Ensayo, egoismo y movimiento liberador, teoría tradicional y crítica
1. REPÚBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA
UNIVERSIDAD PEDAGÓGICA EXPERIMENTAL LIBERTADOR
INSTITUTO DE MEJORAMIENTO PROFESIONAL DEL MAGISTERIO
NÚCLEO ACADÉMICO TÁCHIRA
SAN CRISTÓBAL – ESTADO TÁCHIRA
EGOÍSMO Y MOVIMIENTO LIBERADOR. TEORÍA TRADICIONAL Y
TEORÍA CRÍTICA
(Ensayo)
Integrantes:
Casas Ana María
Jaimes Judith
Pulido Adriana
Roa Sonia
Rojas Yerly
Profesora: Luís Zambrano
San Cristóbal, junio de 2014
2. Gran parte de aquellos filósofos y estudioso, con mentes tan brillantes
como Maquivelo, por ejemplo, ha publicado obras interesante, en las cuales
han denotado palabras muy un tanto despectivas hacia el hombre como tal.
No obstante, otro elemento curioso hace referencia el individuo aislado,
siendo un tema muy cuestionable para el caso de un objeto de estudio,
desde diversos ángulos en los que se desarrolla.
Asimismo, se hace alusión a la sociedad y todos sus componentes, la
forma de ver el transcurrir de las situaciones y como se relacionan, es de allí
donde comienzan las opiniones o lo juicios de los estudiosos, quienes los
emiten con bases a sus experimentos o trabajos.
Sin embargo, en la vida real hay fluctuaciones en todos los ángulos,
por tanto, en los últimos siglos, en ocasiones se presentan momentos muy
pasivos, justo allí se propiciaba en la actuación de los hombres valores
ideales como el amor, la entrega, la moral, pero, su opuesto como la maldad,
el engaño y el odio, tienden a imperar conllevando a la sociedad a guerras,
hambrunas, crisis económicas entre otros, entonces es de allí donde se
desprende aquella disyuntiva del hombre moral con un ser burgués, capaz
de actuar contra su propia semejanza.
Ahora, recordando acontecimientos hace muchos años atrás, en los
que Cola se levantó contra los Barones, se puede tomar como referencia
para dar paso a al alzamiento de Savonarola contra los tiranos. Su tratado
sobre la constitución de Florencia posee grandes reformas religiosas pero el
odio que allí se expresa en contra de la nobleza feudal es también muy
grande.
Savonarola se pronunció a favor de la democracia y luchó toda su vida
por un régimen burgués organizado. Al parecer fue mucho más sencillo y
templado que Rienzo, se consideraba un profeta, o mejor dicho un hombre
de intuición extraterrena, poseedor de un apasionado y místico amor a Dios y
3. a la iglesia. Su misión, según el autor, era “mostrar el buen camino a los
pastores negligentes que entregaban sus rebaños a los lobos carniceros”.
Poco antes de su caída, frente a una gran cantidad de personas,
conjuró al Salvador presente en la hostia para que enviase un fuego celestial
sobre él, que lo borrase de la superficie, si no actuase conforme a la plena
verdad. Estaba totalmente seguro de que Dios probaría la verdad de su
misión profética si así lo requiriera.
Otro elemento característico de la época fue el proceso de
interiorización, que tiene sus raíces en el siglo XIII, en el que aparece
Francisco de Asís, encontrando la palabra de reconciliación para el pueblo.
Condujo la corriente progresista por un sendero angosto, conquistando de
esta manera la virtud de alejarla de una pronta división y orientándola hacia
un fin coherente, la interiorización del hombre.
En la antigüedad, mayormente en la edad media, la clase baja era
sometida a la autoridad y a la carga física, se usaba el ejemplo intimidatorio
de castigos terrenos y la amenaza del infierno como castigo mayor. Esto
hacia que el pueblo actuara de manera adecuada, que no sobrepasara los
límites religiosos y se comportasen a la altura de la exigencia.
Las antiguas cofradías de predicadores estaban conformadas por los
mismos mantos sociales que integraban movimientos religiosos hacedores
de votos de pobreza, entre estos: burgueses ricos, nobles y eclesiásticos.
Por su parte, el espíritu religioso de la Edad Moderna tuvo su primera
expresión en la predicación de los caudillos populares, quienes crean nuevas
formas de vida social y culto eclesiástico.
Durante esta época se desencadenaron luchas y rencillas personales,
todas en busca de poder y venganza, características de la burguesía en el
Renacimiento, la Reforma y la Revolución francesa, los cuales debían se
repudiados y aborrecidos por quienes estaban apartados de ellos. Una
4. severa policía castigaba a los adúlteros y jugadores, volviendo imposible
cualquier infracción a las buenas costumbres.
Ahora bien, Rousseau y Robespierre correspondían a la situación de
la pequeña burguesía donde desde niño les enseñaron que el derecho a la
propiedad era sagrado, y que era más importante que tener su propia
libertad; y hasta llegar a creer que un sistema sin socialización de la
propiedad de los medios de producción podría evitar una excesiva
desigualdad de riqueza. No obstante, lo considera sagrado no necesitamos,
sin duda, de una revolución, dijo Robespierre en una reunión de la Asamblea
Nacional, para demostrar a todo el mundo que la excesiva desigualdad de
riqueza es fuente de muchos males y delitos y que la propiedad q nadie se
asuste con esa palabra figura al comienzo de ese mismo discurso. Con
admirable coherencia, con sorprendente táctica, consiguió mantener su fama
de veraz y pudo conservarla con la ayuda de su palabra.
Después de las críticas de Voltaire, se vuelve a La creencia en el
sacerdote donde estuvieron en fuerte oposición con la palabra de
Robespierre pero la actitud ascética de poseer en efecto un carácter mágico
le permitió una legitimación más alta. Este somete a crítica la filosofía
materialista porque ella hace del egoísmo un sistema, concibe la sociedad
humana como una contienda de astucias, el éxito como cartabón de la
justicia y la injusticia, el derecho como una cuestión de gusto o de
conveniencia, y el mundo como un reino de canallas redomados. Se vale de
Rousseau en contra del círculo de Voltaire, en el cual el moralista Ginebra,
como sabemos, fue harto y odiado.
Pero esa dura descripción del mundo, rechazada por Robespierre, se
ajusta más a la realidad que su propia creencia, según la cual, una vez
asegurado el orden burgués, la justicia depende del retorno a la virtud,
posición idealista que apoyaba el historiador. Con la caída de éste, tal
5. concepción mostró su deficiencia frente al repudiado espíritu del
materialismo.
El papel del caudillo burgués como funcionario de las clases
propietarias, la atribución a su persona de cualidades mágicas frente a las
masas, su carisma, la importancia de los símbolos y los festejos, el
predominio de la palabra respecto de la acción, el llamado a la renovación
interior, la supresión de la antigua burocracia, las luchas personales entre
aspirantes a puestos de élite, el comportamiento en gran medida
determinado psíquicamente de caudillos, lugartenientes y partidarios, la
exaltación religiosa o nacional, la fundamentación de la diferencia entre ricos
y pobres en la esencia eterna del mundo, y el impulso irresistible por mejorar
su situación, por lograr una existencia razonable, por la paz y la felicidad, se
ponen en movimiento, son incorporadas a una nueva fase de la sociedad de
clase. En momentos históricos críticos, este nihilismo burgués se expresa
bajo la forma específica del terror.
En lo que va de la historia, el terror ha constituido, en determinados
períodos, un medio de gobierno. Solo que es preciso diferenciar en el
distintos elementos. Su meta racional consiste en intimidar al contrincante.
Los actos de crueldad van dirigidos contra el enemigo, son medidas de
protección dirigidas hacia fuera y hacia dentro.
Los psicólogos hedonistas, fueron señalados como enemigos de la
humanidad o exaltados justamente por los burgueses. Sobre todo a
Nietzsche, porque interpretó al superhombre de acuerdo con el deseo
inconsciente del pequeño burgués, y se confundió al mismo Nietzsche con
uno de estos motivo por la cual abandonó el campo analítico que dominaba.
Fue ciego frente a la dinámica histórica de su tiempo y, con ello, respecto del
camino que lo condujera a su meta; por ello hasta su másgrandiosos análisis,
la genealogía de la moral y del cristianismo, resulta, pese a toda su sutileza,
demasiado tosco.
6. Pero liberó a esta de la compulsión de ser racionalizada. Cuando la
voluntad de hacer sufrir deja de actuar en nombre de Dios, en nombre de la
justicia de la moralidad, del honor o de la nación, pierde, gracias al
conocimiento de sí misma, actualmente reproducida y reprimida por razones
de orden social por parte de la misma autoridad burguesa, por ejemplo en la
guerra y en el nacionalismo extremo. Los precusores de Nietzsche en el
análisis del egoísmo y la crueldad, Mandeville, Helvétius, el Maequéz de
Sade, están tan libre como él de la condescendiente tolerancia de Freud
respecto de la pulsión de destrucción, que, por desgracia, de todos modos
existiría; se hallan tan a salvo del resignado escepticismo freudiano como del
resentimiento del magnánimo Rousseau. Estos pensadores han contribuido
muy poco a hacer de esa forma de vida una realidad general; esa es
principalmente la tarea de las personas históricas en quienes la teoría y la
praxis histórica llegaron a constituir una unidad.
Según la teoría estética de Aristóteles, presenciar sufrimientos en la
tragedia produce un placer. Los hombres se purifican liberando esa pulsión,
la alegría de compartir el dolor. La aplicación de la teoría de Aristóteles a la
época moderna parece problemática; ha sido aún por Lessing reinterpretada
y reelaborada moralmente en el sentido de la moral idealista. La catarsis por
medio del espectáculo teatral, por el juego en general, supone una
humanidad transformada.
La teoría no es otra cosa que le sistema cerrado de proposiciones de
una ciencia en su exacto sentido de encadenamiento metódico de las
propuestas bajo la forma de una deducción unitaria de la ciencia que parte
ordenadamente de una cierta combinación de objetos para alcanzar una
determinación, en el que todas sus partes sin excepción y contradicción se
encadenan unas con otras. En la actualidad, las ciencias del espíritu tienen
un valor fluctuante en el mercado, pues, debe limitarse a competir
modestamente con las ciencias naturales, cuya aplicación está fuera de
7. duda, de igual manera, el concepto tanto de teoría así como ciencia es el
mismo para las escuelas sociológicas.
El camino que debe tomar la sociología en el estado actual de la
investigación, sería el difícil ascenso desde la descripción de fenómenos
sociales hasta la comparación particularizada, aunque en muchos aspectos
coincida con las opiniones de los empiristas.
Lo cierto es que los investigadores utilizan sus estipulaciones, como
hipótesis para los nuevos hechos que se le presentan, además, las reglas
empíricas son formulaciones de nuestro saber, acerca de las relaciones
sociales y psicológicas, y considera que la esencia de la teoría es propia en
realidad de su tarea inmediata, el tratamiento de la naturaleza física como
modo de mecanismo social y económico determinado.
La estructura del comportamiento crítico cuyo propósito sobrepasa la
praxis social, más que a las ciencias naturales, en la medida en que las
circunstancias de percepción se ofrecen, son entendidas como productos
bajo el control del hombre, el pensamiento crítico continúo un concepto del
hombre que se opone así mismo en cuanto no se produzca la identidad, la
actividad intelectual y natural del ser humano, porque siempre seguirá
teniendo algo exterior.
El pensante, tampoco es el lugar en el que confluyen el conocimiento
y el objeto, lugar de donde se obtiene un saber absoluto. Esta apariencia es
ideológica en sentido estricto de la limitada libertad del individuo para la
teoría cartesiana. El pensamiento crítico, significa un proceso lógico y a su
vez proceso histórico concreto, la aceptación de la inviabilidad esencial de la
relación entre sujeto, teoría y objeto se diferencian de la concepción
cartesiana de cualquier lógica dialéctica.
El pensamiento descubre su propia función, la economía burguesa
estuvo dispuesta hacia los individuos, pues, luego alcanzar su propia
felicidad mantendría su vida social.