El documento discute los nuevos enfoques pedagógicos necesarios para formar profesionales de la educación técnico-profesional (ETP) ante los cambios tecnológicos y en el mundo laboral. Explica que la ETP ya no se enfoca solo en habilidades manuales sino también en el pensamiento crítico y la resolución de problemas. También propone nuevas formas de organizar el tiempo y espacio escolar para dedicar más tiempo a talleres y producciones. Concluye que se requieren perfiles profesionales innovadores y formación continua para los
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Formación profesionales ETP nuevos enfoques
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TÍTULO: “Formaciónde profesionales de la ETP: nuevos enfoques pedagógicos”
AUTOR: OM2 ElectrónicoSergio HUARANGA Callata
INTRODUCCIÓN:
Conviene iniciar este ensayo con una reflexión sobre el significado que
ha ido adquiriendo la educación profesional técnica en América Latina,
que delimita la evolución o transformación que podría alcanzar en el
mediano y largo plazo. En el contexto latinoamericano el término refiere a
dos realidades institucionales diferentes, que han evolucionado de distinta
manera en los diversos países de la región. Se trata, por un lado, de una
escolaridad profesional técnica cuyos orígenes en los países de América
Latina se pueden rastrear a los finales del siglo XIX, a través de la
escolarización de ciertas formaciones de artes y oficios, pero también,
como en el caso de México por la influencia de los colegios de Ingenieros
(Weiss, 2010), y que en fechas posteriores se fue imbricando cada vez más
dentro de la estructura de los sistemas escolares. El proceso implicó una
paulatina elevación de los niveles del sistema escolar en los que se integra, a
medida que la formación técnica y las ocupaciones que sustenta se han
vuelto más complejas. En distintos momentos alrededor de mediados del
siglo pasado, según los países entre la década de los 40 y la de los 70, la
educación profesional técnica se estableció con naturalidad en el nivel
medio del sistema escolar y no fue sino hasta finales de ese siglo cuando se
promocionó a nivel superior: en realidad el denominado quinto nivel. Lo
interesante es que la formación profesional técnica no siguió
necesariamente una línea de escolarización paralela, sino que en varios
países se imbricó en la escolaridad general. Otro dato de interés es que la
formación para las profesiones universitarias no se considera parte de la ETP
a pesar de su orientación directa para desempeños laborales específicos.
La ETP se reduce, entonces, a la formación elemental e intermedia acorde
con los mismos niveles tradicionales de la división jerárquica del trabajo.
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CUERPO O DISCUSION:
La revolución tecnológica y la incidencia de los programas
computarizados en una gran parte de los productos y los servicios, nuevos
y viejos, modifican radicalmente esa noción. El conocimiento que sustenta
ciertas tecnologías se haintensificado ypasa por otros lados; por ejemplo, los
motores de los automóviles o de los aparatos domésticos, cuya reparación
requería un adecuado conocimiento de cada una de sus partes y del
funcionamiento interrelacionado de los mismos, exige ahora el
conocimiento de los programas computarizados que los hacen funcionar.
La práctica se aleja del “hacer directo e inmediato” y se acerca cada vez
más a la solución integral de problemas, a los estudios de casos, actuales o
históricos; a la organización y puesta en marcha de micro-emprendimientos,
a la participación efectiva en diferentes puestos de trabajo, previa
observación de los mismos; o, en la menor de las exigencias, al conocimiento
de los diseños computarizados que hacen operar a las máquinas, a los
automóviles, a los aparatos domésticos.
Muchas escuelas innovadoras organizan de otra manera los tiempos y los
espacios, asignando a la formación técnico-profesional los períodos más
largos y consecutivos que requiere, dedicando, por ejemplo, una semana
completa al trabajo de talleres y producciones para la mitad de losalumnos,
mientrasque el resto delgrupo se dedica a las asignaturas escolares. Caben
ahí muy diferentes formas de innovar en el uso del tiempo, los espacios y los
recursos, pero que se enfrentan a obstáculos propios de la burocracia
escolar, tales como los horarios y calendarios establecidos en las
condiciones de trabajo de los maestros, por lo que se requiere también
innovar la gestión escolar.
CONCLUSIONES:
La educación técnico-profesional no ha sido inmune a la gran cantidad de
cambios trascendentales, e inéditos muchos de ellos, que se han dado en el
mundo del trabajo, la reingeniería de las empresas, la desaparición de
algunas ocupaciones, la transformación profunda de la mayoría de ellas y
el surgimiento de nuevos campos de actividad laboral y nuevas
ocupaciones. Conceptos como las competencias laborales, el aprendizaje a
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lo largo de la vida, la importancia de la innovación, el reconocimiento y la
certificación de competencias de validez nacional e internacional y el
impulso a la micro-empresa la afectan de raíz y exigen cambios
trascendentales en el desempeño y la formación de los profesionales de la
ETP. Nuevos organismos dedicados a la educación profesional y la
incorporación de nuevos sectores de población al derecho a la ETP
contribuyen a las nuevas exigencias. Se trata de desafíos que exigen no
solamente cambios en el reclutamiento y formación inicial de los profesores
o instructores, sino de nuevos perfiles profesionales y de una muy novedosa
formación continua de quienes se dedican a buscar los puentes más
eficientes para integrar la formación profesional en los cambios vertiginosos
que se están dando en el mundo del trabajo. La formación de investigadores
sobre la ETP o el mayor impulso a quienes ya lo hacen es una contribución
indispensable para ello.
FUENTES CONSULTADAS:
Educación Técnica en el Perú : Augusta Alfageme y Judith Guabluche