El documento discute cómo el pueblo de Israel rechazaba a los profetas, incluso matando al último de ellos, Juan el Bautista. También explica que aunque Jesús era humano, los judíos no podían ver su naturaleza divina, lo que causó sorpresa cuando la gente se dio cuenta de que no era simplemente un carpintero. Finalmente, resume que Jesús es el centro de las Escrituras y la promesa del Antiguo Testamento hecha realidad en el Nuevo Testamento, siendo a la vez Hijo del Hombre y Hijo