El documento resume un informe de 2011 sobre la educación superior en Iberoamérica. El informe encontró que solo el 7% de las 4,000 universidades en la región realizan investigación, con 62 clasificadas como "Universidades de Investigación", 70 como "Universidades con Investigación" y 130 como "Universidades emergentes a la investigación". El 93% restante son consideradas solo "Universidades docente-formativas" que no cumplen con la función de investigación. El documento hace un llamado a aumentar los esfuerzos de investigación científica en las universidades para
1. La investigación en la universidad iberoamericana
Roger Pingo
Según el informe 2011 publicado por Universia (Red de Universidades) y Cinda
(Centro Interuniversitario de Desarrollo que lo conforman universidades de
América y Europa), relacionado con la Educación Superior en Iberoamérica, el
cual recoge información de veintidós países, fue presentado el viernes 16 del
presente mes en la ciudad de Lima, en el pleno de rectores de las universidades
públicas y privadas (ANR), donde se concluye que solo el 7% de las universidades
desarrollan labores de investigación de acuerdo a la siguiente clasificación:
De las 4,000 universidades registradas a nivel de Iberoamérica, sólo 62 se pueden
denominar “Universidad de Investigación”; 70 clasifican como “Universidad con
Investigación”; 130 se consideran como “Universidad emergente a la
investigación” y las demás, es decir, el 93% de la universidad en Iberoamérica
solo se le considera como “Universidad docente-formativa”.
La “Universidad de Investigación” es la universidad que investiga
internacionalmente en todas las áreas del conocimiento. La “Universidad con
Investigación” es aquella que investiga en alguna (s) área(s) del conocimiento. La
“Universidad emergente a la Investigación” es cuando empieza a asumir su
responsabilidad en la investigación, con seriedad y disciplina.
Las universidades que no están investigando y publicando científicamente los
resultados cualitativos, cuantitativos o cuali-cuantitativos obtenidos en los
diferentes procesos de investigación, se le conoce simplemente como universidad
docente-formativa, lo cual implica que no están cumpliendo con uno de los ejes de
la universidad: investigar.
Estos resultados invitan a la reflexión en toda la comunidad universitaria nacional
e internacional porque según el informe de Universia y Cindes, se estaría
hablando del 97% de la universidad iberoamericana que no investiga
científicamente.
Y esta reflexión no solo debe darse a nivel de la universidad, sino también a nivel
del Poder Ejecutivo, Poder Legislativo, el sector empresarial, organismos
internacionales, organizaciones no gubernamentales de prestigio, instituciones
científicas, colegios profesionales, entre otros, sumando y multiplicando esfuerzos
y acciones concretas de investigación científica para beneficio de una sociedad
sostenible, con responsabilidad social, hacia una mayor inclusión social.
En la práctica representa un % mayor en el presupuesto nacional para las
universidades públicas y en cada presupuesto de la universidad privada, con los
2. estímulos correspondientes para los investigadores, desarrollando proyectos que
beneficien a la comunidad universitaria y a la sociedad en su conjunto en sus
diferentes especialidades, conectados con el mundo real.
Significa todo un proceso de cambio, de transformación radical en todos los
niveles de la investigación y que debe partir desde el colegio, interconectado con
el hogar y la universidad porque es un cambio cultural, de estilo de vida.
Chiclayo, marzo 2012.