1. El sistema de educación estatal obligatorio
LA ESCUELA PRUSIANA – El origen del actual sistema educativo estatal obligatorio en la
inmensa mayoría del mundo, deriva de la educación Prusiana. Corria el año 1806 cuando los
soldados no profesionales de Napoleón vencieron a los soldados profesionales de Prusia en la
batalla de Jena. Cuando tu negocio es contratar soldados y emplear la extorsión diplomática con
la amenaza de tus tropas, perder una batalla como esa es bastante serio. Algo se tenía que hacer.
La reacción inmediata más importante a Jena fueron unos discursos inmortales, los Discursos a la nación
alemana del filósofo Fichte, uno de los influyentes documentos de la historia moderna que conducen
directamente a las primeras escuelas obligatorias factibles en Occidente. Otras épocas, otras tierras
hablaron sobre escolarización, pero todas fracasaron en hacerla nacer. La simple formación obligatoria por
breves intervalos y para propósitos limitados fue lo mejor que alguna vez se había conseguido. Esta vez
sería diferente.
En términos nada dudosos dijo Fichte a Prusia que la fiesta se había acabado. Los niños tenían que ser
disciplinados mediante una nueva forma de condicionamiento universal. Ya no podían ser confiados a sus
padres. Miren lo que Napoleón había hecho al desterrar el sentimiento en interés del nacionalismo.
Mediante la escolarización obligatoria, todo el mundo aprendería que «el trabajo hace libre», y trabajar
para el Estado, incluso dejando la propia vida a sus órdenes, era la mayor libertad de todas. Aquí, en el
don de la redefinición semántica, residía el poder para nublar las mentes de las personas, un poder
posteriormente empaquetado y vendido por los pioneros de las relaciones públicas Edward Bernays y Ivy
Lee en la época seminal de la escolarización obligatoria norteamericana.
las personas, un poder posteriormente empaquetado y vendido por los pioneros de las relaciones públicas
Edward Bernays y Ivy Lee en la época seminal de la escolarización obligatoria norteamericana.
Antes del reto de Fichte había salido de las imprentas un número enorme de proclamaciones de escuela
obligatoria aquí y allá, incluyendo el plan de Martín Lutero de ligar Iglesia y Estado de esta manera. El
problema era que estas tempranas empresas eran prácticamente imposibles de hacerse cumplir,
rotundamente ignoradas por los que olían la malicia escondida tras elegantes promesas de educación
gratuita.
Prusia se preparó para usar las bayonetas contra su propio pueblo tan dispuestamente como las había
blandido contra otros, por tanto no es en absoluto sorprendente que la raza humana obtuviera su primera
escolarización obligatoria laica de Prusia en 1819, el mismo año en que el Frankenstein de Mary Shelley,
situado en la oscuridad de la lejana Alemania, fue publicado en Inglaterra. La Schule llegó tras más de una
década de deliberaciones, comisiones, testimonio y debate. Por un breve y esperanzador momento, los
brillantes argumentos de Humboldt en favor de un camino de estudio para todos de alto nivel, no
bloqueado por controles, libremente cambiante, universal e intelectual para todos, lleno de variedad, libre
debate, rica experiencia y currículos personalizados casi triunfaron. Qué mundo más diferente tendríamos
hoy si Humboldt hubiera ganado el debate prusiano, pero en vez de ello ganaron las fuerzas que
apoyaban al barón von Stein. Y eso ha hecho toda la diferencia.
El espíritu prusiano, que salió vencedor, tenía una idea clara de qué debería proporcionar la escolarización
centralizada: 1) soldados obedientes para el ejército;2) trabajadores obedientes para minas, fábricas y
granjas; 3) funcionarios civiles bien subordinados, adiestrados en su función; 4) empleados bien
subordinados para la industria; 5) ciudadanos que piensen del mismo modo en la mayoría de cuestiones;
6) uniformidad nacional en pensamiento, palabra y actos.
2. El área de voluntad individual para los plebeyos fue severamente excluida de los procedimientos prusianos
de adiestramiento psicológico sacados de la experiencia de cría animal y del adiestramiento ecuestre, y
también tomados de la experiencia militar pasada. Mucho después, en nuestra propia época, las técnicas
de esas variadas destrezas y sombrías artes pasaron a ser «descubrimientos» en la pseudociencia
pedagógica del conductismo psicológico.
Las escuelas prusianas daban todo lo que prometían. Todo problema importante podía ser ahora resuelto
confiadamente de antemano dirigiendo familias y mandos institucionales porque las masas bien
escolarizadas estarían de acuerdo con un mínimo de oposición. Este consenso estrechamente
escolarizado de Prusia combinó finalmente los caleidoscópicos principados alemanes en una Alemania
unida, tras mil años como nación fragmentada. ¡Qué sorpresa obtendría pronto el mundo de este exitoso
experimento de centralización nacional! Bajo el socialismo de Estado prusiano surgió la industria privada,
lo que hizo saltar la Prusia pobre en recursos al nivel de los líderes mundiales. El éxito militar siguió siendo
la piedra de toque de Prusia. Incluso antes de que la ley de la escuela estuviera en completo vigor como
potenciador de las prioridades del Estado, el cuerpo de ejército bajo el mando de Blücher fue la principal
razón para la derrota de Napoleón en Waterloo, su soberbia disciplina permitía una sorprendentemente
exitosa vuelta al combate tras lo que parecía una derrota aplastante a manos del «Cabito» sólo días antes.
Desescolarizados, los prusianos eran impresionantes: el condicionamiento en el aula prometía hacerlos
aún más formidables.
Disciplina de fuego prusiana
"Al acercarse al enemigo, las columnas de prusianos que marchaban giraron una tras otra hacia la derecha y
hacia la izquierda, y pasaron a lo largo del frente del enemigo hasta que la compañía de retaguardia hubo
girado. Entonces todo el conjunto giró encarándose al enemigo. Estos movimientos llevaron a la infantería a dos
líneas largas bien cerradas, obtenidas con precisión de plaza de armas gracias a la instrucción despiadada.
Este movimiento llevaba íntimamente unida una disciplina de fuego más extraordinaria que cualquier perfección
de maniobra. Se abrió el Pelotonfeuer a doscientos pasos del enemigo y continuó hasta 30 pasos cuando la
línea se rindió con la bayoneta. La posibilidad de esta combinación de fuego y movimiento fue el trabajo de
Leopoldo, que mediante instrucción total hizo del soldado una máquina capaz de hacer, con mosquetes de
pedernal que se cargaban por la boca, cinco disparos por minuto. La especial disciplina de fuego prusiana daba
una ventaja de cinco disparos contra dos contra todos los oponentes. El ataque de bayoneta, si las andanadas
de disparos habían hecho su trabajo, era simplemente «presentar la factura para su cobro», como lo expresó un
escritor alemán."
ENCYCLOPEDIA BRITANNICA, 11ª edición, Prusia
Durante un siglo, Alemania parecía estar en el centro de todo lo civilizado: nada era tan esotérico o tan
trivial que no pudiera beneficiarse de la aplicación del procedimiento científico alemán. Hegel, de la
Universidad de Berlín, propuso incluso el historicismo: que la historia era un tema científico, que mostraba
un progresivo movimiento lineal hacia un fin misterioso. Por otra parte, Herbart y Fechner estaban
aplicando principios matemáticos al aprendizaje, Müller y Helmholtz estaban injertando la fisiología en el
comportamiento, anticipando el aula psicologizada, Fritsch y Hitzig aplicaban estimulación eléctrica al
cerebro para determinar la relación de las funciones cerebrales con el comportamiento, y la misma
Alemania se acercaba a su unificación bajo Bismarck.
Cuando el espíritu del Pelotonfeuer prusiano aplastó a Francia en la guerra relámpago de 1871, la
atención mundial se dirigió intensamente a este lugar hipnótico y utópico. Lo que se podía ver que pasaba
allí era una impresionante demostración de que la producción interminable fluía de una conexión
baconiana entre gobierno, la mente académica y la industria. El mérito por el éxito prusiano fue
extensamente atribuido a su forma de escolarización. Lo que quedaba fuera de la vista ocasional era la
visión religiosa de un universo completamente sistemático que animaba a esta nación frankensteniana.
Tomado de: http://www.laindependientedigital.net/historia-de-la-educacion.html