Las funciones ejecutivas engloban un amplio conjunto de funciones de autorregulación que permiten el control,
organización y coordinación de otras funciones cognitivas, respuestas emocionales y comportamientos. El acercamiento
tradicional a la hora de evaluar estas funciones, normalmente a través de tests neuropsicológicos de lápiz y papel,
puede mostrar en algunos pacientes un rendimiento mayor de lo esperado o dentro de los límites normales, y, sin embargo,
observar dificultades en la vida diaria. Estas discrepancias sugieren que las pruebas neuropsicológicas clásicas puede
que no reproduzcan adecuadamente la complejidad y naturaleza dinámica de las situaciones de la vida real. Los últimos
desarrollos en el campo de la realidad virtual ofrecen opciones interesantes en la evaluación neuropsicológica de muchos
procesos cognitivos. La realidad virtual reproduce entornos tridimensionales con los que el paciente interactúa de forma
dinámica, con una sensación de inmersión en el entorno similar a la presencia y exposición a un entorno real. Además, se
puede controlar de forma sistemática la presentación de dichos estímulos, así como de distractores u otras variables. Asimismo,
se pueden obtener respuestas más consistentes y precisas, y permitir un análisis detallado de ellas. La presente
revisión muestra los problemas actuales de la evaluación neuropsicológica de las funciones ejecutivas y los últimos avances
en la consecución de mayor precisión y validez en la evaluación a través de las nuevas tecnologías y la realidad virtual,
haciendo especial mención a algunos desarrollos llevados a cabo en España
2. 466 www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (10): 465-475
G. Climent-Martínez, et al
del ambiente [7]. En este artículo apoyamos esta
conceptualización, porque asume los corolarios que
forman el núcleo central del conocimiento actual
sobre las funciones ejecutivas, a saber: procesos
implicados en el mantenimiento y la organización
de información orientada hacia la formulación de
planes y la acción prospectiva (‘escenario de simu
lación’); especializadas en la detección y abordaje
de situaciones novedosas y complejas mediante la
puesta en marcha de mecanismos de supervisión y
control; y equipadas con importantes recursos de
recolección, integración y orquestación de múlti
ples fuentes de información (sensorial, afectiva, cog
nitiva y motora) [8].
Unos años antes, Tirapu et al [9] señalaron la he
terogeneidad del término ‘funciones ejecutivas’ y
propusieron una conceptualización integrada del
concepto sobre la base de los modelos teóricos con
mayor evidencia científica: modelo de memoria de
trabajo de Baddeley y Hitch [10-12], modelo de fun
ciones jerarquizadas de Stuss y Benson [13-15], mo
delo de sistema atencional supervisor de Norman y
Shallice [16-19], e hipótesis del marcador somático
de Damasio [20-24]. En su modelo integrador, plan
tean cuatro niveles de control de la conducta:
– Sistema sensorial y perceptual: inconsciente, au
tomático, rápido y responsable de conductas sobre
aprendidas muy especificadas por el ambiente.
Tabla I. Modelos, teorías e hipótesis más representativas sobre funciones ejecutivas y corteza prefrontal (CPF) [25,26].
Modelos de constructo unitario
(un único constructo explica la función clave de la CPF)
Teoría de la información contextual
(Cohen et al, 1996)
Representación, mantenimiento y actualización de la información del contexto
(cognitivo o social): sistema dopaminérgico
Modelos de
memoria de
trabajo (MT
Baddeley y Hitch
(1974, 1986, 2000)
Bucle fonológico: mantenimiento y manipulación de información verbal
Agenda visuoespacial: mantenimiento y manipulación de información visual
Sistema ejecutivo central: análogo al sistema atencional supervisor
Buffer episódico: integración de la memoria a corto y a largo plazo
Goldman y Rakic (1998) Múltiples módulos de procesamiento de la información independientes
Petrides (1994, 1996)
Cartografiado anatómico-funcional de la CPF medial-lateral en relación con las
distintas operaciones mentales que integran el constructo de la memoria de trabajo
Factor g
y factor I
Teoría bifactorial de
Spearman (1927)
Factor g = funciones ejecutivas (común a todas las actividades intelectuales)
y factores s (específicos de cada actividad)
Catell (1971) Inteligencia fluida (análoga a funciones ejecutivas) e inteligencia cristalizada
Modelo de codificación
adaptativa de Duncan
(1995, 2000, 2001, 2002)
Inteligencia fluida = funciones ejecutivas (resolución de situaciones novedosas),
papel fundamental de la CPF
Inteligencia ejecutiva de
Goldberg (2002, 2006)
Factor I (talento y soluciones ejecutivas, conocimiento preceptivo):
reconocimiento de patrones para resolver problemas nuevos (sabiduría), ligado a la CPF
Especialización de la CPF: hipótesis de la novedad-rutina y estilos cognitivos
dependiente-independiente de contexto
Modelos de secuenciación temporal
(importancia de la naturaleza de las representaciones almacenadas en la CPF)
Teoría del acontecimiento complejo
estructurado (SEC) (Grafman, 1995, 2002)
La CPF contiene acontecimientos estructurados en una secuencia particular
de actividad dirigidos a solucionar problemas o conseguir objetivos concretos
SEC episódicos o abstractos se aplican a situaciones novedosas
Organización temporal
de la conducta (Fuster, 1989)
La CPF estructura temporalmente la conducta a través de la memoria a corto plazo
(función retrospectiva), la planificación (función prospectiva) y la inhibición de distractores
Representación jerárquica del lóbulo frontal: la CPF interviene en el control
inhibitorio, memoria operativa, set preparatorio y mecanismo de supervisión
3. 467www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (10): 465-475
Evaluación neuropsicológica de las funciones ejecutivas mediante realidad virtual
Tabla I. Modelos, teorías e hipótesis más representativas sobre funciones ejecutivas y corteza prefrontal (CPF) [25,26] (cont.).
Modelos de supervisión atencional orientada a objetivos
(importancia del control atencional dirigido a objetivos)
Modelo de control de la acción
de Norman y Shallice (1986)
Unidades cognitivas
Esquemas
Dirimidor de conflictos: elige el esquema rutinario apropiado cuando existe competición entre varios
Sistema atencional supervisor: se pone en marcha en situaciones novedosas,
al inhibir respuestas (R) sobreaprendidas
Teoría integradora de la CPF
(Miller y Jonathan, 2001)
La CPF mantiene objetivos y medios para conseguirlos; papel primordial en la conducta
guiada por estímulos (E) internos o intenciones (‘procesamiento arriba-abajo’)
Modelo de control atencional
(Fuster, 1995)
Funciones atencionales con distintos correlatos anatómicos: mantenimiento,
concentración, supresión, alternancia, preparación, programación y atención dividida
Energización: iniciación y mantenimiento de una respuesta (CPF superior medial)
Programación de tareas: elección de la respuesta en función
del objetivo, organización de la acción (CPF ventrolateral)
Monitorización: control de la consecución de objetivos, actividad respecto al plan,
anticipación de estímulos, detección de errores, etc. (CPF lateral derecha)
Teoría del filtro dinámico
(Shimamura, 2000)
La CPF controla y monitoriza la información aplicando filtros:
selección, mantenimiento, actualización y redirección
Modelos jerárquico-funcionales de la CPF
(diferentes componentes ejecutivos relacionados jerárquicamente)
Hipótesis sobre el eje rostrocaudal
de la CPF (Christoff, 2003)
La CPF rostrolateral se activa cuando se evalúa información generada internamente
(razonamiento de mayor complejidad)
Hipótesis de la puerta de entrada
(Burgués, 2006)
La CPF rostral determina si la fuente de activación de las representaciones es interna o externa
Implicación en las situaciones multitarea:
– CPF rostral medial: atención orientada a estímulos
– CPF rostral lateral: atención independiente de estímulos
Modelo funcional en cascada
(Koechlin, 2000)
Ejes anteroposterior y medial-lateral de la CPF. Cuatro niveles de control de la acción:
– Sensorial: E-R
– Contextual: E-R en función del entorno
– Episódico: E-R en función de episodio anterior
– Branching: activación E-R en función de planes concomitantes
(integración de memoria de trabajo y atención). CPF rostral
Eje medial-lateral de la CPF anterior:
– Tareas con secuencias previsibles: activación de la CPF anterior medial y el estriado ventral
– Tareas con elementos no previsibles: activación de la CPF anterior lateral y el estriado dorsolateral
Modelos integradores cognición-emoción
(papel de las emociones en el razonamiento y la toma de decisiones)
Hipótesis del marcador somático
(Damasio, 1994)
Estados somáticos, innatos o aprendidos, marcan emocionalmente una respuesta sobre otras.
La CPF dorsolateral genera opciones y la CPF ventromedial asocia estados emocionales
que amplifican la atención y la memoria de trabajo sobre las consecuencias de una de ellas
Teoría de la complejidad cognitiva
y el control (Zelazo et al, 1997)
Equilibrio funciones ejecutivas calientes (CPF ventral) y funciones ejecutivas frías (CPF dorsal)
Modelos basados en análisis factoriales
(componentes subyacentes al constructo funciones ejecutivas)
Miyake et al, 2000
Verdejo-García y Pérez-García, 2007
Marcos-Ríos et al, 2004
Actualización, inhibición, alternancia
Actualización, inhibición, alternancia y toma de decisiones
Velocidad de procesamiento, flexibilidad cognitiva, memoria de trabajo, control de la interferencia
4. 468 www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (10): 465-475
G. Climent-Martínez, et al
– Dirimidor de conflictos: inconsciente, automáti
co, opera a través de la memoria de trabajo y se
encarga de la elección del mejor repertorio de
acción cuando compiten varios esquemas.
– Sistema atencional supervisor: consciente, parti
cipa en situaciones nuevas a través de la antici
pación, selección de objetivos, planificación y su
pervisión.
– Marcador somático: estado somático/emoción,
innato o aprendido, que al asociarse a las conse
cuencias de una acción amplifica la atención y la
memoria de trabajo sobre ella, marcándola sobre
el resto de opciones.
Un debate crucial sobre la naturaleza de las funcio
nes ejecutivas es si constituyen un constructo uni
tario, inespecífico, pero altamente adaptable; o un
sistema multimodal de procesamiento múltiple con
distintos componentes relativamente independien
tes, aunque interrelacionados [8]. Tanto las prime
ras definiciones de funciones ejecutivas que expusi
mos en los párrafos anteriores como los modelos
actualmente vigentes tienden a inclinarse hacia la
segunda hipótesis. En publicaciones recientes en
las que revisamos los modelos de funcionamiento
ejecutivo más relevantes, se evidencia que, si bien
la mayoría de los planteamientos consideran dife
rentes procesos ejecutivos relativamente modula
res, jerarquizados y especializados, todavía existen
planteamientos sólidos opuestos a esta idea, que
proponen un único constructo cognitivo para expli
car la función clave de los lóbulos frontales [25,26].
En la tabla I se resumen los modelos, teorías e hipó
tesis sobre las funciones ejecutivas y la CPF más
notables.
Nuestro posicionamiento en este interesante e
inacabado debate es a favor de la segunda hipótesis.
Así, asumimos que las funciones ejecutivas están
conformadas por diferentes procesos independien
tes, aunque interrelacionados, sustentados en re
giones cerebrales especializadas que forman parte
de redes neurales complejas y ampliamente distri
buidas. En la tabla II se presentan los diferentes
procesos ejecutivos que, en nuestra opinión, englo
ban las funciones ejecutivas [27]. Como describire
mos en el siguiente apartado, según este plantea
miento de Tirapu et al, la evaluación del funciona
miento ejecutivo ha de dar cuenta de cada uno de
los componentes y, en consecuencia, debemos pla
nificarlarehabilitaciónenfuncióndeaquellossubpro
cesos alterados y conservados. El objetivo de la pre
sente revisión es analizar el estado actual de la eva
luación neuropsicológica de las funciones ejecuti
vas mediante el empleo de entornos de realidad
virtual y nuevas tecnologías.
Ventajas de la evaluación neuro-
psicológica mediante realidad virtual
El acercamiento tradicional a la hora de evaluar las
funciones ejecutivas es a través de evaluaciones
neuropsicológicas de lápiz y papel. No obstante,
aquellos pacientes que refieren dificultades en su
vida diaria y de los que se espera una ejecución in
ferior pueden, de hecho, rendir dentro de los lími
tes normales en los tests neuropsicológicos estan
darizados de funcionamiento ejecutivo [28-30]. Al
Tabla II. Modelo de Tirapu et al [27].
Regiones implicadas Pruebas
Velocidad de procesamiento
Atención alternante
Sustancia blanca
Circuito frontoparietal
Clave de números
Búsqueda de símbolos
Trail Making Test A y B
Test de Stroop (P y C)
Memoria de trabajo
(actualización, mantenimiento
y manipulación)
CPF dorsolateral
CPF ventrolateral
Corteza parietal
Cerebelo
Dígitos, localización espacial,
letras y números (escala de
memoria de Wechsler-III)
Paradigma de Sternberg
N-back
Acceso a la memoria semántica
o flexibilidad espontánea
CPF dorsolateral
Corteza frontotemporal medial
Fluidez verbal
Fluidez de dibujos
Ejecución dual CPF dorsolateral
Corteza cingulada anterior
Paradigmas de ejecución dual
Dígitos + Trail Making Test
Inhibición/control
de la interferencia
Corteza cingulada anterior
CPF orbital
Giro frontal inferior
Test de Stroop
Go-no go
Stop-signal
Test de Hayling
Flexibilidad cognitiva CPF dorsolateral
CPF medial
Giro supramarginal
Estriado
Wisconsin Card Sorting Test
Test de categorías
Planificación CPF dorsolateral derecha
Corteza cingulada posterior
Ganglios basales
Torre de Londres
Torre de Hanoi
Mapa del zoo (BADS)
Laberintos de Porteus
Branching/multitarea Polo rostral (área 10) Seis elementos (BADS)
Test de los recados
Toma de decisiones CPF ventromedial
CPF dorsolateral
Ínsula
Amígdala
Gambling Task
Delay discounting
Cambridge Gambling Task
BADS: Behavioral Assessment of the Disexecutive Syndrome; CPF: corteza prefrontal.
5. 469www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (10): 465-475
Evaluación neuropsicológica de las funciones ejecutivas mediante realidad virtual
gunos estudios han demostrado que la relación en
tre el rendimiento en pruebas estandarizadas de lá
piz y papel para la evaluación neuropsicológica de
las funciones ejecutivas y el rendimiento en las ac
tividades de la vida diaria es bastante débil [31,32].
Estas discrepancias sugieren que las pruebas neu
ropsicológicas clásicas puede que no reproduzcan
adecuadamente la complejidad y naturaleza diná
mica de las situaciones de la vida real, lo que da
como resultado una serie de limitaciones en cuanto
a la significación, utilidad práctica y generalización
de estas medidas a las actividades de la vida cotidia
na de los pacientes (escasa validez ecológica). Las
herramientas de evaluación, para poder gozar de
gran validez ecológica, deben ser capaces de regis
trar procesos ejecutivos múltiples (con estresores y
distracciones en aumento progresivo) de cara a ser
más predictivas del rendimiento en la vida real.
En este sentido, la realidad virtual permite al
usuario sumergirse en entornos tridimensionales
interactivos que reproducen ambientes y situacio
nes reales, posibilitando así enfoques terapéuticos
que inciden directamente sobre las limitaciones
funcionales ocasionadas por los déficits neuropsi
cológicos [33]. Además, el individuo puede sumer
girse en entornos evaluativos y terapéuticos seguros
que minimizan posibles riesgos inherentes a los en
tornos reales, lo que aporta un sinfín de posibilida
des en el campo de la neurorrehabilitación [34].
Los últimos desarrollos en el campo de la reali
dad virtual ofrecen opciones interesantes en la eva
luación neuropsicológica de muchos procesos cog
nitivos, como puede ser el caso del test AULA para
la evaluación del trastorno por déficit de atención/
hiperactividad [35], y cuya validez convergente y
ventajas sobre el test de ejecución continua de Con
ners, el criterio de referencia hasta la fecha en la
evaluación de la atención, han quedado demostra
das [36]. La realidad virtual reproduce entornos tri
dimensionales con los que el paciente interactúa de
forma dinámica, con una sensación de inmersión
en el entorno similar a la presencia y exposición a
un entorno real [37]. Dentro de estos entornos, tan
to clínicos como investigadores pueden integrar la
presentación de estímulos relevantes en un contex
to significativo y familiar para el paciente (en la me
dida en que las características visuales y físicas de
los entornos, personajes e ítems sean realistas y de
gran calidad). Además, se puede controlar de forma
sistemática la presentación de dichos estímulos, así
como la de distractores u otras variables, y alterar
los en función de las características del paciente,
obteniendo respuestas más consistentes y precisas,
y permitiendo un análisis detallado de éstas.
Afortunadamente, los costes de la tecnología se
han ido reduciendo progresivamente en los últimos
años, hasta el punto de que cualquier ordenador de
gama media puede mostrar un entorno visual in
mersivo e interactivo [38]; de forma paralela, ha ido
creciendo el rendimiento y calidad de las aplicacio
nes, haciendo que el usuario sea un participante
activo dentro del entorno virtual [39]. Rizzo et al
[40,41] identifican varias ventajas del uso de la rea
lidad virtual en la evaluación neuropsicológica, en
tre las que se encuentran:
– La capacidad de mostrar de forma sistemática
estímulos tridimensionales dinámicos e interac
tivos dentro de un entorno virtual, una tarea que
no podría llevarse a cabo por otros medios.
– La capacidad de crear un entorno de evaluación
con mayor validez ecológica.
– La presentación inmediata de feedback al rendi
miento de forma variada y mediante diferentes
modalidades sensoriales.
– La capacidad de capturar completamente el ren
dimiento, y la disponibilidad de un registro de
rendimiento más natural e intuitivo, de cara al
análisis de datos posterior.
– El diseño de un entorno de evaluación seguro que
minimice los riesgos derivados de errores.
– La capacidad de mejorar la disponibilidad de la
evaluación para personas con deterioro sensorial
y motor por medio del uso de interfaces y dispo
sitivos adaptados, y presentaciones adaptadas a
la modalidad sensorial requerida e integradas en
el diseño del entorno virtual.
– La introducción de características ‘recreativas’ o
elementos dentro de entornos virtuales como un
medio de aumentar la motivación.
– La integración de representaciones humanas vir
tuales (avatares) para aplicaciones sistemáticas
que pueden aumentar la interacción social.
Como puede observarse, se ha postulado que una
de las principales ventajas de los tests de realidad
virtual es su alta validez ecológica. Cuanto mayor es
la validez ecológica de un test, mejor puede prede
cir éste los problemas o limitaciones que una per
sona puede presentar en su vida cotidiana. Breve
mente, si la correlación entre la respuesta de un
paciente en un test de rendimiento sobre una situa
ción real concreta y la respuesta que este paciente
da en la vida real es alta, se puede decir que este
test predice de forma fiable la conducta que este in
dividuo tendría en su vida real al enfrentarse a una
situación similar [42]. Obviamente, el establecimien
to de una correlación así requeriría comparar los
resultados del test con el rendimiento de los sujetos
6. 470 www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (10): 465-475
G. Climent-Martínez, et al
en su vida cotidiana; un estudio con pocas posibili
dades de llevarse a cabo en la vida real.
Por ello, muchos autores comparan los resulta
dos obtenidos en los tests clásicos y los tests de rea
lidad virtual con el fin de mostrar validez ecológica,
lo que, en ocasiones, ha llevado a la mera informa
tización de los tests clásicos de lápiz y papel, y otras
a pruebas más elaboradas y realistas. En este senti
do, hay multitud de entornos virtuales que se han
usado con este propósito: ciudades [43,44], super
mercados [45], casas [46], cocinas [47,48], escuelas
[49], oficinas [50,51], unidades de rehabilitación [52]
e incluso una playa [53].
Evaluación específica de las funciones
ejecutivas mediante realidad virtual
Los tests diseñados para la evaluación del funciona
miento ejecutivo son muy complejos, y uno de sus
principales problemas puede ser el de aislar unas
funciones cognitivas de otras. La aplicación de la
realidad virtual para la evaluación de las funciones
ejecutivas se remonta a 1998, cuando el equipo de
Pugnetti [54] diseñó un edificio virtual del que ha
bía que salir pasando a través de varias puertas. Ba
sado en el test de clasificación de tarjetas de Wis
consin (WCST) [55], los usuarios de este test están
obligados a usar las pistas del entorno para ayudar a
la correcta selección de las puertas, que varían se
gún las categorías de forma, color y número de ojos
de buey (ventanas y mirillas). Al igual que en el
WCST, los criterios correctos de elección cambian
después de un número fijo de pruebas exitosas y es
necesario que la persona cambie de estrategia cog
nitiva para dar la respuesta correcta (en este caso,
pasar con éxito a la habitación de al lado). En este
estudio, se comparó un grupo mixto de pacientes
neurológicos (con esclerosis múltiple y lesiones ce
rebrales) con el rendimiento de un grupo control,
tanto en el WCST clásico como en una versión
computarizada o virtual. Tanto los resultados de las
observaciones realizadas por miembros de la fami
lia de los pacientes como los resultados del WCST
virtual muestran que los pacientes tienen dificulta
des en la realización de tareas de la vida diaria. No
obstante, aunque las propiedades psicométricas de
la tarea de realidad virtual eran comparables a las
del WCST convencional, las correlaciones entre las
diferentes estrategias cognitivas utilizadas por los
pacientes eran muy débiles, y existían errores espe
cíficos de perseveración no observados mediante el
test WCST. En sintonía con Shallice y Burgess [56],
los resultados están de acuerdo con la observación
de que los pacientes con trastornos ejecutivos a me
nudo realizan relativamente bien las pruebas neu
ropsicológicas tradicionales de la ‘función del lóbu
lo frontal’, pero muestran un marcado deterioro en
el control y monitorización del comportamiento
en las situaciones de la vida real.
El experimento realizado por Elkind et al [53]
con el test LFAM (Look For a Match) no aportó de
masiada claridad, dado que era una mera réplica del
WCST computarizado sobre sombrillas de playa, lo
cual no aportaba validez ecológica, y era más difícil
que la versión de lápiz y papel.
Posteriormente, Ku et al [57] utilizaron un en
torno virtual parecido a una pirámide egipcia para
la evaluación de la función ejecutiva. La pirámide
tiene salas hexagonales, cada una con tres puertas
con una forma, un color y un sonido asociado que
se reproduce al acercarse a la puerta. El usuario tie
ne que elegir una puerta en cada habitación, como
en el de Pugneti et al [54], y el criterio para acertar
la puerta correcta cambia cada cierto tiempo. Si el
sujeto elige la puerta equivocada, se reproduce un
sonido de error, pero la puerta se abre en cualquier
caso. Las habitaciones están conectadas entre sí por
pasillos en los que puede haber momias, obstáculos
que evitar y distractores. La forma de salir de la pi
rámide consiste en utilizar estrategias similares a
las del test de Wisconsin, y los primeros resultados
mostraron correlación entre el test en realidad vir
tual y el WCST.
El grupo de Kang [58] diseñó y probó un sistema
de realidad virtual para evaluar el deterioro cogniti
vo de pacientes con infarto cerebral. El entorno vir
tual consiste en un supermercado con 50 artículos
colocados en cuatro líneas de estanterías; tiene una
sola entrada y una salida, y cuatro refrigeradores
con panel de cristal. El sujeto experimental se mue
ve en el escenario utilizando un joystick, y un casco
virtual que sigue los movimientos de su cabeza. Los
resultados mostraron una dificultad de habituación
a la interfaz muy marcada en pacientes con acci
dente cerebrovascular, mientras que tanto este gru
po como los controles tuvieron dificultades de ha
bituación al entorno virtual. En concreto, las pun
tuaciones de los cuestionarios sobre mareo, náu
seas, problemas oculomotores y desorientación son
altas en ambos grupos.
Ha habido también otras experiencias que han
combinado funciones de evaluación, entrenamien
to y rehabilitación, como son el Virtual Store [59],
el Virtual Action Planning Supermarket [60], el Vir
tual Mall [61] y el Virtual Library Test. Además,
existe una versión en realidad virtual del test de
recados múltiples (Multiple Errand Test), llamado
7. 471www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (10): 465-475
Evaluación neuropsicológica de las funciones ejecutivas mediante realidad virtual
V-MET [62], que con diferentes aproximaciones ha
tratado de reproducir tareas de supermercado para
evaluar el funcionamiento ejecutivo. El test original
consistía en que el evaluador acompañaba al pa
ciente al entorno de un supermercado real a reali
zar una serie de tareas (con las consiguientes difi
cultades). El V-MET muestra un supermercado vir
tual que combina sus funciones de evaluación con
las de rehabilitación de personas que han sufrido
ictus y muestran déficits del funcionamiento ejecu
tivo. Examina la capacidad para realizar actividades
multitarea, y fomenta la planificación y la resolu
ción de problemas mientras se realiza la tarea de
compra. Las tareas incluyen seleccionar recetas,
elaborar una lista sobre la que realizar las compras
necesarias, y comprar los ítems que aparecen en la
lista. Con el fin de aumentar la sensación de estar
en un supermercado, el entorno incluye hilo musi
cal, anuncios de ventas y ofertas especiales. Los
productos se seleccionan y se sitúan en el carrito
usando movimientos de las extremidades superio
res, y de ese modo los pacientes ejercitan sus habili
dades motoras, cognitivas y metacognitivas.
Todos los tests de funcionamiento ejecutivo
mencionados en esta sección muestran los mismos
problemas: la mayoría de los entornos virtuales está
en una fase experimental o de investigación; se han
estudiado en muestras pequeñas; carecen de datos
normativos; no tienen una forma estandarizada de
aplicación (en algunos casos, cumplen el doble co
metido de evaluación e intervención, por lo que se
suelen personalizar en su aplicación para cada pa
ciente); y muchos de ellos no son tests, sino herra
mientas de entrenamiento y rehabilitación.
De las aproximaciones más recientes al estudio
del funcionamiento ejecutivo, una proviene de Es
tados Unidos y otra de nuestro entorno. La prime
ra de ellas, AssesSim Office, es un test de evaluación
cognitiva basado en realidad virtual desarrollada
de forma conjunta entre el Instituto de Tecnologías
Creativas de la Universidad del Sur de California y
el Laboratorio de Neuropsicología y Neurociencia
del centro de investigación de la Fundación Kessler.
AssesSim Office fue desarrollado para completar el
trabajo existente y capturar elementos de las fun
ciones ejecutivas no recogidos por los entornos
virtuales existentes hasta la fecha [63]. El test Asses
Sim Office evalúa el rendimiento en tareas de aten
ción selectiva y dividida, resolución de problemas
complejos, memoria de trabajo y memoria pros
pectiva (Fig. 1).
La aplicación se basa en el entorno virtual Asses
Sim (www.assessim.com) y presenta una serie de
tareas realistas para la evaluación de capacidades
cognitivas. Se espera que la combinación de diver
sas tareas con diferentes niveles de prioridad (por
ejemplo, una tarea de toma de decisiones basada en
reglas, una tarea de tiempo de reacción, una tarea
de atención dividida) simule escenarios desafiantes
que sean similares a las demandas de un entorno
laboral real. Las tareas concretas incluyen respon
der a correos electrónicos (atención selectiva), de
cidir si aceptar o rechazar ofertas inmobiliarias se
gún criterios concretos (toma de decisiones com
pleja con componente de memoria de trabajo), im
primir las ofertas que cumplen criterios concretos,
tanto si se aceptan como si no, recoger las ofertas
impresas de la impresora y dejarlas en el archivo
(memoria de trabajo), y asegurar que el proyector
de la sala de conferencias permanece encendido
(atención dividida). Asimismo, se evalúan otras con
ductas ajenas a las tareas concretas que pudieran
ser signo de inatención o conductas perseverativas.
Se espera que un escenario basado en tareas ecoló
gicamente relevantes sea más sensible a déficits
cognitivos en individuos con daño cerebral y pueda
predecir el rendimiento cognitivo en entornos rea
les con mayor precisión. En agosto de 2013 se pre
sentaron los resultados de un estudio piloto que
mostraba diferencias de rendimiento entre pacien
tes con traumatismo craneoencefálico y controles
en las medidas de atención selectiva y dividida, re
solución de problemas y memoria prospectiva [64].
En el caso de la esclerosis múltiple, los datos reve
laron que AssesSim Office diferenciaba con éxito el
rendimiento entre esclerosis múltiple y controles.
Hacen falta más estudios para diferenciar patrones
de funcionamiento entre individuos con traumatis
mo craneoencefálico y esclerosis múltiple.
Figura 1. Entorno de la oficina virtual de AssesSim Office [tomada con permiso de [64]).
8. 472 www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (10): 465-475
G. Climent-Martínez, et al
La última propuesta de evaluación neuropsico
lógica proviene del consorcio español formado por
la Fundación Argibide de Pamplona y la empresa
Nesplora de San Sebastián. Se ha denominado pro
visionalmente el test del vendedor de helados (Ice
Cream Seller Test), y se trata de una herramienta de
evaluación neuropsicológica multitareas basada en
un entorno virtual (una heladería) para la evalua
ción de las funciones ejecutivas tanto en población
general como en población clínica. El paciente tie
ne que hacer el papel de un vendedor de helados en
su primer día de trabajo. Al principio del test, reci
be instrucciones que tratan de promover un correc
to uso del sistema junto con una tarea de entrena
miento de sus tareas principales, seguido de una
tarea definitiva (el test en sí mismo). El paciente lle
vará unas gafas de realidad virtual con un sensor de
movimiento que permitirán al usuario ver a su alre
dedor moviendo la cabeza. Por otra parte, un brazo
virtual permitirá al usuario interactuar con los ob
jetos localizados en el entorno 3D de una forma si
milar a como lo haría en un entorno real. Con esto
se busca aumentar el realismo del test, así como la
sensación de inmersión y presencia en el entorno
virtual (Fig. 2).
En la tarea propia del test, los clientes entrarán
en la tienda de helados 14 veces en grupos de cua
tro personas, y el usuario les servirá el helado que
pidan siguiendo una serie concreta de reglas prede
finidas por el jefe de la heladería. Las 14 series se
dividen en dos fases:
– Fase de planificación o de ‘dar el turno’: el usua
rio establece el orden por el que debe servir a los
clientes de acuerdo con reglas preestablecidas.
– Fase de ejecución o de ‘servir a los clientes’: los
clientes, uno por uno, serán invitados a pedir el
helado que desean, y se les atenderá dependien
do del orden establecido por el usuario en la fase
de planificación.
El usuario prepara el helado y se lo da al cliente co
rrespondiente. Si el usuario cambia el orden que ha
definido en la fase de planificación, o si le da al
cliente el helado equivocado, recibirá feedback so
bre este evento. De forma transversal, la tarea sufri
rá algunas interrupciones: distractores (a los que el
usuario debe evitar prestar atención) y cambio de
set (cambio en los ingredientes de los helados a
partir de la serie 8). Las variables medidas por el Ice
Cream Seller Test incluirán:
– Planificación: número total de veces que se han
consultado las instrucciones, colocación correc
ta de elementos, aprendizaje de reglas, errores
de planificación.
– Aprendizaje y memoria de trabajo: tiempo de
aprendizaje de tareas, errores, respuestas correc
tas consecutivas, número de consultas al libro de
recetas, curva de mejora del aprendizaje.
– Tiempo y velocidad de procesamiento: tiempo
para realizar las tareas 1 y 2, tiempo total, tiem
po de respuesta.
– Atención: respuesta a los distractores, impulsivi
dad, perseveraciones, actividad motora.
– Flexibilidad cognitiva: perseveraciones, inhibición,
tiempo de aprendizaje de la nueva configuración
de ingredientes de los helados, errores, respues
tas correctas consecutivas.
La duración total de la prueba se estima en unos 50
minutos, con el fin de prevenir la fatiga asociada al
uso de las gafas de realidad virtual. La prueba se ha
lla aún en fase de pruebas de usabilidad y se espera
que sea baremada con población general en los
próximos meses.
Conclusiones
Partiendo del conocimiento del que actualmente
disponemos sobre las funciones ejecutivas, no po
demos concebir un instrumento de evaluación váli
do y fiable que no explicite la definición y la natura
Figura 2. Entorno virtual del Ice Cream Seller Test.
9. 473www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (10): 465-475
Evaluación neuropsicológica de las funciones ejecutivas mediante realidad virtual
leza del constructo en la que está basado. En nues
tra opinión, las funciones ejecutivas engloban dife
rentes componentes relativamente independientes
y que se relacionan entre sí, probablemente de for
ma jerarquizada, con el fin último de resolver situa
ciones nuevas y complejas a través de la predicción
de las consecuencias de cada curso de acción. Estas
funciones cognitivas de alto nivel abarcan no sólo el
control, la organización y la coordinación de otras
funciones cognitivas, sino también de respuestas
emocionales y comportamientos.
El uso de la tecnología en realidad virtual desem
peña un papel cada vez más importante en el modo
en que se realiza la evaluación neuropsicológica y la
rehabilitación, pero, para que sea posible que la
realidad virtual se convierta en poco tiempo en una
herramienta dominante en esta área, son necesa
rios los continuos avances en las tecnologías subya
centes y la reducción de costes en el hardware del
sistema.
Desde que la realidad virtual se utiliza en neuro
ciencias, se han publicado numerosos trabajos y
aproximaciones experimentales. Los resultados son
esperanzadores en evaluación y tratamiento en
neurociencia: esta tecnología no sólo se puede
comparar con los métodos clásicos, sino que es más
sensible y objetiva a la hora de capturar datos con
ductuales, y aumenta la validez ecológica de las
pruebas. En casi todos los trabajos estudiados, sin
embargo, la tendencia es a buscar correlaciones con
los métodos clásicos de evaluación o tratamiento
[53,54,57]. El problema de este planteamiento es
que, aunque se encuentren buenos resultados, no
se puede hablar ni de haber mejorado el método de
evaluación (por haberlos simplemente replicado en
realidad virtual), ni de haber aumentado la validez
ecológica del test, aunque eso sea plausible. Para
afirmar y demostrar la alta validez ecológica de un
test en realidad virtual, la comparación tiene que
hacerse midiendo las respuestas funcionales del pa
ciente en una situación real y en la tarea simulada.
Es evidente que este planteamiento, en general, es
difícil para los participantes [57,65,66], y a veces
hasta impensable. Aumentar la validez ecológica de
las pruebas neuropsicológicas es complicado tam
bién desde el punto de vista teórico. La validez eco
lógica de la exploración de las funciones ejecutivas
es, además, limitada, porque la administración del
test en consulta es diferente a las situaciones de la
vida real: en el despacho, la estructura la da el exa
minador, se centra en tareas concretas, el ambiente
no es punitivo, la motivación la aporta el examina
dor, se da cierta persistencia del estímulo, no se en
fatiza el fracaso, el ambiente es protegido y la com
petencia ausente. En síntesis, las condiciones físicas
y circunstancias presentes durante la exploración
neuropsicológica hacen que la generalización de los
resultados a la vida real sea débil. No es infrecuente
encontrar en la práctica clínica pacientes que pre
sentan importantes limitaciones para desarrollar
una vida autónoma e independiente y, sin embargo,
no muestran ninguna dificultad para realizar los
tests neuropsicológicos administrados en la consul
ta [42]. Resulta claro que la realidad virtual puede
ayudar a paliar varias de estas limitaciones [38], y
nosotros añadiríamos que puede provocar nuevos
retos y dificultades a los pacientes, de manera que
sea posible un verdadero ‘entrenamiento’ para la
realidad, con un aprendizaje de posibles respuestas
que aplicar en su vida diaria. En este sentido, desde
nuestro entorno esperamos que el test del vendedor
de helados, actualmente en fase de prueba, permita
un entorno evaluativo cercano a las actividades de
la vida diaria del paciente y pueda cubrir, al menos
en parte, la carencia de validez ecológica y de gene
ralización de resultados existente en las pruebas de
evaluación del funcionamiento ejecutivo normal y
patológico que existen hasta la fecha.
Bibliografía
1. Luria AR. El cerebro en acción. 5 ed. Barcelona: Martínez Roca;
1988.
2. Luria AR, Pribram KM, Homskaya ED. An experimental
analysis of the behavioral disturbance produced by a left frontal
arachnoidal endothelioma. Neuropsychol 1964; 2: 257-80.
3. Lezak MD. Relationship between personality disorders,
social disturbances and physical disability following traumatic
brain injury. J Head Trauma Rehabil 1987; 2: 57-69.
4. Lezak MD. The problem of assessing executive functions.
Int J Psychol 1982; 17: 281-97.
5. Sholberg MM, Mateer CA. Remediation of executive functions
impairments. In Sholberg MM, Mateer CA, eds. Introduction
to cognitive rehabilitation. New York: Guilford Press; 1989.
p. 232-63.
6. Tirapu-Ustárroz J, Pérez-Sayes G, Erekatxo-Bilbao M, Pelegrín-
Valero C. ¿Qué es la teoría de la mente? Rev Neurol 2007; 44:
479-89.
7. García-Molina A, Tirapu-Ustárroz J, Luna-Lario P, Ibáñez J,
Duque P. ¿Son lo mismo inteligencia y funciones ejecutivas?
Rev Neurol 2010; 50: 738-46.
8. Tirapu-Ustárroz J, García-Molina A, Luna-Lario P, Verdejo-
García A, Ríos-Lago M. Corteza prefrontal, funciones ejecutivas
y regulación de la conducta. In Tirapu-Ustárroz J, García-
Molina A, Ríos-Lago M, Ardila-Ardila A. Neuropsicología
de la corteza prefrontal y las funciones ejecutivas. Barcelona:
Viguera; 2012. p. 87-120.
9. Tirapu-Ustárroz J, Muñoz-Céspedes JM, Pelegrín-Valero C.
Funciones ejecutivas: necesidad de una integración conceptual.
Rev Neurol 2002; 34: 673-85.
10. Baddeley AD, Hitch GJ. Working memory. In Brower GA,
ed. The psychology of learning and cognition. New York:
Academic Press; 1974. p. 647-67.
11. Baddeley AD, Hitch GA. Developments in the concepts
of working memory. Neuropsychology 1994; 8: 484-93.
12. Baddeley AD. The episodic buffer: a new component
of working memory. Trends Cogn Sci 2000; 4: 417-23.
10. 474 www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (10): 465-475
G. Climent-Martínez, et al
13. Stuss DT, Benson DF. The frontal lobes. New York: Raven
Press; 1986.
14. Stuss DT, Benson DF. Neuropsychological studies of the
frontal lobes. Psychol Bull 1984; 95: 3-28.
15. Stuss DT. Self, awareness and the frontal lobes: a neuro
psychological perspective. In Goethaals GR, Strauss J, eds.
The self: an interdisciplinary approach. New York: Springer-
Verlag; 1994. p. 255-78.
16. Norman DA, Shallice T. Attention to action: willed and
automatic control of behavior. Washington DC: Center for
Human Information Processing. Technical Report 1980.
17. Norman DA, Shallice T. Attention to action: willed and
automatic control of behavior. In Davidson RJ, Schwartz GE,
Shapiro D, eds. Consciousness and self-regulation. New York:
Plenum Press; 1986. p. 1-18.
18. Shallice T. From neuropsychology to mental structure.
Cambridge: Cambridge University Press; 1988.
19. Shallice T, Burgess PW. Deficits in strategy application
following frontal lobe damage in man. Brain 1991; 114: 727-41.
20. Damasio AR. Descartes’ error. Emotion, reason and the human
brain. New York: Putnam’s Sons; 1994.
21. Damasio AR, Tranel D, Damasio H. Individuals with
sociopathic behavior caused by frontal damage fail to respond
autonomically to social stimuli. Behav Brain Res 1990; 41: 81-94.
22. Damasio AR, Tranel D, Damasio H. Somatic markers and
the guidance of behavior: theory and preliminary testing.
In Levin HS, Eisenberg HM, Benton AL, eds. Frontal lobe
function and dysfunction. New York: Oxford University
Press; 1991. p. 217-29.
23. Damasio AR, Damasio H. Cortical systems for retrieval
of concrete knowledge: the convergence zone framework.
In Koch C, eds. Large-scale neuronal theories of the brain.
Cambridge: MIT Press; 1995. p. 61-74.
24. Damasio AR. The somatic marker hypothesis and the
possible functions of the prefrontal cortex. In Roberts AC,
Robbins TW, Weiskrantz L, eds. The frontal cortex: executive
and cognitive functions. New York: Oxford University Press;
1998. p. 36-50.
25. Tirapu-Ustárroz J, García-Molina A, Luna-Lario P, Roig-
Rovira T, Pelegrín-Valero C. Modelos de funciones y control
ejecutivo (I). Rev Neurol 2008; 46: 684-92.
26. Tirapu-Ustárroz J, García-Molina A, Luna-Lario P, Roig-
Rovira T, Pelegrín-Valero C. Modelos de funciones y control
ejecutivo (II). Rev Neurol 2008; 46: 742-50.
27. Tirapu J, Luna P, García-Molina A, Periáñez J. Procesos
implicados en el funcionamiento ejecutivo. Anales de Psicología
[en prensa].
28. Alderman N, Burgess PW, Knight C, Henman C. Ecological
validity of a simplified version of the multiple errands shopping
test. J Int Neuropsychol Soc 2002; 9: 31-44.
29. Norris M, Tate R. The Behavioral Assessment of the
Disexecutive Syndrome (BADS): ecological, concurrent and
construct validity. Neuropsychol Rehabil 2000; 10: 33-45.
30. Ord JS, Greve KW, Bianchini KJ, Aguerrevere LE. Executive
dysfunction in traumatic brain injury: the effects of injury
severity and effort on the Wisconsin Card Sorting test. J Clin
Exp Neuropsychol 2010; 32: 132-40.
31. Chaytor N, Schmitter-Edgecombe M, Burr R. Improving
the ecological validity of executive functioning assessment.
Arch Clin Neuropsychol 2006; 21: 217-27.
32. Manchester D, Priestley N, Jackson H. The assessment of
executive functions: coming out of the office. Brain Inj 2004;
18: 1067-81.
33. Noreña D, Sánchez-Cubillo I, García-Molina A, Tirapu-
Ustárroz J, Bombín-González I, Ríos-Lago M. Efectividad
de la rehabilitación neuropsicológica en el daño cerebral
adquirido (II): funciones ejecutivas, modificación de conducta
y psicoterapia, y uso de nuevas tecnologías. Rev Neurol 2010;
51: 733-44.
34. Peñasco-Martín B, De los Reyes-Guzmán A, Gil-Agudo A,
Bernal-Sahún A, Pérez-Aguilar B, De la Peña-González AI.
Aplicación de la realidad virtual en los aspectos motores de
la neurorrehabilitación. Rev Neurol 2010; 51: 481-8.
35. Iriarte Y, Díaz-Orueta U, Cueto E, Irazustabarrena P,
Banterla F, Climent G. AULA –advanced virtual reality tool
for the assessment of attention: normative study in Spain.
J Atten Disord 2012; Dec 12. [Epub ahead of print].
36. Díaz-Orueta U, García-López C, Crespo-Eguílaz N, Sánchez-
Carpintero R, Climent G, Narbona J. AULA virtual reality
test as an attention measure: convergent validity with Conners
Continuous Performance Test. Child Neuropsychol 2013;
May 2. [Epub ahead of print].
37. Climent G, Banterla F. AULA Nesplora. Evaluación ecológica
de los procesos atencionales. San Sebastián: Nesplora; 2006.
38. Tarr MJ, Warren WH. Virtual reality in behavioral neuroscience
and beyond. Nat Neurosci 2002; 5 (Suppl): 1089-92.
39. Riva G, Mantovani F, Gaggioli A. Presence and rehabilitation:
toward second-generation virtual reality applications in
neuropsychology. J Neuroeng Rehabil 2004; 1: 9.
40. Rizzo AA, Buckwalter JG, Van der Zaag C. Virtual environment
applications for neuropsychological assessment and
rehabilitation. In Stanney K, ed. Handbook of virtual
environments: design, implementation and applications.
New York: Lawrence Erlbaum; 2002. p. 1027-64.
41. Rizzo AA, Schultheis MT, Kerns K, Mateer C. Analysis
of assets for virtual reality applications in neuropsychology.
Neuropsychol Rehabil 2004; 14: 207-39.
42. García-Molina A, Tirapu-Ustárroz J, Roig-Rovira T.
Validez ecológica en la exploración de las funciones ejecutivas.
Anales de Psicología 2007; 23: 289-99.
43. Brown D, Neale H, Cobb S, Reynolds H. Development and
evaluation of the virtual city. Int J Virt Reality 1998; 3: 27-38.
44. Da Costa R, De Carvalho L, De Aragon DF. Virtual reality in
cognitive training. Proceedings of 3rd International Conference
on Disability, Virtual Reality & Associated Technology. Alghero,
Italia, 2000. p. 221-24.
45. Cromby J, Standen P, Newman J, Tasker H. Successful transfer
to the real world of skills practiced in a virtual environment
by students with severe learning disabilities. Proceedings of
the 1st European Conference on Disability, Virtual Reality and
Associated Technologies. Reading, UK: University of Reading,
1996. p. 103-7.
46. Rose FD, Attree EA, Brooks BM, Andrews TK. Learning and
memory in virtual environments –a role in neurorehabilitation?
Questions (and occasional answers) from UEL. Presence
Teleoperators Virt Environ 2001; 10: 345-58.
47. Christiansen C, Abreu B, Ottenbacher K, Huffman K, Masel B,
Culpepper R, et al. Task performance in virtual environments
used for cognitive rehabilitation after traumatic brain injury.
Arch Phys Med Rehabil 1998; 79: 888-92.
48. Davies RC, Johansson G, Boschian K, Lindén A, Minör U,
Sonesson B. A practical example using virtual reality in the
assessment of brain injury. In Sharkey P, Rose D, Lindstrom J,
eds. Proceedings of the 2nd European Conference on
Disability, Virtual Reality and Associated Techniques.
Reading, UK: University of Reading, 1998. p. 61-8.
49. Stanton D, Foreman N, Wilson PN. Uses of virtual reality in
clinical training: developing the spatial skills of children with
mobility impairments. Stud Health Technol Inform 1998; 58:
219-32.
50. McGeorge P, Phillips LH, Crawford JR, Garden SE, Della
Salla S, Milne AB, et al. Using virtual environments in the
assessment of executive dysfunction. Presence Teleoperators
Virt Environ 2001; 10: 375-83.
51. Schultheis MT, Rizzo A. The virtual office: assessing & re-
training vocationally relevant cognitive skills. Paper presented
at the 10th Annual Medicine Meets Virtual Reality Conference,
Los Angeles, CA, 2002.
52. Brooks BM, McNeil JE, Rose FD, Greenwood RJ, Attree EA,
Leadbetter AG. Route learning in a case of amnesia:
a preliminary investigation into the efficacy of training in
a virtual environment. Neuropsychol Rehabil 1999; 9: 63-76.
53. Elkind JS, Rubin E, Rosenthal S, Skoff B, Prather P. A simulated
reality scenario compared with the computerized Wisconsin
Card Sorting Test: an analysis of preliminary results.
Cyberpsychol Behav 2001; 4: 489-96.
11. 475www.neurologia.com Rev Neurol 2014; 58 (10): 465-475
Evaluación neuropsicológica de las funciones ejecutivas mediante realidad virtual
54. Pugnetti L, Mendozzi L, Attree E, Barbieri A, Brooks BM,
Cazzullo CL, et al. Probing memory and executive functions
with virtual reality: past and present studies, Cyberpsychol
Behav 1998; 1: 151-61.
55. Heaton RK, Chelune GJ, Talley JL, Kay GG, Curtis G. Wisconsin
Card Sorting Test (WCST). Manual revised and expanded.
Odessa, FL: Psychological Assessment Resources; 1993.
56. Shallice T, Burgess PW. Deficits in strategy application
following frontal lobe damage in man. Brain 1991; 114: 727-41.
57. Ku J, Cho W, Kim JJ, Peled A, Wiederhold BK, Wiederhold MD,
et al. A virtual environment for investigating schizophrenic
patients’ characteristics: assessment of cognitive and
navigation ability. Cyberpsychol Behav 2003; 6: 397-404.
58. Kang YJ, Ku J, Han K, Kim SI, Yu TW, Lee JH, et al.
Development and clinical trial of virtual reality-based
cognitive assessment in people with stroke: preliminary
study. Cyberpsychol Behav 2008; 11: 329-39.
59. Lo Priore C, Castelnuovo G, Liccione D, Liccione D.
Experience with V-Store: considerations on presence
in virtual environments for effective neuropsychological
rehabilitation of executive functions. Cyberpsychol Behav
2003; 6: 281-7.
60. Klinger E, Chemin I, Lebreton S, Marié RM. A virtual
supermarket to assess cognitive planning. Cyberpsychol
Behav 2004; 7: 292-3.
61. Rand, D, Katz N, Shahar M, Kizony R, Weiss PL. The virtual
mall: a functional virtual environment for stroke rehabilitation.
Ann Rev Cyber Ther Telemed 2005; 3: 193-8.
62. Rand D, Rukan SB, Weiss PL, Katz N. Validation of the
virtual MET as an assessment tool for executive functions.
Neuropsychol Rehabil 2009; 19: 583-602.
63. Koenig St, Krch D, Chiaravalloti N, Lengenfelder J,
Nikelshpur O, Lange BS, et al. User-centered development
of a virtual reality cognitive assessment. Proceedings of the
9th International Conference on Disability, Virtual Reality
and Assoc Technologies. Laval, France, septiembre 2012.
p. 247-53.
64. Krch D, Nikelshpur O, Lavrador S, Chiaravalloti ND, Koenig S,
Rizzo A. Pilot results from a virtual reality executive function
task. Comunicación presentada en la ICVR (International
Conference on Virtual Rehabilitation), Philadelphia, EE. UU.,
agosto 2013.
65. Patrice L, Weiss T, Naveh Y, Katz N. Design and testing of a
virtual environment to train stroke patients with unilateral
spatial neglect to cross a street safely. Occup Ther Int 2003;
10: 39-55.
66. Parsons TD, Rizzo AA. Initial validation of a virtual
environment for assessment of memory functioning: virtual
reality cognitive performance assessment test. Cyberpsychol
Behav 2008; 11: 17-25.
Neuropsychological evaluation of the executive functions by means of virtual reality
Summary. Executive functions include a wide range of self regulatory functions that allow control, organization and
coordination of other cognitive functions, emotional responses and behaviours. The traditional approach to evaluate
these functions, by means of paper and pencil neuropsychological tests, shows a greater than expected performance
within the normal range for patients whose daily life difficulties would predict an inferior performance. These discrepancies
suggest that classical neuropsychological tests may not adequately reproduce the complexity and dynamic nature of real
life situations. Latest developments in the field of virtual reality offer interesting options for the neuropsychological
assessment of many cognitive processes. Virtual reality reproduces three-dimensional environments with which the
patient interacts in a dynamic way, with a sense of immersion in the environment similar to the presence and exposure to
a real environment. Furthermore, the presentation of these stimuli, as well as distractors and other variables, may be
controlled in a systematic way. Moreover, more consistent and precise answers may be obtained, and an in-depth analysis
of them is possible. The present review shows current problems in neuropsychological evaluation of executive functions
and latest advances in the consecution of higher preciseness and validity of the evaluation by means of new technologies
and virtual reality, with special mention to some developments performed in Spain.
Key words. Ecological validity. Executive functions. Generalization. Neuropsychological assessment. Theoretical models.
Virtual reality.