El lavado de manos es la medida más efectiva para prevenir la transmisión de infecciones, tanto para pacientes como para el personal sanitario. Es importante lavarse las manos regularmente, mantener las uñas cortas y limpias, y quitarse joyas para reducir la propagación de enfermedades. El lavado de manos frecuente ayuda a prevenir brotes, reducir ausencias laborales y escolares, y evitar la transmisión de gérmenes resistentes a antibióticos.