1) Los apóstoles y creyentes esperaron en Jerusalén como Jesús les había mandado, esperando que Él enviara al Espíritu Santo. 2) En el día de Pentecostés, mientras los creyentes estaban reunidos, el Espíritu Santo descendió sobre ellos en forma de lenguas de fuego y los llenó, capacitándolos para hablar en diferentes idiomas. 3) Esto permitió que los visitantes de otras regiones que hablaban diferentes idiomas oyeran a los creyentes contando las maravillas de Dios en su propio idioma.
Lección 1 - Los Hechos del Espíritu Santo en y a través de la Iglesia
1.
2. A. LOS APÓSTOLES Y CREYENTES ESPERARON EN JERUSALÉN.
La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Los apóstoles obedecieron al Señor Jesús regresando a Jerusalén y
esperando que Él enviara al Espíritu Santo a vivir en ellos.
Hechos 1:12-14
“Entonces volvieron a Jerusalén desde el monte que se llama del
Olivar, el cual está cerca de Jerusalén, camino de un día de reposo. Y
entrados, subieron al aposento alto, donde moraban Pedro y Jacobo,
Juan, Andrés, Felipe, Tomás, Bartolomé, Mateo, Jacobo hijo de Alfeo,
Simón el Zelote y Judas hermano de Jacobo. Todos éstos perseveraban
unánimes en oración y ruego, con las mujeres, y con María la madre de
Jesús, y con sus hermanos”
3. B. EL DON DEL ESPÍRITU SANTO
La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Los apóstoles y los creyentes estaban en Jerusalén el día de Pentecostés,
esperando la venida del Espíritu Santo tal como el Señor Jesús les había
mandado.
Hechos 2:1 “Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos
unánimes juntos…”
El día de Pentecostés era una fiesta que los
judíos celebraban. Esta fiesta o banquete
anual había sido ordenada por Dios, al igual
que la celebración de la Pascua. La fiesta de
Pentecostés se efectuaba cincuenta días
después de la Pascua.
Éxodo 34:22 “También celebrarás la
fiesta de las semanas, la de las primicias de
la siega del trigo, y la fiesta de la cosecha a
la salida del año"
Hechos 2:2-3 “Y de repente vino del cielo un estruendo como de un
viento recio que soplaba, el cual llenó toda la casa donde estaban
sentados; y se les aparecieron lenguas repartidas, como de fuego,
asentándose sobre cada uno de ellos”
4. C. TODOS LOS CREYENTES FUERON BAUTIZADOS CON EL
ESPÍRITU SANTO.
La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Tal como lo había prometido, el Señor Jesús bautizó a todos Sus hijos con
el Espíritu Santo. Esto significa que lo envió desde el Cielo sobre todos los
creyentes que estaban reunidos y esperando en Jerusalén. El Espíritu
Santo vino a vivir permanentemente en todos los creyentes, unificándolos
y uniéndolos al Señor Jesús.
Juan 14:16-17. "Y yo rogaré al Padre, y os dará otro Consolador, para
que esté con vosotros para siempre: el Espíritu de verdad, al cual el
mundo no puede recibir, porque no le ve, ni le conoce; pero vosotros le
conocéis, porque mora con vosotros, y estará en vosotros"
¿Recuerdanque en la noche anterior a la crucifixión de Jesús, Él prometió a
Sus discípulos que, cuando estuvierade nuevo en el Cielo con Su Padre, le
pediría el EspírituSanto, ese otroAyudador, y que lo enviaría a vivir en Sus
hijos para siempre?
Jesús cumplió Su promesa. Él es fiel. Dios siempre hace lo que promete.
5. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
El tabernáculo que mandó a Moisés que construyera. El lugar especial de
habitación de Dios sobre la tierra fue el Lugar Santísimo en el tabernáculo.
Después que los israelitas terminaron de construirlo, Dios mostró, por medio
de una nube que lo cubrió todo, que Él había venido a hacer de éste Su
lugar especial sobre la tierra.
Éxodo 40:34,35. " Entonces una nube cubrió el tabernáculo de
reunión, y la gloria de Jehová llenó el tabernáculo. Y no podía Moisés
entrar en el tabernáculo de reunión, porque la nube estaba sobre él, y
la gloria de Jehová lo llenaba."
En el día de Pentecostés, el Señor Jesús envió el
Espíritu Santo desde el Cielo a vivir permanentemente
en los cuerpos de los creyentes para que se
convirtieran en el templo de Dios aquí en la tierra. Pero
el Espíritu Santo no sólo habitó en cada creyente
individualmente, sino que también los unió para que
así, unidos, fueran llamados Templo de Dios.
La Casa o Templo de Dios aquí en la tierra también
se llama la Iglesia o Congregación del Señor
Jesucristo. La Iglesia del Señor Jesús comenzó el
día de Pentecostés, y desde aquel tiempo, todos
los creyentes, incluyéndoles a ustedes, han sido
miembros del Templo de Dios, o sea la Iglesia del
Señor Jesucristo.
¿Cuál fue la primera casa de Dios aquí en la tierra?
6. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Más tarde, cuando los israelitas estaban en la tierra que Dios les
dio, Salomón construyó el templo. Una vez que éste hubo sido
construido, la gloria de Dios lo llenó, mostrando así que Su lugar de
residencia entre Su pueblo ahora era el templo.
1 Reyes 8:10-21. "Y cuando los sacerdotes salieron del santuario, la nube llenó
la casa de Jehová. Y los sacerdotes no pudieron permanecer para ministrar por
causa de la nube; porque la gloria de Jehová había llenado la casa de Jehová.
Entonces dijo Salomón: Jehová ha dicho que él habitaría en la oscuridad. Yo he
edificado casa por morada para ti, sitio en que tú habites para siempre. Y
volviendo el rey su rostro, bendijo a toda la congregación de Israel; y toda la
congregación de Israel estaba de pie. Y dijo: Bendito sea Jehová, Dios de Israel,
que habló a David mi padre lo que con su mano ha cumplido, diciendo: Desde el
día que saqué de Egipto a mi pueblo Israel, no he escogido ciudad de todas las
tribus de Israel para edificar casa en la cual estuviese mi nombre, aunque escogí a
David para que presidiese en mi pueblo Israel. Y David mi padre tuvo en su
corazón edificar casa al nombre de Jehová Dios de Israel. Pero Jehová dijo a
David mi padre: Cuanto a haber tenido en tu corazón edificar casa a mi nombre,
bien has hecho en tener tal deseo. Pero tú no edificarás la casa, sino tu hijo que
saldrá de tus lomos, él edificará casa a mi nombre. Y Jehová ha cumplido su
palabra que había dicho; porque yo me he levantado en lugar de David mi padre, y
me he sentado en el trono de Israel, como Jehová había dicho, y he edificado la
casa al nombre de Jehová Dios de Israel. Y he puesto en ella lugar para el arca, en
la cual está el pacto de Jehová que él hizo con nuestros padres cuando los sacó de
la tierra de Egipto"
7. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Aunque el templo que construyó Salomón fue destruido, después
se construyó otro para reemplazarlo. El templo de Dios en Jerusalén
fue el lugar especial de habitación de Dios cuando Jesús estuvo
aquí en la tierra.
Cuando Jesús murió y exclamó: “Consumado es”, Dios rasgó el
velo del templo de arriba a abajo.
Dios hizo esto para mostrar que el camino de regreso a Él había sido abierto
eternamente por la sangre del Señor Jesús, la cual Él dio como la paga por
nuestros pecados, y que la casa de Dios ya no volvería a consistir en
edificios hechos de madera y piedra, construidos por manos humanas.
Ahora iba a vivir en Sus hijos.
Juan 4:20-24; "Nuestros padres adoraron en este monte, y vosotros
decís que en Jerusalén es el lugar donde se debe adorar. Jesús le dijo:
Mujer, créeme, que la hora viene cuando ni en este monte ni en Jerusalén
adoraréis al Padre. Vosotros adoráis lo que no sabéis; nosotros adoramos
lo que sabemos; porque la salvación viene de los judíos. Mas la hora
viene, y ahora es, cuando los verdaderos adoradores adorarán al Padre
en espíritu y en verdad; porque también el Padre tales adoradores busca
que le adoren. Dios es Espíritu; y los que le adoran, en espíritu y en
verdad es necesario que adoren"
8. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Mateo 23:37,38; "!!Jerusalén, Jerusalén, que matas a los profetas, y
apedreas a los que te son enviados! !!Cuántas veces quise juntar a tus
hijos, como la gallina junta sus polluelos debajo de las alas, y no quisiste!
He aquí vuestra casa os es dejada desierta"
Efesios 2:19-22; "Así que ya no sois extranjeros ni advenedizos, sino
conciudadanos de los santos, y miembros de la familia de Dios, edificados
sobre el fundamento de los apóstoles y profetas, siendo la principal
piedra del ángulo Jesucristo mismo, en quien todo el edificio, bien
coordinado, va creciendo para ser un templo santo en el Señor; en quien
vosotros también sois juntamente edificados para morada de Dios en el
Espíritu"
1 Timoteo 3:15. "para que si tardo, sepas cómo debes conducirte en la
casa de Dios, que es la iglesia del Dios viviente, columna y baluarte de la
verdad"
El día de Pentecostés, cuando Jesús envió al Espíritu Santo desde el
Cielo, Dios vino a vivir en todos Sus hijos por medio de Él. Éste fue el
principio de la Iglesia del Señor Jesucristo. Desde ese tiempo, el
Espíritu Santo ha vivido en cada persona que ha puesto su fe en el
Señor Jesús como Salvador.
9. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Vive en cada uno de los hijos de Dios. En el momento en que usted
confió en el Señor Jesús como su Salvador, el Espíritu Santo vino a
vivir en su cuerpo. Ahora su cuerpo es el templo de Dios aquí en la
tierra.
¿Dónde vive hoy el Espíritu Santo?
No necesitamos esperar por el Espíritu Santo como los apóstoles y
los primeros creyentes. Él vino a habitar en la Iglesia del Señor Jesús
en el día de Pentecostés, y en el momento en que usted creyó, se
convirtió en parte de Su Iglesia.
10. D. TODOS LOS CREYENTES FUERON LLENOS CON EL ESPÍRITU
SANTO.
La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
La Biblia dice en Hechos 2:4 que los 120 creyentes que estaban en el
aposento alto en el día de Pentecostés “fueron todos llenos del Espíritu
Santo”. El Espíritu Santo llenó a cada creyente. Esto quiere decir que
tomó el control de cada uno de ellos. Es para esto que el Espíritu
Santo fue enviado por Jesús. Para controlar y enseñar a los creyentes y
capacitarlos para testificar a otros acerca del Señor Jesús.
Ahora el Espíritu Santo vive en usted y quiere controlar todo su cuerpo
para que pueda vivir y testificar para el Señor Jesús. El Señor Jesús quiere
que usted permita que el Espíritu Santo lo controle para capacitarlo en
obedecer la Palabra de Dios. Aprenderemos más acerca de lo que significa
ser controlado por el Espíritu Santo a medida que continuamos
estudiando la Palabra de Dios.
11. E. TODOS LOS CREYENTES HABLARON IDIOMAS DIFERENTES AL
PROPIO.
La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Cuando los creyentes en Jerusalén fueron bautizados con el Espíritu Santo,
Él los capacitó para hablar idiomas que eran diferentes del propio, idiomas
que ellos nunca habían aprendido.
No hablaron todos estos idiomas al mismo tiempo sino “según el Espíritu
les daba que hablasen”. El Espíritu Santo los capacitó para hablar estos
idiomas como Él quería que lo hicieran.
Hechos 2:4. "Y fueron todos llenos del Espíritu Santo, y comenzaron a
hablar en otras lenguas, según el Espíritu les daba que hablasen"
12. F. LOS JUDÍOS DE DISTINTOS PAÍSES CON IDIOMA PROPIO EN
JERUSALÉN
La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Hechos 2:5-11. "Moraban entonces en Jerusalén judíos, varones
piadosos, de todas las naciones bajo el cielo. Y hecho este estruendo, se
juntó la multitud; y estaban confusos, porque cada uno les oía hablar en
su propia lengua. Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad,
¿no son galileos todos estos que hablan? ¿Cómo, pues, les oímos
nosotros hablar cada uno en nuestra lengua en la que hemos nacido?
Partos, medos, elamitas, y los que habitamos en Mesopotamia, en Judea,
en Capadocia, en el Ponto y en Asia, en Frigia y Panfilia, en Egipto y en
las regiones de África más allá de Cirene, y romanos aquí residentes,
tanto judíos como prosélitos, cretenses y árabes, les oímos hablar en
nuestras lenguas las maravillas de Dios"
¿Por qué el Espíritu Santo dio a todos estos creyentes la
habilidadde hablar los idiomas de otros pueblos?
13.
14. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
¿Recuerdan que Dios habíacastigado a los judíos
permitiendo que los asirios y babilonios los conquistaran?
Durante ese tiempo, muchos de los judíos habían sido llevados a
Asiria y Babilonia, y otros habían huido a los países vecinos para
escapar de la muerte. Aunque algunos volvieron de Babilonia a
vivir una vez más en la tierra de Israel, muchos judíos se
establecieron allí, y en otros países, aprendiendo sus idiomas.
Muchos también fueron a vivir en otros países cuando los griegos, y
luego los romanos, conquistaron la tierra de Israel. Estos judíos
también aprendieron los idiomas de los países donde vivían. Sin
embargo, siempre que había una celebración especial como la
Pascua o Pentecostés, estos judíos viajaban de nuevo a Jerusalén
para ir al templo.
15. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Jesús había dicho a los apóstoles que, cuando Él los bautizara con
el Espíritu Santo, se les daría la habilidad de testificar a todo el
mundo acerca de Su vida, muerte, sepultura y resurrección, y decir
a las personas que Él estaba de nuevo con Su Padre y tenía
completa autoridad en el Cielo y en la tierra.
Hechos 1:8. "pero recibiréis poder, cuando haya venido sobre vosotros
el Espíritu Santo, y me seréis testigos en Jerusalén, en toda Judea, en
Samaria, y hasta lo último de la tierra"
El Espíritu Santo dio a todos los creyentes en Jerusalén la habilidad
de hablar en los diferentes idiomas de todos estos judíos que
estaban de visita, para que oyeran de las cosas maravillosas que
tan recientemente Dios había hecho a través del Señor Jesús.
16. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Cuando las personas escucharon y entendieron estas cosas
maravillosas en sus propios idiomas, quedaron atónitos. No podían
entender cómo estos creyentes, quienes eran todos de Galilea,
podían hablar sus idiomas.
Hechos 2:7,12. " Y estaban atónitos y maravillados, diciendo: Mirad,
¿no son galileos todos estos que hablan?- Y estaban todos atónitos y
perplejos, diciéndose unos a otros: ¿Qué quiere decir esto?"
Probablemente supieron que
los creyentes eran galileos
por la forma como estaban
vestidos.
17. G. LA RESPUESTA DE LA GENTE
La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Mientras la gente de otros pueblos entendía lo que los creyentes estaban
diciendo y estaba atónita, los judíos locales, es decir, aquéllos que vivían
permanentemente en Jerusalén y en la tierra de Israel, no podían entender
lo que estaban diciendo, de modo que concluyeron que debían estar
borrachos.
Hechos 2:13. "Mas otros, burlándose, decían: Están llenos de mosto"
18. H. EL SERMÓN DE PEDRO
La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Antes de que el Espíritu Santo viniera y habitara en los creyentes, ellos
estaban asustados y se escondían por miedo a que también fueran
arrestados y asesinados. Pero ahora que el Espíritu Santo había tomado
control de Pedro, él se levantó y con denuedo empezó a enseñar al
pueblo.
Hechos 2:14,15. "Entonces Pedro, poniéndose en pie con los once, alzó
la voz y les habló diciendo: Varones judíos, y todos los que habitáis en
Jerusalén, esto os sea notorio, y oíd mis palabras. Porque éstos no están
ebrios, como vosotros suponéis, puesto que es la hora tercera del día"
1. Los discípulos no estaban borrachos.
Pedro dijo que él y los otros discípulos de Jesús no estaban borrachos.
Dijo que no era probable que estuvieran borrachos tan temprano. Eran
solamente las nueve de la mañana.
19. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Ahora Pedro comenzó a acusar a los judíos de haber crucificado
malvadamente al Señor Jesucristo
Hechos 2:22-23. "Varones israelitas, oíd estas palabras: Jesús
nazareno, varón aprobado por Dios entre vosotros con las maravillas,
prodigios y señales que Dios hizo entre vosotros por medio de él, como
vosotros mismos sabéis; a éste, entregado por el determinado consejo y
anticipado conocimiento de Dios, prendisteis y matasteis por manos de
inicuos, crucificándole;"
2. Los judíos crucificaron al Cristo.
Jesús había sanado a los enfermos, abierto los ojos de los ciegos,
hecho caminar a los cojos, resucitado a los muertos, y muchas
otras cosas milagrosas, para mostrar que Él era el Escogido y
Enviado de Dios para enseñar Su mensaje, ser el Salvador de los
pecadores, y convertirse en el Gobernador sobre todas las cosas.
Pero a pesar de todas las cosas grandiosas que Jesús había hecho,
la mayoría de los judíos y sus líderes se rehusaron a creer y a
aceptarlo como el Escogido y Enviado de Dios
20. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Luego Pedro dijo a los judíos que Dios había resucitado al Señor
Jesús de entre los muertos
Hechos 2:24."al cual Dios levantó, sueltos los dolores de la muerte, por
cuanto era imposible que fuese retenido por ella"
3. Dios resucitó a Jesús de Nazaret de entre los muertos.
La muerte no pudo retener al Señor Jesús porque, aunque Él se
había hecho a Sí mismo responsable por todo el pecado, pagó el
precio completo a Dios y venció a Satanás, el pecado y la muerte.
21. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Pedro y los que le acompañaban estaban haciendo exactamente
lo que Jesús dijo que debían hacer cuando el Espíritu Santo viniera
a vivir en ellos. Estaban testificando bajo Su control.
Hechos 2:32. "A este Jesús resucitó Dios, de lo cual todos nosotros
somos testigos"
4. Todos los creyentes fueron testigos de estas cosas.
El Señor Jesús no se apareció ante inconversos después de
resucitar de entre los muertos. Pero probó ante Sus discípulos que
estaba vivo de modo que pudieran ser Sus testigos.
El Espíritu Santo vive en cada uno de nosotros quienes somos hijos
de Dios, y quiere que estemos bajo Su control para que también
seamos capaces de hablar a otros acerca de que son pecadores
y de las cosas maravillosas que Jesús ha hecho por ellos.
22. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Pedro les dijo que Jesús, a quien ellos habían crucificado, no
solamente había sido resucitado de entre los muertos por Dios, sino
que también lo había llevado de regreso al Cielo y lo había hecho
sentar a Su diestra como Señor del Cielo y la tierra.
Hechos 2:33. "Así que, exaltado por la diestra de Dios, y habiendo
recibido del Padre la promesa del Espíritu Santo, ha derramado esto
que vosotros veis y oís"
5. Jesús de Nazaret fue exaltado a la diestra de Dios.
Pedro dijo que la evidencia de que Jesús ahora estaba a la
derecha de Dios en el Cielo era la venida del Espíritu Santo. El cual
vino como el sonido de un gran viento, y dio la habilidad a los
discípulos para hablar en idiomas diferentes.
Pedro dijo que todos los judíos deberían darse cuenta que Dios
resucitó a Jesús, a quien ellos habían crucificado, de entre los
muertos y lo colocó a Su diestra en el Cielo, y que debían
reconocer que Jesús es Señor y Cristo.
23. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Hechos 2:36. "Sepa, pues, ciertísimamente toda la casa de Israel, que
a este Jesús a quien vosotros crucificasteis, Dios le ha hecho Señor y
Cristo"
Jesús es el Cristo porque es el más grande Profeta de Dios. El Señor Jesús
es la Verdad. Habló las palabras de Dios y vino a mostrarnos cómo es Dios
es Dios realmente. Todos deberíamos reconocer que el Señor Jesús es el
es el único que nos muestra realmente cómo es Dios y nos enseña la
la verdad acerca de todas las cosas.
Jesús también es el Cristo porque es el gran Sumo Sacerdote. Todos los sacerdotes
en Israel ofrecían sangre de animales, la cual nunca pudo quitar el pecado. Pero
Jesús ofreció Su propia sangre, la cual sí pudo pagarlo completamente. Sacerdotes
humanos comunes y corrientes como Aarón pudieron ministrar solamente
mientras vivían, pero Jesús es el gran Sumo Sacerdote eternamente, porque nunca
morirá. Por medio del Señor Jesús, nuestro gran Sumo Sacerdote, ahora podemos
llegar directamente a la presencia de Dios.
Jesús también es el Cristo porque es el gran Rey. Está sentado a la derecha de Dios
y tiene toda autoridad en el Cielo y en la tierra. Él es Rey de todos los reyes.
Debemos obedecer al Señor Jesús en todo, porque es nuestro Guía.
24. I. LOS RESULTADOS DEL SERMÓN DE PEDRO
La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Muchos de los israelitas que estaban escuchando la enseñanza de Pedro
se dieron cuenta que habían hecho algo muy perverso cuando rechazaron
a Jesús como su Salvador y lo crucificaron. El Espíritu Santo convenció a
estas personas para que estuvieran de acuerdo en que Jesús era quien
había afirmado ser, el Hijo de Dios y el Salvador prometido.
Antes de Su muerte, Jesús había prometido que, cuando el Espíritu Santo
viniera, convencería al mundo de que eran pecadores porque se
rehusaron a creer que Jesús era el Hijo de Dios y el Salvador prometido.
25. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Jesús también había dicho que el Espíritu Santo convencería a las
personas de que, a menos que se arrepintieran, serían
condenados, como ya había sido condenado Satanás mediante
la muerte, sepultura, resurrección y ascensión de Jesús.
Muchas de las personas que escucharon las palabras de Pedro
estuvieron de acuerdo con las cosas que él les enseñó, de modo
que le preguntaron qué debían hacer
Hechos 2:37-40. "Al oír esto, se compungieron de corazón, y dijeron a
Pedro y a los otros apóstoles: Varones hermanos, ¿qué haremos? Pedro
les dijo: Arrepentíos, y bautícese cada uno de vosotros en el nombre de
Jesucristo para perdón de los pecados; y recibiréis el don del Espíritu
Santo. Porque para vosotros es la promesa, y para vuestros hijos, y
para todos los que están lejos; para cuantos el Señor nuestro Dios
llamare. Y con otras muchas palabras testificaba y les exhortaba,
diciendo: Sed salvos de esta perversa generación"
26. La Promesa y el envío del Espíritu Santo por el Cristo Glorificado
Aquel día muchos judíos se pusieron de acuerdo con Dios en que
eran pecadores. Confiaron en el Señor Jesús y fueron bautizados,
tal como Pedro les instruyó.
Los que se arrepintieron y creyeron fueron sumergidos en agua
para mostrar que estaban de acuerdo con lo que Dios les había
enseñado a través de Pedro, esto es, que ellos eran pecadores y
que Jesús era el Hijo de Dios y el Salvador a quien Dios mismo había
prometido enviar al mundo. También testificaron ante todos los
presentes que ahora ellos estaban confiando en el Señor Jesús
como el Salvador prometido enviado de Dios.
Hechos 2:41. "Así que, los que recibieron su palabra fueron
bautizados; y se añadieron aquel día como tres mil personas"