El documento describe la crisis política y financiera que enfrentó España en 1640 bajo el reinado de Felipe IV. La imposición de nuevos impuestos para financiar un ejército permanente llevó a revueltas en Cataluña y Portugal, resultando en la pérdida de independencia de Portugal. Otras rebeliones ocurrieron en regiones como Andalucía, Aragón, Navarra, Nápoles y Sicilia.