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Irracionalismo en filosofía
1. República Bolivariana de Venezuela.
Ministerio del Poder Popular para la Educación Universitaria.
Universidad Fermín Toro.
Facultad de Ciencias Jurídicas.
Escuela de Derecho.
Núcleo: Araure- Portuguesa.
Irracionalismo
INTEGRANTE
Cordero María José Cl: 19.715.019
Profesora: Eleana Santande
FEBRERO 2015
2. Irracionalismo
El término irracionalismo designa genéricamente a las corrientes filosóficas que
privilegian el ejercicio de la voluntad y la individualidad por encima de la
comprensión racional del mundo objetivo. Como tal, no se aplica a una escuela
específica sino que designa una tendencia general en el curso de la historia de la
filosofía. Sin embargo, por antonomasia suele aplicarse el término a las distintas
corrientes existencialistas y nietzscheanas que reaccionaron contra la hegemonía
de la filosofía positivista y neokantiana en la primera mitad del siglo XX.
Los orígenes de la mayoría de las corrientes irracionalistas contemporáneas se
hallan en la crítica a la filosofía de Hegel, cuyo sistema de idealismo
objetivo representó el máximo esfuerzo por subsumir todas las aparentes
contradicciones de la experiencia en una unidad lógica que ascendiera
paulatinamente, por medio de la síntesis intelectual de los opuestos, hacia
el saber absoluto.
Desde posiciones filosóficas radicalmente diferentes, pensadores
como Schopenhauer, Nietzsche, Kierkegaard, Bergson o Unamuno pueden ser
considerados irracionalistas o vitalistas, en más o menos abierta oposición a
la dialéctica hegeliana. Dentro de un amplio radio de pensamiento, encuentran
un denominador común en la explicación del fenómeno de la vida.
3. Joseph de Maistre (1753 -1821), noble francés, católico, diplomático y
político, virulentamente adverso a la Revolución Francesa, frente a la que
levantó la bandera de la reacción con el lema "trono y altar" con cierta
influencia durante la Restauración monárquica francesa (que se extiende de
1815 a 1830), expresó literariamente una filosofía irracionalista, según
Salvador Giner, por primera vez consciente. Su crítica al racionalismo se
basó en un substrato fideísta católico de larga tradición que anteponía la fe a
la razón. En esa línea, De Maistre no expresa el espíritu romántico, que
detestaba, sino la “trinidad de clasicismo, monarquía e iglesia”, apoyada en
otra trinidad de personajes decisivos en sus escritos: el papa, el rey y el
verdugo. Además, esa peculiar crítica al racionalismo se basó en algunas
ideas, hoy quizá no muy llamativas pero que él acompañó de varias
propuestas que no cabe considerar sino excesivas por su franca defensa del
irracionalismo: así, al lado de una admisible crítica a la falibilidad y
debilidad de la inteligencia humana para abordar y resolver la complejidad
de las relaciones sociales y de la historia — que él "explica" por el pecado
original— , De Maistre no sólo abomina de las ciencias naturales, que
apartan al hombre de la religión, a la que deben subordinarse todos los
conocimientos (cf. Veladas de San Petersburgo [1821], pp. 87, 109, 228-31),
sino que defiende enfáticamente el valor moral y político de la superstición,
los prejuicios y los dogmas
Representantes
4. Friedrich Nietzsche (1844 -1900) Pone de manifiesto cierto antirracionalismo
en el carácter asistemático de sus escritos, en los que predomina el tono
literario, estando compuestos en buena parte de aforismos y en algunos casos
de textos de estructura poemática, como el Así habló Zaratustra. Esa obra es
importante para el pensamiento ético- político básicamente por dos
componentes fundamentales, uno de carácter más metodológico y otro más
sustantivo.
El primer componente, en lo que podría denominarse su propuesta
metodológica, aparece en los presupuestos antirracionalistas de su defensa
de la "voluntad de poder", que procede de su admiración romántica por el
espíritu dionisiaco frente al apolíneo, esto es, por los impulsos vitales —
instintivos, libres, impredecibles, oscuros y nocturnos— de las emociones y
la expresividad artística frente al clasicismo, que aquí incluye al
pensamiento racionalista y empirista, al que critica porque conocer es
comprender todas las cosas según convenga a nuestros intereses” (Voluntad
de poder). Esa preferencia, que opta decididamente por la felicidad como
acto (el placer como superación del dolor, incluida la aceptación del dolor
para salir de él) frente a la felicidad como estado.
Representantes
5. George Sorel (1847-1922) Fue un intelectual y activista político
particularmente incoherente: originariamente cristiano creyente y después
anticlerical, primero socialista democrático y luego sindicalista r
revolucionario y crítico de aquel socialismo, en un momento simpatizante
de Charles Maurras y su grupo ultranacionalista y prefascista Action
Française y al final de su vida de Lenin y la Revolución rusa. Además fue
admirador de gente tan opuesta ideológica y políticamente y, en todo caso,
tan variopinta como “Marx y Péguy, Lenin y Le Play, Proudhon, Nietzsche,
Renan, James, Maurras y Hegel, Bergson y Mussolini”. Poco sistemático y
con variadas y constantes contradicciones, sus dos obras principales, las
Réflexions sur la violence y Les illusions du progrès (ambas de 1908), sólo
despiertan del aburrimiento gracias a los esporádicos accesos de sus
virulentas fobias: ambas obras coinciden en una crítica a la creencia en “las
pamplinas burguesas” del progreso, a la democracia parlamentaria como
“gobierno de demagogos”, a l socialismo reformista destinado a afirmar la
propiedad privada, y en fin, al humanitarismo y a los derechos del hombre
defendidos por los racionalistas e ilustrados, a los que Sorel consideró
como “maestros del arte de calumniar”
Representantes