Realitat o fake news? – Què causa el canvi climàtic? - La desertització
Leoye
1. L.E.O. y E
Propósitos formativos por
competencias: se precisa la
intención general de la materia
y la de cada asignatura,
encaminadas a que el
estudiante desarrolle
competencias comunicativas,
tanto orales como escritas
2. REESCRITO DEL FINAL
EL NIÑO CON EL PIJAMA DE RAYAS
• —Lo siento —dijo Shmuel—. Es que ha pasado una cosa.
Bruno lo miró y entornó los ojos, intentando adivinar qué
podía haber pasado. Se preguntó si también a él le habrían
dicho que volvía a su casa; después de todo, a veces ocurren
coincidencias como ésa, como el hecho de que Bruno y
Shmuel hubieran nacido el mismo día. —¿Qué? —preguntó
Bruno—. ¿Qué ha pasado? —Mi padre —dijo Shmuel—. No lo
encontramos. —¿Que no lo encontráis? Eso es muy raro.
¿Qué quieres decir? ¿Que se ha perdido? —Supongo. El lunes
estaba aquí, luego se marchó a hacer su turno de trabajo con
unos cuantos hombres más y ninguno ha regresado todavía.
—¿Y no te ha escrito ninguna carta? ¿No te ha dejado ninguna
nota diciendo cuándo piensa volver? —No —contestó
Shmuel. —Qué raro —se extrañó Bruno—. ¿Ya lo has buscado
bien? —preguntó tras una pausa. —Claro que lo he buscado
—dijo Shmuel exhalando
3. • —En fin —dijo Bruno tras una pausa, pues no quería seguir
hablando de aquel asunto—, yo también tengo que contarte
una cosa. —¿Ah, sí? —dijo Shmuel levantando la cabeza,
esperanzado. —Sí, que voy a volver a Berlín. Shmuel puso cara
de sorpresa. —¿Cuándo? —preguntó, y la voz se le quebró un
poco. —A ver, hoy es jueves. Y nos vamos el sábado. Después
de comer. —Pero ¿cuánto tiempo vas a estar fuera? —Creo que
nos vamos para siempre —respondió Bruno—. A Madre no le
gusta Auchviz, dice que no es un sitio adecuado para criar a dos
hijos. muel. —Bueno, sí, algún día. Podrías venir de vacaciones
a Berlín. Al fin y al cabo, no te quedarás aquí para siempre,
¿no? Shmuel negó con la cabeza. —Supongo que no —dijo con
tristeza. Y añadió—: Cuando te marches, ya no tendré nadie
con quien hablar. —Me habría gustado poder jugar contigo —
dijo Bruno tras una larga pausa—. Aunque sólo fuera una vez.
Sólo para tener algo que recordar. —A mí también —coincidió
Shmuel. —Llevamos más de un año hablando y no hemos
podido jugar ni una sola vez
4. • —A no ser... —empezó, pensándolo y dejando que el plan
fuera tramándose en su mente. Se tocó la rapada cabeza; el
pelo apenas había empezado a crecer—. Dijiste que me
parecía a ti, ¿recuerdas? —le preguntó a Shmuel—. Porque
me habían afeitado la cabeza. —Sí, pero más gordo. —Pues
aprovechando que me parezco a ti, y si tuviera también un
pijama de rayas, podría ir de visita al otro lado sin que se
enterara nadie. Shmuel sonrió de oreja a oreja y el rostro se
le iluminó. —¿Estás seguro? —preguntó—. ¿Lo harías? —
Claro —dijo Bruno—. Sería una aventura estupenda.
Nuestra aventura final. Por fin podría explorar un poco. ti eu
—Y podrías ayudarme a encontrar a mi padre. —¿Por qué
no? Daremos un paseo y veremos si encontramos alguna
pista. El único problema es que necesitamos otro pijama de
rayas. —Eso tiene fácil arreglo —dijo Shmuel—. Los guardan
en una cabana. Puedo sacar uno de mi talla y traerlo.
Entonces tú te cambias y vamos a buscar a mi padre. —
Perfecto —dijo Bruno, dejándose llevar por el entusiasmo
del momento—. Entonces quedamos así. —Nos
encontramos aquí mañana a la misma hora —dijo Shmuel.
5. • Al día siguiente cuando bruno iba a encontrarse
con shmuel su mama lo descubrió escapándose
con la comida y lo hizo hablar, bruno le conto
sobre su amistad y el padre de shmuel, la madre
se conmovió y dijo –vamos a cambiar de plan
bruno escúchame bien, tienes que sacar a tu
amigo de ahí .bruno hizo lo que su madre le pidio
y lo sacaron en una maleta que subieron al carro
pero cuando iban a salir un perro comenzo a
ladrar y detuvieron el carro cuando abrieron todo
vieron al niño del pijama de rayas y mandaron a
matar a la madre, a bruno y a shmuel, su padre no
pudo hacer nada y abandono su cargo de la culpa
que sentia y junto con su hija volvieron a belin
donde ya nada era igual