2. El área y sus antecedentes
• Los diseños curriculares de primaria y secundaria ponen
en juego el desarrollo de una nueva área: ciencias
sociales. Lo que la define básicamente son los objetivos
o capacidades que se pretenden alcanzar a partir de
unos contenidos.
• El profesor puede tratar dentro de los márgenes del
currículum del área la última polémica científica, el
conflicto social de actualidad, el fenómeno atmosférico
singular de la semana o el tema político mundial del
momento.
• La historia se utilizó para legitimar el estado-nación
como una realidad existente desde los tiempos más
remotos, inculcar patriotismo ciego y difundir los
valores de los grupos socialmente dominantes: respeto a
la propiedad privada y a la jerarquía social. Al tiempo, la
geografía justificaba los límites del estado y
regionalizaba o reducía a folclore cualquier diferencia
cultural, lingüística o nacionalitaria.
3. Límites disciplinares e interdisciplinares
• El didacta de las ciencias sociales no se limita a actuar
de correa de transmisión entre el estado de las ciencias
referentes y la actividad en el aula; su función es
precisamente concretar y articular, propiciar el
conocimiento de objetos de estudio geográficos,
históricos y sociales a partir de los saberes aportados
por las disciplinas referentes, pero también a partir de la
propia metodología disciplinar aplicada directamente
sobre el objeto de estudio.
• El didacta de las ciencias sociales puede tener en
cuenta las aportaciones disciplinares, pero el lenguaje
comunicacional de éstas difícilmente va a ser asequible
para su horizonte destinatario (comunidad de
estudiantes). En este sentido el didacta puede analizar
directamente el objeto de estudio desde su punto de
vista fijando qué elementos van a ser más
comprensibles para su destinatario y cuáles pueden
encuadrarse en una determinada estrategia didáctica,
desarrollando un lenguaje comunicacional propio.
4. Demanda social de geografía, historia
y ciencias sociales
• Una reorientación positiva exige, como primer paso, el rearme moral del
profesorado que imparte la materia. Las ciencias sociales, la geografía y la
historia no son solamente útiles y necesarias, son imprescindibles en el
sistema de enseñanza y tal vez deberían tener mucho más protagonismo,
ya que a su carácter instructivo (inherente a toda ciencia) suman un
poderoso factor inclusor en tanto en cuanto permiten contextualizar las
más diversas aportaciones de instrucción en una perspectiva social. A ello
deberíamos añadir que, además, las ciencias sociales son instructivas,
divertidas, amenas y permiten ejercitar de manera idónea la lógica
científica, la imaginación, la creatividad y obviamente inciden en la
formación de ciudadanos con criterio «político» (en el sentido de las polis)
y social.
• Los conocimientos geográficos, históricos y sociales pueden ser
extremadamente útiles (funcionales, rentables, aplicables) contribuyendo a
mitigar posibles desgarros sociales y fracturas mentales. Pero hace falta,
obviamente, que los saberes que se impartan desde la geografía y la
historia sean útiles, es decir, que ayuden a comprender la situación del
mundo actual y su posible evolución, y es obvio que de toda comprensión
se infiere una intervención ponderada y racional.