempla el des- plazamiento de los visitantes a sitios cercanos a Bocachica, por medio de una embarcación de motor, con capacidad para 6 perso- nas, con su respectiva dotación de seguridad y salvamento, brin- dando un servicio en donde se pueden realizar actividades de pes- ca, avistamiento de aves y especies marinas, y visita a los parches de mangle como Manzanillo, Varadero, San Rafael, Abanico, en- tre otros. Diversos paquetes, con itinerarios y recorridos diferen- tes, fueron diseñados para ofrecer al turista la oportunidad de compartir con los pescadores, apreciar la naturaleza y conocer las culturas tradicionales. Todos estos esfuerzos son indispensables para una verdadera transformación social y, desde esta perspectiva, es necesario con- tinuar en la búsqueda de mecanismos de fortalecimiento de la competitividad de los diversos productos y servicios ecoturísticos que se ofrecen desde las comunidades locales, para hacerlas más atractivas, y en caso que aumente la demanda, controlar la oferta de servicios teniendo en cuenta la carga máxima de visitantes que pueden interactuar con el manglar; de esta forma, el turismo se- guirá siendo una de las actividades económicas más representati- vas de la economía local pero, ante todo, promotora del desarro- llo social. El evidente deterioro mostrado en la zona de manglar de Ciene- gueta a causa de las diferentes presiones por parte de la pobla- ción, también propiciaron la necesidad de desarrollar e imple- CieneguetaCieneguetaCienegueta Bahía deBahía de CartagenaCartagena Bahía de Cartagena ParchesParches de Manglarde Manglar al sural sur Parches de Manglar al sur Segundo recorrido de la Ruta del manglarSegundo recorrido de la Ruta del manglar en sitios cercanos a Bocachicaen sitios cercanos a Bocachica Segundo recorrido de la Ruta del manglar en sitios cercanos a Bocachica Vista de los canales de la Ruta del manglarVista de los canales de la Ruta del manglar por donde circula el agua de marpor donde circula el agua de mar Vista de los canales de la Ruta del manglar por donde circula el agua de mar ParchesParches de Manglarde Manglar al norteal norte Parches de Manglar al norte BocachicaBocachicaBocachica Mar CaribeMar CaribeMar Caribe Buceo enBuceo en CoralesCorales Buceo en Corales
  • 28. 5352 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR mentar estrategias que permitan el adecuado manejo del ecosis- tema de manglar de Bocachica, con el fin de lograr su conserva- ción y uso sostenible. Es vital que en el manejo de los manglares, por parte de la comu- nidad y por los miembros de Aspresertur, tengan en cuenta sus ca- racterísticas estructurales, funcionales, de regeneración y su gra- do de intervención para determinar su estado en todo momento, y de esta forma, orientar su conservación y protección hacia el mantenimiento de sus funciones ecológicas y los servicios que presta. El informe sobre “Uso sostenible, manejo y conservación de los ecosistemas de manglar en Colombia” elaborado por el MMA (2002), plantea que una alternativa que puede contribuir a generar un modelo de desarrollo sostenible, que consiste en apli- car acciones de manejo desde una perspectiva “Ecosistémica”, es decir, promoviendo la gestión integral de los ecosistemas, en este caso los manglares, considerando los distintos elementos que in- fluyen o hacen parte de éste, como el componente ecológico, el económico y el social, con miras a mantener y restaurar la estruc- tura y funciones del ecosistema, en la búsqueda del equilibrio en- tre su uso comercial y su conservación. De esta manera, la Ruta del manglar se constituye en un mecanis- mo para reunir a múltiples usuarios, interesados directos y encar- gados de tomar decisiones en el área, para asegurar un manejo más efectivo del ecosistema de manglar, logrando al mismo tiem- po, con la aplicación de los principios de sostenibilidad, el desa- rrollo económico y la equidad entre las generaciones y dentro de una misma generación. Finalmente, considerando la base ecosistémica como esquema de manejo para las áreas de manglar del corregimiento de Bocachi- ca, es necesario tener siempre en cuenta las siguientes premisas básicas durante toda la fase de aprovechamiento relativa al eco- turismo: · Los manglares sustentan diversidad de comunidades biológicas y otros ecosistemas marinos y terrestres y tienen importancia ambiental económica, cultural y social para las comunidades hu- manas que habitan en esta área o a su alrededor. · Se debe buscar la conservación de la estructura y funcionamien- to de los manglares, teniendo en cuenta que el funcionamiento y resiliencia de estos, dependen de la relación dinámica con las especies, entre las especies y su ambiente abiótico, así como con las interacciones físicas y químicas. · Se deben considerar las condiciones ambientales del área de in- fluencia del manglar, que limitan la productividad, estructura, funcionamiento y diversidad del ecosistema de manglar. · Se debe asegurar la permanencia de los hábitats donde se for- man los manglares, garantizando la restauración de las áreas de manglar que estén altamente perturbadas. · El uso sostenible de estos ecosistemas implica: usar, aprovechar y mantener racionalmente sus recursos garantizando la perpe- tuidad y las oportunidades económicas de las generaciones pre- sentes y futuras. · El esquema de manejo debe buscar el equilibrio entre la conser- vación y el uso de la biodiversidad. La diversidad biológica jue- ga un papel importante tanto por su valor intrínseco como por su papel en el mantenimiento del ecosistema. · Los programas de manejo de ecosistemas de manglar deben: re- ducir la distorsión del mercado que afectan la diversidad bioló- gica; ajustar incentivos para promover la conservación de la bio- diversidad y su uso sostenible; e internalizar costos y beneficios de los manglares. · Los objetivos de manejo, deben buscar garantizar el funciona- miento dinámico del ecosistema a largo plazo. · Debe considerarse en prospectiva escenarios de cambios del eco- sistema y el manejo debe adaptarse a esos cambios “Manejo
  • 29. 54 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR Adaptativo”. · Las actividades realizadas en estos ecosistemas, y que lo pongan en riesgo, deberán ser sometidas a un estudio previo. · El manejo de estos ecosistemas debe considerar los efectos ac- tuales y potenciales de sus actividades, sobre otros ecosistemas adyacentes. Es necesario hacer un análisis cuidadoso de los im- pactos para la toma de decisiones. · Los objetivos de manejo deben definirse por los usuarios, admi- nistradores, técnicos y la comunidad local teniendo en cuenta el ámbito temporal y espacial adecuado y promoviendo la conecti- vidad entre áreas cuando sea necesario. · Se deben considerar toda forma de conocimiento: el científico, el tradicional y local, las innovaciones, como elementos claves para la toma de decisiones. La protección de los manglares como ecosistemas costeros estra- tégicos, es posible mediante el planteamiento de objetivos de ma- nejo que establezcan un equilibrio entre el uso y la conservación, a través proyectos materializados en acciones sostenibles de recu- peración y preservación. Aqua & terra. 2014. Modificación de la licencia ambiental para el draga- do de profundización del canal de acceso a la bahía de Cartagena, Colom- bia Alvarez-Léon, R. 2009. Ecosistemas costeros de la costa Caribe colombia- na: biodiversidad y caracterización ambiental. En: Revista Biociéncias, 15 (2), 115-132. Bruntland (1987) Citado por: Buenas Prácticas para turismo sostenible. Disponible en: http://www.rainforest-alliance.org /tourism/documents/ tou- rism_practices_guide_spanish.pdf CARDIQUE. 2007. Actualización de la zonificación de manglares en la ju- risdicción de CARDIQUE. Ceballos-Lascuráin (1993) Citado por: El ecoturismo: definición, alcan- ces y desarrollo en el mundo. Disponible en: http://fama2.us.es:8080/turismo/turismonet1/economia%20del%20t urismo/turismo%20y%20medio%20ambiente /Definicion_ecoturis- mo.pdf Corporación Autónoma Regional del Canal del Dique – CARDIQUE. Plan de Acción Trianual 2001-2003. (2001). Documento preliminar. Archivo personal de Dayro Banquez. Contrato de reforestación celebrado entre la Corporación Autónoma Re- gional del Canal del Dique y Okawa Fundación Ambiental para los asen- tamientos humanos (Etnias indígenas y comunidades de estrato bajo) – Habitat-fauna y flora en vía de extinción. Diciembre 27 de 2002. Archivo personal de Dayro Banquez. BIBLIOGRAFIA Vista de la Bahía de Cartagena desde CieneguetaVista de la Bahía de Cartagena desde CieneguetaVista de la Bahía de Cartagena desde Cienegueta
  • 30. Deavila, O. y Guerrero, L. (2011). Cartagena vista por los viajeros. Siglos XVIII-XX. Tomo IV. Biblioteca Bicentenario de la Independencia de Carta- gena de Indias. Instituto Internacional de Estudios del Caribe, Universi- dad de Cartagena y Alcaldía Mayor de Cartagena de Indias. Díaz, C. P. 2010. Caracterización físico-química de suelos de mangle de la ciudad de Cartagena – Costa Atlántica colombiana. En: Mangles de Car- tagena de Indias: Patrimonio biológico y fuente de biodiversidad. Carta- gena. Fundación Universitaria tecnológico Comfenalco. p. 14-42. El Universal, Nov. 2013. Hermes Figueroa Alcázar, Suscriben convenio pa- ra ampliar canal de acceso a la Bahía. Disponible en: http://www.eluniversal.com.co/economica/suscriben-convenio-para- ampliar-canal-de-acceso-la-bahia-142767 Financiera de Desarrollo Nacional (FDN). Estudios Previos Proyecto “Dra- gado para la Profundización y Ampliación del Canal de Acceso a la Bahía de Cartagena, Sectores Bocachica y Manzanillo - Cartagena, Bolívar”. Re- cuperado de http://bit.ly/1MAyWm7 Fundación Puerto Bahía (2009) Diagnóstico Socioeconómico Unidad Co- munera de Gobierno Rural de Bocachica. p.45 Disponible en: http://fundacionpuertobahia.org/Gallery/zonainf/informebocachica.p df GENESIS-Corporación para la investigación y el desarrollo urbano y rural y CARDIQUE-Corporación autónoma regional del Canal del Dique - 2011. Evaluación de la incidencia ambiental de las actividades de desa- rrollo de la línea costera continental ubicadas en la bahía de Cartagena (industrial, portuario, turismo, agropecuario) y de otros tensores exter- nos sobre el sistema hídrico y sedimentológico de la bahía, estableci- miento de objetivos de calidad y zonificación ambiental de sus aguas de acuerdo a los usos establecidos en la normatividad ambiental. Cartagena de Indias. INCOPLAN S.A. 2009. Estudio de Impacto Ambiental Terminal Multipro- pósito Puerto Bahía. Informe principal. Tomo II Invemar. 2002. Informe del Estado de los Ambientes Marinos y Costeros en Colombia. ¡Joan! (21 de noviembre de 1988). Revista Semana. Recuperado de http://bit.ly/1N4yhUh Majluf, P. 2002. Los ecosistemas marinos y costeros. Proyecto estrategia regional de biodiversidad para los países del Trópico Andino. Lima. MMA - Ministerio del Medio Ambiente. 2002. Uso sostenible, manejo y conservación de los ecosistemas de manglar en Colombia. Programa Na- cional. Dirección General de Ecosistemas – Ministerio del Medio Ambien- te. Bogotá. Ministerio de Transporte. (2014). El Gobierno Nacional suscribe el con- trato para dar inicio a las obras de profundización y ampliación del canal de acceso a la Bahía de Cartagena. Recuperado de http://bit.ly/1Mr4wfL Ministerio del Medio Ambiente. Resolución 1602 del 21 de diciembre de 1995. Recuperado de http://bit.ly/20lk3If MMA - Ministerio del Medio Ambiente. 2001. Estrategia para ecosiste- mas de manglar. Bogotá D.C Montaño, J. Pescadores en Cartagena se agremian y obtienen recursos (16 de julio de 2015). El Tiempo. Recuperado de http://bit.ly/1RHdWYF Parques Nacionales Naturales de Colombia. Programa de Ecoturismo Co- munitario. Disponible en: http://www.parquesnacionales.gov.co/PNN/portel/libreria/php/decid e.php?patron=01.022112 Pescadores de Bocachica bloquearon acceso a la isla (29 de septiembre de 2014). El Universal. Recuperado de http://bit.ly/1Q3Emp9 Pico, A., Rodríguez, M., Acosta, Raíl. y Madero, M. (2013). Bocachica: in- tegración territorial y acceso a servicios públicos : construir puentes ha- cia el desarrollo local. En A. Espinoza y J. Alvis (Comp.), Pobreza rural y desarrollo humano en Cartagena de Indias Cartagena de Indias (pp. 145- 181). Equion, Instituto de Estudios para el Desarrollo. Universidad Tec- nológica de Bolívar Por fin se aclara el lío de Tierra Bomba (15 de agosto de 2015). Revista Se- mana. Recuperado de http://bit.ly/1Ni1PCi Programa de Transformación Productiva (2013). Plan de Negocio de Tu- 5756 CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR CIENEGUETA: MEMORIA DE UN MANGLAR
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