Este documento discute las ventajas y limitaciones de la prueba de Lancaster para evaluar la motilidad ocular. La prueba puede ser útil para detectar parálisis oculares, pero tiene varias limitaciones como no poder realizarse en personas con deficiencias visuales graves o anomalías cromáticas, y puede exagerar desviaciones en comparación con exámenes clínicos. Además, el patrón de cuadrícula regular puede inducir errores y la interpretación de los resultados requiere compararlos con otros exámenes para diagnosticar correctamente la et
1. En principio, una prueba rojo/verde no es posible en el caso de una anomalía en el sentido
cromático. En caso de una ligera anomalía, si estos sujetos no ven el color de las rendijas,
pueden sin embargo darse cuenta de que una es fija y la otra móvil. Por otro lado, esta prueba
no es posible en el caso de una anomalía muy marcada porque el sujeto no ve la abertura roja.
Neutralización
La neutralización de la imagen en un ojo puede dificultar o imposibilitar el examen.
Correspondencia retiniana anormal
Requiere una compatibilidad retiniana normal. El ángulo resaltado es subjetivo. Por lo tanto,
no da ninguna indicación de desviación objetiva en casos de correspondencia retiniana
anormal (Lancaster No. 4 + Deviometría).
Visión deficiente
El examen no se puede realizar en personas con discapacidad visual, ya que el sujeto debe ser
capaz de localizar la imagen de las linternas, y en la persona ciega o con ambliopía fuerte, que
sólo utiliza un ojo.
Parálisis bilateral
En los casos binoculares, los datos de la prueba de Lancaster son insuficientes, ya que los
movimientos del ojo de referencia son anormales, independientemente del ojo de fijación.
Defectos técnicos
El uso de pruebas no maculares
El Lancaster utiliza pruebas no maculares que pueden ser vistas por la retina periférica que
tiene un buen valor de localización. Sin embargo, el examen no tiene medios para controlar la
fijación, lo que significa que nunca es seguro que el sujeto se ubique bien con la mácula.
Por lo tanto, es posible, como se puede comprobar fácilmente, realizar una prueba Lancaster
normal mientras se fija el punto central, sin mover los ojos, deslizando la fijación utilizando la
visión periférica. Esto puede explicar algunas de las disminuciones registradas en la prueba de
Lancaster (Lancaster No. 5 + Deviometría).
2. El uso de una pantalla cuadrada
El uso de una pantalla cuadrada implica que las posiciones diagonales se prueban a una
distancia mucho mayor que las posiciones verticales o laterales. Supongamos una pantalla de
1,20 metros con un espacio de 5 centímetros entre cada cuadrado. La distancia desde el punto
central hasta el punto lateral más lejano corresponde a 40 dioptrías, mientras que la distancia
desde el punto central hasta el punto diagonal más lejano corresponde a 56 dioptrías (véase la
figura nº 2).
Uso de una pantalla demasiado pequeña
Usando una pantalla que es demasiado pequeña o simplemente haciendo el cuadrado central
pequeño de la prueba ignora la parálisis leve. En efecto, podemos observar una pequeña plaza
normal y una gran plaza patológica (cf. Lancaster n° 6). Además, también es lamentable que la
desviación no se estudie en miradas extremas, más allá de los 20°.
El uso de un patrón de cuadrícula regular
La utilización de un sistema de representación gráfica basado en una cuadrícula regular, donde
el valor de un cuadrado es menor en la periferia que en el centro, induce un error tangencial
que no se tiene en cuenta. Sin embargo, el error inducido puede considerarse insignificante.
El uso de una proyección plana
El uso de una proyección plana, que provoca fenómenos de torsión falsa.
El uso de filtros de colores
El proceso utiliza filtros de colores para facilitar la disociación (es similar a todas las pruebas
rojas/verdes). Por lo tanto, proporciona información sobre la posición disociada de los ojos. Es
por ello que podemos encontrar una cierta exageración de las desviaciones registradas en el
Lancaster en comparación con la clínica. Por lo tanto, siempre será necesario comparar los
resultados de la prueba de Lancaster con los de la clínica. El test de Lancaster modificado por
Weiss puede tener la ventaja de registrar las desviaciones más cerca de la vida cotidiana,
especialmente con la forma de opción múltiple. Este dispositivo es muy exigente en la fusión y
3. puede destacar ciertas compensaciones por fusión (cf. Lancaster n° 7 + Weiss test de opción
múltiple).
Errores de interpretación
La confusión entre desviación oblicua y torsión
Muchos autores tienden a describir las deformaciones mixtas, tanto verticales como
horizontales, y por lo tanto oblicuas, como torsión, mientras que la verdadera torsión sólo se
revela por la inclinación de la prueba lineal proyectada por el sujeto. El patrón de abanico de la
parálisis del oblicuo superior es a menudo malinterpretado en este orden (ver Lancaster No. 8
y Lancaster No. 9 + FO No. 1).
Casos de parálisis antigua
En la parálisis antigua, la mesa puede tener un aspecto concomitante. El procedimiento no da
ninguna indicación del asiento de la parálisis: por ejemplo, oblicuo superior izquierdo o
derecho superior (Lancaster No. 10). Un simple estudio clínico de las subastas y versiones suele
facilitar el diagnóstico de la parálisis.
Falta de información sobre la etiología
Ante un déficit en la elevación del ojo derecho en una línea de Lancaster, se pueden considerar
varias hipótesis sobre la etiología: parálisis
Ventajas de la prueba
La prueba de Lancaster tiene ventajas innegables:
- Montaje sencillo;
- Simplicidad y rapidez de ejecución;
- Gran facilidad de comprensión por parte del paciente;
- Rastros reproducibles;
- Resaltar la torsión proyectando las ranuras (si existe, se especificará en otras pruebas);
- La mayoría de las veces es fácil de interpretar.
Conclusión
4. El test de Lancaster debe seguir siendo una herramienta esencial a pesar de las críticas que se
puedan hacer al respecto. Confirma el diagnóstico de parálisis oculomotora en un gran número
de casos. Sólo es necesario asegurarse de que los resultados se comparan con los resultados
de la clínica. Por lo tanto, el Lancaster es ante todo un instrumento interesante para evaluar la
evolución de la parálisis oculomotora.